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Los ahorritos de Santos

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Dos meses largos después de haberlo anunciado, el apretón de gastos del Gobierno prometido por el presidente Juan Manuel Santos es por fin una realidad. Ayer se conoció la directiva presidencial con el plan de austeridad, dirigida a todos los ministros y demás servidores de la rama ejecutiva. Pero ese gesto para mostrar que su Gobierno no es derrochón, como dicen los uribistas, trae por ahora medidas con poco impacto en plata.

La directiva de Santos impone ahorros en temas más taquilleros que importantes. La gran manera de recortar gastos, que es reformando entidades o incluso fusionándolas (como, por ejemplo, lo recomienda la Ocde con varias instituciones del sector de TIC), está en camino. En esta directiva Santos reitera una orden de septiembre: este mes los ministros deben llevar propuestas para reformar entidades y bajar sus gastos. Ahí sí puede estar la clave para poner al Estado a dieta - o por lo menos a la rama ejecutiva.

La Silla revisó diez de la docena de medidas que se pueden aplicar yo (dejamos por fueras las más marginales como "hacer uso racional del proceso de fotocopiado") para ver qué tanto impacto pueden tener. A partir de los gastos en algunas entidades, calculamos de manera aproximada cuánto se puede ahorrar el Estado y encontramos que, como se trata en su mayoría de gastos apenas marginales, el impacto también es muy pequeño para el presupuesto.

Son unos 575 mil millones de pesos en esas diez medidas lo que alcanzaría más o menos para hacer dos megacolegios por departamento (a poco menos de 10 mil millones cada uno). Pero que pueden impactar la calidad de vida de los funcionarios a cambio de llenar menos del cinco por ciento del hueco fiscal.

Instrucciones: haga clic en cada medida para saber en qué consiste, y en su correspondiente impacto para ver cómo lo calculamos.

 

Las publicaciones de las entidades tienen dos grandes finalidades. Una es divulgar sus servicios a los interesados para que los usen (como folletos para promover planes de vacunas o para informar a los consumidores de sus derechos) y otra es mostrar los logros de una administración (como los informes anuales de gestión). Mientras que el primer gasto es necesario para que las entidades cumplan sus metas, el segundo tienen una función más cercana a la publicidad.

La critica de que algunos funcionarios se la pasan viajando y recibiendo viáticos es muy común, y es uno de los lugares comunes del despilfarro.

Sin embargo, ese gasto es necesario para muchas entidades y muchas labores (desde ir a coordinar acciones en las regiones hasta asistir a encuentros internacionales), aunque pueden existir casos de abuso o de viajes innecesarios.

En varias entidades existe una queja generalizada de que tienen sobrecostos porque las decisiones sobre quién va a un viaje se demoran mucho, y por eso terminan comprando los tiquetes comerciales a última hora.Incluso, en un ministerio la gente llega con maleta sin saber si se va a ir o no ese mismo día.

Una queja usual del abuso de los funcionarios es el uso de carros oficiales, y casos como el reciente del hijo del magistrado de la Corte Suprema Luis Gabriel Miranda ayudan a que esa imagen se perpetúe.

La directiva recuerda que su uso es solo para asuntos oficiales.

Uno de los íconos del gasto público son las resmas de papel y el tóner de las impresoras, y la directiva pide usar siempre las páginas por las dos caras y en calidad de borrador. Sin embargo, a medida que ha crecido el uso de internet y las TIC, ese gasto ha venido bajando y es marginal.

Un decreto de 2011 definió que solo los funcionarios más altos del Estado pueden tener celular pagado con recursos públicos. De la Rama Ejecutiva, que es a la que se aplica la directiva, hay máximo dos mil personas con celular pagado por recursos públicos, casi todos con planes de voz y datos, que cuestan unos 200 mil pesos mensuales. No es fácil controlar su uso, pero buena parte se va en cuestiones laborales y ya usan aplicaciones como Whatsapp para chatear.

La plata que destina el Estado para pagar los servicios públicos de las entidades del Ejecutivo no es mucha, enmarcada en el presupuesto global de la Nación, y varía mucho entre éstas aún si tienen número similar de funcionarios.

Del rubro Capacitación y bienestar de las entidades del Ejecutivo es de donde sale la plata para capacitaciones, inducciones y otros eventos, que son en los que pide ahorrar la directiva presidencial.

No es posible calcularlo y en cualquier caso no es mucho. Las fiestas de fin de año no están permitidas de manera expresa en ninguna norma, pero algunas entidades suelen cargarlas en el rubro de "bienestar y capacitación". Por lo general, a nivel central del Ejecutivo no suelen hacerse actividades ostentosas, y con frecuencia son comidas pagadas a través de 'vacas' que hacen los directivos, según le contó a La Silla una fuente que fue jefe de prensa de un ministerio. A veces las cajas de compensación familiar hacen aportes y las entidades otras. Las fiestas de fin de año que se han hecho famosas son las de la Fiscalía, en las que suele haber hasta orquesta. Pero este año, el Fiscal anunció que cancelará cualquier fiesta de fin de año e invertirá esos recursos en mejorar la infraestructura de la entidad. Pero además, esta directiva no lo abarca a él ni a las demás entidades por fuera del Ejecutivo.

Las empresas privadas tienen la política de enviarle regalos de navidad o fin de año a algunos de sus clientes y aliados. En el sector público esta práctica es mucho menos corriente y no tiene mucho sentido, y encima está prohibida. La Silla habló con personas de siete entidades del ejecutivo y en ninguna de ellas se hacen estos regalos.

El gasto de nómina es fundamental para el funcionamiento de las entidades, porque es el pago a sus funcionarios. Debería estar controlado porque la planta de personal se establece a través de decretos, al igual que los niveles de esos funcionarios, el pago por nviel y los pagos adicionales como primas. Es decir, el grueso del valor de la nómina lo define el Gobierno. Por eso la directiva se concentra en reducir las horas extras, el pago de vacaciones en dinero y la contratación de servicios personales como supernumerarios y honorarios. De esos tres ítems solo el tercero suele ocupar una cantidad sustancial de recursos.

Es difícil saber cuánto se gastó todo el país porque hay entidades que necesitan pocas publicaciones pero otras usan folletos y similares como parte central de su actividad, que implica difundir servicios entre la gente.

Por ejemplo, el Ministerio de Interior gastó menos de 60 millones de pesos en 2013, un 0,17 por ciento de su presupuesto de gastos de funcionamiento sin transferencias; el de Minas 125 millones, el 0,4 por ciento; en la Superintendencia de Subsidio Familiar 45 millones, el 1,3 por ciento; la de Salud 267 millones, el 0,36 por ciento.

Si fuera del 0,5 por ciento (un promedio entre esas cuatro entidades) de los gastos de funcionamiento sin transferencias del presupuesto general para 2015, el gasto total sería de 160 mil millones de pesos y el ahorro, unos 64 mil millones de pesos

El gasto en viáticos y gastos de viajes es relativamente importante. Por ejemplo, el Ministerio de Interior se gastará casi 1.500 millones de pesos este año (4.4 por ciento de su gasto de funcionamiento sin transferencias) y el de Minas 1.621 millones (el 1.9 por ciento).

Si al final ese rubro pesa el 4 por ciento de todo el presupuesto de funcionamiento sin transferencias, reducirlo en un 15 por ciento tendría el efecto de ahorrar unos 190 mil millones de pesos.

En la Superintendencia de Salud el gasto en combustible es de 48 millones de pesos al año, por lo que de ahorrar el 10 por ciento el gasto caería 4,8 millones. Es decir, apenas el 0.06 por ciento del gasto de funcionamiento sin transferencias.

En proporción, si se logra un ahorro del 15 por ciento, sería ahorrar menos de 2 mil millones del presupuesto nacional.

En la Superintendencia de Salud el gasto en papelería, útiles de escritorio y oficina para 2014 fue de 148 millones, menos del 0,2 por ciento de los gastos de funcionamiento sin transferencias.

Si el ahorro es del 20 por ciento, a la larga se lograría reducir poco menos del 0,04 por ciento de los gastos de funcionamiento del presupuesto general, unos 12 mil millones de pesos

Un cálculo por encima muestra que el impacto sería mínimo. Si al incentivar el uso de aplicaciones para reducir las llamadas se lograra cambiar los contratos de todos los funcionarios por uno a mitad de precio, el ahorro sería de 200 millones mensuales y en total 1.200 millones de pesos al año, lo que es una migaja en el presupuesto nacional (menos del 0.00001 por ciento)

Tomamos como ejemplo los ministerios del Interior y Minas, en donde los recursos destinados a servicios públicos corresponden al 2,5 y al 0,5 por ciento de sus presupuestos de funcionamiento descontando las transferencias (360 millones de pesos en Minas y 921 millones en Interior).

Si con esas medidas se evitan el 10 por ciento de ese dinero, el ahorro sería más o menos el 0,1 por ciento de todo ese presupuesto.

Eso, aplicado al presupuesto general de la Nación, daría un ahorro total de unos 32 mil millones de pesos.

Tomamos tres ejemplos para lllegar a una conclusión: los ministerios del Interior (331 millones en ese rubro, un 0.014 por ciento de su presupuesto total), Minas (50 millones rubro, el 0.01) y la Superintendencia de Subsidio familiar (210 millones el rubro en cuestión, el 0,82).

En promedio, este rubro se toma el 0.3 por ciento, por lo que pesa alrededor de 650 mil millones de pesos en todo el Estado. Por eso, un ahorro del 10 por ciento sería de más de 60 mil millones de pesos.

Como las fiestas de fin de año con cargo al presupuesto no están permitidas de manera explícita en ninguna norma, sino que en el Ejecutivo en algunas entidades hacen comidas o almuerzos (en ocasiones pagadas por medio de una 'vaca' o con el apoyo de alguna caja de compensación), no puede haber ahorro por una prohibición que ya está vigente. En cualquier caso, en entidades como el Ministerio de Minas el rubro de capacitación y bienestar fue de 50 millones de pesos este año y no todo puede ser invertido en una fiesta.

Estos gastos no son usuales y, encima, están prohibidos.

En el presupuesto para el 2015 hay poco más de 25 billones de pesos de gastos de personal, que incluye el gasto de nómina. Si se reduce en un 1,8 por ciento, el presupuesto general bajaría en unos 450 mil millones de pesos.

Pero es muy difícil que la cifre llegue tan arriba porque el grueso de los gastos de personal van a la nómina, un rubro que no modifica la directiva de Santos, y no se tocan los gastos asociados a operaciones militares y de policía, cuando el sector defensa su lleva más de la mitad de la nómina del Ejecutivo.

Por eso, una reducción del 1,8 rondaría los 225 mil millones de pesos.

 

DIRECTIVA PRESIDENCIAL N° 06 DEL 02 DE DICIEMBRE DE 2014 Austeridad


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