Por: Carlos Lozano Acosta, amigo de Tío Conejo
El anuncio de la delimitación del páramo de Santurbán, en el departamento de Santander, fue una dosis de medicina a cuentagotas. El Ministro Vallejo tuvo todo el año para hacerlo pero escogió, de forma muy sugestiva, el viernes previo a Navidad, cuando la opinión pública no está pensando en el futuro de las fuentes de agua del país, sino en la novena de aguinaldos.
Todavía no se sabe con exactitud qué fue lo que decidió el gobierno. Hasta no ver la resolución ni las coordenadas, no podremos determinar si el gobierno hizo lo que dice que hizo. Es muy curioso que no se haya publicado el acto administrativo en forma simultánea a la rueda de prensa, como sí lo hicieron, en sincronía perfecta, con el comunicado.
La verdad es que el Ministerio de Ambiente ha sido opaco con todo lo que tiene que ver con Santurbán. Los estudios del Instituto Humboldt no fueron publicados por el Ministerio antes ni durante el anuncio. Esto es sorprendente, porque son datos sin reserva legal. Los ciudadanos tenían derecho a recibir información veraz sobre los insumos que, se supone, deben ser la base de la decisión.Pero esos datos nunca llegaron a tiempo.
Parece haber una fragmentación intencional de la información sobre Santurbán. El Ministerio “dosifica” los datos sobre el caso, los suministra a cuentagotas y así le mide el aceite a la opinión. Esto es lamentable. Si la decisión es tan buena y responsable –al momento de redactar esta entrada, simplemente no lo sabemos-, ¿por qué no la publican completa? ¿Quién le teme al debate público?
Hay dos preguntas que siguen pendientes de respuesta. La primera, si la delimitación se traslapa o no, y en qué proporción, con el proyecto minero de Angostura, de la empresa Eco Oro. La segunda, si la presencia de la mina Angostura fue una “variable económica” a la hora de delimitar. Es decir, si el Ministerio decidió que el páramo no es páramo e hizo una gambeta en el trazado de la línea para salvar el proyecto minero.
Por último, el Ministerio se sacó del sombrero la tesis según la cual los proyectos mineros con licencia ambiental en los páramos tienen derechos adquiridos. Si así son las cosas, la delimitación es una puerta sin cerrojo. No se conoce una norma ni precedente que diga eso. El artículo 202 de la ley del Plan de Desarrollo prohíbe la minería en páramos, sin este tipo de excepciones. El Ministerio no tiene competencia para interpretar, por medio de una resolución, que tales excepciones existen.
La falta de transparencia no es buena consejera en las decisiones de política. Si el gobierno cree que sus decisiones sobre Santurbán no se pueden defender en público, algo anda mal. Probablemente nos estamos perdiendo de los aspectos positivos de la decisión, debido a la falta de información.
Recordatorio de Tío Conejo: El ministro Vallejo se comprometió, en una entrevista en la W, a mantener la prohibición de minería en páramos en el nuevo Plan Nacional de Desarrollo. Aunque eso contradice lo que dice el nuevo decreto de licencias ambientales, debe honrar su palabra.
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