Más de la mitad de las alcaldías de los municipios donde se va a jugar el posconflicto podrían quedar en manos de uribistas. Eso es lo que se concluye al revisar cómo le fue a Óscar Iván Zuluaga en los 281 municipios en los que, según la Fundación Paz y Reconciliación, se va a jugar el futuro del proceso de paz.
Para llegar a esa conclusión separamos los municipios en tres categorías: los muy uribistas, en los que agrupamos aquellos en los que Zuluaga ganó en las dos vueltas; los medianamente uribistas, donde Zuluaga ganó en una de las dos vueltas y sacó por lo menos el 35 por ciento de los votos en segunda vuelta; y los poco uribistas, donde Zuluaga no llegó a esa cifra.
Al final, en 158 de los 281 municipios el nivel de uribismo es alto o medio, lo que quiere decir que es probable que en octubre elijan alcaldes el Centro Democrático o cercanos a las tesis uribsitas.
Como el aterrizaje de los acuerdos se dará desde lo local en muchos asuntos esenciales, desde los proyectos productivos para sustituir cultivos ilícitos hasta en los nuevos sistemas de participación en lo local para las bases campesinas, esa realidad política puede marcar todo el posconflicto.
Incluso si no hay alcaldes uribistas, no será tan fácil implementar los acuerdos desde en unos lugares que hace un año mostraron su uribismo.