Germán Cardona Gutiérrez, ex ministro de Transporte de Santos, regresó hace un para de semanas al país de la embajada en el Vaticano y ya su nombre está sonando para las próximas elecciones de octubre como carta del santismo para evitar una victoria uribista.
Cardona encabeza el cascabel de candidatos a la Gobernación de Caldas, aunque también lo han mencionado como la carta del Partido de La U para la Alcaldía de Manizales.
Esa sería la carta del santismo para enfrentarse a una coalición inédita en el departamento: la conservadora casa Yepes, que aliada con los liberales de Víctor Renán Barco dominó la política caldense por más de 30 años en cabeza; se une al uribismo, en cabeza del ex candidato presidencial Óscar Iván Zuluaga. A pesar de que por muchos años fueron rivales, en las elecciones presidenciales del año pasado, el ex senador Ómar Yepes apoyó a Zuluaga en la segunda vuelta y todo indica que esa alianza va a sobrevivir.
A la Alcaldía iría la ex senadora Adriana Gutiérrez, vieja aliada política de Zuluaga y quien renunció al Senado en 2007 cuando la Corte Suprema le abrió una investigación por vínculos con los paramilitares. Como la Corte cerró el proceso en 2011, Gutiérrez estpa lista para regresar.
Para la Gobernación ya se inscribió el hermano de Omar Yepes, Jorge Hernán, que tendría sería la llave de Gutiérrez y tendría el apoyo de los conservadores yepistas y del uribismo.
Esa lleva pinta fuerte porque Zuluaga sacó 239.141 votos en Caldas (el 61.28 por ciento) en la segunda vuelta presidencial, es de allá, y Gutierrez en 2006, fue la más votada al Senado por la U con más de 49 mil votos.
Por eso, del lado santista, están buscando una carta tan fuerte, que podría ser Cardona: tiene la confianza de Santos, no es de ningún grupo político pero tiene la confianza de varios dirigentes y ya ganó dos veces las elecciones a la alcaldía de Manizales como cabeza de una alianza entre políticos opuestos al yepobarquismo y dirigentes cívicos y empresariales.
También suena es el ex gobernador Guido Echeverri, cuya elección fue anulada porque su esposa había sido funcionaria pública -encargada- poco antes de su elección pero quien salió con buena imagen y dejó a muchos con la sensación de que había sido víctima de una encerrona (pues se cayó después de que se le volteó a la coalición yepobarquista, que lo eligió).
Ese panorama muestra que la derrota del yepobarquismo en las elecciones atípicas de agosto de 2013 decretó su muerte definitiva y que, por lo menos por ahora, en Caldas la pelea sí va a ser entre santistas y uribistas.