Las grabaciones que reveló ayer RCN televisión, que tienen enredado al magistrado Jorge Pretelt en un nuevo escándalo por presunto tráfico de influencias en 2010, tienen un epílogo que no se ha conocido y que tiene que ver con los nombramientos del Procurador Alejandro Ordóñez.
Las grabaciones que hizo el CTI de la Fiscalía en octubre de 2010 muestran que el abogado antioqueño Carlos Hernán Martínez Isaza, que era un juez especializado penal en Montería, estaba buscando un cargo mejor pagado para obtener una mejor pensión.
“Imagínese que a mí me habían endulzado, pues, que a mí me iban a conseguir un puesto para que me pensionara y todas esas cosas“, le dice Martínez a su interlocutora en una de las llamadas, a la vez que le cuenta que lo estaban extorsionando a cambio de entregárselo.
Por eso, Martínez habría buscado otro cargo que le sirviera para pensionarse y terminó hablando con Pretelt, quien le habría ayudado a conseguir un puesto como fiscal auxiliar de los fiscales delegados ante la Corte Suprema en Bogotá, un cargo que era mejor remunerado que el de juez especializado.
El puente entre Martínez y Pretelt fue alguien llamado Guido, o eso es lo que le cuenta Martínez a una interlocutora en otra llamada. Martínez dice que Guido lo llamó y le pasó al teléfono a Pretelt, quien le pidió prestada su camioneta blindada para ir al municipio antioqueño de San Pedro de Urabá y le dijo que su nombramiento como fiscal auxiliar estaba ya fijo, aunque era algo temporal porque le “tenía que conseguir algo mejor”.
Aparentemente se trata de Guido Gómez Ordosgoitia, un abogado conocido en Córdoba, de donde fue contralor departamental, y a quien Ordoñez nombró Procurador Judicial II (un cargo que tiene el mismo sueldo de un magistrado de Alta Corte y más alto que el de un ministro) en febrero de 2010. Gómez, como contó La Silla, es muy cercano a Pretelt.
la posibilidad de que Martínez fuera fiscal auxiliar la habría logrado Pretelt por su cercanía con el entonces Fiscal General encargado Guillermo Mendoza Diago, según explcia Martínez en otra llamada. La Silla no ha logrado verificar si efectivamente Martínez fue nombrado, pero lo cierto es que Mendoza fue encargado solo hasta el enero siguiente, cuando lo reemplazó Viviane Morales en propiedad.
Curiosamente, Martínez también terminó bendecido por el Procurador Ordóñez: en mayo siguiente, fue nombrado Procurador Judicial II en Montería, un cargo que es aún mejor pagado que el de fiscal auxiliar ante la Corte. Justo lo que Pretelt le había prometido: conseguir un cargo mejor, que en ese entonces le significaba unos 19 millones de pesos mensuales.
Es decir, lo que Martínez no logró en la Fiscalía sí lo pudo conseguir, y mejorado, en la Procuraduría.