Los caminos del alcalde de Santa Marta, Carlos Caicedo, y el juez tercero penal del circuito de esa ciudad, Jairo Villaba de Ángel, parece que están destinados a cruzarse. Villaba, que es quien decidirá si el alcalde finalmente resulta suspendido o no, fue quien inicialmente condenó a Caicedo en un proceso que lo tuvo en la cárcel y casi a punto de no poderse lanzar a la Alcaldía.
En 2007, Villalba condenó a Caicedo por peculado, una decisión que tumbó el Tribunal Superior de Bogotá en 2011 pero que tuvo al ex rector de la Universidad de Magdalena en la cárcel durante más de cuatro años. En ese proceso hubo muchas denuncias de errores de la Fiscalía y de irregularidades en las pruebas, e incluso la Procuraduría pidió que no se condenara a Caicedo. Para los caicedistas ese fue el inicio de una persecución contra el hoy alcalde.
Ahora cayó en manos de Villalba la decisión sobre una tutela con la que Caicedo frenó la suspensión que le impuso el Contralor de Santa Marta, decisión que fue vista por los caicedistas como una jugada más para tratar de frenar al alcalde. En primera instancia la tutela le dio la razón a Caicedo, pero la Contraloría la impugnó y entre los caicedistas hay temor por la decisión de Villalba.
Ese temor, que nación con la condena de 2007, ya se había expresado. Para las elecciones de 2011 Villalba fue designado presidente de la comisión escrutadora en Santa Marta y la campaña de Caicedo lo recusó.
Recuso al Juez Jairo Villalba al no declararse impedido de presidir los escrutinios en estas elecciones http://t.co/jyugPiuk
— Carlos Caicedo (@carlosecaicedo) octubre 30, 2011
“Solo acató las órdenes de la campaña que se montó para sacarme de la Universidad del Magdalena” dijo Caicedo en ese entonces.
Y ha habido más cruces, siempre con Villalba en una orilla opuesta a Caicedo. En septiembre de 2012, por ejemplo, el juez falló en segunda instancia una tutela en la que echaba para atrás el nombramiento de un cargo clave en la salud del Distrito (la gerencia de la ESE Alejandro Próspero Reverend) en favor de quien había ganado un concurso de méritos pero no había sido elegido por el alcalde. La suspensión de Caicedo se dio precisamente, en gran medida, por asuntos de salud.
Hay que ver si esta vez el destino los dejará en la misma orilla, pero en cualquier caso la Corte Constitucional puede tener la última palabra, si decide revisar el fallo de segunda instancia de la tutela.