Quiero plantear una hipótesis explicativa sobre el clima de baja legitimidad de nuestro sistema político y el grueso de las instituciones públicas: el grueso de los problemas actuales tiene que ver con la ausencia de una buena justicia y éste es un tema completamente relegado de las prioridades del gobierno y del foco de atención de la agenda pública.
El proceso de paz, por ejemplo, tiene uno de sus momentos más difíciles y si bien hay avances y en medio de la incertidumbre la gente no quiere que se levanten de la mesa, está latente la gran inconformidad frente al tratamiento jurídico que recibirán los miembros de la guerrilla. Explicar las bondades y necesidades de un esquema de justicia transicional en una sociedad donde se siente que el grueso de la gente no la tiene, es un reto enorme, por no decir imposible.
La Corte Constitucional principalmente por el escándalo de Pretelt, pero no únicamente, está sufriendo una enorme crisis de confianza y eso puede estar explicado porque en el centro del tema está la Tutela. Ése es el instrumento por excelencia con el cual los colombianos sienten algún nivel de acceso a la justicia, y lo que una parte de la opinión pública ha percibido es que un magistrado estaba vendiendo tutelas y por ello el fuerte impacto en la imagen de la Corte.
Ante este escenario el gobierno tramita una reforma de equilibrio de poderes, cuya norma realmente importante es la prohibición de todas las reelecciones. Pero frente a los problemas de la justicia no hace prácticamente nada. Hay normas que buscan corregir excesos de las altas cortes pero no se presentan soluciones reales al problema de la justicia del grueso de los colombianos.
Por ello creo que parodiando la frase de Bill Clinton cuando en campaña le decía a su contrincante “it’s the economy, stupid”, hoy le quiero decir a los dirigentes que buscan explicaciones para el bajonazo del presidente en las encuestas: Es la Justicia!!!