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La Rosa espinada de los pobres

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Regala camisetas, reparte comida, les entrega juguetes a los niños, organiza bingos para recaudar fondos, se pasea por los barrios más necesitados. Abraza, besa y escucha. En la Santa Marta periférica la consideran un ángel que les mitiga el hambre. Ven en ella un alivio a su pobreza y por eso la buscan con ahínco: saben que después de colgar el teléfono habrá conseguido la silla de ruedas, la beca escolar, las medicinas o esa cita tan urgente y difícil de programar con el médico especialista.

“Una rosa para el Magdalena”, “Bravo Rosa, voto por ti” y “Así deberían ser todos los seres humanos” son algunos de los comentarios que suelen generar las imágenes de lo que publica en su cuenta de Instagram. Allí además ha ido alimentando un testimonio fotográfico de sus diferentes facetas: Rosa la madre, Rosa la hija de Elenita, Rosa la esposa de ‘Chico’, Rosa la samaria preocupada por los menos favorecidos.

Rosa Cotes Vives está casada desde hace 36 años con Franciso 'Chico' Zúñiga. De esa unión hay tres hijos.
Rosa Cotes se define como una mujer hogareña y temerosa de Dios.

Rosa Cotes Vives es la más firme candidata a reemplazar a su sobrino Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes en la silla de gobernador del Magdalena. Tiene el apoyo del exalcalde de Barranquilla Alejandro Char y de Cambio Radical, el partido del vicepresidente Germán Vargas Lleras con quien el Mello se alió a los pocos meses de haberse elegido mandatario por firmas.

Sin encuestas que todavía muestren las preferencias electorales, Rosa suena mucho más fuerte desde que su sobrino selló una alianza con buena parte de la clase política del departamento, algunos condenados por parapolítica y antes adversarios entre sí, para respaldar su nombre en la competencia.

A esa poderosa estructura para hacerla gobernadora se le suma el capital social que en Santa Marta le reconocen a la mujer que ha sido tres veces primera dama.

Su aspiración a la Gobernación se mueve hoy entre dos orillas: por un lado está su imagen de mujer “hábil en tocarle la fibra a la gente”, como la definió un empresario consultado, y en la ribera contraria, los que ven en ella el símbolo del cacicazgo que por décadas ha gobernado el Magdalena. Y también a una mujer sin los estudios suficientes que le permitan administrar los destinos del departamento los próximos cuatro años, mucho menos ante una eventual etapa de posconficto.

El nombre de Rosa Cotes Vives no es nuevo en Santa Marta, su ciudad natal. Es esposa desde hace 36 años del exalcalde condenado por parapolítica Francisco ‘Chico’ Zúñiga, y hermana de Álvaro y Luis Miguel Cotes, más conocidos como 'Los Conejos', quienes llevaron al Mello a la Gobernación.

'Los Conejos' aparecen mencionados en el computador del exjefe paramilitar Jorge 40 como presuntos autores de una extorsión por un contrato de la Alcaldía de Zúñiga y tuvieron que rendir indagatoria. En esas irregularidades estaban involucrados el paramilitar alias 'Don Antonio' y el contratista William Vélez. La Fiscalía también ha investigado a Álvaro por un posible ingreso o participación en grupos armados ilegales y a Luis Miguel como sospechoso de homicidio agravado junto al líder del Bloque Tayrona de las AUC, Hernán Giraldo.

A la familia de Rosa la política siempre le ha corrido por las venas: su tatarabuelo, José María Campo Serrano, fue presidente de la República; su bisabuelo, José Gnecco Coronado, congresista y gobernador del Magdalena, y su abuelo, Rodrigo Vives de Andreís, alcalde y senador.

Es bachiller del colegio de monjas La Presentación de Santa Marta.  No cursó ninguna carrera universitaria porque se dedicó a la crianza de sus hijos José Francisco, Rafael José y Ana María, pero sus amigos dicen que le hubiese gustado estudiar Medicina.

En Santa Marta aseguran que Rosa Cotes le debe su sensibilidad social a sus padres Elena Vives Echeverría y Luis Cotes Gnecco.
A Elena Vives, la mamá de Rosa Cotes, en Santa Marta la recuerdan como una mujer dedicada a la filantropía hasta el día de su muerte.

Esa sensibilidad social que Rosa muestra la heredó de su mamá, cuenta una periodista que trabajó con ella. Elena Vives Echeverría solía llevarla a ella y a sus cuatro hermanos, después de la misa dominical, a los barrios más pobres de Santa Marta para repartir comida y ropa. Al padre de Rosa también lo recuerdan en Santa Marta como un hombre bondadoso. Luis Cotes Gnecco era odontólogo y no tenía problemas en abrirle su consultorio a todo aquel que tuviera una emergencia, cuenta Dolly Solorzan, comunicadora que hizo parte del equipo de Cotes en la Alcaldía.

Graduada de primera dama en ocho años

Rosa Cotes se desempeñó como primera dama de Santa Marta entre 1993 y 1994, cuando su esposo ‘Chico’ Zúñiga fue alcalde encargado durante el periodo de Hugo Gnecco. Volvió a ese cargo después de que Zúñiga ganó la Alcaldía entre 2004 y 2007.

Ese exmandatario fue alcalde ese año con la ayuda del jefe paramilitar Hernán Giraldo. En la época en la que el paramilitarismo penetró buena parte de la clase política del Magdalena, el Juzgado Penal del Circuito Especializado de Santa Marta lo condenó a cuatro años y dos meses de prisión por concierto para delinquir agravado y constreñimiento al sufragante.

Zuñiga reconoció que los paramilitares del ‘Frente Resistencia Tayrona’ sometieron a los habitantes de las veredas y estribaciones de la Sierra Nevada para que en octubre de 2003 marcaran su nombre en el tarjetón.

Luego de que campesinos samarios fueran presionados arma en mano a sufragar, arrancó el mandato en el que la primera dama comenzó a destacarse por su labor con los más pobres. La comunicadora que trabajó con ella detalló cómo era su gestión entonces: si a alguien se le moría un familiar y no tenía recursos para el ataúd, dice, era a Rosa a quien llamaban sin importar la hora. “Cuando salió de la Alcaldía y la primera gestora era la esposa de Juan Pablo Diaz-Granados (el sucesor de Zúñiga) la seguían llamando”.

Otra periodista que también trabajó con los Zúñiga Cotes durante la Alcaldía -y cuyo nombre prefiere que no se cite-, recuerda sus correrías por los barrios y el programa ‘Tardes de chocolate’. Con litros de la bebida caliente y bolsas de pan, Rosa y su equipo llegaban a los cerros a darles de comer a niños y adultos.

Su gestión como primera dama continuó después desde la Gobernación. En 2012 su sobrino la encargó de la labor social porque es un mandatario soltero y su mamá no tiene la misma empatía con la gente que su tía, dicen samarios consultados.

Como gestora del departamento uno de los episodios más recordados ocurrió en Ciénaga, en 2013.  Rosa llegó al municipio para entregar junto a la Fundación Caminos por Colombia unas sillas plásticas con ruedas de bicicleta, en vez de sillas de ruedas convencionales.

El reclamo del representante de los discapacitados de ese municipio no se hizo esperar porque consideró que esas sillas eran un irrespeto, según relata una ciudadana que fue testigo del hecho. Un miembro del equipo de Cotes calificó a los cienagueros de desagradecidos y les recordó que “a caballo regalao’ no se le mira el colmillo”, lo que generó recordadas críticas a Rosa. 

La gestión que Rosa Cotes realizó como primera dama distrital y continuó como primera gestora del Magdalena tienen un “sesgo de populismo mediático”, dice Edimer De La Torre, profesor e investigador de la Escuela de Derecho de la Universidad Sergio Arboleda.

El 52% de la población en Magdalena es pobre, según estadísticas del Dane publicadas en 2013. De ese grupo, el 17% vive en extrema pobreza, es decir, sin los recursos suficientes para comer los tres platos diarios. Estos porcentajes ubican al Magdalena dentro del grupo de los cinco departamentos con mayor pobreza del país y con más necesidades básicas irresueltas.

En medios locales samarios Rosa ha respondido ante las críticas a su labor social que existen personas “malintencionadas que tratan de minimizar y enlodar el trabajo desinteresado que he venido adelantando por los magdalenenses más vulnerables”. Invita a sus críticos a preguntarles a quienes se han beneficiado con sus ayudas si ella les ha pedido votos.

Más allá de eso, la pregunta de muchos es si esa sola labor social alcanza para ser gobernador de un departamento con esas necesidades.

A la sombra del Mello, el esposo y Los Conejos

Aunque en la esfera política se da por descontado que Rosa es la candidata de bolsillo del Gobernador y su grupo, una fuente cercana a su campaña nos dice que una de sus principales preocupaciones es mostrarse independiente de su sobrino. “Yo no me voy a dejar influenciar por mi hermano (Álvaro Cotes, el papá del Mello), yo voy a demostrar cuando sea gobernadora que en el Magdalena la educación y la salud importan”, les dijo a los padres de un niño al que ayudó a conseguirle atención médica.

La fuente cercana a la campaña también cuenta que en las primeras reuniones celebradas para definir las características de su discurso político, no ha visto ni a su esposo ‘Chico’ ni a sus hermanos Los Conejos. En cambio, dice, ha visto a una Rosa “tirando línea sobre el tema social”.

Otra fuente consultada nos dijo que a los eventos públicos siempre asiste acompañada de su hermana Luz María y a una que otra entrega de juguetes y comida en los municipios va acompañada por su esposo.

Rosa continúa sus visitas en los municipios del Magdalena entregando ayudas y reuniéndose con las comunidades para presentarles su aspiración a la Gobernación.
A algunos eventos políticos asiste acompañada de su esposo 'Chico' Zúñiga.

Los retos

Si Rosa Cotes llega a ser Gobernadora del Magdalena tendrá que afrontar los procesos de ejecución de obras de conectividad vial por 45 mil millones de pesos que el Gobierno Nacional autorizó hace un par de semanas, con un convenio que sellaron el Vicepresidente y el Gobernador; la asignación de recursos de la doble calzada entre Barranquilla y Ciénaga y los cuatro tramos de la Vía de La Prosperidad por 466.900 millones de pesos. Además hay expectativa por el desarrollo portuario que llegue de la mano de esta vía.

Ante obras de infraestructura como esta e indicadores de salud, vivienda y educación por mejorar, en el Magdalena hay quienes se preguntan si Rosa tiene la suficiente preparación para llevar las riendas del departamento porque su “perfil es social y pare de contar. No hay más nada en su hoja de vida”, manifiesta uno de los profesores entrevistados.

Mientras le sale contendor fuerte (suenan para esta contienda Fidias Ospino, Jorge Luis el ‘Negro’ López y Adolfo ‘Chofo’ Gómez), Rosa Cotes sigue respondiendo llamadas, yendo a donde la llamen. En sus propias palabras “haciendo lo que más me gusta: dar al que necesita”.

Si dará su mandato al poderoso grupo que la está respaldando es el interrogante que muchos se hacen.


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