Los sindicatos del Concejo de Bogotá han crecido recientemente por un motivo muy curioso: los asesores de los concejales que pierden su curul por el escándalo del carrusel de la contratación engrosan sus filas de afán, para hacer más difícil que los retiren de sus cargos. Y con eso los que llegan a ocupar la curul se quedan sin la posibilidad de nombrar sus propios asesores.
El caso más reciente es el de los asesores del concejal conervador Omar Mejía, quien está detenido en su casa desde el pasado 18 de abril, luego de que la Fiscalía le imputara cargos por supuestamente haber recibido 120 millones de pesos de Héctor Zambrano, entocnes secretario de Salud de Samuel Moreno, a cambio de que el Concejo no debatiera el contrato de ambulancias distritales.
Justo antes de que se tomara esa decisión, el 16 de abril, los nueve miembros de su Unidad de Apoyo Normativo se afiliaron a uno de los tres sindicatos del Concejo, Sintraconcejo.
Eso hace más difícil que los saquen: los sindicalistas tienen un fuero especial que incluye la estabilidad reforzada, para que los empleadores no puedan desarmar los sindicatos simplemente echando a sus miembros. Si los echan, éstos pueden demandar el reintegro, y en muchos casos han ganado.
El caso de los asesores de Mejía copia el del ex concejal verde José Juan Rodríguez, cuyos asesores siguieron siendo empleados del Concejo (y devengando sus salarios que suman casi 28 millones de pesos mensuales) durante más de seis meses después de que su jefe esutviera preso detenido por su participación en el carrusel.
Por eso su reemplazo, la concejal Lucía Bastidas, incluso duró más de dos meses despachando desde cualquier rincón del Concejo porque no podía usar su oficina que estaba ocupada por los empleados de Rodríguez.
En el caso de Mejía, aunque el reemplazo tiene la curul, está maniatado. A pesar de que el 7 de mayo se expidió la resolución que declaró en firme la vacancia de la curul y se reconoció el derecho para que se posesionara el cuarto en la lista conservadora, el ex edil de Usme Fernando Vásquez Bustos, el nuevo concejal no ha podido nombrar a ninguna persona en su equipo de trabajo y su oficina sigue vacía a pesar de que él ya está posesionado.
“La mesa directiva (del Concejo) me dijo que los declarara insubsistentes yo, pero como yo no los nominé no tengo la facultad de hacerlo. Ni siquiera tengo conductor porque no puedo nombrarlo. Como la ley de garantías empieza el próximo 25 de junio, se van a quedar ahí todo el tiempo (el 31 de diciembre se le acaba el período a los concejales actuales)”, le dijo Vásquez a La Silla.