![]() El pesimismo está en los niveles de SamperEl shock producido por el asesinato de los 11 soldados por parte de las Farc parece haberse estabilizado en un pesimismo con el rumbo del país solo similar a las épocas del presidente Samper, cuando ocurrió el proceso 8000. Durante el gobierno de Santos, solo estuvo peor cuando ocurrió “el tal paro que no existe”. | ![]() “Es la guerrilla, estúpido”.Los ataques a la infraestructura por parte de las Farc desde su ruptura del cese unilateral -que han afectado principalmente a los civiles al quedarse sin agua, sin luz y sin dónde pescar en varias regiones, es sin lugar a dudas el detonante del creciente pesimismo con el país y con la negociación. Por primera vez en tres años, la seguridad y el orden público volvieron a ser la mayor preocupación de los colombianos. Supera con creces su preocupación con los temas adquisitivos a pesar de la desaceleración que ha sufrido la economía. |
![]() La peor percepción sobre la guerrillaLos ataques recientes a bienes civiles por parte de la guerrilla consiguieron que la pregunta sobre si el manejo de la guerrilla está mejorando o empeorando alcanzará el peor puntaje histórico desde que se está haciendo esta medición hace siete años. Es el resultado de la combinación de una negociación que está durando mucho más de lo que el gobierno había pronosticado unido a la ruptura del cese unilateral que ha llevado a una intensificación de los ataques por parte de las Farc. | ![]() La mancha de la guerrilla creceUna evidencia del nefasto impacto que tuvo en la opinión pública el derrame de casi 500 mil barriles de crudo por parte de la guerrilla, que alcanzaron las aguas subterráneas y los ríos de Nariño y Putumayo (incluidas zonas selváticas), es que la percepción del manejo del medio ambiente logró su peor récord histórico en siete años. |
![]() Mientras tanto todo lo demás está mejorandoEs tan claro el impacto de los ataques terroristas de la guerrilla sobre el ánimo general que la satisfacción con el estándar de vida logró su mejor nivel de todo el gobierno de Santos. También mejoró sustancialmente la percepción de que otros sectores están mejorando: la educación, el transporte de carreteras, la atención de los ancianos, etc. | ![]() Santos, débil y debilitadoLa percepción de Santos viene empeorando desde que fue elegido en junio de 2014 pero está a punto de alcanzar su peor nivel de cuando el “tal paro”. Así de mal, realmente, solo ha estado Andrés Pastrana en su época del Caguán. Los logros que la gente reconoce en el manejo de otras áreas de gobierno no los cosecha él, que ha ligado la suerte de su gobierno a la del proceso de paz. |
![]() Entre más cerca de los ataques, les va peorDos terceras partes de las acciones ofensivas de las Farc tras romper el cese unilateral han ocurrido en Nariño, Cauca y Putumayo. Cali y Valle son las únicas dos ciudades y gobernaciones, respectivamente, encuestadas del Suroccidente del país y el impacto de los ataques guerrilleros es evidente en la percepción del desempeño de los mandatarios. Mientras que todos los de las demás ciudades y regiones encuestados mejoran, ellos dos caen considerablemente. |
Entre más ataques, más uribistasLa popularidad del ex presidente Uribe es directamente proporcional a la importancia que cobra el tema de la seguridad y el orden público entre los colombianos. A pesar de que la opinión favorable sobre el ahora senador venía bajando desde que Santos llegó al poder, la ruptura del cese unilateral con la muerte de los 11 soldados volvió a dispararlo en las encuestas y nuevamente muchas más personas tienen una opinión positiva de él que negativa. |
![]() Se estabilizó el odioLa esencia de la justicia transicional es que se está dispuesto a sacrificar parte de justicia (como años de cárcel o incluso que vayan a la cárcel) para lograr la paz. Cuando la muerte de los 11 soldados por parte de las Farc en abril de este año, se alcanzó el pico de gente que se oponía a esta transacción. A pesar de que los ataques han arreciado desde entonces, el rechazo a la justicia transicional ha vuelto a sus niveles históricos. |
Aumenta la confianza en las armasUna mala noticia (¡otra más!) para el proceso de paz es que todavía dos de cada tres colombianos cree que el Estado está en capacidad de derrotar militarmente a la guerrilla y al mismo tiempo ha ido creciendo el porcentaje de gente que cree que es posible que la guerrilla algún día se tome el poder por la fuerza. Esto es grave porque una negociación es más fácil cuando la gente siente que no hay plan B para ninguno de los dos. |
![]() La mesa de la Habana pierde apoyoEn consonancia con todo lo anterior, la fe en la Mesa de Negociación en la Habana ha alcanzado su peor momento desde que arrancaron las conversaciones con las Farc. Hoy hay tanta gente que cree en la salida negociada como los que abogan por levantarse de la mesa y apostarle solo a la derrota militar. Esto comprueba una vez más que ya no es tan viable el principio que ha guiado la negociación de “hacer la guerra como si no hubiera negociación y de negociar la paz como si no hubiera guerra”. |
La paloma malheridaLa pérdida de fe en el proceso de paz no solo se revela en la pérdida de credibilidad en la salida negociada sino que la gente cada vez tiene menos esperanzas de que se llegue a un acuerdo final. Incluso si se llegara a firmar, cada vez menos colombianos creen que la firma conduciría a las metas que tiene: detener la violencia de origen ideológico, distribuir mejor la riqueza en el campo, combatir el narcotráfico o reparar a las víctimas. Los ataques de la guerrilla han demolido sobre todo la fe en el proceso de paz. |