Dos anuncios esta semana terminarán de armar el rompecabezas electoral en Bogotá: los verdes dejarán en libertad a sus militantes después de quedarse sin candidato a la Alcaldía y al menos 10 funcionarios de la Administración de Gustavo Petro saldrán de sus cargos. Dos movidas con las que la izquierda busca reorganizarse para hacerle campaña a la candidata del Polo, Clara López, y que vuelven a demostrar lo dinámica que es la política.

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A las 10 de la mañana de hoy, los verdes harán una rueda de prensa para anunciar la decisión del partido de dejar en libertad a sus militantes. Como contó La Silla, una de las peleas que se veía venir era a quién iban a apoyar después de que Carlos Vicente de Roux renunció a su candidatura tras quedarse sin el apoyo de su partido.
Los verdes tenían tres caminos: apoyar a Clara López, como lo intentaron fallidamente en junio o a Enrique Peñalosa que fue su candidato presidencial el año pasado. Esas eran al menos, las posturas mayoritarias a pesar de que hay algunos que aún se inclinan por Rafael Pardo.
El tercer camino, y por el que terminaron yéndose porque no lograron ponerse de acuerdo, fue dejar en libertad a sus militantes. Una libertad condicionada a que apoyen a alguno de los tres candidatos punteros. Si alguno apoya a Pacho Santos los acusarán de doble militancia.
“Estamos procesando un documento que recoja el espíritu unitario y que no ponga al partido a elegir en ese trilema. Cada sector tiene opiniones, respaldados por voces fuertes, y no hay unidad de criterio”, dice una alta fuente de los verdes en Bogotá. “En ese problema nos dejó Carlos Vicente de Roux: si no es la izquierda, es la derecha”.
Sin embargo, según cuatro fuentes consultadas por La Silla (tres verdes y uno del Polo), la mayoría del partido ya está jugado con Clara.
Son, además, los verdes que vienen del progresismo que acompañó a Gustavo Petro en el 2011 y que en diciembre del 2013 se fusionaron con los verdes en la Alianza Verde pero que renunciaron a seguir con él después de que el Alcalde se opuso a la Alianza para refundar el Progresismo.
Así, lograron ser el partido mayoritario en Bogotá con una bancada de 13 de los 45 concejales y 52 de los 160 ediles, tres representantes a la Cámara (los tres con origen en la izquierda) y dos senadores con muy buena votación en Bogotá.
En ese grupo están ya jugados cuatro de los ocho concejales progresistas que llegaron al cabildo en 2011 y de los cuales siete quieren reelegirse. Juntos, sacaron en las últimas elecciones un poco más de 36 mil votos y tras ellos, según una alta fuente de su partido, están los ediles que también están buscando la reelección y que en su mayoría, también son progresistas verdes.
Ellos son Borys Montesdeoca, que viene del sindicalismo (fue presidente de Fecode y secretario general de la Cut) y del Polo; Yezid García que es amigo personal de Gustavo Petro pero que se quedó con los verdes tras la fusión para no perder su curul; Carlos Roberto Sáenz, que viene de ser concejal del Polo hace 8 años; y Diana Alejandra Rodríguez, que fue edil del Polo y que tiene sus bases en los maestros pero que llegó al Concejo con la lista de Progresistas.
Rodríguez todavía no ha tomado una decisión formal pero La Silla supo que se está inclinando por Clara López porque esa fue la decisión que tomó su grupo político, encabezado por el senador Antonio Navarro.
Según tres fuentes distintas de los verdes consultadas por La Silla, Navarro ya ha dicho en público que acompañará la candidatura de Clara y según una de ellas, hará un pronunciamiento oficial el martes de la próxima semana.
Navarro fue elegido senador el año pasado con 55.444 votos, de los cuales la mitad los obtuvo en Bogotá. No sólo es ex militante del M-19, donde compartió filas con Gustavo Petro, sino que también fue elegido con el aval del Polo como Gobernador de Nariño en el 2008 y fue el primer secretario de Gobierno de Petro cuando arrancó su Administración.
Fue uno de los que se unió a Petro después de que el ex alcalde rompió cobijas con el Polo por sus vínculos con el carrusel de la contratación de Samuel Moreno y es una de las cabezas detrás de la fusión en Alianza Verde.
Con él está además, el representante Inti Asprilla, hijo del fallecido secretario de gobierno de Petro, Guillermo Asprilla.
Por parte del Ejecutivo de los verdes, La Silla sólo pudo confirmar que tres ya están jugados con Clara: el copresidente Luis Carlos Avellaneda, el secretario General, Jaime Navarro, y el ex senador Jorge Guevara, que se quemó en las pasadas elecciones intentado llegar al Senado y sacó 3.674 votos en Bogotá.
Los tres vienen del progresismo y tienen arraigo en Bogotá. De hecho, Avellaneda fue coautor junto con Petro y con Carlos Vicente de Roux, del informe con el que Petro denunció en el Polo el carrusel de la contratación de Samuel Moreno, cuya secretaria de Gobierno era precisamente Clara López.
En ese entonces, como contó La Silla, la reacción del Polo frente al informe fue “llamar a sus militantes y amigos a movilizarse en defensa de la Alcaldía (de Moreno) y lejos de ceder a las pretensiones de Petro de expulsar a Samuel e Iván Moreno del Polo, compararon al ex candidato presidencial con su peor enemigo. Y por eso, Petro y sus aliados dentro del Polo abandonaron el partido dando un portazo.
Durante años, el senador Jorge Enrique Robledo, uno de los líderes de ese partido, no podía ni ver a Petro y Petro, por su parte, dijo del Polo se quedó callado mientras la corrupción se devoró a la capital.
Pero como dijo Santos, la “política es dinámica” y ahora, el combo de los verdes progresistas se vuelve a alinear con el Polo, al menos con fines electorales.
Por ahora, ninguno está pensando en acuerdos burocráticos, aunque una fuente de la campaña del Polo le dijo a La Silla que seguramente, si Clara gana, todos los sectores tendrán “opciones de gobernabilidad” en su administración.
López también cuenta con el respaldo de verdes verdes según las fuentes (es decir, los que hacían parte del partido verde antes de la fusión con Progresistas): la representante por Bogotá Ángela María Robledo, que viene de ser de la cuerda de Mockus pero que, se ha movido a la izquierda desde la fusión y que el año pasado sacó casi 21 mil 500 votos. Además, el concejal Edward Rodríguez, el más votado hace cuatro años en la lista verde con 18.739 votos. Y según una fuente de los verdes consultada por La Silla, también tendría el respaldo del senador Iván Name y la concejal, María Clara Name. "Fueron los primeros en irse con Clara", aseguró la fuente.
La senadora Claudia López ya dijo enfáticamente que no va a votar por Clara. “No han dado garantías de no repetición en corrupción ni ofrecen el cambio que reclama la ciudad. Lo que ofrecen es reelegir el pasado (a Clara, Samuel y Samper) y preelegir a Petro. ¡No gracias!”, dijo a La Silla. Dijo que en su momento decidirá su voto a conciencia entre Pardo y Peñalosa.
En ese grupo están además la representante Angélica Lozano y la concejal María Fernanda Rojas y que son las únicas ex progresistas que no se inclinan por la izquierda. Y los concejales Antonio Sanguino y Carlos Vicente de Roux siguen en la encrucijada.
Por ahora, los verdes que están con Peñalosa son los concejales Lucía Bastidas y Hosman Martínez y el senador Jorge Iván Ospina. Juntos consiguieron 21 mil votos en las elecciones pasadas en Bogotá.
Falta aún que se resuelvan otros directivos del partido como Carlos Ramón González y el copresidente Jorge Londoño, aunque una fuente cercana a la campaña peñalosista, ellos también podrían inclinarse por el ex alcalde.
Y el único que ha hecho un acuerdo formal con Rafael Pardo es el concejal William Moreno que no está buscando la reelección. El concejal Diego García, según supo La Silla ha hablado con todos los candidatos pero todavía no ha dicho con quién se va.
Como son minoría, ellos también presionaron para que el partido los dejara en libertad.

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Mientras los verdes se resuelven, el petrismo se sigue moviendo en favor de la candidata del Polo. Petro no sólo se reunió con Clara López la semana pasada para sellar el acuerdo que terminó con la renuncia de María Mercedes Maldonado de la contienda. Además, a diferencia de lo que pasó con su ex candidata, ahora sí se movieron sus funcionarios a favor de la campaña de López.
Ayer se oficializó la renuncia del gabinete de Jorge Rojas, que fue secretario privado de Petro desde que arrancó su gobierno, luego fue secretario de gobierno encargado cuando renunció Navarro y más tarde fue designado secretario de Integración Social.
Antes de la primera vuelta presidencial del año pasado, Rojas fue uno de los tres secretarios que salió para apoyar la reelección de Juan Manuel Santos y luego regresó al cargo.
Ahora vuelve a salir por motivos similares, y según tres fuentes del progresismo, ésta será la única renuncia de funcionarios de “primer nivel” de la Alcaldía. Esto, a pesar de que los rumores que rodaron en redes sociales el fin de semana hablaban de cuatro renuncias en el gabinete de Petro. Rojas entrará a hacer parte de la "plana mayor" de la campaña de Clara López, donde también tendrán asiento la ex candidata María Mercedes Maldonado y el ex secretario de Hacienda de Petro, Ricardo Bonilla.
“El único que agrupa el petrismo en Bogotá es Rojas. Es el (Secretario) más simpático, más querido, al que la gente respeta”, le dijo a La Silla una fuente de progresistas.
Como jefe de la secretaría de Integración, Rojas lideró los programas sociales bandera de esta Administración como la entrega de jardines infantiles y la resocialización de los habitantes de calle. Por eso, “es la persona que tiene más arraigo en las localidades, el que más conoce la gente”, agregó otra persona de ese movimiento.
La Administración Petro está evaluando otras posibles renuncias de funcionarios que podrían ser entre 10 y 15 personas pero que en todo caso, según las fuentes, serían de rango medio como subsecretarios y directores de entidades.
En el sonajero están el director del IDRD y ex secretario de Salud de Petro, Aldo Cadena, también salió del gabinete el año pasado para apoyar la reelección y estuvo en la campaña de Petro a la Alcaldía como asesor en temas de salud. Y el subsecretario de Gobierno para asuntos locales, José Cuesta, que entró al gobierno después de liderar la “tutelatón” que pretendía frenar la destitución de Petro ordenada por el Procurador Alejandro Ordóñez.
Aunque ninguno ha presentado su renuncia aún, ellos suenan porque tienen un perfil más político que técnico, lo que es clave para jalonar la estrategia petrista de movilizar a las personas “que tengan más arraigo” - en palabras de una persona cercana a la campaña petrista- en las localidades, sobre todo en las grandes como Bosa o Ciudad Bolívar.
“Es carreta que van a salir 200 funcionarios, eso sería llevarse a toda la administración. Van a salir son activistas que van a reorganizar el progresismo en las calles, timbrar de casa en casa. Eso se va a saber esta semana, porque todavía varios lo están pensando. No hay gente convencida. Es un sapo muy grande el que hay que tragarse para reagrupar el progresismo y aquí nadie está pidiendo carnet del Polo”, le dijo a La Silla una fuente cercana a la campaña petrista.
Con el “sapo” se refieren a volver a hacer campaña con Clara López después de que ella, como presidenta del Polo y el resto del partido defendieron al ex alcalde Samuel Moreno hasta el último minuto antes de ser destituido y quedar preso. Fue justamente a partir de las denuncias contra Moreno y contra el carrusel de la contratación que Petro hizo campaña con Progresistas y ganó la Alcaldía abanderando la “lucha contra la corrupción”. Un pasado que ahora les toca ignorar para no perder la Alcaldía.
Un sapo similar al que tuvieron que tragarse cuando apoyaron a Santos a la presidencia y que según la fuente tuvo frutos: hoy, después de que se anunció el acuerdo de justicia transicional en La Habana, ningún petrista está arrepentido de haberlo apoyado. Y que ahora tendrán que volver a tragarse no solo para evitar “que se torpedee el proceso de paz” sino que “el progresismo no pierda una opción democrática”, agregó la fuente.
Aunque Peñalosa se ha manifestado a favor del proceso de paz desde un inicio, los petristas creen que como fue candidato de Uribe en las pasadas elecciones por Bogotá, y además está apoyado por Germán Vargas que ha mantenido un elocuente silencio frente al proceso en la Habana, un triunfo suyo convertiría a Bogotá “en una trinchera” contra el proceso de paz.
Pero en realidad lo más importante para ellos es que Petro tenga representación y bases sólidas en Bogotá para poder aspirar en la Presidencia en el 2018.
Así, la que gana por ahora es Clara López que como contó La Silla está armando su estrategia para este último mes de elecciones a punta de polarizar la campaña entre Peñalosa y ella, aprovechando, como le dijo a La Silla un analista político, que “Peñalosa es un “superglue” de la izquierda”. Y que por ahora, parece que le está funcionado.