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Desde el primer día de mandato de Edwin Besaile en Córdoba, el secretario general Roberto Tirado (el primero de izquierda a derecha) ha demostrado ser un verdadero poder tras bambalinas. Difícilmente una decisión se toma sin su visto bueno. |
En las regionales pasadas, el senador Musa Besaile se coronó como el super poderoso de Córdoba al ganar la Gobernación a través de su hermano Edwin Besaile. Sesenta y siete días después del inicio de mandato de Edwin, el excesivo protagonismo de uno de los miembros de su gabinete tiene inconformes a varios militantes del grupo político del congresista. El malestar por el poder del secretario general Roberto Tirado amenaza con crecer como bola de nieve, las próximas semanas.
Roberto Tirado es un abogado que goza de la confianza de Musa Besaile por sus conocimientos en administración pública, al igual que su gemelo José Fernando Tirado, quien dirige desde 2012 la CAR cordobesa CVS.
Al musismo, Roberto llegó hace seis años, cuando Musa decidió armar movimiento propio y abandonó Mayorías Liberales, del exsenador Juan Manuel López Cabrales (condenado en 2008 por parapolítica). Ambos hicieron campaña como fórmula para las legislativas de 2010: el gemelo se ahogó, pero Musa logró dar el salto de la Cámara al Senado.
Desde entonces, el poder de Roberto al interior del equipo de Musa ha ido en aumento. Por eso, cuando en noviembre pasado Musa anunció que sería el secretario general de la Gobernación de Córdoba, la noticia fue interpretada en ese departamento como otro espaldarazo del congresista a uno de los gemelos. Y a Roberto le comenzaron a anticipar un papel clave en el gabinete. Los cálculos no estuvieron errados.
El Secretario general ha demostrado en este arranque de mandato que sin su visto bueno ningún proceso fluye y que, en muchos casos, él es la puerta que deben tocar quienes quieran hablar con Edwin Besaile. Hasta lo ha reemplazado en dos ocasiones, asumiendo como gobernador encargado.
Cuatro políticos activos, dos periodistas y un funcionario de la Gobernación le contaron a La Silla que en estos dos meses no se ha tomado ninguna decisión o se ha firmado un documento en la administración departamental sin el visto bueno de la Secretaría General.
Tanto poder concentrado comienza a generar grietas al interior del grupo político de Musa.
La Silla supo que tres miembros del musismo se quejaron recientemente en reuniones privadas y hasta buscaron un vocero que le dijera al congresista que tanto poder centralizado en el Secretario general no estaba cayendo bien.
Mucho más desde que a Musa le escuchan decir con frecuencia que el Secretario general es quien le cuida la espalda a su hermano Gobernador porque revisa todo lo que firma.
Hasta la esposa de Musa cuestiona que Tirado tenga tanto margen de maniobra en el gobierno de su cuñado Edwin, le contó a La Silla un político que la escuchó hablando del tema.
Las últimas semanas, el malestar al interior del musismo - y entre los otros grupos políticos que tienen participación en el gabinete- ha aumentado porque comenzaron a hacerse efectivas las facultades de contratación que, vía decreto, el Gobernador le dio a Tirado la primera semana de enero.
Con los decretos 0008 y 0009, el gobernador Besaile le quitó las facultades de contratación a varias secretarías y las concentró en las dependencias de Gestión Administrativa e Infraestructura, siempre y cuando tengan la aprobación del Secretario general.
En ambos decretos quedó establecido que los certificados de disponibilidad presupuestal para contratar deben solicitarlos los titulares de esas dos carteras “y el Gobernador del departamento de Córdoba, previo visto bueno de la Secretaría General de la entidad”.
Dos políticos activos con los que La Silla habló también mencionaron que la contratación del sector Educación quedó dependiendo del visto bueno del Secretario general. Pero al consultar en el sitio web de la Gobernación no encontramos ese decreto, que por Ley de Transparencia debería estar disponible.
Que ese visto bueno haya quedado por escrito, incluso cobijando también las peticiones presupuestales hechas por el Gobernador, tiene a la Córdoba política hablando sobre las alas que ha desplegado Tirado y haciendo cábalas sobre el alcance de su poder los próximos meses.
Y justo por esa intermediación en la contratación ya comienzan a darse demoras en la adjudicación de ciertos contratos. Ese es el caso del Plan de Alimentación Escolar (PAE), que todavía aparece en el Portal Único de Contratación en borrador, pese a que las clases en las escuelas oficiales comenzaron hace un mes y que para esta temporada ya debería haber sido escogido el operador que les prepara los desayunos, almuerzos y meriendas a los estudiantes.
En Sucre y Atlántico, por ejemplo, el PAE ya fue contratado.
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Otro hecho que genera tensiones al interior del musismo, y en los otros grupos políticos con participación en el gabinete de Edwin Besaile, es la presencia de Roberto Tirado en las reuniones, por encima de los demás secretarios. |
Roces con otros grupos
El empresario Edwin Besaile ganó la Gobernación de Córdoba, principalmente, con los votos que le pusieron su hermano Musa, el senador Bernardo Ñoño Elías y el liberal Juancho López Cabrales. También tuvo el respaldo del exgobernador Alejandro Lyons y su prima, la representante Sara Piedrahita, y de la excongresista investigada por parapolítica Zulema Jattin.
Todos esas fuerzas políticas hoy tienen burocracia en la Gobernación, aunque los musistas quedaron con las secretarías clave en el manejo de la contratación: además de la General, tienen la de Gestión Administrativa con Bernardo Vega Vergara y la de Infraestructura con Carlos Angulo Martínez. Mientras que en Hacienda está una cuota del representante Raymundo Méndez, fórmula de Musa.
Tanto a los secretarios del musismo como a los del Ñoño Elías y de Juancho López, la supervisión constante de Tirado los tiene incómodos.
Por ejemplo, al de Gobierno Juan José González, del grupo de Juancho, y al de Salud José Jaime Pareja, del Ñoño Elías, los han escuchado quejarse, en privado, por la vocería que el Secretario general suele tomar en reuniones propias de las carteras que tienen a cargo.
La semana pasada, Tirado estuvo con el gobernador Besaile en un consejo de Seguridad, celebrado en Montería. El Secretario general habló ante los medios sobre las acciones conjuntas de la Gobernación, la Policía y el Ejército para combatir el crimen, a pesar de que ese tipo de declaraciones son del resorte del Secretario de Gobierno.
Unas semanas antes, el secretario de Salud había tenido un roce con Tirado porque le exigió que le respetara su autonomía como cabeza de cartera.
Ese roce no pasó a mayores porque el jefe político del Secretario de Salud, el senador Ñoño Elías, ha mantenido hasta ahora una comunicación directa con el Gobernador. Especialmente cuando necesita que se le agilice cualquier proceso, que pueda demorarse más de lo usual por cuenta de la intermediación de Tirado.
Las quejas incluso han traspasado las instalaciones de la Gobernación. Un político le contó a La Silla que hace una semana asistieron varios miembros del gabinete departamental al sepelio del papá del senador Martín Morales, en el municipio de San Antero. Allí también salió a relucir el descontento por el creciente poder de Tirado.
La Silla se comunicó con Roberto Tirado para conocer su versión sobre cuál ha sido su gestión en este arranque de gobierno de Besaile, pero no respondió los mensajes. También le escribimos a la jefe de prensa de la Gobernación, pero nos aseguró que el Secretario se encontraba ocupado atendiendo reuniones en Bogotá.
Solo el tiempo dirá si las grietas en el musismo por el papel de Tirado llegarán a ser profundas y si ese protagonismo terminará tensionando las relaciones, hasta ahora amistosas, del poderoso binomio que forman Musa Besaile y Ñoño Elías. Por lo pronto, el Secretario general tiene carta blanca en la Gobernación y en su departamento no dejan de describirlo como el Gobernador a la sombra.