Sahagún está en obra negra. Desde noviembre pasado, los cerca de 120 mil habitantes del tercer municipio de Córdoba empezaron a ver cómo con máquinas se iban partiendo sus calles, deteniendo su tráfico, complicando su vida. El objeto era bueno: la Alcaldía de Carlos Elías contrató para construir andenes, adecuar parques, mantener vías, hacer una ciclorruta de 8 kilómetros y una plaza de mercado y una terminal de transportes. Y también la tercera etapa del alcantarillado y la fase I de una red del acueducto. Todo al tiempo. Parece como si el pueblo se estuviera volviendo a construir desde ceros.
El principal impulsor de estos trabajos es el senador de La U Bernardo 'Ñoño' Elías, nacido en Sahagún, quien “tomó de la mano” a su primo el alcalde y lo acompañó en Bogotá a entidades, y además le recordó el asunto al presidente Juan Manuel Santos e hizo llamadas a varios altos funcionarios, según le contó a La Silla el mismo congresista.
Al final, Ñoño consiguió que en febrero de 2013 Fonade (el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo) firmara con la alcaldía de su pueblo un millonario convenio interadministrativo, por 51.767 millones de pesos, en el que la Nación acordaba dar los recursos para todos los proyectos que hoy se están haciendo y que prometen mejorar la calidad de vida en el municipio. Todos excepto el acueducto y alcantarillado, que se están haciendo también con recursos de la Nación gestionados por Ñoño pero a través del Departamento para la Prosperidad Social y Findeter.
Es la llamada “mermelada”. Los cupos indicativos o la ‘regionalización del presupuesto’ (el nombre técnico de la mermelada) que son los recursos que entregó el Gobierno para las regiones el año pasado y cuya destinación puede ser indicada por los legisladores afectos a él.
Como lo contó La Silla, estos cupos se han convertido en la fuente de financiación de campañas más poderosa de muchos congresistas de la coalición oficial porque los alcaldes que reciben la plata tradicionalmente contratan con los que, a su vez, les financian la campaña de reelección.
El año pasado, Ñoño Elías era el presidente de la Comisión Tercera del Senado, que tramitó la pasada reforma tributaria. Normalmente, estos cupos indicativos son el ‘peaje’ que tienen que negociar los ministros de Hacienda con los congresistas para lograr pasar una reforma de este tipo. (El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dice que él nunca negoció nada con Elías ni con ningún otro congresista. “Absurdo y aterrador el cuento. Es una mentira gigantesca”, dijo el Ministro cuando La Silla le preguntó si era cierto que él había negociado a nombre del gobierno con Elías esa inversión en Sahagún).
Más allá de cómo lo logró Elías, el año pasado, cuando arrancaba la época electoral, simpatizantes de este senador quisieron cobrar su gestión y las obras que llegaron a Sahagún con vallas como estas.
Ñoño Elías -según RCN, investigado por posible lavado de activos en su campaña- dice que él no tuvo nada que ver con esas vallas de agradecimiento. Independientemente de eso, efectivamente él es uno de los senadores más consentidos por el Gobierno Nacional. Incluso más que el también sahagunense Musa Besaile, el otro senador de ese pueblo, que ha llegado a tener cinco senadores en el mismo período aunque aún no cuenta con agua potable diaria.
Con 74.247 apoyos, la del ingeniero de 36 años Ñoño Elías fue la octava votación a Senado de La U en 2010. De familia tradicional cordobesa, Elías venía de ser representante y en su salto al Senado se convirtió en un fenómeno en la Costa con un movimiento que él bautizó folclóricamente como la “ñoñomanía”, y que ha sido celebrado sobre todo en saludos de cantantes vallenatos como Silvestre Dangond.
Según la reciente denuncia del uribismo (basada en información que un antiguo funcionario de Presidencia sacó de tres de los "computadores de palacio") sobre la mermelada dada a los congresistas de la Unidad Nacional, Ñoño es el senador que ha recibido más cupos indicativos o mermelada.
Aunque la denuncia de los uribistas no ha sido comprobada (de hecho, La Silla sacó una historia contando que en el tema de la burocracia la denuncia estaba inflada), el monto que dicen que el Gobierno le dio a Ñoño en obras (52 mil millones) coincide con el monto del convenio Sahagún-Fonade que él ayudó a gestionar (51.767 millones). Ningún otro congresista de la Unidad Nacional, según la denuncia, recibió tanta plata en cupos indicativos.
El convenio para las obras que el Senador dice que gestionó también es inusual porque lo común es que Fonade celebre acuerdos por un solo proyecto y nunca por montos tan altos en pueblo pequeños.
Con la Alcaldía del primo de Ñoño Elías, Fonade acordó por varias obras que se licitaron justo ad portas de la época electoral, cuando más le convenía a la reelección del Senador.
De hecho, una de las cosas que más ha molestado de los trabajos a algunos sahagunenses es que todos los frentes de obra se hayan abierto al mismo tiempo. Y hasta hay habitantes que se atreven a decir que están rompiendo vías que estaban en buenas condiciones.
Un profesor de colegio que pidió que se omitiera su nombre le contó a La Silla que al frente de su casa partieron una calle que no tenía huecos y estaba perfectamente pavimentada: “Nunca nos avisaron que lo iban a hacer. Se supone que deben hacerlo, yo ni siquiera tenía cómo entrar el carro a mi casa. En la mañana salí y la calle de enfrente estaba buena. Por la noche volví y todo estaba en obra”.
La alcaldía de Carlos Elías licitó los proyectos del convenio con Fonade por separado, así: la ciclorruta por 12.433 millones, los andenes y otras obras de urbanismo por 7.184 millones, y la terminal de transportes y el mercado por 24.686 millones de pesos. Los negocios los ganaron tres uniones temporales distintas.
En una de ellas (la Unión Temporal Andenes Centenario, que está haciendo los andenes) aparece como una de sus empresas integrantes una firma llamada Construccapital S.A.S., que en 2011 tuvo de socio a Bernardo Elías Náder -el papá de Ñoño Elías- en un proyecto en el que pretendían construir una cárcel en Medellín.
En otra de las uniones temporales (Unión Temporal Ciclorruta Sahagún) aparece como integrante la empresa Inversiones Grandes Vías e Ingeniería S.A.S. Esa empresa tiene una experiencia relativamente corta y hecha, en buena medida, de la mano de los Nule, como contó El Espectador en 2010, en una breve nota que elogiaba el crecimiento de los Nule y mostraba sus socios.
La firma también aparece como socia de la unión Temporal Vías de Colombia, que se ganó el polémico contrato por casi 50 mil millones de pesos por el que está investigado el destituido ex gobernador guajiro Kiko Gómez.
De otro lado, el contrato de 24.686 millones para hacer la terminal y el mercado se está ejecutando en un lote (conocido como “El Pantano” porque suele inundarse, según nos dijeron en Sahagún) que supuestamente donó al municipio Bernardo Elías Náder, el padre de Ñoño Elías y pariente del Alcalde. Supuestamente, porque que en un certificado de tradición posterior a la firma del contrato aparece aún a nombre de Elías Náder.
El contrato para hacer la terminal y el mercado se firmó en mayo de 2013 y en un certificado de tradición de agosto de ese mismo año conocido por La Silla el lote en el que se hacen las obras aparece como dueño Bernardo Elías Náder. Es decir que, al menos por unos meses, se invirtieron recursos públicos en el terreno de un privado.
En Sahagún, además, ya existe una terminal que se levantó y hoy luce como un gran elefante blanco que nadie usa.
Al respecto, tanto Ñoño Elías como Carlos Elías le dijeron a La Silla que el terreno fue donado con todas las de la ley al pueblo.
“Si eso que me dices es así, el que está embalado es Fonade porque no podría haber firmado el convenio en esas condiciones. No se firma un convenio sobre el lote de un privado. Eso no es así, entre otras cosas porque Fonade pidió más papeles de lo normal”, le dijo a La Silla el senador Elías, quien agregó que si bien gestionó el convenio para las obras su papel llegó hasta la firma de ese acuerdo y nada tuvo que ver en las licitaciones posteriores.
“Yo no sé ni de qué hablan cuando hablan de cupos indicativos. Yo ayudé a mi primo a gestionar estos proyectos porque ya basta de que sigan diciendo que Sahagún tiene senadores, pero no obras. Pero mi papel llegó hasta ahí. Yo no niego mi gestión porque lo mío es la gestión, por ejemplo los 24 proyectos de ley que presenté en el periodo pasado de los cuales seis hoy son leyes”, afirmó Ñoño Elías.
El Alcalde Elías, por su parte, le dijo a La Silla que las interventorías de todos esos contratos las hace Fonade, entidad que gira directamente los recursos a los contratistas.
Contratistas que, esperan en Sahagún, deberán terminar este año las obras y obras que incomodan aunque prometen bienestar. El rédito se lo llevará, en cualquier caso, el grupo político que los sahagunenses llaman informalmente “los ñoños” (al del político contrario, Musa Besaile, le llaman “los musas”).
Los ñoños y los musas tienen sus dos senadores en La U y con el Gobierno Santos, pero a nivel local se vienen peleando el poder en Sahagún desde hace varios años: desde que Ñoño y Musa quedaron dueños y señores de la política del pueblo, luego de que cayeran condenados por parapolítica los ex congresistas nacidos allí Reginaldo Montes y Mario Salomón Náder.
Para las elecciones pasadas a la Alcaldía, Musa se la jugó con su hermano Johnny Besaile, Ñoño con su primo Carlos Elías y hasta el cerebro del cartel de la contratación en Bogotá, Emilio Tapia (nacido también en Sahagún), tuvo candidato. Esa carta fue David Pastrana, hermano de Manuel Pastrana Sagre, hombre de confianza que Emilio se trajo a trabajar en la Administración de Bogotá en el Gobierno de Samuel Moreno.
En esta ocasión, en la casa en Sahagún del polémico Tapia, hoy tras las rejas, hay un afiche de Ñoño Elías.
Al final, ganó Ñoño, consentido del Gobierno, quien se quedó con la peleada Alcaldía y hoy goza de las mieles de su mermelada.