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Los enredos que se le vienen a Murillo

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Ayer Luis Gilberto Murillo se estrenó como ministro de Ambiente con un debate en el Congreso. Lo citó el senador del Polo, Jorge Enrique Robledo, para hablar sobre “todas las malas decisiones del MinAmbiente y la Anla”, decía la citación.  Murillo salió a la medianoche, luego de que casi todos los congresistas, como nos contaron dos personas que estuvieron allá, le pidieran la cabeza del director de la Anla, Fernando Iregui.

Hoy fue su primer día en las oficinas del Ministerio y aunque no ha terminado de llegar, tiene varias decisiones encima. La más urgente es quién se va y quién se queda en la cartera, porque La Silla confirmó que le pidieron la renuncia a todos los cargos de libre nombramiento. Eso incluye al viceministro, Pablo Vieira, las cinco direcciones y todos los asesores, que en total suman unas 30 personas. Y lo otro es qué va pasar con Iregui, a lo que Murillo contestó en el debate que: “esa es una decisión del presidente”.

Lo cierto es que de todos los problemas que Gabriel Vallejo le hereda, quizás el más urgente es lograr que el ministerio funcione bien por dentro. Sin eso, como coinciden tres fuentes, no hay buen ministro que valga para resolver tantos chicharrones en menos de dos años.

El desorden

En el papel, el ministerio de Ambiente tiene una estructura clara. Cuenta con un viceministerio con cinco direcciones, una secretaría general, otra dirección aparte que es el puente entre lo que pasa adentro y la ANLA, Parques Naturales y los institutos científicos, que se llama SINA (sistema nacional ambiental) y seis oficinas que van desde asesoría jurídica y control interno, hasta asuntos internacionales y TICs.

 

Pero en la práctica esa estructura no funciona como debería. Porque lo que nos confirmaron las seis fuentes con las que hablamos para esta historia es que todas esas oficinas se cruzan los cables y las decisiones son un “un ping pong constante”.

“Las oficinas no tienen tareas articuladas. Uno no puede hablar de bosques sin hablar de agua y sin embargo hay dos direcciones distintas para cada tema”, nos dijo una experta ambiental.

“Pablo Vieira, el viceministro, es un tipo preparadisimo. Lo que pasa es que viaja mucho y no hay quien se quede a resolver esos temas”, nos dijo otra persona.

Vieira nos dijo que “ningún ministerio es perfecto. Nosotros tenemos muchas responsabilidades y el ministerio es muy jóven. No es cierto que no haya articulación. Al contrario, todas las semanas tenemos reuniones temáticas y yo siento que hay que dejar llegar a Murillo. Uno primero llega a la casa, la conoce, y después toma decisiones.”

Tres de las fuentes también coinciden en que hace falta un cargo de alto nivel, de la categoría de un viceministro, que se encargue de fortalecer las relaciones con las Corporaciones Autónomas Regionales (CARs).

Y es clave que haya una mejor comunicación con las corporaciones, entre otras, porque ellas son las que se encargan de llevar la política ambiental de los escritorios en Bogotá al terreno. Pero, como nos dijo en febrero el director de la Car de Cundinamarca, Néstor Franco: “lo que pasa es que la mayoría de corporaciones tienen muy pocos recursos y grandes territorios. Eso hace muy difícil que cumplan la tarea.”

Otra decisión urgente es encarrilar, como nos dijo un ambientalista: “a las dos ruedas sueltas: Parques Naturales, porque es una oficina que le responde a presidencia y no al ministerio y la ANLA, que toma decisiones por su cuenta.”

“El peor error, que ojalá resuelva Murillo, es el de haber separado la ANLA del ministerio”, le dijo a La Silla el ambientalista Manuel Rodríguez y uno de los que promovió la creación de ese ministerio. “Ahí se concentra el poder de decisión, pero por ahora Ambiente es un espectador, no incide en nada”, agregó.

En eso también coincide Juan Camilo Cárdenas, experto ambiental y profesor de la Universidad de los Andes. “Murillo tiene en sus manos decidir si la ANLA sigue siendo una notaria o un ente técnico”, nos dijo.

Y aparte de los problemas de adentro, a Murillo le espera un largo etcétera: desde qué va pasar con la desviación del arroyo Bruno en La Guajira, si habrá o no minería en el valle del Cocora y que tiene a la gente en Salento alarmada, si habrá explotación petrolera en la Macarena, qué hacer con el fracking, cómo resolver el tema de las consultas previas, el decreto que permite que las truchas y tilapias sean consideradas como especies locales, la delimitación de los 26 páramos que faltan y los planes de acción de casi todos (son 36 en total), la urbanización de la reserva Van der Hammen y las licencias ambientales express. Todo un listado que en dos años no será fácil de chulear.  

 

La incertidumbre

En las oficinas de Ambiente la pregunta del momento es con quién se va quedar Murillo. Por ahora se sabe que se trajo a su jefe de prensa de siempre, Mabel Rocío Castilla y que nombró como su secretaria privada a Paola Vásquez, la asesora estratégica de ‘Todos somos Pazcifico’, plan del que Murillo era director, como contamos, hasta que lo nombraron ministro.

“Lo más probable es que se traiga gente de confianza, que le de un enfoque más afro al ministerio y a hacer un Plan Pazcifico versión dos, dedicado solo a temas de protección de ambiente”, nos dijo otra fuente.

De hecho, La Silla supo que una de las personas que más suena para entrar al ministerio, aunque no pudimos saber para qué cargo, es Alicia Ríos. Ella viene de ser directora encargada de Colciencias y antes fue gerente del Fondo Ciencia y Tecnología del Sistema General de Regalías.

Es chocoana, como Murillo, y viene de trabajar con él, cuando fue gobernador en 2011, como su alta consejera para el desarrollo.

En medio de ese desorden por dentro y los problemas ambientales que hereda, Murillo recibe un ministerio golpeado por la opinión pública y con poca atención en Presidencia. Como nos dijo Juan Camilo Cárdenas, el profesor de los Andes, “si quiere funcionar, tiene que ser un ministerio que estorbe en el buen sentido de la palabra, como el de Hacienda.”

Sin embargo, a algunos funcionarios les preocupa que como Murillo llegó al nuevo gabinete en representación de Cambio Radical, el partido del vicepresidente Germán Vargas, haya más presiones para sacar adelante sus megaproyectos. Pero el viceministro Vieira no lo ve así: “Yo creo que este es un ministerio que debe trabajar no solo con vicepresidencia, sino con todos los sectores. Acá trabajamos con el criterio de garantizar un desarrollo económico sostenible.”

Gabriel Vallejo López

Gabriel Vallejo López

Ministro de Ambiente


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