El Eln y el Gobierno están definiendo una fórmula para relanzar el proceso de paz con esta guerrilla. Sin embargo, si se llega a establecer que el Eln tiene secuestrada a Salud Hernández este esfuerzo nuevamente se echaría por la borda.
El Gobierno envió una comisión del Gaula a buscarla al Catatumbo; la Defensoría del Pueblo envió dos comisiones humanitarias encabezadas por los defensores regionales de Norte de Santander y Ocaña, una de ellas hacia Tibú y La Gabarra, y otra hacia el casco urbano de El Tarra, “con el fin de recopilar mayor información y prestar los buenos oficios de la Institución en caso que sea necesario”; el alcalde de El Tarra –quien cree que de pronto está haciendo un reportaje en la vereda de Filogringo- también mandó a buscarla. Por ahora nadie la ha encontrado ni tampoco nadie ha reclamado haberla secuestrado.
A favor de la tesis de que no está secuestrada, está un dato nuevo que La Silla conoció hoy a través de una fuente gubernamental enterada y es que Salud le dijo a una amiga que iba a hacer un reportaje a cinco horas de El Tarra y que si funcionaba estaría de vuelta el lunes.
También hay un dato esperanzador y es que le habría pedido a su empleada –según la misma fuente- que le enviara el pasaporte a Cúcuta, lo que permite pensar que tenía la intención de reunirse con un entrevistado fuera del país.
Si estos datos resultan ciertos, la periodista podría aparecer en las próximas horas con una gran historia.
Sin embargo, mientras se establece la realidad de los hechos, el Eln ha quedado nuevamente en la mira justo cuando se comenzaba a vislumbrar una fórmula para resucitar el proceso de paz.
Un nuevo intento
Después de que el 30 de marzo -el mismo día que el gobierno y el Eln anunciaron con bombos y platillos que iniciarían un proceso de paz- el Eln arruinó la fiesta dejando claro que pensaban seguir secuestrando hasta que se pactara lo contrario; el proceso con el Eln desapareció nuevamente del radar público, y se sumó a los múltiples intentos fallidos que tiene en su haber para dar el paso hacia la paz.
Sin embargo, La Silla pudo establecer con dos fuentes del lado del gobierno y dos cercanas al Eln que los contactos entre las partes se han mantenido y que están a punto de acordar una fórmula para su relanzamiento.
El pulso, que lleva semanas, es alrededor del secuestro.
El ELN dice que el compromiso de no secuestrar no fue una condición que hubieran negociado sino una imposición unilateral del Gobierno y que ellos, por lo tanto, se atienen a la agenda pactada y este tema está en el punto 5 del fin del conflicto.
El gobierno, por su parte, dice que antes de firmar la agenda con ellos se discutió varias veces que la mesa se instalaría solo si devolvían a los secuestrados y se comprometían a sacar a los civiles del conflicto (existe un discurso público del 19 de mayo del Presidente diciendo que la fase pública de las negociaciones no se daría sino hasta que liberaran a todos los secuestrados).
A pesar de que este tema pareciera un inamovible para ambas partes, La Silla estableció que en la reunión del viernes pasado se comenzó a discutir una fórmula intermedia que les ‘salvaría la cara’ a ambos sobre este punto y que podría destrabar el proceso.
Aunque La Silla no pudo conocer los términos específicos de la fórmula, es posible que vaya en la línea propuesta por el académico Carlos Medina Gallego, una de las personas que más ha estudiado al Eln.
En su blog, Medina Gallego propuso acordar lo que llamó “un punto previo” que permitiera resolver las inquietudes humanitarias de las partes y “frente a la nación y a la opinión publica una mejor atmósfera que permita que los diálogos encuentren mayor apoyo y sintonía en la sociedad en general.”
La propuesta de Medina Gallego es que el ELN anuncie el fin del secuestro y libere a los secuestrados. Que en contrapartida, el Gobierno de forma unilateral se comprometa a mejorar la situación de los guerrilleros presos. Y que ambos establezcan “una ruta de seguridad para detener el asesinato de líderes sociales y políticos, y de ambientación de la convivencia y la seguridad en los territorios donde puedan desarrollarse los procesos regionales de conversaciones y diálogos de paz, propuestos en la agenda acordada, para garantizar la seguridad de las poblaciones en los mismos y crear ambientes de diálogos de paz”
La Silla también supo que se está pensando que la fórmula de desescalamiento a la que lleguen pudiera coincidir con el anuncio del cese bilateral con las Farc.
Esto permitiría algo que el ELN siempre ha querido y es que las negociaciones se den en medio de un cese bilateral, lo cual a la vez facilitaría la verificación del cese de las Farc.
Pero para que este escenario se concrete, es fundamental que el Eln no haya secuestrado a Salud Hernández.
La credibilidad del Eln
“Puede que Salud no esté en manos del Eln, pero así va a quedar en la retina de la gente si no dicen públicamente que no la tienen”, dijo a La Silla Luis Eduardo Celis, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación y uno de los que ha trabajado durante años para facilitar una negociación con el Eln.
Como dice Celis, más allá de si el Eln tiene algo que ver con la desaparición de la periodista y más allá de si en realidad ella está desaparecida, el solo hecho de que personas tan involucradas con los procesos de paz en Colombia sospechen de esta guerrilla muestran que esa negociación tal cual está planteada tiene muy poca credibilidad de arranque.
Y es que el Gobierno de España –según Caracol Radio- dio por cierto que la periodista estaría en poder del Eln.
El director de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco, dijo “que si se comprueba que el ELN tiene en su poder a la periodista Salud Hernández se debe suspender la fase de diálogos con esta guerrilla.”
Y en la misma dirección, el ahora negociador de paz y senador Roy Barreras advirtió que si sus captores serían los guerrilleros del ELN, “Que no se equivoquen echando a perder lo que no ha comenzado”.
Dos fuentes campesinas del Catatumbo con las que habló La Silla también creen que de haber sido secuestrada, el ELN sería el responsable.
Frank Pearl dijo que adelanta contactos con esta guerrilla para establecer si la tienen y RCN trinó que ELN_Paz le había dicho a la organización de Libertad de Prensa Reporteros sin Fronteras que no la tenía. Pero lo cierto es que la respuesta oficial se demorará días en llegar. Porque, y este es otro punto que ha quedado en evidencia en este episodio, el Comando Central no tiene control de sus frentes.
Como contó La Silla, el ELN tiene unos 1.300 combatientes, además de unos 5.200 milicianos y civiles que pertenecen a la organización, y Frente de Guerra Nororiental, que está en la región del Catatumbo, donde se dejó de ver a Salud, concentra el 30 por ciento de los combatientes, es decir, unos 390 hombres.
A pesar de que en el Catatumbo han tenido presencia las Farc, el ELN, el EPL (liderado por el extinto Megateo), los paramilitares y ahora las Bacrim, el ELN ha logrado sobrevivir -a pesar de los constantes combates con el Ejército- gracias a que lograron establecer acuerdos y alianzas con otros grupos para contrarrestar esa ofensiva, sobre todo donde hay cultivos de coca, una de sus principales fuentes de financiación junto con la extorsión.
Si bien ahora lo prioritario es que la periodista que ha abogado tanto por las víctimas del conflicto vuelva a casa, el futuro del proceso con el ELN también se podría estar jugando en estos días.

La Silla
- La periodista pidió la semana pasada que le enviaran el pasaporte a Cúcuta
- El gobierno y el Eln están pactando una fórmula para reiniciar el proceso de paz, pero si se establece que la tienen secuestrada se arruina.