La semana pasada, antes de que el Concejo de Bogotá aprobara la venta de la ETB, se armó una pelea entre la Contraloría Distrital y la Alcaldía de Enrique Peñalosa sobre si había o no estudios técnicos para que el Concejo le diera permiso al Distrito para esa venta.
La Silla comprobó que el Distrito sí presentó los estudios. De hecho, los presentó cuatro días antes de que la Contraloría sacara su informe.
Pero no es cierto que, como dijo la Secretaria de Hacienda Beatriz Arbeláez, los que presentaron al Concejo incluyeran "los estudios estratégicos sobre las alternativas de solución [frente a la venta o no de la ETB]".
A esa conclusión llegó La Silla después de analizar el documento presentado por Peñalosa con siete fuentes expertas en finanzas y en banca de inversión como las que tendrá que contratar el Distrito para seguir adelante con el proceso de venta de la ETB.
Todos, desde distintas aproximaciones, concuerdan en que la información que presentó el Distrito sí deja en evidencia la difícil situación que enfrenta la ETB frente a sus competidores privados. Pero, según la mayoría, no demuestran que el mejor escenario para la compañía es venderla - a pesar de que todos ellos creen que sí es necesario hacerlo–.
“[El estudio] ilustra bien el deterioro financiero de la empresa, que es peor de lo que uno se hubiera imaginado. Los ingresos nominales cayendo 6% en 10 años – es decir, mucho más si se incluye la inflación. El Ebitda cayendo casi 45% en 4 años (mucho más en dólares). El margen de Ebitda (el flujo de caja que produce una empresa entre lo que compra y lo que vende) ha caído de 50% - cifra que era normal en telefonía fija – a menos del 30 por ciento - cifra que parece baja aún teniendo en cuenta la mayor competencia de la telefonía móvil. Se ilustra también la pérdida de suscriptores y mercado. Y el fracaso de los intentos por diversificar”, dijo un banquero de inversión que ha estado en juntas directivas de empresas del sector, para mostrar lo acertado de la primera parte.
Sin embargo, sobre la parte que muestra que ante esa situación se debe vender, cuatro de las fuentes dijeron que los estudios son flojos, parecen hechos de afán y sobre todo, no hay información suficiente sobre las opciones estratégicas para escoger el futuro de la ETB. Uno más dijo que aunque el informe es “pobrísimo”, entiende que eso era lo que podía mostrar el Distrito en esta parte de la negociación para demostrar que sí vale la pena venderla. Y dos de ellos consideraron que eran buenos y suficientes para tomar la decisión. Estas son sus conclusiones.
Lo que dice el estudio técnico del Distrito
El documento que presentó la Alcaldía al Concejo tiene 62 páginas y está firmado por los secretarios general y de Hábitat y el Gerente de la ETB, Jorge Castellanos. Fue radicado en el Concejo el pasado domingo 22 de mayo a las 4 de la tarde. Es decir, siete horas después de que la Comisión del Plan del Concejo (la primera que aprobó la iniciativa) hubiera arrancado la votación del Plan de Desarrollo.
Tiene cuatro grandes capítulos. Primero, aborda la evolución de la industria de las telecomunicaciones a nivel global; segundo, la evolución y las perspectivas del desempeño estratégico de la ETB; tercero, la situación financiera actual de la ETB y finalmente, las opciones estratégicas que tiene la compañía hacia futuro.
En la primera parte, el Distrito hace un barrido de cómo han evolucionado las telecomunicaciones en el nivel global, pasado de una era (antes de los 90s) en el que reinaba la telefonía fija a un cambio hacia la tecnología móvil a principios del 2000 y a la masificación del internet.
Además, presenta las experiencias internacionales para enfrentar ese cambio donde reseña muy brevemente la experiencia cuatro empresas en distintos países que fueron privatizadas hasta mediados de la década del 90. Y habla del caso colombiano, donde narra la experiencia de Telecom (liquidada en el 2003), de Une (que en el 2013 buscó un socio estratégico Millicom, para afrontar las dificultades del mercado) y de Emcali, que sigue siendo una empresa de servicios públicos que ofrece los servicios de energía, acueducto, alcantarillado y telecomunicaciones pero que según el Distrito, “cada vez pierde más relevancia en su mercado natural, el Valle del Cauca”.
En la segunda parte, el estudio entra en materia para analizar la posición de la ETB frente al mercado de las telecomunicaciones en el país. Y se enfoca en analizar los resultados comerciales y financieros del plan de inversiones de 2.3 billones de pesos que hizo la empresa durante la Alcaldía de Gustavo Petro para hacer una actualización tecnológica.
Según esta Alcaldía esas inversiones “fueron insuficientes para el reposicionamiento de la ETB y por el contrario terminaron de erosionar la posición competitiva y las posibilidades de crecimiento en el corto y mediano plazo”.
Por ejemplo dice que según ese plan, se esperaba que para diciembre del 2015, la ETB tuviera 909 mil suscriptores conectados a fibra óptica pero en realidad tuvo 108 mil. O que el aporte total del proyecto de modernización (llamado N-Play) en los ingresos de la ETB a finales del año pasado serían de 264 mil millones de pesos de los cuales en realidad ingresaron 68 mil millones, es decir, el 25 por ciento de lo proyectado. E incluso, dice, ese programa generó pérdidas de 3 mil millones en las utilidades de la empresa y que del 1.1 billones de pesos en ventas esperadas entre 2013 y 2015, generó 74 mil millones.
El estudio analiza además la rentabilidad de la ETB hoy. Primero compara los ingresos y egresos de la compañía entre el 2006 –el último año que operó sin la competencia efectiva de terceros– y el 2015.
Así muestra que la ETB pasó de recibir 1.6 billones de pesos a 1.46 billones. Y los egresos (entre los costos de operación y de inversiones) aumentaron de 1 billón a 1.9 billones en 2015.
Y segundo, mira el cambio del Ebitda, un indicador que permite ver cómo está el puro negocio de proveer servicios de telecomunicaciones, es decir, el flujo de caja que produce una empresa entre lo que compra y lo que vende.
Según las cifras el margen Ebitda en 2006 era del 51 por ciento (equivalente a 785 mil millones de pesos) y en 2015 es del 28 por ciento (403 mil millones de pesos).
“Los resultados de la inversión [tecnológica] se resumen en que los ingresos no aumentaron en una proporción que permitiera compensar los efectos de la cuantiosa inversión, al tiempo que los gastos operativos aumentaron drásticamente durante el período (2012-2015)”, dice el estudio. “Como consecuencia, la rentabilidad de la ETB se ve comprometida”.
Además, el estudio dice que la ETB ha perdido usuarios en sus servicios tradicionales (telefonía e internet fijo) que corresponden a más del 80 por ciento de la estructura de ingresos de la compañía. Y que aunque la gran apuesta de la ETB con sus nuevos servicios (telefonía móvil y televisión) demanda la mayor parte de sus esfuerzos, los resultados no han sido los planeados y su participación en el mercado es aún marginal. Por eso, para salvar estos proyectos, para el 2018 “será necesario superar el monto inicialmente invertido en ellos”, dice.
Hasta acá, lo descrito por el estudio es una realidad innegable y frente a la cual coinciden todas las fuentes. Pero lo que viene, que es el corazón del debate (si ante la situación actual se debe vender o hay que hacer otra cosa), es lo que criticaron la mayoría de las fuentes.
En apenas 4 de las 62 páginas el estudio describe las opciones estratégicas: en un párrafo explica qué pasaría si se mantiene la ETB como está hoy; en tres revisa el escenario en que la ETB busca un socio estratégico; y en siete habla de la posibilidad de vender total o parcialmente las acciones del Distrito en la compañía. Y luego usa unas siete páginas más a describir el proceso que sigue tras la aprobación de la venta por parte del Concejo.
Frente a la primera, dice que para la ETB, “mantenerse en competencia en el mediano y largo plazo por su actual debilidad competitiva es poco probable, la falta de economías de escala, de independencia administrativa y la velocidad para la adopción de decisiones necesarias en este mercado, a diferencia de lo que ocurre en entidades privadas, le obstaculizan obtener y mantener liderazgo en mercados ya maduros”.
Frente a la segunda alternativa, el estudio menciona brevemente las ventajas que “se ha especulado que tiene un socio estratégico”, pero concluye que “la vinculación de un inversionista estratégico permite aumentar la capacidad financiera pero esto termina por hacer menos representativa la participación del Distrito”. Una conclusión que parece obvia.
Así, sin mayor detalle, las dos opciones se descartan después de un análisis muy breve, que no menciona las alternativas que se podrían dar en cada escenario y sobre todo, las proyecciones e implicaciones de llevarlas a cabo hacia el futuro.
Para Peñalosa y su equipo, más bien, después de “realizados los estudios a los estados financieros, a la rentabilidad obtenida en los proyectos de renovación emprendidos y a las cifras de desempeño del mercado, así como la situación de orden competitivo en el que se encuentra la empresa y lo que esta inversión representa para el Distrito como accionista mayoritario, es evidente tanto para el Distrito como para la Administración de la compañía que hoy, con mayor urgencia cada vez, la mejor alternativa desde el punto de vista del interés general no es otro que la enajenación de la participación accionaria del Distrito y de las entidades descentralizadas”, dice el documento.
Aunque La Silla intentó comunicarse con la Alcaldía (a través del gerente de la ETB y del secretario de Gobierno y sus jefes de prensa) a la hora de publicar esta nota no nos habían dado respuesta.
Lo que dicen los expertos
La Silla le pidió a siete expertos que analizaran si el estudio que presentó el Distrito al Concejo da suficientes insumos técnicos para justificar su intención de vender la ETB. Todas las fuentes son expertas en finanzas (son cuatro banqueros de inversión, un comisionista de bolsa, un abogado financiero y un profesor de matemáticas financieras del Cesa).
[El informe] Debió ser hecho a la carrera. El diagnóstico técnico es superficial
Sólo una de las fuentes, el profesor de matemáticas financieras del Cesa Luis Alberto Arango, uno de los coordinadores de área de finanzas de la Universidad y accionista minoritario de la ETB, le habló a La Silla on the record. Los demás prefirieron guardar su nombre para no comprometer su opinión con la de las empresas para las que trabajan.
Cuatro de las siete fuentes (tres banqueros de inversión –dos de los cuales han trabajado en valoraciones de empresas de telecomunicaciones en el país–, y el profesor Arango) concluyeron que el informe es pobre.
“El informe no me parece muy bueno. Debió ser hecho a la carrera, con un montón de información fusilada y no pertinente al comienzo, y sin otro montón de información sectorial que hubiera sido interesante. El diagnóstico técnico es superficial,” dijo un banquero de inversión que ha estado en juntas directivas de empresas del sector.
“La primera parte, las 20 primeras páginas son basura. Están hechas por un estudiante de tercer semestre de administración que no sabe hacer un flujo de caja”, agregó otro banquero de inversión. “Se quedaron hablando de la inversión pasada en vez de contar cuánta plata entra y cuánta sale, y sobre todo sin proyectar eso hacia futuro para saber cuánto le debería meter el Distrito en los próximos años [para que sea rentable]”.
Esa fuente participó en una de las valoraciones de la compañía que se hicieron en administraciones anteriores, y asegura que en la ETB hay información interna que permite hacer una evaluación para proyectar ese futuro.
Algo similar opina el profesor Arango. “Este estudio no tiene en ninguna de sus páginas proyección alguna de ingresos, costos, egresos, etc. Por lo tanto, sin presentar escenarios del futuro, no pueden afirmar con ninguna cifra o escenario económico o financiero que el negocio es malo. Solo se remiten a estudiar la foto estática de las cifras de hoy, comparadas con las del pasado, que presenta una empresa haciendo altas inversiones que suponen retornos de inversión en el corto, mediano y largo plazo en su búsqueda de salir del anquilosamiento que traía en los dos gobiernos anteriores a los de Gustavo Petro”, dijo a La Silla.
Arango además critica el hecho de que “la foto del Distrito” parte de un contenido emocional que usa constantemente adjetivos descalificativos, incluso cuando los resultados que se muestran son positivos.
“La racionalidad que busca defender el estudio, sobre todo con el argumento que sostiene que una enorme inversión en fibra óptica tiene a la fecha pocos ingresos y por lo tanto demuestra que es un fracaso o que no logró lo que se quería, parece ser más bien producto de una posición política que de un análisis juicioso de un negocio”, agregó.
Para Arango, el estudio del Distrito se queda en demostrar que la inversión que realizó la pasada administración no ha rendido hasta ahora los frutos que se esperaba, pero dice que no tiene en cuenta que esos retornos se ven en un mediano plazo. Y que, por lo tanto, medirlas ahora, dos años después de que arrancaron, es muy pronto para decir que fracasaron.
Además de haber hecho esas proyecciones a futuro, otro banquero de inversión agregó que para este estudio lo mejor era hacer “un documento con mucha experiencia internacional sobre empresas similares, mostrando cuánto invierten y cómo lo hacen y destacando que la mayoría son privadas”.
Es decir, las fuentes critican la pobreza con la que el Distrito analizó las alternativas y opciones financieras de la ETB hacia el futuro, en las que no se analizan con profundidad los costos y los beneficios que tendría dejar a la empresa como está hoy ni buscar un socio estratégico que le inyecte plata a la compañía para sacarla adelante.
“La administración no quiere tener un socio estratégico y el argumento que aducen es que eso haría menos representativa la participación del Distrito. Me parece que para una opción tan importante en un proceso de venta, esa opción merece mayor profundidad y análisis”, dijo Arango.
Incluso, una de las dos fuentes que consideró que el estudio del Distrito es bueno y permite tomar decisiones, planteó que sí hace falta un desarrollo de cuáles son las opciones que hay hacia el futuro: si venderlo parcialmente y conseguir un socio estratégico o buscar un inversionista. Dice que faltan “las opciones, las alternativas y las implicaciones que existen en cada una. El estudio no dice cuál es la calidad de las opciones y si existen o no”.
Y solo una de ellas, el abogado del sector financiero, consideró que aunque el estudio es “pobrísimo”, sobre todo en esta presentación de las alternativas, cree que por la fase en la que el Distrito presentó este estudio, antes de lograr el permiso del Concejo para su venta, no se podía entregar todavía más información para no entorpecer el proceso de venta.
Esa es la postura que presentó el gerente de la ETB, Jorge Castellanos, el jueves de la semana pasada. Allí dijo que sólo cuando el Distrito tenga “todas las aprobaciones y la Junta Directiva nos lo ordene”, arrancando por la que le dio el lunes en la noche el Concejo, la Administración buscará y contratará a una banca de inversión para hacer “un ejercicio técnico y costoso” para valorar la ETB. Algo que de todas formas tiene que hacer por ley.
Por ahora, lo cierto es que los concejales autorizaron la venta sin esos elementos técnicos. De hecho, uno de los concejales de la bancada de coalición que votó el proyecto en el Plan de Desarrollo anoche, reconoció que este estudio se presentó sólo para cumplir “el requisito”.
Este es el estudio completo:

La Silla
Enrique Peñalosa Londoño
Alcalde de Bogotá
- La Silla comprobó que el Distrito sí presentó estudios para que el concejo evaluara la venta de la ETB.
- Pero, según expertos consultados, éstos no demuestran que el mejor escenario para la compañía es venderla.