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La sentencia del plebiscito: se le tiene pero se le demora

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La sentencia de la Corte Constitucional sobre el plebiscito es fundamental para que arranque oficialmente esa campaña, pero hasta ahora no se conoce. Y no pinta fácil que salga pronto de ese alto tribunal.

La demora, en parte, se debe al famoso dicho de que del afán no queda sino el cansancio.

Resulta que para que una sentencia salga la tienen que firmar todos los magistrados que participaron en su decisión, que en este caso son los nueve de la Corte. Y no la firman todos al tiempo en una reunión, sino que después de que se debate en Sala, el ponente arma el texto definitivo con los cambios acordados en ella.

En este caso, Luis Ernesto Vargas llevó una ponencia de más de 300 páginas a la Sala Plena, pero en el debate cambiaron varias cosas. En particular, se introdujeron unos condicionamientos que no traía la ponencia original.

Por eso, en las dos semanas desde que la Corte tomó la decisión, Vargas se dedicó a ajustar el texto.

Una vez lo terminó, firmó el escrito de más de 320 páginas y lo puso a circular entre sus compañeros.

Después de él firmaron los otros magistrados liberales y con los cuales suele Vargas fallar en bloque (María Victoria Calle, Jorge Iván Palacio y Alberto Rojas), los dos “swing votes” (Alejandro Linares y Gloria Stella Ortiz) y el conservador Gabriel Mendoza.

Mendoza le pasó ayer la sentencia, ya firmada por 7 magistrados, a Luis Guillermo Guerrero.

Pero según supo La Silla, el magistrado se sentó a leer con cuidado el texto y encontró que había cosas que no reflejaban lo discutido en sala plena y que la parte resolutiva no coincidía del todo con la motiva.

“Quedaron algunos textos que respondían a la fisonomía original de la ponencia y que en algunos casos no reflejaban los condicionamientos al artículo uno y tres”, dijo el magistrado Guerrero a La Silla cuando lo consultamos al respecto. “Algunos magistrados firmaron con esa advertencia de ajustar unos temas”.

En efecto, La Silla consultó a otro de los magistrados que ya había firmado el texto y dijo que  “ese es el inmenso problema de dejarnos presionar. A mí me llegó la sentencia a punto de sala y por la angustia de sacarla, confiamos en que el ponente hubiera hecho todos los cambios aprobados en sala plena”, afirmó.

Hoy Guerrero y Vargas se reunieron para revisar las observaciones de Guerrero, y según el magistrado, el ponente “fue muy receptivo a las observaciones”. Revisarán de nuevo cuáles acogió y cuáles no.

Por eso, aunque ya solo faltan dos firmas, la sentencia se va a demorar unos días más. Después de que Guerrero firme, lo que seguramente ocurrirá mañana, quedaría faltando la del magistrado Pretelt. Y esa sí que podría demorarse un rato.

El factor Pretelt

Es normal que un magistrado se tome su tiempo para leer las más de 320 páginas de la sentencia antes de firmarla, como hizo Guerrero (que al igual que los otros siete magistrados ha sido muy rápido en este caso en comparación con otras sentencias).

 

Eso significa que Pretelt podría tomarse varios días para hacerlo.

Como contó La Silla,  el magistrado conservador no fue a las salas plenas de esta semana porque está preparando su defensa ante el Senado después de que este martes la Comisión de Instrucción decidió darle luz verde a su proceso en esa Cámara.

Como todo indica que tendrá que desplegar esa defensa dentro de menos de 15 días, es probable que siga dedicado a eso más que a asuntos de la Corte. Incluyendo la firma de la sentencia.

Además, como es inminente que el Senado lo suspenda, como también contamosqueda la pregunta de qué pasaría si el magistrado termina suspendido antes de que firme.

Aunque igual en principio tendría que hacerlo él, porque fue quien actuó como magistrado en la Sala que decidió, no estaría presente todos los días en la Corte para hacerlo, y por eso se podría demorar más la firma.

Encima, como Pretelt fue uno de los dos magistrados que votó contra la ponencia inicial de Vargas (el otro fue Mendoza), es probable que tenga observaciones al texto. Y el magistrado es conocido en la Corte, desde hace años, por ser excesivamente lento en muchas de sus decisiones.

Por ejemplo, en el primer semestre de 2010 solo divulgó una de las 11 sentencias de las que era ponente, con lo que fue el segundo magistrado más demorado; más recientemente, como contóDaniel Coronell, en el caso de una tutela del Distrito de Santa Marta tardó cinco meses en redactar un proyecto de sentencia.

Además, Pretelt no tendría ninguna motivación política para afanarse, como sí tuvieron los magistrados más liberales. Entre más tarde en salir la sentencia, más se va a demorar en arrancar la campaña del plebiscito, .

Por eso, las dudas sobre cuándo firmaría el último de los magistrados son fundamentales porque sin sentencia no se puede convocar la refrendación de un eventual Acuerdo Final. Y si se demora mucho se aprietan más los tiempos para sacar adelante el plebiscito antes de que se empiece a discutir la reforma tributaria.

Sin sentencia no hay campaña

La necesidad de que salga la sentencia definitiva es tan clara que el Consejo Nacional Electoral (CNE) que debe reglamentar exactamente cómo será la campaña, dijo la semana pasada que solo lo podrá hacer cuando conozca ese texto.

“El Consejo Nacional Electoral a la fecha está condicionado a la sentencia de la Corte Constitucional, quien estipulará los lineamientos especiales para la regulación del plebiscito”, dijo el CNE en su comunicado de prensa.

Hasta que no salga la sentencia, el CNE no puede definir exactamente cómo serán y cómo se van a distribuir los espacios en radio y televisión para las campañas por el sí y por el no, ni cuáles van a ser los requisitos y las limitaciones exactas para que los funcionarios participen en la campaña.

Tampoco es claro cómo regular que “la campaña del plebiscito no podrá incorporar contenidos que promuevan un partido, movimiento político o grupo significativo de ciudadanos, o que se relacionen con la promoción de candidaturas de ciudadanos a cargos de elección popular”, como dijo la Corte en su comunicado de prensa.

Eso también tiene efectos directos en los plazos para la votación. Sin sentencia, la Registraduría Nacional no tiene certeza para arrancar el proceso para hacer toda la logística de la elección, como diseñar los tarjetones.

Por eso, la presión para que salga la sentencia es grande. Pero en la Corte todavía no se ve luz al final del túnel.

La Silla
Jorge Pretelt Chaljub

Jorge Pretelt Chaljub

Magistrado de la Corte Constitucional

Luis Guillermo  Guerrero

Luis Guillermo Guerrero

Magistrado de la Corte Constitucional

Luis Ernesto Vargas Silva

Luis Ernesto Vargas Silva

Magistrado de la Corte Constitucional


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