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Álex Char a pagar dos veces: como alcalde y como constructor

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Después de 11 años, el Distrito de Barranquilla, una urbanizadora y ocho constructoras acaban de ser condenadas solidariamente a pagar a más de dos mil personas que vivían en un sector de deslizamientos conocido como Campo Alegre un monto que, según los primeros cálculos, podría ser de unos 300 mil millones de pesos. Entre los sancionados está la constructora Alejandro Char & Cía que manejaba el hoy alcalde de los barranquilleros.

 

La Silla Caribe conoció la parte resolutiva del fallo en primera instancia de una acción de grupo interpuesta en 2005, que tiene en total 579 páginas y fue firmado la semana pasada por el juez 11 administrativo Uberlando Peláez, justamente horas después de que unos 100 residentes de Campo Alegre llegaran a su despacho a exigirle a gritos la sentencia que se esperaba desde diciembre pasado.

Esta es una historia que se conocen bien en Barranquilla, en donde se ha convertido en un símbolo. No sólo por la magnitud de lo que pasó cuando el Distrito autorizó construir nueve conjuntos (varios de interés social, todo un barrio) en unos terrenos en los que Ingeominas había advertido desde 1997 que se presentaban deslizamientos. También, porque el drama se convirtió en el lunar que sus pocos opositores le recuerdan siempre a uno de los mandatarios más populares y poderosos del país.

Aunque hay registros de movimientos de tierra en las laderas occidentales de Barranquilla desde principios de 1900, lo de ahora comenzó cuando durante la administración del médico Humberto Caiaffa (2001-2003) el Distrito modificó el Plan de Ordenamiento Territorial para volver urbanizable el sector de Campo Alegre, a pesar de que en la Alcaldía inmediatamente anterior (la de Bernardo ‘el Cura’ Hoyos) se habían impuesto restricciones para construir allí.

La urbanizadora Parrish & Cía Ltda. fue la que urbanizó y vendió los lotes en donde desde 2002 comenzaron a levantar sus proyectos las constructoras Alejandro Char, Marval S.A., Cadena Fawcet, Urbe Inversiones, Pidsa S.A., Metrópolis S.A., Fonviconstrucciones Ltda. y Proyectos Barranquilla Ltda. Todas condenadas ahora dentro de la sentencia del juzgado 11.

Dos años después, durante las lluvias de fines de 2004, las familias recién mudadas empezaron a quejarse porque en sus paredes aparecían grietas. Algunos apartamentos de varios conjuntos de hecho se cayeron tiempo después.

Por la época, Char ya había sido concejal y gobernador del Atlántico y en la prensa local era reseñado como un joven ingeniero que construía viviendas para la clase media de la ciudad. “Alejandro Char & Cía construye tu felicidad”, decía uno de los comerciales que sobre sus proyectos se pasaban en radio, como lo habíamos contado en La Silla Caribe.

Pero para 2010 esa promesa de felicidad ya era más bien todo un drama. Ese año se confirmó en un estudio que las viviendas de uno de los conjuntos que hizo esa constructora (llamado Altos del Campo) se levantaron sobre un deslizamiento activo y todos sus habitantes tuvieron que ser evacuados durante el invierno.

En 2011 tuvieron que salir huyéndole a la inestabilidad del terreno residentes de otros tres conjuntos más, construidos por las otras constructoras.

Hoy algunas urbanizaciones de Campo Alegre están parcialmente ocupadas, principalmente por personas que han arrendado a los dueños originales.

La acción de grupo recién fallada incluye a todos esos dueños de apartamentos, lotes o casas, que en total son más de dos mil, según nos explicó el abogado que la presentó: Roberto Tapia.

Los afectados de los conjuntos que construyó Char (aparte de Altos del Campo, dos más llamados Ciudad del Sol I y II), han tenido la particularidad de que su viacrucis coincidió con la llegada del charismo al poder, pues fue en 2008 que el hoy mandatario obtuvo por primera vez la Alcaldía y para entonces ya estaba desatado el problema.

Como lo contamos en La Caribe hace poco, sólo por cuenta de las casas que se le agrietaron a Char los barranquilleros han tenido que pagar en todos estos años 18.930 millones de pesos entre estudios, subsidios de arriendo y reubicaciones temporales y definitivas.

Pero la plata gruesa podría correr por cuenta del fallo de ahora.

El fallo

En 19 puntos, el juez condenó solidariamente al Distrito, a la urbanizadora Parrish y a las ocho constructoras a pagar perjuicios materiales e inmateriales a todos los afectados de Campo Alegre. No sólo a los que demandaron inicialmente, sino a los que adhirieron durante el proceso y a los que presenten solicitud de adhesión después de que la sentencia sea ejecutoriada.

Los perjuicios materiales serán establecidos por unos peritos nombrados por el juez cuando la sentencia quede en firme y se abra una figura llamada incidente de liquidación de perjuicios.

El abogado de los afectados, Roberto Tapia, dice que según sus cálculos podríamos estar hablando de unos 120 millones de pesos por cada dueño (unos 240 mil millones de pesos en total).

En cuanto a los perjuicios inmateriales (que son los daños morales por la pérdida de las viviendas y los cambios de entorno), el juez Peláez determinó que habrá una indemnización colectiva de 60 salarios mínimos mensuales por familia. Es decir, a hoy unos 41 millones de pesos para cada uno de los dos mil dueños.

Esa plata que en este momento podría sumar unos 82 mil millones de pesos la tendrán que poner las constructoras (el 60 por ciento), la urbanizadora Parrish (el 25 por ciento) y el Distrito (el 15 por ciento).

Los dineros, que los dueños deberán compartir con sus familiares en primer grado si también fueron afectados, deberán ir a un fondo manejado por el Defensor del Pueblo.

Como hay unas constructoras que en estos años fueron liquidadas y la condena es solidaria, lo más seguro es que la plata que falte la tenga que poner el Distrito.

Y también es muy seguro que a esta larga novela de Campo Alegre aún le queden capítulos, pues se espera que la sentencia sea apelada, suba al Contencioso Administrativo y sólo en unos seis meses se sepa si es o no ratificada.

En cualquier caso, esta primera instancia ya hace parte de la historia importante reciente de Barranquilla, pues es más de una década lo que miles de familias llevan esperando y quejándose por las supuestas maniobras dilatorias de los demandados.

Un botón reciente para la muestra podría ser la solicitud de nulidad al proceso que presentó el Distrito (argumentando que las curadurías debían ser incluidas en el mismo) horas después de que se filtrara que el juez estaba a punto de firmar el fallo. El recurso fue negado por extemporáneo.

“Esto es histórico. Estamos hablando de la constructora de Char y otras famosas como Marval. Si (el fallo) está bien argumentado, como creemos que está, no va a ser fácil que no lo ratifiquen. Ha sido mucha la espera”, comentó a La Silla el abogado Tapia.

“Por fin vemos que pasa algo, esto es mucha alegría”, agregó junto a él Camilo Espinosa, uno de los dueños en Altos del Campo, cuyos hijos fueron beneficiados en otro proceso con una reparación directa por haber sufrido afectaciones respiratorias por el reflujo de aguas negras en el apartamento con el que creyeron haber comprado la felicidad.

La Silla Caribe
Alejandro Char Chaljub

Alejandro Char Chaljub

Alcalde electo de Barranquilla


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