Hoy en el ministerio de Trabajo hay un “plebiscito” interno: 1.800 funcionarios votarán SÍ o NO a hacerle huelga a la ministra Clara López. Una huelga que convocaron seis sindicatos de esa cartera y que viene cocinándose desde hace varias semanas.
Habrá urnas y jurados (elegidos entre el sindicato y la administración) en todas las oficinas. Las votaciones arrancan a las ocho de la mañana y se cierran a las cuatro. Los resultados se sabrán el 31 agosto, mientras se suman los votos de las oficinas municipales.
Si gana el Sí, que para cinco funcionarios consultados por La Silla es prácticamente un hecho por la gente que mueve esos sindicatos (más de la mitad de la gente que trabaja en el ministerio está sindicalizada), a Clara le tocará sortear su primera huelga en menos de cuatro meses de haber llegado al cargo. Será una huelga en su propio patio.
¿Por qué huelga y por qué ahora?
Los sindicatos convocaron a la huelga por el incumplimiento de unos acuerdos que se habían pactado en mayo del año pasado durante la administración de Luis Eduardo Garzón y por el “trato indigno” a unos funcionarios que les notificaron que habían cumplido la edad para pensionarse.
El año pasado el exministro Garzón se sentó con esos sindicatos a negociar más de ochenta peticiones.
Pero en el fondo, como le confirmó el exviceministro Enrique Borda a La Silla, que fue el que manejó la negociación de principio a fin, pedían tres cosas claves.
Que les mejoraran la escala salarial a todos los empleados, cosa que Garzón hizo consiguiéndose 4500 millones con el ministerio de Hacienda; que reconocieran a esos sindicatos como interlocutores válidos para sentarse a negociar después y que les dieran un paquete de medidas de bienestar que incluían, por ejemplo, acceso a cajas de compensación familiar o rutas de bus que llevaran a los funcionarios de sus casas a las oficinas.
La pelea de ahora, como le contó a La Silla Carlos Arturo Riveros, presidente del Colegio Nacional de Inspectores, uno de los sindicatos, es porque: “la ministra no ha hecho el trámite con Hacienda para que nos ajusten nuevamente el salario para el año entrante; fuera de eso nos han incumplido en el servicio de ruta para que los compañeros se desplacen porque solo en Bogotá funciona y además tenemos quejas de inspectores que les toca poner plata de su bolsillo para hacer las visitas de inspección a las empresas”.
Además, según Riveros y otras tres fuentes que nos pidieron no ser citadas (dos exfuncionarios y un funcionario) desde la secretaría general, hoy a cargo de Jorge Bernal, le han enviado cartas a más de 60 funcionarios, diciendo que ya cumplieron con la edad para pensionarse.
“No nos parece la forma como han mandado esas cartas. Deberían ser procesos más amigables, en donde a la gente que lleva más de 20 años acá les socialicen la decisión. No que los desvinculen con una carta y les den pocos días para irse”, dice Riveros.
Otros aseguran que “Ella (Clara) ha pedido a Colpensiones avanzar el trámite de ingreso en nómina de pensionados de todos los que están en edad, para dejar libres esas vacantes y poder nombrar otras personas”, le dijo a La Silla una fuente de adentro del ministerio.
Frente a ese tema, dos miembros de la unión sindical le contaron a La Silla por aparte que la semana pasada la ministra se sentó con ellos, pero: “solo nos atendió quince minutos, después de que veníamos pidiendo reuniones hace semanas y nos contestó diciéndonos que lo de los acuerdos y las pensiones lo manejaba el secretario Bernal, no ella”.
La Silla supo que el 26 de julio Bernal se reunió con los representantes de los sindicatos porque amenazaban a paro, y según Riveros en esa reunión: “él se comprometió a cumplirnos y no ha pasado”.
Por esos antecedentes, los miembros de los seis sindicatos salieron con megáfono en mano, piso por piso, en el edificio del ministerio la semana pasada, a anunciar que se irían a huelga y entre el jueves y viernes, pegaron en las paredes la convocatoria para la votación de hoy.
También enviaron correos internos invitando a la huelga con el slogan “SÍ a la huelga en el ministerio de Trabajo”. El SÍ en la misma letra que el de la campaña oficial al plebiscito.
Ante esos mini plantones, Clara contestó con un comunicado en el que dice, entre otras cosas, que el ministerio ha cumplido con más del 75 por ciento de los puntos del acuerdo firmado el año pasado y que faltan todavía seis meses para que se venzan.
Termina invitando a los funcionarios a: “acoger un espíritu de diálogo y de construcción de compromisos, que hoy son ejemplo con la firma de los acuerdos de La Habana entre el Gobierno Nacional y las Farc, contribuyendo a un entorno de felicidad, esperanza y prosperidad para todos”.
La Silla buscó a Bernal por llamadas y por chat, pero no nos contestó. También buscó a la viceministra Mariella Barragán y a la ministra Clara por medio de su jefe de prensa, pero nos dijo que no podía atendernos por estar en consejo de ministros.
Lo que sí pudimos confirmar es que los sindicatos están atando la negociación a la votación del plebiscito el 2 de octubre. “Hay que amarrar la discusión entre lo que nos han incumplido y lo de la paz porque ella (Clara) quiere buscarle votos al plebiscito”, nos dijo Álvaro Rojas, miembro del sindicato Sinaltraempros.
Ayer en la tarde los seis presidentes de los sindicatos se reunieron con Jorge Bernal primero y después con Clara para ver si llegaban a un acuerdo y la votación se aplazaba. Pero no.
“Avanzamos en cosas. Nos prometieron que van a programar una cita con el ministerio de Hacienda para mirar lo del aumento salarial, pero consideramos que no hay razones suficientes para aplazar la votación”, le dijo a La Silla uno de los presidentes apenas se acabó la reunión, casi a las ocho de la noche.
Las otras quejas
Fuera de las razones, también hay otras quejas que han llegado a esas oficinas.
Como contó La Silla, apenas llegó Clara al ministerio, le pidió la renuncia a más de 70 personas, incluyendo a los dos viceministros, directores técnicos, subdirectores, asesores y miembros de las 32 direcciones territoriales, que son las oficinas del ministerio en los departamentos.
En varios de esos cargos directivos ha nombrado a personas que trabajaron en el Distrito durante las administraciones de Samuel Moreno, López o Gustavo Petro. Aunque todos eran cargos de libre nombramiento y remoción y es normal que un ministro nombre gente de su cuerda, eso no cayó bien dentro del ministerio y ha dado la imagen tanto adentro como afuera de que Clara está armando un “fortín de la izquierda” en su cartera.
“La verdad es que el ministerio sí se ha convertido en un fortín en función de la campaña de Clara al 2018”, le dijo a La Silla un ex alto funcionario del Gobierno.
Lo que le ha echado más sal a la herida es que a algunos de los que sacaron se han demorado más de dos meses en pagarles su liquidación.
“Es increíble que el ministerio que sanciona a otras empresas por pagar la liquidación tarde, se demore más de dos meses en liquidar a sus propios funcionarios”, le dijo a La Silla un ex funcionario que llegó a mandar derecho de petición para que le dijeran en qué iba su pago (hasta hoy no le han contestado) porque lo despidieron el 13 de junio y le pagaron hasta el 22 de agosto.
Una abogada laboralista le confirmó a La Silla que por ley, en el sector privado, la liquidación se debe hacer tan pronto se termina el contrato aunque en la práctica le pagan a la gente máximo en quince días. Sin embargo, en el sector público el plazo máximo es de 90 días, por lo que el ministerio no ha incumplido la ley. Pero ese hecho no parece calmar los ánimos.
Otro cosa que ha indignado a varios funcionarios es que han intentado nombrar personas que no cumplen con el perfil del cargo.
Como por ejemplo, el caso de Mariorie Lorena Lemus, una venezolana que según dos fuentes que trabajaron en el ministerio: “la viceministra Mariella Barragán quería nombrarla de secretaria técnica de la subcomisión de concertación de políticas salariales y laborales de Norte de Santander y aunque no cumplía con el perfil por ningún lado, dijo que no había problema.”
Al final, la nombraron.
Todas esas quejas son las que han alimentado la campaña que tendrá su desenlace mañana. Y si gana el SÍ en el ministerio, será por ahora un SÍ muy diferente al que promueve públicamente Clara.

La Silla
Clara Eugenia López Obregón
Ministra de Trabajo