Entre las muchas cosas que se le achacan al ahora senador Álvaro Uribe está la de no haberse sabido rodear. No lo creo. Era su gente, sus buenos muchachos: pocos ministros encarcelados, destituidos, o enjuiciados. Para-políticos congresistas y funcionarios huyendo, etc. etc.. Pero hay algo cierto e injustamente ignorado: su capacidad, su vocación para-enseñar. Para formar. Ya lo diría Pachito Santos: lo que alcancé a aprender de las cosas del Estado con Uribe no tiene nombre.
Nunca imaginé, por ejemplo, que Peñalosa, en sus luchas intestinas en contra del todo vale en la ahora denominada Unión Temporal Alianza Verde Progresista sacara de su tiempo para aprender al lado de Uribe. En su clases prácticas aprendió eso que los técnicos llaman “carga ladrillos” y ofreció su corpulento hombro para apoyar el megáfono que Uribe utilizaba en la promoción de alguna campaña. Peñalosa no sólo aprendió el arte de marras, si no que además obtuvo un destacado primer puesto en el curso de modestia y buenas maneras. Tímidamente decía cuando lo sorprendían al lado de Uribe: yo no soy uribista, pero respeto al presidente Uribe. Y los frutos no se hicieron esperar: Álvaro lo dejó matriculado en la Unión Temporal y ¡véanlo de candidato!
Ni qué decir de los dos ex Martha Lucía y Zuluaga. Claro, estos no fueron, no son, tan inteligentes ni tan despiertos como Peñalosa: años y años de formación intensa como ministros de Uribe para ver lo que hoy son. Uribe seguramente reflexionó: Martha Lucía, tú a cautivar a los conservadores. Y tú, Zuluaga, que no aprendes a hablar todavía vamos para el Centro. Y le fundó su propio partido.
A pesar de todo creo que Uribe comete un gran error arriesgándose con ellos. Pero bueno, él sabrá como hace sus cosas. Lo cierto es que al fin tenemos a sus tres candidatos en ramillete!! Ese Uribe es un tremendo, de verdad.
Pero los que en últimas ganan con todo eso son los colombianos: ahora sólo tenemos que escoger entre la derecha de Santos y la ultraderecha de Uribe.
Adenda: Cuando Uribe pierda, Peñalosa pasará a la Unidad Nacional. Hagan sus apuestas!