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El No no la tiene asegurada en la cuna del uribismo

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Antioquia es el departamento natal de Álvaro Uribe y uno de los que más votaron por el Centro Democrático en las elecciones de 2014 y 2015. A pesar de eso, la campaña por el No en el plebiscito del 2 de octubre no tiene asegurada la victoria.  Especialmente, porque el otro gran líder regional Sergio Fajardo, está haciendo campaña por el Sí, y porque el uribismo no ha logrado movilizar a grupos por fuera de su base más dura.

La incertidumbre

La Silla habló con 15 fuentes conocedoras de la política local, entre políticos, analistas y periodistas, y algunos creen que ganará el Sí, otros el No y otros no saben, en proporciones semejantes, lo que hace pensar que si gana el No no será arrasando.

“La gente puede comprender el mensaje del Gobierno como que estamos cerca de la paz y la esperanza los va a movilizar. Además, la maquinaria y la mermelada juegan un papel muy importante”, explica un político uribista antioqueño que, a diferencia de lo que dicen públicamente sus copartidarios, cree que va a ganar el Sí en Antioquia (motivo por el que pidió que mantuviéramos la reserva de su nombre).

Otros tienen una posición diferente.

“Este departamento es uribista y va a ganar el No, aunque no por un amplio margen”, explica Juan Fernando Jaramillo, quien fue gerente de la campaña del Centro Democrático en 2014 en el departamento y precandidato a la alcaldía de Medellín el año pasado. “Puede quedar 60 - 40 a favor del No. Pero si comprometen a los alcaldes como dijo Santos de votos por apoyo, puede quedar 55 - 45 en favor del No”.

“En Antioquia gana el No, pero apretado”, opina Andrés Julián Rendón, alcalde de Rionegro elegido por una coalición del Centro Democrático, el conservatismo y Opción Ciudadana, y uno de los pocos alcaldes que ha dicho abiertamente que va por el No.

En cambio, el senador Alfredo Ramos es más optimista: “Yo creo que en Antioquia gana el No, y por bastante”, dice.

Es decir, hay opiniones diversas incluso dentro del mismo uribismo.

Esas predicciones divergentes se repiten entre los del Sí. Por ejemplo, el senador conservador Juan Diego Gómez, cercano al gobierno Santos, opina que va a ganar el Sí.      

“Gana el Sí. Estoy seguro. Cada día se afloja más la tendencia del No y la gente en círculos cerrados, comerciantes y empresarios [que van por el No] dicen que mejor no van a salir a votar porque va a ganar el Sí”, afirma.

 

“El Sí va bien, no obstante la oposición de Uribe en Antioquia. Estamos trabajando duro respaldando la bandera del Presidente Santos.” dice Germán Hoyos, de La U. “Estamos alertas y optimistas”.

En cambio, el concejal liberal de Medellín Bernardo Alejandro Guerra, lo ve “50 - 50”

Esa falta de claridad sobre lo que va a pasar se debe quizás a que una campaña por un plebiscito es novedosa y hace que los políticos tengan menos afinado su olfato para prever el resultado. Pero también a que el No sigue atado al uribismo, y éste a su vez sigue muy dependiente del ex presidente Uribe, como ha pasado en campañas anteriores.

Más ciudadanos que partido

La estructura del Centro Democrático no ha logrado consolidarse por los roces internos que se desnudaron en la campaña a las elecciones locales del año pasado, especialmente con la novela de la candidatura a la Gobernación.

“El Centro Democrático tiene el problema de que lo manejan seis directivos que no convocan, no coordinan”, explica un directivo de ese partido. “Son las bases las que mueven el No, más el ex presidente Uribe que guía el tema. Las bases no están confiando en las directivas regionales”.

“En general, (la campaña del partido va) muy regular porque los politiqueros tradicionales que hay adentro sólo se mueven con plata, y de eso no hay”, dice otro directivo que no da su nombre para no pelear con sus copartidarios.

Ese político también opina que, por ejemplo, los concejales de Medellín no se están moviendo: “Ellos ponen fotos en un grupo de whatsapp cada vez que se toman un tinto y en esta campaña están desaparecidos“.

En eso, esta campaña parece la repetición de lo que ocurrió en 2014 y sobre todo en 2015, y que llevó al uribismo a ser una fuerza grande pero no mayoritaria, y a perder la Gobernación y la alcaldía de Medellín el año pasado, a no tener mayorías en la Asamblea ni el concejo de la capital y, en general, a ser una fuerza grande pero no dominante.

Por eso, cuando el senador Ramos argumenta que va a ganar el No, no lo sustenta en la campaña del Centro Democrático sino en el sentimiento anti-Farc y el rechazo a Santos: “Eso se da más por la visión ciudadana ya formada”, dice.

Algo parecido opina Rendón cuando explica por qué al No le va a ir mejor en unas regiones de Antioquia que en otras.

“En Rionegro y Oriente gana el No holgado; en el área metropolitana apretadito y en Antioquia un poco más apretado”, dice. Y explica que donde la va mejor es en el Oriente “porque las Farc casi acaban con la región. Aquí se sufrió mucho a cuenta de ellos”.

Por último, el político del Centro Democrático que ve al Sí ganando da argumentos similares para una victoria del No en Medellín.

“En Medellín puede ganar el No porque la gente es muy lejana al gobierno de Santos y a la guerrilla”, explica. “O por lo menos va a ser la ciudad en Colombia donde va a ser más pareja la pelea”.

Y es que el departamento es más antisantista que uribista, por lo que para que la campaña uribista del No ponga definitivamente de su lado a personas que no son de la base dura del uribismo, necesitaría una movilización más coordinada y fuerte. Y eso no ha ocurrido hasta ahora.

De hecho, se ha dado más gracias a diferentes iniciativas ciudadanas, lo que crea una dispersión de mensajes.

Por ejemplo, los ciudadanos que han ido a protestar fuera de foros en los que funcionarios del Gobierno han explicado el Acuerdo, o los que recibieron al ex presidente de Uruguay ‘Pepe’ Mujica con arengas contra el comunismo, llamándolo terroristas

Una de esas expresiones, quizás la más vistosa, es el llamado Bus del No, que ha hecho giras por los pueblos del departamento como contó Pacifista. Este bus es financiado y manejado por un grupo de jóvenes que enfatizan que no son uribistas, aunque tienen amigos en el Centro Democrático.

“Hay unos congresistas que son muy amigos nuestros y a algunos recorridos nos han acompañado. Eso sí, como ciudadanos con tenis y camisa. Yo no permito política aquí de nadie”, le dijo a La Silla Juliana Hernández, coordinadora del bus. “La verdad ha sido un éxito tener el bus solo como ciudadanos porque la aceptación es más grande”.

Pero, por ahora, esas expresiones ciudadanas por el No no parecen haber logrado superar los límites de las bases más fuertes del uribismo, quizás en parte porque en el Sí hay expresiones similares.

Como esa base dura del uribismo es es entre el 25 y el 30 por ciento de los votantes del departamento, a juzgar por los resultados de 2014 y 2015, mientras el No no logre movilizar a otros grupos va a seguir dependiendo de lo que pueda hacer personalmente Uribe

Y el problema para lograrlo es que los líderes que podrían movilizar al centro del electorado, el que puede votar con Uribe pero no necesariamente es uribista, no se mueve en ese sentido.

Los que mandan no se la juegan

Sergio Fajardo, que en el pasado ha demostrado ser un líder que recibe votos uribistas y no uribistas, está haciendo campaña declarada por el Sí.

Eso le ha quitado un espacio grande para crecer a la campaña del No.

Lo mismo ha ocurrido con el Alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien se ha mantenido alejado de la campaña, no ha revelado su voto y ha pedido garantías y respeto para las dos campañas.

Eso a pesar de que los dos concejales que fueron elegidos por su grupo político, Daniela Maturana y Daniel Carvalho, están jugados por el Sí.

Para Gutiérrez la situación no es fácil porque sus dos referentes políticos son justamente Uribe y Fajardo, fue elegido en una campaña en la que se mostró independiente de ellos pero siempre reconoció su deuda, y sumó votos de fajardistas que no estaban con Alonso Salazar y de uribistas que no apoyaron a Juan Carlos Vélez.

Pero el Sí tampoco ha podido aprovechar ese vacío porque, aunque tiene de su lado la mayoría de estructuras políticas, las campañas para plebiscitos se suelen definir más por grandes líderes de opinión que por redes tradicionales. Y el que podría ser su ficha obvia en lo local, el Gobernador Luis Pérez, es más un político de estructura que uno que tire línea de opinión y , en todo caso, curiosamente no se apresuró a hacer campaña por el Sí.

A pesar de que fue elegido con una gran alianza de los grupos políticos antioqueños de la Unidad Nacional, y de que ha sido tan cercano al presidente Juan Manuel Santos que gerenció sus dos campañas presidenciales en el departamento, inicialmente fue reacio a hablar del tema.

Estos últimos días se ha empezado a acercar, aunque siempre hablando de la paz en general (lo que encaja con el discurso de la campaña del Sí pero también con los del No de “Paz sin impunidad” o “Paz justa”) y no haciendo campaña por el Sí

El hecho más visible de su acercamiento a la campaña por el Sí es el evento que convocó para que el martes de esta semana, en el hotel Dann Carlton, el ex presidente César Gaviria y el jefe negociador Humberto de la Calle le explicaran a los 125 alcaldes y 26 diputados antioqueños los alcances del Acuerdo de La Habana.

A pesar de que el evento claramente ayuda a la campaña por el Sí, en la convocatoria Pérez no se movió de su discurso neutral. Encima, invitó públicamente a Uribe a participar del evento, lo que lo habría cambiado de un evento por el Sí a un debate político

Sin embargo, la invitación la hizo a última hora, menos de 20 horas antes del evento, y Uribe se excusó de asistir. Por eso, para una fuente cercana al gobernador y dos del uribismo, fue más una prueba de diplomacia y delicadeza que una prueba de que el Gobernador siga lejos del Sí.

O quizás un gesto a algunos de sus colaboradores, que según tres fuentes que conocen el gabinete por dentro están en el campo del No, especialmente su gerente del Idea Mauricio Tobón, y la de la Beneficencia, Ofelia Elcy Velásquez, los dos con vínculos en el uribismo.

En todo caso, y a diferencia de otros gobernadores como Jorge Rey en Cundinamarca, Dumek Turbay en Bolívar o Dilian Francisca Toro en el Valle, Pérez no se ha convertido en un alfil del Sí.

Así, con Gobernador y Alcalde por fuera de la campaña (una situación atípica frente al resto del país), y los dos grandes líderes antioqueños en orillas opuestas, no es fácil saber quién va a ganar en Antioquia. Lo que de entrada es una mala noticia para el No.

La Silla
Álvaro Uribe Vélez

Álvaro Uribe Vélez

Ex presidente de la República y Senador


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