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Clara dobla sus apuestas por el Gobierno

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Si hay un tema impopular para defender desde el Gobierno es una reforma tributaria. Más la actual, con su aumento del IVA. Aparte del Ministro de Hacienda y papá de la reforma, Mauricio Cárdenas, ningún ministro se ha metido a defenderla tanto en medios como la ministra de Trabajo Clara López.

Al convertirse en una escudera de la reforma, Clara dobla su apuesta de defender al Gobierno, ahora no solo por la paz sino incluso por la economía. Y lo hace asumiendo un riesgo alto pues las centrales obreras, una base electoral clave para la izquierda, y varios de sus copartidarios del Polo, van a salir hoy a la calle a protestar contra la Tributaria.

La aliada

Cárdenas ha dicho a algunas personas que su mayor aliada en el gabinete con la tributaria fue Clara.

A La Silla le dijo que es una “extraordinaria coequipera” y una “gran líder de su sector porque busca siempre consensos”.

Una muestra de la cercanía entre ellos dos es que antes de presentar la reforma tributaria se reunieron más de cinco veces solos, según nos confirmó Erika Delgado, la jefe de prensa del ministerio de Hacienda.

“Como es una reforma que busca, entre otras cosas, la formalización laboral, ella (Clara) estuvo muy encima desde el principio”, nos contó.

Clara también ha mostrado esa cercanía defendiendo el proyecto.

En su página oficial publicó un comunicado de prensa sobre su encuentro con los directivos de la Confederación de Pensionados de Colombia en el que les dio un “parte de tranquilidad” porque la reforma no los toca, como se había rumorado con supuestos impuestos nuevos a las pensiones.

En la cuenta de Facebook del ministerio de Trabajo han subido videos defendiendo la reforma, argumentando que no le recorta plata al Sena, al Icbf ni a las universidades públicas.

Y ha sido la única ministra que ha dado la pelea, casi que a la par de Cárdenas, por defender la reforma en todos los programas de radio a los que la han llamado.

Aunque otros ministros también han defendido el proyecto, lo han hecho refiriéndose solamente a los beneficios que le traería a su sector.

 

Por ejemplo, Alejandro Gaviria de Salud ha dicho que es una “reforma saludable” porque al ponerle impuestos a los cigarrillos y las bebidas azucaradas, se van a recaudar, según sus cálculos, más de un billón de pesos para invertir su sector.  

O el ministro de Minas y Energía, Germán Arce, que le dijo a Rcn Radio que la tributaria es clave porque: “uno de los objetivos de esta reforma es recaudar recursos para garantizar los subsidios de energía a los estratos 1 y 2”.

En cambio Clara ha sido una defensora integral de la propuesta.

Por ejemplo, la semana pasada dijo en Voces Rcn que sobre la reforma “hay una cantidad de rumores que uno no sabe de donde salen”. Y, cuando Lucía Benavente le preguntó por las críticas que el Polo le ha hecho al proyecto, ella respondió: “Yo no pienso que este sea un tema de partido. Hay que leer y estoy segura que muchos miembros van a encontrar glosas, en las que están a favor”. 

Lo de Clara en la reforma

López se refiere a tres temas que podían haber quedado en la tributaria pero no quedaron y que favorecen a los sectores con los que la ministra más tiene que lidiar. Además, hay otro que sí entró y que ella siempre ha defendido. 

El primero es que no le recortaron plata al Sena, donde arrancó un paro hace un mes porque según algunos miembros de Sindesena, uno de sus sindicatos, la reforma iba a incluir un impuesto único a las empresas que eliminaba por completo los parafiscales, que es de donde salen los recursos destinados a instituciones como el Sena.

A pesar de que ese impuesto (el Cree) sí se eliminó, y que los pocos parafiscales que quedaban también van a desaparecer, la reforma deja explícito que se van a mantener los mismos fondos para el Sena, solo que ahora saldrán del impuesto de renta que paguen las empresas y las entidades sin ánimo de lucro.

Como el Sena es parte del sector que coordina López como ministra de Trabajo, el hecho de que no le hayan quitado plata deja a Clara bien parada ante el sindicato de esa entidad. 

Lo segundo es que la Comisión de Expertos de la reforma tributaria, cuyo estudio fue la base de la reforma, propuso que las pensiones pagaran renta como si fueran un salario, y eso no pasó: la reforma mantuvo la regla actual de que solo pagan las megapensiones.

La Silla supo que Clara defendió dentro del Gobierno que se mantuviera esa regla. Como los pensionados han sido parte su base electoral, los defiende.

Y como los sindicatos son otra de sus bases (en 2014, cuando ella se lanzó a la presidencia por el Polo, dirigentes de organizaciones como la CUT, Sindesena, Fecode y Asociación Nacional de Trabajadores, Anthoc, firmaron una carta respaldando su candidatura), criticaron también esa posibilidad en un comunicado que sacaron un día antes de que se presentara la reforma.

Ese punto es tan relevante que Clara salió la semana pasada ante medios como Blu Radio a explicarlo, desmintiendo así las críticas de algunos promotores del No que dijeron que la tributaria iba a clavar a los pensionados. 

El tercer punto que no quedó incluido en la reforma fue el IVA a los productos de la canasta familiar que hoy no pagan ese impuesto, que propuso la Comisión, tal y como intentó el gobierno Uribe en 2002 pero evitó la Corte Constitucional.

Ese no era un tema menor. De hecho, fue uno de los puntos de que generó más resistencia entre muchos congresistas en los días previos a la presentación del texto, como lo contamos, porque le pegaba directamente a los estratos más bajos.

Al no quedar, el Gobierno se ahorra mucha molestia entre los sindicatos, incluyendo los que son cercanos a la Ministra. 

En cambio, quedó incluida una cosa que “Clara ha defendido y recomendó que se incluyera”, según le dijo a La Silla una persona que trabaja con Cárdenas: la creación de un camino para que los pequeños tenderos y peluqueros queden protegidos por seguridad social, a través de lo que técnicamente se conoce como “monotributo”.

El monotributo es un impuesto que reemplazará la renta para los tenderos peluqueros o similares que lo quieran (es totalmente voluntario), tengan ingresos anuales entre 41,6 y 104 millones a precios de este año, tengan un local con máximo 50 metros cuadrados y tengan ingresos tan pequeños que no puedan ahorrar para pensión. 

Los que quieran, quedarán vinculados a una caja de compensación, una ARL y estarán aportando para el sustituto de pensión para personas de muy bajos recursos, conocido como Beps. Esto hace que entren en el sistema de seguridad social que es una de las funciones del Ministerio.

Por eso, si el monotributo funciona López podría lograr resultados positivos en la ampliación de la cobertura de la seguridad social, que es una de sus funciones.

La Silla Vacía buscó durante dos días a Clara para esta historia, pero no fue posible hablar con ella. 

La reforma que amplía su agenda

Al meterse a defender la reforma y sacar pecho por esos puntos, Clara se alinea claramente con el Gobierno, hasta el punto de no optar por la estrategia de Germán Vargas frente a la paz (sacar poco la cabeza y hablar de sus críticas) sino por una de defensa de un proyecto impopular, especialmente entre sus electores.

“Clara hubiera podido perfectamente pasar de agache con la tributaria. Ni Cárdenas se esperaba ese apoyo”, le dijo a La Silla un exministro.

Y es que la tributaria es tan criticada en la izquierda que ya se juntaron las tres centrales obreras, que suman más de un millón de afiliados, más otras organizaciones como la Dignidad Agropecuaria y la Cumbre Agraria y hasta los camioneros que salieron a las calles a mitad de año, para salir a protestar mañana contra la reforma tributaria.

Esa marcha se viene cocinando hace más de un mes, con reuniones de esas tres centrales en todas las regiones donde hacen presencia, y por eso mañana podría mostrar que la izquierda está unida contra la reforma que Clara está defendiendo.

Por eso, una manifestación exitosa mostraría a Clara en la orilla opuesta de las bases de la izquierda.

En cambio su principal rival dentro del Polo, el senador Jorge Robledo, ha asumido una vocería muy fuerte contra la tributaria, va a ir a la marcha y justo ayer, en plena ráfaga de críticas, lanzó oficialmente su precandidatura a la presidencia.

A pesar de ese riesgo, al ponerle el pecho a la tributaria Clara puede lograr varias cosas.

Una es que amplía su agenda, tradicionalmente más vinculada con asuntos no económicos como la paz, a la economía. “Yo creo que ella lo hizo porque necesita ampliar su agenda y al defender la reforma queda como la izquierda constructiva, mientras Robledo se vuelve la izquierda contestataria”, le dijo a La Silla un exdirectivo sindical.

Esa ampliación la ayuda porque, con el proceso de paz en el limbo de la renegociación, se dibuja como una política con ambiciones que van más allá.

Justamente allí estaría otro posible éxito de su apuesta: le abre el camino para mostrar resultados en su gestión como ministra, algo que a mediano plazo le puede ayudar con sus electores, pues dentro del Gobierno queda bien alineada con el ministro de la chequera.

Esa cercanía es clave porque la Ministra está impulsando un cambio para que los empleadores vuelvan a pagar un diferencial grande en las horas extras, los dominicales y festivos , algo que beneficiaría a los trabajadores pero que podría tener el rechazo de los empresarios que se beneficiaron con su eliminación en el gobierno Uribe.

En ese pulso, el apoyo del Gobierno puede ser fundamental para que López logre ese resultado.

Algo parecido ocurre con la discusión del salario mínimo para el 2017, que ya está en sus primeros momentos, y en la que tendrá una interlocución privilegiada con los sindicatos. Como parte de la puja se da entre el Estado como empleador, que tiene que meterse la mano al dril con los aumentos, para López es clave tener buenas relaciones con Cárdenas, que es quien tendrá que buscar cómo pagar cualquier aumento en plenas vacas flacas.

Por eso Clara, la abanderada de la “izquierda de la paz”, se mete en los terrenos de la “izquierda económica” de Robledo. Una jugada arriesgada que muestra que ni la derrota del Sí ni las pullas de su partido la van a alejar del Gobierno, pero que ante Santos y Cárdenas le puede abrir un espacio para tener apoyo en esos proyectos que tiene bajo la manga y que podrían ayudarle en la izquierda.

 

 

La Silla
Clara Eugenia López Obregón

Clara Eugenia López Obregón

Ministra de Trabajo


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