Después de la despachada que le pegaron en el uribismo a Pacho Santos en la campaña presidencial, una competencia le sale en su camino a la Alcaldía de Bogotá que podría dañarle, otra vez, el camino a las aspiraciones del vicepresidente de Uribe.
Se trata del ex representante de La U, Miguel Gómez, quien renunció a ese partido y ahora le hacen ojitos desde el Partido Conservador para que se lance a la Alcaldía de Bogotá con ellos. Como tanto conservadores uribistas como los del Centro Democrático no descartan aliarse para llegar fuerte a esos comicios en el 2015, y el nombre de Gómez tiene simpatizantes en ambas colectividades, la silla de Pacho como candidato único de la derecha podría estar tambaleando.


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Detrás de la posible candidatura de Miguel Gómez en el Partido Conservador está Marta Lucía Ramírez. La ex candidata presidencial conservadora es quien ha estado buscando a Gómez desde hace más de un mes para pedirle que, por un lado, vuelva al partido y, por otro, sea su candidato para la Alcaldía de Bogotá. “Es su candidato favorito”, le dijo a La Silla una fuente muy cercana a ella. Lo mismo confirmaron otras dos personas.
Ramírez, con las credenciales de haber sacado en las presidenciales casi dos millones de votos, más de 350 mil de ellos en la capital, quiere tener un candidato propio para “devolverle al Partido Conservador su vocación de poder”.
A pesar de que en segunda vuelta Ramírez se sumó a la campaña de Oscar Iván Zuluaga, hoy, “ella no quiere ser un apéndice del Centro Democrático”, le dijo a La Silla una de las fuentes. Por lo menos no por ahora.
Por eso, Ramírez y Miguel Gómez se han reunido en privado más de una vez en su oficina en el norte de Bogotá para cuadrar las propuestas que llevaría Gómez a la Alcaldía. La última vez fue hace dos semanas y allí se analizó el comportamiento electoral de Bogotá en las últimas elecciones por zonas, se habló de los líderes que apoyaron a Marta Lucía en su campaña en Bogotá y que ahora podrían entrar a apoyar la candidatura de Gómez.
También han discutido las propuestas en materia de movilidad, seguridad y desarrollo que los conservadores plantearon hace más de diez años en un documento que se bautizó Bogotá 20-20 y que Marta Lucía pidió a su equipo actualizar con el apoyo de Miguel Gómez para presentarle a la ciudad una propuesta concreta.
El acercamiento con Gómez por parte de los godos también lo ha buscado el nuevo presidente del Partido, el representante David Barguil. En el cóctel de despedida del ex jefe azul Omar Yepes, Barguil se acercó a Miguel Gómez y le dijo que el partido lo estaba esperando “con los brazos abiertos” y aunque no le ofreció la candidatura a la Alcaldía, Barguil sí le dijo a La Silla que Gómez estaba entre la lista de los precandidatos.
Gómez es el nieto del ex presidente conservador Laureano Gómez, hijo del ex senador Enrique Gómez Hurtado y sobrino del tres veces candidato presidencial azul Álvaro Gómez Hurtado, por lo que en las toldas azules lo consideran un hijo más.
Pero por ahora, Gómez no se ha definido y La Silla supo que le pidió a Marta Lucía Ramírez un tiempo para discutirlo con su propio equipo. Una fuente que ha estado presente en varias de esas reuniones le dijo a La Silla que la cita quedó agendada para el próximo martes 12 de octubre.
Mientras tanto, han aparecido otros nombres que quieren integrar la lista de precandidatos para la Alcaldía de Bogotá en nombre de los azules. Por un lado, el ex ministro de Hacienda de Santos I Juan Carlos Echeverry, quien por haber trabajado en el Gobierno podría ser más cercano a los conservadores gobiernistas. Y por otro, Camilo Gómez, la ex fórmula a la vicepresidencia de Marta Lucía Ramírez para las pasadas elecciones.
La diferencia entre los tres nombres que por ahora se barajan en las toldas azules es que tanto Camilo Gómez como Echeverry entraron hace poco tiempo a integrar la lista contrario a Miguel Gómez que ha sonado desde el principio y por iniciativa de la propia Ramírez. Al menos, así se lo dijeron a La Silla cuatro fuentes distintas.
Por otro lado, Gómez tendría como desventaja que los conservadores elegidos en la capital –tres concejales y un representante a la Cámara- acompañaron a Santos en las presidenciales, por lo que no ven con muy buenos ojos el nombre de Miguel Gómez que ha sido muy cercano al uribismo.

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Antes de la elección de David Barguil como nuevo presidente del Partido Conservador a finales de agosto, Pacho Santos le pidió una reunión a Marta Lucía Ramírez. En un restaurante de la zona G de Bogotá, le habló de sus intenciones de llegar a la Alcaldía de Bogotá y le pidió que lo apoyara en su candidatura. Así se lo contó a La Silla una fuente cercana a la ex candidata presidencial y, aunque Pacho confirmó la cita, se limitó a decir que durante el almuerzo hablaron de Bogotá y de la necesidad de que ambos partidos llegaran unidos a las elecciones locales.
“Le dije que sería una estupidez que nos dividieramos”, dijo Pacho. “Los conservadores tienen derecho a presentar su candidato pero es muy importante que no nos dividamos”. Esto porque, según él, así pueden evitar que se vuelva a repetir el escenario del 2011 que dejó a Petro en la Alcaldía después de que los otro cuatro candidatos no fueron capaces de unirse en torno a un solo proyecto.
La misma preocupación se repite en las filas de los conservadores uribistas y en el seno del Centro Democrático. “A Pacho no le alcanza solo con los votos del Centro Democrático. Si tienen un chance, tienen que ir juntos. Tiene que haber una consulta para ver cuál de los dos sale”, le dijo a La Silla una fuente cercana al uribismo. Lo respaldaron otros dos congresistas uribistas.
El Centro Democrático fue el partido más votado en las elecciones al Congreso en Bogotá -con más de 324 mil votos para el Senado- y en la primera vuelta presidencial -casi 550 mil votos para Oscar Iván Zuluaga-. En cambio, los conservadores no tienen mucha fuerza en Bogotá. Marta Lucía Ramírez logró cuatro veces más votos para la primera vuelta que los más de 85 mil que obtuvo su partido en las parlamentarias. Sin embargo, en segunda vuelta y con la adhesión de Ramírez a los uribistas, la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos logró sacarles una ventaja y coronarse primero con casi un millón 300 mil votos.
Aunque Pacho empezó a hacer campaña a la Alcaldía temprano, desde que se sumó a la campaña de Zuluaga como contó La Silla, en el uribismo todavía no hay candidatura oficial.
De todas formas, ya se ha lanzado al agua varias veces. En junio dijo que “nuestro trabajo es recoger ese millón de votos de Bogotá… es muy probable que yo sea candidato a la Alcaldía y tenemos que recoger el partido”.
Y más tarde, en julio, cuando en Bogotá empezaron a aparecer vallas con la imagen de Uribe, Zuluaga y Pacho Santos y la frase “Gracias. Seguiremos trabajando por Bogotá”. Esa fue una idea suya, aunque él insiste en que no obedece a ninguna intención electoral sino simplemente agradecer a los bogotanos por el más de un millón de votos que lograron -según le dijo a La Silla- “los tres solitos”.
Es decir, los uribistas contra la campaña de Santos, que tenía a bordo a tres ex alcaldes, cuatro ex candidatos a la Alcaldía en Bogotá y el propio Alcalde Gustavo Petro. En todo caso, fue una movida que puso nuevamente su imagen en la palestra pública.
Por eso, Pacho Santos aparecía como la opción más clara para conquistar el voto de la oposición después de que las elecciones presidenciales dejaron un posible partidor con cuatro nombres fuertes: Rafael Pardo por los liberales, Clara López por el Polo, Pacho Santos por el uribismo, Hollman Morris por los progresistas y Carlos Baena por el Mira. En ese escenario, Pacho parecía tener una ventaja: casi todos, a excepción de Baena, apoyaron a su primo Juan Manuel en las presidenciales.
Por eso, si Miguel Gómez acepta el ofrecimiento de los conservadores, la propuesta es que ambos hagan campaña hasta febrero o marzo cuando el Centro Democrático realice la convención uribista para elegir su candidato. Uno que contará con el apoyo de los cristianos que demostraron ser uno de los grupos más organizados en la capital a la hora de buscar votos como le dijo a La Silla una fuente que pertenece a la Iglesia Misión Carismática en Bogotá.
Entonces, mientras falta un año para las elecciones locales, que le haya salido un posible competidor en el voto de la derecha puede poner a temblar las aspiraciones de Pacho. Más teniendo en cuenta que, entre la derecha, Gómez es bien visto por haber liderado la revocatoria en contra de Petro.
En unos meses se sabrá si Pacho por fin logrará su sueño de ser candidato o si, de nuevo, saldrá despachado por alguien con menos imagen mediática que él.