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El General recuperó su libertad pero no su credibilidad

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Anoche el general Rubén Darío Alzate  explicó que fue a Las Mercedes para avanzar en un proceso de electrificación comunitaria y reconociendo su imprudencia por no haber aplicado los protocolos debidos de seguridad pidió la baja. Aunque su comunicado buscaba darle punto final al episodio, muchos siguen sin creerle, y el Gobierno parece haberle dado la espalda.

En la orilla del uribismo, aunque voces como las de Alicia Arango y Carlos Holmes Trujillo han dicho que se le debe pedir explicaciones a las Farc y no a Alzate, otros han mostrado que no le creen al General

En la de la Unidad Nacional, tampoco le fue bien

Eso no solo se debe a que desde antes de su liberación estaba enfrentando sospechas de todos lados y a las fotografías del momento de la liberación que reveló Telesur (y de las que Alzate dijo que fueron parte de un “show mediático” en que fue obligado a participar), sino a que sus explicaciones no resolvieron todas las dudas.

Trabajo comunitario sin comunidad

Aunque puede sonar extraño que un militar esté promoviendo la electrificación de un pueblo, La Silla verificó que este tipo de actividades no son extrañas all Ejército, pues es común que las unidades militares hagan este tipo de proyectos de acercamiento a la comunidad.

El general Alzate recuperó su libertad pero, según todo indica, no su credibilidad.

Desde los años sesenta del siglo XX, cuando se creó el Comité de Acción Cívico-Militar, los militares han usado esas intervenciones para acercarse a las comunidades y  para responder a las necesidades de las zonas, especialmente donde son casi la única presencia del Estado. Esta labor es tan importante que desde 2002 existe una Jefatura de Acción Integral Conjunta en las Fuerzas Militares, dedicada a organizar este tipo de intervenciones.

Es más, el ministro Juan Carlos Pinzón se inventó el programa de Asesores de Campaña, en el que participan oficiales retirados en programas de Acción Integral. Cada grupo Asesor de Campaña maneja unos Fondos de Reacción Rápida, 1500 millones de pesos para ejecutar en programas como el que impulsaba Alzate en 156 municipios. En total, el Ministerio de Defensa tiene 200 mil millones de pesos para Acción Integral, sobre los cuales los Asesores de Campaña junto con el general de la División tienen discrecionalidad para decidir cómo se gastan.

En este caso, la Fuerza de Tarea que comandaba el general Alzate estaba en el consejo directivo de la Agenda Estratégica Integral Chocó 2038, un ejercicio de planeación a largo plazo liderado por la Gobernación  y en el que Alzate y la abogada Gloria Urrego jugaban un papel importante.

Alzate explicó que fue a Las Mercedes porque, en desarrollo de esa Agenda, su Fuerza de Tarea desarrollaba allí un proyecto de energía alternativa. En eso coincide con un comunicado del Ministerio de Defensa del día siguiente a su secuestro.

El General dijo que, con información de inteligencia militar y de policía, decidió no informar a dónde iba y hacerlo de civil, sin escolta y desarmado, para así mantener un bajo perfil.

Pero ese argumento no es fácil entender: si tenía información de inteligencia sobre la situación en Las Mercedes, ir sin escolta era entrar a la boca del lobo.

Eso podía parecer un error de juicio, pero varios de los detalles narrados por Alzate no coinciden con los relatados por testigos del lugar. Por ejemplo, el General se refiere a un corto episodio con un perro que lo acompañaba, que no fue mencionado ni por la presidente del consejo comunitario Presentación Palomeque ni por otros pobladores.

Encima, estos testigos afirman que no sabían de la presencia de Alzate, y que nadie en el caserío sabía, algo que es contradictorio con la esencia de las acciones de Acción Integral de los militares para ayudar a los civiles y ganarse su confianza.

En palabras de una persona del mundo militar, “De ninguna manera un proyecto de semejante envergadura requiere tales niveles de clandestinidad. Por el contrario, lo que buscan las Fuerzas Militares en los proyectos de impacto social es generar notoriedad y reconocimiento de la población”.

Dicho de otro modo, parecería que Alzate iba a hacer trabajo comunitario sin comunidad.

El sol a la espalda
La foto de ALzate con el jefe de las Farc Pastor Alape creó una fuerte polémica.

Esas dudas, por lo menos aparentemente, las comparte también el presidente Juan Manuel Santos.

Aunque el Ejército es una institución muy jerarquizada, y Santos como presidente es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, pidió explicaciones públicas por lo ocurrido en dos ocasiones.

Primero, justo después del secuestro, usó Twitter para exigirle a su Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón y a su comandante General de las Fuerzas Militares, el general Juan Pablo Rodríguez, que explicaran lo ocurrido. Y ayer le pidió a Alzate que le explicara al país por qué había ido allí.

Eso es muy llamativo porque Alzate dijo que fue a Las Mercedes después de reunirse con los comandantes de la Policía del Chocó, coronel Rafael Vanegas, y de la Brigada 15, coronel Juan Felipe Yepes y preguntarles por las condiciones de seguridad de la zona de Las Mercedes.

Esos dos oficiales tenían información útil para entender el desplazamiento de Alzate y, sumado al conocimiento público en el Chocó del trabajo del General con la Agenda Estratégica (de la que incluso habló Vanegas en W Radio), podría haber ayudado a explicar todo lo ocurrido. En realidad, una llamada en privado al Ministro quizás habría bastado. Sin embargo, Santos nunca se refirió a esa información y Pinzón solo dijo que no sabían por qué Alzate había roto los protocolos de seguridad.

Por otro lado, Alzate salió a dar explicaciones de lo ocurrido sin que ninguno de sus superiores lo acompañara. Hasta el momento de publicar esta nota ni el Presidente, ni el ministro ni los comandantes de las Fuerzas Militares y del Ejército habían dado declaraciones al respecto, más allá de transmitir las declaraciones de Alzate y de una lacónica despedida de Lasprilla.

Como Santos y Pinzón han salido a reivindicar operaciones exitosas de los militares, desde la famosa Operación Jaque hasta la reciente muerte de alias ‘Tomate’ como jefes últimos de las Fuerzas Armadas, ese silencio en este caso ha sido aún más elocuente: cuatro fuentes conocedoras del mundo militar le dijeron a La Silla que el mensaje era de falta de respaldo a Alzate.

Sin el respaldo de sus jefes y con poca credibilidad en la opinión, el General dijo anoche que había pedido la baja por honor militar y por amor al Ejército había pedido el retiro.

Pero dos fuentes muy bien enteradas del mundo militar le dijeron a La Silla que Alzate inicialmente no pensaba renunciar y que durante todo el día de ayer los generales Lasprilla y Ernesto Maldonado, jefe de Estado Mayor del Ejército, lo estuvieron convenciendo de que pidiera la baja.


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