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Las becas obligan a las universidades a actualizarse

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Cantidad de estudiantes beneficiados por institución educativa

Este jueves se terminan de formalizar las beca-créditos del Icetex para los diez mil estudiantes del programa “Ser Pilo Paga”. Pero desde ya, este programa del gobierno está enfrentando a las universidades privadas receptoras con sus propias debilidades.

Aunque hasta que no se concrete el crédito del Icetex no se sabrá con certeza la distribución de los estudiantes, ya es un hecho que las siete universidades que más van a recibir estudiantes son privadas y matricularán a cerca del sesenta por ciento de los becados. Su entrada ha obligado a estos centros educativos a mirarse en el espejo y comenzar a intentar subsanar rápidamente sus flancos más débiles.

Para la universidad que hoy por hoy significa mayores retos es la de los Andes, puesto que hoy solo tiene 12 matriculados de Sisbén uno y a partir de la próxima semana entrarán 607, un poco más de un tercio de todos los nuevos estudiantes.  

Para otras universidades, como la Javeriana, la Tadeo y La Salle, el reto mayor no será la inclusión social, pues en la primera un tercio de su población es de estratos uno, dos y tres (no lo habían medido en Sisbén), en la segunda es el 80 por ciento y en la última es la mitad.

Pero lo será la permanencia de estos estudiantes, pues sienten que nadie se puede dar el lujo de que fracasen y deserten porque terminarían los estudiantes con deudas millonarias.

Esto porque ‘las becas de Gina’ en realidad son créditos condonables si se gradúan. Es decir, si desertan -como lo hacen en promedio en las diez mejores universidades del país es el 42 por ciento de los estudiantes- tendrán que pagar una deuda millonaria.

Para la Universidad Autónoma de Bucaramanga el reto principal es de infraestructura. La UNAB recibirá este semestre unos 1800 estudiantes, de los cuales 653 serán de los becarios. Esto significa el mismo número de estudiantes que entraron en todo el año pasado.

Cada una de estas universidades está enfrentado estos retos a su manera, pero uno de los resultados que desde ya está teniendo este programa es que las está obligando a hacer reformas internas que beneficiarán a los de ‘Ser Pilo Paga’ pero también al resto de los estudiantes.

¿Los Andes, la revolución social?

La Universidad de los Andes (de la cual Juanita León, directora de la Silla es hace unos meses miembro del Consejo Superior) matriculará este semestre alrededor de 1800 nuevos estudiantes. De estos, 607 serán del programa subsidiado por el gobierno.  En facultades como la de Medicina, entrarán 44 ‘becados’, que serán más de la mitad de los 77 estudiantes que entraron el semestre pasado.

Entre los de Ser Pilo Paga y el programa de becas Yo Quiero Estudiar que ya tenía la universidad, ahora un tercio de los estudiantes nuevos serán de estratos uno, dos y tres.

Para la Universidad de los Andes el mayor reto es la inclusión social de los nuevos estudiantes.
La Jorge Tadeo Lozano quiere hacer un programa para que los alumnos que salgan de la universidad en cuatro años consigan buenos trabajos. 
La Salle es la universidad que más alumnos becados recibirá. En total son 1140 nuevos estudiantes del programa.

Esto significa que la universidad que el año pasado punteó en todas las Pruebas Saber y que tiene fama de ser la más elitista ahora podrá sacar pecho por ser una de las más diversas socialmente del país.

Sin embargo, ese cambio tan repentino no será fácil y por eso la universidad tiene puesto todo su esfuerzo en crear las condiciones para que la transición sea lo más enriquecedora tanto para los becados como para los demás estudiantes. Y son los líderes estudiantiles de la universidad los que han asumido el mayor peso de este cambio.

El grupo RAICES (Red de acompañamiento e integración de la comunidad estudiantil) es un grupo del consejo estudiantil de la Universidad que desde noviembre del año pasado se ha reunido para entender los retos de recibir a estos nuevos estudiantes. Así mismo, el grupo ANDAR (red de apoyo a estudiantes con prgramas de beca y financiación) ha venido generando espacios de acompañamiento a estudiantes con becas o algún tipo de financiación también se unió a la discusión. Este último grupo ha contactado a los nuevos estudiante becados, así como a los beneficiarios de otras becas de la universidad, para lograr que su adaptación sea más fácil.  

“El reto más grande fue el poco tiempo que hubo”, según le contó a la Silla Camila Gómez Wills, miembro de RAICES, “pero nunca vamos a estar 100% preparados”.

Este grupo no pretende hacer propuestas dirigidas específicamente a los beneficiarios de la becas-créditos del gobierno sino generar cambios a nivel más global que permitan transformar el bienestar estudiantil.

Son tres áreas que ellos consideran como críticas y que en menos de una semana serán puestas a prueba: el rendimiento académico, la vida universitaria y el sostenimiento económico.  

Por ejemplo, en el área académica el grupo propone la creación de talleres complementarios en inglés y cálculo, la compra por parte de la biblioteca de nuevos libros de las clases introductorias a las carreras para que no los tengan que comprar, la creación de monitorías recurrentes de los cursos específicos a cada carrera, etc.

En cuanto a la integración a la vida universitaria se propuso hacer guías para entender y conocer a la ciudad; la creación de líneas de atención a estudiantes en crisis, fortalecer las ofertas de los centros culturales y deportivos para que los sitios donde la gente haga amigos no implique comprar algo como sucede en muchos casos hoy; la promoción de trabajos en grupo; la creación de grupos de estudiantes que funcionen como mentores, etc.

Finalmente, en cuanto al área económica el grupo propuso un control de precios de los restaurantes dentro de la universidad, la alianza con restaurantes fuera del campus para que ofrezcan platos más baratos, la ampliación del servicio de hornos microondas ya existente, una educación bancaria para estudiantes que no están familiarizados con el sistema, entre otros. Ahora esperan que se puedan concretar estos planes.

Los departamentos con mayor participación
Los tutores

Esta idea de que sean los mismos estudiantes los que faciliten la integración de los de Ser Pilo Paga, se está repitiendo en las demás universidades.

En la Pontificia Universidad Javeriana, de Bogotá, donde de los casi tres mil matriculados nuevos, unos 380 serán de este programa crearon un sistema de ‘estudiantes pares’ para que le presten apoyo a los nuevos que lo necesiten.

A la Universidad Autonoma de Bucaramanga entrarán cerca de 1800 nuevos estudiantes, de los cuales 647 son becarios del programa del gobierno.
La Pontificia Universidad Javeriana dará un salario mínimo extra a los estudiantes becados de carreras como arquitectura, arte y diseño.

De igual forma, La Salle, que ahora tendrá 1140 nuevos estudiantes becados, creó el programa de Hermanos Mayores. Este es un grupo de alumnos voluntarios que buscarán ayudar a la integración de los nuevos estudiantes becados a la vida universitaria.

Además, desde el Centro de Servicio, Promoción y Apoyo Estudiantil (SSPAE) se busca resolver problemas que van más allá del rendimiento académico.

El primero es una familiarización para estudiantes que no son de Bogotá con la ciudad: explicarles desde cuáles zonas son consideradas como peligrosas hasta cómo funciona Transmilenio, donde sacar fotocopias, etc.

Además, se busca que los estudiantes tengan una asesoría en temas financieros y, finalmente, se busca generar un sistema de alertas tempranas que permitan identificar los posible problemas que puedan tener estos nuevo estudiantes. Este sistema de alertas también lo está implementando la Unab.

Según le dijo a La Silla Angela María Trujillo, coordinadora del Centro de Servicio, Promoción y Apoyo Estudiantil, “la idea es que se consolide una red de apoyo entre los mismos estudiantes”.  

En todas las universidades tienen claro, sin embargo, que la idea es que la entrada de estos becados contribuya a la integración social y no a su exclusión, por lo que se están cuidando de crear proyectos dirigidos únicamente a esta población. Lo que hace el reto aún mayor porque mientras tienen que cambiar muchas cosas para ayudarles a tener éxito, tienen que hacerlo sin que este apoyo sea realmente visible.

Por ejemplo, en los Andes, ningún profesor sabrá quiénes son becados y quienes no para evitar un trato diferencial aunque se decidió que durante los tres primeros semestres no se deberían poner lecturas obligatorias en inglés para que los becados no encuentren allí una traba.

El reto de hacer los cambios sin que esto lleve a crear el guetto de becados ha llevado a que, por ejemplo, la Tadeo esté organizando mejor su oferta de materias básicas para facilitar la elaboración del horario para los estudiantes.

La Javeriana creó una serie de cursos especiales para todos los estudiantes, pero con los becados en mente a partir del proceso de entrevista que les hicieron para la admisión, que van desde cómo mejorar la expresión oral y escrita hasta reforzamiento de la aptitud matemática.

En la Unab, decidieron crear una jornada extendida para ofrecer más clases y más servicios de bienestar universitario tanto a todos los estudiantes como a su profesorado.  “La idea es que todos puedan aprovechar más nuestro servicio de cafetería, gimnasios, etc”, explicó a la Silla el rector Alberto Montoya Puyana, para quien en todo caso, el reto mayor seguirá siendo mantener la calidad de la educación

Al mismo tiempo, la Javeriana creó un fondo especial que exigirá un aporte de la universidad de 4 mil millones de pesos para los próximos cuatro años, para apoyar financieramente a los becados de Sisbén Uno, a quienes la Javeriana les dará otro salario mínimo para el semestre. Es decir, doblará el apoyo que ya les da el Gobierno, según le dijo a La Silla el vicerector académico Luis David Prieto.

Es una ayuda grande porque un salario y medio al semestre implica un apoyo de 7 mil pesos diarios para comidas y fotocopias y transporte (solo en Transmilenio se les iría casi la mitad).

La Javeriana también le dará otro salario mínimo al semestre para aquellos de Sisbén 1 que necesiten materiales para carreras como arquitectura, diseño, y odontología. El grupo Raíz de la Universidad de los Andes, por ejemplo, propuso crear un banco  de materiales para que estudiantes de carreras como arquitectura y diseño puedan disminuir los costos de sus entregas.

Las otras universidades con las que habló La Silla no darán un apoyo financiero pero sí están haciendo inversiones grandes en mejorar sus sistemas de consejería estudiantil, por ejemplo, o en reforzar sus currículums.

La Tadeo, por ejemplo, ya está empezando a pensar cómo crear un sistema de acompañamiento para garantizar que los que se gradúen en cuatro años consigan buenos empleos. “Lo que tenemos que asegurarnos es que de verdad esto sirva para la movilidad social”, dijo Cecilia María Vélez, la rectora de la Tadeo.

“Garantizando una educación de calidad es la única forma cómo el país va a poder salir adelante”, dijo el rector de la Unab.

Los programas  académicos con mayor participación

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