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Con Luna, Santos juega poker con Bogotá y con las TIC

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El nombramiento de David Luna como reemplazo de Diego Molano en el Ministerio de TIC cogió a todo el mundo por sorpresa, pues Luna estaba alejado del Gobierno, metido en la campaña de Enrique Peñalosa y no tiene experiencia en el tema. Su designación tiene lógica política, porque mantiene el Ministerio en cabeza de los liberales y aunque algunos lo han interpretado como una forma de  Juan Manuel Santos de incidir en la campaña por la alcaldía de Bogotá el impacto de esto es sobre todo simbólico.

Luna, quien trabajó con Santos entre 2011 y 2014 como viceministro de relaciones laborales y luego como Alto Consejero Presidencial para las Regiones, le habían ofrecido la dirección del Sena el año pasado pero él la rechazó porque aspiraba a un ministerio. Ese nombramiento no se concretó y Luna se alejó del Gobierno después de haber trabajado intensamente en la campaña presidencial tendiendo puentes con los alcaldes.

El agradecimiento de Santos se demoró pero llegó con un cargo con más visibilidad y peso político. Pero su nombramiento creó un debate por su falta de conocimiento de las TIC. Y produjo un efecto en la campaña a la Alcaldía cuyos efectos finales aún están por medirse.

El efecto en Bogotá
David Luna ha trabajado mucho los temas urbanos y por eso su trabajo en la campaña a la alcaldía tenía fuerza. En TIC, en cambio, es un novato. 
El 'Equipo por Bogotá' con el que se lanzó Enrique Peñalosa a la Alcaldía de Bogotá perdió esta semana a uno de sus promotores. Foto Laura Rico Piñeres
Luna ha hecho política muy cerca de Rafael Pardo, candidato del liberalismo a la alcaldía de Bogotá, y con el director de Planeación Nacional, SImón Gaviria.

Las apariciones públicas más recientes de Luna habían sido como uno de los dos alfiles de la campaña de Peñalosa. Con el hoy candidato y el senador de Cambio Radical Carlos Fernando Galán, era uno de los tres miembros del Equipo por Bogotá, la plataforma política que lanzó Peñalosa. Y hasta la semana pasada, cuando el ex alcalde oficializó su candidatura, Peñalosa siempre hablaba de que él o Luna podrían ser candidatos de ese Equipo. Por eso, su nombramiento tuvo eco en la carrera por Bogotá.

Su salida de la campaña de Peñalosa, donde aún no tenía un cargo oficial pero de la que era uno de los soportes, deja al ex alcalde sin uno de sus escuderos, una persona que lleva décadas haciendo política en Bogotá y que es de su confianza. 

La cercanía de Luna y Peñalosa empezó hace casi 20 años, en 1998, cuando el nuevo ministro era edil de Chapinero y el candidato era alcalde de Bogotá. Fueron tan cercanos que Luna fue una de las figuras de los movimientos peñalosistas "Por la Bogotá que queremos" y "Por el país que soñamos" (del que fue uno de los dos congresistas electos, junto con el hoy director de Planeación Nacional, Simón Gaviria), y llegó al liberalismo de la mano de Peñalosa en 2007.

Además Peñalosa pierde el único dirigente liberal que se tomaba la foto con él. Y es que esa presencia mandaba el mensaje que el ex alcalde tenía el apoyo de por lo menos una figura importante del liberalismo bogotano, ni más ni menos que su más reciente candidato a la alcaldía y, hasta hace poco, uno de los hombres de confianza del actual candidato rojo, Rafael Pardo. En la lógica peñalosista de querer hacer una alianza con Pardo, Luna era el puente obvio.

Más allá de que Luna no haya tenido un buen resultado en la campaña de 2011 y que no estuviera arrastrando a parte de la estructura liberal en Bogotá, que está con Rafael Pardo, esa presencia ayudaba a mostrar la campaña de Peñalosa como una alianza amplia que reflejara su nombre, un equipo.

Sin Luna, esa imagen pierde fuerza. Sobre todo porque por ahora no ha llegado nadie a reemplazarlo, y el anuncio de Peñalosa de ayer de nombrar como jefe de campaña al ex director de la Unidad de Protección, Andrés Villamizar, muestra más bien que está buscando una alianza con Cambio Radical (a pesar de que esa posibilidad parece lejana, como contó La Silla).

Por eso, a nivel simbólico el nombramiento de Luna debilita la campaña del ex alcalde. A nivel práctico, el golpe es menor porque  Luna no estaba trayendo votos liberales. “Mediáticamente hizo daño. Pero en términos prácticos no”, le explicó a La Silla un directivo de esa campaña. “Ahora tenemos ministro del Equipo por Bogotá”, fue el spin que le dio otra de las cabezas de la campaña de Peñalosa al nombramiento, retomando el trino con el que el candidato reaccionó a la noticia. “El mensaje es que el Equipo no es lejano ni opuesto al Gobierno”.

Al final, sumando y restando, es probable que la salida de Luna no afecte tanto la campaña, pues aunque no ha habido encuestas al respecto, posiblemente la campaña de Peñalosa dependía más de las emociones que despierta la muy conocida figura del ex alcalde (en la más reciente encuesta de Cifras y Conceptos, solo uno de cada diez encuestados dijo no saber quién es) que la idea más etérea del Equipo por Bogotá.

Pero en lo que el nombramiento sin duda puede tener un mayor efecto es en el sector de las TIC, y más dado que ese Ministerio ha venido acumulando un poder importante que promete crecer para 2018.

El atractivo de MinTIC
El saliente ministro de TIC, Diego Molano, era uno de los pocos que estaba en el cargo desde la posesión de Juan Manuel Santos para su primer período, en agosto 7 de 2010.
La viceministra María Carolina Hoyos Turbay (nieta del ex presidente Julio César Turbay Ayala, sobrina del ex Contralor Julio César Turbay Quintero y hermana del cocnejal de Bogotá Miguel Uribe Turbay, todos liberales) llegó al ministerio con Molano y sonaba fuerte para reemplazarlo. Foto: tomada de www.tolima.gov.co.

Molano y Luna comparten el color rojo pero vienen de mundos diferentes. Molano llegó al Ministerio en agosto de 2010 proveniente del mundo de las TIC, mientras que Luna no ha tenido ninguna trayectoria en el sector. Eso hizo que su nombramiento fuera motivo de debates en todas las emisoras ayer por la mañana y ha producido una gran desazón en el ministerio, según el confirmaron a La Silla tres fuentes de éste. En el sector hay desconcierto, según tres fuentes de empresas de TIC.

Aunque hay consenso en que Luna es una persona honesta y trabajadora, su falta de conocimiento y el hecho de un día estaba metido de cabeza en una campaña política y al otro era ministro de un sector que desconoce y que tiene un alto componente técnico, lo ha hecho el blanco de críticas de personas muy diversas.

Luna ha reconocido su desconocimiento. "Yo efectivamente no soy nada distinto a un gran usuario (...) hay cosas que domino y hay otras que no”, le dijo a RCN Radio. Pero reiteró que llega a trabajar para ponerse al día: “en un mes voy a ser una de las personas que más conoce del sector”, fue su promesa.

También llegó mostrándose como la continuidad de Molano. “Tengo la tranquilidad de poder continuar un trabajo que el ministro Diego Molano y el Gobierno del presidente Santos construyeron desde 2010 en el plan Vive Digital”, dijo Luna a Blu Radio.

Con eso mostró que planea seguir el camino que marcó Molano, quien dejó listo el Plan Vive Digital 2, la continuación de su programa durante el primer cuatrenio de gobierno de Santos y que éste presentó en septiembre pasado.

Eso va a poner a Luna en el papel de gerente ejecutor del proyecto de otro. Un gerente que va a manejar tres procesos que son claves para definir la forma en la que los colombianos se informan y aprenden a conectarse con el mundo. Y que, además, sirven para darse un gran champú político, lo que nunca está de más para un ministro con trayectoria (y ambiciones) políticas - pero en los que Molano dejó fichas claves, con lo que el margen que tendrá Luna será reducido.

Uno es la continuación de las muy promocionadas entregas de tabletas, que Molano repartió en escuelas por todo el país como estrategia para que los niños sean nativos digitales y que maneja el programa Computadores para Educar.

Esas entregas sirven para darse un baño de popularidad, parecido (quizás con menos impacto, aunque también a menor costo y ante más gente) que el de las 100 mil viviendas gratis de Vargas Lleras. Aunque los reparos que han hecho personas que saben de internet sobre el verdadero impacto de este proyecto se mantienen.

Ya están en camino (con la convocatoria abierta pero aún sin pliegos de condiciones definitivas) dos subastas por un billón de pesos para comprar más de 720 mil tabletas y 270 mil computadores para entregar en 2016 y 2017 - y el encargado de hacerlo será Luna.

Quien maneja esa licitación es Computadores para Educar, una asociación de entidades públicas en la que el Ministerio tiene la voz más fuerte, con dos de los cinco puestos en el consejo directivo (los otros son del Ministerio de Educación, el Sena y la Presidencia). El consejo designó la semana pasada a un nuevo director ejecutivo que viene de trabajar muy cerca de Molano, y que manejará un presupuesto de unos 1,4 billones de pesos entre este año y 2018.

Se trata de Fernando Bedoya, ingeniero electrónico de la Corporación Universitaria de Santander, quien venía de ser asesor de la viceministra María Carolina Hoyos y ayudó a armar Vive Digital 2. Desde 2012 trabajó cerca de Molano, primero como liquidador de la Comisión Nacional de Televisión y luego como director ejecutivo y liquidador de Corpotic.

El segundo proceso es el que hasta hace dos semanas se llamaba DTH social y que ahora se ha denominado TDS, y que busca llevar televisión digital a 304 municipios que actualmente no tienen cómo acceder a ella. Ese cambio de nombre se debe a que el proyecto terminó empañado por la sonada salida de Lucy Osorno de la gerencia de Rtvc, la entidad pública encargada de manejar la radio y la televisión pública y que depende del Ministerio.

Osorno renunció a su cargo hace mes y medio señalando a Molano de tratar de imponerle un abogado para que manejara ese proyecto, que es una de las grandes apuestas y de los grandes negocios del sector. No solo vale los más de 70 mil millones de pesos que ya están listos en vigencias futuras para quien se gane la licitación, sino que arrastrará la venta de los televisores o decodificadores que se van a necesitar en esos 304 municipios para ver televisión y que necesitarán más de un millón de hogares de acá al 2019.  Si esto llega a salir mal, cuatro millones de personas se quedarán sin ver tv.

Ese proceso en principio estaba en cabeza de la Autoridad Nacional de Televisión (Antv) y no de Rtvc, y aparentemente va a regresar a ésta. Y en la Antv Molano ya dejó una nueva directora, que como contó La Silla, tiene el apoyo de la bancada liberal de la Cámara: la abogada Ángela María Mora Soto.

El último proceso es el del tercer canal privado de televisión, que está andando aunque sin mucho ruido. Después de una sentencia de Consejo de Estado de hace un año, el Ministerio y la Autoridad Nacional de Televisión se han ido moviendo para definir cosas que se necesitan antes de licitar, como actualizar los estudios económicos o actualizar las frecuencias del espectro que utilizaría ese canal.

Aunque el proceso sigue muy lento, Luna podría meterle el acelerador o el freno y, con eso, tomar una decisión de un negocio multimillonario y de gran calado político.

Respecto a este tema, Molano también dejó algo definido: en el Plan de Desarrollo impulsó el artículo que le deja un margen grande a los futuros concesionarios (o concesionario único) del Canal Uno, que es público, para que compita con más libertad con los canales privados, lo que seguramente reduciría el apetito por un tercer canal privado porque la torta publicitaria, que se ha venido reduciendo por la competencia de la televisión por internet, no da para tantos.

Por eso, en últimas, el ministerio de Luna tiene una hoja de ruta ya definida y un color político que no va a cambiar, como demuestran los padrinos de la nueva directora de la Antv.

Nota de la Editora: después de publicada esta historia, editamos varios párrafos para mayor precisión.


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