Hoy arrancó en Villavicencio una cumbre de dos días de gobernadores entrantes y salientes y, más allá de la agenda oficial de discursos y ponencias, lo que se está viviendo tras bambalinas es una muestra más de que ya arrancó el pulso por el poder en 2018 entre los liberales y Cambio Radical.
Resulta que al evento, organizado por la Federación Nacional de Departamentos que dirige el exministro liberal Amylkar Acosta, no fueron invitados ni el vicepresidente Germán Vargas Lleras ni sus ministros Luis Felipe Henao (de Vivienda) y Natalia Abello (de Transporte). En cambio, sí convocaron a otros ministros como el del Interior, Salud, Hacienda, Minas y Agricultura, que representan a otros partidos.
También fue invitado, entre otros altos funcionarios del Gobierno, el director de Planeación Simón Gaviria, antiguo jefe del Partido Liberal.
Parte de la idea de la cumbre es que los ministros definan con los gobernadores electos qué van a hacer con los proyectos conjuntos, para así facilitar los empalmes. Pero como también es una excelente oportunidad política para estrechar relaciones entre unos y otros, la exclusión de los vargaslleristas no cayó para nada bien en el círculo del Vicepresidente, que es un cantado aspirante presidencial para dentro de tres años.
La Silla supo que, en respuesta a lo que consideran una jugada de los liberales y ante la molestia de Vargas, varios gobernadores aliados de Cambio Radical -entre ellos el del Magdalena, Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes- convocaron para esta noche una comida por fuera de la agenda oficial.
La cena será a las 8 de la noche en el restaurante Neruda de Villavicencio y ya está confirmada la presencia de Henao y Abello, que viajarán juntos, y de Vargas, que llegará por aparte. Están invitados todos los gobernadores que quieran ir.
A esa misma hora el gobernador anfitrión y liberal Alan Jara, acompañado de Amylkar Acosta y muy seguramente del ministro Juan Fernando Cristo (también liberal), estarán en la comida oficial del evento, programada para después del partido de la Selección Colombia.
La pregunta ahora es: ¿cuál de las dos citas irá a estar más concurrida?