Hace dos meses, pocos daban un peso a que el Mira sobreviviría las elecciones al Congreso de este domingo. Pero el mayor partido cristiano convirtió los escándalos provocados por la líder de la iglesia que respalda al partido en una oportunidad: a partir de un manejo de crisis centrado en una campaña masiva de publicidad en horario Triple A y de apelar al sentido de persecución de sus fieles, el Mira -según las últimas encuestas- pasaría raspando el umbral.
Las escandalosas declaraciones de María Luisa Piraquive, líder de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, contra las personas en situación de discapacidad y la cascada de acusaciones que le siguieron a su familia golpearon al Mira en donde más le dolía: el voto de opinión.
En las últimas elecciones el Mira sacó 320 mil votos y para sobrevivir al nuevo umbral necesitaba unos 100 mil votos nuevos, que apuntaba a conseguir con nuevos simpatizantes del partido, que ha tenido un crecimiento sostenido cada ciclo electoral.


Pero con su imagen por el suelo, el Mira tuvo que montar una agresiva campaña publicitaria hacia afuera y de movilización hacia adentro que recuperara esos posibles votos. Y que separara al partido político de la iglesia, a la que defienden con el argumento de la libertad de culto pero que quieren sacar del debate.
“Ante el despliegue del escándalo, vimos la necesidad de masificar los resultados que hemos obtenido en estos 13 años. Como muchos no nos conocían y nos conocieron a partir de esas calumnias, decidimos mostrar mucho mejor lo que hemos hecho en el Congreso y en la vida pública”, le dijo a La Silla Samir Bedoya Piraquive, que quedó como el único vocero del partido en ese momento crítico. Y decidieron mostrarlos en horario Triple A, inundando de pauta los dos canales privados de televisión.
Los primeros comerciales que salieron al aire mostraban a políticos del Mira en situación de discapacidad, como Ómar Rodríguez (su concejal en Ubaté, que es invidente) y Dora Landázuri (candidata en Nariño, a quien le falta una mano). Esto con el ánimo de contrarrestar la ironía difícil de explicar de que el Mira fue el principal impulsor de la ley contra la discriminación y que el escándalo empezara con un acto discriminatorio.
Esos comerciales fueron la primera piedra angular de la defensa electoral del Mira. Escogieron los temas legislativos que mejor conectan con el corazón y el bolsillo de los ciudadanos a pie -el desmonte del cargo fijo en la energía, la cárcel contra conductores ebrios- y diseñaron una estrategia publicitaria para televisión, radio y prensa impresa.
“Queríamos hablar de nuestras propuestas hacia adelante, como el desmonte del servicio militar obligatorio o el desmonte del cargo fijo en todos los servicios públicos”, dice Carlos Guevara, que aspira a ocupar la curul en la Cámara de Gloria Stella Díaz (quien salta al Senado para reemplazar a Alexandra Moreno Piraquive y liderar la lista).
“Nos tocó en vez reforzar la rendición de cuentas, que de todos modos siempre ha sido una de nuestras banderas”, reconoce Bedoya.
Ese trabajo lo complementaron con una estrategia en redes sociales, que diseñó el equipo de comunicaciones del partido (integrado por varios militantes) y complementada desde los escándalos -como contó La Silla- por la agencia especialista en el manejo de redes sociales Zocial. Además, también están siendo asesorados por Google en cómo dirigir mejor sus campañas publicitarias a sectores específicos.
La Silla intentó averiguar cuál ha sido la inversión del Mira en publicidad en estos dos meses, pero ninguno de sus dirigentes respondió la pregunta. Gloria Stella Díaz, la única mujer que será cabeza de lista al Senado, se limitó a decir que “está bien dentro de los límites legales”.
Ella y Baena han reportado, entre los dos, gastos por 263 millones de pesos en Cuentas Claras del Consejo Nacional Electoral. (Normalmente una pauta de 30 segundos a 1 minuto en televisión en horario Triple A puede costar entre 15 a 24 millones de pesos, aunque los partidos tienen presupuesto propio para las pautas institucionales como las del Mira.)

Al mismo tiempo, el Mira ha venido apelando a sus bases para combatir lo que ellos ven -en palabras del senador Carlos Baena- como una “persecución religiosa y política”.
El partido comenzó la contención de daños durante el pico de los escándalos, aunque de manera discreta. A finales de enero el partido mandó -como contó RCN Radio- un correo electrónico a sus bases, exhortándolos a “contrarrestar los comentarios negativos” y a “mostrar la gestión del Mira y de la fundación María Luisa [Piraquive]”.
En ese correo no sólo sugerían usar los hashtags #Piraquive y #MIRA, y facilitaban las cuentas de Twitter de una decena de medios y periodistas, sino que recomendaban un centenar de enlaces y modelos de trinos que se podían usar para “inundar la red con más de 500 mensajes en 3 horas”. Además, pedían a los miraístas no enzarzarse en peleas con otros tuiteros y aclaraban que las cuentas del partido y sus líderes estarían quietas por razones estratégicas.
Para tranquilizar a sus bases, publicaron un número extraordinario de su periódico “Mira” con una tirada -también poco habitual- de 300 mil copias, en las que refutaban las acusaciones. Refutaron las acusaciones de discriminación subrayando su autoría de la ley antidiscriminación y la presencia en el partido de personas en situación de discapacidad (aunque invocando la libertad de culto). Y la de lavado de activos como parte de una persecución.
La necesidad de fortalecer el voto miraísta hizo que el partido cambiara drásticamente las agendas de campaña de la mayoría de candidatos.
Carlos Baena, Gloria Stella Díaz y Manuel Virgüez -las figuras más visibles del Mira- pasaron de hacer campañas muy focalizadas en Bogotá a viajar por todo el país (e incluso por fuera). Samir Bedoya -la cara visible de su manejo de crisis- ha recorrido 27 de los 32 departamentos en estos dos meses, intentando unificar la línea de defensa. Todo ello con el ánimo de acercar más a los líderes nacionales con sus bases regionales y de extender su perímetro de influencia.
En las regiones también decidieron extenderse y salir de las capitales. Marisol Moreno y Heyder Gómez, que están en el cuarto y el quinto renglón de la lista, iban a liderar campañas muy departamentales y terminaron convirtiéndolas en campañas regionales con capacidad de llegarle a más bases del partido. Moreno, vocera en el Meta, estuvo en Arauca, Casanare, Amazonas y el oriente de Boyacá, mientras que el vallecaucano Gómez enfocó su campaña en todo el suroccidente del país. Luis Ernesto Olave, líder afro del Mira, lo hizo en Chocó y Tumaco.
Jacqueline Toloza, sexta en la lista, iba a enfocar su campaña en el área metropolitana de Medellín pero terminó extendiéndola a toda Antioquia. Y en la capital, Carlos Guevara comenzó a trabajar en Bosa, Ciudad Bolívar y Teusaquillo en vez de centrarse sólo en Kennedy, como inicialmente había pensado.
Lo mismo hicieron sus candidatos en el exterior, una de las curules que tienen más posibilidades de obtener por su fuerte presencia en la diáspora colombiana. Ana Paola Agudelo, la candidata en España, amplió sus correrías a Francia, Suiza y Gran Bretaña, mientras que Héctor Fabio Uribe, el candidato en Venezuela, estuvo en Ecuador. Y Jorge Muñoz, el 'ángel de Queens' y una de las figuras más conocidas de la diáspora colombiana, duplicó sus correrías por Nueva York, Nueva Jersey y la Florida.
Al final, aunque las cuentas del Mira no son tan alegres como hace unos meses que hablaba de una bancada de seis en el Senado, esta estrategia parece haber funcionado: en la última encuesta de Cifras y Conceptos, 5 por ciento de los consultados respondieron que votarían las listas del MIRA, una cifra idéntica a la de Cambio Radical y mayor que la de Opción Ciudadana, el viejo PIN.
Más significativo aún, eso es cuatro puntos porcentuales más que lo que marcaban en el punto más álgido de los escándalos en enero. Y tres más que lo que la misma encuesta registraba en octubre.
Si estas encuestas aciertan, el Mira sacaría tres senadores, conseguiría el umbral y mantendría la misma bancada que tiene hoy. En Bogotá también parece tener segura una curul a la Cámara con Carlos Guevara, con lo que ya lograría igualar los resultados de hace cuatro años.
Y aún podría sumar una adicional en alguno de sus fortines regionales, como Valle del Cauca (donde el colapso del PIN les da margen de juego), el exterior (que casi les da una curul en 2010 y que ahora tiene por primera vez dos) y en Risaralda (donde eligieron su primer diputado hace 13 años).
“Al final creemos que, aunque hizo un daño grande, generó un sentido de pertenencia y despertó al león dormido”, dice Gloria Stella Díaz.