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¿En qué se nos va la luz en Colombia?

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Ahora que la angustia es si va haber apagón y que el Gobierno con su campaña ‘Apagar Paga’, espera que la gente apague las luces y desenchufe sus aparatos, la pregunta que queda es en qué se va la energía del país.

Al Niño le quedan por lo menos dos meses. Eso significa que faltan mínimo ocho semanas más de ahorro, así llueva. Y como solo el martes se llegó a la meta del 5 por ciento de ahorro, es probable que sí haya cortes, La Silla revisó quienes son los que más gastan energía.

Éstas son las conclusiones:

(Haga clic en las imágenes para ver la información de cada una en detalle)

1.Se va más en casas y en microempresas, que en las grandes compañías

Si la energía en Colombia fuera una torta de tres pedazos (y de un tamaño de 63,571GWh, como muestra esta tabla), dos de esos pedazos se los comerían los hogares y las pequeñas empresas (técnicamente llamados el sector regulado, porque su tarifa la regula la Comisión de Regulación de Energía y Gas, CREG), y el otro se lo comerían grandes empresas de diferentes sectores económicos (el sector no regulado, que compra la energía a precios no definidos por la Creg).

Eso significa que si uno quiere lograr un gran ahorro, ayuda enfocarse más en los pequeños consumidores que en los grandes.

2. No se va tanto en oficinas y almacenes

Según la Upme , entre los tipos de consumidores de energía, los establecimientos comerciales se llevan apenas el 20 por ciento, las industrias el 27 por ciento y los hogares el 42 por ciento. El otro 9 por ciento corresponde a edificios oficiales que pueden ir desde las oficinas de la Fiscalía, un ministerio o una cárcel y el alumbrado público.

Eso significa que la campaña del Gobierno de lograr ahorro en las casas puede tener más efecto que apagar las luces en las oficinas públicas - aunque los simbólico de apagar en esos edificios puede ayudar a concientizar a la gente en sus casas.

 

3. Se va más en estratos bajos, pero los altos pueden ahorrar más

Los estratos 1, 2 y 3 suman el 83 por ciento de la demanda de energía de los hogares en el país y son casi 43, de los 45 millones de habitantes que estima el Dane que hay en Colombia. Eso quiere decir que los otros 2 millones y pico, un 5 por ciento de todos los colombianos, se gastan el otro 17 por ciento de la energía.

Por eso, al mirar el consumo de energía por persona, los estratos 5 y 6 gastan mucho más que los otros - lo que quiere decir que podrían ahorrar más.

Una persona de estrato 6 gasta en un mes más del doble que lo que gasta alguien de estrato 1, porque suelen vivir en espacios más grandes y tener más electrodomésticos y aparatos electrónicos. Esos aparatos son los que pueden apagar con más facilidad para ahorrar.

Pero como en estratos bajos hay más gente, la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) recomendó en un estudio de octubre del año pasado que “Ante una intensificación de los impactos del Fenómeno del Niño, los esfuerzos por un consumo responsable de agua y un uso eficiente de la energía eléctrica se deben concentrar en los estratos de ingresos bajos (1-3) que representan el 80% del consumo nacional”.

Pero eso no es tan sencillo, en parte porque no tienen tantos electrodomésticos cuyo uso no es esencial.

“Los estratos 5 y 6 tienen que pagar, adicional a su tarifa, un 20 por ciento para pagar los subsidios de los estratos bajos. Eso les da más incentivos para cuidar la luz” le dijo Marta Ávila, presidenta de la Asociación de Comercializadores de Energía (Acce) a La Silla.

“Esos estratos bajos también tienen aparatos más viejos, que son menos eficientes, y por eso les queda más difícil ahorrar”, explica Carlos García, subdirector de demanda de la Upme.

 

 
4.  Se va mucho más en fábricas que en minas 

 

 

Las grandes fábricas consumen más que el doble de las grandes minas: dentro del sector no regulado la industria manufacturera consumió casi 9.492 GWh en 2014. En cambio las grandes minas y canteras consumieron 4.368GWh ese mismo año,a pesar de que incluyen empresas como Ecopetrol, Cerro Matoso, Cerrejón o Pacific, que la Upme califica como grandes consumidores.

Eso se debe a que algunas fábricas gastan mucho porque tienen procesos intensivos en uso de energía, como la fundición de metales (y por eso entre los mayores consumidores del país están siderúrgicas como Diaco o Paz del Río).

En cambio, buena parte de la energía que usan las mineras viene de otras fuentes: las retroexcavadoras o volquetas de las minas de carbón, por ejemplo, que no usan energía eléctrica.

Detrás de fábricas y minas están lo que técnicamente se llaman prestadoras de servicios sociales y recreacionales, que incluyen desde un hospital hasta un parque de diversiones.

5. Se va tanto en robos y daños, que si no existieran no habría que ahorrar nada

En promedio, al año, Colombia pierde hasta el 10 por ciento de la energía en fallas técnicas y robos, según datos de la Upme. Como la meta de Santos es que ahorremos 5 por ciento, si no se perdiera energía, no habría que ahorrar.

Ese 10 por ciento de pérdidas (que suma unos 6.500 GWh) incluye dos cosas. Unas son las llamadas fallas técnicas, que se dan cuando hay daños como cuando un cable se rompe, y otras son las no técnicas, que son los robos de energía.

Y no son tan raros: la semana pasada Electricaribe denunció que en la finca del cantante vallenato Silvestre Dangond, encontraron instalado un transformador sin autorización, que les reportó pérdidas por dos millones de pesos al mes.

Ese tipo de fraudes le cuestan a esa empresa más de 285 mil millones de pesos al año. Según esa empresa, fueron 1.507 GWh en 2015.

Eso quiere decir que tres de cada cuatro Ghw que se roban, se lo roban a esa empresa: un estudio que sacó el año pasado la empresa especializa Sienco, muestra que Colombia  el 10 por ciento de la energía dsitribuida a los hogares se la roban, y que es son 1.930 Gwh, casi el doble de la demanda de energía de Antioquia.

Aunque robar energía es un delito, los castigos son laxos: por primera vez en la historia, la Corte Suprema de Justicia condenó a Miriam Mendoza a un año de cárcel y una multa de un salario mínimo por tomar energía de la red de Codensa sin pagar el servicio hace cuatro años.

Compañías como EPM en Medellín, Codensa en Bogotá o Epsa en el Valle del Cauca tienen campañas contra el “fraude de fluidos”. Codensa por ejemplo, tuvo en 2010 pérdidas por 32 mil millones de pesos.

 

6. Se nos va donde hay más gente o más grandes consumidores

Solo éste año, sumando las demandas reales de energía de todos los departamentos, queda claro que los que más consumen son Antioquia, Bogotá, Valle del Cauca y Cundinamarca, porque son las regiones donde hay más gente y que tienen bastantes industrias.

Pero cuando uno mira el consumo per capita hay diferencias muy grandes, que se explica sobre todo por la ubicación de grandes consumidores.

Aunque el promedio nacional es de 92,71KWh por persona al mes, en Arauca, llega a 292. Eso se puede explicar porque ahí queda el campo de petróleo de Caño Limón. Boyacá es otro caso: su consumo per capita es casi cuatro veces más grande que el promedio nacional porque ahí funcionan siderúrgicas como Acerías Paz del Río, Sidenal o Diaco.

Algo similar ocurre en Córdoba, dónde está Cerro Matoso, y Meta, donde funciona Campo Rubiales. En cambio departamentos como Sucre o el Cesar, que son esencialmente agropecuarios, consumen menos de la mitad del promedio nacional.

 

7. Y se nos va cuando podemos producir menos

El fenómeno del Niño hace más difícil producir energía, porque dependemos demasiado del agua para generarla, cuando podríamos apostarle a otro tipo de energías como la eólica y la solar. El 70 por ciento de la que se produce hoy es hidráulica (hidroeléctricas) y el otro 30 viene de plantas térmicas (gas, carbón, diesel).

Pero también hace que se nos vaya más luz. Por ejemplo, en 2014 se gastó un 5 por ciento más que en 2013, el mayor crecimiento de demanda registrado en los últimos diez años. (Ver tabla). Y según XM eso ocurrió porque, por las altas temperaturas, creció la demanda en los hogares y las pequeñas empresas consumieron más energía en refrigeración y aires acondicionados.

Eso lo deja claro el estudio de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) octubre de 2015 sobre proyecciones de crecimiento de energía: “La demanda regulada de energía eléctrica se incrementó en 7.4% impulsada por el aumento en el consumo de los hogares, mientras que la demanda no regulada que se asocia a la actividad industrial creció sólo en 0.3%, evidenciando que no es la actividad económica que impulsa el aumento de la demanda.”

 


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