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Por fin llegó la igualdad

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Hoy la Corte Constitucional dio el último paso que faltaba para que los homosexuales sean realmente iguales ante la ley. En su decisión sobre una tutela, acaba de decidir que los notarios están obligados a casar a las parejas del mismo sexo, que hasta ahora podían firmar un contrato con los mismos efectos al de un matrimonio pero sin ese nombre. Aunque la diferencia puede parecer menor, la Corte consideró que no lo era pues que se llame matrimonio tiene una carga simbólica especial.

La decisión fue 6 a 3, con la mayoría rechazando la ponencia del magistrado conservador Jorge Pretelt, por lo que Alberto Rojas quedó encargado de redactar la sentencia.

A favor de la ponencia de Pretelt solo votaron los conservadores Eduardo Mendoza y Luis Guillermo Guerrero, la misma minoría que votó contra la adopción igualitaria y que se consolida como el bloque conservador en temas morales.

Los argumentos

La ponencia de Pretelt argumentaba que las parejas del mismo sexo estaban protegidas porque ya tienen la posibilidad de celebrar un contrato que tiene los mismos efectos del matrimonio.

 

Para la mayoría de la Corte, eso no es cierto. Argumentaron que ese contrato innominado no supera un “déficit de protección”, pues crea un régimen de segregación entre esas parejas y las parejas heterosexuales al aplicar contratos diferentes. Eso, a juicio de la mayoría, atenta contra la dignidad de las parejas del mismo sexo.

La Corte ya había analizado el tema y había encontrado ese déficit de protección en una sentencia de 2011 que también dijo que las parejas del mismo sexo estaban protegidas a la luz de la Constitución porque son una familia.

Pero en esa ocasión dijo que el encargado de definir cómo superar ese déficit era el Congreso. Le dio dos años para legislar sobre ese punto y dejó claro que, como la situación violaba la dignidad, si en ese plazo no se superaba el problema ”las parejas del mismo sexo podrán acudir ante notario o juez competente a formalizar y solemnizar su vínculo contractual”.

En estos casi seis años el Congreso no legisló y entonces, en principio, se ha venido aplicando la orden de la Corte. Pero muchos jueces y notarios -en parte siguiendo la interpretación de la Procuraduría y sus presiones - la han interpretado como la obligación de permitirles firmar un contrato diferente al de matrimonio, aunque con sus mismos efectos. Ésa era la pelea actual.

Lo que hizo hoy la Corte fue aclarar que su orden del 2011 no se supera con un contrato sin nombre, sino interpretando el artículo 113 del Código Civil, que es el que regula el matrimonio, de una manera que permita que todos -independientemente de su orientación sexual- se puedan casar igual.

El largo camino a la igualdad

El camino para que las parejas homosexuales obtuvieran los mismos derechos de las heterosexuales es largo, y se ha dado casi todo gracias a la Corte Constitucional.

La última década ha sido particularmente fructífera y tuvo un gran hito en 2007, cuando la Corte reconoció que deberían tener los mismos derechos patrimoniales. De esa forma cambió una jurisprudencia que no reconocía ese tipo de derechos, como cuando en 2006 le negó  a un homosexual la pensión que había dejado su compañero permanente que había muerto.

La diferencia comenzó cuando la Corte empezó a usar la teoría del déficit de protección.

Solo faltaba este paso para que las parejas del mismo sexo fueran totalmente iguales ante la ley

Con esa misma jurisprudencia, decidió que los beneficios del POS se aplican a los compañeros homsexuales C-811 de 2007 ; luego les aplicó la obligación de pagarse alimentos (es decir, de ayudar a la subsistencia del otro) C-798 de 2008; e igualó las cargas en  más de 20 normas de todo tipo, desde inhabilidades para acceder a cargos públicos hasta delitos C-029 de 2009

La sentencia de matrimonio de junio de 2011 fue un hito porque dijo que las parejas del mismo sexo estaban protegidas por la Constitución porque son una familia, un avance frente a su posición anterior.

Al año siguiente permitió por primera vez que un homosexual soltero adoptara, un debate paralelo al del matrimonio pero que también era parte de su lucha por la igualdad.

Luego, en agosto de 2014, dijo en el caso de las mamás lesbianas de Medellín que en ese caso, la pareja de la mamá podía adoptar a la bebé biológica de su pareja; y hace un año la Corte amplió este derecho a todas las parejas homosexuales.

Solo faltaba que pudieran casarse, que fue el logro de hoy.

La tutela que lo permitió la presentó una pareja de hombres que llevan 33 años juntos y a la que un notario le negó la posibilidad de contraer matrimonio. Francisco José Silva y Ricardo Betancourt hicieron ese intento asesorados por el abogado líder del activismo Lgbti, Germán Rincón Perfetti, y eligieron para hacerlo la notaría 37 de Bogotá que dirige el presidente de la Unión de Notarios, Alvaro Rojas Charry.

La escogencia de este notario fue estratégica para darle aún más despliegue a la decisión de la Corte, pues no es lo mismo que ésta falle contra un notario desconocido a que lo haga frente al vocero de su asociación.

Pero si hubiera sido contra cualquier otro notario, la decisión sería en todo caso histórica. Como dijo La Silla en noviembre, cuando la Corte permitió la adopción plena por parejas del mismo sexo, solo faltaba este paso para que las parejas del mismo sexo fueran totalmente iguales ante la ley. Y hoy, por fin, lo son.

La Silla
Alberto Rojas Ríos

Alberto Rojas Ríos

Magistrado de la Corte Constitucional

Jorge Pretelt Chaljub

Jorge Pretelt Chaljub

Magistrado de la Corte Constitucional


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