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La última jugada de los de Pacific

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Este domingo se reúne la junta directiva de Pacific Exploration & Production, la empresa que antes se llamaba Pacific Rubiales y era la estrella de la bonanza minero-energética de Colombia. La reunión será definitiva porque sus dueños originales se jugarán sus restos para seguir manejando la petrolera que hasta que entró en crisis fue la ‘gallinita de los huevos de oro’ de los grandes medios.

La reunión de la junta tiene como tema decidir si le da el visto bueno a una propuesta de sus dos co-presidentes, Serafino Iacono y Miguel de la Campa, para inyectarle nuevos recursos a la compañía. Ellos dos, junto con José Francisco Arata y Ronald Pantin, fueron los cerebros detrás de la compañía y quienes la llevaron a patrocinar a la Selección Colombia y a convertirla en 'mecenas' de los medios de comunicación.

 

Como contó La Silla, durante años Pacific pagó publireportajes, pautó masivamente hasta el punto que medios como La W incluyeron la lectura casi diaria de sus comunicados, la emprendió contra periodistas críticos y financió eventos de relaciones públicas como el foro con periodistas extranjeros que organizó la revista Semana para festejar sus 30 años o incluso, el gran evento sobre víctimas sin hacer público siquiera su millonario apoyo. En El Espectador la empresa tuvo un espacio fijo patrocinado para contar sus historias, y en otros, ni siquiera es visible que se trate de publicidad.

Pero la historia cambió y Pacific lleva casi dos años en la mala, pues además de que el precio del petróleo bajó de unos 100 a 30 dólares el barril, Ecopetrol decidió quitarle la concesión del Campo Rubiales en el Meta (que era el centro de su crecimiento) y ha tenido que aplazar varias veces los pagos de algunas partes de su deuda.

La situación de la compañía es muy mala y ya la calificadora Fitch le bajó la calificación de algunos de sus bonos de deuda a “default restringido”, que es la calificación cuando una empresa empieza a incumplir pagos pero no está formalmente en quiebra y sigue funcionando.

Y el negocio va muy mal: según sus estados financieros, pasaron de vender 4,950 millones de dólares en 2014 a a 2,824 en 2015, y sus pérdidas se multiplicaron al pasar de 1,335 a 5,483 millones de dólares en los mismos años.

Por eso sus acciones han sufrido enormes caídas: en Toronto pasaron de valer unos 20 dólares hace un año y medio a menos de 1 hoy, y en Colombia se cayeron de casi 40 mil pesos hace año y medio a poco más de 2 mil hoy.

Iacono, De La campa y Pantin siguen al frente de la petrolera, ahora con un perfil más bajo y con el riesgo de perder el manejo de ella. Pero ahora tienen una propuesta que les permitiría volver a ser tan super poderosos como lo fueron.

La propuesta

Pacific ha recibido préstamos por unos 4.500 millones de dólares, que tendrá que devolver en los próximos años. La propuesta de los fundadores es que los acreedores de esa plata renuncien a cobrarla - lo cual dejaría a la compañía sin la carga de la deuda - a cambio de quedarse con alrededor de un 40 por ciento de unas nuevas acciones que emita la compañía..

Además, según Bloomberg News, si la oferta se concreta el fondo de inversiones Catalyst Capital Group, dueño de compañías como Advantage Rent a Car, pondría entre 400 y 500 millones de dólares frescos a cambio de otro 50 por ciento de las acciones nuevas y de garantías sobre los activos de Pacific.

Iacono y de la Campa (y posiblemente también Pantin) se quedarían con el 10 por ciento restante a cambio de haber montado todo el negocio. También aportan su experiencia y el conocimiento del negocio del petróleo -  especialmente cómo sacar crudo pesado, que fue el conocimiento que trajeron de Venezuela y que llevó a Pacific a ser la joya de la corona hace algunos años.

Ese esquema no es fácil de vender a los demás accionistas actuales de Pacific porque podría significar que sus acciones quedarían valiendo prácticamente nada. La propuesta parte de la idea de que tal y como está hoy la empresa no vale nada y por eso los nuevos accionistas no están interesados en compartirla con los socios actuales.

Por eso, la idea es emitir muchas más acciones de las que hay hoy en día. Y aunque La Silla no pudo conocer exactamente cuántas serían, la idea es que un accionista que hoy tenga el 1 por ciento, después tendría el 0,3 o el 0,1 por ciento. Quedaría diluido.

Eso es atractivo para algunos accionistas pequeños, que sienten que las acciones que tienen hoy ya no valen nada y es mejor tener un pedazo mucho menor de una empresa sin deuda y con recursos frescos. Pero otros consideran que es totalmente absurdo, pues calculan que los activos de Pacific valen unos 1.500 millones de dólares, y que es un pésimo negocio darle a Catalyst la mitad a cambio de 500 millones y a Iacono y De la Campa el 10 por ciento sin que pongan un peso.

Encima, culpan a los administradores actuales del mal estado de la compañía, por lo que sienten que es injusto que mientras ellos van ver diluidas sus acciones, los administradores van a quedar de entrada con un porcentaje significativo de la compañía saneada. También dicen que elegir la propuesta de sus presidentes deja de lado otras posibilidades para salvarla en la que los pequeños accionistas pueden quedar mejor.

A pesar de esas dudas, según Bloomberg todo indica que el domingo se aceptaría la propuesta, lo que ha disparado alarmas.

Una prueba de eso es que el mayor accionista (el fondo de inversión O’Hara Administration, de dueños venezolanos y rival de Iacono y De la Campa) contrató hace una semana al penalista Jaime Granados para enfrentarse a la propuesta.

Otra prueba es que varios accionistas colombianos se reunieron el jueves por la tarde en el Club El Nogal para discutir qué pueden hacer para evitar el negocio, según supo La Silla. El problema es que aparentemente la mayoría de miembros de la junta sí le jalan al negocio y eso es suficiente para sacarlo adelante.

El ruido ya es tan fuerte que casi a las 2 de la tarde de ayerPacific emitió un comunicado en el que dice que “se permite reiterar que junto con sus asesores, está evaluando varias propuestas, en aras de fortalecer la estructura de capital de la Compañía. No existe garantía que alguna de las propuestas sea aceptada o implementada.” Cuando La Silla buscó a la empresa para hablar sobre esta nota, encontró una repuesta similar.

Pero eso no ha calmado los ánimos: los accionistas minoritarios también están entregándole poder a Granados mientras que aparentemente los administradores De La Campa y Iacono se están asesorando por Jaime Lombana. La Silla no pudo comprobar independientemente este último hecho.

Pero de ser así quedaría claro hasta dónde las cabezas visibles de Pacific se la están jugando por no salir de la empresa, pues si terminan diluidos como los otros pequeños accionistas, es probable que también dejen de ser los superpoderosos que han sido.

Los que mandan buscan salidas

Como la decisión se tiene que tomar pronto, la junta directiva de Pacific conformó un comité para estudiar alternativas para evitar una quiebra. Todas las que se conocen implican que nuevos accionistas se queden con el control de la compañía a cambio de recibir recursos frescos, pero no todas tratan igual a Iacono y De La Campa y a los demás accionistas.

Ese comité está compuesto por cuatro personas. Uno de ellos es Dennis Hills, quien ha estado en la junta de Pacific desde 2008, por lo que es visto como de la cuerda de Iacono y De la Campa. También tiene una trayectoria larga como funcionario público en Canadá, donde fue parlamentario entre 1988 y 2004, entre otras.

Otro es el español Francisco Solé, quien es directivo del Grupo Planeta y llegó a Colombia cuando este conglomerado compró la Casa Editorial El Tiempo, de donde fue vicepresidente. Entró a la junta en 2012, en los buenos tiempos, y también es visto como cercano a los administradores.

El tercero es el ex Ministro de Minas de Álvaro Uribe Hernán Martínez, quien es tan cercano a los administradores que es presidente de la subsidiaria Pacific Coal y está en la junta desde los años de bonanza. Por eso, también se ve como cercano a Iacono y De La Campa.

La cuarta es la presidente ejecutiva de la Cámara de Comercio de Bogotá, Mónica de Greiff, quien entró a la junta directiva hace menos de un año, ya con la crisis en plena marcha y tras la salida de uno de los fundadores de la empresa, José Francisco Arata. De Greiff fue viceministra de Minas y Ministra de Justicia y de los cuatro es la única que no se ve como de la cuerda de Iacono y De La Campa.

Ese comité, asesorado por la firma de abogados Osler, Hoskin & Harcourt y una compañía del banco suizo UBS, es el encargado de presentar a la junta la mejor opción para el futuro de la compañía, pero será ésta quien tome la decisión final.

La decisión se ve muy probable porque entre los 12 miembros de la junta están Iacono, De la Campa y Pantin, que son directos interesados, y están los 4 miembros del comité independiente. Solo ellos ya tendrían la mayoría para tomar la decisión.

Los otros 5 miembros son el ex presidente de Bavaria Augusto López Valencia (también cercano a los administradores), los dos delegados de O’Hara (los venezolanos Orlando Alvarado y Alejandro Betancourt) y los dos de los mexicanos de Alfa (Raúl Millares y José Valdez Simancas).

Las otras opciones

Justamente una de las otras propuestas es la de Alfa, que desde el 2014 tiene el 19 por ciento de la compañía, con lo que es su segundo accionista individual más grande. Alfa ha buscado comprar una porción más grande que le de el control de la petrolera y sigue tan interesada que a fines de marzo hizo una nueva oferta que incluye prestarle 500 millones de dólares a la empresa y que diluiría a los actuales accionistas, incluyendo a Iacono y De la Campa.

La jugada de Alfa, que no ha sido bien recibida por el mercado mexicano pues ha perdido casi toda la plata que le metió en 2014 , se debe a que la experiencia de Pacific le resultaría útil para jugar en futuras licitaciones petroleras en México.

Otro de los interesados es la alianza del fondo de capital EIG Global Energy Partners, especializado en comprar empresas del sector petrolero y energético para majorarlas y revenderlas, y el Noble Group, uno de los más grandes grupos mundiales en cadenas logísticas para energía, hidrocarburos y metales. Su estrategia es tratar de comprarle a los acreedores de Pacific sus bonos por alrededor de 700 millones de dólares. Y, una vez dueños de la deuda, esperar que la compañía incumpla los pagos de forma definitiva para aprovechar que eso la pondría en dificultades legales y negociar con los dueños actuales cómo quedarse con el control.

Uno más es el fondo inversionista francés (domiciliado en Móncao) Tyrus Capital, que tiene participaciones en diferentes empresas como la constructora española OHL. La Silla no pudo conocer detalles de esa propuesta.

Estas propuestas también están sobre la mesa en el comité independiente, y su existencia es la que argumentan los accionistas minoritarios para oponerse a la de Iacono y De la Campa. El domingo se sabrá si el comité las tiene en cuenta, si finalmente prefiere la de los co presidentes y si la pelea termina en manos de abogados. O si este es apenas otro capítulo más de la agonía de Pacific.

La Silla

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