En veinte días será la firma del acuerdo de paz en Cartagena, según dijo el presidente Santos y si todo sale como él planea, cinco días después las Farc comenzará a desplazarse a las zonas de concentración a dejar las armas.
Una de las líneas rojas del presidente era que “por ningún motivo en esas zonas podrá haber población civil”. Pero en 23 de las 31 zonas, que son del tamaño de una vereda pero cuya extensión exacta no se ha definido completamente, sí hay gente. En 14 puntos hay más de cien habitantes.
Aunque en algunos casos está más dispersa porque hay pocas casas, sí hay presencia a pocos kilómetros donde se supone que se ubicarán los guerrilleros.
Eso prueba algo que ya había contado La Silla y es que esa línea era prácticamente imposible de cumplir.
Además de población, también encontramos que hay dos zonas cerca a la frontera, otra de las líneas rojas. En Puerto Colombia solo basta atravesar un río para llegar a Maroa, una ciudad en Venezuela y la señal del celular que entra es la de allá. Y en Campo Alegre, la frontera con el Ecuador queda a media hora en carro.
En doce zonas hay cultivos de coca y en tres puntos hay minería ilegal. En solo algunas hay luz o agua potable. Y en todas menos tres, las Farc tienen el control territorial en la vereda.
Así son las zonas donde oficialmente llegará la guerrilla a dejar las armas.
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No pudimos hablar con fuentes de terreno en Dabeiba, pero según contó Caracol Radio, los servicios públicos son precarios y el acceso es difícil. En la visita de verificación al parecer quedó claro que ninguna vereda cumplía con las condiciones, sin embargo terminó escogiéndose Llanogrande Chimiadó para albergar la zona. La presencia de las Farc ha sido permanente en Dabeiba, un municipio que sufrió largos enfrentamientos entre la guerrilla, los paramilitares y el Ejército.

Hernán Darío Álvarez, alcalde de Ituango, le contó a La Silla que Santa Lucía es una vereda con 252 habitantes y 26 casas, ubicada a dos horas del casco urbano de Ituango. La vía de acceso no está en las mejores condiciones, por lo que se prepara una intervención por parte de los ingenieros militares, y aunque no hay policía, sí hay una brigada móvil, que está haciendo capacitaciones de seguridad para la llegada de los guerrilleros. El ICBF tiene presencia en una vereda cercana y algunas personas están afiliadas a Familias en Acción. Santa Lucía "siempre ha estado bajo el control de las Farc, por alrededor de 20 años" dice el alcalde, lo que hace sencillo el desplazamiento. La zona quedará ubicada a 800 mts de la población civil.

La alcaldesa Lucía del Socorro Carvajal le dijo a La Silla que la zona quedará a dos kilómetros de la zona poblada de la vereda Carrizal, que queda a seis horas por carro de la cabecera municipal, tiene unos 500 habitantes y hacen presencia las Farc y el Eln. En Carrizal no hay ni jueces, estación de policía, conexión a internet ni agua potable, y la luz se va a cada rato.

La personera Mirna Chaverra Robledo le dijo a la Silla que la zona se encuentra ubicada en el corregimiento de Vegaez, en la vereda Vidrí, a la cual se llega a través del río Arquía, luego de un trayecto de 5 a 6 horas en una lancha rápida. El corregimiento no tiene Estación de policía y la más cercana está en el Chocó, en el corregimiento de Tagachí, municipio de Quibdó. El desplazamiento desde Tagachí debe hacerse a través de la margen derecha del rió Atrato bajando, para luego entrar en el rió Arquía. El trayecto tiene una duración aproximada de 4 horas en bote. En el municipio de Vigía del Fuerte hay un juez promiscuo, la registraduría municipal, una estación de policía y tropas de la Armada. La condiciones básicas en Vegaez y específicamente en la vereda Vidrí son limitadas. No tienen luz ni agua. El río es la fuente de abastecimiento. En la zona hay aproximadamente 85 familias, quienes son beneficiarios de programas estatales como Familias en acción, Red Unidos e ICBF. Tambien le dijo la personera a la Silla, que en la zona existen cultivos ilicitos y minería ilegal, que no podría atribuir a un único actor armado ilegal, por que hay presencia del Eln y Bacrim (Clan del Golfo).

En Bocas del Ele no hay cultivos ilícitos ni minería ilegal, pero sí población civil. Viven 80 familias en una vereda que no tiene ni acueducto, ni señal de internet. Solo hay luz. Tradicionalmente ha operado el frente décimo de las Farc.

En Filipinas viven 120 familias. En la vereda como tal no hay cultivos de coca, pero si hay hectáreas muy cerca. No tiene presencia del Estado más allá de las rondas de un inspector de Policía y queda pegado a Bocas del Ele, donde quedará la otra zona, así que también ha recibido la autoridad del frente décimo de las Farc.

En la vereda Las Marimbas la única presencia del Estado ha sido el programa de familias en acción, al cual la gente ni siquiera podía acceder por presiones del Frente 14 de la guerrilla, que tradicionalmente ha ejercido control allí. La misma presión impidió que llegara el programa de Familias Guardabosques. Las 20 familias viven de la ganadería. Ninguna parte de Las Marimbas tiene servicios públicos, excepto por la escuela más antigua del municipio que sí tiene luz. La zona queda aproximadamente a 5 kilómetros del casco urbano por el Río Caguan y a 10 kilómetros por carretera.En la zona las Farc tienen varias propiedades, según la fuente con la que hablamos.

La vereda El Carmen tiene aproximadamente 30 viviendas separadas por varias hectáreas. Una fuente en terreno le dijo a La Silla que la gente se gana la vida con el cultivo de coca. No hay minería ilegal, tampoco presencia de otros actores armados fuera de las Farc (las Auc hicieron presencia entre 2000 y 2002). "La única presencia del Estado es la del profesor de la escuelita, si eso se puede llamar Estado", nos dijo la fuente. El Gobierno ya estuvo hace una semanas mirando el terreno y en la vereda se dice que demarcaron ya diez hectáreas donde quedaría la zona.

No pudimos hablar con fuentes en la zona a pesar de buscar insistentemente al alcalde. Miravalle es una de las 287 veredas de San Vicente del Caguán, ubicada en la jurisdicción de la inspección de policía de Guayabal, una de las 14 que compone dicho municipio. La vereda ha estado bajo el control de las Farc y ha sido un tan punto estratégico que el Ejército ha concentrado buena parte de sus esfuerzos ahí, incautándoles explosivos. En 2015 el Ejército encontró oculto un depósito clandestino de explosivos, con 25 kilos tipo anfo y radios de comunicación.

La vereda el Robles, queda ubicada en el Coregimiento de Ceral, a 20 minutos en carro desde el corregimiento. Tiene aproximadamente 50 habitantes, ubicados de manera dispersa. Franklin Ramirez Peña, expersonero de Buenos Aires le dijo a La Silla que la vereda cuenta con servicio de energía, abastecimiento de agua comunitaria, y servicio de telefonía compartel. En la cabecera municipal hay presencia del Banco Agrario, un juzgado promiscuo y la Registraduria. La subestación de Policía más cercana está en el corregimiento de la Timba. Los programas estatales en la zona son Red Unidos, Familias en Acción y algunas acciones del ICBF. En el municipio, mas hacia al corregimiento de San Ignacio, algunos lideres comunitarios han manifestado ver la presencia del Eln y en los alrededores de Palo Blanco también hay Bacrim. Las Farc han estado en la zona tradicionalmente en donde tiene control de cultivos ilícitos y de la minería ilegal.

En La Cominera no hay presencia de Policía pero si del Batallón de Alta Montaña #8. Cuentan con energía eléctrica y acueducto interveredal, pero la señal del celular no es buena. Alrededor de 300 personas viven en esa vereda a 40 minutos de la cabecera municipal de Corinto. Las Farc ha tenido control de la zona "desde hace cincuenta años", nos dijo un funcionario de Gobierno. Hay cultivos ilícitos y aún no está definido el punto exacto donde quedará el campamento, por lo que no es claro si habrá cerca población civil.

En Los Encantos se va la luz a cada rato en las cincuenta casitas que tiene la vereda. No hay médicos ni policías y 87 niños estudian en una escuelita de dos aulas, mientras sus cuatro profesores foráneos se hospedan en lo que alguna vez fue un puesto de salud. El frente 41 de las Farc ha hecho presencia tradicionalmente ahí y también han hecho presencia los paramilitares. No tiene cultivos ilícitos ni minería ilegal y queda a dos días a pie de la frontera con Venezuela. Otra cosa que preocupa en esta zona es que a cuatro kilómetros está la comunidad indígena Yukpa, que se opone a que las Farc se desarmen allí porque reclaman la zona de la serranía del Perijá como su territorio ancestral.

El alcalde Luis Enrique Mena, le dijo a La Silla que hace 20 días se hizo la visita de verificación en zona. En la vereda la Florida, viven aproximadamente 152 familias, que tienen luz, pero no agua y como medio de comunicación tienen un teléfono comunitario compartel. En la zona no hay cultivos ilícitos ni minería ilegal. Mena también le dijo a la Silla que las Farc tuvieron presencia en el municipio de Riosucio aproximadamente hasta 1995-1996, que fueron movidos de la zona por la incursión paramilitar que se dio en ese momento y que aun permanecen en el territorio como Bacrim.

La guerra ha visitado Tierralta con todos sus vestidos y formas, incluyendo en este momento el azote al mismo tiempo de la banda criminal de Los Úsuga y de las Farc que, según habitantes y autoridades y como contó La Silla, han tenido una suerte de alianza para el narcotráfico justo en el área en la que se hará la concentración guerrillera. El Gallo pertenece al corregimiento de Crucito. Tiene 31 casas y 152 habitantes. Para llegar hay que tomar un transporte terrestre más o menos una hora hasta el puerto de Frasquillo, en la represa de Urrá. Desde ahí una canoa o “Johnson” otra hora hasta la cola del embalse, a pocos kilómetros del parque nacional natural Paramillo. La mayor autoridad allí ha sido el frente 58 de las Farc. La mayoría de sus habitantes viven del cultivo de coca.

Puerto Colombia es un corregimiento departamental y no un municipio. Un habitante de la zona le contó a La Silla que hay comunidades indígenas y que, en lugar de Inspector de Policía, hay un corregidor departamental. No hay estación de Policía, solo una base de Infantería y tropas patrullando. Para llegar toca coger tres horas y media por río desde San Felipe, Guanía. No tienen energía eléctrica y "el agua potable es la del río", dice la fuente. Los habitantes se bañan en el río y no hay casas. La única señal de celular que coge es la venezolana, porque al otro lado del río, queda la ciudad de Maroa, en Venezuela. Es decir, queda pegado a la frontera. También nos dijeron que hay minería ilegal y que por ser "zona roja" la guerrilla cobra un "peaje" para que la gente trabaje en la extracción de oro. Tradicionalmente, Puerto Colombia ha sido territorio de las Farc y, actualmente, operan en esta zona los frentes Primero, 16 y 7. El Frente Primero, conocido como el Frente Armando Ríos, fue el que hace poco declaró que no se va a desmovilizar.

En este caserío se viola una de las líneas rojas del Gobierno porque hay población civil muy cerca de donde quedaría la zona. La Silla fue hasta allá la semana pasada y encontró que hay 20 casitas en las que se estima que viven unas quince familias que, en todo caso, tendrían que ser reubicadas. Es una zona agrícola en la que se cultiva yuca, plátano, pero no coca y tampoco hay minería ilegal. Lo que sí ha tenido desde hace veinte años es un desfile de actores armados: desde los paras, hasta las Farc.

Tierra Negra queda a un kilómetro del municipio de Calamar. En la vereda predomina la ganadería, el cultivo de yuca y plátano y el agua potable es la del río. No hay resguardos indígenas cerca y la zona la habitan unas cuantas comunidades campesinas dispersas. Calamar cuenta con dos puestos de control del Ejército y un comando de Policía que, pese a no estar construído todavía, opera con regularidad. Como nos confirmó el alcalde de Calamar, en esta zona operaron, en un tiempo, las AUC, pero ahora sólo opera el Frente Primero de las Farc; frente que, en junio 10 del 2016, declaró que no se iba a desmovilizar.

Unilla, el caserío donde las FARC se concetrará, queda a aproximadamente veinte minutos en carro del municipio de El Retorno. No tiene agua potable, pero tiene electricidad y acueducto. El caserío consta de unas cuantas casas de madera y tiene un internado. La señal de celular es mala ─sólo funciona Movistar─, porque hace tres años hubo un atentado de las Farc que dañó las torres de Claro. Como le contó una fuente de la zona a La Silla, en el caserío no hay presencia visible de las Farc, pero se sabe que están por ahí y que más lejos existen cultivos de coca.

En la vereda el Cachicamo viven 130 familias. Queda a 112 kilómetros de San José del Guaviare, muy cerca al río Guayabero. El alcalde de San José, Efraín Rivera, le dijo a La Silla que allá se cultiva la hoja de coca y que hasta hace poco tienen una vía de acceso en mejor estado. También que desde hace dos años hay presencia de programas sociales del Estado, que hace presencia el Icbf, que no hay minería ilegal y que desde que tiene memoria ha hecho presencia el frente séptimo de las Farc, pero no de otros actores.

Las Charras queda a 105 kilómetros de San José. Es un caserío de 25 familias y según le contó a La Silla el alcalde de San José, Efraín Rivera, ya se hizo la delimitación. Las familias viven de la hoja de coca, en parte porque no hay vías de acceso para llevar y traer otros productos y porque las Farc ha tenido presencia histórica en la zona. Aunque los paramilitares alcanzaron a llegar a la región, esa guerra la ganó las Farc sacándolos de ahí. No hay minería ilegal y tampoco tienen con servicios básicos.

La Ye es un caserío de la vereda Playa Rica, a cuatro horas de la Macarena. Se llama así porque el caserío queda justo en la intersección de tres carreteras: una que conecta con San Vicente del Caguán, otra con la Macarena y otra con la Cristalina. Como nos contaba una persona que vive allá y pidió no ser citada, en esa región se han multiplicado los cultivos de coca al punto de que no se ha podido hacer el programa de guardabosques en la vereda y algunas familias incluso se han negado a sustiuir sus cultivos. Vivir ahí, como nos decía la fuente, es como estar en una zona de frontera porque es un punto de litigio entre Caquetá y Meta. Viven unas 400 personas y es la puerta de entrada a los llanos del Yarí, donde justamente se hará la décima conferencia de las Farc.

El Alcalde de Mapiripán, Alexander Mejía, le dijo a La Silla que es posible que los saquen de la lista de municipios que albergarán zonas de concentración porque en la vereda El Silencio en el sector de la Horqueta, las condiciones de la vía son pésimas y el asunto logístico del desplazamiento se complica. En esa vereda, que queda a 5 horas del casco urbano, no hay energía eléctrica, señal de celular o conectividad a internet, ni tampoco acueducto. Quienes tienen acceso es porque tienen sus propias motobombas o plantas de energía, algunas solares. Hace presencia el Batallón Joaquín París, y hay alrededor de 200 habitantes. Hay cultivos ilícitos y de eso viven las familias. Si finalmente si queda esa zona, quedaría a 15 kms de la población civil.

El Alcalde encargado de Mesetas, Alexander Muñoz, le dijo a La Silla que aún no se conoce con exactitud en qué parte de la vereda Buenavista quedará la zona de concentración, pero que en todo caso estará entre ésta y la vereda La Esperanza, una distancia de 5 kms que tiene población civil dispersa. Buenavista tiene energía eléctrica y agua potable, pero las vías están en muy mal estado, lo que hace difícil ir desde el casco urbano hasta allá, un recorrido de 1 hora y 45 minutos. Otro funcionario del Gobierno nos dijo que después del despeje hubo presencia paramilitar, pero que ahora solo existe control de las Farc. La erradicación en esta zona fue efectiva, porque según él ya no hay cultivos ilícitos y las extorsiones se acabaron. Viven de la ganadería.

La Cooperativa es una vereda ubicada a cuatro horas del casco urbano (acaban de arreglar la carretera). No hay luz, ni agua ni teléfono. La subestación de Policía más cercana está en Piñalito. En La Cooperativa hay 300 familias, según supimos, que sí tienen acceso a programas del Gobierno como Familias en Acción, Red Unidos e Icbf. Tiene comisaría de familia y un juez. No hay minería ilegal, ni cultivos ilícitos, aunque estos últimos si están relativamente cerca. Las nuevas tropas del Ejército y Policía que van a hacer el anillo de seguridad ya llegaron a la zona.

La zona de concentración, según le contó a La Silla la alcaldesa de Policarpa, Claudia Cabrera, quedará en el corregimiento el Madrigal, en la vereda Betania, en el alto de la Paloma. Para ir de Policarpa al corregimiento son dos horas de camino. No hay minería ilegal ni cultivos ilícitos en La Paloma, aunque sí hay cerca. Tradicionalmente ha hecho presencia el frente 29 de las Farc.

La Alcaldesa de Tumaco, Maria Emilsen Angulo, le dijo a La Silla por teléfono, que aproximadamente hace 15 días se realizó la visita de verificación en la zona. Aunque hay muy poca población civil (seis familias), es un lugar intermedio de tránsito entre las veredas de la Variante y Alta Mira, en donde si hay asentamientos de población civil significativos. La vereda la Playa tiene fluido eléctrico parcial (16 horas diarias), no tiene a agua potable, ni servicios de comunicación (Telefonía e Internet). En la vereda como tal no hay cultivos ilícitos, sin embargo en las veredas aledañas si se registran algunos. La Zona ha sido tradicionalmente controlada por las Farc.

Caño Indio es puro monte, pero tiene 53 familias que viven en casas de palo. Los cultivos ilícitos no están en todas partes ni copan todo el paisaje, pero sí hay y sus habitantes viven de eso. Queda a hora y media de la frontera con Venezuela y las Farc ha mandado desde hace años allí, aunque también tuvo presencia fuerte de paramilitares entre 1999 y 2004.

El alcalde del municipio le confirmó a La Silla que en la vereda hay entre 200 y 300 personas reunidas en torno a un caserío que, según él, estaría rodeado por la zona de concentración. Campoalegre hace parte del corredor petrolero Puerto Vega - Teteyé en el que operan 3 empresas, entre ellas Ecopetrol. Aunque no hay Policía, en la vereda hay presencia continua del Ejército. En la vereda hay luz pero no cuentan ni con acueducto ni alcantarillado por lo que la gente consume el agua del río Campoalegre o de pozos comunitarios. En el municipio hay registradas 35000 víctimas, por lo que el Estado ha llegado allí con programas de tierras para beneficiar a alrededor de 480 familias. En el casco urbano hay Familias en Acción y en la vereda La Carmelita, a 15 minutos en moto, hay un punto del ICBF. El control tradicional de la zona ha estado en manos del Frente 48 de las Farc quienes, pese a no ejercer minería ilegal, han hecho afectaciones ambientales mediante derrames de crudo en el Río Cohembí. Teteyé, que queda a media hora en carro de Campoalegre, es zona fronteriza con Ecuador y en la zona hay presencia de cultivos ilícitos, lo que ha hecho de Puerto Asis el segundo productor nacional de coca después de Tumaco.

San Miguel queda a tres horas de distancia de Planadas por trocha. Hay, según un periodista de la región, 70 familias y viven casi 300 personas. Tiene un puesto de salud y un colegio, pero desde hace rato no han podido resolver el problema del acueducto. No tienen estación de Policía, pero sí un inspector que hace rondas. Queda a una hora del resguardo indígena Nasa. Ha sido una zona de tradicional presencia del frente 21 de las Farc, pero no de otros actores armados.

El concejal Jorge Gutiérrez le contó a La Silla que ya van dos visitas del Gobierno con funcionarios de la ONU a la vereda La Colonia, a cuarenta minutos de la plaza central de Villarrica. 'La Granja', que es una finca grande donde funcionaba hace años una escuela agropecuaria, parece que será el punto exacto donde se concentrará la guerrilla. Ahí viven doce familias que, como contó La Silla, les preocupa lo que vaya a pasar con sus parcelas con la llegada de las Farc. La guerrilla ha controlado durante años ese territorio porque queda detrás del páramo de Sumapaz, un corredor estratégico para ellos. Pero el Ejército los sacó hace ya dos años.

Hágame el cruce
- Más de la mitad de las zonas donde se concentrarán las Farc tienen población civil ahí mismo o muy cerca, algo que Santos había prometido que no pasaría.