El coletazo del No en la izquierda

Entre el sin “plan B” y un “frente por la implementación”

Dentro del Partido hay dos percepciones sobre cómo les pegó el No.

Una es que no cambió en nada la estrategia que tenían para las presidenciales del 2018, que es la que comparte el ala del senador Jorge Enrique Robledo. Para dos fuentes consultadas por La Silla, de aquí en adelante lo que sigue es seguir apoyando una salida negociada al conflicto y que haya un acuerdo rápido, pero manteniendo la oposición al Gobierno.

De hecho, ya están hablándose con la Central Unitaria de Trabajadores, Cut, que agrupa a más de medio millón de trabajadores afiliados a 700 sindicatos, para que el Polo se una a la protesta contra la reforma tributaria que están planeando para el 27 de octubre.

“Nosotros vamos a levantar más la voz contra el Gobierno y su reforma tributaria y contra la ministra de Trabajo, Clara López”, le dijo a La Silla el secretario general del Polo, Gustavo Triana.  El argumento que usarán para protestar contra López es que es inaceptable que ella, al estar en el Gobierno, defienda la reforma tributaria, como para marcar una diferencia frente sus bases respecto a que López está con el Gobierno pero ellos no.

La otra percepción, que es la del Polo Social afín a Clara López, es que la derrota del Sí los obliga mucho más que antes y como le decía ella misma a La Silla: “a buscar alianzas con muchos sectores. El acuerdo no se puede cambiar y no podemos retroceder”, le dijo la ministra a La Silla.

Quizás en alusión a que Robledo es famoso por su ortodoxia ideológica y por no transar en nada, a diferencia de ella que se ha acercado al samperismo y ahora al santismo, para Clara: “Hay dos sectores que han perdido audiencia: los extremos de izquierda y de derecha. El país está buscando algo más realista y ahí creo que hay espacios”, nos dijo.

“Aquí la gran batalla para ganar la consolidación del proceso de paz es el 2018”, nos dijo el senador Iván Cepeda.

Por eso, el lado del Polo Social que él representa va a defender que los acuerdos se implementen rápido y a partir de ahí convocar no solo al “frente amplio por la paz” que Clara ya viene armando hace rato, sino incluso convocando a otros sectores de partidos como el Liberal, por ejemplo, para garantizar que sí se aterrice lo pactado.

El coletazo para Clara

Fuera de esas percepciones sobre cómo el No les pegó adentro, hay otros dos temas de fondo relacionados con el plebiscito.

El primero, que se lo van a plantear a Santos el próximo jueves en una reunión en Presidencia, es que mientras se concreta el futuro del Acuerdo de Paz ellos sí le piden que baje el umbral para los partidos del tres al dos por ciento.

En lo pactado en la Habana se había eliminado el umbral como condición para existir como partido, pero ahora quedó en veremos y a los partidos pequeños les preocupa que con ese requisito y una competencia nueva por el mismo electorado como podrían ser las Farc ellos queden borrados del mapa.

Así se lo contó a La Silla el excongresista Wilson Borja. “Allá vamos, junto con los Verdes, los del Mira, la Asi y Progresistas, a pedirle que lo del umbral nos lo baje porque el acuerdo nos pone a competir por las mismas curules con el movimiento de las Farc y nos preocupa que si surgen más movimientos se diluya la votación y nos quedemos sin curules”.

Lo otro que le van a pedir es que, según él: “el Polo es el que decide quien va a esas reuniones en Presidencia para hablar del proceso de paz porque es que aquí nadie se siente representado por Clara”, agregó.

Este es quizás el coletazo interno en el Polo más fuerte del triunfo del No: en la larga pelea entre Clara y Robledo, la primera quedó debilitada pues su apuesta de irse al Gobierno para impulsar el Acuerdo no le salió con lo cual ha quedado con el pecado de estar con Santos y sin el género.

Y la decisión más inmediata en este momento dentro del Polo es si hacer o no el Congreso que está programado para antes de que acabe el año. Ese Congreso es clave porque se tomará “la decisión de decisiones”: quién será el candidato único del Polo a la Presidencia para 2018.

Y el pulso es grande. Para el ala del senador Jorge Enrique Robledo debería hacerse en noviembre porque el Comité Ejecutivo ya tomó la decisión de hacerlo por mayoría calificada.

“Ahí definimos el futuro del partido, que ya no da espera”, le dijo a La Silla el senador Robledo.

Pero el ala del Polo Social de López no quiere hacerlo este año. Entre otras, porque al ser funcionaria pública Clara no podría ir porque sería incurrir en la falta disciplinaria de proselitismo político.

“A mi me cuentan mis amigos que el Congreso está en veremos porque es que si se hace sería a espaldas de la mitad del partido”, asegura la Ministra.

Aunque Clara no dice abiertamente que aspira a la Presidencia, Robledo sí se lo confirmó a La Silla la semana pasada por teléfono.

“Yo sí estoy pensando en una candidatura que sea abierta, que convoque al pueblo liberal, al conservador, al del Centro Democrático, al de los Verdes, al de todas las orillas, porque es que en un  momento como el que estamos viviendo, el país necesita cada vez más del Polo”, nos dijo el Senador.

Robledo está pensando desde ya en una candidatura que, según él, junte sectores populares, clases medias y empresarios en un “proyecto común de país” y tiene claro que necesita no solo del Polo para alcanzarlo. “Yo soy del Polo. Pero el Polo es un partido llamado a unir”, agregó.

Clara no responde de manera tan directa, pero no cierra la puerta tampoco. “En esta etapa el error es medirse la chaqueta del 2018 cuando el país quiere confeccionar el vestido de la paz. Hay que entender la importancia de este momento. Paso a paso”, le dijo López a La Silla, echándole una pulla a Robledo.

“Clara tiene quemadas las naves en el Polo”, le dijo Robledo a La Silla.

En medio de esa pugnacidad sin resolver, a Clara también se le podía crecer para el 2018 Iván Cepeda, que es de Vamos por los Derechos pero del sector de López, según le dijeron a La Silla dos fuentes del Polo. Cepeda ha jugado un papel fundamental como facilitador en el proceso con las Farc y mediador entre la guerrilla y el Gobierno y en una eventual renegociación exitosa podrá reclamar parte de ese éxito.

Frente a eso, Cepeda dice que: “es muy pronto para ponernos a pensar en eso”.

Afanar la implementación

El No, como le decía a la Silla la presidenta de la Unión Patriótica Aída Avella, “fue como un campanazo que nos despertó. En mi criterio, lo del plebiscito fue un empate técnico, pero de todos modos nos mostró que hay muchas voces que se quedaron por fuera y que hay que escuchar.”

Sin embargo, para el Partido la pelea es que se respeten los acuerdos, tal y como están, y que se implementen lo más rápido posible.

Para eso, le dijo a La Silla que su partido quiere representación directa en la comisión de renegociación de los acuerdos. “Esta no puede ser una silla de tres patas. Uribismo, Gobierno y Farc tienen que hablar, claro. Pero también escuchar todas las demás voces”.

Por otro lado, la Unión Patriótica también le apostará, cómo le está apostando el Polo, a que les bajen el umbral, sin esperar a la renegociación del Acuerdo.

“Hay que abrir la democracia para que los movimientos y organizaciones entren a participar”, dice.

El No como oportunidad de Constituyente

Para el Movimiento de Gustavo Petro el triunfo del No no hizo sino confirmar que el ex alcalde va por el camino que es y por eso lo tomaron positivamente.

El No, según Gricerio Perdomo, coordinador nacional del movimiento Progresistas, “mostró la necesidad imperiosa de que se necesita una Asamblea Constituyente. Fue hasta mejor que ganara, porque muestra la urgencia que tiene este país de hacer una reforma política de fondo”.

Durante la campaña para el plebiscito, Petro insistió en que hay que hacer una Asamblea Nacional Constituyente, porque es, como nos explicaba Morris, el puente entre “una Colombia en transición y una Colombia en paz”. Y el lugar donde se pacte una “paz grande, de transformaciones sociales”.

Así, sacándole ese rédito al No, es como Petro comienza a pavimentar su futuro hacia el 2018 como “el candidato de una Colombia del posconflicto”, como lo denomina su concejal por Bogotá, Hollman Morris.

En suspenso

Para movimientos sociales como el Congreso de los Pueblos y Marcha Patriótica, que se veían beneficiados por el Acuerdo de La Habana porque les daba más garantías para hacer política, la forma de encarar el No será haciendo movilizaciones sociales para defender los acuerdos.

“Por ahora estamos a la espera de que lo que se renegocie porque el acuerdo nos daba mucho más espacio para entrar al juego político”, le dijo a La Silla David Flórez, coordinador nacional de la Marcha Patriótica. “Vamos a aprovechar que tenemos más ventaja en movilizar a la gente que en las elecciones y desde ahí reorganizar nuestras bases con miras a ese escenario del 2018”.

El Acuerdo le quitaba el umbral a los movimientos sociales para tener personería jurídica y les reconocía un poder que hasta ahora solo han tenido de facto.

Eso significa, por ejemplo, que la Cumbre Agragia entraría competir de tú a tú con el Polo también en la arena electoral y esa competencia en un escenario como el de ahora, en el que los partidos tienen una opinión desfavorable del 82 por ciento, de acuerdo con la última encuesta trimestral de Gallup, le abría un campo enorme a los movimientos sociales que hubieran entrado a disputarse sus votos con la gente a la que ya llevan años siendo realmente cercanos.

En las propuestas que ya presentó el uribismo para “renegociar” los acuerdos, incluyen varios “correctivos”, como ellos dicen, al punto de Participación Política.

Por ejemplo, exigen que sí haya umbrales mínimos. “La proliferación indiscriminada de partidos y movimientos ha sido perniciosa para la democracia colombiana”, dicen en su texto.

De cómo quede el Acuerdo, dependerá el futuro de esas organizaciones y movimientos que vieron la luz con lo que se pactó en La Habana. Sobre todo, ahora que el fallo del Consejo de Estado que tumba la inhabilidad que le quedaba a Piedad Córdoba le da a Marcha Patriótica la posibilidad de contar con ella como candidata para el 2018.