Justo cuando arranca la fase clave de implementación del Acuerdo de Paz, se está dando toda una puja al interior del gobierno por contratar a las funcionarias de la Oficina del Alto Comisionado de Paz, que ya ha tenido varias bajas en los últimos días.
Por un lado, el nuevo procurador Fernando Carrillo le ofreció trabajo a cinco de ellas, incluidas las dos más claves que son Elena Ambrosi y Mónica Cifuentes.
Ambrosi cumplió muchas funciones en el proceso de paz con las Farc: fue durante mucho tiempo la única mujer negociadora y una muy efectiva; fue la directora temática de la Oficina del Alto Comisionado de Paz; fue la encargada de negociar todo el tema de la salida de los niños de la guerrilla y la espina dorsal del enfoque de género, para mencionar solo algunas.
Pero quizás la más importante es que, como dijo uno de sus colegas a La Silla, “es el computador humano del Acuerdo de Paz”.
Ambrosi, una abogada de la Universidad de los Andes que estuvo gran parte de los últimos cuatro años en la Habana y que tiene una memoria privilegiada, conoce como nadie el detalle de lo acordado con las Farc.
Este seguimiento a las transformaciones del texto del Acuerdo ha sido muy útil no solo en las discusiones con los de las Farc cuando ellos interpretan algo diferente sino porque Ambrosi es Secretaria Técnica de la Comisión de Seguimiento y Verificación de la Implementación de los Acuerdos.
Carrillo le ofreció el cargo de Delegada para las Víctimas y aunque por ahora se queda en la Oficina del Comisionado, seguramente será mientras termina de cerrar temas claves.
Mónica Cifuentes, que perdió la carrera para Fiscal General contra Néstor Humberto Martínez, y es la que lleva sobre sus hombros todo el andamiaje jurídico del proceso de paz y ahora de la implementación (incluida la verificación de las listas de los guerrilleros para ser amnistiados), sí se queda en la Oficina del Comisionado, de quien es su mano derecha.
Con Carrillo también se va Andree Viana, que era la encargada de temas étnicos de la Oficina de Jaramillo, incluido el mapeo para entender qué de todo lo pactado requiere consulta previa. Será, en principio, Procuradora Delegada para Asuntos Étnicos y también hay otra funcionaria que se va para allá.
Por otro lado, las dos asesoras del punto rural y de drogas del Acuerdo de Paz se van como subdirectoras de la Agencia para la Renovación del Territorio, que dirige Mariana Escobar, y que estará a cargo de los Planes de Desarrollo Territorial y de los acuerdos de sustitución de cultivos.
Carolina Varela, una de las asesoras del equipo negociador, será la subdirectora de capacidades institucionales para la paz y María del Pilar Barbosa, asesora de la Dirección Territorial de la Oficina, será la encargada de relacionamiento con las comunidades en su cargo de subdirectora de participación.
Básicamente, trabajarán en el aterrizaje de los acuerdos en los que ellas trabajaron durante la negociación del Acuerdo de Paz.
Con esta desbandada de la Oficina de Jaramillo, las que trabajaron pensando el Acuerdo comenzarán a colonizar los espacios de las entidades encargadas de que se cumpla.

Silla Nacional
Mónica Cifuentes
Gerente Jurídica del Proceso de Paz