La Red Líder: Cómo consejero de paz, manejó el proceso con el M-19. ¿Cuál cree qué es la principal diferencia con el proceso con las Farc?
Rafael Pardo:El contexto político. Regía la Constitución del 86 y había un esquema de leyes de excepción o Estado de sitio. Era un país mucho más centralizado que ahora y en un contexto internacional de Guerra Fría.
LRL: Antes de la llegada de Álvaro Uribe, usted era considerado por las Farc como su mayor enemigo, por su labor como Ministro de Defensa. ¿Cómo le ha ido ahora en la relación con los cabecillas de las Farc y cómo cree que será la relación ahora que tendrá que trabajar con ellos en el Congreso y en el territorio?
RP: He tenido una buena relación en la negociación, entendiendo que cada uno esté en su lado. Cada loro en su estaca. No hay en ningún lado desconfianza, ni ofensas personales y espero que así siga.
LRL: ¿La paz si es liberal?
RP: Eso dicen muchos, creo que sí.
LRL: ¿Por qué la paz es tan poco taquillera?
RP: Porque no es sorpresiva. Al ser una política de Estado, la constante es el escepticismo frente a que la negociación o el diálogo pueden lograr una paz verdadera, y eso hace que sea poco taquillera.
LRL: ¿Cómo es liderar a través de ideas y no de carisma?
RP: No sé, están hablando con una persona de un gran carisma.
LRL: ¿Usted desistió de buscar cargos de elección popular? ¿Cómo decide uno de desistir ser elegido?
RP: No, yo no he desistido.
LRL: ¿Encuentra riesgos serios de que prospere el movimiento anti establecimiento que ha surgido?
RP: Hay un terreno mucho más fértil. Los temas de corrupción van más allá, el poder de las redes sociales es un multiplicador del esquema anti establecimiento. Los partidos políticos han perdido de manera sustancial su arraigo. Es decir, la gente no requiere de partidos políticos que le digan qué pensar o cómo votar, y el establecimiento siempre es un referente en momentos de negativismo. Eso es lo que vemos hoy en día en Colombia.
Reconocer los derechos del campesinado como si fuera un grupo étnico no mejora sus condiciones de vida
LRL: ¿Cómo va a cambiar el posconflicto la política colombiana?
RP: El posconflicto debe cambiar la realidad rural colombiana. Principalmente, dándole más vocería y nivelando las abísmales diferencias en nivel de vida que hay entre el campo y la ciudad. No hay un nivel de vida equiparable o equivalente.
El posconflicto debe volcar un mayor poder hacia temas que tengan que ver con la población y vida rural, sin perpetuar la pobreza o el aislamiento. Por ejemplo, no soy partidario de la idea de lo que llaman ‘el reconocimiento a los derechos del campesinado’. Creo que el campesinado es igual a la población urbana, pero con unas condiciones de vida distintas. Reconocer los derechos del campesinado como si fuera un grupo étnico no mejora sus condiciones de vida.
Colombia tiene que buscar una integración entre la gente que vive en el campo y la ciudad, mejorar el nivel de educación y dar oportunidades de empleo. Todo debe estar reflejado en la actividad y liderazgos políticos. 10 a 12 millones de personas del campo no son un simple residuo electoral, son una población que tiene que ser una prioridad.
LRL: ¿Cuál cree que es la clave para que el posconflicto salga bien?
RP: Primero, que esté bien planeado. Segundo, que esté bien financiado. Y tercero, que pueda tener efectividad en la ejecución, lo cual lo debe hacer legítimo. La legitimidad no es solamente que esté derivada del Acuerdo de paz, que ya es un tema muy importante, sino que realmente sea acogido.
LRL: ¿En qué consiste el plan de 100 días?
RP: De los acuerdos de paz surgen una serie de compromisos, y deben ser instrumentados en un plan marco de implementación que debe estar en marzo. El periodo para ejecutarse es de 15 años según el Acuerdo, pero hay tareas inmediatas como el desarrollo normativo.
Hay por lo menos 50 normas, algunos procesos ya están mediante acto legislativo, otros mediante leyes y otros mediante decretos ley que van a permitir ejecutar los acuerdos.
Otro eje es el de la reincorporación de los miembros de las Farc a la vida civil. Tiene una etapa que ha sido muy controvertida estos días, que es el tema de los campamentos y de las zonas veredales. Pero la reincorporación va mucho más allá de ese proceso.
Otro es el “desarrollo socioeconómico” del Acuerdo que es el plan integral para la sustitución de cultivos. La atención a las zonas campesinas tienen unos programas que son a largo plazo, pero comienzan ahora. Por eso, se planteó el plan porque son 100 días mientras se aprueba el plan marco de implementación.
LRL: ¿Cuáles municipios incluyeron?
RP: Los municipios en los cuales hay campamentos de las Farc que son 27, y los 30 municipios que son los más productores de coca. Sumados aportan del 50 al 60 por ciento de la producción de coca colombiana. En esos lugares se han identificado una serie de proyectos que deben estar en marcha antes de mediados de marzo.
LRL: ¿En qué consiste el programa de respuestas rápidas?
RP: No está focalizado únicamente en los municipios mencionados sino principalmente en las zonas más pobres y más afectadas por el conflicto. En 6 meses los programas deben estar en marcha. Una cosa es programas inmediatos, y otra cosa es programas rápidos pero menos inmediatos, y con énfasis en las zonas donde estaban las Farc. Algunas políticas llegan a 300 municipios, en otros casos son 20 municipios, hay distintos programas que buscan la estabilización de las zonas en el tema socioeconómico.
LRL: ¿Qué tan difícil va a ser coordinar el posconflicto de las entidades a nivel nacional?
HA: La coordinación siempre es difícil pero tampoco es imposible. No es un misterio cómo hay que hacerla. Es un tema fundamental que he hecho en otras ocasiones y no le tengo prevención.
No sabemos si la próxima elección va a tener que ver con la paz, o con los temas de corrupción o pobreza.
LRL: ¿Qué tipo de liderazgo considera que necesita el país en el posconflicto. Algunos creen que el próximo presidente debe ser de mano dura para corregir los posibles excesos, otros que debe estar comprometido con los acuerdos para convencer a los colombianos de la conveniencia de asumir los costos de ese posconflicto?
RP: Creo que es una pregunta demasiado simplista. No sabemos si la próxima elección va a tener que ver con la paz, o con los temas de corrupción o pobreza. Me parece que es muy parcial.
LRL: Su antecesor en el cargo, el General Oscar Naranjo, será el próximo Vicepresidente y tendrá responsabilidades en materia de coordinación del posconflicto. ¿Qué le parece este nombramiento?
RP: Muy bueno. Me parece muy buena la selección y tengo muy buena relación con el General Naranjo.
LRL: ¿Está de acuerdo con quiénes dicen que el posconflicto será mucho más difícil que la negociación para terminar el conflicto?
RP: Muy difícil, pero no más difícil que haber negociado el fin de las Farc.
La Red Líder: ¿Cuáles considera que son esas influencias que han determinado su estilo y motivaciones de liderazgo?
Rafael Pardo: Trabajé con Virgilio Barco y César Gaviria siendo muy joven, me parece que ambos tienen una influencia y un estilo que he buscado aprender.
LRL: ¿Cuáles fueron sus primeros rasgos o insinuaciones de liderazgo?
RP: En el equipo de fútbol del colegio.
LRL: ¿Cree que maneja la inteligencia emocional?
RP: No.
LRL: ¿Qué adversidades ha tenido que superar?
RP: Muchas. Me tocó ser Ministro de Defensa en una época muy difícil y uno tiene experiencias donde se aprende de adversidades y de circunstancias que son inesperadas o no controladas.
LRL: ¿Cómo ha sido el liderazgo colectivo en su experiencia?
RP: Fundamental. La primera experiencia laboral que tuve fue siendo profesor y uno aprende que lo importante es convencer al alumno. No es solamente el ejercicio de autoridad desde una posición jerárquica, es convencer con ideas. Eso lo enseña la cátedra.
LRL: ¿Cómo califica la cultura de liderazgo en el país?
RP: Creo que no es distinta a la de cualquier otro país, está muy mediada por la opinión pública y medios de comunicación. No creo que Colombia sea especialmente más caudillista que otros países, si uno mira los países vecinos son evidentemente caudillistas.
Colombia tiene una tradición desde la independencia de valorar líderes que no se basan exclusivamente en el caudillismo. Mientras que en la separación de la Gran Colombia, en Venezuela la primera elección la ganó el General Páez y duró 20 años gobernando. En Colombia, después de Santander la ganó un abogado boyacense, el doctor Márquez. No había participado en la independencia ni era un líder militar en un país que había sido construido por líderes militares y caudillistas.
LRL: ¿Ve en la vida colombiana liderazgo colectivo?
RP: Sí. El liderazgo en Colombia es un liderazgo en el cual escasamente hay caudillos. Se dan, pero muy pocos. Eso no es una tradición que vaya más allá del momento fulgurante de una persona o de su vida. Por ejemplo, en Argentina siguen añorando y funcionan políticamente alrededor de Perón o el peronismo.
En Colombia hay una cultura que lucha contra el absolutismo, se enfoca en el colectivo y eso es parte de una democracia madura. Se buscan temas que de alguna manera desafíen las ideas más populares o más convencionales. Por ejemplo, el tema del triunfo del NO en el plebiscito es una muestra de una madurez democrática en el país, cuando lo obvio, lo lógico o lo que todos pensábamos era que el SÍ arrasaba. Pues hay una sociedad que es capaz de votar por algo que no era parte de la corriente principal de opinión.
LRL: ¿A qué personas en la actualidad le reconoce liderazgo público?
RP: Muchos liderazgos tienen que ver con el cargo. Uno ve a una persona que es muy importante como Procurador y como Ex Procurador nadie lo oye -no estoy hablando de Ordoñez-. El fiscal es la persona más importante, pero hay confusión entre el cargo y la persona. El verdadero líder es el que se ve cuando no tiene un cargo. Uribe es un ejemplo, no lo sigo, pero es un líder.
LRL: Mirando hacia atrás, pensando en líderes colombianos ¿cuál le atrae?
RP: Alfonso López Michelsen fue un líder intelectualmente. César Gaviria es un líder, hace mucho tiempo que salió de presidente, no ha tenido otro cargo, y es una persona que tiene una influencia grande. Para el Partido Conservador fue muy importante Mariano Ospina. Hay figuras que tienen vigencia durante su vida y otras que tienen vigencia más allá de su muerte.
LRL: ¿Cuáles cree que serán los líderes el futuro?
RP: No sé.
LRL: Ronald Heifetz sostiene que liderar es vivir peligrosamente. Porque el liderazgo tiene un lado no glamuroso, del que poco se habla: genera que otros se opongan a la iniciativa de liderazgo llegando incluso a buscar detener al líder. Esto ocurre porque el liderazgo transformador genera cambios y “pérdidas” para la gente desequilibrando el statu quo. ¿Qué opina usted de esto?
RP: Heifetz sabe mucho, no puedo discreparlo. La definición es de él y me parece muy bien.
LRL: ¿Cree que dado el contexto apropiado, cualquiera puede ser líder?
RP: Sí. El liderazgo no es exclusivamente en asuntos públicos o masivos. Hay liderazgos inesperados y en pequeñas circunstancias.
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