Hoy era un día crucial en las audiencias públicas que se están haciendo con los jefes paramilitares en Cartagena, porque iban unas cuarenta víctimas de El Salado a preguntarle -en vivo y en directo- a Salvatore Mancuso por los atroces crímenes que las AUC cometieron en ese corregimiento del Carmen de Bolívar.
Pero tras casi dos horas de preguntas hechas por las víctimas de una de las masacres más emblemáticas perpetradas por los paras, se quedaron sin respuesta. Después de que unas quince personas hicieran sus preguntas y justo en el momento en que uno de los jefes máximos de las AUC comenzaba a hablar, se cayó la videoconferencia con la Northern Neck Regional Jail de Warsaw -en el estado gringo de Virginia- donde Mancuso está recluido desde hace seis años. Y después de cinco minutos la magistrada ordenó suspender la audiencia y reprogramarla para el lunes.
El problema es que la mayoría de las víctimas que llegaron al Coliseo de Combates y Gimnasia de Cartagena no viven en la ciudad, sino que vinieron desde El Salado, El Carmen, Barranquilla y Sincelejo con sus propios recursos y quedarse hasta el lunes suponía un gasto mayor para ellos. Eso aumentó su sentimiento de indignación, que ya era grande después de que no recibieran ayuda para el transporte desde El Salado -con lo que un centenar de víctimas se quedó sin viajar- y de que el almuerzo que les dieron resultó, según le contaron a La Silla, dañado.
Hoy fue la quinta audiencia de la semana en Cartagena con los jefes paras. Los otros cuatro días se realizaron -como contó Verdad Abierta- con éxito las audiencias con víctimas de comunidades como Zipacoa, La Pelona, La Libertad y Sabanalarga.
Y todavía el lunes está programada una con indígenas, la última de las audiencias en La Heroica convocadas por la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá y que constituyen la última instancia antes de dictar condena contra los postulados bajo las normas de la Ley de Justicia y Paz. Aún faltan audiencias similares en Bogotá.