Si Óscar Iván Zuluaga es presidente, se creará un eje del mal desde las instituciones del Estado. Con Álvaro Uribe en el Senado y Alejandro Ordóñez en la Procuraduría, se consolidará la extrema derecha en dos ramas del poder y en el Ministerio Público. Tres personas distintas un solo caudillo verdadero.
El dogma del eje del mal colombiano es la tradición, la familia y la propiedad. Lo primero que harán es desmontar el proceso de paz, cercenar las libertades públicas e iniciar una era de estigmatización de los sectores liberales y de izquierda, y de todo aquel que piense fuera del dogma. Así lo anuncian José Obdulio Gaviria y María Fernanda Cabal.
El procurador ha sido el vocero jurídico del uribismo en relación con el proceso de paz. Se ha opuesto virulentamente al marco jurídico para la paz y a la salida negociada al conflicto. Nunca reconoce los avances durante el proceso y opera como un miembro más del Centro Democrático. Además, son bien conocidos sus vínculos con Fernando Londoño, Pablo Victoria y otros miembros de ese grupo político.
Ahora, el procurador podría estar jugando a ser el maestro de un juego sucio contra la campaña de Juan Manuel Santos, como lo denunció el expresidente César Gaviria. ¿Por qué el procurador fue el alcahuete de Uribe para no presentarse ante la Fiscalía? ¿Por qué demoraron la declaración de Uribe después de la segunda vuelta? ¿Por qué en la procuraduría demoran la entrega de información a la Fiscalía? ¿Por qué tanta negligencia en este caso, cuando es tan diligente persiguiendo a otras personas y grupos? La respuesta es más bien simple: el procurador interviene descaradamente en política sin tener funciones para investigar al presidente de la república. Una vez Zuluaga sea presidente, el procurador incrementará su poder y su agresividad.
Uribe y sus áulicos se encargarán de hacer una coalición con el mismo método con que lograron la reforma constitucional de la reelección: Yidis y Teodolindo. Los congresistas de la extrema derecha se consolidarán como un Tea Party a la colombiana, ultraconservador y populista. Además, el ingrediente colombiano es que muchos de los congresistas tienen familiares subjudice, entre ellos Uribe, quien tiene un hermano investigado por paramilitarismo. No sería de extrañarse que lo primero que proponga el uribismo sea una reforma a la justicia.
Por eso, la principal tarea de este eje será tomarse la Corte Constitucional y las otras cortes. El procurador es experto en repartir puestos para consolidar su poder en la rama judicial y el uribismo es experto en la misma tarea para garantizar reformas constitucionales. Con puestos se comprará la independencia judicial. Zuluaga enviará ternas de uribistas pura sangre para las tres vacantes que están bajo la responsabilidad del presidente.
Este eje del mal seguirá agitando a la población colombiana en el odio y la intolerancia. Sentiremos los efectos de este fenómeno político por años y sin duda atrasará mucho más nuestros sueños de paz y democracia.
Para evitar la concentración del poder en el eje del mal, votaré por Juan Manuel Santos, quien tiene muchos errores y discrepo de muchas de sus políticas e ideología. Pero también es importante reconocer un acierto fundamental: recuperar la esperanza de un país sin un conflicto armado de la guerra fría y establecer un proceso de paz serio y posible.