El Congreso que se instala hoy a partir de las 3 de la tarde vivirá todo tipo de pulsos: desde las dignidades de las cámaras y comisiones hasta la pelea por quién manejará los temas administrativos.
Ayer sábado se reunió parte de la bancada de La U a la Cámara en el apartamento del representante nariñense Berner Zambrano y decidió que la bancada va a postular hoy a la directora administrativa de la Cámara, Gloria Inés Raigoza, a su reelección. Con esa decisión, y a menos de que algo demore hoy la votación, el quemado Libardo Taborda se va a quedar con una cuota poderosa que maneja 165 funcionarios de planta más unos 1.500 asesores de los representantes, centenares de contratistas y contratos tan jugosos como el del renting de los carros de los representantes, que está justo en proceso.
El antecedente directo de la reunión de ayer fue la votación, la semana pasada, para definir qué integrante de La U va a ser el presidente de la Cámara entre 2015 y 2016, cuando a ese partido le toca esa presidencia, según los acuerdos entre los partidos. En esa elección el guajiro Alfredo Deluque le ganó al risaraldense Didier Burgos. En esa ocasión se acordó que el grupo perdedor iba a definir el nombre del director administrativo, como una suerte de premio de consolación.
Por eso, la reunión no fue de toda la bancada sino que estaban los derrotados. Además del anfitrión Zambrano y de Burgos fueron, entre otros, John Jairo Cárdenas, de Cauca; Cristóbal Ródríguez y Jairo Enrique Castiblanco, de Boyacá, Nery Oros de Vichada; Albeiro Venegas de Arauca; Jaime Buenahora, de los consulados en el exterior; y los vallecuacuanos Rafael Palau y Jorge Tamayo.
Para elegir, ese grupo decidió convocar a cuatro de los diez inscritos. Además de Raigoza fueron dos representantes quemados (Wilson Gómez, de Bogotá y ficha del condenado concejal Hipólito Moreno; y Eduardo José Casteñeda, del Guainía) y la ex directora administrativa Carolina Carrillo.
Finalmente, como todo indicaba, la elegida fue Raigoza.
Con esa decisión queda prácticamente cocinada su reelección, que era el fin para el que estaba alineada la convocatoria (mucho más corta y más temprana que en otros años) y para el que estaba armada la reunión.