Después de que Alejandro Ordóñez destituyó en primera instancia al Superfinanciero Gerardo Hernández y que informó hace un par de semanas de la investigación que le abrió al Supersociedades Luis Guillermo Vélez, ahora el turno es del Supersalud Gustavo Morales.
En el caso de Morales, la Procuraduría decidió abrirle indagación preliminar como consecuencia de la fuerte pelea entre la Contralora Sandra Morelli y el Fiscal Eduardo Montealegre.
Uno de los argumentos más duros de Morelli es que Montealegre recibió pagos de SaludCoop siendo Fiscal general, algo que Montealegre negó. Una de las pruebas de Morelli eran los informes de SaludCoop a la Superintendencia de Salud, en los que se anotaban esos pagos. Como Montealegre alegó que ese dato estaba errado pues él había cedido los contratos, Morales le solicitó a SaludCoop copia de esa cesión, lo que para la procuraduría da pie para que se indague si hubo una falta disciplinaria por parte de Morales.
Aunque ese tipo de actuaciones son cotidianas, se da justo después de la decisión contra el Superfinanciero, que ha sido muy criticada porque su sustento es que Hernández debió haber intervenido antes en el caso del quiebre de la comisionista Interbolsa.
Y el Superintendente de Sociedades también tiene una indagación abierta, precisamente impulsada por los socios de Interbolsa. Alegan que él sabía de la situación del grupo antes de la intervención y que los asesoró ilegalmente, a pesar de que la Superintendencia de Sociedades no los podía intervenir y de que, cuando lo hizo por delegación de la SuperFinanciera, logró recuperar casi todos los dineros.
Aunque los casos de Vélez y Morales apenas empiezan y parecen de trámite, tras la argumentación endeble que culminó en la destitución inicial de Hernández, las indagaciones a los otros Superintendentes no dejan de alarmar en el Gobierno.