La nueva directora de la Unidad Administrativa de Servicios Públicos (Uaesp) de Bogotá, Ilva Nubia Herrera, no había terminado de posesionarse en el cargo cuando recibió la noticia de que tendría que asumir el desmonte del esquema de basuras de Gustavo Petro, como ordenó la Superintendencia de Industria y Comercio la semana pasada Un modelo en cuyos inicios ella fue fundamental y por el que hasta ahora había pasado de agache.
Herrera llegó en agosto a la dirección de la Unidad luego de la imprevista renuncia de Lucía Bohórquez el pasado 31 de julio. Como contó El Tiempo, Bohorquez salió luego de que Petro dio la orden a la ex directora de pagar con la tarifa de aseo el reciclaje que recojan los habitantes de calle, igual a como el Distrito paga a algunos de los más de 20 mil recicladores de oficio que están registrados en la ciudad.
Bohórquez no estuvo de acuerdo porque para ella los habitantes de calle no son recicladores de oficio. Y ella, que se caracterizó durante los diez meses que estuvo en el cargo por aplicar más la técnica que la política, prefirió no involucrarse en el tema porque temía violar la ley. Un riesgo que puede ser real, según dos fuentes que han estado en la Uaesp consultadas por La Silla.
En cambio, Ilva Herrera no lo pensó dos veces y aceptó el reto. “Es otra kamikaze“, le dijo a La Silla una fuente que trabajó en la entidad y la conoció de cerca. “Ella es del combo que se va de fondo por el Alcalde“, dijo otra de las personas de adentro de la Uaesp consultadas. Desde que llegó Herrera, ha mostrado un talante de apoyo incondicional al Alcalde Petro. Por eso, su primer movimiento como directora fue ir al Bronx, según el diario. Y esta no es la primera vez que lo demuestra.
Herrera es la sexta persona en ocupar la dirección de la Uaesp en los dos años y medio que Petro ha estado en el Palacio de Liévano pero su nombre no es nuevo dentro de la Unidad. Ella ha estado allí desde el principio de la Administración Petro y a pesar de tener un perfil poco mediático, estuvo involucrada en las decisiones que generaron el caos en la recolección de basuras de la ciudad el 18 de diciembre de 2012. Así se lo confirmaron a La Silla cinco fuentes diferentes, cuatro de las cuales estuvieron (o están) dentro de la Uaesp durante estos dos años y medio.
La Silla buscó durante la última semana y media una entrevista con la nueva directora de la Unidad pero no pudo acceder a ella.


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La primera vez que Herrera entró a la nómina de la Uaesp, lo hizo por invitación de Guillermo Asprilla, la mano derecha y amigo personal de Petro. Como contó La Silla, Asprilla estaba fuera del país cuando Petro llegó a la Alcaldía pero regresó para apoyarlo y aunque inicialmente se pensó que llegaría a la gerencia de Transmilenio, terminó como el primer director de la Uaesp de la era Petro.
Su llegada coincidió con la reestructuración de la entidad, que pasó de tener una planta de empleados de 40 personas a más de 100. Algo que quedó aprobado desde la administración pasada, pero que se concretó con la llegada de Petro.
Asprilla aprovechó la oportunidad para formar un equipo de confianza entre los que quedaron varios nombres que ocuparon temporalmente la dirección de la Unidad después de él, justo cuando empezó a moverse la puesta en marcha del nuevo esquema de basuras: Carlos Arturo Arboleda, Henry Romero (ambos ex directores de la Unidad) y la nueva directora, Ilva Herrera.
Ilva Nubia Herrera es abogada, especialista en derecho de familia de la Universidad Nacional. Aunque tiene experiencia en la prestación de servicios públicos (trabajó en la ETB y en la Empresa de Energía de Bogotá) su fuerte no es el aseo. Sin embargo, conocía a Asprilla desde que ambos estudiaban derecho. “Eran compañeros de pupitre,“ le dijo a La Silla una persona cercana a Asprilla y a la Uaesp y por eso según la fuente, él se la llevó a hacer parte de la oficina jurídica de la Uaesp bajo la dirección de Arboleda.
Cuando Asprilla salió de la Uaesp en mayo del 2012 para ocupar la vacante que dejó Antonio Navarro Wolf en la Secretaría de Gobierno, dejó a Arboleda como director encargado de la Unidad.
“Arboleda era Guillermo en zapatos ajenos. Todas las decisiones mientras él estuvo encargado pasaban primero por la oficina de Gobierno de la Alcaldía“, le dijo a La Silla un ex funcionario de la Uaesp que trabajó cerca de Arboleda. Algo similar dijo otra alta fuente de la Unidad.
Cuatro meses después, el 23 de agosto de 2012, dos anuncios de Petro cambiaron otra vez el panorama directivo en la Uaesp. Por un lado, el alcalde anunció, como una “decisión autónoma“ y sin mayores detalles, que a partir de diciembre -en menos de cinco meses- al sistema de recolección de basuras entraría un operador público, Aguas de Bogotá. Y por otro, Petro nombró a Arboleda en el cargo de director después de haber estado encargado por cuatro meses. A los ocho días, Arboleda dijo que no aceptaba el nombramiento.
Aunque Arboleda justificó su salida de la entidad por “motivos personales“, tres fuentes le confirmaron a La Silla que la decisión de Petro de imponer el nuevo esquema aceleró su renuncia. Él opinaba que el modelo “era inviable jurídica y operativamente, no teníamos ni una carretilla para recoger la basura. Era una catástrofe anunciada,“ dijo una de ellas.
La Silla supo que Arboleda no salió sin antes advertir a su círculo más cercano que el modelo no tenía piso jurídico y que implementarlo era un “descabellado“ error político y jurídico. Dentro de las personas que recibieron el mensaje estuvo la nueva directora, Ilva Herrera que entonces seguía siendo funcionaria de la oficina jurídica que él dirigía.
Arboleda no fue el único funcionario que le habría advertido a Petro sobre el posible caos de las basuras, como ya lo han contado los medios.
Después de Arboleda, la dirección de la Uaesp cambió por tercera vez y quedó a cargo de Henry Romero, también por encargo. Y con él, Ilva Herrera también cambió de puesto dentro de la Unidad y se convirtió al poco tiempo en subdirectora encargada de Recolección, Barrido y Limpieza.
En ese cargo estuvo la víspera de que entrara en vigencia el nuevo esquema de aseo que propuso Petro. El 17 de diciembre de 2012, a través de un correo electrónico, la Uaesp mandó la orden a dos de los cuatro operadores privados (a quienes se les vencía el contrato esa misma noche, Lime y Aseo Capital) que sólo podrían depositar los residuos en el botadero Doña Juana hasta las 11:59 pm.
En realidad fueron tres correos que generaron confusión: el primero, que llegó a las 10:20 am de ese 17 de diciembre, afirmaba que el plazo era hasta las 11:59 pm del 17 de diciembre. El segundo, que fue enviado hacia las 8 de la noche, ya no hablaba del 17, sino del 18 de diciembre a las 24 horas. Y el tercero, 45 minutos después del anterior, volvió a indicar la decisión del primero.
En todo caso y como contó La Silla, eso hizo que algunos camiones tuvieran que interrumpir sus rutas entre las 10 y las 11 de la noche para entrar a tiempo al relleno, que queda en Usme, a las afueras de la ciudad. Como el operador Aguas de Bogotá empezó su operación a las 6 de la mañana, pasaron seis horas sin que se recogieran los residuos en algunas zonas de la ciudad. Los retrasos en la recolección se prolongaron durante los dos días, hasta el 20 de diciembre siguiente, en los que en Bogotá se dejaron de recoger entre 6 y 9 mil toneladas de basuras.
Y aunque es claro que la decisión provino de arriba, la orden de restringir la entrada a los dos operadores privados salió de la oficina en la que en ese momento estaba encargada la hoy nueva directora de la Uaesp, Ilva Herrera.
La Silla lo comprobó con el audio de una llamada en el que la funcionaria quedó registrada en un mensaje de voz grabado en el celular de uno de los dos operadores privados que recibieron la orden. Allí, ella se presenta como la subdirectora de RBL de la Uaesp, les recuerda que los contratos se vencen esa noche y les da la hora límite para entrar al relleno. Una vez más, por la confusión, la funcionaria llama dos veces para rectificar la hora. Para oirlo, haga clic en play.
“Ilva tenía un rango medio dentro de la Uaesp. No intervino en ninguna decisión. Las decisiones se tomaron entre el Acueducto (Diego Bravo) y el alcalde Petro“, dijo una alta fuente de la Uaesp consultada por La Silla que, sin embargo, después concluyó que en la Uaesp “el negocio es llevarle la cuerda al alcalde. Quienes le apostaron a esa locura no eran ingenuos“.
El 18 de diciembre se desató la crisis por la basura amontonada por las calles de Bogotá que motivó a principios de este año la decisión del Procurador Alejandro Ordóñez de destituir al alcalde Petro. Uno de los argumentos del fallo es que Aguas de Bogotá no tuvo la capacidad logística para asumir el servicio de aseo lo que quedó demostrado tanto con que los operadores privados dejaron de recoger basura desde las 12 pm del 18 de diciembre como con el uso de volquetas para operar las basuras en la ciudad. También con que los privados tuvieron que volver a ser contratados.
Aunque la defensa del Alcalde aseguró que la crisis de esos tres días se desató porque los privados dejaron de recoger miles de toneladas de basura desde el 13 de diciembre de 2012 y para probarlo, muestran los registros de entrada y pesaje en Doña Juana, en el fallo la Procuraduría lo niega. Puntualmente dice“No es cierto que los operadores privados hayan generado una crisis premeditadamente en los días 18, 19 y 20 de diciembre de 2012”.
Aunque Herrera no salió de la Uaesp inmediatamente después del episodio, sí cambió de cargo poco tiempo después de que se posesionó la siguiente y cuarta directora, Nelly Mogollón. Entonces, pasó a dirigir la subdirección de alumbrado y servicios funerarios y ahí estuvo hasta que entró la quinta directora Lucía Bohórquez.
Y volvió cuando Bohórquez se fue. Ahora, en su segundo tiempo en la Unidad queda por verse qué tan a fondo está dispuesta a jugársela como directora para cumplir con las decisiones del alcalde Petro ahora que tiene seis meses para desmontar y ajustar el modelo que ella misma apoyó y del que hasta ahora ha salido bien librada.