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Petro se queda sin gente y sin tiempo

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Hoy se conoció la salida del cuarto secretario de Gobierno de Bogotá durante la era de Gustavo Petro. Hugo Zárrate se va luego de una poco memorable gestión de ocho meses en el segundo puesto más importante de la ciudad: no logró mejorar las accidentadas relaciones con el Concejo que de hecho le hundió proyectos clave como la modernización tributaria y la creación de la empresa para gestionar el metro. En su reemplazo se posesionará la exparlamentaria andina Gloria Flórez.

Según gente cercana a la Administración, dos versiones se mueven sobre su salida: una que obedece a otra crisis en el gabinete y otra que Petro está alistando sus fichas para las regionales de 2015. Ambas evidencian que a la Alcaldía se le acaba el tiempo para ejecutar su proyecto de Gobierno.

 

La crisis
Después de una reunión ayer entre el alcalde Gustavo Petro y su gabinete se evidenció una posible crisis por los bajos resultados de su administración
Con la renuncia de Hugo Zárrate de la Secretaría de Gobierno de Petro queda claro que al alcalde se le acaba el tiempo para poner a funcionar sus banderas
Con Zárrate quedaron en evidencia las malas relaciones entre el Concejo y el hoy ex secretario de Gobierno que debe ser el interlocutor.

Si se trata de otra crisis en el gabinete, como lo evidencia el hecho de que la salida de Zárrate estuvo enmarcada en una reunión que duró hasta la madrugada en medio de los reclamos del Alcalde a algunos de sus secretarios por sus resultados, significa que a Petro se le fueron tres años de Gobierno en medio de los líos por su imposibilidad de estabilizar un equipo.

La salida de Zárrate es el cuarto cambio en el timón de la Secretaría de Gobierno en tres años, pero no el único bandazo en la Administración: en la lista de inestabilidades de la actual Alcaldía se cuentan cuatro gerentes de Transmilenio, seis gerentes de la Uaesp (la Unidad que maneja las basuras), tres secretarios de Movilidad. Es decir, 17 cambios en sectores clave de la ciudad.

Resultado de ese panorama es que a un año de acabar el Gobierno (un año porque en octubre de 2015 ya habrá alcalde electo y esos dos meses se suelen invertir más bien en hacer empalme), a Petro se le acabó el tiempo para cumplirle a la ciudad sus principales promesas.

Petro se eligió con las banderas de la defensa de lo público, lo ambiental y la lucha contra las mafias. Su principal apuesta en el primer punto fue el nuevo esquema de basuras que la Superindustria acaba de ordenar tumbar, con un alto costo personal para algunos funcionarios que terminaron pagando de su bolsillo la movida fallida de Petro.

En lo ambiental una de sus banderas fue el POT que aunque incluía soluciones innovadoras como liberar la normativa para que la ciudad crezca en altura y protección de los humedales, terminó polémicamente aprobado por decreto. Así, el Plan quedó según una alta fuente del Concejo en una vulnerabilidad jurídica en la que además de haber sido suspendido por el Consejo de Estado puede terminar cayéndose cuando vuelva a discutirse en el seno del Concejo.

Además las metas de la Secretaría de Ambiente contenidas en el Plan de Desarrollo contenidas en el capítulo de Cambio Climático tienen una ejecución de presupuesto del 22 por ciento al 30 de junio de este año que se puede ver por ejemplo en la recuperación de humedales, de los que hasta ahora se han recuperado 1.8 hectáreas de las 40 que se trazó el gobierno del Alcalde. Esos datos se los confirmó a La Silla el concejal progresista Diego García.

En el tema de lo que Petro llama “las mafias”, a estas alturas, como lo contó La Silla, aún siguen contratados los privados de las basuras contra los que él arremetió. Aunque tienen distintas condiciones contractuales, esos empresarios ahora tienen una ganancia fija y contratos a término indefinido que permite pensar que no les fue tan mal en el cambio de esquema.

Tampoco, como contó La Silla, logró cambiar el modelo privado de los operadores de Transmilenio que siguen siendo los dueños del negocio a pesar de que Petro anunció en campaña que pondría a un operador público a operar el sistema. Hoy, después de haber prorrogado los contratos de la fase I y II, Petro no está pensando en quitarles el negocio ni renegociar los contratos sino tener una participación del 30 por ciento en el negocio de la movilidad en Bogotá, mientras los privados se quedan con el resto a través de una APP entre los operadores y la Empresa de Energía de Bogotá.

En el tema de educación, otro de los sectores en los que habló de la defensa de lo público, terminó apoyando los colegios en concesión cuando ya se avecinaba el vencimiento de sus contratos y podía dejar en riesgo la educación de 40 mil estudiantes en colegios que en su mayoría han tenido resultados positivos.

Así el Alcalde terminó prorrogando los contratos de los colegios por un año más y hasta ahora no ha vuelto a presentar el proyecto ante el Concejo a pesar de que el Gobierno Nacional le tendió la mano para hacerlo. Y no lo hizo, como le dijeron dos altas fuentes a La Silla, porque el Gobierno Nacional (puntualmente el Ministro del Interior) no aceptó apoyarlo para que los concejales de la Unidad Nacional le aprobaran los otros proyectos que se hundieron junto con el de los colegios.

Eso ocurrió en la reunión entre el Alcalde y el ministro del Interior, Juan Fermando Cristo, después de que Santos pidió salvar los colegios en concesión a mediados de septiembre. “Petro dijo que el Gobierno o lo ayudaba en todos los proyectos o en ninguno. Y al final, quedó ninguno” dijo una de las fuentes. La otra lo ratificó diciendo que la idea de Petro era poner a los colegios de concesión como una “carnada” para que el Gobierno lo apoyara con sus otros proyectos. Pero esto al final no se concretó porque Cristo dijo que respetaría la autonomía de los concejales.

En todo caso, el episodio acrecentó aún más las molestias del Concejo, sobre todo de la Unidad Nacional, con el Alcalde.

Eso demuestra que su Gobierno, además, jamás logró tener buenas relaciones con la corporación con la que casó pelea desde el principio. Sus intentos de ofrecerles mermelada (participación en el Gobierno con puestos), como lo contó La Silla, nunca le dio resultado.

Y por eso, varias fuentes consultadas por La Silla concluyeron que con la salida de Zárrate la ciudad no pierde nada.  Él nunca fue el interlocutor entre la Administración y el Concejo que se necesitaba para poder aprobar los proyectos del Alcalde que según él mismo eran estratégicos. Aparecía casi siempre solo en el cabildo y no establecía relaciones ni hacía lobby para tratar de buscar apoyos para pasar las iniciativas.

A 15 meses de que se vaya del Palacio Liévano,  Petro apenas tiene tiempo para volver a presentar estos proyectos clave para él como la Modernización Tributaria o la Transformación de la Empresa Transmilenio en la Empresa Gestora de Transporte Público que ya se hundieron a principios de este mes en el Concejo. Y sin la cual, por lo menos en el caso del último, está en veremos el aval del Banco Mundial a la licitación de la primera línea. Pero el alcalde aún no ha llamado a sesiones extras a los concejales (que tendrían que ser en octubre) y el proyecto que se viene, el del presupuesto para el próximo año, promete una discusión complicada.

Ni su metro ligero por la Séptima ni el esquema de las basuras ni el nuevo corredor en vez de la ALO… a estas alturas Petro no tiene logros en varias de sus principales banderas y en vez de eso le tocó retomar dos de las grandes apuestas de Samuel Moreno a las que los primeros meses de su Gobierno no quiso trabajarle: el SITP y el metro pesado.

Los primeros meses de su Gobierno, el Alcalde, por ejemplo, no movió el proyecto del SITP. De hecho no le renovó el contrato a Javier Hernández, que es el técnico que venía liderando el tema -fue llamado incluso “el cerebro del SITP” por unos medios-, sólo porque venía de la Administración de Samuel.

La movida política

Dos fuentes cercanas a Petro le dijeron a La Silla que detrás de la salida de Zárrate (y de otras que podrían darse en los próximos días) está una movida política de Petro, que ya alista sus fichas para las elecciones regionales de 2015, lo que implica que algunos renuncien para no inhabilitarse. La inhabilidad para participar en las elecciones del año entrante comienza en 25 días.

Pero esas también son malas noticias para la ciudad, pues significa que el Alcalde decidió concentrar alguna parte de sus esfuerzos en preparar su futuro político, con tan pocos resultados de Gobierno.

Eso se vió por ejemplo con la salida de hasta hoy directora del Departamento Administrativo de Defensa del Espacio Público, Dadep, Blanca Inés Durán, quien le presentó a Petro su renuncia desde hace dos semanas porque tiene “otros planes para el futuro”, como le dijo a La Silla, y que básicamente significa que va a participar en las elecciones al Concejo.

Las próximas tres semanas serán definitivas para saber qué otras movidas habrá en la Administración a la que con tantos cambios se le acaba la gente y, a estas alturas, también el tiempo.


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