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El Contralor amigo de Oneida

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A la gobernadora guajira no la afectaron los ruidos por su alianza política con el cuestionado exmandatario Kiko Gómez para elegirse. Tampoco ha afectado mayormente a su gobierno la tragedia del pueblo wayuu, que le ha tocado enfrentar estos primeros meses. A esa buena estrella de Oneida Pinto se suma ahora que tendrá contralor departamental amigo.

Se trata del recién posesionado Andris Salas, quien viene de ser una de sus fórmulas en las regionales de octubre pasado. Economista de 34 años y exsecretario de despacho en los gobiernos de Rafael Ceballos (Alcaldía de Riohacha) y José María 'Chemitas' Ballesteros (Gobernación), el nuevo contralor de La Guajira pujó por el cargo de alcalde de los riohacheros con el aval del Partido Liberal.

Tres meses antes de las elecciones, en julio de 2015, firmó un acuerdo con la llamada princesa negra guajira que iba respaldada por el vargasllerista Cambio Radical y desde entonces los dos aspirantes hicieron buena parte de sus campañas de la mano.

Salas ha dicho a medios locales que liderará la entidad con independencia y eficacia. Pero en La Guajira política están convencidos de que su evidente cercanía con Oneida podría terminar garantizándole a ella un buen trato por parte de quien tiene la obligación de hacerle control y vigilancia fiscal a su gestión. Mucho más teniendo en cuenta que fue elegido en la Asamblea gracias a los votos de la coalición de Pinto.

Eso también lo creen porque la trayectoria del nuevo Contralor tiene un carácter mucho más político que técnico. Andris Salas y su familia han sido tradicionales aliados políticos de la casa Gnecco del Cesar, cuyas cabezas nacieron en el sur de La Guajira.

Son tan cercanos que en las legislativas de 2014 los Gnecco tuvieron un comando de campaña para su senador, José Alfredo Gnecco, en un parqueadero de la familia de Andris Salas.

En los próximos meses se sabrá si las expectativas que genera su nombramiento tienen asidero como todos creen.

La Silla Caribe
Oneida  Pinto Pérez

Oneida Pinto Pérez

Candidata a la Gobernación de La Guajira


El rostro antirrestitución del Magdalena Medio

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En la marcha uribista del 2 de abril, algunos de los manifestantes en San Alberto, Cesar, vistieron camisetas de las que se leía ‘No a la restitución de tierras’. Detrás del polémico mensaje estuvo una asociación que se hace llamar Víctimas de la Ley de Restitución de Tierras, el mismo grupo que el domingo pasado organizó el mediático evento al que asistió el procurador Alejandro Ordóñez, también en ese municipio, y donde llovieron quejas en contra del proceso de restitución.

El rostro más visible de esa asociación es el militar retirado Julio César González, quien se declara un tenedor de buena fe de la tierra y víctima de la ley desde 2012, cuando un parcelero reclamó como suyas las 25 hectáreas que él ha ocupado los últimos 20 años en San Alberto. González argumenta haberlas comprado de buena fe y sin haberse aprovechado de la masacre que ocurrió allí en 1995.

El presidente de Asocolvirt ha sido criticado por varias organizaciones de víctimas del Magdalena Medio, que acusan a su movimiento de tergiversar el proceso de restitución y de tener intereses políticos, porque en octubre pasado él fue candidato a la Alcaldía de San Alberto, con el aval del Centro Democrático. A ese Partido pertenece la representante María Fernanda Cabal, una de las críticas de la ley, y esposa de otro gran crítico del proceso de restitución, el presidente ejecutivo de la Federación de Ganaderos José Félix Lafaurie.

Además, porque durante 2014 Asocolvirt organizó varias reuniones con los senadores del Centro Democrático José Obdulio Gaviria, María del Rosario Guerra y Fernando Araújo.

La Silla habló con González para conocer la misión de su organización y por qué él y sus integrantes están en contra la aplicación de la ley, con la que el Estado busca reparar a las víctimas del conflicto, devolviéndoles las tierras que perdieron por la presión de grupos ilegales los últimos 25 años. Ese despojo varía entre el millón y los 10 millones de hectáreas, según las distintas instituciones que han estudiado la guerra en Colombia.

La historia de Asocolvirt

La Asociación de Víctimas de la Ley de Restitución de Tierras (Asocolvirt) nació hace cuatro años, por iniciativa de Julio González. Los primeros miembros fueron 300 tenedores de tierra del Magdalena Medio, a los que la Unidad de Restitución les notificó, tan pronto entró en vigencia la ley, que sus predios eran reclamados por terceros.

Esos reclamantes dicen haber vendido la tierra por miedo, tras las masacres paramilitares ocurridas en sus poblaciones durante los años 90. Mientras que los miembros de Asocolvirt dan una versión opuesta y aseguran que los parceleros les vendieron voluntariamente. Sin embargo, tienen que explicarles a los jueces por qué los predios aparecen a su nombre, después de varias de esas masacres.

Tras cuatro años, Asocolvirt se ha convertido en la principal voz de quienes están en contra de la aplicación de la Ley de Restitución porque, aseguran, no es justa con los segundos tenedores de buena fe. Y es también un ejemplo del drama de los llamados segundos ocupantes y por el que el senador de Cambio Radical Antonio Guerra radicó un proyecto en el Congreso, para que cuenten con más "garantías procesales" durante los procesos de restitución.

Hoy esa organización tiene 1.600 asociados entre pequeños y medianos ganaderos, agricultores y campesinos. Hace presencia en los Santanderes, Antioquia y Cesar. Y hasta sus miembros se han reunido con delegados de la Unión Europea en Bogotá para contarles sus casos.

Su activismo también ha incluido las vías de hecho. En marzo y abril de 2014, Asocolvirt se tomó la Vía Panamericana para rechazar los fallos judiciales que han sido adversos a sus asociados. Volvieron a tomarse esa vía hace un mes, argumentando que con la ley en “Colombia se da una falsa restitución” y advirtiendo que no van a permitir que “tenedores de buena fe continúen quedándose sin tierra”.

Pero el evento de Asocolvirt que más ha dado de qué hablar fue el del domingo pasado, en San Alberto, un municipio de tradición ganadera y pamicultora, históricamente golpeado por la guerra. Primero con la presencia de la guerrilla y después de los paramilitares. Y en el que ese conflicto ha generado consecuencias tan dolorosas como el despojo. Según la Unidad de Restitución de Tierras, ese fue uno de los primeros territorios donde los paramilitares del sur del Cesar comenzaron a sacar a los campesinos a sangre y fuego.

Desde que entró en vigencia la Ley de Restitución, en San Alberto se han presentado 399 reclamaciones, de las cuales 43 ya tienen sentencias y otras 64 están a la espera de fallo.

El evento con Ordóñez

Al encuentro del pasado 10 de abril, liderado por Asocolvirt, asistieron el procurador Alejandro Ordóñez y el líder del gremio ganadero José Félix Lafaurie.

También estuvieron cerca de dos mil personas, entre campesinos y ganaderos de los Santanderes y del sur del Cesar. En la cancha escolar, donde se celebró la audiencia pública, había una pancarta en contra del Estado por el proceso de restitución y otra en la que le daban la bienvenida al procurador Ordóñez. Tan bien le fue a Ordóñez como líder antirrestitución que ya se gradúa de presidenciable para el 2018, como contó La Silla.

Durante más de cuatro horas intervinieron unas 25 personas, que hablaron en contra de la ley. También lo hizo el procurador. Él dijo que quedó “mal hecha”, dadas las quejas que hay por su aplicación y porque, supuestamente, estigmatiza al segundo poseedor como paramilitar.  

El éxito de esa convocatoria se debió, en parte, a los buses que Asocolvirt dispuso para movilizar a la gente y a las invitaciones que repartió entre los pobladores de San Alberto y varios municipios de Santander.  En esas hojas de bloc se les advertía del “riesgo inminente de expropiación” de sus casas, fincas y negocios, por cuenta de una “mala ley de despojo que no respeta derechos”.

Palabras similares utilizaron los detractores de la ley en Magdalena -una organización más pequeña que Asocolvirt, llamada Asovide (Asociación de Víctimas de Despojo del Estado)-, para convocar a un evento en el municipio de Sabanas de San Ángel hace dos semanas, y que el director de la Unidad de Restitución de Tierras Ricardo Sabogal criticó en declaraciones a los medios.

El funcionario dijo que con ese tipo de llamados se tergiversa el proceso de restitución y la actuación de los jueces, que basados en evidencias determinan si hubo buena o mala fe en cada caso.

Y buena fe es la que debe demostrar el presidente de Asocolvirt Julio González.

El caso de Julio

Las 25 hectáreas que hoy están a nombre de la esposa de González, en la parcelación Tokio, aparecen fechadas en junio de 1995, justo dos meses después de una masacre paramilitar.

El 22 de abril de 1995, hombres que obedecían al paramilitar Roberto Prada Delgado, alias Junior Prada, asesinaron a cinco campesinos. Y según, un fallo de 2014 de un Juzgado de Valledupar, alrededor de la masacre del Tokio se realizaron varios negocios de tierra, como si todo obedeciera a un plan del grupo al margen de la ley para comenzar a despojar a los lugareños.

De hecho, cuando la prensa nacional reportó los asesinatos hace 20 años, el Ejército reconoció que eran pocos los detalles que la población había dado porque allí imperaba un régimen de terror.

Sobre esa situación de desplazamiento forzado, alias Junior Prada reconoció tener conocimiento en una versión libre del 15 de febrero de 2011, como parte del proceso de Justicia y Paz.

El presidente de Asocolvirt le dijo a La Silla que la adquisición de su predio nada tuvo que ver con la masacre, porque él comenzó la gestión de compra dos meses antes de ese suceso.

También nos dijo que desde que entró en restitución ha perdido más de 90 millones de pesos porque, apenas corrió la voz en el pueblo de que le reclamaban el predio, los bancos y personas a las que les solía prestar plata para sacar adelante la finca le exigieron que les pagara de inmediato. Y manifestó no estar en contra de la restitución porque también es una víctima de la violencia, ya que a principios de los 90, guerrilleros del ELN lo secuestraron a él, a su esposa y a su suegro.

Será el juez de restitución de Cartagena que lleva su caso, quien decidirá si los testimonios y pruebas que aportó son suficientes para declararlo un comprador de buena fe exento de culpa. O si, por el contrario, se terminó beneficiando del terror impuesto por los paramilitares y debe devolverle el predio al reclamante.

Mientras el fallo llega, González y su organización ganan más amplificación desde la semana pasada, gracias a los dos nuevos poderosos aliados que tiene su causa: el director de Fedegán José Félix Lafaurie y el procurador Ordóñez.

La Silla Caribe

La tierra en Colombia es una historia sin títulos

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Esta semana, el tema de la restitución de tierras se puso en la agenda pública por cuenta de las intervenciones públicas del Procurador. Pero un tema que afecta a más gente en Colombia es el de la informalidad de la tenencia de la tierra.

Uno de los acuerdos del punto rural de las negociaciones entre el Gobierno y las Farc es la formalización masiva de la tierras, que si se lleva a cabo con éxito transformaría la realidad del campo colombiano, pues en el 94 por ciento de los municipios más de una cuarta parte de los predios son informales, según el informe de la misión para la transformación del campo.

Estar en la informalidad, como lo contó La Silla, pone muchas trabas a los campesinos para tener, por ejemplo, acceso a créditos o subsidios del Estado, aunque también les evita pagar impuestos. Y formalizar todas las tierras implica retos técnicos y políticos muy grandes.

Para hablar de este tema invitamos a tres miembros de la red Rural. Ellos son Margarita Varón, que ha trabajado desde el Estado en políticas de restitución, formalización y la implementación de los acuerdos de paz; Lina Correa, que fue directora de restitución en Antioquia y hoy es docente en procesos de formalización; y Luis Alfonso Ortega, que ha trabajado con distintas comunidades en procesos de formalización de la propiedad.

Aquí comienza “La Silla Llena los domingos”

La preocupación de Cartagena frente al despertar cubano

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Resumen: 
Mientras el presidente Santos nombró a varios altos funcionarios este fin de semana, dentro de los que se encuentran los directores de la Agencia Nacional de Tierras, el Invima, el Instituto Nacional de Salud y la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios, en La Silla Vacía le contamos las siguientes historias en profundidad.
Items boletin: 
La preocupación cartagenera frente al despertar cubano
San Vicente de Chucurí: entre los versos y el terror de ‘Gabino’
Se va a caer Dilma, ¿y Pretelt?
Éste es el encargado de la decisión de Caño Cristales

La preocupación cartagenera frente al despertar cubano y El rostro antirrestitución del Magdalena Medio

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Resumen: 
El posible golpe al turismo cartagenero por el despertar cubano, el movimiento detrás de las polémicas camisetas del ‘No a la restitución’ y el contralor amigo de Oneida Pinto, algunas de las historias de La Silla Caribe
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La preocupación cartagenera frente al despertar cubano
El rostro antirrestitución del Magdalena Medio
El Contralor amigo de Oneida
El presupuesto de Char: un espejo de su gran poder
La mala hora de Aguachica con sus alcaldes

De la Seguridad Democrática a la Seducción Democrática

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En los últimos días se han intensificado las alarmantes amenazas de grupos paramilitares a los líderes de Marcha Patriótica. Se suman al vergonzoso rosario de asesinatos de más de un centenar de activistas de la extrema izquierda que ha sucedido en los últimos meses bajo una indiferencia difusa por parte de muchos.
Hay quienes en Colombia consideran esos hechos como una respuesta necesaria o justificada para evitar la deriva hacia el “castro-chavismo”, lugar al cual los acuerdos de paz con las FARC y el ELN nos estarían llevando. Su postura, sin embargo, es altamente problemática por varias razones. Primero, mina el esfuerzo nacional que finalmente expuso a la nación y al mundo el marcado deterioro de las guerrillas, llevando finalmente a su derrota militar. Segundo, debilita la capacidad del Estado y de la sociedad de prevenir un giro hacia una posible inestabilidad y populismo de izquierda (la situación de Venezuela). Y finalmente, nos impide ver que la transición de Colombia requiere una nueva narrativa de país capaz de dar coherencia, después de la seguridad democrática, a la etapa del posacuerdo.
Es importante reconocer que las actuales negociaciones del fin del conflicto son consecuencia del éxito de la política de Seguridad Democrática. Una lucha contrainsurgente exitosa siempre llega al punto en que las inversiones marginales en ella empiezan a tener rendimientos decrecientes y la probabilidad de incurrir en errores y atrocidades se vuelve creciente, minando así la legitimidad de esa lucha y reduciendo de manera acelerada el retorno sobre las inversiones en ella. Por esa razón, no es necesario ser pacifista, liberal o de izquierda para reconocer que las negociaciones de paz, y una etapa de posacuerdo, constituyen casi siempre el último trecho necesario de cualquier estrategia contrainsurgente exitosa. Negociar la desmovilización final de las guerrillas, en consecuencia, no constituye traición, sino un mero acto de perseverancia y la expresión de un compromiso de concluir la tarea empezada. Hay una continuidad lógica y pragmática, en otras palabras, entre una respuesta militar y una respuesta política a la insurgencia. Es por eso que quienes han impulsado las negociaciones de paz en los últimos dos gobiernos han también liderado previamente la política de Seguridad Democrática desde el Ministerio de Defensa de Álvaro Uribe. El Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, es el ejemplo más tangible.
Una vez reconocidas las continuidades entre la actual acción de gobierno y la Seguridad Democrática, sin embargo, es necesario resaltar también una importante discontinuidad. La Seguridad Democrática ofreció por casi una década una gran narrativa capaz de dar coherencia a las respuestas que el Estado y la sociedad colombiana le daban a un amplio espectro de amenazas y violaciones de derechos humanos relacionados con el conflicto armado. Ese marco hoy ya no sirve porque las amenazas del posacuerdo serán diferentes. Necesitamos otro marco.
Para evitar que la democracia colombiana se debilite con el acuerdo de La Habana o que caminemos en la dirección del bolivarianismo, durante la próxima década Colombia tendrá que enfrentar un reto mayúsculo: la transformación de actores no democráticos, tanto de izquierda como de derecha, en actores democráticos, y el tránsito de una sociedad plagada de antagonismos destructivos hacia una sociedad en la cual puedan desarrollarse agonismos productivos.
Esta nueva política de “Seducción Democrática” tendrá que darle coherencia a un esfuerzo generalizado desde los diferentes órganos del Estado, desde la sociedad civil, desde las universidades y, seguramente, desde las élites, dirigido a transformar radicalmente la visión que los colombianos tienen de sus adversarios, estén donde estén a lo largo del espectro político.
En un país en paz nuestros adversarios hacen necesariamente parte de nuestro futuro. Si queremos evitar derivas peligrosas, cada parte necesita asumir en serio la tarea de moldear a sus propios adversarios. Necesitamos establecer escenarios en los cuales podamos trabajar cerca de ellos, conocerlos mejor, y colaborar con ellos, creando así las oportunidades para que desde esos procesos de interacción puedan desarrollarse relaciones de mutuo respeto. Necesitamos entregarles los instrumentos para que logren ver los riesgos y peligros que nosotros vemos y para que puedan tomarlos en cuenta. Necesitamos identificar sistemáticamente sus falencias e invertir, si es necesario, en su formación. No más “cruzadas” en nuestro vocabulario político. Más bien, necesitamos aprender a construir sobre lo construido, aun cuando lo construyeron nuestros adversarios.
Ojalá en esta etapa histórica podamos encontrar líderes políticos, de medios, de la sociedad civil, e intelectuales, desde todos lados del espectro político, que puedan sumarse a una campaña nacional inspirada por el principio de “Mi adversario, mi futuro”. Ese principio, de hecho, constituye el pilar central de una necesaria política de Seducción Democrática.

Opinión

La preocupación cartagenera frente al despertar cubano

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Desde que Estados Unidos y Cuba comenzaron a normalizar sus relaciones diplomáticas y económicas en diciembre de 2014, después de medio siglo de enemistad, en Cartagena hay expectativa por los turistas estadounidenses que la isla pueda comenzar a quitarle. Mucho más, tras la histórica visita de Barack Obama en marzo a La Habana, que anuncia un nuevo capítulo en la historia de ambas naciones.

De hecho, La Silla Caribe supo que desde que los dos gobiernos anunciaron el deshielo, las especulaciones de qué tanto terminará golpeada a mediano plazo Cartagena son tema frecuente de conversación entre los empresarios del turismo de esa ciudad.

La expectativa es tal que en julio pasado viajó una primera misión integrada por funcionarios del Distrito para conocer, de primera mano, cómo se están preparando los cubanos para su apertura al turismo estadounidense.

La misión que visitó La Habana, durante tres días, fue una iniciativa de la Corporación de Turismo de Cartagena, Procolombia y la Sociedad Aeroportuaria de la Costa (Sacsa). Los funcionarios hablaron con sus homólogos antillanos para conocer su trabajo y describieron esa visita como el comienzo de un acercamiento con el sector turístico de ese país, que también quiere aprender de la experiencia cartagenera.

Además, propusieron en ese viaje la creación de una ruta que incluya a Cartagena, La Habana y San Juan de Puerto Rico, por ser ciudades con pasado histórico y cascos coloniales comunes.

Propuesta a la que le queda un largo trecho para convertirse en una realidad, y cuyo trámite no es fácil. De hecho, hace unos años Cartagena intentó, sin resultado alguno, volverse un destino compartido con Punta Cana.

La presidenta de la Corporación de Turismo Zully Salazar le dijo a La Silla que con esa ruta buscan hacer de la avalancha turística que se le avecina a Cuba, los próximos años, una oportunidad, para que el turista estadounidense o europeo no solo se quede en la isla sino que también llegue a La Heroica.

Y es que la apertura de Cuba a los Estados Unidos justo se da cuando Cartagena lleva tres años consecutivos recibiendo el mayor número de estadounidenses de su historia turística. Ellos representan hoy el 20% de los 232 mil visitantes internacionales que aterrizan en avión y ocupan, desde 2013, el primer lugar en el listado de extranjeros.

Aunque el número de turistas internacionales que recibe Cartagena sigue estando lejos de las cifras reportadas por otros destinos del Caribe, como los balnearios de Aruba, República Dominicana, Jamaica, Puerto Rico y hasta la misma Habana, que ha sido los últimos 15 años destino favorito de canadienses, europeos y latinoamericanos.

“Ahora que nosotros comenzábamos a tener alguito de mercado americano va a ser más difícil mantenerlo”, le dijo a La Silla Diana Gedeón, gerente de la agencia de viajes Gema Tours, una de las más grandes de Cartagena.

Sin embargo, en esa ciudad hay otras voces del gremio turístico que creen que La Heroica no sufrirá una caída en el número de sus visitantes internacionales, por lo menos los próximos años, porque Cuba tiene mucho por mejorar para atender al exigente mercado estadounidense.

“A Cuba se le perdonan todos los errores de servicio, calidad y de infraestructura por sus condiciones (económicas)”, le dijo a La Silla Ana Victoria Maldonado, gerente de Tierra Magna, empresa pionera en ofrecer audioguías en Cartagena y organizar recorridos turísticos culturales.

Lo que sí es un hecho es que el número de turistas gringos en Cuba comenzará a aumentar los próximos meses, y los cálculos del Ministerio de Turismo cubano llegan al millón anual a mediano plazo. Mucho más desde el mes pasado, que Estados Unidos volvió a flexibilizarles las condiciones de viaje a sus ciudadanos.

En mayo, por ejemplo, zarpará un crucero de Miami a La Habana. Será el primero en hacerlo desde 1959. Y antes de que finalice 2016, deben estar operando hasta 20 vuelos diarios directos desde diferentes ciudades estadounidenses hacia la capital cubana y 10 más hacia otros nueve aeropuertos internacionales de la isla.

Para este 2016, Cuba espera recibir 3,7 millones de visitantes, 200 mil más que el año pasado. De lograrlo, sería un hito para la economía de la isla y todo apunta a que lo logrará, porque hasta el 12 de marzo el ingreso de extranjeros por turismo ya sobrepasaba el millón.

Otras cinco fuentes del sector turístico cartagenero, consultadas por La Silla, tampoco creen que Cartagena vivirá de la noche a la mañana un descenso de turistas gringos, pero sí advierten que la ciudad también tiene mucho por mejorar en infraestructura y oferta de planes turísticos para pelearle de tú a tú a otras plazas tradicionales del Caribe insular y a nuevos competidores como La Habana.

Un estudio de hace una década, realizado por la Cámara de Comercio de Cartagena y el Observatorio del Caribe, ya advertía que, en comparación con otros destinos del Gran Caribe, La Heróica no era competitiva.

Ese estudio todavía está vigente, le explicó a La Silla el investigador económico Luis Fernando López,  porque los precios en Cartagena siguen siendo altos, la conectividad aérea es muy limitada (solo hay vuelos directos a cuatro destinos internacionales) y a la ciudad le falta aprovechar más sus fortalezas culturales para que el visitante sienta que la oferta le compensará lo pagado.

Además, en temporada alta, las vías de La Heroica colapsan con los carros que ingresan de otras ciudades del país y todavía tiene pendiente la organización de las ventas ambulantes, particularmente en el Centro Histórico y las playas. De hecho, guías tan populares como Lonely Planet les advierten a los viajeros de lo irritante que puede llegar a ser el acoso callejero de los vendedores informales.

Sin embargo, el investigador de la Cámara de Comercio resaltó que durante la última década Cartagena ha mejorado bastante su promoción y es mucho más conocida como destino del Caribe.

Solo el tiempo dirá qué tanto el despertar de La Habana golpea o no a Cartagena. Mientras tanto, La Heroica sigue expandiéndose y apostándole al turismo internacional, pero ahora más que nunca debe comenzar a resolver su listado de asignaturas pendientes ante el peso pesado que llega a competirle.

La Silla Caribe

Así quedó repartido el poder en las Alcaldías Locales en Bogotá

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La semana pasada, el alcalde Enrique Peñalosa anunció los nombres de 12 de los 20 alcaldes locales en Bogotá, tras un proceso de selección que tardó más de dos meses y que se hizo en aras de encontrar a los “mejores gerentes” como anunció el Secretario de Gobierno, Miguel Uribe. Aunque el proceso se hizo buscando privilegiar la meritocracia por encima de la política, los nombres de quienes resultaron elegidos hasta ahora muestran que muchos tienen un padrino político poderoso que los respalda.

Los alcaldes locales son claves no sólo porque manejan el 10 por ciento del presupuesto de la ciudad sino porque son los gerentes de la contratación en el nivel micro. Por eso, en muchos casos, estas alcaldías terminan siendo usadas como botín político para aceitar las maquinarias.

La Silla consultó a varias fuentes entre ediles, concejales y ex políticos que conocen bien cómo se mueve la política en el nivel local para descubrir quiénes son los padrinos que ayudaron a elegir a los primeros 12 alcaldes locales que ya se posesionaron. Los nombres que más se repitieron fueron el de la representante liberal Olga Lucía Velásquez, que llegó a la Cámara después de haber sido secretaria de Gobierno durante la Alcaldía de Samuel Moreno y el de los concejales Julio César Acosta y Yefer Vega, ambos de Cambio Radical. Completaremos esta lista con los nombres de los ocho alcaldes que faltan apenas los nombren, que según supo La Silla, será en dos semanas.

Estos son los alcaldes y los padrinos que los apoyaron. Haga clic en los filtros y en los nombres de los alcaldes electos para saber más. 

Alejandro Chirinos
Resumen base de datos: 
Esta es la base de datos sobre los Alcaldes Locales elegidos hasta hoy en Bogotá, sus perfiles y sus padrinos.
Descargar
Hágame el cruce
Enrique Peñalosa Londoño

Enrique Peñalosa Londoño

Alcalde de Bogotá


Las verdades a medias del informe de Restitución de Tierras

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La Fundación ‘Forjando Futuros’, la Universidad de Antioquia, Oxfam, la Asamblea de Cooperación para la Paz, Ajuntament de Barcelona, la Fundación Paz & Reconciliación y el Instituto Popular de Capacitación, publicaron un informe a comienzos de éste mes sobre las dificultades y resultados de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Según ellos: “han pasado cinco años y la restitución de tierras no avanza”.

Dado que se está volviendo fuente de información de varios analistas, La Silla le aplicó el detector de mentiras al informe y encontró que, aunque la mayoría de las cifras son correctas y en todo caso falta mucho por avanzar en este tema, omiten información de la misma fuente oficial que ellos consultan y eso conduce a conclusiones más pesimistas de lo que la realidad indica.

“Solo el 3,4 por ciento de las solicitudes presentadas han sido resueltas judicialmente.”

Engañoso
 

Explicación: Es cierto que a primero de abril se han presentado a la Unidad de Restitución de Tierras 87.118 solicitudes. Y que solo se han fallado 2.943, como dice el informe. Sin embargo, no todas las solicitudes que se presentan ante la Unidad tienen que terminar en juzgados o tribunales de tierras para considerarse exitosas. Casi 20 mil casos -19744- se han resuelto y no son contabilizados por estas ONG: la Unidad de Restitución ha descartado 16.318 de entrada porque son pleitos que no tienen que ver con la restitución o no cumplen con los requisitos de la ley porque son de antes de 1991 o, como nos explicaron, son “avivatos”. Es decir, gente que quiere beneficiarse de la ley sin ser víctima. Y los 3.426 restantes se han resuelto en despachos judiciales. Eso significa que, a hoy, el 22 por ciento de los casos estarían resueltos, y no solo el 3,4 por ciento como afirma el informe para poner de presente la falta de efectividad de la ley.

 

“94 por ciento de los casos resueltos judicialmente han sido a favor de las víctimas.”

Cierto, pero
 

Explicación: Según la Unidad de Restitución de Tierras, en casi todas las 1500 sentencias revisadas por el informe de ‘Forjando Futuros’, los reclamantes de tierras son víctimas legítimas que sufrieron de despojo y abandono en zonas con hechos de violencia generalizada donde los opositores carecían de buena fe exenta de culpa. Pero, Forjando Futuros no dice que para llegar a los jueces, pasan por un filtro previo en la Unidad de Restitución para identificar falsos reclamantes. Esos casos pasan directamente a la Fiscalía. A la fecha, según la Unidad, hay 170 casos en investigación, de los cuales ya se lograron 80 capturas.

 

“De los responsables del despojo y abandono: 55 por ciento son paramilitares, 19 por ciento por enfrentamientos, 13 por ciento guerrilla, 7 por ciento grupo ND, 5 por ciento Bacrim y 1 por ciento Ejército.”

Cierto, pero
 

Explicación: De acuerdo con las cifras de la Unidad de Restitución, los paramilitares son responsables del 36 por ciento del despojo, 40 por ciento las guerrillas (Farc y ELN), 2 por ciento bandas criminales, 10,4 por ciento otros (narcotráfico y delincuencia común) y en el 12 por ciento no tienen información. La Unidad saca éstas cifras de la voz de la víctima. Es decir, de lo que responde en el formulario cuando le preguntan quién lo despojó. En cambio, las cifras del informe de ‘Forjando Futuros’ salen de un universo distinto. Ellos toman como muestra las 1500 sentencias judiciales que habían salido hasta el primero de abril y desde esa óptica es que salen sus cifras. El problema de ese universo, según la Unidad de Restitución y lo que explicaría esa diferencia, es que el proceso restitutivo ha sido más rápido al norte del país, que era la zona por excelencia de los paramilitares, que en el sur, donde por cuestiones de orden público, todavía hay presencia de guerrilla que hacen difícil restituir. Por lo tanto, es probable que en el universo completo la guerrilla tenga una mayor proporción de despojos.

 

“Las empresas opositoras en los procesos judiciales de restitución de tierras (ver listado en el informe) no probaron su buena fe.”

Engañoso
 

Explicación: Una cosa es la buena fe y otra la buena fe exenta de culpa. Según la Corte Constitucional, la buena fe es tener la conciencia de haber actuado correctamente, mientras la buena fe exenta de culpa exige también: “la presencia de un comportamiento encaminado a verificar la regularidad de la situación”. La empresa Argos SA, por ejemplo y como contamos, sí probó que actuó de buena fe, en el sentido en que no tuvo nada que ver con el despojo de las tierras pero no demostró que había sido lo suficientemente diligente al rastrear la cadena de propiedad de las mismas antes de adquirirlas. En ese caso, no probó su buena fe exenta de culpa.

 

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Resumen: 
Mientras el presidente Santos publicó la lista de los 20 más buscados de las Bacrim, en La Silla les contamos las siguientes historias en profundidad:
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Las verdades a medias del informe de Restitución de Tierras
Así quedó repartido el poder en las Alcaldías Locales en Bogotá
Habilidades Socioemocionales y los Programas de Generación de Ingresos para las Víctimas del Conflicto

El héroe de los antipetroleros que la soberbia de Echeverry sacó a la luz

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Óscar Vanegas, un profesor de la Universidad Industrial de Santander, UIS, saltó a la fama esta semana por el desplante que le hizo el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry tras sus críticas a la eventual explotación de petróleo en la Serranía de la Macarena en  un debate de la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes. No es la primera vez que se enfrenta a un funcionario público, ni seguramente la última.

Echeverry, en vez de controvertir con base en estudios de la industria al profesor, terminó evocando a alienígenas y hasta pidiendo hablar con alguien de su mismo nivel. "En Google hay más secuestros de terrícolas por extraterrestres que acuíferos secos por la industria petrolera", le dijo Echeverry, cuya soberbia también se volvió viral en las redes.

‘La piedra en el zapato’ de la industria petrolera

Vanegas, es ingeniero de petróleos de la UIS, es especialista en finanzas y en gerencia de hidrocarburos, además está terminando una maestría en hidrocarburos. Durante 25 años ha enseñado en diferentes universidades en Santander entre las que están la UCC, la Unab y la UIS, en esta última es profesor de tiempo completo y enseña en la escuela de petróleos y de hidrología. Pero con los años su especialidad se ha vuelto explicar los riesgos ambientales de la industria petrolera.

Sus teorías no tienen mucha credibilidad en el gremio de los petroleros, e incluso entre algunos colegas. Dos fuentes le dijeron a La Silla que las exposiciones del profesor son reconocidas por ser imprecisas, y otra fuente señaló que Vanegas tiene más fama de activista que de técnico en el sector de los hidrocarburos.

En otros sectores, en cambio, su opinión es muy valorada. Vanegas ha asesorado a varios congresistas de la Comisión Quinta (la que se encarga de debatir temas energéticos y petroleros) entre los que se encuentran Jorge Robledo, Maritza Martínez y Jaime Durán, así como a la mesa minero energética de la Cumbre Agraria, a la Unión Sindical Obrera, USO, y a las mesas de la Segunda Asamblea Nacional por la paz que organizaron Ecopetrol,  la Universidad Nacional y el Ministerio del Trabajo en 2015.

 

El profesor saltó a la fama el día que menos pensado tenía hacerlo. El día del debate con Echeverry el tema de la Comisión no era la explotación petrolera y los riesgos medioambientales, sino paradójicamente, era la exposición de las industrias ante la Comisión Quinta para convencerlos de que necesitaban más incentivos tributarios. En el último punto del día estaban cinco minutos destinados al alcalde de la Macarena para que hablara sobre Caño Cristales.  A 70 kilómetros de este río, que es una joya turística, se aprobó una licencia de exploración para extracción de petróleo a la empresa Hupecol.

“El Alcalde me llevó a mí porque se sentía más seguro si la exposición la daba yo por el conocimiento que tengo. Eso coincidió con todo el movimiento en redes sociales y se dio la discusión. Pero esas discusiones siempre se dan, la diferencia es que Noticias UNO la publicó”, le dijo a La Silla Vanegas.   

Su teoría se basa en el ‘hidrodinamismo’ y la explica señalando, en el caso específico de la Macarena, que cuando se hace una perforación para extraer petróleo se generan conductos en la tierra que pueden desviar el agua que abastece a Caño Cristales y que por eso es que se puede secar. 

El profesor de la UIS empezó a sonar en la industria del petróleo con fuerza en 2011 cuando lo invitaron a dar una conferencia y le pidieron una explicación sobre la disminución del caudal del Río Cusiana de la que en ese momento no tuvo respuesta.

Después de hablar con expertos y con un sobrino suyo que era geólogo empezó a entender el fenómeno, a investigarlo y desde ese entonces para acá se ha convertido en un experto en la materia.

“Cuando uno empieza a estudiar este tema le cambia el chip. Uno prefiere más la cédula de ciudadanía que el cartón de ingeniero de petróleos, porque el impacto ambiental es impresionante y las pruebas están en todo el país”, agregó el profesor.

Vanegas también dice que en una conferencia en 2013 en la que estaban expertos en petróleos y geólogos, los segundos le dieron la razón, pero también le recomendaron que
“no lo dijera muy alto” porque  era perjudicial para la industria del petróleo.

En 2014 tuvo encontronazos con la escuela de Petróleos de la UIS, según cuenta, por presión de las grandes industrias y del Gobierno Nacional, pero dice que finalmente demostró académicamente todas sus tesis y recuperó el respaldo de esa universidad.

En los últimos cinco años Vanegas ha recorrido diferentes partes del país dando conferencias por invitación de alcaldes, ambientalistas, y universidades sobre el impacto de la extracción petrolera en el medio ambiente. Además ha hecho públicas varias investigaciones sobre el impacto de esa prácticas en nacimientos y canales de agua de la industria de hidrocarburos.

“Eso es algo que les incomoda pero alguien tiene que decirlo. Y ellos saben que todo lo que digo es la verdad porque la principal prueba es que no me han demandado, o ¿usted cree que si de verdad estuviera generando caos económico como ellos dicen no me tendrían ante un juez? En vez de estar embejucados deberían estar mirando la manera de desarrollar tecnología de punta para no ser invasivos con el medio ambiente”.

Probablemente este solo sea el primer round entre el profesor de la UIS y altos funcionarios del Gobierno Santos. Vanegas también es uno de los promotores contra el fracking en San Martín, Cesar,  y en Ríonegro, Santander, pelea que hasta ahora inicia en el país.

La Silla Santandereana
Juan Carlos Echeverry Garzón

Juan Carlos Echeverry Garzón

Presidente designado de Ecopetrol

Fernando Iregui Mejía

Fernando Iregui Mejía

El candidato de Cárdenas, nuevo Min Minas

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Como lo predijo La Silla, Germán Arce acaba de ser nombrado ministro de Minas. Como contamos, el cinco de abril el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas se reunió en un desayuno con la bancada goda de la Cámara para discutir sobre varios temas del Gobierno. Sin embargo, una vez en el encuentro, la representante Lina Barrera sugirió un candidato para el vacante Ministerio de Minas y les pidió apoyarlo. Todos entendieron que era el candidato de Cárdenas. Hoy finalmente, se concretó el nombramiento.

Arce es un economista de la Universidad del Valle que trabajó en el sector financiero durante más de una década hasta saltar al sector público en el primer gobierno de Santos.

El economista llegó de la mano del entonces ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry a la dirección de crédito público (encargado de la deuda del Estado) y luego fue nombrado viceministro de Hacienda. En ese cargo manejó negocios importantes como la capitalización de la antigua Telecom por parte de Telefónica Movistar, y en el que trabajó con Cárdenas cuando éste reemplazó a Echeverry.

A comienzos de 2013, tras trabajar con Cárdenas durante un semestre, Santos lo nombró en la presidencia de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, que ha sido su único cargo directamente relacionado con el sector de Minas y Energía. Al cabo de 10 meses se salió para unirse al equipo programático de la reelección en la Fundación Buen Gobierno, especialmente en temas de infraestructura y transporte.

Después de elegido Santos, el Presidente lo nombró para manejar el Fondo de Adaptación, un puesto super poderoso por la cantidad de recursos que ha tenido en estos años para construir infaestructura en todo el país.

El gol de Cárdenas

Como explicó La Silla, el apoyo de Cárdenas a Arce no es soprendente porque éste cumple con un perfil similar al del ministro y varios de sus colaboradores: es un economista, con carrera entre el sector privado y el público, y del mismo grupo de tecnócratas godos en el que también está el exministro y actual presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry

Para llegar a ese cargo fue fundamental el impulso que le dio Cárdenas, pues aunque el cargo depende de Hacienda había una puja con Germán Vargas Lleras para poner su cabeza, pues al tratarse de una entidad que hace obras podría haber quedado bajo la égida del Vicepresidente.

Según le contó a La Silla una fuente que estuvo en el desayuno de abril, Arce fue presentado como conservador, un precedente que resulta útil ahora que hay tal pelea burocrática en la Unidad Nacional por quedarse con los órganos de control vacantes como la Fiscalía y la Defensoría y por los rumores de un revolcón en el gabinete. Y tiene otras dos ventajas: es cercano directamente a Santos y tiene un perfil técnico (aunque no tanto de experto en el sector), como el que suelen defender Cárdenas y Santos en sus nombramientos.

Todo eso cobra importancia por las intenciones presidenciales de Cárdenas que, aunque él las niega, son tan obvias que desde hace meses se ha arrimado también al Partido de La U. Como lo contó La Silla,él es el gallo que La U está consintiendo para posiblemente darle el aval y tener carta para enfrentar a Germán Vargas Lleras en 2018.

Para un ministro con aspiraciones presidenciales, poner a una persona cercana en otro ministerio le ayuda a convertirse en un eventual contrapeso del vicepresidente Vargas, que es el otro que pone ministros. Y si Cárdenas logra poner a Arce queda a la vez como el embajador de los conservadores ante Santos y el de Santos ante la bancada azul, lo que le da más viabilidad para 2018.

El problema es que no es tán fácil que su partido le “compre” el candidato, especialmente en la poderosa ala costeña. 

Los que no quedaron

Alrededor del MinMinas se movió toda una pelea burocrática, en la que estuvieron varios senadores como José David Name, quien públicamente pidió que el nuevo ministro fuera costeño.  Justamente, las dos otras cartas que sonaron vienen del Caribe y, según supo La Silla, tenían el apoyo de congresistas de esa región.

El candidato que más sonó fue el ingeniero barranquillero Luis Fernando Castro Vergara, presidente de Bancoldex desde 2013. Castro es muy conocido en Barranquilla, pues fue presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio entre 2008 y 2012 y es parte del grupo empresarial que ha dominado esa cámara por años.

Salió del cargo en medio de una sonada pelea entre ese grupo y empresarios nuevos, liderados por los hermanos Daes y Samuel Tcherassi, que trataron de hacerse al control de la Cámara con empresas de papel.

También sonó José Camilo Manzur Jattin, un ingeniero civil cordobés con maestría en economía que ha hecho su carrera en el sector energético como vicepresidente de Carbocol, presidente de Urrá y comisionado de la Comisión de Regulación de Energía y Gas, entre otras. Actualmente es el director del gremio de las distribuidoras, Ascodis.

Manzur, que de los tres es quien más conoce el sector, tenía la desventaja de que su hermano Jorge, ex gobernador de Córdoba, es un reconocido uribista y en 2009 fue condenado por la adjudicación irregular del chance como Gobernador.

Ante potenciales rivales como esos, con los senadores buscando tener ministro propio, la jugada de Cárdenas no pintaba tan fácil. Pero como dijo La Silla Santos ya ha demostrado que no tiene problema en poner a ministros sin consultarle a las bancadas, y luego vincularlas con ellas. Por eso el Ministro de Hacienda pudo dar la prueba final de que es un superpoderoso en el Gobierno.

Los retos

Arce se convierte en el ministro de Minas número siete del gobierno Santos (incluida la encargada María Lorena Gutiérrez). Y asume el cargo en un momento de vacas flacas, con tres tareas de grueso calibre pendientes: volver realidad los compromisos de Electricaribe; hacer las reformas necesarias para institucionalizar las lecciones que dejó El Niño para que el próximo no ponga al país otra vez al borde de un racionamiento; y lidiar con los bajos precios precios del petróleo, del níquel, del carbón y del oro. Pero quizás su mayor reto sea poder enviarle a su sector una señal de estabilidad en un momento en que lo que hay es incertidumbre en el mercado y en las políticas del Gobierno.

La Silla
Germán Arce Zapata

Germán Arce Zapata

Gerente del Fondo de Adaptación

Mauricio Cárdenas Santamaría

Mauricio Cárdenas Santamaría

Ministro de Hacienda

El exterminio social, el crimen del que nadie habla

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Parado en una esquina de una calle importante de Ciudad Bolívar, en Bogotá, Rogelio, un vendedor ambulante que ha trabajado en esa esquina los últimos 12 años de su vida, dice, muy casual, como si nada: “A los chinos los matan porque todo tiene precio, no hay que decir más. Los comerciantes lo hacen porque les acaban el dolor de muelas. Si les roban cada tres o cuatro días, o cada semana un millón, entonces ponen trescientos mil y se quitan el dolor de cabeza. (...) Yo pasé esa prueba de fuego, fuimos a poner orden en unos barrios de por allá arriba. Nadie sabe que fue uno, uno se hace el güevón y ya. Esos pelados que matan son de 13, 14, 18 años, la mayoría no van al colegio, se la pasan en la calle rebuscándosela”.

Además de vender dulces, Rogelio ha participado en varios asesinatos de la “limpieza social” en Ciudad Bolívar, la localidad de Bogotá que encabeza la lista en la comisión de estos crímenes de exterminio social con el 28 por ciento de todos los casos que han ocurrido en la ciudad y que se pueden rastrear desde su misma fundación.

Por eso, el Centro de Memoria Histórica eligió a Rogelio y a Ciudad Bolívar como los protagonistas del Informe “Limpieza social: una violencia mal llamada” que será presentado mañana en la Feria del Libro en Bogotá.

“Ciudad Bolívar es el centro del estigma [de la violencia y la delincuencia] en Bogotá. Se dice que allá es natural que suceda eso. Pero lo cierto es que está regado en Bogotá. Está regado en Colombia. Es un fenómeno de nuestra violencia de la que no se habla, de la que no hay víctimas reconocidas, que jamás van a ser reparadas. Porque solo se reconocen víctimas de conflicto armado”, le dijo a La Silla el autor del Informe, Carlos Mario Perea.

El informe no sólo intenta romper el círculo vicioso de silencio que legitima estos crímenes que han hecho parte de la violencia del país desde hace más de cuarenta años. También busca recopilarlos y detallar el ‘modus operandi’ con el que actúan sus victimarios para demostrar que existen. Tanto, que han cobrado la vida de 4.928 personas en el país entre 1988 y 2013. Aunque nadie quiera hablar de ellos.  

La Silla leyó las 292 páginas del Informe y habló con su autor. Estas son sus principales conclusiones.  

Una práctica de muerte

Por ‘limpieza social’, exterminio o aniquilamiento social -como propone que sea llamado el Informe para quitarle la carga de legitimidad que rodea estos crímenes-, se entiende los crímenes contra “transgresores” de la moral: las víctimas son delincuentes, ladrones, trabajadoras sexuales, consumidores de droga, vagos.

Los  asesinan en las calles de una forma repetida y sistemática. No los desaparecen porque “el efecto disuasorio” parte de que el cuerpo quede como evidencia. Tampoco los torturan porque son asesinatos que se cometen de forma rápida.

yo creo que se merecían [que los matara una “limpieza”]. De hecho, la justicia a veces la pueden impartir los ciudadanos mucho mejor que la misma justicia.

Habitante de Ciudad Bolívar

Y sirven para una cosa: la muerte de estas personas es una ‘solución’ para resolver los conflictos que genera su presencia en un barrio, en una ciudad. Para restablecer el orden.

Según el informe, que recopiló cifras del CINEP -la única entidad que le ha hecho seguimiento desde los años 80 bajo el rótulo de “limpieza social”- se cometen en el 75 por ciento de los casos en ciudades de más de 100 mil habitantes. Es un crimen urbano. Y como el foco ha estado en el conflicto armado, violencias en la ciudad como ésta han pasado desapercibidas.

“Colombia ha vivido una guerra desastrosa, que no tiene nombre. El desastre humanitario ha hecho que toda la energía se haya ido hacia pensar el conflicto armado. Pero resulta que no toda la violencia se reduce a eso”, dice Perea.

Tampoco es una práctica que haya sido usada exclusivamente por los grupos armados ilegales como guerrillas o paramilitares. El informe da cuenta que sólo el 2 por ciento de los casos fueron cometidos por la guerrilla.

A los paramilitares, en cambio, se les atribuye el 26 por ciento de los casos de limpieza social a nivel nacional. Pero, aunque lo usaron con mayor intensidad, sobre todo para ganar legitimidad entre los habitantes de las ciudades donde incursionaron, la limpieza social existía antes y después de que éstos hicieran presencia.  

Incluso, como lo muestra el caso de Ciudad Bolívar, en los últimos años las bandas criminales y las pandillas lo han usado logrando un pico de casos en el 2011, cuando se recrudecieron los hechos cometidos por nuevas bandas criminales.

Es, además, una práctica paradójica. A pesar de que nadie habla de ella porque genera pánico entre sus víctimas que temen que si denuncian puedan ser la próxima, en otra parte de la sociedad genera aceptación: la gente siente que se hizo justicia.

Como le dijo a los investigadores que hicieron este informe un habitante de Ciudad Bolívar hablando de un caso en particular que ocurrió en la localidad, “yo creo que se merecían [que los matara una “limpieza”]. De hecho, la justicia a veces la pueden impartir los ciudadanos mucho mejor que la misma justicia”. Y es esa complacencia la que ayuda a que quienes lo cometen puedan quedar impunes y que más personas decidan seguirlo haciendo.

“La operación de limpieza está cargada de un enjuiciamiento moral porque el crimen actúa sobre gente mala. Se comete un asesinato en nombre supuestamente de principios del orden. Así, quedan inmediatamente legitimados”, dice Perea.

El informe revela que, por ejemplo, luego de que un joven fuera asesinado en Ciudad Bolívar, los papás del muchacho no salieron a recoger su cuerpo temiendo que quedarán señalados por el resto del barrio.

Y eso, en palabras de Perea, termina siendo rentable, incluso para el Estado porque no tiene que gastar recursos en capturar y judicializar a delincuentes porque hay personas que lo hacen por éste, y gratis.

El consentimiento se logra por otra vía: la mayoría de estos casos quedan impunes. Por ejemplo, según el informe, de los 346 homicidios que se han registrado bajo esta modalidad en Bogotá, sólo cuatro expedientes judiciales identificaron el delito como una “práctica” relacionada con seis miembros del Bloque Capital de los paramilitares.

Aún en esos casos, la ‘limpieza social’ pasa de agache. El delito no está tipificado en el código penal por lo que a pesar de que se compruebe que efectivamente un homicidio ocurrió bajo el ‘modus operandi’ de un crimen por ‘limpieza social’, termina siendo sancionado usualmente como ‘concierto para delinquir’ u ‘homicidio en persona protegida’. De hecho, no hay una sola ley que hable de esta práctica.

“No existe un ejemplo de aplicación de justicia que condene la limpieza social. No hay ningún pronunciamiento de ésta como una práctica aberrante y degradante”, agrega el autor. “La consecuencia es que la gente en los barrios la emprende [como práctica] porque no hay sanción de la sociedad”.

El Grupo de Memoria Histórica espera que una discusión pública sobre este crimen sistemático y sobre la reacción que la sociedad tiene frente a él permita que esto cambie.

El informe da cuenta, además, de las formas y modalidades que ésta práctica toma: por un lado, gente -líderes sociales, comerciantes, miembros de las juntas administradoras locales- deciden tomar la justicia por sus manos para “limpiar” un problema en su barrio o localidad.

Estas mismas personas se unen, identifican a las víctimas y deciden contratar a una pandilla o un sicario al que le pagan por prestar el “servicio”.

La otra modalidad es que los habitantes de los barrios le entregan información a la Policía e incluso la acompañan para cometer el delito.

“La matanza social genera un abismo en el tejido social local, lo fractura entre quienes la aprueban y quienes la desaprueban, entre quienes son su blanco y quienes la propician, entre quienes denuncian y quienes optan por el silencio”, dice el informe.  

El caso de Ciudad Bolívar

El informe ejemplifica todas estas modalidades cogiendo el caso de Ciudad Bolívar, la localidad 19 en Bogotá que históricamente ha tenido el “estigma” de ser una de las más violentas, pobres y víctima de la presencia de actores armados ilegales como los paramilitares.

Ese estigma ha servido, como lo dice un habitante de la localidad que cita el informe, para que “las autoridades piensen que todos los pelaos son pandilleros, bazuqueros o subversivos. Los medios de comunicación han difundido esa imagen y los grupos de limpieza hacen su trabajo”.

Se comete un asesinato en nombre supuestamente de principios del orden. Así, quedan inmediatamente legitimados

Carlos Mario Perea

Ciudad Bolívar se creó como localidad en 1983 y desde el comienzo, se hizo con el ánimo de ponerle orden a un crecimiento caótico y desorganizado. Para eso se puso en marcha el programa Ciudad Bolívar que “prometía un fortalecimiento de la presencia del Estado en una zona considerada “tierra de nadie”.

Además de inyectar muchos recursos para hacer obras, el programa privilegió el fortalecimiento y la presencia de la Fuerza Pública en la localidad, lo que sólo logró aumentar la percepción de inseguridad y  delincuencia que ya tenía la gente que vivía allí.

Y con esa percepción también aparecieron los exterminios sociales. Sin embargo, dice el informe, “su rastro con alguna consistencia solo aparece hasta finales de la década de los 80”.

Entre 1989 y 1993, cuando estos crímenes empezaron a ser visibles, sobre todo, cuando empezaron a ser recopilados por la prensa, los crímenes en Ciudad Bolívar se caracterizaron por tres cosas: los produjeron los habitantes de los barrios que estaban en plena fundación y que decidieron tomarse la justicia por su mano; los victimarios actuaban de noche, aprovechando “el apagón” de la presidencia de César Gaviria; y los cuerpos aparecían al día siguiente con un letrero que los marcaba como crímenes de “limpieza social” colgados al pecho y atados de pies y manos.

El caso más sonado durante esta época, que tomó relevancia nacional y que el informe detalla como parte de un ejercicio de memoria, es el de la masacre de 11 personas, en su mayoría entre los 16 y los 25 años, que ocurrió el 26 de julio de 1992 en el barrio Juan Pablo II.

A pesar de que después del crimen se organizó un gran paro cívico bajo la consigna de “no más masacres” que buscaba atención del Estado, los asesinatos por exterminio social continuaron. Sin embargo, sus victimarios cambiaron: durante los años 90, llegó a la edad jóven la primera generación de los nacidos en la localidad y con ellos, como dice el informe, se dio paso a un “fiero enfrentamiento entre pandillas”. Por eso, las principales víctimas son los miembros de bandas más organizadas.

Además durante esta época, las bandas contaron con la presencia de miembros de la Fuerza Pública. El informe señala por ejemplo que varias personas acusaron a un cabo de apellido Velandia que pertenecía a la estación de policía del barrio la Aurora y que patrullaba el sector en moto o en carros sin placa, vestido de civil, y amenazaba y golpeaba a los jóvenes.

El exterminio social en Ciudad Bolívar volvió a mutar en el año 2000 y hasta la mitad de la década con la expansión paramilitar en esta zona de la ciudad, sobre todo en los límites entre Ciudad Bolívar y Soacha. Los paramilitares se dedicaron a controlar “la oferta del servicio”, absorbiendo bajo su mando a las bandas delincuenciales que ya hacían presencia en la localidad.

Entre los años 2004 y 2005 hubo “un baño de sangre” sobre todo contra los jóvenes: “pasó de 66 [homicidios] entre enero y marzo del 2004, a 88 en el mismo lapso del 2005”, cita el informe. En total, entre esos dos años se contaron 140 personas asesinadas. 

Tras la desmovilización, la violencia y los asesinatos por exterminio social siguieron en aumento, esta vez en manos de nuevas bandas criminales que se disputaban el control de la zona y los cobros de extorsiones.

Uno de los casos más aterradores que reseña el informe es el de la banda de “Los Calvos”.

Según los testimonios, “Los Calvos” surgieron como respuesta a la actividad de una banda de jóvenes que se dedicaba a abusar y violar a niñas colegialas de la localidad y que en el 2004, asesinaron a una niña de 15 años que, además, estaba embarazada. Entonces, su papá armó este grupo, integrado sobre todo por hombres adultos, “más que todo los padres de las niñas que fueron ultrajadas y muertas por causa de estos señores”, cita el informe.

“Se dice que al comienzo Los Calvos solo atacaron a los violadores, pero con el paso del tiempo ampliaron sus blancos para incluir delincuentes, consumidores y expendedores de droga”, agrega. Incluso, cita a otro habitante de la localidad que dice que el grupo sigue operando y que tiene como principal blanco a los bazuqueros y las ollas que hay en Ciudad Bolívar.

A pesar de que esta es la localidad más afectada por los exterminios sociales en Bogotá, otras como Santa Fé y Usme, la siguen de cerca. Entre estas tres se concentran casi dos terceras partes de todos los casos que han ocurrido en Bogotá entre 1988 y 2013. De hecho, según el informe, hace presencia en todas las localidades de la ciudad con excepción de La Candelaria.

Eso muestra que a pesar del estigma que tiene Ciudad Bolívar, la práctica del exterminio social está muy arraigado, incluso en Bogotá, que ostenta el título de la ciudad del país que más ha logrado reducir los homicidios. Sigue presente aún cuando no se hable de ésta y lo seguirá haciendo si no se visibiliza y se castiga. Porque como dice Rogelio, "me gusta trabajar pero si me dan la justicia por mis manos yo la tomo, porque hay gente que no quiere trabajar porque no quiere...". 

La Silla

¿MinTransporte a cambio del cupo en la terna para Néstor Humberto?

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Aunque nadie se atreve a decir esta boca es mía en un asunto que es del resorte del presidente Juan Manuel Santos, que es quien arma la terna para Fiscal General y, por supuesto, nombra a su gabinete, varios líderes del Partido de La U están planteando que si al vicepresidente Germán Vargas lo complacen incluyendo en la terna al exsúperministro Néstor Humberto Martínez, a Cambio Radical -la colectividad de ambos- deberían quitarle uno de los dos ministerios que maneja.

 

La idea la están moviendo en los corrillos de Palacio unos senadores y suena tanto que ya llegó a oídos de la bancada vargasllerista, como nos lo confirmaron por aparte dos congresistas de ese partido.

La U no tiene candidato a la terna para Fiscal General. De hecho, aspira a quedarse con la Defensoría del Pueblo, cuya representación tienen los liberales (que sí llevan dos aspirantes fuertes a la Fiscalía: el ministro de Justicia Yesid Reyes y el fiscal encargado Jorge Perdomo).

Sin embargo, en La U llevan el año y ocho meses que tiene este segundo gobierno de Santos quejándose por supuestamente haber quedado sin representación fuerte en el gabinete. Lo dicen en comparación con Cambio Radical que, sin tener los mismos votos, maneja los ministerios de Vivienda y Transporte, cuyas cabezas le responden directamente a Vargas Lleras.

Por ello, algunos ven en la actual coyuntura una oportunidad de oro para mejorar su poder burocrático por el remezón de gabinete que supuestamente se va a dar y cuyos primeros cambios se habrían dado ayer con el nombramiento de Germán Arce como ministro de Minas (impulsado por el ministro conservador de Hacienda Mauricio Cárdenas), la rotación de los liberales: Paula Gaviria a la Consejería de Derechos Humanos y del exgobernador Alan Jara a la Unidad de Víctimas, en donde estaba Gaviria. Y el anuncio de la llegada de Miguel Samper a la nueva Agencia de Tierras y de Zulia Mena al viceministerio de Cultura.

Mucho más teniendo en cuenta que la meta principal de los vargaslleristas hoy es que les ternen a Néstor Humberto.

Así se lo dijo a La Silla Caribe una alta fuente de Cambio Radical, cuyo nombre no revelamos a petición para evitarle líos. Según esa persona, el Vicepresidente les ha expresado a varios miembros de su bancada que esa es “la prioridad” del partido.

Y eso lo tienen claro en La U, en donde Martínez tiene muchos amigos a los que, sin embargo, no les entusiasma la idea de que sea Fiscal porque quedaría muy empoderado el Vice para el 2018.

“Néstor Humberto es amigo de todos en La U, no tuvimos queja de él cuando era el súperministro, pero tiene la sombra de Vargas. Así que una solución salomónica podría estar orientada en el tema de un ministerio. Unas por otras”, nos dijo un senador importante de La U.

El ministerio que tienen en mente para esa solución “salomónica” es el de Transporte por varias razones. Primero porque La U lo tuvo con Santos I en cabeza de Cecilia Álvarez, y desde hace rato, algunos allí vienen reclamando que se los “devuelvan”.

Segundo, porque es difícil pensar que el Presidente vaya a cambiar al jefe de la cartera de Vivienda, Luis Felipe Henao, que es considerado uno de sus ministros estrella. En cambio, sí se ha rumorado con fuerza que quien podría salir es la ministra de Transporte Natalia Abello, quien hasta tuvo un reciente disgusto con sus padrinos políticos: los Char, como lo contó La Silla.

Aunque en Cambio Radical creen que la reemplazará la exalcaldesa de Barranquilla de la cuerda vargascharista Elsa Noguera. ("Lo de Elsa está cocinado", nos dijo un político cercano a Vargas hace poco, de hecho).

Tercero porque, de alguna manera, La U ya entró al MinTransporte con el recién nombrado viceministro de Infraestructura en esa cartera.

Se trata del economista Dimitri Zaninovich, quien actualmente se desempeña como director de Infraestructura en Planeación Nacional y ahora entrará a reemplazar a un exviceministro de corte vargasllerista: el cartagenero Iván Martínez Ibarra, quien es cercano al grupo del exalcalde que se convirtió al vargasllerismo Dionisio Vélez.

La hoja de vida de Zaninovich ya fue colgada en la página de Presidencia, lo que prueba la inminencia de su nombramiento. Y además el mismo Primer Mandatario anunció su nombre en los cambios de gabinete de ayer.

En la Unidad Nacional hay muchas especulaciones sobre la pertenencia política de este nuevo Viceministro. Hay quienes dicen que es de Simón Gaviria, director de Planeación, por venir de allí. Otros señalan que también es cercano a Vargas porque desde el DNP funge como secretario técnico de los proyectos estratégicos de interés nacional Pines, que maneja el Vicepresidente.

Averiguamos y la realidad es que Zaninovich es un técnico con maestría en políticas públicas de Harvard, que venía de la banca y entró al alto Gobierno de la mano del entonces ministro de Transporte Germán Cardona, sin ninguna recomendación política.

Sin embargo, cuando de Presidencia lo llamaron para este nuevo puesto le dijeron que su entrada al MinTransporte era en representación de La U. De hecho, ese partido había incluido su nombre en una lista que pasó a Palacio para cuando les vayan a dar cuotas y algunos congresistas de la colectividad ya buscaron al funcionario para conocerlo.

Como suele hacerlo, Santos quiere vestir a un técnico con la camiseta de La U. Eso contiene un innegable mensaje político, pues justamente lo hace entrando en un terreno que hasta esta hora del Gobierno ha manejado a sus anchas Vargas Lleras y, puntualmente, el grupo Char que puso a la Ministra.

Lo que no es obvio es si ese mensaje es para anticipar la quitada del Ministerio a los vargaslleristas. O para darles contentillo a los de La U simplemente.

En cualquier caso, buena parte de la molestia de su partido mayoritario, La U, pasa por el hecho que sienten que altos funcionarios que el Gobierno les ‘vendió’ como de esa colectividad en realidad no están “jugando” para sus congresistas en términos de burocracia como ellos quisieran. Sino que están cerca es de Vargas Lleras.

Los funcionarios 'robados'

Por ejemplo, en La U sienten que funcionarios como la directora del ICBF, Cristina Plazas, y el presidente del Fondo Nacional del Ahorro, Augusto Posada, ambos supuestamente representantes de ese partido en el Gobierno, hoy parecen más de Cambio Radical.

En el caso de Plazas es porque además de que fue concejal de Cambio Radical y el senador de ese partido Germán Varón la defendió recientemente en un debate de control político, les quitó el poder que sobre el Icbf tenían a nivel local varios políticos de La U, como los congresistas Bernardo ‘el Ñoño’ Elías y Alfredo Deluque. Mientras que vargaslleristas de primera línea como los Char de Barranquilla conservan ese manejo con un director de su cuerda, quien llegó al cargo en un concurso de méritos.

Augusto Posada, por su parte, fue representante a la Cámara por La U, pero ha movido para puestos clave en el FNA, como la secretaría general, a cercanos a Cambio Radical. Y en las pasadas regionales algunos de sus candidatos a concejos y Asamblea en Antioquia fueron por esa colectividad y no por La U.

Las tensiones en la coalición santista, acrecentadas alrededor del tema de la terna para Fiscal y extensivas al Partido Liberal, también se evidencian en unos derechos de petición que Cambio Radical ha enviado al Departamento de Prosperidad Social para averiguar por algunos convenios gestionados por congresistas de La U para sus alcaldes y gobernadores. Es decir, por lo que se conoce como mermelada.

En La U han interpretado eso como una suerte de presión. Uno de los codirectores de la colectividad, el senador Roy Barreras, nos dijo al respecto lo siguiente: “Estamos molestos y sorprendidos por este fuego interno que nos están lanzando. Yo mismo he visto los documentos exigiendo cuentas, como si ellos fueran órganos de control”.

Aunque no pudimos ver ninguno de esos derechos de petición, confirmamos en el DPS que sí existen y que, de hecho, al menos uno está firmado por el propio Vicepresidente y otro por el senador Carlos Fernando Galán.

Un congresista de Cambio defendió el hecho diciendo que si se quisiera presionar por algún tema lo más efectivo sería hacer un debate de control político. También dijo que no es cierto que les estén ‘robando’ funcionarios a La U porque, en los casos de Plazas y Posada, ellos ya venían cercanos al partido desde antes. Recordó, de hecho, que el FNA está adscrito al Ministerio de Vivienda, que maneja el vargasllerismo.

Sobre la posibilidad de que pierdan el MinTransporte a cambio de la silla para Néstor Humberto en la terna respondió que, aunque saben que parte de La U (no son todos los congresistas) ha estado pidiendo esa cartera, esperan “no tener que pagar ningún costo por lo de la terna. No creo que eso se lleve a dimensiones tan mezquinas, porque una cosa no tiene que ver con la otra. Además, no es un secreto que Néstor Humberto renunció al Gobierno para ir por la Fiscalía. El Presidente, que es su amigo, con seguridad lo sabía”.

Eso es cierto. Lo de si se llevará o no a esas dimensiones se sabrá pronto cuando el Presidente anuncie la terna y se sepa cómo administrará el descontento con otros cambios en el gabinete.

Germán Vargas, el Presidente Santos y Néstor Humberto Martínez.
La Silla Caribe
Néstor Humberto Martínez

Néstor Humberto Martínez

Abogado y ex Ministro de Presidencia

Germán Vargas Lleras

Germán Vargas Lleras

Vicepresidente de la República

Yesid Reyes Alvarado

Yesid Reyes Alvarado

Ministro de Justicia

Jorge Fernando Perdomo

Jorge Fernando Perdomo

Vicefiscal General de la Nación

A pesar de la des-Unidad Nacional, Lizcano presidente

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Las tensiones en la Unidad Nacional por las rivalidades entre los partidos Liberal, La U y Cambio Radical, que están presionando al Gobierno para no quedarse por fuera de la repartición burocrática que se viene con los cambios en el gabinete y la elección de las cabezas a la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo, todavía no han alterado una cosa: los acuerdos de los partidos hace un año y medio para definir la mesa directiva en el Congreso.

En esos acuerdos, los partidos quedaron en que el tercer año de esta legislatura, la presidencia del Senado iba a quedar en manos del partido de La U. La Silla supo que por ahora, todo se mantiene.

La U aspira a que el presidente del senado que se posesionará el próximo 20 de julio será el senador caldense Mauricio Lizcano. A pesar de que inicialmente iba a quedar en manos del cordobés Bernardo “Ñoño” Elías, que sacó la votación más alta en las elecciones de 2014, éste declinó y le dejó el cupo a su compañero de bancada.

Lizcano ya se reunió con Cambio Radical y, según le dijo un senador de esa colectividad a La Silla, la bancada del partido del vicepresidente Germán Vargas ya se comprometió a votar por él para la presidencia y mantener los compromisos en los que a ellos les corresponde la vicepresidencia del Senado y la presidencia de la Comisión Primera, que es la que se encarga de los temas constitucionales y la que tiene más visibilidad mediática.

La U ya se reunió además con el presidente de los liberales, el senador Horacio Serpa -que hoy tienen la presidencia con Luis Fernando Velasco- y la bancada roja también se comprometió a mantener los acuerdos.  

La Silla

La terna para Fiscal: una terna de tres

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Después de todo el reality montado por la Presidencia para escoger de manera meritocrática a la terna para Fiscal, el presidente Juan Manuel Santos terminó escogiendo los candidatos que se vaticinaban desde hacía meses: Mónica Cifuentes, la gerente jurídica del proceso de paz; el ministro de Justicia Yesid Reyes; y el ex superministro de la Presidencia, abogado de Luis Carlos Sarmiento y amigo personal de Santos y Vargas Lleras Néstor Humberto Martínez.

Con esta decisión, el Presidente nombró una terna que no es de uno pues los tres tienen el chance de ser elegidos; demostró una vez más que más allá de las presiones de los partidos, en los puestos claves él nombra a la gente cercana a él, así después les adscriba una militancia; y sobre todo, envió una señal muy fuerte de que no quiere distanciarse de Germán Vargas Lleras.

La selección

Como contó La Silla, alrededor de la selección de la terna para Fiscal -y en particular de la inclusión o no de Néstor Humberto Martínez- se estaban moviendo como nunca presiones de los partidos de la Unidad Nacional, varias de las cuales se expresaron en columnas de aliados de estos partidos el fin de semana pasado.

El Partido Liberal como el de la U se movieron fuertemente para evitar que una persona de Cambio Radical y tan allegada al Vicepresidente como Néstor Humberto entrara a la terna porque consideran que si la Corte Suprema lo elige equivaldría prácticamente a escriturarle la Presidencia a Germán Vargas en el 2018 dado el inmenso poder que tiene un Fiscal General.

“Todo el mundo en Colombia tiene pleitos y a un gobernador con enredos lo voltean desde la Fiscalía en dos minutos”, le dijo a La Silla para un artículo pasado un político liberal.

Los del Partido Liberal le habían pedido al Presidente que enviara una terna liberal y en la bancada habían entendido que Santos les había dicho que lo haría. Por el lado de la U, estaban ya más resignados a que entrara Néstor Humberto pero, a cambio, como contó La Silla hoy , esperan que el Presidente le quite a Vargas Lleras el Ministerio de Transporte.

Y el Vicepresidente, por su lado, había convertido en prioridad número uno del Partido que Néstor Humberto quedara en la terna.

Mejor dicho, las presiones sobre el Presidente no eran pocas.  Santos terminó optando por mantener el apoyo político más amplio posible, metiendo el candidato del Partido Liberal y al de Vargas Lleras y dejando que sea la Corte Suprema la que zanje la pelea.

 

En este momento, con una popularidad por debajo del 20 por ciento, el Gobierno tiene por delante varios temas muy difíciles que le sería imposible tramitar teniendo a otro factor de poder como Vargas Lleras en la oposición además del ex presidente Uribe.

Hoy arrancó el sexto debate del Acto Legislativo para la Paz en el Senado y en las próximas discusiones seguramente el gobierno intentará meter temas que son difíciles de tragar: las curules para las Farc, la posibilidad de que el acuerdo de paz entre vía bloque de constitucionalidad en el ordenamiento colombiano como si fuera un tratado internacional solo para mencionar algunas.

A lo cual se agregan otros temas igualmente difíciles para los cuales se necesita un mínimo consenso político como la escogencia de las zonas de concentración y la definición de cómo se integrará el Tribunal de Paz.

Tener al Vicepresidente y a su partido en contra, que en todo caso ya ha mostrado su falta de entusiasmo con el proceso de paz, es un riesgo que el Presidente definitivamente no quiso correr con la terna. Y al parecer prefirió correr costos que estimó más fácilmente ‘compensables’

El primero que asumió (y que es mínimo) fue dejar por fuera al Fiscal encargado Jorge Fernando Perdomo, el único de los cuatro opcionados que no era particularmente cercano a él y que había ‘resucitado’ como opcionado en los últimos días gracias al apoyo que le dio César Gaviria. Con este, el expresidente liberal ya enfila tres derrotas de patrocinados de alto nivel para puestos burocráticos con Santos.  El rumor es que Perdomo entraría ahora a reemplazar a Yesid como ministro de Justicia.

El segundo será con los liberales que sentían que el Presidente les había prometido que sería una terna totalmente liberal, algo que en el Alto Gobierno le habían dicho a la Silla que no era cierto, como lo contamos hace unos días.

“Muy buena terna. Con excepciones [en el partido Liberal] hay tranquilidad”, le dijo a La Silla el senador rojo, Luis Fernando Velasco. “Lo de Perdomo no era un tema de Partido”.  

En la U la reacción fue más visceral. El senador Armando Benedetti de La U dijo a los medios de comunicación que la terna era negativa y que con esta decisión “se resquebraja la Unidad Nacional totalmente”.

El Presidente seguramente entrará a ‘compensar’ burocráticamente a los partidos que se sienten perdedores.

Ya les mantuvo ayer a los liberales la Unidad de Víctimas y la Consejería de Derechos Humanos. Y a los conservadores el Ministerio de Minas. Falta la terna para la Defensoría (que elige la Cámara de Representantes) y que los de la U sienten que les ‘pertenece’; para la Procuraduría si lo tumba el Consejo de Estado en las próximas semanas (el presidente terna uno de los tres) y cambios en el gabinete.

Pero estos posiblemente vendrán cuando la Corte Suprema elija el Fiscal, y esa pelea estará dura.

Lo que viene

Será dura porque los tres candidatos tienen la trayectoria para ser Fiscal General, y ninguno es un ‘relleno’. Habrá realmente una competencia.

Los tres son bogotanos, progresistas en lo jurídico y han contribuido con el andamiaje del proceso de paz, aunque no en la misma medida.  Cifuentes diseñó y coordinó todo el andamiaje jurídico del proceso de paz, Reyes está coordinando toda la discusión sobre la justicia transicional y Martínez participó en toda la fase inicial de diseñar fórmulas de justicia transicional para los militares.

De los tres, Néstor Humberto Martínez es el que tiene más peso político. Tiene una larga trayectoria en el sector privado donde ha sido el abogado personal de varios ‘cacaos’, incluyendo el hombre más poderoso de Colombia Luis Carlos Sarmiento. Y también en el público, tras haber sido ministro de Justicia de Samper, ministro de Interior de Pastrana y súper ministro de Santos, lo que da una idea de su habilidad política.

Desde que salió de Presidencia en junio del año pasado está haciendo campaña en la Corte Suprema para ser Fiscal. Su desventaja fuera de no ser penalista, es que muchos de los magistrados con los que tenía los vínculos más estrechos, como  Francisco José Ricaurte y José Leónidas Bustos, que ahora le están haciendo lobby, según le dijo una fuente de la Rama a La Silla, ya salieron de la Corte y los nuevos no necesariamente son influenciables por ellos.

Yesid Reyes, el actual Ministro de Justicia, no tiene la habilidad política de Néstor Humberto pero es un símbolo. Ser el heredero del ya mítico Alfonso Reyes Echandía, el penalista del Externado que murió en el Palacio de Justicia tras la toma por el M-19 y la retoma del Ejército, y quien era presidente de la Corte en ese momento, pesa mucho entre los magistrados de la Corte. Sobre todo porque a eso se suma su prestigio como penalista y su reconocida independencia como ministro, litigante y profesor.

En la Corte, y especialmente en la actual Sala Penal, es una figura respetada: fue profesor de tres de los 9 magistrados, durante más de una década fue conjuez de esa Sala, lo que le ha dado relación directa con los magistrados, y varios de ellos lo suelen citar en sus ponencias, especialmente cuando tratan el tema de la imputación objetiva, de la que Reyes tiene un libro que es referencia obligada no solo en Colombia sino en América Latina.

Sus opciones pueden crecer si la Corte sigue el camino de renovación en el que avanzó tímidamente en la última elección de magistrados, cuando incluyó entre sus seis nuevos miembros a dos académicos sin mayores vínculos con la Rama, incluyendo al ex decano de la Nacional José Francisco Acuña en la Sala Penal.

Hay quienes piensan que él tiene en su contra el haber impulsado la reforma al Equilibrio de Poderes que le quitó poderes a los magistrados. Sin embargo, en eso quedaría empatado con Néstor Humberto, que como superministro de la Presidencia la redactó.

Por último está Mónica Cifuentes, que es la de menor perfil público, pero a la vez tiene la fortaleza de ser la más parecida a los magistrados que tendrán que elegir al Fiscal.

No solo es penalista como Yesid, especializada en criminología de la Universidad Externado, sino que tiene una larga carrera en la Rama Judicial, algo que es muy valorado entre los jueces. Su pregrado lo hizo en la Universidad Santo Tomás, universidad de la cual se graduaron tres magistrados, mientras que no hay ninguno ahora del Externado ni de la Javeriana de donde salieron los dos hombres. 

Cifuentes trabajó en la Fiscalía entre 1993 y 1998, como asesora, jefe de sección y directora regional por lo que conoce “el monstruo por dentro” y tiene el respeto de la gente de adentro. Como encargada de la gerencia del proceso de paz como mano derecha del Alto Comisionado de Paz Sergio Jaramillo, Cifuentes ha tenido interlocución desde los magistrados hasta los directores de cárceles, y es muy apreciada entre la gente del sector.

Además, su principal interés es la justicia. A diferencia de los otros dos de la terna, no tiene aspiraciones políticas ni padrinos políticos, lo que podría jugar a su favor para meterse por el medio si los otros dos polarizan a los magistrados.

En todo caso, lo cierto es que la Corte Suprema actual es un misterio para muchos y no es claro todavía cuáles son los factores que terminarán imponiéndose en esta elección. Por eso podría decirse que esta terna, por primera vez en muchos años, cumple con el principal atributo que debería tener una terna: que cualquiera pueda salir elegido.

 

La Silla
Mónica  Cifuentes

Mónica Cifuentes

Gerente Jurídica del Proceso de Paz

Yesid Reyes Alvarado

Yesid Reyes Alvarado

Ministro de Justicia

Néstor Humberto Martínez

Néstor Humberto Martínez

Abogado y ex Ministro de Presidencia

El 'congresito' se hundió 'sin pena ni gloria'

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Anoche el Congreso decidió eliminar el ‘congresito’ que se tenía previsto para desarrollar legislativamente las reformas que se pactaran en la Habana. Así, la llamada Comisión Legislativa para la Paz corre la misma suerte que el Marco para la Paz y la reforma constitucional para votar el referendo el mismo día de las elecciones, que sufrieron una muerte lenta después de que las Farc las rechazara por ser medidas unilaterales del gobierno. Falta ver si el propio Acto Legislativo agoniza por las mismas razones.

Se trataba de una comisión ad hoc, integrada por los senadores y representantes de las comisiones primeras más otros 12 parlamentarios de otras comisiones elegidos por las mesas directivas del Congreso, para diseñar de manera ágil las normas y reformas constitucionales que se necesitaran para implementar los acuerdos logrados en La Habana por las Farc y el Gobierno. 

La Comisión tenía originalmente dos propósitos, además de extender el plazo de cuatro meses que le había dado Santos al proceso y de darle una muerte digna al también rechazado Marco para la Paz: involucrar en las reformas y leyes estatutarias que se necesitaran para desarrollar los acuerdos de paz a congresistas importantes que no pertenecieran a las comisiones primeras como Álvaro Uribe, Jorge Enrique Robledo o Antonio Navarro; y que las Farc pudiera tener a sus voceros en esta Comisión como una forma de darles la garantía de participar en este blindaje de los acuerdos y de bajarlos de la idea de la Asamblea Constituyente.

“Pero a los congresistas no les gustó y las Farc no llegaron a un acuerdo”, explicó a La Silla la senadora verde Claudia López.

La premonición de las Farc

La proposición para hundir la Comisión la presentó la senadora liberal Viviane Morales, quien desde el inicio había rechazado por inconveniente la Comisión Legislativa, pero contaba con el beneplácito de la Oficina del Alto Comisionado de Paz, que en el fondo nunca había estado de acuerdo con esta figura ad hoc.

Las Farc también la habían rechazado desde el primer momento. Al día siguiente de la presentación de esta iniciativa en el Congreso, las Farc  se declararon sorprendidos de que el Gobierno tuviera la intención de "definir unilateralmente los contornos de la negociación".

"La implementación, verificación, la refrendación" de los acuerdos de paz "no son asuntos que conciernen solo al Gobierno", señaló la guerrilla. Y en un comunicado, que hoy parece premonitorio, dijo que “el acto legislativo para la paz se hundirá sin pena ni gloria si no es consensuado”.

La Silla supo que en el Congreso esperaron hasta el lunes alguna razón de la Habana sobre si tenían algún interés en participar en esta Comisión y el mensaje que recibieron es que la guerrilla seguía empeñada en que estos desarrollos legislativos se dieran en una Asamblea Constituyente, que el presidente Santos ha rechazado en todos los tonos.

Sin la guerrilla interesada en formar parte, esta Comisión se convertía más en un problema que en una solución pues muchos congresistas sentían que la figura iba a crear unos congresistas de “primera” que decidirían todo lo de la paz y unos de “segunda” que tendrían competencia sobre todo lo que no importaba tanto.

Tenía, además, el problema práctico de que iba a congestionar una sola comisión que tenía que decidir todos los temas.

Con la eliminación de esa Comisión, ahora todas las reformas de la paz se discutirán en sus respectivas comisiones  pero con mensaje de urgencia y con un trámite acelerado pues sesionarán conjuntamente.

Como en todo caso se mantuvo el ‘fast-track’, las reformas que se hagan una vez se firme el Acuerdo Final y sea refrendado saldrán en un semestre y no en un año.

Es decir que si se firma la paz “en unos meses” como afirmó hace unos días en Europa el Alto Comisionado Sergio Jaramillo, para diciembre los acuerdos de paz que necesitan reforma constitucional como el del Tribunal de Justicia Transicional serían un hecho.

 

El proyecto mantuvo las facultades extraordinarias para que el Presidente pueda sacar leyes ordinarias durante los 180 días posteriores a la refrendación del Acuerdo de paz, excluyendo de estas facultades la posibilidad de decretar amnistías o de crear asambleas constituyentes.

También se mantuvo que las reformas deben ser por iniciativa del Gobierno, que cualquier modificación debe ser avalada previamente por el Gobierno y que solo se podrán aprobar o vetar en bloque, temas a los que se opone con vehemencia la bancada del Centro Democrático.  

Parte de los beneficios que tenía la idea de esta Comisión Especial es que se convertía en un escenario ideal para tramitar de manera constructiva las objeciones del ex presidente y senador Uribe al proceso de paz y lograr que finalmente se metiera. Pero esa posibilidad quedó abortada desde un inicio porque minutos después de presentada la iniciativa en el Congreso el Centro Democrático sacó un comunicado diciendo que no formaría parte de la Comisión porque consideraba que era “un golpe de Estado contra el pueblo y la democracia” y de inmediato comenzaron a comparar las facultades extraordinarias al Presidente con la ley habilitante chavista.

“Lo que querían con esa Comisión era meter a las Farc y como no pudieron hoy terminó de morir”, dijo a La Silla la senadora uribista Paloma Valencia. “Pero lo grave es lo que se mantuvo porque vuelve inútil al Congreso porque lo deja sin posibilidad de hacer nada”.

Lo cierto es que las reformas constitucionales que crean nuevas entidades, como son la mayoría que salen de estos acuerdos (ver nuestra base contextual de los acuerdos), son en la actual Constitución de iniciativa del Gobierno y tampoco pueden ser cambiadas sin su consentimiento.

La incógnita ahora es si eliminada esta Comisión y teniendo en cuenta que las Farc también se oponen a las facultades extraordinarias para el Presidente por su unilateralidad, el Acto Legislativo que sobrevivió a este debate también agonizará en el siguiente. Y a cambio de qué entregará el Gobierno su acta de defunción.

La Silla
Congreso, Sociedad Civil y Paz2014: Diálogos de paz entre el desasosiego de la realidad y el deseo
Sergio Jaramillo Caro

Sergio Jaramillo Caro

Alto Comisionado de Paz

Claudia López

Claudia López

Senadora de la Alianza Verde

En el ajedrez para la Fiscalía, Santos perdió a su reina

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La renuncia de María Lorena Gutiérrez a su cargo como superministra dejará un vacío de poder muy grande en el corazón de la Casa de Nariño y contribuirá a consolidar el poder de Germán Vargas Lleras en el Gobierno.

La decisión de Gutiérrez fue intempestiva, según le contaron a La Silla altos funcionarios del Gobierno, incluyendo tres ministros y cinco viceministros, además de otros funcionarios de Palacio.

Todos coinciden en que la decisión se debió a la inclusión del Néstor Humberto Martínez en la terna para Fiscal General, una decisión a la que Gutiérrez se opuso y que, además, convirtió en un saludo a la bandera su propuesta de hacer un proceso meritocrático para conformar esa terna, pues terminó armada con tres de los favoritos de Juan Manuel Santos desde el día uno.

Pero, más allá de los motivos, la salida de la persona que tenía tanto poder en Palacio que informalmente le decían ‘La Presidente’, se sentirá en muchos frentes.

Todo lo manejaba

“En un ajedrez ella es la reina. Menos importante que otras fichas, pero se mueve el doble y funciona el triple”, dice un funcionario de Palacio que conoce de cerca el trabajo de Gutiérrez.

Ese poder se encarnaba esencialmente en dos cosas. Por un lado, era una verdadera jefe de gabinete, encargada de manejar la relación con el Congreso, con los alcaldes y gobernadores, con el sector privado y con los altos funcionarios del Gobierno.

Con el famoso semáforo, que ella se inventó, era la encargada de evaluar la ejecución de los ministros y el último recurso que tenían para ayudarles a tramitar los asuntos más difíciles con el Presidente. También de filtrar los nombramientos y elaborar las ternas que dependen del Presidente y de dar el último sí o (más frecuentemente el no) para las solicitudes burocráticas de los partidos.

Además manejaba el comité de agenda, que decide cada semana la agenda del Presidente. Ese no es un poder menor, porque la decisión de qué invitaciones aceptar, por ejemplo, es determinante en la relación entre el Gobierno, las regiones, los políticos y el sector privado.

Por otro lado, Gutiérrez tenía bajo su égida algunos temas específicos, que el Presidente le delegaba para que ella coordinara con los ministros encargados.

En el momento de su salida configuraban esta larga lista, que ya muestra su poder, todo el sector de minas e hidrocarburos, el de Tics, los de San Andrés y el Pacífico, el de Mujer, las diferencias comerciales, el patrimonio sumergido, la Policía, los Pines (macroproyectos estratégicos) que no fueran de transporte o vivienda, el hurto de celulares, el cierre de frontera de Venezuela y la crisis en La Guajira, el ingreso a la Ocde, el nuevo esquema de licores, la reforma al sector agrario. Mejor dicho, casi todo menos la paz y los proyectos de infraestructura que maneja el Vicepresidente.

Todo ese poder radicaba en que María Lorena tiene ciertas características escasas en las altas esferas políticas: la habilidad para lograr que las cosas se hagan; no tener una agenda propia diferente a la del Presidente; el carácter para decir lo que piensa, sobre todo decir ‘no’ cuando se necesita; querer ser invisible para los medios (algo que dejó de ser posible después de que Vicky Dávila mencionó el episodio de las almendras); ser muy eficiente. También trabajar mucho, aunque esa virtud la comparten la mayoría de funcionarios de primer nivel.

María Lorena ejercía, además, otra función, deliberada o no, que políticamente en este momento también se sentirá: era el mayor contrapeso del poder de Germán Vargas Lleras al interior del gobierno.

Aunque ella nunca se lo admitió a La Silla, era claro para los miembros del Gabinete que al interior del gobierno había dos ‘facciones’, una cercana al Vicepresidente y otra a las “mujeres poderosas” de Palacio, el grupo que giraba alrededor de la Primera Dama, Gina Parody y María Lorena.

Desde que comenzó este segundo gobierno, María Lorena se salió del tema de los Pines de infraestructura, que quedó bajo la coordinación de Vargas, para dedicarse a los de Industria y Minería e Hidrocarburos. Pero la tensión con el Vicepresidente nunca amainó.

Como le contó a la Silla una fuente que conoce a Vargas, él tiene la tesis de que estaba siendo perseguido por el Ministro de Hacienda que no le giraba la plata; por María Lorena que no le daba agenda con el Presidente y no le nombraba la gente que él necesita; por aquellos que impiden que sus proyectos salgan a la velocidad que él espera.

 

Este pulso se terminó concretando en la conformación de la terna para Fiscal General.  Como lo contó La Silla, para Vargas Lleras la inclusión de su aliado Néstor Humberto Martínez se había convertido en una prioridad.

Néstor Humberto ya tenía una historia conflictiva con María Lorena desde que Santos lo había nombrado superministro iniciando su segundo gobierno, desplazando a María Lorena de la oficina de al lado del Presidente y de la Secretaría General. En esa ocasión, el pulso lo ganó Gutiérrez pues Néstor Humberto terminó encargado de todo lo urgente mientras que ella mantuvo la coordinación de todo lo importante. Derrotado, Martínez renunció para hacer campaña para Fiscal.

Gutiérrez regresó a su cargo de Secretaria General con sus poderes redoblados y fue la que diseñó el sistema para escoger de manera “meritocrática” la terna para Fiscal.

A la postre el procedimiento se volvió un reality porque los escogidos eran los que el Presidente quería desde un inicio, con Néstor Humberto incluido.  Según dijo una fuente de Presidencia, ella consideraba que él no sería el mejor fiscal para el posconflicto.

Su inclusión en la terna, como también contó La Silla, fue la señal más clara del enorme poder que tiene Vargas Lleras, y seguramente Gutiérrez (que no quiso hablar con La Silla) lo leyó así y decidió dar un paso al costado.

Con lo cual, la primera cuenta de cobro que paga Santos por la inclusión de Martínez no fue una rebelión de los liberales o de los de La U -que en todo caso han recibido recientemente ‘compensaciones’ de Santos, los primeros con Alan Jara en Víctimas y Miguel Samper en Tierras, y La U con Roy Barreras en La Habana y Clara Luz Roldán, ficha de Dilian Francisca Toro, en Coldeportes - sino en donde quizás más le duele: perdió su mano derecha.

El reemplazo

Todas las fuentes consultadas coinciden en que no será fácil reemplazar a Gutiérrez por los múltiples frentes que maneja, por su competencia, por el tipo de persona que es, por su incondicionalidad con el Presidente y porque como dijo un viceministro “la capacidad de coordinación de María Lorena es algo que se construye con el tiempo”.

“La tienen que reemplazar tres o cuatro personas”, dijo a La Silla un político de la Unidad Nacional. “El modelo estaba montado para un súper hombre que no existe”.

Pero algunos de los entrevistados consideran que, en todo caso, a pesar de la eficiencia demostrada de Gutiérrez, el hecho de que concentrara cada vez más funciones en su cabeza le estaba comenzando a hacer daño al gobierno, pues en algunos casos se había convertido en un cuello de botella para tomar decisiones rápidas y también en una fuente de tensión en Palacio por los bandos que se habían creado.

“El Presidente se demora en tomar decisiones y si, además, toca pasar un filtro adicional, los problemas chiquitos se vuelven grandes”, dijo un fuente consultada.

“Es muy difícil cuando una sola persona concentra todas las decisiones”, le dijo a La Silla un técnico.

La renuncia de alguien tan importante en los asuntos del gobierno como ella se habría convertido en otra tarea en el to-do-list de María Lorena.  Ahora se convertirá en una misión del Presidente.

 

La Silla
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María Lorena Gutiérrez Botero

María Lorena Gutiérrez Botero

Súper Ministra de la Presidencia

Juan Manuel Santos Calderón

Juan Manuel Santos Calderón

Presidente de la República

Néstor Humberto Martínez

Néstor Humberto Martínez

Abogado y ex Ministro de Presidencia

Germán Vargas Lleras

Germán Vargas Lleras

Vicepresidente de la República

Sergio Fajardo

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Gobernador de Antioquia

Catalina Crane Arango

Catalina Crane Arango

Representante Especial para el ingreso de Colombia a la Ocde

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Mientras la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Drogas sigue adelante y hoy el presidente Santos hizo una intervención donde insistió en la necesidad de replantear las políticas de drogas, en La Silla le contamos las siguientes historias
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La patraseada de la Anla en La Macarena: tanto de largo como de ancho

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La decisión de la Anla de echar para atrás la licencia ambiental de exploración petrolera en la serranía de la Macarena le puede convenir a la protección ambiental y a la imagen del presidente Juan Manuel Santos, pero el haberlo hecho tan tarde tiene asustado al sector petrolero y puede traer demandas en contra del Estado.

El escándalo

El escándalo por la licencia ambiental que le entregó la Agencia Nacional de Licencias Ambientales a la petrolera Hupecol estalló el 13 de abril cuando El Espectador contó que esa entidad había entregado una licencia (que no estaba en firme porque no se había notificado aún a todas las partes)  para explorar hidrocarburos en La Macarena, a pesar del rechazo de la comunidad local. La molestia se debía a que las 30 mil hectáreas licenciadas quedan a 2.5 kilómetros del parque natural Tinigua y a 68 kilómetros de la joya ambiental Caño Cristales.

Tras la noticia expertos y ciudadanos del común rechazaron la decisión en redes sociales y los medios por los daños ambientales que podía suponer la exploración de petróleo en una zona con mucha riqueza ambiental.  

Dos días después, el 15 de abril, el Gobierno se distanció del proyecto.

Primero, el presidente Juan Manuel Santos trinó:

Y luego el ministro de Ambiente Gabriel Vallejo reveló que le había pedido a la Anla que revisara la decisión porque la Corporación Autónoma de la Macarena, Cormacarena (la autoridad ambiental de la región) había emitido una resolución que reglamentaba el uso de esta zona para la conservación y prohibía por lo tanto, la explotación de hidrocarburos.

Cuatro días después, el director de la Anla decidió revocarla. Fernando Iregui, dijo en medios ayer que la razón era que “había aparecido” el Plan de Manejo Ambiental que al momento de tomar la decisión no existía.

Con eso el escándalo amainó y cualquier riesgo ambiental se salvó. Pero la historia no quedó ahí, pues el argumento de la Anla tiene tanto de largo como de ancho.

El intringulis legal

El Plan de Manejo Ambiental al que se refiere Iregui está contenido en una resolución del 30 de diciembre del año pasado, tres meses antes de que la Anla entregara la licencia. Sin embargo, la entidad dice que no regía todavía, porque no se había publicado en el Diario Oficial y un artículo de la resolución dice explícitamente que ésta sólo entraba a regir al publicarse. Sin embargo, esto solo ocurrió el 13 de abril, el mismo día que estalló el escándalo.

Ayer la directora de Cormacarena, Beltsy Barrera, se defendió diciendo que la resolución estaba publicada en su página web desde el 5 de enero. Y que la entidad había dado tres conceptos antes de que se otorgara la licencia diciendo que el proyecto no era viable, precisamente, porque no había un plan de manejo ambiental en la zona de recuperación para la producción llamada “Sur del Distrito de Manejo Ariarí Guayabero”  donde está ubicado.

Curiosamente, el plan que sacó es solo para un sector pequeño de esa zona, justo donde está el bloque adjudicado a Hupecol. El resto, donde hay otros proyectos desarrollándose, sigue desprotegido a pesar de que esos trabajos puedan tener riesgos ambientales.

Aunque la Anla insiste que cuando otorgó la licencia, no sabía que Cormacarena estuviera haciendo el plan de manejo, en uno de los conceptos con fecha del 29 de julio del 2015 y que le envió antes de que tomara la decisión, ésta aseguraba que “se encuentra adelantando las gestiones pertinentes” para su formulación.

“La Anla sí sabía aunque fuera de manera informal. Hay oficios, se han adelantado audiencias. El Ministerio de Ambiente está en diálogo permanente con las Corporaciones Autónomas”, le dijo a La Silla una fuente que ha seguido este caso de cerca.

El director de la Anla lo niega. “No lo esperábamos [que Cormacarena emitiera el Plan de Manejo]. Ellos decían que el proyecto no era viable porque no había un plan de manejo pero no daba argumentos sobre los impactos ambientales que iba a tener. Nunca lo dijo en 27 años [que tuvo para hacerlo]. No contaba con elementos técnicos”, agregó Iregui.

Para la Anla, esa falta de plan de manejo no prohíbe que saque licencias, y que en ese caso la licencia misma debe cumplir las funciones del plan.

“Como lo ha reconocido la Corte Constitucional (una licencia ambiental) es por excelencia el mecanismo de planificación y control ambiental con el que cuenta el país, a través de la cual el Estado cumple varios deberes constitucionales relacionados con la protección y uso racional de los recursos naturales renovables y el medio ambiente”, dice en el texto de la licencia revocada.

Iregui se lo explicó a La Silla. “Cormacarena lo expidió [el plan de manejo] y no lo publicaron. Nunca le fue informado a la Anla, no tenía cómo saber. Puede que lo hayan sacado pero lo dejaron guardado y eso quiere decir que [la resolución] no había salido a la vida jurídica”.

La Anla dice que no quisieron pasarse por la faja la protección ambiental, y por eso alegaron el principio constitucional de precaución ambiental, para solo darle a Hupecol licencia sobre 16 de las 30 mil hectáreas que estaban pidiendo.

La Silla intentó comunicarse durante dos días con la directora de Cormacarena para entender por qué la entidad no publicó la resolución a tiempo, lo que hubiera podido evitar el escándalo y proteger el medio ambiente desde un primer momento. Sin embargo, aunque Barrera respondió nuestros mensajes, dijo que estaba ocupada.

La molestia de las petroleras

Esa novela ambiental y legal no se acabó con la revocatoria. Ayer, luego de que se conoció la patraseada de la Anla, el gremio petrolero representado por Francisco Lloreda, el presidente la Asociación Colombiana de Petróleo, ACP, sacó un comunicado de prensa criticando la decisión pero nunca metiéndose con el aspecto ambiental:

“Lo sucedido es un hecho sin precedentes. [Lo] que preocupa seriamente a la industria [es] la seguridad y estabilidad jurídica para la inversión privada, nacional o extranjera, y la credibilidad y confianza en las instituciones. Lo que está en juego es la competitividad del país, resquebrajada para el sector de los hidrocarburos por las condiciones económicas, las dificultades para operar, y ahora, por la falta de coherencia en materia de políticas públicas y entre las autoridades nacionales y regionales”, dice Lloreda en el comunicado.

“Lo único que pide el sector para invertir son reglas del juego claras que garanticen que yo puedo hacer mi trabajo. Los petroleros se están preguntando qué pasa en Colombia, por qué dan un permiso y, de un momento para otro, lo quitan. Una decisión que se toma en ocho meses la tomaron en un día. Ya había una decisión política: a la gente no le gustó el proyecto y eso termina afectando al Gobierno”, le dijo a La Silla una alta fuente del sector petrolero que pidió la reserva de su nombre.

Para el gremio petrolero hay dos cosas que demuestran que la decisión tuvo tintes políticos: primero, que aunque en el trámite de cuatro años y nueve meses de la licencia se cumplieron todos los requisitos, la Anla sólo se demoró un día para echarla para atrás. Y segundo, fue el Gobierno el que les ofreció explorar y explotar esta zona del país. Las dos cosas son ciertas.

Hupecol pidió la licencia después de que en 2008 (durante el gobierno de Álvaro Uribe) la Agencia Nacional de Hidrocarburos hizo una subasta para ofrecer bloques para exploración y explotación petrolera, y esa petrolera se ganó el de la Macarena porque fue la que ofreció pagarle más al Estado de lo que sacara.

“Nadie puede llevarse a sorpresas que haya solicitudes [de explotación] en esta área y otras que el Gobierno ha identificado y promovido”, agregó la fuente del sector petrolero. “La iniciativa no es de la empresa sino del Estado que invitó a las empresas”. Eso, a juicio de la fuente, muestra que el Gobierno ya sabía del proyecto, y que solo se echó para atrás cuando estalló el escándalo.

Además de esos dos puntos, los otros argumentos del Gobierno para suspender son débiles.

Entre el 2009 y el escándalo, Hupecol hizo el estudio de sísmica al que se había comprometido, se gastó mínimo 16 mil millones de pesos, y duró cuatro años y nueve meses consiguiendo la licencia ambiental.

En ese proceso, para la fuente del mundo petrolero, quedó claro que a la comunidad no le gustaba el proyecto. Eso era evidente desde una audiencia pública de julio del 2015, a la que fueron más de 600 personas para debatir la posible licencia, que en su mayoría rechazaron el proyecto.  Y a nadie le importó. “La Anla no evalúa si a la gente le gusta o no el proyecto sino la viabilidad técnica”, le dijo Iregui a La Silla.

Aún así, el día que el presidente Santos decidió de suspender la licencia, el Ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo, dijo no solo se debía a la falta de plan de manejo sino a que el del presidente Juan Manuel Santos “es un Gobierno que escucha a la comunidad", como contó Caracol Radio. Pero  años antes no le había parado bolas a la comunidad.

El mismo director de la Anla dejó entrever que la decisión es política. “La figura de la suspensión no existe [legalmente]. La decisión era dejar en firme la licencia o revocarla. Las posiciones del Presidente son órdenes”, le dijo Iregui a La Silla.

Esa decisión se da justo cuando Santos atraviesa una fuerte crisis de imagen. Como ha contado La Silla, según las tres últimas encuestas publicadas en marzo, la imagen favorable de Santos está en un 25 por ciento según Ipsos, en 30 por ciento según Cifras y Conceptos  en y 24 por ciento según Gallup. Además, según esta última, el 74 por ciento de los encuestados opina que las cosas en el país van por mal camino.

Las consecuencias

Que las petroleras están preocupadas porque este caso muestra que en el país hay inseguridad jurídica preocupa no sólo porque el sector está muy golpeado por la caída de los precios del petróleo sino porque el país sigue dependiendo mucho de esta inversión en época de vacas flacas.

Que la industria petrolera colombiana está en un mal momento es una realidad ya conocida: hay por lo menos 36 empresas del sector cerca de quebrarse y con deudas de más de 100 mil millones de pesos; el hueco fiscal jalonado por la caída de los precios del petróleo es de unos 30 billones de pesos;  Pacific Rubiales, la que era la principal petrolera del país, está en la mala y cambió de dueños; y Ecopetrol, la principal empresa del país y fuente de recursos para el Estado y sus 400 mil accionistas más, decidió no pagar dividendos este año, algo sin precedentes.

Además, podría tener consecuencias legales.

Esta mañana el representante de Hupecol en Colombia, Leonardo Niño, mostró su frustración por la decisión de la Anla. “Más allá de la pérdida económica, es el tiempo que hemos invertido”, dijo.

Además, aunque todavía no ha sido notificado formalmente por la Anla, aseguró que la empresa está contemplando como una de sus opciones demandar al Estado.

Esa demanda se sumaría a la pequeña cascada de demandas internacionales de mineras contra el Estado Colombiano, las carboneras Glencore y Prodeco ante Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi) y las de las mineras de oro EcoOro y Cosigo.

Eso, más la anunciada demanda de Claro, muestran que molestias como la de los petroleros por la patraseada de la Anla pueden terminar costándole a los contribuyentes.

Pero más allá del futuro que tengan esas demandas que todavía es incierto porque son muy recientes, la economía sí podría terminar muy golpeada si esta decisión termina por desincentivar la inversión extranjera. Seguramente éste será uno de los temas de discusión del Congreso Minero que arrancó hoy.

La Silla
Fernando Iregui Mejía

Fernando Iregui Mejía

Juan Manuel Santos Calderón

Juan Manuel Santos Calderón

Presidente de la República

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