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Así se mueven los alcaldes y gobernadores por Vargas Lleras

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Durante la primera etapa de la campaña presidencial, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras forjó una gigantesca alianza de maquinarias con buena parte de los caciques locales del país, incluyendo los que controlan varias gobiernaciones y alcaldías de capitales.

A una semana de la primera vuelta, La Silla averiguó si varios de los que se montaron en su bus se estaban moviendo para ayudarlo con votos y cómo.

En cinco regiones comprobamos que están moviendo la maquinaria: tienen a contratistas y funcionarios armando eventos, obligados a votar e incluso consiguiendo, a la fuerza, hasta 50 votantes cada uno. Solo no encontramos en la zona de Antioquia y el Eje Cafetero, donde la fuerza del uribismo aparentemente tiene más quietas a las administraciones locales, como cuenta La Silla Paisa.

¿Por qué me debería importar esta historia?

En esta campaña no hay plata para garantizar que las estructuras se muevan cohesionadas, a diferencia de hace cuatro años cuando la corrupta multinacional Odebrecht financió las candidaturas de Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga. El escándalo por eso y las nuevas normas tienen a los empresarios muy dudosos de donar.

Para suplir la falta de dinero, como nos contaron 16 políticos cuando escribimos una historia sobre la importancia que tiene para Vargas Lleras mover la maquinaria en primera vuelta, le quedan sus aliados con poder sobre alcaldías y gobernaciones.

¿Qué encontramos?

El apoyo de las maquinarias que aprovechan el poder de las administraciones le ha servido a Vargas para llenar plazas en varias regiones y para asegurar una base electoral que seguramente contabilizará el 17 de mayo.

En Santander y Norte de Santander, La Silla Santandereana registró cómo las dos gobernaciones y la alcaldía de Cúcuta obligaron a los contratistas a llenar calles con contratistas que aplaudieran a Vargas . (Click aquí para Santander y aquí para Norte)

En Huila, La Silla Sur encontró que la controvertida exgobernadora Cielo Gonzálezy su hermano Carlos Julio que es el actual gobernador están utilizando a los contratistas de la Gobernación para hacer eventos y pedirles el voto de sus familiares. (Click aquí para leer la historia completa)

En Cauca y Popayán, La Silla Pacífico encontró que, además llenarle plazas a Vargas, el personal vinculado por prestación de servicios está siendo presionado por funcionarios para apoyar al candidato de Cambio Radical bajo el argumento de que si no lo hace renovarán contratos. (Click aquí para leer la historia completa)

En la Alcaldía de Barranquilla (que controlan los Char, punta de lanza del vargasllerismo) La Silla Caribe comprobó que, al menos en cuatro secretarías, cada contratista tiene que pasar una lista con 50 votantes para Vargas (en otras elecciones les pedían entre 5 y 25). (Click aquí para leer la historia completa

En Cundinamarca, La Silla Cachaca halló que el Gobernador Jorge Rey le ha puesto funcionarios y líderes comunales a la campaña de Vargas. (Click aquí para leer la historia completa)

Germán Vargas Lleras, candidato presidencial.
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La ecuación de Fajardo

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Sergio Fajardo es un matemático. Es el rasgo que lo define y el que marca la forma en que hace política.  Es el detonante de muchos de sus logros en la Alcaldía de Medellín y en la Gobernación de Antioquia y también el que explicará en parte su derrota si no pasa a la segunda vuelta el próximo domingo.

Fajardo nació hace 62 años en una familia de clase alta de Medellín, el mayor de cinco hermanos y fue criado desde pequeño para brillar.

Su papá era el reconocido arquitecto Raúl Fajardo. Un hombre amoroso, comprensivo y positivo que no hablaba nunca mal de nadie y que fue querido y admirado en su tierra; construyó varios de los edificios más representativos de Medellín: el Coltejer, el de Suramericana, el Inem, la ciudadela de la Universidad de Antioquia para mencionar solo algunas de las obras con las que dejó huella en la ciudad que ayudó a construir y también a planear cuando fue su director de planeación.

Su mamá, Mara Valderrama, era una mujer bella, impulsiva, estricta y religiosa, del Opus Dei, que rezaba dos rosarios al día, y que organizaba su casa y educaba a sus hijos con orden y disciplina.

Tanto para el uno como para el otro, como para la abuela materna Lula, una maestra de San Pedro de los Milagros que tuvo una particular ascendencia sobre el ahora candidato, Sergio era el niño de sus ojos.

“Era el niño lindo, inteligente y exitoso. Era el ‘masterpiece’ de su familia’”, dijo a La Silla Vacía alguien cercano. “Y Sergio se lo creyó”.

Fajardo heredó de su papá la propensión a evitar los conflictos, de su mamá un cierto estoicismo que siempre impresiona a los que lo rodean, y de la forma como lo quisieron y lo educaron, la seguridad en sí mismo que lo caracteriza.

En su autobiografía política “El Poder de la Decencia”, Fajardo cuenta que de pequeño lo marcó haber crecido en una urbanización construida por su papá al lado del barrio obrero La Magnolia, que le permitía estar por la mañana en el campo de golf del club ‘El Rodeo’ y por la tarde montando en bicicleta o jugando con los hijos de los obreros.

Que darse cuenta que esos niños eran tan talentosos como él y que sin embargo, tenían oportunidades en la vida tan limitadas comparadas a las suyas lo hizo comprender que la extracción social determina lo que las personas pueden llegar a ser.

“Luchar contra esa injusticia es la mayor motivación de mi trabajo”, dice en el libro y lo repite cuando puede.

Es la responsabilidad, o quizá la culpa de clase, de haber nacido con privilegios en una sociedad excluyente, el motor de lo que hace.

Fajardo estudió en el colegio de los Benedictinos de Medellín (el mismo de Álvaro Uribe, que iba unos cursos adelante que él pero jugaban fútbol juntos a veces), y allí descubrió de la mano de su profesor de francés Saúl Sánchez, que amaba las matemáticas.

Llegó a Bogotá a principios de los 70 a estudiar en la Universidad de los Andes, donde hizo una maestría en matemáticas y después de hacer su doctorado en matemáticas en la Universidad de Winsconsin al lado del profesor Jerome Keisler volvió a seguir enseñando matemáticas hasta el 2000.

El mundo de las matemáticas

Estudiar matemáticas es muy inusual en Colombia (solo el 1 por ciento de los graduados son matemáticos) y requiere un tipo de cabeza particular.

Un matemático se dedica a resolver problemas complejos, a hacer conjeturas y a demostrar la veracidad o falsedad de esas afirmaciones usando la lógica, la deducción y la abstracción.

Fajardo se especializó en lógica, que -en sus propias palabras- “se encarga de las bases sobre las cuales se construye el edificio de las matemáticas” y en Teoría de Modelos.

Es en ese mundo de la belleza pura y abstracta, que parte de unas premisas para demostrar la verdad y cuya actividad discurre principalmente en la mente solitaria del matemático, en el que se formó Fajardo y vivió sus primeros 40 años.

Esa forma de aproximarse al mundo explica en gran parte quién es él hoy, aunque lleva más de 20 años habitando un universo diferente, incluso radicalmente opuesto, como es la política. 

En su libro, Fajardo explica que así como en esa época se dedicó a construir un lenguaje que conectara diversos universos matemáticos que en principio no están comunicados (que es la esencia de la teoría de modelos en la que se especializó) descubriendo elementos que valían para todos, en su trabajo político lo que ha hecho es conectar grupos muy diversos.

Hay un anécdota que suelen contar los que trabajan con él que sucedió durante la campaña a la Alcaldía de Medellín cuando estaban pensando en hacer algo simbólico para enviar el mensaje sobre la importancia de unir a toda la ciudad. A la escritora Laura Restrepo se le ocurrió que podían poner una cinta desde el barrio rico de El Poblado hasta el muy pobre de Moravia.

Era una idea chévere pero imposible de realizar y desistieron de ella. A los pocos días, Laura le escribió a Fajardo y le dijo, “la cinta eres tú”.

Así se percibe Fajardo, como el nodo que puede unir a grupos antagónicos y así se ha vendido en esta campaña, como la alternativa a la polarización, como el que puede unir el país que le teme a Gustavo Petro y el que le teme a Álvaro Uribe.

Parte de verse como ‘la cinta’ que necesita este país dividido es producto de esa vanidad, que choca a muchos de los que lo ven o interactúan con él. Pero también es que en, gran parte, eso fue lo que logró en Medellín y Antioquia cuando gobernó.

Una marca de ambas administraciones fue elaborar planes de desarrollo con corresponsabilidades y con presupuestos participativos con las comunidades. No había casi ningún proyecto que no tuviera un socio en el sector privado y otro en el sector social. La mayoría tenían comités asesores integrados por ONG, empresarios y academia para ayudarlos a sacar adelante, a hacerles veeduría a los recursos públicos y sobre todo a convertirse en puntos de unión y de creación de confianza entre gente normalmente incomunicada.

Otro rasgo del matemático político es que así como los matemáticos parten de los axiomas, todo el accionar político de Fajardo parte de unos principios éticos, explícitos y compartidos con sus copartidarios de Compromiso Ciudadano y con los equipos con los que ha trabajado.

Su principal principio -el ‘supraprincipio’, lo llama él- es “que los medios justifican el fin”.

Es un axioma raro en la política, por lo menos en la colombiana, en la que sobre todo en campaña, los candidatos maximizan los medios para alcanzar el fin último de ganar.

Juan Manuel Santos, para citar solo un caso, uso una voz imitada de Álvaro Uribe para impulsarlo en la campaña contra Antanas Mockus; juró sobre mármol que no subiría impuestos aunque sabía que lo tendría que hacer (y lo hizo); se alió con los ñoños; recibió plata bajo la mesa de Odebrecht; se volvió el mejor amigo de Chávez; traicionó a Uribe; hizo muchas cosas justificado en el fin de acabar el conflicto armado con las Farc.

Fajardo no. Él tiene un ‘teorema’ en su cabeza, una proposición cuya veracidad se empeña en demostrar: “para nosotros -dice- el reto no es ganar sino cómo ganamos; el camino recorrido y la forma cómo lo recorremos le da sentido al lugar donde queremos llegar”.

Como el ‘cómo’ lo es todo para él, Fajardo no se ha movido un ápice en esta campaña de la senda que se fijó al iniciar.

Era evidente para muchos que ir a una consulta y hacer una alianza con Humberto de la Calle y el Partido Liberal era el paso obvio para ganar la Presidencia pero como él no comparte la forma de hacer política de los rojos (aunque en el 2011 se alió con ellos para apoyar a Aníbal Gaviria a la Alcaldía de Medellín) no lo consideró, si no era con De la Calle solo.

Los políticos suelen hacer acuerdos con organizaciones que representan a muchos individuos como lo ha hecho Petro con sindicatos y organizaciones indígenas y afro. Pero Fajardo no cree en los intermediarios, sino en las conversaciones uno a uno porque considera que así se construye confianza y así como lo hizo en su primera campaña a la Alcaldía lo ha hecho en ésta aunque sea menos eficiente para sumar votantes cuando se trata de cubrir todo un país.

Lo normal es salir con alguna respuesta, ojalá aderezada con cifras, cuando le preguntan a un candidato algo que no sabe en un debate pero Fajardo responde que no sabe si no tiene la absoluta certeza de lo que va a decir, a pesar del costo político de hacerlo.

Para él el fracaso no es perder la elección sino no poder demostrar la idea que tiene en la cabeza: que solo a punta de consistencia y coherencia es posible construir confianza y cambiar la política.

“Ante un problema, Sergio siempre nos dice, ‘arranque por los principios’. ¿Cuál es nuestra posición de principios frente a este tema?”, dice Santiago Londoño, su exsecretario de Gobierno en Antioquia y ahora gerente de su campaña.

Moverse a partir de principios con un norte fijo que Fajardo suele tener siempre en la cabeza le da a sus equipos una confianza absoluta en él porque, como dijo uno de sus excolaboradores “cada camino es pensado, y el camino siempre está centrado en el objetivo”.

Un exsecretario suyo en la Alcaldía le contó a La Silla que Fajardo les decía “nos vamos a concentrar en los proyectos como un disco rayado y habrá un momento en el que la ciudad se sintonizará”.

Aproximándose así a la política, a partir de esas máximas éticas, le permitió a Medellín pasar de ser la última ciudad en capital social en 2011 a ser la segunda más alta en capital social cuando dejó la Alcaldía Fajardo, como contó en su última columna el exsenador verde John Sudarski (que acompaña a Fajardo).

En la misma línea, en el Índice de Transparencia Departamental, con el que Transparencia por Colombia mide todos los años qué tan transparentes son las instituciones, Antioquia pasó del puesto 11 cuando recibió la Gobernación Fajardo al puesto 1.

“Antioquia fue el departamento con mayor progreso en la lucha contra la corrupción entre 2010 y 2014”, dijo la Procuraduría, después de que la gobernación pasó en su índice de Gobierno Abierto del puesto 27 a estar entre el primero y segundo lugar durante los cuatro años.

Eso lo logró Fajardo tanto en la Alcaldía como en la Gobernación precisamente porque no llegó con las manos amarradas a gobernar, porque no le debía favores a nadie ni tenía rabo de paja ni era amigo ni enemigo de nadie y porque escogía a sus colaboradores por mérito y no por recomendaciones. Básicamente, porque tenía libertad para decidir y también porque tenía en su cabeza un modelo que llevó a la práctica con relativo éxito.

Pero ser matemático también le trae sus limitaciones cuando se trata de hacer política.

El punto ciego

Para comenzar, las matemáticas son una actividad muy solitaria. Es un hombre sentado en su despacho enfrentado a unos números, tratando de encontrar un camino a través de ellos. “Sergio vive en un diálogo consigo mismo”, dice un amigo que lo conoce hace años. “Los problemas de hoy disparan la incertidumbre, una sola mente brillante no puede”.

Fajardo es el tipo de líder que tiene una visión y que lidera a partir de ella esperando que los que lo rodean lo sigan. No es el líder que construye la visión con su equipo.

Eso tiene dos efectos: hace que sus equipos funcionen de manera cohesionada y eficiente pero que no haya demasiado margen para la creatividad, y tampoco para disentir de él.

Varias personas con las que hablamos nos dijeron que Fajardo escucha a la gente durante horas. Además, sin establecer jerarquías, y que no se siente intimidado por los que saben más que él. Pero que no es fácil que se deje permear por lo que escucha.

“Es difícil convencerlo de algo de lo que no está previamente convencido”, dijo una de ellas.  “Cuando tratas de convencerlo inmediatamente se pone a la defensiva, ‘no me acosés’, dice”.

“El punto ciego de Sergio es un problema para escuchar, sus convicciones son demasiado fuertes”, coincide otra excolaborador.

El segundo efecto, ha sido su dificultad para liderar entre iguales que quisieran que sus visiones ayudaran a complementar o modificar en algo las de él.  Eso ha llevado a que gente que trabajó muy de cerca con él en el pasado haya seguido su propio camino sin él.

Porque su camino es el objetivo, y todo gira alrededor de él, Fajardo ha sido incapaz de crear un verdadero partido y ha abandonado a todos los que lo han apoyado en el pasado (abandonó la ASI, que le dió el aval a él y a Alonso Salazar para la Alcaldía; abandonó al Partido Verde después de ser elegido como gobernador; y seguramente abandonará la Coalición Colombia si no pasan a segunda vuelta y los verdes deciden respaldar a Petro).

Compromiso Ciudadano existe hace 20 años y sin embargo está lejos de tener una verdadera estructura. No logró ponerle a su único candidato al Senado, Iván Marulanda, sino 26 mil votos en las pasadas elecciones, y si no fuera por el Polo y por el Partido Verde seguramente la aspiración presidencial de Fajardo se habría hundido el 11 de marzo, esta vez como en el pasado.

Su forma de aproximarse a los problemas también le quita ‘reflejos’ políticos, porque le cuesta trabajo alterar las secuencias que ha definido previamente. Su hoja de ruta está en su mente, no en la realidad.

Él, por ejemplo, decidió desde el año pasado que se saldría de la polarización, que ésta no le convenía a Colombia y definió su estrategia ‘Macrón’ de meterse por la mitad.  Cuando Petro comenzó a chuparse parte del electorado con el que él contaba, no cambió un milímetro su estrategia. Tampoco lo hizo cuando cayó 10 puntos en las encuestas.

Por último, así como los matemáticos tratan de encontrar la esencia de los problemas que intentan resolver y para ello se abstraen de todo lo que consideran ‘ruido’, hay cierta tendencia en Fajardo a desestimar los detalles que no considera esenciales para comprender el problema.

Algo que era puntual en sus gobiernos, se ha evidenciado en esta campaña: la superficialidad o desconocimiento en algunos temas, tanto en datos como en análisis. Incluso en temas conectados con su bandera principal, como le ocurrió cuando le preguntamos por el paro de maestros en la entrevista en Hora 20 con Red+.

Y es que a diferencia de otros candidatos que tienen una agenda muy amplia de propuestas, Fajardo tiene dos obsesiones y las ha mantenido a lo largo de su vida: la educación como el motor de la transformación social y acabar con la corrupción a partir de cambiar la forma como se hace política.

El punto de inflexión

Fajardo era un ‘bicho raro’ en su familia porque a diferencia de sus hermanos que se interesaron por los negocios, él era el intelectual que hacía diagramas desde niño y que era (y es) inmensamente tímido.

Luego, cuando llegó a la Universidad, tampoco cuadraba del todo. Era un matemático puro, pero su pasión, ya desde entonces, era la política.

Le tocó una época extraordinaria en los Andes, la de la Asamblea Constituyente, que desató todo tipo de debates políticos como no solían suceder antes ni sucedieron mucho después de la Constitución del 91.

Con el economista Mauricio Reina, y los historiadores Daniel García Peña y el ahora concejal Juan Carlos Flórez, entre otros, crearon un grupo que llamaron Profesores en Movimiento, que convocaba a los profesores a reflexionar sobre qué significaba en concreto el derecho a la autonomía universitaria que había quedado plasmado en la nueva Carta.

“No éramos subversivos pero en en el mundo cerrado de los Andes, éramos unos bichos raros”, recuerda García Peña.

A partir de las discusiones con los demás profesores, y de una columna que comenzó a escribir para el periódico El Mundo, Fajardo se fue acercando cada vez más a la política y alejándose de las matemáticas, de Bogotá y eventualmente de María Clara Arboleda, la esposa con quien tuvo los dos hijos, Mariana y Alejandro, ambos metidos ahora de lleno en su campaña.

En 1995, Álvaro Uribe le ofreció ser parte de la Comisión Facilitadora de Paz y Fajardo dice que fue “el año en que su vida comenzó a dar un giro” porque entendió que la vida pública era el escenario en el que quería jugar. Y la Constitución del 91 acababa de abrir el espacio para una nueva competencia política. El ejemplo de Antanas Mockus fue una inspiración para Fajardo. 

Seis años después, ya había perdido su primera campaña a la Alcaldía, se había divorciado, se había mudado a Medellín, había sido subdirector de El Colombiano, se había enamorado de su actual pareja Lucrecia Ramírez y había conocido al periodista Alonso Salazar, que se convirtió en su lazarillo por un Medellín que desconocía y en una influencia clave para todo lo que hizo Fajardo después. Había iniciado una nueva vida.

En 2004 ganó la Alcaldía de Medellín, con la votación más alta de la historia en ese momento para la ciudad y desafiando los pronósticos de las encuestas. Lo hizo con una campaña igualita a la que hizo luego para la Gobernación y la actual. A punta de volantear en las calles durante horas, hablando con los transeúntes y explicando su programa.

Durante su Alcaldía, Fajardo transformó la ciudad en muchos sentidos. En su aspecto físico porque construyó muchas obras y en su aspecto emocional, porque la ciudad venía de una administración llena de ruidos y con él cambió su narrativa volviéndose un ejemplo para otras ciudades.  Su mayor lunar fue la 'donbernabilidad' que como, contó La Silla Paisa recientemente, existió más allá de Fajardo pero aún lo persigue su fantasma.

Cinco años después de terminar su alcaldía ganó la gobernación también con una votación histórica y con el mismo método.

En ambos gobiernos tuvo un programa similar, centrado en la educación, y no muy diferente del que propone ahora para Colombia.

El equipaje de la educación

Como contó La Silla en esta historia, Fajardo invirtió el 40 por ciento del presupuesto de inversión de su Alcaldía y el 50 por ciento del de la Gobernación en educación.

Y puso la educación en el centro de la agenda de la ciudad y del departamento a partir de unos ‘pactos por la educación’ que involucraban a los colegios, a los estudiantes, a los padres de familia y a la comunidad en general.

El resultado de este esfuerzo focalizado se vio en la mejora de los índices de calidad hasta en 8 puntos porcentuales en la educación básica y primaria, en mejoras en el acceso a la educación con más de 40 mil becas, en la reducción a la mitad de la deserción escolar, en la construcción de más de 50 parques educativos y en la formación de profesores, que pasaron en la Gobernación de tener solo 90 de los 19 mil maestría a ofrecer más de mil becas el primer fondo que creó para eso. Varios de sus programas fueron imitados a nivel nacional.

A pesar de lo anterior, en 2015 —último año de Fajardo en la Gobernación— Antioquia bajó un punto con relación al resultado que obtuvo en 2014 y se ubicó por debajo del promedio nacional en los resultados de las Pruebas Saber 11.

Fajardo ha explicado que el Gobierno cambió las pruebas (que es cierto) cuando su mandato iba en la mitad, lo que las hace incomparables.

Su política de infraestructura educativa también fue criticada por algunos. Sus principales contradictores políticos aseguran que por destinar más recursos para construir los parques educativos no invirtió lo suficiente en reparar y mejorar los colegios.

“Manejó la imagen con obras que dejaron mucho que desear”, dijo a La Silla la concejal del Polo Luz Marina Múnera. Citó como ejemplo los parques educativos, muchos de los cuales están ahora desfinanciados porque el sucesor de Fajardo Luis Pérez decidió quitarles el apoyo, y la biblioteca España, que después de ganarse varios premios de arquitectura, comenzó a tener un deterioro prematuro y se ha convertido en un elefante blanco.

La otra apuesta grande de Fajardo ha sido acabar con la captura de la política por parte de los corruptos y transformarla.

Un unicornio en la política

Fajardo nunca ha pertenecido a un partido tradicional ni ha hecho política de la manera tradicional. Fue brevemente parte de los 'Quíntuples', cuando se unieron para una foto Marta Lucía Ramírez, Antanas Mockus, Enrique Peñalosa, Lucho Garzón y él pero rápidamente se salió porque él se opuso a la idea de que fueran a escoger el candidato presidencial por encuesta.

Luego cuando perdió estrepitósamente en las elecciones legislativas del 2010 y tuvo que declinar su aspiración presidencial y unirse a Mockus como su fórmula presidencial fue parte brevemente del Partido Verde.  Pero nunca se le vio a gusto de segundo de Mockus ni en esa estructura. 

Fue una época mala para Fajardo. Casi como castigándose, en esa campaña tuvo un accidente montando en bicicleta, en el que se fracturó la cadera, y mordió literalmente el polvo.  La derrota política, seguida del accidente, fue una experiencia dolorosa para él, que lo hizo consciente (¿por primera vez?) de sus vulnerabilidades.

Pero apenas se recuperó, comenzó campaña nuevamente, esta vez a la Gobernación, en un Willys viejo y con un bastón. El triunfo lo curó.

 

Cuando Fajardo llegó a la Gobernación tenía tres diputados de 26 y cuatro alcaldes de los 125.

A diferencia de otros gobernadores que lo primero que hacen es armar coalición apenas llegan para tener aseguradas las mayorías, Fajardo no lo hizo.

A los pocos días de llegar a la Gobernación, el ahora candidato de la Coalición Colombia citó a todos los alcaldes y les dijo que ese día empezaba un "partido" que duraba cuatro años, que quería que todos jugaran en la misma cancha.

"Nos dijo que no necesitábamos pedir citas a través de nadie y fue así. Uno no tenía la necesidad de buscar a un diputado. En mi caso yo entraba a hablar directamente con los secretarios", nos contó Elkin Jaramillo, que fue alcalde del municipio de Andes en esos años.

La Gobernación hacía una jornada anual en la que los alcaldes iban un día específico y se sentaban con todos los secretarios y firmaban un acuerdo público con el monto de los recursos asignados y la manera en que serían invertidos. Esto garantizaba mucha transparencia porque los ciudadanos podían verificar que la plata sí se fuera en eso.

Jaramillo y otra exalcaldesa coincidieron en contarnos que otro cambio era que la contratación de las obras, en su mayoría, las manejaba la Gobernación.

Para lograr que le aprobaran casi todos los proyectos de ordenanza que presentó, los seis diputados con los que hablamos nos contaron distintas razones por las cuales se convencieron de apoyarlo.

Uno de ellos nos dijo que los citaba en su oficina y que les dedicaba tiempo. "Le preguntaba a uno que qué necesitaba, que él sabía que uno era bueno para tal y tal cosa, que le ayudara y que con él no era ni con puestos ni con plata. Que era trabajando juntos que se lograba".

"No se les daba puestos, ni contratos, pero sí reconocimiento, respeto", nos dijo Santiago Londoño, que fue su secretario de Gobierno durante la Gobernación. "Algunos vivieron muy aburridos con nosotros, otros le sacaron jugo".

Un día que La Silla acompañó a Fajardo a inaugurar el parque educativo de Hispania, un municipio enclavado en las montañas y a horas de distancia de cualquier punto urbano, el alcalde estaba muy orgulloso. Los niños del municipio habían diseñado unos robots y ese proyecto de innovación y tecnología había sido su idea.

Me contó, casi como en una confesión, que había sido dos veces alcalde, una vez con el partido Conservador y otra con el Liberal, y que él estaba acostumbrado a ir a pedir contratos al respectivo gobernador. Que al principio le había chocado mucho cuando Fajardo le dijo que con él no era así, que cuando le presentara un proyecto hablaban.

Pero que después de haber entendido que no había otra forma y haber conseguido la aprobación del de innovación y tecnología para los niños sentía que había recuperado su dignidad. Usó esa palabra, que no suele usarse tanto en la política. Y cuando le pregunté por qué, dijo que porque el Gobernador había creído en él.

“Él cree en las gente, en que las cosas pueden cambiar, cree en los ciudadanos”, nos dijo también el general José Gerardo Acevedo, que fue el comandante de la Policía en Antioquia cuando Fajardo fue Gobernador.  

Dijo que Fajardo siempre apoyó la mano dura y que era muy exigente con los resultados, como otros gobernadores con los que ha trabajado. Pero lo que recuerda de él es otra cosa: “Me impactó que tenía claro que había que partir de los jóvenes para cortar de raíz los brazos de la delincuencia. En las Olimpiadas de los jóvenes en Cáceres, los muchachos creaban un carnaval frente a tema del conocimiento, me impactó mucho. Él creía que podían ser los más pilos”.

Eso es consecuente con otro de los principios de los que parte Fajardo: “Cuando las personas (comunidades) sienten que se les reconoce su dignidad y que se apuesta con respeto por sus capacidades se transforman, se comprometen. Así se construye la esperanza”

Fajardo cree en la gente y cree en él mismo. Quizá a veces demasiado como cuando dice con arrogancia que la historia de Medellín fue una antes de él y otra después.

“La transformación de Medellín no empezó con Sergio ni con nosotros los que fuimos parte de su gabinete.  Todo esto empezó desde la sociedad civil a fines de los 80 y, especialmente, desde la Consejería Presidencial para Medellín a partir de fines de los 90, con María Emma Mejía. Sergio ganó la Alcaldía por lo que se había logrado hacer durante 15 años en Medellín”, dice uno de sus excolaboradores, que no quiso ser citado.

Pero quizás porque creció viendo a su papá construir grandes obras con tan solo imaginarlas, Fajardo está convencido -como lo están sus coequiperos Claudia López, Antanas Mockus y Jorge Robledo-  “del poder de los sueños, de los ideales, de la fuerza de las ideas. Por eso, la expresión de la campaña es Se puede”, dice en su libro.

Cree que el poder que tienen los políticos tradicionales se refleja en que le hacen pensar a los colombianos que “las cosas solo son posibles como ellos las hacen”.

La hipótesis que él tiene es que hay otro camino, el de la decencia y el de la ingenuidad. El 27 de mayo sabrá si la pudo demostrar.

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Sergio Fajardo

Sergio Fajardo

Candidato presidencial del Polo y Alianza Verde

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¿Qué se juega en estas elecciones?

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En estas elecciones se juega, al menos, el poder de la izquierda y la derecha, el Acuerdo de paz, el modelo económico y la fuerza de las maquinarias.

Invitamos a nuestro podcast a Ángel Beccassino, Francisco Miranda y Carlos Suárez, tres expertos en estrategia política y comunicaciones.

Nota: Este y el resto de programas del podcast de La Silla Vacía los pueden bajar en iTunes, Stitcher y Akörde FD.

En Bogotá, Petro mostró los límites de su bandera de democratizar

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Gustavo Petro ha vuelto a poner la idea de la "democratización" como un eje de su programa de gobierno para la Presidencia, tal como lo hizo en su campaña a la Alcaldía de Bogotá. Promete democratizar el saber, la salud, la tierra, el agua, las energías no contaminantes, el crédito, la justicia y la contratación pública, lo que significa que pretende que más gente, sobre todo de bajos recursos, acceda a esos derechos gracias a las facilidades que le brinde el Estado.

Dado que democratizar es una bandera que no se limita a un tema (distinto a las banderas de Vargas Lleras y Fajardo que están claramente delimitadas: infraestructura y educación, respectivamente), La Silla Cachaca escogió tres políticas en las que en su programa de gobierno para Bogotá Petro habló expresamente de democratizar: el derecho al agua, el transporte público y el crédito para analizar sus logros en este campo, como lo hemos hecho con otros candidatos respecto a su principal bandera.

A la hora de ejecutar propuestas que pretendían lograr cambios radicales, Petro, como Alcalde, tuvo resultados muy irregulares: en el caso de la ampliación del mínimo vital de agua los resultados han sido reconocidos y la política se mantiene, pero en los otros dos quedó preso de promesas muy ambiciosas que finalmente no pudo cumplir; tuvo dificultades de gerencia y tomó decisiones sin sustento técnico, que al final dificultaron el cumplimiento de sus objetivos.

(Haga clic en cada pestaña para desplegar el contenido de cada decisión)

La propuesta: Para "democratizar el crédito" Petro propuso que el Distrito adquiriera total o parcialmente un banco o una entidad financiera que les prestara en condiciones favorables a comerciantes informales que no tuvieran posibilidades de acceder a créditos con la banca comercial (propiedades de respaldo, codeudores solventes) y por lo tanto se les dificultara impulsar sus negocios o recurrieran a préstamos usureros tipo “gota a gota”.

Lo que hizo: Petro le tenía nombre desde la campaña, Banco Muisca, y logró que el Concejo le aprobara la propuesta, condicionado a presentar estudios técnicos antes de comprar el banco. Sin embargo, nunca lo logró. Para finales de 2012 estaba en negociaciones para adquirir una entidad financiera, pero eso no cuajó.

El problema es que, presumiendo que sí compraría el banco, se había propuesto en el Plan de Desarrollo la ambiciosa meta de darle créditos a 100 mil personas o empresas, y tan sólo cumplió con otorgar 2.457, un número muy bajo no sólo frente a esa meta, sino frente a lo que había logrado su antecesor, Samuel Moreno: 23.500.

Lo que hizo fue contratar a la Corporación Minuto de Dios y la Cooperativa Financiera Confiar como intermediarios financieros: el Distrito les daba la plata y esas organizaciones se la daban a los beneficiarios y cobraban.

La propia Alcaldía, en su balance sobre ese punto admitió que hubo problemas de planeación en tanto el programa de créditos que finalmente ejecutaron intentó aplicar instrumentos que reemplazaran la consulta en Datacrédito como requisito para otorgar los préstamos, pero finalmente tuvieron que hacerlo debido a que la morosidad aumentó mucho.

Para cuando terminó su periodo, 3 de cada 5 créditos estaban en mora, y por eso la administración Peñalosa consideró que se trataba de una apuesta muy riesgosa para los recursos públicos, y reformó el programa, además porque la Contraloría también lo había cuestionado.

La impronta de Petro (y la razón por la que su gobierno defiende ese programa) está en que la mayoría de los beneficiados fueron vendedores ambulantes, mujeres, discapacitados y comerciantes de Corabastos.

Silla Cachaca
Gustavo Francisco Petro Urrego

Gustavo Francisco Petro Urrego

Ex alcalde de Bogotá y candidato presidencial

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Silla Cachaca
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Las cuatro patas de La Silla Santandereana

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Resumen: 

Entramos en el conteo regresivo para las elecciones presidenciales. Para que vote informado le traemos las siguientes historias a profundidad.

Items boletin: 
La USO se la juega por las energías de Petro
Las propuestas tributarias, cara a cara
Las propuestas sobre Venezuela, cara a cara
Las propuestas de drogas, cara a cara
Alcaldes y gobernadores presionan a contratistas para votar por Vargas Lleras
El 'Tuerto' Gil aterriza en las toldas de Vargas Lleras
La ecuación de Fajardo

Los Daabon, beneficiarios de AIS, ratifican su uribismo

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El poderoso grupo Daabon, de la familia Dávila Abondano, recordado por haber sido beneficiario de Agro Ingreso Seguro, es uno de los mayores activos de la campaña uribista de Iván Duque en el Magdalena.

Eso les ayuda a compensar el apoyo del vargasllerismo en la poderosa casa Cotes (que controla la Gobernación y lidera Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes) y el que tiene el petrismo por la influencia del exalcalde de Santa Marta Carlos Caicedo.

Los Dávila Abondado apoyaron al uribista Honorio Henríquez al Senado (que salió elegido con 33.432 votos, 15.134  de ellos en Magdalena). Según nos contó el mismo Henríquez, que lidera la campaña de Duque en el departamento, lo financiaron con cerca de 30 millones por medio de una empresa de la cual son socios.

Además de la financiación, de acuerdo a un político uribista que está en la campaña en el Magdalena, los Daabon tienen dos enlaces con la campaña del Centro Democrático y que son quienes le ayudan a Henríquez en la organización de eventos: César Pacheco y John Guerrero, conocidos en Santa Marta por ser parte del grupo.

“Ellos se la pasan de arriba a abajo con Honorio en todos los eventos”, nos dijo este político que pidió que reserváramos su nombre para ahorrarse problemas con la campaña.

Un periodista samario, incluso, se refirió a Guerrero como “el que le carga el maletín” a los Daabon.

La Silla Caribe habló con Nicolás Umaña, asesor de comunicaciones y vocero oficial de Daabon, y nos contó que, aunque hay personas del grupo en la campaña de Duque, el grupo como tal no.

“El grupo, como grupo empresarial, apoyó varias candidaturas al congreso, entre ellas la del senador Honorio. Pero el Grupo no apoya ninguna candidatura presidencial”, nos dijo.

Sin embargo, el pasado 30 de abril (mes y medio después de las legislativas) en Santa Marta, Pacheco, Guerrero y el senador electo Henríquez tuvieron una reunión política con el expresidente Álvaro Uribe y Juan Carlos Dávila Abondano, uno de los hermanos Dávila que llegó a ir a juicio por haber recibido irregulares subsidios del Gobierno, y cuyo proceso terminó luego de que él y otros investigadosdevolvieran la plata que habían recibido.

Del mismo modo, Pacheco y Guerrero siguen haciendo campaña con Duque cuando visita el Magdalena.

Como contamos en esta historia de La Silla Vacía, a finales del Gobierno del expresidente Álvaro Uribe, el grupo Daabon recibió, a través de sus empresas C.I. La Samaria y C.I. Tequendama, poco más de dos mil millones de pesos en subsidios y créditos blandos a la vez que aportaron 30 millones al referendo que buscaba la segunda reelección del ahora líder del Centro Democrático.

Con el apoyo a Henríquez y dos miembros cercanos en la campaña duquista, los Daabon demuestran que siguen siendo afines al uribismo.

De izquierda a derecha: César Pacheco, John Guerrero, el excandidato godo a la Cámara Carlos Neri López, Álvaro Uribe y, al final, Juan Carlos Dávila Abondano.
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La USO se la juega por las energías de Petro

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Dentro de todas las organizaciones sindicales y sociales que agrupó la aspiración de Gustavo Petro, el respaldo de la Unión Sindical Obrera, USO, el principal de la industria del petróleo, ha sido el más llamativo de toda la contienda electoral.

No solo porque una de las principales banderas del candidato es migrar del modelo de extracción -el alma del sector- al de la producción de energías limpias y renovables, sino también porque no es tan claro cómo aterrizaría esa propuesta y en esa medida no se puede prever cómo la transición afectaría la estabilidad actual de la industria.

Aunque el apoyo no es unánime - está dividido en el 75 por ciento para Petro y 25 para Sergio Fajardo, según las cuentas de las mismas directivas-, más allá de los candidatos, las posiciones están divididas entre los que creen que respaldar a Petro podría ser un tiro en el pie, y los que creen que estar con él es el paso obvio debido a que las reservas de petróleo en el país solo alcanzarían para 7 años más.

En medio de ese debate también está la discusión de cuántos votos le aportaría realmente la USO a Petro dado que en los últimos 15 años ese sindicato ha perdido mucho terreno dentro de la industria y no todos sus afiliados se mueven en la misma línea política.

Las razones y las dudas

Cinco miembros de la USO -tres directivos y dos líderes de base- le dijeron a La Silla que las razones para que la mayoría del sindicato se hubiera decidido por respaldar la aspiración de Gustavo Petro son tres.

La primera tiene que ver con el debate que se está dando alrededor de todo el mundo sobre el cambio de la matriz energética, que está pensada para que en las próximas dos décadas exista una transición enfocada al uso de energías renovables. 

Por eso desde la visión de los líderes que apoyan a Petro, Ecopetrol debe empezar cuanto antes a virar su modelo de negocio si no quiere desaparecer.

 

“Lo que nos queda es la transición energética”, le dijo a La Silla Fredy Pulecio, líder de la USO.

Una directiva de la USO que nos pidió la reserva de su nombre porque no estaba autorizada a hablar explicó: “La Shell ya está pensando en expandir el modelo de negocio a la producción de energías limpias ¿Por qué Ecopetrol no? Este es un tema de visión” 

Según los datos más recientes recogidos en la industria petrolera, aunque Ecopetrol es dueña del 95 por ciento de las reservas nacionales, todos los campos potencialmente productivos del país representan apenas 7,1 años de consumo interno de petróleo (1.659 millones de barriles de crudo). 

El panorama se tiende a poner más gris, porque por ahora el único plan b que hay es empezar a extraer petróleo vía fracking, pero esa técnica aún no tiene viabilidad y genera mucha resistencia entre ambientalistas e incluso dentro de la misma USO debido a que los riesgos ambientales que supone son altos.

“El único camino que nos queda es buscar otros caminos. Si seguimos pensando que el modelo del petróleo se va a mantener desapareceremos”, explicó a La Silla Moisés Barón, líder de la USO y militante del Polo.

Para la USO la prueba de que Ecopetrol debe diversificarse y apostarle con fuerza a generación de energía alternativa está en que desde el año pasado empezó a dar los primeros pasos para hacerlo. 

Además de que creó Ecopetrol Energía ESP para empezar a desarrollar su propia energía, está alistándose para construir en alianza con privados cuatro granjas de páneles solares.

Sin embargo, el modelo de negocio todavía es muy incipiente porque hasta ahora solo está pensado para que la energía se consuma solo dentro de los campos de Ecopetrol con el fin de disminuir los costos de producción de combustibles.

El segundo argumento de la USO para respaldar a Petro está en que en su plan de gobierno plasmó que la transición no afectaría “la gestión de la extracción petrolera” en el corto plazo y que eso les da un margen suficiente para entrar al nuevo modelo de negocio sin traumatismos.

Esa idea la ha repetido el candidato en varios de sus discursos y entrevistas. 

“Tenemos que transitar en los próximos 20 años fuera del petróleo y el carbón”, dijo Petro en su visita a Barranca.

Por eso creen que aún cuando el modelo energético que Petro privilegie será otro, habrá modernización de la Refinería de Barrancabermeja (proyecto que enterró el Gobierno Santos y que cuesta 7 mil millones de dólares) pese a que esa bandera entra en contradicción con lo que propone. 

La explicación estaría en que modernizar la refinería seguiría siendo útil porque además de que abarataría costos en producción, permitiría reducir las importaciones de combustible, que le cuestan al país, según datos recopilados por la Asociación Colombiana del Petróleo, ACP, poco más de 3 mil millones de dólares anuales.

La garantía de la USO es que el mismo Petro planteó esa posibilidad en su discurso en plaza pública en Barrancabermeja. 

“(Este plan de las energías renovables) también implica que la modernización de la refinería tengan que ver, y atarse a la sustitución de importaciones que Colombia hoy hace de combustibles fósiles”, dijo el candidato. “Aún en la transición en los próximos 10 años o 15 se seguirán importando, a menos que la refinería los sustituya. Si los sustituye la balanza de pagos de Colombia será menos vulnerable a la caída del precio del petróleo”. 

Sin embargo, hay varias preguntas que quedan en el camino, y que, como contó La Silla Cachaca, aún no es claro cómo se resolverán. 

Por ejemplo, ir hacia allá obliga a definir cómo reemplazar los ingresos que hoy obtiene Ecopetrol, empresa que el año pasado fue la que más ingresos obtuvo en Colombia, con $50 billones de pesos (más o menos lo que cuestan las vías 4G), y eso no lo explica Petro.

Tampoco es claro cómo lograría la caja para modernizar la refinería - el equivalente al presupuesto de dos años de inversión de toda la empresa-, si no estaría invirtiendo en exploración y explotación (que es lo que le da la plata a Ecopetrol) y al tiempo impulsaría un modelo de producción energética diferente.

“Este es el riesgo más latente. No hay claridad de lo que sucedería, y la llegada de Gustavo Petro podría ser un tiro en el pie para ellos mismos”, dijo a La Silla Óscar Vanegas, exasesor de la USO que apoya la candidatura de Sergio Fajardo. “Este fácilmente podría convertirse en el momento de la historia de más confrontación de la USO con un Gobierno”.

Y es que como cambiar el modelo de negocio implica cambiar el tipo de personal por uno experto en energías renovables, desfinanciar unos proyectos para priorizar otros y, en general, darle un revolcón administrativo a la empresa para asegurar nuevos objetivos, de entrada la USO entraría en conflicto con sus afiliados.

La tercera razón por la que la USO está con Petro es la que mejor los representa como sindicato: su idea de tumbar la reforma laboral que fue promovida y aprobada por Álvaro Uribe Vélez, para revivir la jornada laboral hasta las 6 de la tarde, el pago de horas extras, recargos nocturnos y festivos y hasta los contratos a término indefinido. 

“Es la primera vez que un candidato que representa todo lo que defendemos laboralmente, que representa a la izquierda, tiene tantas oportunidades de llegar a la Presidencia”, dijo a La Silla César Loza,  presidente de La USO.

Pero  más allá de ese debate, está la idea de que el respaldo de la USO a Petro es más simbólico que práctico.

Lo que aporta electoralmente la USO

La Unión Sindical Obrera  fue el primer sindicato de la industria petrolera (se creó en 1922)  y desde entonces ha sido el de mayor visibilidad en el país. 

Sin embargo, en los últimos 15 años ha ido perdiendo terreno, conexión con las bases y parte de su espíritu.

La última vez que se sintió su fuerza fue en la huelga que sus afiliados lideraron en 2004, cuando por 37 días pararon las operaciones de todo Ecopetrol en protesta por la privatización parcial de la empresa, una política que promovió Álvaro Uribe para capitalizar su gobierno e invertir en la política de ‘seguridad democrática’.

Desde entonces, el poder que representaba dentro de los trabajadores del sector se ha ido diluyendo por varios factores. 

Uno de los principales está ligado a que su fuerza está principalmente concentrada en los contratistas temporales, y no en el personal de planta. 

Según nos dijeron en el sindicato, de los 18 mil afiliados, solo 3 mil son empleados directos de Ecopetrol.

“Su fuerza es muy gaseosa. Muchos de los afiliados tienen contratos de solo unos meses”, dijo a La Silla  un mando medio de Ecopetrol que ha trabajado en la empresa más de una década. 

Eso ha afectado directamente la representatividad política de la USO debido a que no tiene bases cohesionadas y alineadas para moverse.

Por ejemplo, aunque en la USO hay presencia del sindicalismo clasista (Partido Comunista, Colectivo Guillermo Marín, Poder y Unidad Popular), sindicalismo Polo Democrático (Moir) y sindicalismo democrático (Progresistas y la tendencia PTC), quienes se afilian no responden en su gran mayoría a un criterio político.

Según nos contaron cuatro personas que han tenido vínculos laborales con Ecopetrol, dos de las cuales estuvieron afiliadas en la USO, la idea de estar en el sindicato es más utilitarista. 

“Mucha gente llega y le dicen que se afilie que eso significa que lo van a defender si lo despiden irregularmente o cosas así, y al que le suena lo hace, pero solo por eso”, nos dijo una de esas fuentes que nos pidió la reserva de su nombre porque trabaja en Ecopetrol. “A nadie le gusta mezclar la política del sindicato con el trabajo y menos a los contratistas”.
  
La minada de la USO también ha tenido que ver con una baja en su credibilidad, debido a que dentro de Ecopetrol un sector cree que en los últimos años los empleados han perdido beneficios (eso está más ligado a la caída de precios del petróleo) porque el sindicato no responde a los intereses de los empleados. 

“El poder que tenía (la USO) ya no es nada. Ya la gente no se afilia, los que están son los viejitos que no entraron en pensiones. Muchos beneficios se perdieron debido a la caída de precios del petróleo y la gente ya no se afilia”, nos contó un exfuncionario de Ecopetrol. Dos fuentes más, un contratista y un excontratista, nos dieron una versión similar. 

Todo eso sin contar que en toda la industria empezaron a crearse nuevos sindicatos que también están peleando afiliados y poder.

Cesar Loza, presidente de la USO, le dijo a La Silla que esa percepción no era cierta. 

“La USO sigue siendo una organización muy fuerte, tenemos capacidad de interlocución y de movilización. En tres meses vamos de cara a un proceso de negociación con Ecopetrol en el que vamos a luchar contra la idea de seguir privatizando la empresa y los derechos de los trabajadores”, explicó el líder sindical. “La dispersión tiene que ver más con un tema de redes sociales porque ya la gente se da por enterada de todo a través de ese canal”

La versión de Loza contrasta con los resultados de sus últimas manifestaciones, que en el caso de Barrancabermeja, donde está concentrada  buena parte de su fuerza, no han sido muy concurridas. 

Por eso, la percepción es que aunque la USO dice que su fuerza electoral se traduce en los votos de los 18 mil afiliados con sus núcleos familiares, en la práctica el apoyo es sustancialmente menor y termina teniendo un efecto más simbólico para Petro.

Silla Santandereana
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Silla Santandereana
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La inexperiencia de un Presidente sí importa (aunque el carácter más)

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Como Iván Duque tiene una hoja de vida relativamente corta y pocos logros de su pasado conectados con su principal bandera, para la serie que estamos haciendo con todos los candidatos sobre su trayectoria, optamos más bien por explorar  la pregunta sobre qué tanta experiencia se necesita para ser Presidente de Colombia. La respuesta es compleja.

Gente cercana a él suele mencionar los casos de Barack Obama, del presidente francés Emmanuel Macron y del canadiense Justin Trudeau como ejemplos de otros dirigentes con poca experiencia.

Los tres son casos diferentes al de Duque.

De los tres, Obama es el que menos experiencia ejecutiva tenía aunque, además de senador, había dirigido las ONG Developing Communities Project en los barrios de Chicago y Project Vote, esta última con 700 voluntarios.

Macron, un año más joven que Duque, había sido uno de los mejores banqueros de Francia, asociado del banco Rothschild; asesor económico y ministro de Hacienda de Francois Hollande, además de que creó su propio movimiento político.

Trudeau, de 47 años, es el primer ministro en un sistema parlamentario en el que tiene una responsabilidad más compartida con el Parlamento. En todo caso, había ganado una curul en elecciones abiertas, liderado el Partido Liberal y fue ministro a la sombra antes de ocupar su cargo.

Y los tres tenían a su favor que en sus países hay un servicio público profesional y estable que no depende tanto de las decisiones del Presidente.

En conclusión, todos tenían experiencia ejecutiva y habían tenido la última palabra en varios asuntos, dos cosas que Duque, que siempre ha estado bajo el ala de alguien más, no ha tenido.

Para entender qué es exactamente lo que hace un Presidente y qué tanta experiencia se requiere para ejercer el cargo, consultamos a tres ex secretarios generales, un secretario privado y un asesor muy cercano de cuatro presidentes de la República diferentes que hablaron libremente off the record.

Los cinco coincidieron en que lo más importante para ser Presidente es el carácter, aún más que la experiencia. Sobre todo, porque no hay forma de que alguien llegue a la Presidencia con experiencia en todos los frentes y, para eso, tiene la posibilidad de contar con asesores en muchos campos.

Había consenso en que es importante una persona que se deje asesorar, que tenga la inteligencia suficiente para entender las opciones y que no se sienta indefenso por decir que no sabe.

Dijeron, también, que no tener mucha experiencia tiene la ventaja de que se permite soñar más y que no arranca con tantas preconcepciones.

Aunque con grados diferentes de intensidad, cada uno de los entrevistados reconoce que es mucho mejor tener experiencia que no tenerla porque cuando un problema le llega al Presidente es porque no ha encontrado solución en el curso normal de la gobernanza. Es decir, porque es un problema grave.

Un caso ejemplifica el tipo de problemas que tiene que resolver un Presidente: los arroceros quieren que se les fije un precio mínimo porque de lo contrario unos 500 mil agricultores corren el riesgo de quebrarse. Los molineros, por el contrario, dicen que si sube el precio le transferirán el mayor costo del arroz a los consumidores, que en su mayoría son pobres.

El Ministro del Exterior alega que los TLC prohíben fijar precios y el Minhacienda teme que un alza en los precios genere inflación.

El Presidente tiene que tomar una decisión y su labor es escoger la menos mala. Pero tiene que decidir y prepararse para las consecuencias, intentando crear ciertos consensos sociales y políticos.

Para resolver problemas difíciles como éste, la experiencia sirve para las siguientes cinco cosas:

1

Para suplir la falta de información sobre un problema

En Colombia se toman decisiones con muy poca información sobre el problema que se tiene que resolver.  “Toca construirla a partir de la experiencia pasada, con base en una intuición de hacia dónde puede coger la situación”, dice uno de los consultados.

 
2

Para no dejarse descrestar

Hay ideas que pueden sonar atractivas en los libros, pero que en la práctica son muy complicadas por el choque de poderes que implican o porque sencillamente no son aterrizables o “platanizables”, como dijo uno de los entrevistados. La experiencia permite no descrestarse fácilmente.  

“Duque dice eso de unificar las cortes es una idea atractiva. Pero implicaría una guerra con el poder judicial”, agrega.

 
3

Para decidir a qué problema medirse

Lo más importante que hace un Presidente es fijar la agenda de Gobierno. Aunque en realidad los problemas que surgen suelen distorsionar esa agenda.

Un ejemplo que suele contar el expresidente Samper es que el Presidente llega el primer día a Casa de Nariño y dice “vamos a hacer X cosa”. Recibe la llamada del comandante de la Policía que le dice se fugó tal capo y el Presidente le dice, “General, haga lo que tiene que hacer y vuelve a su tema bandera”. A la hora, lo llama el embajador de Estados Unidos y le dice “Estamos preocupados porque se voló el capo X, ¿qué piensa hacer?”.  El Presidente le responde “el comandante de la Policía está en eso, Embajador”, y cuelga. A las dos horas, su jefe de prensa le dice que tiene a cinco periodistas importantes con la misma pregunta. Hasta ahí le llegó su agenda y encontrar al capo X se le vuelve prioridad. Según los entrevistados, la experiencia puede ayudar a discernir qué problemas dejarse imponer y de qué temas de su agenda no distraerse.

 
4

Para crear un equipo y manejar sus tensiones

Para un Presidente es fundamental tener un equipo en el que crea y para eso tener experiencia previa ayuda pues ha podido identificar gente buena, con la que puede trabajar y que es de su entera confianza.

Una vez que tiene armado su equipo, la experiencia ayuda a tramitar los conflictos que surgen en su interior.

En el gabinete de un Presidente suele haber todo tipo de visiones, intereses, pujas de poder, egos heridos, roscas que se expresan en el consejo de ministros o en los corrillos de Palacio. De hecho, hay conflictos inevitables como cuando compiten entre sí por el presupuesto y el de Hacienda recibe presiones de cada uno por posicionar sus necesidades.

Para lidiar con ellos la inteligencia emocional del Presidente juega un papel clave y la experiencia de haber manejado equipos con anterioridad suele hacerlo más fácil.

Duque ha tenido un máximo de seis personas bajo su cargo, o sea que si es elegido sería la primera vez que llega a manejar tantas personas.

Dependiendo de sus estilo, un Presidente maneja más o menos personas. Por ejemplo Santos tiene un estilo que fue útil para negociar la paz en la que centraliza la información en él, que es el único que tiene la película completa e interactúa, entonces, con muy pocas personas a la vez.

Pero para el posconflicto, por ejemplo, ese estilo se ha vuelto un problema porque esa tarea requiere una coordinación transversal entre varias personas que él no ha hecho.

 
5

Para gerenciar la empresa

El Estado tiene aproximadamente un millón de funcionarios públicos, de los cuales la mitad están en las Fuerzas Militares; hay 1.122 alcaldes, 32 gobernadores, 268 congresistas. Está el sector privado, con miles de peticiones. Están los embajadores y sus respectivos países.  

Mejor dicho, un Presidente no solo tiene una demanda de su atención de mucha gente y sectores sino que tiene que meterse en temas muy diversos.

“Manejar un país es manejar la empresa más grande”, dice uno de los exsecretarios generales consultados. “Para eso se necesita una experiencia gerencial importante”.

 

Silla Nacional
Iván Duque Márquez

Iván Duque Márquez

Candidato presidencial del Centro Democrático

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Los cuestionados que le hacen campaña a Duque sin su ok

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Ayer, cuando le preguntaron en una entrevista por las personas cuestionadas que se han subido con él en tarima o que le están haciendo campaña, el candidato uribista Iván Duque respondió“Yo no acepto el apoyo de personas que estén en la delincuencia”.

Pero no solo aceptó el respaldo de seis casas de políticos del Partido Conservador y de La U encabezadas por personas condenadas por parapolítica o corrupción, sino que encontramos los grupos de otros 11 políticos condenados o investigados que se están moviendo por él, aunque Duque no los haya aceptado formalmente en su campaña.

Estos son lo cuestionados que le hacen campaña a Duque sin su aval:

Fernando Gómez

La casa política de Francisco 'Kiko' Gómez, el exgobernador de La Guajira condenado por homicidio, está apoyando a Duque. Fernando Gómez, el hijo de 'Kiko', aparece en estas fotos que nos enviaron con los carteles de Duque y Marta Lucía y la gorra de su campaña. También está con el candidato del uribismo Norberto 'Tico' Gómez, el fallido candidato del kikismo (casa política de Kiko) en las atípicas de La Guajira del 2016, quien aparece con Duque en su foto de perfil de Twitter

Sara Piedrahita Lyons

La casa política de Alejandro Lyons, exgobernador de Córdoba condenado por el desfalco del departamento durante su administración, está apoyando a Duque a través de su prima la representante cordobesa Sara Elena Piedrahita Lyons, elegida en 2014 con el músculo financiero y político del clan Lyons y reelegida en las últimas elecciones con el mismo apoyo. Aunque Piedrahita dijo que nunca ha sido la candidata de Lyons, como contó La Silla Caribe , en las últimas elecciones a Congreso fue la candidata de siete de los nueve alcaldes que sacó el exgobernador en las regionales de 2015 (Tierralta, Chinú, La Apartada, Ayapel, Puerto Libertador, Cotorra y Cereté) y tuvo el respaldo de personas del primer círculo de confianza de Alejandro Lyons, como Luis Alejandro Castillo Sánchez.

Como contamos en esta historia el grupo cordobés se partió entre Vargas y el uribismo cuando Piedrahita, a pesar de la posición oficial de su colectividad, les comunicó a sus líderes de Montería que su decisión era apoyar a Duque, como nos lo contó uno de ellos que se lo oyó decir directamente.

La cercanía de la Representante con el uribismo se da por el lado de su pareja, Élber Chagüi, hermano de Ruby Chagüi, senadora electa del Centro Democrático y exjefe de prensa de Álvaro Uribe. De hecho, como lo contamos, en la campaña a Congreso los líderes de Piedrahita apoyaron al Senado a Chagüi. Los Chagüi son los dueños políticos de la Alcaldía de Cereté.

Sandra Villadiego

La casa política de Miguel Ángel Rangel, excongresista condenado por parapolítica, apoya a Duque y Ramírez como lo contó La Silla desde antes de que el Partido de la U tomara la decisión de firmar un acuerdo programático con Vargas.

La cara visible de esta casa es su esposa la senadora Sandra Villadiego que se quemó en las últmas elecciones y a quien la Corte Suprema le abrió indagación preliminar por el escándalo de Odebrecht. Villadiego había cantado su intención de apoyar al candidato del uribismo desde cuando, hace varios meses, le dijo a La Silla "Con la U se escribe Uribe". Hace más de un mes una fuente de su grupo político nos confirmó este apoyo.

Rubén Darío Quintero

Rubén Darío Quintero, exalcalde de Rionegro y exsenador de Cambio Radical entre 2002 y 2010 y representante liberal entre 1998 y 2002 condenado por nexos con paramilitares en Urabá en 2008 se está moviendo por Duque. En 2011, cuando quedó en libertad, su hijo, Esteban Quintero, llegó a la Asamblea de Antioquia como su heredero, y ahora es representante a la Cámara por el Centro Democrático, (fue el segundo más votado de ese partido en el departamento con 58 mil votos). Quintero le hizo campaña a su hijo por redes sociales este año y ahora le está haciendo a Iván Duque y promoviéndole eventos en Rionegro.

Román Aristizábal

El cinco veces alcalde de Filadelfia, Román Aristizábal, condenado por vínculos con paramilitares, está al frente de la sede de "liberales con Duque" que las bases del partido abrieron hace un mes en Manizales. Aunque es conservador le hizo campaña al liberal Mario Castaño a la Cámara en 2014 y al Senado en 2018. "Román es una persona que no puede pertenecer a los cargos directivos de la campaña porque estuvo condenado, además porque él es conservador, pero él se mantiene en la sede y hace las llamadas a los líderes liberales de los municipios, los invita a la campaña," nos dijo un político liberal de Caldas que lo sabe de primera mano.  

Carlos Hernán Serna

Carlos Hernán Serna, exdiputado liberal de la cuerda de Mario Castaño es heredero, como Castaño, del cacique liberal condenado por parapolítica Ferney Tapasco. Serna fue candidato a la Cámara en las pasadas legislativas como fórmula de Castaño, pero se quemó con 13 mil votos. Él le confirmó a La Silla que está con Duque y que va como ciudadano a los eventos del candidato. "Él va a la sede, mira qué gente está acompañando a Iván Duque, se mantiene en la sede", nos dijo un político liberal de Caldas de la cuerda de Castaño.

Óscar Doria

La casa López Casado, que dirigen el exsenador y parapolítico Juan Manuel ‘Juancho’ López Cabrales y su esposa, la saliente senadora Arleth Casado (que se ahogó con poco más de 57 mil votos), no respaldaron a De la Calle en la consulta liberal (se fueron con el exministro Juan Fernando Cristo) y tampoco lo apoyan ahora. Pero mandaron a uno de sus líderes clave (el excandidato a la Cámara en fórmula con Casado, Óscar Doria, quien se quemó con casi 39 mil votos) a la campaña de Iván Duque.

Óscar Reyes

Reyes llegó al Senado en 2006 con el aval del viejo PIN, en ese entonces Convergencia Ciudadana, con 55 mil votos. Empezó a ser investigado por la Corte Suprema de Justicia luego de que en versiones libre de Justicia y Paz lo señalaran como un aliado del Bloque Central Bolívar de los paramilitares, fue capturado el 24 de octubre de 2010 y condenado en enero de 2012 por concierto para delinquir agravado por promocionar grupos armados al margen de la ley. La Corte comprobó que se alió con Rodrigo Pérez Alzate, alias ‘Julián Bolívar’, Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco' e Iván Roberto Duque, alias ‘Ernesto Báez, para llegar al poder. Está respaldando la aspiración de Duque y asistió a eventos de esa campaña en Santander.

Alfonso Riaño

Riaño llegó a la Cámara en 2006 por el viejo PIN con 52 mil votos, la más alta votación de la época. A finales de 2007 renunció a su curul porque la Corte Suprema de Justicia empezó a investigarlo por presuntos vínculos con paramilitares y en 2008 se entregó a la Fiscalía. En enero de 2012 fue condenado y perdió protagonismo en la política regional. Desde entonces no ha puesto heredero y ninguno de los candidatos que ha apoyado han ganado, por lo que no hay certeza de su caudal electoral. Es una de las personas más cercanas a otro excongresista condenado por parapolítica, Luis Alberto Gil, y por esa vía se mantiene como directivo nacional del partido Opción Ciudadana. También mantiene un equipo político en su natal Cimitarra y desde allí mueve gente en el Magdalena Medio. Llegó a la campaña de Duque por su tradicional simpatía con el uribismo. Ha acompañado varios eventos de la campaña en Santander, tanto con Duque como con el senador Álvaro Uribe Vélez.

Juan Carlos 'el Negro' Martínez

Juan Carlos 'el Negro' Martínez, condenado por parapolítica, no pertenece oficialmente a la campaña de Duque. Sin embargo, desde antes de abril, cuando Martínez fue recapturado por enriquecimiento ilícito, su grupo político había decidido trabajarle a la campaña de Duque y dos miembros del uribismo en el departamento nos dijeron por aparte que Martínez había enviado emisarios a la campaña, aunque no los recibieron. De todos modos, el apoyo de la estructura del Negro (principalmente apalancada por su candidato quemado al Senado, William Rodríguez) al uribismo no es nueva. En 2014 apoyaron al candidato uribista Óscar Iván Zuluaga -que de todas maneras perdió en el Valle y en los fortines de Martínez, como Buenaventura-. Según dos fuentes del principal puerto del Pacífico, esta vez Martínez se inclina por Duque porque no apoyará a candidatos como Germán Vargas que está aliado con el grupo de su enemiga declarada, la gobernadora Dilian Francisca Toro. En otras regiones, como Chocó, el antiguo PIN sí es bien recibido y como contamos, las directivas de este partido en ese departamento hacen parte oficial de la campaña de Duque.

Carlos Enrique Soto

Carlos Enrique Soto, el exsenador del Partido de la U al que el Consejo de Estado le decretó muerte política en marzo de 2017 por tráfico de influencias y destinación indebida de recursos públicos, está apoyando la campaña de Duque. Para las legislativas de marzo lanzó a su hija Andrea Soto a la Cámara por Risaralda, pero esta se quemó con 8 mil votos. En marzo aterrizó con su equipo político de siempre en la campaña de Iván Duque como voluntario, "como un activista más", según le dijeron a La Silla un diputado del Centro Democrático y César Giraldo, gerente de la campaña en Risaralda.

Iván Duque Márquez

Iván Duque Márquez

Candidato presidencial del Centro Democrático

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En plazas opuestas, Vargas y Petro confirman su pulso Caribe

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Las únicas coincidencias de los cierres de campaña que, con menos de 24 horas de diferencia, tuvieron en Barranquilla Gustavo Petro y Germán Vargas son que fueron en plaza pública, esa misma que se disputaron por todo el país a lo largo de estas presidenciales, y que ambos dijeron que esta ciudad les dará la victoria.

Tal y como pasó al final de la campaña a Congreso, en marzo pasado, de nuevo se midieron en un mismo fin de semana en la considerada capital del Caribe, una de las regiones que define Presidente y en la que los dos aspiran a arrasar este domingo de elecciones.

Y, también de nuevo, los detalles de cada evento ratificaron sus diferencias de personalidad, discurso, narrativas, maneras y compañías.

De entrada, Vargas aspira a arrasar en el Caribe con su maquinaria costeña de 17 senadores y 33 representantes (entre actuales y nuevos), tres alcaldes capitales y tres gobernadores.

Petro le apuesta a hacerlo con el fervor de las 18 plazas que espontáneamente llenó en la Costa en estos meses, con el apoyo de las bases liberales locales que le han cantado el respaldo, con la maquinaria del exalcalde samario Carlos Caicedo (investigado por presuntas irregularidades en la contratación), con su llamado “Caribe Humano”.

El uno anula al otro más allá de lo obvio porque parte de los seguidores que le llenan la plaza a Petro han sido objeto tradicional de la compra del voto de las maquinarias que acompañan a Vargas.

Bajo esa circunstancia, el domingo probablemente varios de esos ciudadanos tendrán que decidir entre el uno o el otro.

Mientras sabemos en qué termina eso, esto fue lo que se vivió.

Del fervor a los caciques y viceversa

Petro cerró en un único evento en la populosa cancha del barrio Cevillar, en el suroccidente de la ciudad, el pasado domingo.

Vargas asistió a tres eventos ofrecidos por algunos de los caciques que respaldan su candidatura: el primero en un centro recreacional llamado Las Vegas, encabezado por el senador de La U Ángel Custodio Cabrera. El segundo en la cancha del barrio la Magdalena, liderado por el senador conservador Efraín ‘Fincho’ Cepeda. Y el último, en la cancha del barrio El Carmen, organizado por sus anfitriones los Char de Cambio Radical. Todo durante la tarde del sábado inmediatamente anterior a lo de Petro.

Petro citó a las 3 p.m. Aunque en la mañana varias nubes negras habían amenazado, finalmente no llovió y a la hora del encuentro un sol picante e inflexible era el que daba la bienvenida al campo de arena, en el que los más puntuales sudaban a chorros entre banderas y carteles de apoyo al candidato y uno que otro vendedor de cerveza.

En la tarima, el presentador del evento animaba al son de salsas y champetas y, entre unas y otras, lanzaba frases como:

-Recuerden, recuerden aquel 19 de abril en el que Misael Patraña, ¡sí, el padre de Andrés Patraña!, se robó las elecciones. ¿¡Nos vamos a dejar joder otra vez!?

Y en los alrededores, inundados por otras músicas de otros equipos de sonido, los vecinos del sector se apostaban en sus puertas para ver el espectáculo, algunos atendiendo improvisados negocios de alquiler de baños y venta de totumas con sopa.

Al pasar de cada minuto, se veían más y más personas, hombres, mujeres, viejos, muchachos, niños, caminar por esas calles aledañas para acceder al lugar.

 

Los vimos llegar sin organización previa, en transporte público, algunos pocos en taxis o carros particulares, e incluso a pie.

Exactamente 24 horas antes, las primeras madres comunitarias que asistieron al evento convocado por el Senador Cabrera para Vargas Lleras bajaban de los buses en los que las transportaron masivamente desde vecindades como Puerto Colombia, y sitios un poco más retirados como Cartagena o Chinú, en Córdoba, para lanzarle vivas a ese candidato en el centro recreacional Las Vegas.

Lo hicieron por invitación directa de Cabrera, que tiene en esas trabajadoras, vinculadas a fundaciones que contratan con el Bienestar Familiar, uno de sus fortines electorales.

Ese primer evento de Vargas, como el único de Petro, también estuvo citado a las 3 p.m.

Era sólo con madres. En total, llegaron unas 300. Ellas no aguantaron sol porque se trató de un lugar cerrado.

Tampoco aguantaron hambre porque a todas les llevaron a sus sillas empanadas, deditos de queso y gaseosas.

Donde Petro no repartieron nada. Los de logística tenían detrás de la tarima algunas pacas de botellas pequeñas de agua, que ofrecían a los periodistas e invitados con acceso hasta ese punto y que se terminaron más rápido de lo que el calor y el sofoco exigían.

Pasadas las 5, nada que llegaba Petro. Más o menos a esa hora, comenzaron a desfilar por el micrófono de la tarima varios de sus escuderos para prender más a la gente que, a pesar de la espera, nunca lució desanimada.

Pasaron el concejal Hollman Morris, el senador electo Gustavo Bolívar, la senadora electa Aída Avella el actor Gregorio Pernía, la ‘nobel’ de medio ambiente Francia Márquez.

“Los Char son unos chanchulleros, ¡que respondan por la plata de las obras!, ¡que responda Vargas!, que respondan por el chanchullo de los votos”, gritó Aída.

Todos terminaban sus cortos discursos de campaña con la misma frase: ¡Me llamo Hollman, Gregorio, Francia, Aída… y quiero que Gustavo Petro sea mi Presidente!

Aplausos. Carteles con “Colombia Humana”, “Soledad Humana”, “Galapa Humana”, “Liberales con Petro”, “Yo voto por este man, ni roba ni deja robar”, “Aracataca apoya y vota Petro”, “M-19”, “Prensa corrupta, ahora nosotros damos las noticias”, “Petrosky Presidente”, arriba.

El día anterior, misma hora, en el evento de Fincho Cepeda, también hablaron los escuderos de Vargas.

“¿¡Quién conoce de un ladrillo que haya pegado Petro, Duque, Fajardo, De la Calle, en el Caribe!?”, gritó Fincho al micrófono frente a la repleta cancha del barrio La Magdalena.

“¡Ceroooooo!”, respondieron en coro los seguidores de Cepeda que fueron llevados en buses que ocuparon de manera evidente varias cuadras a la redonda, al punto que no podían llegar taxis hasta el sitio.

“¿¡Y quiénes conocen los ladrillos de Germán!?”, volvió a preguntar el Senador conservador.

Aplausos. Carteles con “Cepedistas con Vargas Lleras Presidente”, “Mi voto es por #VargasLleras”, “Los cepedistas votan #VargasLleras”, “Los amigos de JOTA son cepedistas y vargaslleristas”, arriba.

A las 5:55 p.m. por fin llegó Petro a su evento del domingo. A las 6:03 comenzó a hablar. La gente, a reventar en la cancha de tierra, lo había esperado por poco más de tres horas.

Dijo que, después de llenar 80 plazas en el país según sus cálculos, ahora que llegaba a la última antes de la primera vuelta, no había tenido tiempo de reflexionar sobre el nacimiento de una “nueva ciudadanía” y de un movimiento que el país no veía desde Gaitán.

Aseguró que Vargas se refería a ellos (a los presentes) como “la plaga” y que ese candidato y el uribista Iván Duque representan “la maquinaria, que no es otra cosa que una asociación para delinquir”.

Repitió que, según él, “está listo un fraude para el domingo 27 de mayo”. Y reiteró (como lo había hecho horas antes en el cierre que hizo en el Pacífico) el llamado a sus seguidores para que ese día, cuando se cierren las urnas a las 4 de la tarde, salgan a llenar las plazas del país a esperar los resultados.

Pero no los resultados de la Registraduría, sino los de su campaña.

“Daremos un informe oficial.Creemos que contamos ya con la capacidad, la misma que tiene la Registraduría, para saber en tiempo real cómo va la votación en toda Colombia, en todos sus candidatos, a partir de las 4”, afirmó tras detallar que la campaña necesita completar 100 mil testigos electorales registrados para cuidar los votos tomándoles fotografías a los formularios E14.

“A la Policía le informo que el testigo puede a partir de las 4 de la tarde, por autorización de la ley, tomar las fotos del conteo de votos del formulario E14, ya daremos las instrucciones de cómo se envían”. 

Criticó a los periodistas. Dijo que los periodistas lo critican de incendiario, cuando “los incendiarios son otros”. Que no han analizado bien ni la corrupción ni las basuras ni Hidroituango.

A las 7:07 p.m. se tomó el primer sorbo de agua.

Y terminó 39 minutos después evocando a Gabo:

“Prendan los celulares, alumbremos esta noche… alumbremos aquí a Colombia… que estas luces nos acompañen a una gesta histórica, la gesta de construir la segunda oportunidad de las estirpes que habían sido condenadas a los 100 años de soledad”.

Mientras desde el público se oían in crescendo los gritos de: Petro, Petro, Petro.

Vargas, en cambio, llegó puntual a sus tres eventos del sábado. No dejó esperando a la gente más allá de 20 minutos.

El tercer encuentro, el de los Char, era a las 7 p.m. y él llegó a las 7:10 p.m.

Lo esperaban seguidores de los grupos de los congresistas Miguel Amín (La U), Martha Villalba (La U), Antonio Zabaraín (Cambio Radical), Luis Eduardo ‘Lucho’ Díaz Granados (Cambio Radical), Laureano ‘el Gato volador’ Acuña (conservador), Karina Rojano (Cambio Radical), Modesto Aguilera (Cambio Radical) y, por supuesto, Arturo Char, hermano del alcalde barranquillero Álex Char.

Al igual que en sus primeros dos eventos de la tarde, y a diferencia de Petro, discursó 15 minutos.

Dijo que es el único candidato que “siempre ha estado y ayudado al Caribe”. Que a los costeños les solucionará el tema de Electricaribe y la navegabilidad del río Magdalena. Y que traerá más pie de fuerza a Barranquilla para recuperar la seguridad.

Se vendió como el aspirante de centro y de la institucionalidad entre los extremos, que según él son Petro y Duque: “Ni el camino de Venezuela ni volver al pasado”.

Pero, al tiempo, prometió su mano dura al afirmar en el evento de Fincho: “ Mi llamado es al ELN para que aprovechen estos tres meses, para que aprovechen la generosidad de este Gobierno, porque el 7 de agosto se les acaba. Está pasando lo mismo del Caguán”.

Al final de su tercer evento, a las 7:33 p.m., no hubo celulares prendidos ni frases de Gabo, sino canciones y bailes de Arturo Char, el Senador-cantante de la poderosa casa Char, que cerró la concentración versionando a Juan Luis Guerra.

Tanto en el cierre de Petro (sobre el cual un integrante de su campaña nos dijo que habían ido 40 mil personas), como en los tres cierres de Vargas (que, también según su campaña, sumaron más de 32 mil ciudadanos), les preguntamos a asistentes al azar por quién iban a votar.

En el de Petro todos por Petro. En el de Vargas, tres nos dijeron que por Vargas, dos que por Duque y dos más que por Petro.

Silla Caribe
jperez
Germán Vargas Lleras

Germán Vargas Lleras

Ex Vicepresidente de la República y candidato presidencial del movimiento 'Mejor Vargas Lleras'

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Fredy Anaya usa contratistas para ponerle votos a Vargas Lleras

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Ayer la revista Carácter publicó un audio en el que se escucha a la jefe de Gestión Social de la Corporación Autónoma Regional de Bucaramanga Cdmb, Sandra Pachón, participando en política. 

En la nota de voz, Pachón, exconcejal de Bucaramanga conocida por ser cuota del representante del viejo PIN Fredy Anaya, quien a su vez maneja la Cdmb, invita a una reunión en la iglesia cristiana G12 a las 6 de la tarde del lunes (ayer) e indica que quien asista debe ir con camisa de color azul.

Aunque no lo dice en el audio, la reunión a esa hora y en ese lugar era de la campaña presidencial de Germán Vargas Lleras

Según nos dijeron dos políticos de Cambio Radical por separado, la empezaron a convocar desde el viernes y esperaban la asistencia de los contratistas y funcionarios que van a trabajar en el día electoral, bien sea como testigos o como capitanes (quienes jalonan los votos afuera de los puestos de votación). 

La Silla confirmó en la Cdmb que en esa entidad le pidieron a los empleados ir a la reunión. 

A las 4 de la tarde estuvimos en la sede de esa entidad pública, encargada de velar por el medio ambiente en 13 municipios de Santander, incluida la zona rural del área metropolitana de Bucaramanga, y vimos cómo en horario laboral empezaron a salir empleados, la gran mayoría vestidos de azul. 

Luego, llegamos a la reunión en el G12 y también los vimos llegar. Entre esos al  exconcejal  de Floridablanca y subdirector administrativo y financiero, Ferley González. 

 

También vimos llegar a la reunión a un grupo de operarios de la Empresa de Alcantarillado de Santander, Empas, cuyo fortín burocrático se comparten el congresista Fredy Anaya y el gobernador de Santander, Didier Tavera. 

El auditorio, al que le caben alrededor de dos mil personas casi se llenó y más de la mitad iba vestida de azul. El resto era gente del grupo del representante liberal Edgar ‘el Pote’ Gómez (representado allí con el exgobernador condenado por corrupción, Mario Camacho), el senador de Cambio Bernabé Celis y unos pocos del partido Opción Ciudadana, comandados por Juan Roberto Rico, mano derecha del parapolítico Luis Alberto ‘el Tuerto’ Gil. 

Gómez nos dijo que él no era responsable por la presencia de Camacho, quien es conocido en el Santander político como su segundo a bordo, ni de sus líderes, en la reunión porque él estaba con Humberto De la Calle.

En todo caso, en tarima estuvieron el gerente de la campaña, Mario Hernández, Camacho, Rico, el concejal de Bucaramanga por La U, Cleomedes Bello, los senadores de Cambio Radical Richard Aguilar y Bernabé Celis (también su hermano, el diputado Álvaro Celis), y la exrepresentante a la cámara y líder cristiana Johana Chaves (quien fue la que prestó el lugar).

Cada uno de ellos hizo una intervención y en tres momentos quedó en el ambiente que había participación en política de funcionarios y que quienes asistieron estaban presionados por trabajo. 

Primero el concejal de La U, Cleomedes Bello dijo: “(Gracias por) hacer este evento con todas las personas que están acá. Lástima que no los podemos nombrar, que no podemos hablar de política pero la sabemos hacer, la sabemos sacar adelante”, haciendo referencia a que detrás de los asistentes había participación de dirigentes que no pueden estar abiertamente en campaña.

Luego Camacho dijo que los asistentes debían trabajar el día electoral si querían mantener sus puestos:  “es un día de dedicación, de esfuerzo, de trabajo, de compromiso con la posibilidad de asegurar 1.440 que nos permitan seguir beneficiandonos como lo hemos venido haciendo durante tanto tiempo”.

Por último, Fredy Anaya se refirió al grupo de gente de azul como “este gran grupo de amigos de fredy anaya que han sido fidelizados con cariño”. También dejó en evidencia que los presentes tendrán que trabajar el domingo: “Ayúdennos el domingo muy duro. Yo sé cómo trabajan ustedes y sé que no vamos a quedar mal. Nos van a contar”.

Y concluyó: “Yo sí les digo, ustedes saben cómo es el trato conmigo (...) Yo les pido el favor, yo trato de consentirlos”.

El papel de Anaya

Según le confirmaron a La Silla un político liberal que está en la campaña de Vargas Lleras y una fuente de adentro de su estructura política, Anaya llegó a la campaña como coordinador político del día electoral en Bucaramanga.

Como su equipo movió 70 mil votos (20 mil en Bucaramanga) en las pasadas legislativas a favor de su esposa Nubia López, quien a la postre cerró como la representante liberal más votada del país, la estrategia de la campaña de Vargas Lleras es que él sea quien organice a todos los otros equipos políticos en la ciudad, incluyendo liberales, Opción Ciudadana y Cambio Radical, y hasta los de los Aguilar.

Para eso Anaya, quien se empezó a mover en favor de Vargas Lleras a penas hace 10 días, ya ha hecho por lo menos otras dos reuniones importantes.

La primera fue el martes pasado, con un grupo de dirigentes que ya estaban en la campaña.

Una fuente que estuvo presente nos contó que fue allí que Anaya anunció su rol en la campaña y todos se comprometieron a pasarle la información de la gente que está esperando su llamada para que, junto con el gerente Mario Hernández, coordinen la logística del próximo domingo.

“Con base en la estructura de él (Fredy Anaya) es que nos vamos a dividir. Cada comuna tiene sus puestos de votación y él va a decidir cuántos capitanes (líderes que jalonan votos) va a haber por comuna y por puesto”, nos dijo esa fuente.

La segunda reunión fue al día siguiente en el restaurante Puerta del Sol, junto a la sede de Vargas Lleras. Allí Anaya convocó a los concejales liberales de Bucaramanga para que activaran sus grupos políticos para el día electoral a favor de Vargas Lleras.

En esa reunión, según nos dijo una fuente que lo supo de primera mano porque estuvo allí, Anaya se comprometió a ayudar a los concejales a conseguir cuotas burocráticas, dado que perdieron las de la Alcaldía con Rodolfo.

Aún las estructuras de los ocho de los diez concejales rojos que podrían moverse en favor de Vargas Lleras están quietas (Jaime Beltrán está con Iván Duque y Dionicio Carrero se quedó con Humberto De La Calle), y solo decidirán hasta hoy si entran o no.

Sin embargo, La Silla confirmó que, además de las presidenciales, Anaya ya está trabajando para las locales de 2019.

En la misma reunión de los concejales, La Silla supo que también estuvieron Johana Chaves y Bernabé Celis y hablaron de las regionales.

“Desde ya reconocemos que tienen que estar unidos Cambio, La U, liberales y Opción Ciudadana para recuperar la Alcaldía”, nos dijo una fuente que estuvo en esa reunión y añadió que el hecho de que sea Anaya quien esté promoviendo esa unidad es importante porque como su esposa sacó la mayor votación en Bucaramanga, “tiene la voz cantante para dar el aval (liberal) a la Alcaldía. Esa es la tradición política acá”.

Y en la de ayer porque, además de que algunas personas de su equipo (los de azul) le gritaban o que sería el próximo Gobernador o el próximo Alcalde, él mismo dijo: “Si ustedes quieren vernos el año entrante en los propósitos, con nombre propio, de las Alcaldías y las Gobernaciones a este equipo junto, necesitamos que el domingo demostremos que somos capaces de trabajar”.

 

Silla Santandereana
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Silla Santandereana
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¿Podrá ganar Duque en primera vuelta?

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A cinco días de las elecciones presidenciales, la pregunta existencial para el candidato uribista Iván Duque es si logra ganar este domingo en primera vuelta como le apuesta su campaña. Porque si no gana en primera, se le puede enredar su triunfo en segunda.

La respuesta es que le quedará difícil porque, aunque Duque ha demostrado que puede crecer más allá del uribismo, para ganar le tocaría vencer el techo del antiuribismo y eso es todo un desafío.

Maquinarias, voto útil polarizado y uribismo 2.0

Para ganar la Presidencia este domingo, que es el objetivo de la campaña según nos dijeron 10 fuentes uribistas y han querido posicionarlo en redes desde su campaña, Duque necesitaría superar su case inicial de 6 millones de votos (los 4 que sacó en la consulta del No, más los que recogieron allí mismo Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez, restando los de antiuribistas que votaron por Ramírez), que son casi los mismos 6,4 millones votos que obtuvo el No en el plebiscito de 2016.

 

Necesita superarlo porque si se mantiene el promedio de participación electoral de los últimos 15 años (45,7%) votarán unas 16,6 millones de personas y entonces necesitaría más de 8 millones de votos para ganar en primera vuelta; si votan tantos como lo hicieron en marzo, podría necesitar incluso 9 millones.

La primera estrategia que está utilizando el uribismo para conseguir esos tres millones de votos adicionales (suponiendo que todos los de la consulta fueran ‘suyos’) es a través de la adhesión de políticos.

Aunque han logrado los apoyos de un sector conservador importante, de Colombia Justa Libres y Somos, es probable que sus bases ya estén incluidas dentro de los que votaron en la consulta del No.

En cambio, los votos que sacaron el Mira, y los políticos de la U y los liberales que lo apoyan suman 1 millón de votos y como ninguno de estos movimientos estaba antes con el No, es más factible que un porcentaje de esos votos sí le sumen a los 6 millones iniciales.

Aún así les seguirían faltando por lo menos otro millón y pico para pensar en ganar en primera vuelta.

Para conquistar el voto de opinión de centro, la campaña de Duque quiere forzar el voto útil desde la primera vuelta con la idea de que es mejor “consolidar a Duque de una vez” y evitar el riesgo de que Gustavo Petro pase a segunda, como nos dijo la senadora Paloma Valencia.

“La política es muy polarizante y el voto de centro terminará arrastrado por las mecánicas electorales de Duque y Petro. Muy posiblemente ese voto de centro terminará siendo afín a nosotros para detener a Petro”, nos dijo el dirigente uribista José Félix Lafaurie.

El problema de esas dos estrategias es que coinciden con las de Germán Vargas Lleras, quien también está peleando la maquinaria (por ejemplo, la semana pasada le ganó a Duque la puja por el barón destituido de Tumaco, Neftalí Correa) y está hablando en entrevistas y cuñas del voto útil antipetrista.

Vargas tiene ventajas en esas dos áreas: con los políticos, porque es uno de ellos, lleva meses cortejándolos y pueden ganar más con él, pues de ganar les debería más su victoria; con el voto útil, porque dado que todas las encuestas pronostican que habrá segunda vuelta se pueden confiar en que si no gana su candidato predilecto igual pueden votar por Duque en la segunda y detener a Petro.

La última carta para crecer es el uribismo 2.0 de Duque, que tiene propuestas para lograr voto de opinión joven y urbano. Por ejemplo, cuando propone jugársela por las TIC para desentrabar trámites administrativos, al decir que va a apoyar las pequeñas y medianas empresas, promover el emprendimiento o implementar la economía naranja en el país.

Aquí, el desafío de la campaña de Duque es lograr vencer el antiuribismo y lo que muestra la última Gallup Poll es que éste existe y es fuerte. El 44 por ciento de los encuestados tiene una imagen negativa de Álvaro Uribe, y es una tendencia que se ha mantenido constante en los últimos años.

Como para la primera vuelta existen otros candidatos viables, y en las encuestas Duque no aparece tan cerca del 50 por ciento ni tampoco Petro, no le quedará tan fácil al uribismo que la idea del voto útil gane tanta tracción esta semana como para vencer el rechazo a Uribe que siente esa mitad del país.

Máxime cuando el influyente columnista de Semana Daniel Coronell ha recordado en las últimas columnas episodios oscuros cercanos al expresidente que se han vuelto virales.

Por todo lo anterior, aunque en el uribismo las cargas están enfiladas en ganar este domingo, existe una alta posibilidad de que haya una segunda vuelta. Si la hay, se repetirá la misma pregunta sobre si Duque será capaz de cruzar el techo del antiuribismo para ganar la Presidencia. La respuesta dependerá de quién sea su rival y la diferencia que saquen entre sí el domingo.

 

Silla Nacional
Iván Duque Márquez

Iván Duque Márquez

Candidato presidencial del Centro Democrático

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Silla Pacífico
Silla Cachaca
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Las 5 cosas que Petro impide que se sepan al no revelar su declaración de renta

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Tras diferentes iniciativas, todos los candidatos presidenciales han revelado su declaración de renta más reciente. Todos menos Gustavo Petro.

El candidato de la Colombia Humana le dijo al portal de periodismo investigativo Cuestión Pública, que le pidió a todos que publicaran las cuatro más recientes, que no lo hacía “por motivos de seguridad y de intimidad”, según reveló el portal.

Lo curioso es que Petro tiene más seguridad que otros candidatos. Y si es por intimidad, Duque tiene tres hijos más pequeños que él.

Además, Petro trinó en julio que estaba dispuesto a revelarla siempre y cuando Álvaro Uribe y sus hijos hicieran lo mismo, a pesar de que ellos han argumentado por años lo mismo que él para no hacerlo (intimidad y seguridad) y Petro no había aceptado esa justificación.

En todo caso, al no hacer ese acto de transparencia impide que ocurran las siguientes cosas:

1

Que se sepa qué tan rico es

La declaración de renta, si bien se concentra en los ingresos de las personas, incluye una declaración del patrimonio para efectos de calcular la llamada renta presuntiva (la ley presume que los ingresos de una persona son mínimo el 3 por ciento de su patrimonio, para así incentivar a no dejarlo sin producir).

Con ese dato se puede saber qué tan rica es una persona, o lo era al 31 de diciembre de un año concreto. Por ejemplo, se sabría si el último apartamento que compró es costoso.

Además, como en la declaración una persona puede deducir del impuesto los intereses que pague en el crédito de una vivienda, se sabría si lo hizo con deuda o sin deuda, y hasta una aproximación del monto de esa.

Como Petro ya ha sido criticado por una casa lujosa cerca de Bogotá, y porque en 2014 dijo que ya no tenía patrimonio, cualquier dato que muestre que sí tiene capital seguramente lo golpearía en la campaña..

 
2

Que se sepa cuánta plata le entró el año después de ser alcalde

Tras salir de su Alcaldía, el 1 de enero de 2016, Petro se ha dedicado a dar conferencias, pero ha dicho que tiene problemas económicos. En una entrevista que le hizo Vicky Dávila en La W en marzo de 2017, dijo esto:“No puedo trabajar. Casi que me impiden dar conferencia en una universidad. No tengo cuentas, no tengo ingresos”.

De nuevo, esas declaraciones o el dato de que tenía deudas por más de 14 millones de pesos a la copropiedad en la que vive, hacen que conocer sus ingresos, deudas o posibles ahorros exentos (como los aportes a fondos de pensiones voluntarios o cuentas AFC), puedan ser explosivos en su contra si no coinciden con sus quejas..

 
3

Que el Estado pueda tener más datos para cobrar sus multas

Uno de los datos más conocidos sobre la economía personal de Petro es que ha tenido enormes deudas con la Contraloría Distrital por sanciones por las decisiones del esquema de basuras y las tarifas Transmilenio (a noviembre del año pasado eran de 337 mil millones, según el contralor Juan Carlos Granados, aunque una se cayó en enero) y con la Superintendencia de Industria y Comercio (en enero eran más de 400 millones, según el Superintendente Pablo Felipe Robledo).

Aunque esas deudas están en disputa pues Petro las ha demandado ante la justicia administrativa, para el año de la declaración más reciente de Petro, el 2016, estaban vigentes.

Además, las entidades podrían embargarle bienes para cobrarlas mientras los jueces deciden (a menos de que las suspendan), algo que la Contraloría Distrital intentó en 2017 infructuosamente, porque la casa en Chía estaba protegida como vivienda familiar (una posibilidad que tiene cualquier persona para proteger su hogar de un embargo, y que solo requiere una declaración ante una notaría).

Como la información tributaria tiene reserva, los datos de la declaración solo los puede revelar la Dian si un juez se lo ordena. Por eso, publicar una declaración puede darle pistas a la Contraloría o a la SIC para conseguir garantías del pago de las multas, si éstas finalmente sobreviven a las demandas de Petro.

 
4

Que se sepa si tiene ingresos diferentes a los del trabajo

Petro en campaña ha dicho que la riqueza que viene de tener plata no es válida. En su programa de gobierno dice explícitamente “La única riqueza válida es aquella que nace del trabajo”..

Una declaración de renta revela si los ingresos de una persona vienen del trabajo o no: los renglones 36, 37 y 38 muestran ingresos de rentas de capital (como arrendamientos, dividendos de empresas o rendimientos financieros). Si Petro tuviera ingresos sustanciales en ellos, podría terminar criticado por ello.

 
5

Que se sepa si paga, proporcionalmente a su ingreso, más o menos renta que sus rivales

Sin sus datos de patrimonio o ingresos, no se sabe si Petro paga más o menos impuestos, proporcionalmente, que sus rivales. Como ellos sí consideraron importante que la ciudadanía tuviera esa información sobre ellos, estos serían los datos para compararlo:

  • Sergio Fajardo tenía un patrimonio de 2.206 millones a 31 de diciembre de 2016, tuvo ingresos por poco más de 1.031 millones de pesos (955 como empleado y otros 66 por diferentes rentas de capital) y pagó más de 215 millones de pesos en renta. Fue el único que pagó un anticipo del impuesto del año siguiente (abonó más de 84 millones). Sin contar ese anticipo, pagó el 20,9% de sus ingresos en renta, el porcentaje más alto de los cuatro candidatos que revelaron sus declaraciones

  • Germán Vargas Lleras era el más rico, con 2.695 millones en su patrimonio, fue el de menores ingresos con 295 millones (289 de ellos como empleado, unos 20 millones mensuales como vicepresidente más primas) y pagó casi 38 millones de pesos de impuesto, casi todo vía retenciones. Al final, aportó el 12,84 por ciento de sus ingresos, el porcentaje más bajo - algo que tiene sentido dado que la tarifa va subiendo a medida que se gana más.

  • Iván Duque tenía 1.143 millones de patrimonio, por lo que era el menos rico de los cuatro - aunque al ser el más joven, es usual que haya tenido menos tiempo para armar un capital propio. Lle entraron 436 millones como empleado (en promedio unos 31 millones de pesos mensuales como Senador, más primas) y pagó más de 66 millones de pesos de impuesto, la mayoría a través de retenciones. Al final, pagó el 15,22 por ciento de sus ingresos.

  • Humberto de la Calle mostró que tenía un patrimonio de 1.735 millones, más pequeño que el de Vargas y Fajardo, que son menores en edad. Sin embargo, fue el que más ingresos tuvo en 2016, con 1.155 millones, casi 978 de ellos como empleado, 123 por pensión, 32 por rendimientos financieros y 21 por honorarios o similares. Al final pagó 223 millones de pesos en renta (la gran mayoría, 209, en retenciones), el 19,37 por ciento por ciento de sus ingresos.

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Detector en vivo a Iván Duque en Hora 20

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Estamos chequeando en vivo al último de los candidato presidenciales en pasar por la entrevista de Hora 20 con Gustavo Gómez, de La Luciérnaga, Juan Lozano, de Red + Noticias, y Juanita León, de La Silla Vacía.

Como hicimos antes con Germán Vargas, Gustavo Petro, Sergio Fajardo y Humberto De la Calle estaremos revisando la veracidad de sus afirmaciones verificables (no opiniones ni promesas), relevantes y no obvias.

 
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Si sólo tuviera 100 pesos para invertir en Bogotá ¿cómo lo haría?


Si sólo tuviera 100 pesos para invertir en Bogotá, ¿cómo lo haría?

Lo que proponen los candidatos sobre Electricaribe (y su viabilidad)

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Las deficiencias en la prestación del servicio de energía en el Caribe, que tiene a cargo la empresa Electricaribe en siete de los ocho departamentos, es uno de los problemas más transversales en esta región, pues afecta a nada menos que 10 millones de usuarios. Por ello, decidimos averiguar qué proponen los candidatos presidenciales al respecto y su viabilidad.

De los cinco aspirantes, sólo Germán Vargas incluyó una propuesta específica al respecto en su programa de Gobierno. Debido a eso, para este ejercicio, tomamos lo que los candidatos declararon en el Debate Caribe del pasado abril y les mandamos preguntas adicionales a las campañas.

Las propuestas son en general poco concretas. Pero a partir de lo que conseguimos, tratamos de responder tres preguntas clave en el problema Electricaribe sobre: el tema de los pasivos de esa empresa (que ascienden a 2,4 billones de pesos por concepto de deudas y pasivos pensionales), la inversión en las redes locales que es lo que mejoraría el servicio (que sería del orden de los casi 5 billones) y si habría nuevo operador público o privado.

Estas son las propuestas y la viabilidad:

Instrucciones: haga clic sobre las personas para abrir o cerrar la información en detalle. Si tiene problemas para visualizar la tabla en su celular, gírelo. 

 
 
Propuesta
Humberto De La Calle
Estado suple parte de la inversión
Propone que el Gobierno asuma los pasivos de Electricaribe y parte de las inversiones que se necesitan para que el servicio mejore en la región junto con la llegada de un nuevo operador.
Iván Duque
Modificar la regulación vigente
Propone que el Gobierno subsane los pasivos y modifique la regulación de la Comisión Reguladora de Energía y Gas, que pone un tope al porcentaje de comercialización de energía que tiene una empresa en el país, para que así puedan entrar empresas públicas como las EPM que ya cumplieron ese límite.
Sergio Fajardo
Nuevo operador que pague pasivos e invierta
Propone que entre un nuevo operador que pague los pasivos y las inversiones necesarias para mejorar el servcio.
Gustavo Petro
Cambiar el modelo
Propone transformar el modelo de energía en el Caribe y pasar de la energía eléctrica a la solar.
Germán Vargas Lleras
Nuevos operadores que inviertan
Propone que una o más empresas, que cuenten con el músculo financiero para invertir tres billones de pesos en los próximos cinco años, asuman el servicio de energía eléctrica que maneja Electricaribe.
 
 
 
 
¿Quién va a cubrir los pasivos de Electricaribe?
Humberto De La Calle
Estado
En el debate Caribe, al ser consultado al respecto, De la Calle dijo que "es responsabilidad del Gobierno Nacional subsanar las deudas" que tiene Electricaribe.
Iván Duque
Estado
En el debate Caribe del pasado 5 de abril, Duque dijo que el primer paso para salir de la crisis de Electricaribe es que el Gobierno cubra los cerca de 2,4 billones en deudas que tiene esta empresa.
Sergio Fajardo
Nuevo operador
Propone que el nuevo operador, ya sea público o privado, sea uno o varios, tengan el suficiente músculo financiero para asumir el défict de cerca de 2,4 billones que tiene Electricaribe."
Gustavo Petro
No tiene propuesta específica
Germán Vargas Lleras
Nuevo operador
La propuesta de Vargas consiste en entregar el servicio de energía eléctrica a una o más empresas que cuenten con la capacidad finanaciera para hacer las inversiones necesariias para mejorar el servicio y esto implica el saneamiento fiscal de Electricaribe.
 
 
 
 
¿Quién va a asumir la inversión para mejorar el servicio?
Humberto De La Calle
Nuevo operador y Estado
En el debate Caribe, De la Calle dijo que para solucionar el problema de energía eléctrica en el Caribe se requiere un nuevo operador con músculo financiero a la vez que se necesita inversión nacional.
Iván Duque
No dijo nada al respecto ni en su programa ni en el debate Caribe.
Sergio Fajardo
Nuevo operador
La propuesta de Fajardo es que el nuevo operador que tome el servicio, ya sea por medio de una subasta, unos acuerdos con los acreedores u otros mecanismos, tenga la capacidad financiera para hacer las inversiones necesarias para mejorar las redes y el sistema de transmisión local, la carretera por donde transita la energía a nivel local.
Gustavo Petro
No tiene información al respecto
Germán Vargas Lleras
Nuevo operador
El capítulo de Minas y Energía de las propuestas de Vargas dice que los nuevos operadores que vengan a prestar el servicio deben contar "con la capacidad financiera para acometer un ambicioso e indispensable programa de inversiones del orden de 3 billones de pesos en los próximos 5 años". Esta cifra es la que Vargas pone en el programa pero es inferior a la que se necesita para mejorar el servicio.
 
 
 
 
¿Entraría un público o un privado?
Humberto De La Calle
No especificó
De la Calle habló de la necesidad de que un nuevo operador con el suficiente músculo financiero hiciera parte de las inversiones. Sin embargo, no especificó si éste sería privado o público.
Iván Duque
Público
En el debate Caribe, el candidato del uribismo dijo que, si se quiere que lleguen buenos operadores públicos, hay que ""permitirle a estas empresas públicas que tienen alta calidad en el servicio que puedan tener mayor participación en el mercado colombiano"" y, como ejemplo, puso a LAS EPM. La propuesta de Duque consiste, entonces, en cambiar la regulación vigente de la Comisión de Regulación de Energía en Gas (Creg) que pone un tope al porcentaje de comercialización de energía que tiene una empresa en el país. Como la EPM ya llegó a ese tope, cambiando esta regulación, esta empresa podría entrar a hacer las inversiones en las redes que se necesitan para mejorar el servicio.
Sergio Fajardo
Privado o público
La propuesta de Fajardo es que no importa si el nuevo operador es privado o público siempre y cuando haya demostrado su idoneidad, competencia y músculo financiero para suplir el déficit, hacer las inversiones necesarias y prestar el servicio con calidad. Sin embargo, el Exgobernador de Antioquia está de acuerdo con que se mantenga la regulación vigente de la Creg que pone un tope al porcentaje de comercialización de energía que tenga una empresa. Esto excluiría a las EPM, que está cerca de llegar a ese límite, de poder ser uno de los nuevos operadores.
Gustavo Petro
No tiene información al respecto
Germán Vargas Lleras
No especificó
Vargas dice que las empresas que lleguen deben tener la capacidad financiera para asumir los pasivos de Electricaribe y las inversiones necesarias para mejorar el servicio. Sin embargo, no especifica si las empresas serán públicas o privadas.
 
 
 
 
¿Qué tan viable es?
Humberto De La Calle
Parcialmente viable
Los pasivos de 2,4 billones de Electricaribe son de la empresa y, por eso, como nos explicó un alto funcionario del Gobierno, no es tan fácil pensar que el Gobierno vaya a destinar recursos públicos para sanear las deudas de unos privados. Sin embargo, sí es posible que el Estado invierta en la mejoración de las redes de distribuición desde el desde el Fondo empresarial de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. El problema es que las redes de distribuición de energía en la región son propiedad de Electricaribe y, por eso, tampoco es tan fácil que el Gobierno entre a invertir en unas redes que desde hace casi 20 año son de Electricaribe.
Iván Duque
Difícilmente viable
La propuesta de Iván Duque que el Estado cubra los pasivos de Electricaribe, al igual que la de De la Calle, no se ve muy posible ya que el Gobierno no podría destinar recursos públicos para sanear las deudas de Electricaribe (el asunto ha estado ya sobre la mesa frente a los españoles y el Gobierno siempre se ha negado a esa posibilidad). En cuanto a cambiar la regulación de la Creg, esto es posible y, de hecho, de acuerdo a lo que nos informó una fuente en el alto Gobierno, esta modificación está planeada para hacerse este año. Así que incluso podría estar lista antes de que acabe el Gobierno Santos. Sin embargo, así cambiando esta regulación, no está claro que las EPM se le midan a invertir los casi 5 billones de pesos que cuesta mejorar las redes de distribuición. Mucho menos ahora que tendrán que enfrentar en parte las millonarias pérdidas de Hidroituango.
Sergio Fajardo
Parcialmente viable
Fajardo propone que el nuevo operador que entre asuma tanto el déficit fiscal de Electricaribe como las inversiones que se requieren para mejorar el servicio. Lo difícil de esta propuesta es que, de acuerdo con dos conocedores del tema con los que hablamos, no es fácil que una o varias empresas entren a un negocio asumiendo los cerca de siete billones de pesos que vale mejorar el servicio en su totalidad; es decir, asumiendo las deudas de Electricaribe y las inversiones. "El atraso de las redes es tan grande que el Estado debe invertir, es difícil que un privado se le mida solo porque la inversión es tan grande que la recuperación vía tarifa es muy larga", nos dijo un funcionario conocedor de la crisis de Electricaribe.
Gustavo Petro
Difícilmente viable
Lo difícil de la propuesta de Petro, que consiste -como lo dijo en el debate Caribe- en reemplazar la energía eléctrica por paneles solares, es que implica un cambio de paradigma en el modelo energético del país, pues significaría cambiar el esquema de la generación de energía en plantas, la distribución en redes y la comercialización a la autogeneración. Además, como contó La Silla Cachaca en esta historia , Petro no especifica cómo va a realizar lo que propone ni cuáles son las metas en estos cuatro años,. Aunque tres expertos en Electricaribe con los que hablamos coincidieron en que es necesario empezar la transición hacia una energía solar que complemente y reduzca los costos de la eléctrica, todos coincidieron en que este cambio no puede darse en tan solo cuatro años. La propuesta de Petro, más allá de decir que la solución es la energía solar, no dice qué hacer en el corto plazo con Electricaribe. En la campaña nos contaron que la instalación de páneles solares se hará iinvitando "a empresas privadas con capacidad de innovación y a asociaciones locales, apoyadas por el estado con créditos blandos y tecnologías, para generar alrededor de 2 GW solares en parques comunales y en techos". Sin embargo, su propuesta no dice qué va a pasar con las corroídas redes que hacen que el servicio sea tan malo y cómo se va a solucionar el problema de electricidad mientras se instalan los paneles solares que ha dicho que el Estado ayudará financiar. No ha dicho, tampoco, si, una vez instalados los páneles, desconectará la red eléctrica, con lo cual deberá invertir en pilas (para que las casas tengan energía de noche) que suben los costos de unos páneles cuyo precio oscila entre 5 y 25 millones de pesos por casa y que Petro tampoco ha especificado cómo afrontar este reto presupuestal.
Germán Vargas Lleras
Parcialmente viable
Lo difícil de la propuesta de Vargas, al igual que la de Fajardo, es que pone todo el peso de la inversión en las empresas que lleguen a operar el sistema. Dada la enorme suma que tendría que invertir el nuevo operador, el periodo de recuperación de la inversión es muy largo y eso hace que sea más difícil conseguir empresas que se le midan a hacer ese pago.
 
 
 
 
 
 
 

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La primera vuelta

¿Es viable que Fajardo logre sus metas sin dar mermelada?

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“Ni un peso por un voto, ni un puesto ni un contrato para un congresista”. Ese es el eje del discurso del candidato de la Coalición Colombia, Sergio Fajardo y fue así como manejó la relación con el concejo de Medellín cuando era alcalde y con la Asamblea de Antioquia como Gobernador. Ahora quiere repetir la historia si llega a la Presidencia con el Congreso.

La pregunta es si en caso deser elegido podría hacerlo e igual lograr los cambios que se propone, dado que el Congreso tiene más autonomía y más funciones que los concejos y las asambleas.

La respuesta, luego de hablar con más de veinte fuentes entre congresistas, gente de su campaña, un exministro del Interior y expertos en sistema político, es que sí lo podría lograr en asuntos que para él son centrales, como la educación, pero le va quedar difícil en otros temas importantes pero menos prioritarios en su agenda, como la reforma a la justicia o la tributaria. 

Eso, en cuanto al trámite puramente legislativo. Pero los congresistas también tienen otras estrategias para presionar a los presidentes que seguramente usarán contra Fajardo y que podrían crear, mientras se adaptan ellos o Fajardo, una situación compleja para el gobierno. 

Esta es la segunda historia de una serie sobre la viabilidad y los retos de las principales propuestas de los candidatos a la Presidencia, después de la de la propuesta energéticaGustavo Petro.

La incertidumbre de la relación con el Congreso

A diferencia de lo usual entre los gobernadores y alcaldes, que lo primero que hacen al posesionarse es armar coaliciones para tener aseguradas las mayorías, Fajardo no lo hizo y logró que le aprobaran así casi todos los proyectos de acuerdo y de ordenanza que presentó.

En el Senado arrancaría con máximo 15 senadores (tiene 10 de la Alianza Verde y 5 del Polo, aunque tres de ellos están con Petro). Eso no es nada, porque lo que necesita para pasar cualquier reforma son 54 votos, pues con los cinco de Farc habrá 107 senadores.

Fajardo cree que así como sentó a concejales y diputados a decirles que con él se iba a jugar un partido de cuatro años, que las reglas eran cero intermediarios y nada de contratos y nombramientos, podría hacerlo con los congresistas, pero muchos de ellos están acostumbrados a la mermelada para moverse.

Y el nuevo Congreso no se caracteriza propiamente por su renovación. Como lo contamos en La Silla de los 277 congresistas elegidos, por lo menos 227 son políticos tradicionales (políticos que han hecho carrera a punta de maquinarias políticas) o fichas de políticos tradicionales.

En la campaña creen que sí lo podrían lograr.

“Es repetir la fórmula que ya funcionó. Dignificar a la gente. No darles puestos ni contratos, pero sí reconocimiento y respeto”, nos dijo Santiago Londoño, el coordinador político de su campaña.

“Nuestro propósito no es saltarnos al Congreso ni desconocerlo. Vamos a llevar las reformas que creemos necesarias, pero si nos chantajean, pues el congresista que lo haga termina denunciado y retiramos el proyecto. Así de sencillo”, nos dijo su fórmula vicepresidencial, Claudia López. “Gobernamos con las 33 mil leyes que ya hay”, agregó.

Para congresistas que llevan repitiendo varias legislaturas, intentar sacar las mayorías sin ofrecer nada a cambio es muy iluso.

“El sistema está diseñado de tal forma que los congresistas chantajean y el ejecutivo también. En cuatro años uno no rompe ese sistema”, nos dijo un senador de la U. “Si quiere demostrar que no va ofrecer nada lo primero que tendría que hacer es no meterse en las elecciones de presidentes y mesas directivas de Senado y Cámara. No he visto al primero que no lo haga porque ahí se está jugando su agenda”, agregó.

Otros creen que sí podría hacerlo si alínea sus intereses.

Para alguien que trabajó en el Gobierno y ayudó a pasar una reforma tributaria, “la necesidad del político es reelegirse. La clave es aumentarle la probabilidad de reelegirse, pero por encima de la mesa. Eso se logra entendiendo cuál es el interés de cada uno y cómo alinear eso con la necesidad del Ejecutivo”.

“Él se gana a los congresistas si nos muestra que en su gobierno va a haber inversiones importantes para las regiones. Si presenta cosas de su capricho, de su resorte particular y que no tengan eco en las regiones, yo por lo menos no me le muevo”, nos dijo un representante.

Pero aún si no lograra que los congresistas le voten, Fajardo tendría a su favor que puede avanzar mucho en su gran bandera de la educación sin el Congreso.

Su bandera no depende del todo del legislativo

Para jugársela por la educación, Fajardo propone, entre otras cosas, transformar el programa ‘Ser pilo paga’ sin afectar a los beneficiarios para que haya corresponsabilidad de los seleccionados (deben pagar parte de sus ingresos al ser egresados para financiar el programa) y de las universidades privadas beneficiadas. Para eso no tendría que presentar un proyecto de ley, basta decreto.

Tampoco necesita al legislativo para duplicar la cantidad de niños que van a jornada única (ya hay un documento Conpes que lo desarrolla)  ni para duplicar los niños atendidos en primera infancia (también ya hay un Conpes) o para construir y adecuar 10 mil aulas y garantizar que tengan agua, energía e internet.

Ni tampoco para su programa ‘Jóvenes con futuro’,  que se haría a través del Sena y buscaría en su primera fase atender a los jóvenes entre 16 a 24 años en 250 municipios con mayor deserción escolar y violencia para que reciban unos cursos durante los primeros seis meses y después puedan entrar a trabajar a una empresa aliada al programa. Al ser un programa de Gobierno, depende del ejecutivo hacerlo.

Otro asunto en el que no necesitaría pasar por ahí es para poner a funcionar la Superintendencia de la Educación, porque a fines de 2014 fue aprobada una ley que la crea. Lo que falta es el estudio de su estructura administrativa, como cuánta gente va necesitar, qué dependencias tendrá y demás, que son cosas que define el mismo Gobierno.

Con todo eso, Fajardo podría mostrar avances significativos en educación sin ir al Congreso. Pero le seguirían faltando cosas en las que los congresistas entran a jugar.

Lo que debe pasar por el Congreso pero pinta fácil

En la educación Fajardo tiene una gran apuesta económica: incrementar cada año el 10 por ciento del presupuesto del sector.

Para eso necesitaría pasar por el Congreso pero con una particularidad: las leyes que necesita tienen un trámite especial, en las que los congresistas no pueden meter la mano sin el visto bueno del Gobierno y que, si no aprueban, pueden salir por decreto. Por eso, el margen de negociación de los congresistas sería menor.

Esa apuesta debería entrar en dos cosas. Para lo que sea inversión, como la gran apuesta de aulas nuevas, debería incluirlo en el plan plurianual de inversiones, una parte del Plan de Desarrollo que todo gobierno presenta en su primer año y puede incluir muchas reformas legales, como el de Santos 2 que fue un cura-todo para varios ministros.  Es decir, por este camino él también podría hacer otras reformas puntuales en diferentes sectores. 

Ahí tiene la ventaja de que si el Congreso no lo aprueba en tres meses, lo puede sacar por decreto.

Algo similar ocurre con el paso siguiente, que es cada año incluir esos gastos en la ley de presupuesto. En ella los congresistas tampoco pueden modificar libremente (en concreto, solo pueden cambiar montos globales) y si no sale, también lo puede emitir el Gobierno por decreto.

Estas mismas ventajas tendría Fajardo para sacar otras inversiones, como las de su plan de reactivación económica, otra de sus propuestas más fuertes, que busca aumentar la inversión pública en transporte, infraestructura para la educación y vivienda, además de planes de competitividad para el agro y el turismo.

Por ejemplo en transporte, propone consolidar las obras de las vías 4G, mejorar las entradas a las ciudades, acelerar la recuperación de los trenes y hacer más vías terciarias. Para nada de eso necesitaría presentar una ley, sino tomar medidas administrativas o de priorización de recursos.  

Además, su apuesta de sacar adelante el primer año las leyes que faltan para aterrizar el Acuerdo de La Habana probablemente sea fácil de entrada y sin pedir nada a cambio.

Como contamos, de los 107 nuevos senadores, 51 son actualmente congresistas y votaron a favor de refrendar el Acuerdo con las Farc, contra solo 15 que votaron en contra. Eso significa que, si ninguno cambia de postura, basta que 8 de los nuevos (que incluyen 4 petristas, los 5 de la Farc, 2 indígenas, 1 del Polo y 7 verdes) estén a favor para que las reformas que faltan por pasar tengan luz verde.

Pero quedan algunas propuestas en las que Fajardo tendría un chequeo de realidad con su idea de transformar la política.

Lo que sí quedaría en suspenso

La idea de reformar el Sistema General de Participaciones, es clave y para eso necesitaría del apoyo del Congreso.

Para Fajardo hay que modificar los criterios con los que se distribuye a las regiones esa gran bolsa de recursos que la Nación le transfiere a los departamentos, distritos y municipios para que financien salud (el 24 por ciento de la torta va para eso), educación (tiene el 58 por ciento) y agua potable y saneamiento básico (tiene 17 por ciento)

Como esos criterios están en la Constitución y propone, por ejemplo, crear la atención a la primera infancia como un sector autónomo en el sistema, tendría que presentar una reforma constitucional.

Sin importar si la hace vía acto legislativo o referendo, tendría que pasar por el Congreso, y como se mete directamente con los recursos de las regiones de los congresistas, que manejan muchas veces sus aliados políticos de las administraciones regionales, no es una reforma fácil de pasar, que los deje a todos contentos.

Además, en su campaña nos dijeron que en el primer año presentaría una reforma pensional para focalizar la plata en los más pobres, poniendo a todos a cotizar en Colpensiones hasta cierto tope, por encima del cual cualquiera puede cotizar más en un sistema de ahorro individual, público o privado (al estilo de la medicina prepagada que se puede pagar libremente por encima del aporte a la EPS) y reforzar Colombia Mayor, el programa de auxilios para los mayores sin pensión.

Como eso implicaría meterse en un tema muy sensible, que toca intereses económicos grandes (los administradores de los dos principales fondos privados, que quedarían con un mercado menor, son del Grupo Aval de Luis Carlos Sarmiento y del Grupo Empresarial Antioqueño), su trámite no pinta fácil.

Otro proyecto que necesitaría del Congreso es su propuesta de quitarle a las Altas Cortes la facultad de nombrar a sus subordinados y crear un tribunal de aforados que investigue y juzgue a los magistrados de las altas cortes y al Fiscal. Eso solo lo puede hacer mediante una reforma constitucional en la justicia, como las que han fracasado en los últimos años por la oposición de los poderosos magistrados, que han conseguido aliados en el Congreso.

Adicionalmente, Fajardo quiere hacer una reforma tributaria más adelante. “La presentamos si se consigue efectivamente aumentar el recaudo y después de una discusión amplia y pedagógica previa”, nos dijo una persona de adentro de su campaña, al explicar que no sería el primer año.

Todos los congresistas con los que hablamos para esta historia coincidieron en que es con esa reforma cuando la relación entre los parlamentarios y el Gobierno se vuelve más transaccional.

“No hay manera de que pase una tributaria sin negociar. A ningún congresista le gusta subir impuestos porque pierde electores y si encima de eso no le ofrecen nada por hacerlo, jamás se va mover”, nos dijo un curtido senador.

Es particularmente difícil, además, porque en ella confluyen intereses de todos los sectores y cada decisión tiene por lo menos un perdedor (y a veces ganadores). Por ejemplo, el debatido impuesto a las bebidas azucaradas es resistido por azucareros y por quienes las producen, pero bienvenido por quienes producen bebidas alternativas y por el sector salud; o un cambio para reducir el impuesto a la gasolina puede beneficiar a los transportadores pero tener la oposición de ambientalistas.

Por eso, para pasar una tributaria sin “mermelada” Fajardo tendría que lograr consensos muy amplios.

Ese sería el mayor cuello de botella y donde mediría qué tanto va poder cumplir su palabra. Por eso, aunque en su campaña creen que puede repetir su historia, un congresista nos dijo que no lo tendría tan fácil porque “la asamblea y el concejo son un parque de diversiones comparado con la selva que es el Congreso”.

Pero el verdadero problema no es el trámite de las leyes.

El verdadero problema

"Tú puedes intentar hacer un Gobierno solo pero no te escapas de que los congresistas citen a tus ministros a debate o que se encarguen de hacerte la oposición, no solo adentro sin votar sino afuera con los empresarios, con los medios", nos dijo un exministro. 

Por ejemplo, los debates de control político que pueden volver la vida de un gabinete imposible. En el papel, el control político es una herramienta clave del diseño de equilibrio de poderes para que el Presidente y su equipo rindan cuentas frente al pueblo representado en el Congreso.

Pero en la práctica, los congresistas pueden paralizar un gobierno citando a su gabinete a horas interminables de debate en el Congreso, hasta el punto que el Presidente prefiera ceder antes de que sus ministros tengan que pasarse horas en el Capitolio.

También tienen la herramienta de los medios. Algunos dicen que el periodismo investigativo de los medios es tan bueno como lo sea la oposición al Gobierno, que es la que a muchos periodistas les da las ideas, y a veces la información, en contra del Presidente.

Por último, está la herramienta de la moción de censura. 

Es la posibilidad más extrema del Congreso para presionar a un Gobierno, pues pueden tumbar a un ministro a través de ella. Basta con que la mayoría de los senadores o de los represenantes voten a favor, y un ministro (o un director administrativo como el de Planeación o un superintendente) debe dejar su cargo.

Aunque existe desde 1991 nunca ha prosperado, porque en el caso más extremo, cuando el Sneado estuvo a punto de tumabr a Néstor Humberto Martínez del ministerio de Interior en 2000 por promover un referendo que incluía revocarlos, renunció antes de la votación. Pero incluso si eso pasa, si el Congreso empieza a usarla de forma sistemática puede hacer que el Gobierno pierda estabilidad.

Pero tampoco es fácil que el Congreso se le ponga tan "gallito" a un Presidente, porque éste los puede castigar haciendo, ahí sí, una purga de cuotas, por ejemplo, o filtrando información sobre los congresistas a los medios de comunicación o a los entes de control. O reduciendo la inversión en sus regiones o a sus alcaldes y eso en vísperas de las elecciones del 2019 es algo que pocos quieren arriesgar.

Al final, la forma para evitar ese choque es no hacer una 'purga' de cuotas de congresistas en las entidades del gobierno. No es algo que Fajardo haya hecho en sus otros cargos cuando ha llegado. Suponiendo que saliera elegido y lo hiciera, es posible que el Congreso no lo deje trabajar. Por el contrario, si fuera fiel a su palabra y no le diera nada a ninguno, Fajardo podría sacar adelante la mayor parte de sus banderas incluso sin meterse a esa "selva" llamada Congreso.

Silla Nacional
Sergio Fajardo

Sergio Fajardo

Candidato presidencial del Polo y Alianza Verde

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Así será el día D de los presidenciables

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El día D es el decisivo en las campañas no solo porque es el de la elección, sino porque es en el que hay que poner a funcionar toda la estructura política para lograr que todos los votos que un candidato cree que tiene efectivamente sean depositados.

Eso implica una logística que incluye poner transporte (para facilitar que los electores lleguen a las urnas), entregar refrigerios, pagar propaganda, contratar pregoneros, tener testigos, y, en muchos casos, comprar votos.

Ese es el día que se ven los ríos de plata y en el que se invierte entre el 30 y 50 por ciento del valor total (real) de una campaña.

"Uno puede creer que va ganando pero si no hace lo que debe el día electoral puede perder y todo se le puede esfumar en su cara", dijo a La Silla un congresista.

Como a cuatro días de las elecciones todas las campañas están afinando detalles ya sea para sumar votos o para cuidar los que creen que van a movilizar, en La Silla buscamos a los gerentes del día electoral de los candidatos para que nos contaran la logística que desplegarán y la plata que invertirán. 

Completamos esa información (algunos no nos la dieron) con reportería en terreno en las seis regiones que cubrimos -Caribe, Sur, Paisa, Santandereana, Cachaca y Pacífico- para conocer en detalle lo que sucederá el domingo una vez se abran las urnas.

Esto fue lo que encontramos.

De la Calle, sin los liberales y sin plata

En la campaña de Humberto De la Calle no nos dieron detalles de cómo será la logística del día electoral ni cuánta plata invertirán. Solo nos explicaron que habrá pocos recursos y que serán administrados en Bogotá y que serán para la entrega de kits electorales a los testigos y escrutadores.

Sin embargo, en las seis regiones en las que hicimos reportería encontramos que a cuatro días de las elecciones no hay una directriz unificada por parte de la campaña y que, el común denominador es que, además de que el Partido tiene la maquinaria dormida, no planea encenderla por falta de dinero o porque sus militantes están en otras campañas (Vea las demás pestañas).

En Bogotá y en Santander donde el liberalismo es fuerte, así como en regiones donde no lo es tanto pero tiene representación como en Huila, Antioquia y el Valle, no hay ambiente electoral para el domingo. 

En ninguna de esas cinco regiones nos hablaron de que haya intención de los políticos locales de invertir plata en transporte, propaganda o dar refrigerios. 

Además, en los casos de Santander y el Huila ni siquiera tienen planeado poner testigos electorales.

En ese último departamento la movida será preelectoral y el senador electo, Rodrigo Villalba, tiene un call center llamando y enviando mensajes de texto a su base de datos (unas 80 mil personas), para pedir que voten por el exnegociador de paz. También tiene a 10 personas repartiendo volantes esto días.

En el Atlántico fue en el único departamento donde encontramos que los políticos planean mover su estructura para el día electoral.

Allí dos grupos están organizando la logística: el del exsenador Álvaro Ashton (que tiene credencial en el Senado gracias a su sobrina política Laura Fortich) y  el del senador electo Mauricio Gómez.

El trabajo se lo repartirán de manera tal que los municipios se encargarán de los congresistas (dependiendo de la fortaleza electoral de cada uno) y en Barranquilla los tres se repartirán por sectores la organización.

En ninguno de los casos nos detallaron cuántas personas trabajarán exactamente para moverle votos a esa campaña, y cada senador cubrirá los gastos de su estructura. 

Aunque en Caldas encontramos que hay intención de poner logística, aún no tienen claro de dónde sacarán la plata para financiarla.

Beatriz Restrepo, coordinadora de la campaña y cuñada del candidato, nos dijo que no sabe cuánta plata les van a mandar de Bogotá, pero calcula que solo para los testigos electorales, que son alrededor de 950 en Manizales y otros siete municipios (en total son 27), necesita $50 millones de pesos, porque les va a pagar el almuerzo y el kit electoral. 

Además aspiran a tener 100 carros movilizando votantes, y están tratando de que la mayoría sean voluntarios; sin embargo, contratarán los que les hagan falta para llegar a ese número.

En tres regiones encontramos que la campaña de De la Calle tendrá voluntarios. 

En el Atlántico, además de los grupos de Ashton y Gómez, sumará  un sector de liberales tradicionales liderados por el exsecretario de Hacienda de Barranquilla Francisco Aguilar y la exalcaldesa Miriam Llinás en el que predominarán  los voluntarios que ya han puesto a disposición de la campaña sus carros y han donado refrigerios.

En Bogotá, donde la campaña está utilizando un call center para llamar a las 500 mil personas que están en su base de datos para que saltan a votar el domingo por el exnegociador del Acuerdo de La Habana, habrá 3 mil voluntarios que vienen trabajando en la calle y el domingo servirán, primero impulsando a la gente a votar en los barrios, y en la tarde como testigos en las mesas de votación.

En el Valle habrá 420 testigos electorales para cubrir 9.200 mesas de votación (normalmente acreditan 9 mil testigos) y según el gerente del día D allí, el electo representante Juan Fernando Reyes Kuri, no tendrán transporte ni refrigerio.

 

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