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“Duque se sale del libreto neoliberal ortodoxo y técnico”

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En estas elecciones, en las que están en juego diferentes modelos de sociedad en lo económico, lo político y lo social, para hablar o negar lo que son unos y otros, se suele usar el término neoliberalismo. Sin embargo, no es claro qué significa.

 

Para entender un poco más la complejidad de esa expresión, la Silla Académica habló con Juan Ricardo Aparicio, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales, quien ha publicado varios artículos sobre el tema, entre ellos: "Los desplazados internos: entre las positividades y los residuos de las márgenes*""El retorno a Mulatos y la Comunidad de Paz de San José de Apartadó" y "Affective capitalism, humanitarianism and extractivism in Colombia: old and new borders for future times", y Jimena Hurtado, profesora de la Facultad de Economía, de Los Andes, integrantes del grupo de investigación interdisciplinario llamado “Neoliberalismo en Colombia: trayectorias y desafíos” que surgió en respuesta al interés por estudiar cómo han cambiado las políticas económicas en América Latina y en Colombia, especialmente, y eso cómo ha impactado las técnicas de gobierno, la participación comunitaria y, en últimas, el proyecto de sociedad.

La Silla Académica: Ustedes dicen que el término neoliberal carece de una definición clara y se queda corto frente a la realidad ¿por qué lo dicen?

Juan Ricardo Aparicio: Porque para quienes quieren tener respuestas fáciles del tipo: el neoliberalismo es esto o aquello, no las hay.

Jimena Hurtado: Con el neoliberalismo pasa algo especial y es que no es claro qué es lo que evoca, hay consenso en que es una mala palabra, pero no en qué es lo que denunciamos, todos denuncian cosas diferentes.

L.S.A.: ¿Podría decirse que alguno de los candidatos es neoliberal?

J.H.: Es difícil usar la categoría neoliberal para leer las propuestas de los candidatos en estas elecciones.

Si por neoliberalismo se entiende libre mercado absoluto, ninguno está proponiendo que no haya algún tipo de regulación.

Si neoliberalismo es despreocupación total por demandas sociales como la desigualdad, ninguno está de acuerdo con eso.

Si el neoliberalismo es renovación del liberalismo, ahí podrían caber varios, incluso Petro, que está recogiendo propuestas liberales de principios del siglo XX.

El menos, contrario a lo que se dice, es Duque, porque tiene un proyecto neoconservador.

L.S.A.: ¿A qué se refieren con neoconservador?

J.H.: Al modelo de sociedad que propone en términos de valores pues equivale a un proyecto unificado de vida. Iván Duque, por ejemplo, reivindica la familia tradicional compuesta por papá, mamá e hijos y quiere penalizar la dosis personal. Eso implica que el Estado es quien determina cuál es una vida digna de ser vivida.

El neo, que significa renovación, es respecto al modelo económico, pues los conservadores en un principio no eran tan pro libre mercado.

Vargas habla poco del tema pero podría estar más cerca de Duque con su propuesta de creación de un Ministerio de La Mujer y la Familia.

Del lado realmente liberal, en términos de autonomía individual (de poder ser y hacer lo que mejor nos parezca en un marco institucional que nos permita convivir a todos) están Fajardo y De la Calle.

Petro es confuso pero parecería más cercano a preocupaciones como las que han expresado Fajardo y De la Calle.

L.S.A.: ¿A qué le atribuyen la dificultad del término neoliberalismo para evocar algo concreto?

J.H.: A su historia. Pasamos de una reivindicación del término a un uso peyorativo del mismo. Adicionalmente, quienes son llamados neoliberales no se suelen identificar como tales.

El uso del término se remonta a los años 30, cuando surge un movimiento en Europa de renovación del liberalismo que es curioso porque era anti libre mercado, lo contrario a lo que se asocia con neoliberalismo hoy. La premisa era que se les había ido la mano, porque en el siglo XIX que ha sido el mayor período de globalización, fue cuando más ricos se enriquecieron y más pobres se empobrecieron.

Con la guerra, ese movimiento desaparece. Pero queda la llamada Sociedad Mont Pelerin, influenciada por la economía austriaca (Hayek, Mises), asociada con los libertarios, que hoy serían como los neoconservadores y por la Escuela de Chicago y ahí hacemos el salto a América Latina con los Chicago Boys en Chile.

J.R.A.:La historia del uso del término es compleja porque no es lineal hasta los Chicago Boys. Primero surgió en respuesta al exceso de “laissez faire” como menciona Jimena y, después, en respuesta a lo opuesto, es decir, al exceso de Estado, como una crítica al Estado de Bienestar, al Keynesianismo.

J.H.Actualmente, el hecho reciente con el que se asocia el término en Latinoamérica es con el Consenso de Washington, que es un recetario de políticas económicas que buscaban reducir el déficit fiscal, abrir las fronteras para el mercado, estabilizar la tasa de cambio y, que varios países de la región, entre ellos Colombia, adoptaron en los 90s especialmente.

Pero los mismos del Consenso no se identifican como neoliberales, porque defendían al mismo tiempo la existencia del Estado y la implementación de una red de seguridad social. Algo más acorde con el postulado de “el mercado hasta donde se pueda y el Estado hasta donde se necesite”, es decir, con una combinación de ambos.

J.R.A.: Algo similar pasa con los tecnócratas encargados de ejecutar la política económica en el país a quienes entrevistamos. Ninguno de ellos se define como neoliberal, lo que muestra la dificultad de entender el término.

Si el neoliberalismo es renovación del liberalismo, ahí podrían caber varios, incluso Petro, que está recogiendo propuestas liberales de principios del siglo XX.El menos, contrario a lo que se dice, es Duque, porque tiene un proyecto neoconservador.

Jimena Hurtado

L.S.A.: ¿Cómo se identifican los tecnócratas?

J.H.: La palabra que mejor los autodefine es pragmatismo. Se identifican como técnicos formados para resolver problemas urgentes y no como políticos. Cuando les indagamos sobre sus ideas, sobre las universidades en que estudiaron y las escuelas de pensamiento que siguieron, no se consideran herederos de nadie. Uno de los tecnócratas a los que entrevistamos, que es visto como neoliberal, decía que una de sus mayores frustraciones era que consideraba que había sido parte de una de las reformas de más izquierda en el país, con redistribución de tierras, producción agrícola, que de hecho suenan muy parecidas a Petro hoy, y que habían sido movimientos de izquierda los que no habían permitido su implementación.

Por eso es que yo dudo del término neoliberalismo para poder entender lo que está pasando en política hoy y para entender las diferencias entre los candidatos.

L.S.A.: ¿El Estado Social de Derecho que se estableció con la Constitución de 1991 muestra esas contradicciones en el uso del término neoliberal?

J.R.A.: Los noventas son muy interesantes por eso precisamente. Porque en la Constitución de 1991 confluyeron las políticas económicas del Consenso de Washington que apelaban por una reducción del Estado y del déficit fiscal y también las demandas de mayor participación social en las decisiones públicas que dieron lugar a protestas sociales en los 70s y 80s.

Aunque con significados diferentes, ambas convergieron en la descentralización, que significó el cambio de rol del Estado de productor de bienes públicos a regulador, y su empequeñecimiento, pero sólo en el nivel central. También, por un énfasis de la participación y la autonomía. Una confluencia perversa que dió lugar a contradicciones.

Permitió la entrada de una tecnocracia noventera que no podemos llamarla neoliberal porque no quiere pensarse así misma como política y, por el otro, programas de enorme gasto social propios de un Estado interventor, vía Plan Nacional de Rehabilitación –PNR- que ya había empezado desde el Gobierno de Betancur, Red de Solidaridad Social o, más recientemente, Familias en Acción. Lo que concuerda con un pensamiento moral.

La heterogeneidad del Estado colombiano está incluso en el tipo de funcionarios. Las políticas públicas se encarnan en cuerpos de funcionarios que se precian de técnicos pero también en otros que están más influenciados por el trabajo comunitario, lo que hace difícil clasificar el Estado en neoliberal o no.

L.S.A.: ¿Cuando hablan de un gasto público grande a partir de la Constitución de 1991 ¿A qué se refieren con que está relacionado con un pensamiento moral?

J.H.: Se refiere a la desilusión frente a la promesa de la globalización con la que se asocia el neoliberalismo consistente en que todos íbamos a mejorar pero no unos mucho más que otros. Eso genera frustración y unas demandas sociales enormes.

Lo que muestran los indicadores es que las condiciones de vida se elevaron y por eso el problema ya no es la pobreza absoluta.

El problema es la pobreza relativa. La gente percibe que su situación frente a los más ricos no necesariamente ha mejorado y que las distancias son cada vez más grandes. Tienen mayores expectativas porque tienen más holgura para pensar y proyectarse hacia el futuro.

Ese es el tema de esta campaña presidencial. Todos están hablando de desigualdad, de concentración de la riqueza lo que no podría explicarse con la caricatura de neoliberalismo que tenemos en la que esos temas no son objeto de discusión porque supuestamente el mercado los resuelve.

L.S.A.: ¿Qué diferencias perciben entre los candidatos en materia de desigualdad?

J.H.: Iván Duque, básicamente, cree que agrandando la torta todos se benefician (trickle down). Es decir, que recortando los impuestos a las empresas se genera más empleo, pero eso está mezclado con mantener algunas políticas que requieren incremento en el gasto público, y nadie sabe cómo va a financiarlo. Para solucionar el problema pensional, por ejempo, Duque afirma que a cada colombiano que nace le va a entregar un fondo de dos, tres millones de pesos.

J.R.A.: En ese sentido, paradójicamente, Duque se sale del libreto neoliberal ortodoxo y técnico. No es el mercado el que está generando esos recursos sino el Estado interventor.

J.H.: Después de Duque está Vargas, es el que menos habla de desigualdad, con su proyecto de vivienda gratis parece apuntar más al problema de pobreza absoluta que a la pobreza relativa.

Fajardo, claramente, se enfoca en la movilidad a través de la educación, la formación de talento humano, que está demostrado que es efectivo.

Aunque un informe reciente del Banco Mundial indica que la prima por educación está bajando, es decir, que se están acercando las demandas por trabajadores calificados y no calificados. Los muy calificados todavía tienen una prima. Lo que reforzaría la concentración de la riqueza. Yo no he oído a Fajardo decir algo al respecto.

De La Calle y Petro le apuntan a la igualdad de oportunidades pero no en el sentido de Duque que todos puedan participar del mercado laboral, como emprendedores, sino que es una igualdad de acceso a derechos por el sólo hecho de ser humanos.

Hay una importante diferencia con Petro respecto a los demás y es que él no sólo se enfoca en cuáles son los bienes redistributivos sino en quién los va a redistribuir y pienso que tiene una profunda desconfianza en que los privados lo puedan hacer, lo que queda demostrado, por ejemplo, en su oposición a los colegios por concesión. Esto es una actitud contraria al liberalismo clásico.

L.S.A.: ¿Las propuestas de redistribución de los candidatos son coherentes con sus propuestas económicas? Ustedes dicen que Duque tiene programas asistencialistas que no sabe cómo va a financiar...

J.H.: En lo económico hay muchas coincidencias. Todos creen en el mercado, en la propiedad privada, en la formación de capital humano y en el aumento de la productividad.

Es difícil hacer distinciones en ese sentido, porque es difícil encontrar a alguien que cuestione la economía de mercado como una forma de asignación de recursos y de aumento de la productividad. Hasta Marx estaba de acuerdo en eso.

No veo que ningún candidato esté proponiendo un Estado intervencionista. Ni siquiera Petro ha propuesto que sea el Estado el que va a producir los bienes y servicios directamente y a planificar la economía, sino que ha propuesto entregar la tierra a la gente que la va a poner producir y eso no significa ser anti mercado. Son proyectos liberales de este país de los 30s y 40s, asociados con López Pumarejo, Lleras, tendientes a hacer más productiva la tierra.

La cuestión es más o menos mercado. Ahí sí hay diferencias. Es decir, en qué tanta ayuda necesita el mercado para lograr los objetivos que queremos como sociedad.

Para mi no es claro cuáles van a ser las fuentes de financiación de los candidatos, especialmente, de Duque y Petro.

Jimena Hurtado

L.S.A.:¿Cuáles son las diferencias?

J.H.:

Para mi no es claro cuáles van a ser las fuentes de financiación de los candidatos, especialmente, de Duque y Petro.

Duque dijo, expresamente, que la plata sale del presupuesto nacional. Pero eso es una cuenta ¿cuáles son las fuentes?

Su propuesta es promover la generación de empleo a través de estímulos a los empresarios, esta idea de que todos somos emprendedores, que es una idea que viene de tiempo atrás y que no ha cambiado nada en términos de redistribución de la riqueza. Por eso, no veo la conexión entre emprendimiento y disminución de la desigualdad ni tampoco claridad en las fuentes de financiación para sus proyectos más asistencialistas.

Petro promueve educación gratuita, reducción de los tiquetes de Transmilenio o incluso transporte gratis y como mecanismo de financiación ha hablado de las regalías, pero nos las hemos gastado y regastado. Por otro lado, habla de una economía más productiva pero hacerlo requiere tiempo y él está ofreciendo cosas de manera inmediata. Si su proyecto es a largo plazo qué va a hacer con el hueco hoy.

De La Calle también ha hablado de facilitarle a las empresas que cada vez produzcan más y mejor. Pero él no lo está pensando como política redistributiva.

Él ha hablado de que la gente pueda ejercer derechos como el trabajo, la educación, y la salud y ha planteado impuestos para ello, enfatizado en que no se debe retroceder en la paz pues varias vías de financiación dependen de ello. Ha hablado de minería pero bien regulada.

En eso se parece mucho a Fajardo quien ha sido explícito en que se requiere una gran capacidad burocrática y administrativa para regular las actividades económicas, no es un Estado pequeño, sino uno que tiene ojos en todas partes y que sanciona donde hay que sancionar y promueve donde hay que promover, aunque este discurso y su experiencia en haberlo hecho antes, no se oye mucho. Lo que se oye es que no es corrupto y, no serlo y ser eficiente, no son sinónimos.

Vargas es el más difícil de leer. Con su política de viviendas gratis y de desarrollo de la infraestructura no está quitando plata de una lado para trasladarla a otro que es la discusión con Ser Pilo Paga, por ejemplo, sino apuntándole más a un problema de pobreza absoluta que de redistribución.

 

L.S.A.: Juan Ricardo, ¿la propuesta de Duque de recortar impuestos a los empresarios ¿cree que genera el tipo de “emprendedores” que de acuerdo a su artículo no son sólo los altos ejecutivos sino aquellos que deben responsabilizarse de su propio futuro bajo esquemas de flexibilización laboral y privatización del gobierno de lo social?

J.R.A.: La idea de emprendimiento neoliberal clásico no se pregunta por la igualdad prácticamente. El mercado está ahí, por tanto, el que es pobre es porque quiere, digamos.

Cuando la idea de emprendimiento no está enmarcada en una igualdad de derechos, que es lo que propone de La Calle, por ejemplo, corre el riesgo de moralizar la pobreza: cualquiera podría ser rico si elige serlo.

Adicionalmente, el paradigma social que va desde Marx hasta nuestro tiempo y que es compartido por la derecha y por la izquierda, es que la única fuente de valía social de la persona y acceso a la riqueza es el trabajo y son unos parásitos quienes no están trabajando.

Lo que arrojan los números es que el mercado aquí en Colombia y en otras geografías es incapaz actualmente de absorber a todos los trabajadores. Duque, especialmente, enfatiza en la eficiencia lo que haría todavía más difícil el panorama.

Por eso está sobre el tapete la discusión actual sobre una renta básica universal y cómo se logra. Es decir, el derecho a participar de las riquezas de un país por el sólo hecho de ser ciudadano del mismo. Algo totalmente opuesto al llamado al emprendimiento.

Está sobre el tapete la discusión actual sobre una renta básica universal

Juan Ricardo Aparicio

L.S.A.: Aunque enfatizan en la complejidad del término, pareciera haber claridad en que lo asistencial desdibuja lo neoliberal

J.H.: Sí, porque ni siquiera es liberal. Si uno piensa el neoliberalismo como continuidad o incluso renovación del liberalismo, su base absoluta es la libertad individual, la autonomía. El asistencialismo es la negación de eso porque es el Estado quien decide lo que es mejor para una persona y no ella misma. 

Es una posición muy conservadora pero hay izquierdas extremas que también adoptan la idea de que: ustedes pobres no pueden pensar coherentemente y yo les voy a decir cómo pensar.

Si neoliberalismo se entiende como el laissez faire total, lleva a la idea que ya mencionaba Juan Ricardo de que los pobres lo son porque quieren, pues si una persona hace buen uso de su libertad, aprovecha las oportunidades, luego logra lo que se propone y no hay cabida al asistencialismo. Hay otro tipo de liberalismo que es el identificamos con De La Calle, que defiende la libertad individual sobre la base de que todos partimos del mismo punto, lo que incluye una idea de justicia como igualdad de oportunidades.

J.R.A.: Y uno nivela con talleres o nivela con tierras.

L.S.A.: ¿A qué se debe la ironía de esta última frase? 

J.R.A.: Yo he estudiado la descentralización y la participación en el contexto de los desplazados y la ayuda humanitaria que se les da. En la ayuda humanitaria a la población desplazada, durante los primeros tres meses tienen derecho a ayudas de emergencia, kits de aseo, etc. Después tienen que hacer cursos de panadería o de máquina plana, presentar proyectos productivos, con la idea de que se conviertan en emprendedores.

No hay una pregunta por las condiciones sociales de existencia de quienes pueden asistir a los cursos. No son todos en la medida que implica que para asistir tiene que dejar de trabajar ese día y ganarse el sustento diario.

El libreto ortodoxo neoliberal es eso: las relaciones sociales están reguladas por el mercado, no hay comunidad, sino, únicamente, individuos y empresas, como bien lo decía Margaret Thatcher. Hay que convertir a la víctima en un actor productivo (homo economicus).

Esa noción de emprendimiento para mí tiende a convertirse en burocracia humanitaria muy técnica e instrumental que invisibiliza el hecho que no todos empezamos la carrera en el mismo lugar.

L.S.A.: ¿Cuál es la línea divisoria entre el asistencialismo y los proyectos que buscan empoderar a la gente?

J.R.A.: Más que asistencialismo o no, porque la entrega de dinero puede estar dirigida a que los destinatarios se conviertan en agentes productivos, creo que la diferencia está en el énfasis o no en la intervención de las causas estructurales de la desigualdad que impiden la productividad.

El Plan Nacional de Rehabilitación, por ejemplo, fue muy novedoso porque atacaba las bases estructurales de la desigualdad en las zonas marginadas. El énfasis era infraestructura, educación, salud, y no talleres. Estas son dos miradas diferentes respecto al simple binomio productividad/emprendimiento.

L.S.A.: Ni el consenso de Washington, ni los tecnócratas en Colombia quieren reconocerse como neoliberales, ¿Por qué?

J.H.: Yo creo que la razón es la asociación con prácticas que resultaron muy costosas, como las políticas económicas promovidas por los Chicago Boys durante la dictadura de Pinochet en Chile, que por más que digan que ellos estaban haciendo economía lo hicieron en ese escenario.

Aunque ocurrió el milagro económico, la concentración del ingreso y la riqueza fue enorme.

Algo similar ocurrió con las políticas económicas implementadas durante los gobiernos de Margaret Thatcher en Gran Bretaña y Ronald Reagan en Estados Unidos que se caracterizaron por una despreocupación por promover la redistribución de forma activa, pues confiaban en que el mercado se encargaría.

J.R.A.: De los 70’s, en adelante, la ampliación de la brecha de desigualdad en el mundo ha sido contundente, lo que coincide con políticas neoliberales en el sentido ortodoxo del término como la reducción de impuestos. Otra discusión es si esta brecha ha sido acompañada de la generación de más empleo y la discusión sobre qué tipo de empleo.

Silla Académica
El retorno a Mulatos y la Comunidad de Paz de San José de ApartadóAffective capitalism, humanitarianism and extractivism in Colombia: old and new borders for future times

Los desplazados internos: entre las positividades y los residuos de las márgenes*

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A partir del estudio sobre la ayuda humanitaria a desplazados, el artículo muestra la transformación de un Estado Providencial y omnipresente en uno que ya no gobierna a través de la sujeción de los individuos, sino a través de una ‘desinversión’ que crea las condiciones para que sean los mismos sujetos, ahora como emprendedores, los encargados de resolver los conflictos y las contradicciones.

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11
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Tipo de publicación: 
Martes, Mayo 29, 2012 - 00:00
Silla Académica
DOI: 
http://dx.doi.org/10.7440/res43.2012.09

Las emociones que mueven el voto por De la Calle

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Más allá de las encuestas, en las que no supera el margen de error, Humberto De la Calle tiene un potencial electorado detrás  (en su mayoría jóvenes) que guarda la esperanza de que su aspiración dé la sorpresa en las urnas el 27 de mayo.

La Silla habló con 31 fuentes que piensan votar por él en las regiones que cubrimos (el Caribe, los santanderes, Bogotá, Valle, Cauca, Antioquia y Huila), para entender cuáles son las emociones que despierta en sus seguidores.

Las conclusiones son tres: lo ven como el candidato del centro-centro, como un estadista con ideas frescas, y como la persona más preparada para llegar a dirigir el país, no solo por todos los cargos públicos que ha ocupado (sin cuestionamientos), sino porque como jefe negociador del Acuerdo de La Habana logró conciliar y acabar los 50 años de guerra con las Farc.

Fue el que firmó la paz

Aunque la defensa del Acuerdo de Paz es el tema menos taquillero de la contienda presidencial, y como contamos, incluso la campaña de De la Calle intentó virar su discurso hacia otros temas (algo de lo que al final desistió), es lo que más le reconocen sus simpatizantes. 

 

Las explicaciones varían. 

Unos consideran que respaldarlo es cuestión de “gratitud” porque de no haber sido porque él se gastó cuatro años de su vida en Cuba tratando de finalizar el conflicto con las Farc, esa guerrilla no estaría desarmada. 

“El llevar el proceso de paz hasta el punto de desarmar una guerrilla, ese señor se merece el Nobel y bueno, el respeto y aprecio de los colombianos”, dijo a La Silla Vilmer René Hoyos, una economista que tiene una pequeña empresa en el sector textil en Medellín. En la misma línea, y de manera más literal, un joven literato de 27 años en el Caribe, nos explicó: “Ese Acuerdo tiene cosas muy bellas y que cambiarían definitivamente a este país. Por eso, votaría por el man que lo diseñó, por el man que se mamó por cuatro años a los cafres de las Farc y pudo lograr eso”.

Otros piensan que ese rol lo que mostró fue que De la Calle es una persona capaz de entender las complejidades y las diferencias de Colombia y que eso lo valida para gobernar al país en la etapa en que la implementación de lo acordado está en crisis.

“De la Calle me gusta porque pocos son capaces de sentarse con el enemigo al frente, discutir civilizadamente y lograr un acuerdo contra todo pronóstico”, explicó a La Silla Alejandro Rodríguez, estudiante de Derecho de la universidad Eafit en Medellín. “De la Calle es el espíritu conciliador que necesitamos en la Casa de Nariño, una persona que hace política no desde el miedo, sino desde cómo enfrentar los desafíos del futuro”.

“Él fue el único que fue capaz de sentarse a hablar con las Farc. Es una persona con capacidad de diálogo y conciliar”, le dijo a La Margarita Ciro, miembro de la Asociación de Víctimas de Urabá, que tiene más de 13 mil asociados.

Además, sus seguidores creen que estando en esa línea, él es el que puede poner en el mapa al país rural -o la Colombia profunda, como la llama el candidato- sin representar una ruptura con el Estado, que pueda generar una eventual crisis política y económica.

Específicamente varios se refirieron al dilema que plantearía la llegada de Petro.

"Con Petro es posible que (no se caigan los acuerdos), pero Petro demostró en la Alcaldía que no sabe trabajar en equipo, en cambio Don Humberto sí", le dijo a La Silla una pensionada de 60 años en el Caribe que prefirió no dar su nombre “porque el voto es secreto”. 

Similar fue la posición de Óscar Mauricio Sandoval, un abogado que vive en Neiva. “Me parece que las propuestas de De la Calle… no son un cambio abrupto para el cual el país no está preparado” . 

Lo segundo que más le reconocen sus simpatizantes al candidato liberal es su trayectoria, algo que relacionan con su perfil de estadista, y con el hecho de que no tiene tacha en su carrera en lo público. 

En ese espectro, las palabras comunes que usan para referirse a él son respeto y admiración

“Me inspira preparación”, explicó sobre su voto a La Silla Julio Acelas, politólogo de Santander.  “Tiene el país en la cabeza, la experiencia que tiene dice mucho. Me refleja transparencia a pesar de ser un político formado en el Partido Liberal y haber estado en todos los gobiernos”.

Andrés Pencué, un abogado caleño de 24 años que trabaja en una empresa privada, nos aseguró que su voto por el candidato liberal obedecía a que admiraba su trabajo en el derecho. 

“Es un teso en (derecho) administrativo y uno lo reconoce en el ámbito académico, desde hace mucho ya sabía lo que hizo (constituyente y la paz)”, dijo en su explicación. “Más que todo le tengo es admiración, como profesional tiene las mejores cualidades”.

Esa imagen le ha servido a De la Calle para mantener su imagen dentro de sus simpatizantes a pesar de su decisión de buscar la Presidencia con el aval del Partido Liberal, algo que le cuestionan seguidores de otras campañas.

Contrario a eso, en Santander, Neiva y Bogotá le dijeron a La Silla que esa decisión hablaba bien de él, porque reforzaba la idea de que era un hombre de estructura, que prefirió no traicionar sus principios y que por su trayectoria ha sido capaz de trascender la mala fama del liberalismo.

“(Irse por el liberalismo en lugar de por firmas) muestra coherencia con un principio fundamental y es que la democracia se fortalece con los partidos”, nos dijo Jaime Unda, excandidato al concejo de Neiva por el Polo que va a votar por él.

Incluso un joven liberal nos dijo que veía a De la Calle como el “rescate” de ese partido.

“Representa una ruptura con el clientelismo. De la Calle puede llevar al partido a la época de Gaitán y Galán”, nos dijo el líder de las juventudes liberales en Santander James Cañizales. “El liberalismo lo necesita para purgarse”

El librepensador de centro

Aunque Humberto De la Calle es el candidato presidencial con más edad en la contienda (72 años), su visión de país -para sus simpatizantes- representa las ideas más frescas de la contienda. 

“Es un liberal más allá del partido en el que milita, es un librepensador, un demócrata que respeta y defiende las libertades de culto, de orientación sexual, de los derechos de las mujeres y de las minorías”, dijo a La Silla Alfredo Álvarez, profesor de la facultad de Comunicación Social de la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga. “Es alguien fresco”. 

La posición la comparten jóvenes tanto matriculados con el Partido Liberal, como simpatizantes espontáneos de su propuesta política. 

Por ejemplo, en Cali, Christian Palacios un estudiante de ciencia política de la Javeriana de 21 años nos lo describió como “el de las ideas más jóvenes”. “Lo que propone conecta con las nuevas generaciones”, dijo otro universitario, Iván Correal, en Bucaramanga.

Con esa perspectiva están de acuerdo incluso las generaciones más grandes que lo apoyan. 

Cecilia Balcázar de Bucher, una académica y poeta que ya está en la tercera edad nos dijo que lo que la hacía votar por De la Calle era que lo ve como un hombre “de pensamiento liberal (pero no por ser del Partido Liberal). Porque no es dogmático,  tiene la mente abierta, está dispuesto al cambio, a entender diferentes perspectivas, es capaz de imaginarse al otro”.

En Cauca y en Santander nos hablaron de su propuesta de convertir el servicio militar obligatorio en servicio social, para ejemplificar su conexión con los más jóvenes.

Además siete fuentes adicionales nos hablaron de que lo veían como el candidato del centro - centro de la contienda. 

“Representa un centro de avanzada”, nos explicó sobre las motivaciones de su voto Iván Botero, un empresario paisa mayor de 70 años que está jubilado. “(Voto por él) porque creo que es la persona más seria del debate, porque está por encima del bien y del mal”.

José Antonio Hernández, un estudiante de Economía y Gobierno de la Universidad de los Andes de 22 años, dijo algo muy similar: “Me gusta De la Calle porque está en el centro del espectro político... verdaderamente construye sobre lo construído”.

La caída de De la Calle en las encuestas y el que el Partido Liberal lo hubiera abandonado en la contienda ha despertado un sentimiento adicional, casi de conmiseración que no tiene que ver directamente con su talante de candidato. 

Cuatro fuentes en dos regiones nos dijeron que había un sentimiento de solidaridad por su baja figuración en las encuestas, tras haber sido el arquitecto del Acuerdo de Paz que le dio el Nobel al Presidente Juan Manuel Santos.

“Es un premio que el que negoció la paz sea candidato presidencial y me da pesar que se vaya a sacrificar políticamente y quede así de mal entre la polarización”, nos explicó sobre su percepción el empresario paisa Iván Botero.

En la recta final de la contienda, habrá que ver si la popularidad entre sus seguidores trasciende y, como esperan en su campaña, sorprende con el resultado.

Lea también: Las emociones que mueve el voto por Petro.
 

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Humberto De La Calle

Humberto De La Calle

Candidato presidencial del Partido Liberal

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Sí hubo 'donbernabilidad', pero más allá de Fajardo

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Hace dos semanas, el representante de Cambio Radical, Rodrigo Lara, volvió a recordar la ‘donbernabilidad’ que persigue a Sergio Fajardo como uno de los pocos lunares de su carrera pública. Dijo que Fajardo "pactó con la mafia para no tener que enfrentarla" aunque no mostró pruebas directas de ello.

Como parte de nuestra serie sobre el pasado de los candidatos, La Silla Paisa consultó a dos académicos investigadores del conflicto, un asesor de paz, un funcionario de su alcaldía, dos periodistas, dos abogados de exparamilitares desmovilizados, tres líderes sociales y a un integrante de la mesa de derechos humanos de la ciudad para intentar entender qué sucedió en la capital antioqueña en esos años y si el gobierno de Fajardo hizo algún tipo de pacto con la criminalidad como acusa Lara.

La 'donbernabilidad'

Como lo explica este artículo de El Espectador, la historia de la ‘donbernabilidad’ se remonta a la segunda mitad de los años 90 cuando la Oficina de Envigado controlaba las bandas delincuenciales de Medellín a través de una oficina de cobro, que prestaba servicios al narcotráfico como cobrarles las deudas, alquilarles sicarios, prestarle ‘seguridad’ a los narcos.

Cuando Sergio Fajardo llega a la alcaldía de Medellín en 2004, encuentra este poder que ya ejercía la oficina de Envigado en las comunas y también un proceso de paz avanzando entre el gobierno de Álvaro Uribe y las Autodefensas Unidas de Colombia, de las cuales ‘Don Berna’ era miembro como jefe paramilitar del bloque Cacique Nutibara y también como jefe de la Oficina de Envigado.

“A diferencia de la marginalidad que uno encuentra en otras ciudades, en el 2004 existe un desarrollo institucional en las comunas. Lo que no hay es justicia ni seguridad. Eso lo presta otra gente y eso ya existía cuando llegó Fajardo”, dijo a La Silla Vacía Hugo Acero, subsecretario de Seguridad durante las dos administraciones de Antanas Mockus y la primera de Peñalosa, y quien lo sabe de primera mano porque fue ‘importado’ por Fajardo como parte del equipo de PNUD que elaboró a partir de 2004 el plan de seguridad y convivencia de Medellín y el Plan Maestro de Equipamientos de Seguridad, Defensa y Justicia.

Antes de que se desmovilizara el Bloque de ‘Don Berna’ el 9 de diciembre de 2003, la tasa de homicidios en Medellín fue de 92,9 por cada 100 mil habitantes ese año, según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc) de Medellín. Y en 2007 —último año de la alcaldía de Fajardo — fue de 34 por cada 100 mil habitantes, la más baja desde inicio de los años ochenta.

Los expertos con los que habló La Silla atribuyen esta reducción drástica y atípica de homicidios a la ‘donbernabilidad’.

“Ese pacto se dio da a finales de noviembre de 2003, con la desmovilización del bloque Cacique Nutibara, el primer bloque urbano de las autodefensas. En 2004 son ellos (los paramilitares) los que empiezan a regular la violencia”, le dijo a La Silla Paisa Fernando Quijano, analista del conflicto armado y director de la Corporación para la paz y el desarrollo social (Corpades), una ONG que estudia el crimen organizado en Antioquia.

Dice que todas las bandas y combos delincuenciales del Valle de Aburrá aceptaron que le respondían a la Oficina de Envigado, que encabezaba don Berna, y que aceptaron que solo podían cometer actos violentos con su autorización. “Por eso el índice de homicidios baja tanto", enfatiza.

Con sus propias palabras, otras 10 fuentes dijeron lo mismo.

También coinciden en que Sergio Fajardo no estuvo metido ni hizo parte de ese pacto.

La responsabilidad de Fajardo

“Fajardo no auspició nada, pero tampoco se le opuso y sí le sacó provecho a los resultados con eso de ‘Del miedo a la esperanza’”, dice Quijano.

El director de ONG Corpades explica que se estableció una rara competencia por demostrar si la tranquilidad que estaba viviendo la ciudad era por la ‘paratranquilidad urbana’ de la Oficina o el modelo de ciudad planteado por el alcalde Fajardo en su plan de desarrollo ‘Medellín la más educada’.

"A la alcaldía de Fajardo le quedó bastante fácil argumentar que fue su labor, pero todo fue complementario. Hubo un poder hegemónico armado que dominó la ciudad, eso no está en duda", le dijo a La Silla Paisa Juan Diego Restrepo, director de Verdad Abierta, portal periodístico especializado en el conflicto armado.

Restrepo y Quijano coinciden en que lo que hizo Fajardo fue negar que en la ciudad había un grupo criminal, la Oficina de Envigado, que se articuló con sectores del Estado para controlar rentas ilegales como la venta de drogas y las extorsiones en mercados informales, a cambio de que no hubiera violencia.

“Él no reconoció lo que estaba pasando, no miró más allá de lo que decían la Policía, el Gobierno Nacional, la Fiscalía. Él estaba convencido de que todo estaba bien porque sus asesores le decían que todo estaba bien”, le dijo Quijano a La Silla.

Restrepo cree que la falla de Fajardo fue no pedirle al Gobierno y a los organismos de seguridad del Estado trabajar para evitar que se diera ese monopolio. Sin embargo, a favor de Fajardo, dice Restrepo y también Gustavo Duncan, investigador experto en crimen organizado y conflicto armado, que el Alcalde solo tiene una parte de la responsabilidad sobre la seguridad en Medellín.

La Fiscalía, la Policía, el Ejército, la Gobernación y otras instituciones del Estado tienen un rol clave y por eso, nuestros consultados parten del hecho de que ese pacto se dio más bien entre sectores de la Fuerza Pública y don Berna, en el cual no había violencia a cambio de “hacerse los de la vista gorda” ante su negocio de la droga en la ciudad.

Un experto en seguridad que nos pidió off the record nos aseguró, porque lo sabe de primera mano, que “La donbernabilidad la quieren mostrar como un pacto de políticos, pero la verdad es que Fajardo no tenía mucho margen de acción para evitar que sucediera porque esos pactos se dan entre la Policía y los criminales, y ese pacto se da en Medellín así porque quien media es la Policía”.

Imaginando lo que seguramente sucedió (por otros casos que conoce y por testimonios de exparamilitares y exmiembros de combos con los que ha hablado), ese experto nos explicó que la relación entre la Alcaldía o la administración con esos grupos se da a través de la Policía: “Pero la clase política, en este caso Fajardo, cuando ve que suben los índices de la criminalidad llama al jefe de la Policía y le dice: “Señor, ¿qué pasa?” Y el jefe de la Policía va a donde Don Berna y le reclama: “¿Qué está pasando?”, y lo apacigua. La Policía le exige a los bandidos ciertas formas de comportamientos: “Haz lo que quieras en los barrios, pero no generes desorden”, pero en este caso, con don Berna, el control era de una sola persona”.

Hugo Acero dice que si bien el Alcalde tiene un papel importante en el manejo de seguridad, en coyunturas como el proceso de paz con las Farc o la desmovilización de la AUC, “quien tiene el manejo con esas organizaciones no son las autoridades locales sino el gobierno nacional porque la Policía y el Ejército son de resorte nacional” y que lo que hicieron durante la alcaldía de Fajardo fue aprovechar la tregua de estas bandas para llegar a los territorios donde antes no podía entrar.

Durante su Alcaldía hicieron un Plan Maestro de Equipamientos de Seguridad (Policía), Defensa (Ejército) y Justicia (jueces, Fiscalía, inspecciones de Policía, comisarías de familia, casas de justicia) para Medellín y todos los municipios del Área Metropolitana (Itagui, Bello, Envigado, Sabaneta, Caldas, Girardota, Copacabana y la Estrella) y le apostaron a la reinserción, con plata de la Alcaldía incluso, como no lo hizo ningún otro mandatario local.

En la misma línea habló Fajardo cuando le preguntamos sobre este tema en la entrevista de Hora 20, Red + y La Silla Vacía. Dijo que cuando llegó a la Alcaldía, Uribe había hecho un proceso de desmovilización con los paramilitares y que los que se desmovilizaban tenían que respetar el acuerdo que habían hecho con Uribe y que lo que hizo su Alcaldía fue trabajar en la reinserción de 4 mil desmovilizados.

“Con ellos negoció el gobierno del presidente Álvaro Uribe, y él era el que tenía la relación con ellos como líderes de esos grupos”, dijo Fajardo. “La obligación que tenían era no delinquir, estaban en un proceso. Tenían que respetar la vida y precisamente tenían que cumplir, para eso se hizo ese acuerdo. Entonces, que me vengan a decir ahora que yo me hice el de la vista gorda, porque yo no me hice el de la vista gorda (...) Ocupamos los espacios, llevamos las intervenciones sociales y le cambiamos el rumbo a la ciudad”. En términos de seguridad, sin embargo, la ciudad no cambió el rumbo.

“Paratranquilidad urbana” más allá de Fajardo

Entre 2008 y 2009, la curva de homicidios empezó a subir y prácticamente perdió todo el avance, ya que cerró con una tasa de 94,3 homicidios por cada 100 mil habitantes. Es decir, igual a como estaba en 2003, antes de la desmovilización de los paras.

¿Qué pasó? Desde el segundo semestre de 2007, con don Berna en la cárcel —pero todavía con el control de la ciudad— empezó la desobediencia de algunos combos y en mayo de 2008, cuando el gobierno de Álvaro Uribe extraditó a Estados Unidos de los máximos jefes de las AUC, entre ellos don Berna, empezó la disputa por el vacío de poder.

“Se vuelve a calentar el parche porque alias Sebastián y alias Valenciano entran a reclamar el poder y dividieron la ciudad. A eso hay que sumarle que los gaitanistas (urabeños) ya se estaban metiendo en Medellín. La disputa por el control territorial y las rentas ilegales dejó un reguero de muertos que solo bajó después de las capturas de Valenciano (2011) y Sebastián (2012) y finalmente con el ‘pacto del fusil’ en 2013 en la alcaldía de Aníbal (Gaviria)”, le dijo a La Silla Paisa el abogado de un exjefe paramilitar desmovilizado.

Esta disparada en los homicidios reforzó la idea de que la tranquilidad que se vivió durante la época de Fajardo (y que en todo caso no fue una situación exclusiva de Medellín sino de todas las ciudades donde delinquían los paramilitares) fue más el resultado de una tregua entre las bandas delincuenciales propiciadas por la desmovilización de las AUC o por el supuesto pacto entre las bandas y la Oficina de Envigado y no por una transformación estructural en ese campo propiciada por Fajardo.

A eso se sumó la acusación de un desmovilizado ‘Memín’ quien dijo que Alonso Salazar, el sucesor de Fajardo y su antiguo secretario de Gobierno, había recibido plata y colaboración de las Auc, y en especial de ‘Don Berna’ para ser elegido alcalde de Medellín. Reforzó su acusación con una carta del ex jefe paramilitar preso diciendo que había apoyado la aspiración de Salazar.

La Fiscalía, sin embargo, archivó la investigación contra Salazar porque probó que los resultados de las votaciones reflejaban que no había obtenido ningún apoyo en las zonas donde existía mayor presencia paramilitar.

“La investigación permitió concluir que los integrantes de la Corporación Democracia que se presentaron al Concejo y a las JAL apoyaron al candidato Luis Pérez y fueron respaldados por los partidos políticos que lo apoyaron a él”, dijo la Fiscalía. Entre esos partidos estaba el del senador Lara.

Aún así, la carta de ‘Don Berna’, las declaraciones en medios de los contradictores políticos de Fajardo y el comportamiento atípico de los homicidios siguen alimentando el fantasma de la 'donbernabilidad' que aún persigue al ahora candidato presidencial.

Silla Paisa
LA SEGURIDAD URBANA EN MOVIMIENTO: ESTADO, ACCIONES COLECTIVAS Y PRÁCTICAS COTIDIANAS FRENTE A LA INSEGURIDAD EN BOGOTÁBalance de estrategias de seguridad para zonas críticas en Bogotá y Medellín
Sergio Fajardo

Sergio Fajardo

Candidato presidencial del Polo y Alianza Verde

Alonso Salazar Jaramillo

Alonso Salazar Jaramillo

Ex alcalde de Medellín

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Las propuestas tributarias, cara a cara

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Con el IVA en su tasa más alta en la historia, las empresas cargando el grueso de la financiación del Estado vía impuestos y la discusión sobre el gasto del gobierno Santos, la campaña presidencial ha demostrado que los impuestos son uno de los puntos en los que más se diferencian los candidatos.

Por eso, y como parte de una serie para comparar sus propuestas en asuntos sensibles, revisamos qué dice cada uno de los cinco candidatos más visibles. Encontramos que encajan en su visión de la economía y que, si cumplen con lo que proponen, los resultados para empresas y ciudadanos serían muy diversos.

Acá están los puntos centrales de sus propuestas en ese tema:

 

Instrucciones: haga clic sobre los temas para abrir o cerrar la información en detalle. Si tiene problemas para visualizar la tabla en su celular, gírelo.

 
 
Petro
De La Calle
Fajardo
Vargas
Duque
 
Una visión social con apretón a grandes capitales
Un balance entre apretar a los ricos y darle juego a las empresas
Disciplina fiscal con más presión para los ricos
Facilidad para las empresas y apuesta a que el problema es la evasión
Menos presión tributaria para todos, sobre todo las empresas
El IVA
Bajarlo
Bajarlo
Mantenerlo
Mantenerlo
Mantenerlo
El debate alrededor del IVA está entre mantener la tarifa del 19 por ciento, que creó la reforma tributaria de 2019 para recaudar más, o reducirlo para bajar el impacto sobre los más pobres, que son los más afectados por este impuesto.
 
Petro propone reducir el IVA al 16% y devolver el que paguen los hogares que están por debajo de la línea de la pobreza. Eso tendría un fuerte y positivo impacto social, pero un impacto grande en el recaudo - y la devolución sería difícil y costosa en lo administrativo.
 
De La Calle tiene una visión similar pero más sencilla: propone llegar al 16% pero de forma gradual, eximir a los hogares más pobres (algo menos engorroso que devolverles el dinero, pero también difícil de administrar pues requeriría algo como un registro como hogar pobre y alguna forma de demostrarlo al comprar bienes o servicios) y grabar más bienes y servicios, para compensar la disminución.
 
Fajardotiene una posición que prioriza la disciplina fiscal pero es pragmática: propone mantener el 19% mientras consigue nuevos ingresos, y luego reducirlo (lo que evitaría un mayor déficit del Estado).
 
Vargas muestra que su interés es ayudar a empresas y empresarios, pues lo mantendría en el 19% pero haría que se pueda descontar del impuesto de renta lo que se paga en IVA. Como solo pagan renta las empresas y las personas con mayores capitales o ingresos, eso aliviaría la presión de los ricos y las empresas, no de los pobres (algo que compensa parcialmente al ampliar ese impuesto a todos los bienes y servicios excepto los de primera necesidad y los servicios públicos de estratos bajos). Además, eliminaría el IVA en la compra de bienes de capital, que son los que compran las empresas para hacer sus negocios, como maquinaria o inmuebles, lo que de nuevo muestra el énfasis en ayudarlos (y tiene el riesgo de que los bienes de capital varían según el negocio de cada empresa, y por eso puede dar lugar a manipulaciones).
 
Duque propone crear un día sin IVA cada bimestre, una propuesta que podría ayudar a todos sin reducir la tarifa pero que puede tener grandes dificultades para implementarlo, da margen a la manipulación de facturas para que todo se compre ese día y le facilita la vida a quienes pueden comprar todo lo del bimestre un solo día en detrimento de quienes viven al día.
Renta para sociedades
Mantenerla
Bajarla
Mantenerla
Bajarla
Bajarla
El impuesto de renta, el principal impuesto en Colombia (en 2017 la Dian recogió casi 115 billones gracias a él, contra 37 de IVA), ha recargado su peso en las empresas, como han mostrado diferentes expertos, incluyendo la Comisión Tributaria de 2015 o los reportes de competitividad o de Doing Business. Por eso, y por la reciente reforma de Trump que le bajó la tarifa a las empresas en Estados Unidos, hay un debate grande sobre si se debe bajar para darle más espacio a que las empresas sean rentables e inviertan.
 
Petro no dice nada al respecto, por lo que se entiende que mantendría las tasas actuales, algo congruente con su visión más preocupada por las personas desfavorecidas que por las empresas.
 
De La Calle propone reducir la tarifa hasta el 26%, lo que sería muy beneficioso para las empresas pero dejaría un hueco fiscal que fácilmente podría llegar a 20 billones de pesos.
 
Fajardo, en línea con su visión de disciplina fiscal, propone mantener la reducción que creó la reforma tributaria de 2016 y que lleva a que baje del 35 al 33 por ciento en 2019.
 
Vargas, que busca bajar la presión fiscal a las empresas para que muevan la economía, propone reducirlo hasta el 30 por ciento (lo que costaría unos 10 billones de pesos).
 
Duque habla de "tarifas competitivas", sin aclarar una cifra exacta, pero con la visión de reducir la presión fiscal a las empresas.
Renta para personas
Más impuesto y más personas
Más impuesto y más personas
Más impuesto y más personas
Más personas
Más personas
Una de las grandes críticas al sistema tributario colombiano es que el impuesto de renta a las personas, que es el principal impuesto en muchos países ricos, es débil porque lo pagan relativamente pocas personas y las tarifas no son muy altas para los más ricos. Aunque la reforma tributaria de 2016 busca empezar a enderezar eso, falta mucho como se nota de la diferencia entre lo que ésta creó (como las rentas separadas por tipo de ingreso, llamadas rentas celulares) y lo que propuso la Comisión de Expertos de 2015.
 
Petro propone grabar más fuerte a los ricos y aumentar la ""efectividad"" del impuesto a las rentas de capital, es decir, a las que vienen de tener plata y no de trabajar (como los arrendamientos de bienes o los rendimientos de inversiones), en línea con su visión de que los ricos pagan poco y que la única riqueza valiosa es la que viene del trabajo, como dijo en su entrevista de Hora 20.
 
De La Calle propone aumentar tanto la cantidad de personas que pagan, incluyendo a personas de hogares de clase media-alta, como el impuesto a los más ricos, lo que responde a las recomendaciones de la comisión de expertos. Además, propone crear un impuesto progresivo al patrimonio de los hogares (no de las personas), excluyendo lo que inviertan en activos productivos como acciones de empresas o bienes que compren para producir. Así busca que los más ricos tengan más incentivos a usar su capital en mover la economía.
 
Fajardo propone incrementar el impuesto a los más ricos, y usar los logros de ello en reducir los impuestos a las empresas, con la idea de que así sus dueños prefieran dejar sus utilidades en las empresas para que éstas inviertan.
 
La idea de Vargas es que en lugar de aumentar los impuestos a los más ricos se debe aumentar la cantidad de personas que pagan y no penalizar la riqueza. Para eso propone eliminar la renta presuntiva (un cálculo que hoy se hace al pagar renta en la que se presume que lo mínimo que produce al año una persona es el equivalente al 3% de su patrimonio, con lo que busca obligar a la gente a poner su plata a producir y ponerle un ""piso"" a la evasión) y eximir de la renta los ingresos que queden ahorrados.
 
Por último, Duque deja pendiente la tarea, pues dice que sí deben pagar renta más personas pero solo cuando haya crecido la economía.
Otros impuestos
Crear uno nuevo
Ninguna gruesa
Ninguna gruesa
Eliminar dos impuestos
Ninguna gruesa
Además del impuesto de renta y del IVA, hay varios otros impuestos relevantes, y Petro y Vargas tienen propuestas de peso al respecto.
 
El ex alcalde propone crear un impuesto a los giros de utilidades que hacen los extranjeros hacia sus países. Ese pago, que por años existió en Colombia en diferentes impuestos y tarifas, busca que la inversión extranjera prefiera dejar sus utilidades en el país a sacar el dinero, pero tiene el costo de que desincentiva esa inversión, aunque el impacto depende de la tarifa final y otros detalles. En todo caso, encaja con su visión poco amiga de la extracción de rentas de parte de extranjeros.
 
Vargas, por su lado, propone eliminar el pequeño impuesto a los dividendos que creó la reforma de 2016, y que busca que los dueños de las emrpesas prefieran dejar la plata en ellas antes que sacarla, pero que puede afectar su inversión. Además, quiere eliminar el de industria y comercio, una de las principales fuentes de financiación de los municipios pero que se suma a la renta de las empresas. Su idea no es desaparecerlo sino que las empresas lo paguen y luego lo descuenten del impuesto de renta, lo que ayuda a su competitividad pero puede dejar un hueco de unos 7 billones de pesos o más.
Impuestos a la tierra
Aumentarlos
Aumentarlos
Actualizarlos
Actualizarlos
Nada
Entre los grandes debates tributarios está el de los impuestos a la tierra, y especialmente el impuesto predial rural, que suele ser muy bajo. La discusión va de la mano con la redistribución y el mal uso de la tierra y con el catastro multipropósito, una herramienta para conocer mejor la propiedad, uso y costos de la tierra rural en cuya urgencia coinciden todos los expertos del agro (como los que conformaron la Misión Rural) y que está acordado en la Habana.
 
Todos los candidatos, excepto Duque, coinciden en la importancia de ese catastro, y Fajardo, además, se compromete a cofinanciar su aplicación con los municipios y De La Callea actualizar el valor catastral de los predios rurales.
 
Petro,además, propone cobrarle el mayor impuesto legalmente posible a los latifundios en tierras fértiles que no estén siendo productivos, como forma de presión para que sus propietarios las vuelvan productivas o las vendan (posiblemente al Estado, para redistribuirlas).
Lucha contra la evasión
No le apuesta mucho
No le apuesta mucho
No le apuesta mucho
Le apuesta mucho
Le apuesta mucho
Una de las plagas de los sistemas tributarios es la evasión de quienes "capan " impuestos, el contrabando y los esquemas más sofisticados para no pagar impuestos (llamadas teénicamente elusión y planeación fiscal). Aunque todos los candidatos hablan de luchar contra ellas, algo que es apenas obvio, Vargas y Duque le apuestan casi todo su plan a lograr éxitos enormes en esos frentes, con lo que proponen compensar sus recortes a los impuestos de las empresas y sus dueños.
 
Duque,en concreto, habla de reducir a la mitad la evasión del IVA para recuadar unos 12,5 billones al año, algo difícil de lograr y Vargas dice que la evasión es del orden de 80 billones de pesos y que recuperaría entre 6,5 y 36 billones (la cifra aumentaría con el tiempo) al reducirla a la mitad.
 
En los dos casos parecen inflar la cantidad que se evade, además de reducir las dificultades para combatirla. Para la DIAN que lo revisó en el proceso de la reforma tributaria de 2016, la evasión suma 30 billones. Y, para el Fondo Monetario Internacional, que usa cifras de la Ocde, en 2015 estaba alrededor del 4 por ciento del PIB. Es decir, unos 34 billones de pesos. Según la CEPAL, la evasión del IVA es de alrededor de 20,1 por ciento y la de la renta del 34,4 por ciento. Eso, en cifras de 2017, equivaldría respectivamente a 7,5 y a 19 billones de pesos, para un total de más o menos 26,5 billones.
Privilegios tributarios
Ninguno
Para empresas pequeñas
Para empresas pequeñas
Para el agro
Para empresas pequeñas y el agro
La política tributaria sirve para incentivar diferentes actividades o sectores económicos, dándoles beneficios .
 
Petro,como parte de su propuesta de modificar toda la matriz energética de Colombia, propone menores impuestos a los vehículos eléctricos.
 
De La Calle, Fajardo y Duque proponen una tarifa menor de renta para las empresas medianas y pequeñas, una propuesta que busca ayudar a los empresarios pequeños de cualquier sector. El riesgo es que los grandes busquen esquemas para atomizar sus empresas y gozar de esos beneficios, lo que implica un trabajo grande y costos de la Dian para ""cazar"" esas movidas.
 
Vargas y Duque, además, proponen beneficios para empresas del agro: el primero dice que le cobraría un impuesto de renta de solo el 10% a empresas agropecuarias y el segundo habla de 10 años de ""incentivos tributarios"" a inversiones agroindustriales.
 
Duque, por último, habla también de descuentos tributarios a las llamadas empresas B, las que buscan tener rentabilidad mientras solucionan problemas sociales y ambientales (como empresas de reciclaje o que tienen una producción sostenible), que tradicionalmente han encarado entidades sin ánimo de lucro o el Estado.
Regla fiscal
Mantenerla
Revisarla
Mantenerla
Mantenerla
Revisarla
La norma de la Constitución que obliga a mantener el déficit fiscal en cintura, con una meta que se reduce con el tiempo pero que deja espacio para mayor gastos cuando la economía entra a un ciclo negativo como el actual, es uno de los grandes debates económicos de la campaña. Sobre todo porque Duque habla de "revisar" (lo que muestra que su programa no es estrictamente neoliberal ni muy ortodoxo en disciplina fiscal), y De La Callede "flexibilizarla responsablemente" (con lo que se nota su tendencia a una visión más keynesiana o cepalina de la economía).
 
En contraste, Fajardo es el más ortodoxo pues dice que se debe "cumplir", Vargas no está lejos al hablar de "mantenerla" (en vez de cambiarla como dicen Duque y De La Calle y Petro muestra que la respetaría, pues dice que propone "mantenerse en su horizonte".
 
 
 
 
 

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Petro se quedó con el grueso de las estructuras de izquierda

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Con excepción de las bases sociales del Moir, que están con Sergio Fajardo, y de algunos sindicalistas de tradición liberal que apoyan a Humberto De la Calle, Gustavo Petro tiene el apoyo de la mayoría de organizaciones sindicales y sociales clave. Eso es un cambio pues antes de las elecciones al Congreso Fajardo le peleaba esa maquinaria de izquierda.

Así se nota en esta actualización de la historia que hicimos en febrero, consultando con miembros de las organizaciones y agrupando sus apoyos en tres grandes rangos. Incluímos organizaciones que pertenecen a agrupaciones más grandes, como Fecode que representa un poco más de la mitad de la CUT, pues el respaldo de cada una otorga un peso simbólico.

A menos de dos semanas de la primera vuelta, así están repartidos los apoyos.

Instrucciones: haga clic sobre las organizaciones para abrir o cerrar la información en detalle. Si tiene problemas para visualizar la tabla en su celular, gírelo.

Organizaciones
Petro
Fajardo
De La Calle
CTC
 
 
 
Tipo de organización: Sindicato
 
Luis Miguel Morantes, presidente del Comité Ejecutivo de la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC, le dijo a La Silla Vacía que respetan las decisiones de sus afiliados y las diferentes vertientes que puedan existir dentro del sindicato. También explicó que, ante los peligros que ven en estas elecciones "de que gane un candidato que no proteja los intereses de los trabajadores," la CTC por su tradición liberal decidió apoyar unánimemente a Humberto De la Calle. También dijo que aunque esperan que De la Calle logre una repuntada para primera vuelta, si no pasa, en segunda vuelta optarán por una opción de izquierda.
CGT
 
 
 
Tipo de organización: Sindicato
 
Al igual que sucedió para las elecciones a Congreso, la Confederación General del Trabajo, CGT, no apoyará a ningún candidato. Según nos había dicho Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación, "se deja en total libertad a la membresía el votar por la opción que considere pertinente. Siempre y cuando salga a votar, no venda el voto, vote a conciencia por alguien o vote en blanco." Otro miembro de la CGT le contó a La Silla que lo que sí le recomiendan a sus afliiados es que voten considerando las propuestas de los candidatos en garantía de derechos laborales y en temas como la reforma pensional y el salario mínimo.
Fecode
 
 
 
Tipo de organización: Organización sindical gremial de segundo grado
 
La Federación Colombiana de Educadores, Fecode, sindicato con más o menos 270.000 maestros afiliados y el más poderoso de los que conforman la CUT (más de 500 mil miembros) apoya mayoritariamente a Gustavo Petro.
 
Según Rafael Cuello, miembro del Comité Ejecutivo del sindicato, 12 de 15 de los 15 miembros del comité están con Petro, los dos del Moir están con Fajardo y el del sindicalismo liberal con De la Calle. Según Cuello "no va a haber un pronunciamiento oficial por parte de Fecode para apoyar a un candidato porque esta es una organización democrática y hay una pluralidad que respetamos, no se puede pasar por encima de nadie con una votación. Las diferentes tendencias podrán sacar sus propias declaraciones." El presidente del sindicato, Carlos Rivas, ha mostrado su apoyo a Petro en su cuenta de Twitter con trinos como "Por una educación humana. Somos maestros con Gustavo Petro."
CUT
 
 
 
Tipo de organización: Central sindical
 
La Central Unitaria de Trabajadores, CUT, como central sindical agrupa a varios sindicatos incluyendo Fecode, Sintraelecol y la USO. En ella están representadas muchas corrientes ideológicas, que se identifican en líneas gruesas como el sector clasista (más radical) y el democrático (moderado). En el primero están sindicalistas afiliados al Partido Comunista y al Moir, y en el democrático al PTC (Partido del Trabajo de Colombia, que está en la Alianza Verde) y el sindicalismo liberal cercano al Partido Liberal.
 
Como sucedió antes de las elecciones de Congreso, el sector clasista se divide entre apoyar a Gustavo Petro (Partido Comunista) o a Sergio Fajardo (Moir). El sector democrático está la mayoría con Gustavo Petro y de manera más marginal con Humberto De la Calle e Iván Duque.
 
Según le contó a La Silla Fabio Arias, miembro del Comité Ejecutivo, de los 21 miembros del comité 15 están con Petro, cuatro con Fajardo (los del Moir), uno con Humberto De la Calle y otro más con Iván Duque. Arias dice que no habrá una declaración de la CUT para respaldar a un candidato porque decidirlo por mayorías atentaría contra el pluralismo de la congregación. También le dijo a La Silla que los 15 que están con Petro están trabajando en conjunto por su candidatura, pero de manera independiente a la campaña de la Colombia Humana.
 
En abril, cuando Sintrainagro manifestó su apoyo a Duque, los directivos de la CUT enviaron una comunicación rechazando este resplado. El comunicado dice que como central respaldan "aquellas candidaturas que corresponden a expresiones democráticas, progresistas y alternativas (...) como una expresión de ello publicamos los programas de los candidatos presidenciales Gustavo Petro, Sergio Fajardo y Humberto De la Calle." Y agrega "Tanto Iván Duque como Vargas Lleras en sus programas, están llenos de propuestas completamente regresivas en el campo económico, político, social y laboral (...) consideramos totalmente desafortunada y por tal rechazamos la decisión de algunos dirigentes de Sintrainagro al respaldar al candidato."
ONIC
 
 
 
Tipo de organización: Organización étnica
 
La Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic, es la principal organización indígena del país, con presencia en 28 de los 32 departamentos y, según su página web, agrupa al 80 por ciento de la población indígena, casi 1,4 millones de personas.
 
Desde antes de las elecciones a Congreso miembros de la Onic le habían dicho a La Silla que apoyan a Petro para la Presidencia, pero como lo contamos en esta historia esta organización oficializó su apoyo después de las legislativas y la guardia indígena ha acompañado el esquema de seguridad de Petro en sus eventos públicos en Cauca y Valle.
Aico
 
 
 
Tipo de organización: Organización étnica
 
Como lo contamos en esta historia, Petro cuenta con el apoyo de las Autoridades Indígenas de Colombia, Aico, partido que integra 49 autoridades indígenas sobre todo en Nariño.
Opiac
 
 
 
Tipo de organización: Organización étnica
 
Opiac que agrupa a 56 pueblos indígenas amazónicos en 162 resguardos en seis departamentos del sur del país y que como hemos contadohace parte de la Mesa Permanente de Concertación (espacio donde las organizaciones concertan con el Gobierno las políticas públicas que los afectan), apoyan a Petro, entre otras razones, por su propuesta de energías limpias.
PCN
 
 
 
Tipo de organización: Organización étnica
 
El Proceso de Comunidades Negras, que agrupa a diferentes organizaciones afrocolombianas y, que según uno de sus miembros reúne a más de 30.000 personas, apoya a Petro a la Presidencia. Mario Angulo, uno de sus voceros, le contó a La Silla que la decisión de apoyarlo se tomó a nivel regional y luego se formalizó a nivel nacional. "Tenemos compatibilidad con la propuesta que ha venido planteado, sobre todo en los temas de medioambiente, de garantía de los territorios de las comunidades y de fortalecimiento de lo público," agregó.
Afrodes
 
 
 
Tipo de organización: Organización étnica
 
La Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados, Afrodes, es una red nacional que agrupa 195 organizaciones afrocolombianas y apoya por consenso la candidatura de Gustavo Petro.
 
Marino Córdoba, miembro de la junta directiva de la organización, le dijo a La Silla que después de discutirlo internamente, la coordinación nacional se reunió el lunes pasado con el candidato y otras organizaciones afrocolombianas para discutir sus propuestas y llegar acuerdos en torno al reconocimiento de la población afro y víctima en su programa.
 
En la reunión se acordó que se revisará el programa de gobierno para que, de ser elegido, en el plan de desarrollo se incluyan sus peticiones. Afrodes también le pidió a Petro que incluyera dentro de su equipo estratégico a personas de la comunidad para garantizar la representación étnica en su campaña y para contar con un puente entre la comunidad y la Colombia Humana.
Congreso de los Pueblos
 
 
 
Tipo de organización: Organización social
 
Según sus voceros, el Congreso de los Pueblos, es un movimiento de convergencias de distintas expresiones y autonomías sociales y políticas por lo que no tiene una expresión unificada en lo electoral.
 
Según Donka Atanassova, vocera nacional, el apoyo sigue dividido entre Sergio Fajardo, Humberto De la Calle y Gustavo Petro , aunque a través de Cumbre Agraria que es una convergencia más amplia en donde confluyen tanto el Congreso de los Pueblos, como Marcha Patriótica, el Proceso de Comunidades Negras y otras organizaciones como la Onic, se hizo una reunión con Gustavo Petro para que el candidato firme un compromiso con la agenda y el pliego de la Cumbre Agraria.
 
Jimmy Alexander Moreno, otro de sus voceros, le dijo a La Silla que la decisión de Cumbre de firmar ese acuerdo con Petro se tomó luego de revisar las propuestas de los candidatos y de encontrar una identidad entre el programa de la Colombia Humana y sus planteamientos en temas como la transición del modelo minero energético, la comprensión de las consultas previas como vinculantes y el reconocimiento de los territorios alimentarios y ancestrales de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes.
Marcha Patriótica
 
 
 
Tipo de organización: Movimiento político y social
 
Sin Timochenko ni Piedad Córdoba en la contienda Marcha Patriótica está apoyando la candidatura de Gustavo Petro a la Presidencia.
 
Según uno de los miembros de las directivas de Marcha, las organizaciones de base que la conforman se han integrado en las regiones a diferentes comités programáticos de la campaña de la Colombia Humana en temas rurales y de salud, entre otros.
Dignidades agrarias
 
 
 
Tipo de organización: Organización agraria
 
Según César Pachón, vocero de Dignidades Agropecuarias y representante electo del partido Mais por Boyacá, la organización no tiene filiación política ni apoya a ningún candidato en particular porque uno de sus principios es el pluralismo. Los apoyos a los candidatos por parte de los miembros de las Dignidades son a título personal.
 
En su caso, Pachón anunció hace unos días su apoyo a Gustavo Petro y junto a líderes de base de las Dignidades le está haciendo campaña a la Colombia Humana. Otros miembros de la organización que vienen del Moir están apoyando la candidatura de Fajardo. Este es el caso, por ejemplo, de Óscar Gutiérrez, cabeza de la Dignidad Cafetera.
Movimiento Cimarrón
 
 
 
Tipo de organización: Organización étnica
 
Según Juan de Dios Mosquera, uno de los líderes del Movimiento Cimarrón, la organización no toma partido por ningún candidato.
 
Sin embargo, Mosquera explica que le han dicho a sus miembros y simpatizantes que deben votar por una opción que implique un "revolcón político porque en el país no podemos seguir votando por los partidos de lo bisnietos de los amos y en este momento el revolcón político significa apoyar a Sergio Fajardo o a Gustavo Petro."
Sintraelecol
 
 
 
Tipo de organización: Sindicato
 
La Silla no pudo hablar con Sintraelecol para esta historia, pero la federación sindical del sector eléctrico anunció su apoyo a Gustavo Petro y a la Colombia Humana el 23 de abril en su página oficial y en redes sociales.
USO
 
 
 
Tipo de organización: Sindicato
 
Como sucede en la mayoría de sindicatos, dentro de la USO (Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo) convergen diferentes tendencias políticas.
 
En las juntas directivas y subdirectivas hay presencia del sindicalismo clasista (Partido Comunista, Colectivo Guillermo Marín, Poder y Unidad Popular), sindicalismo Polo Democrático (Moir) y sindicalismo democrático (Progresistas y la tendencia PTC). El sindicalismo del Moir está con Fajardo, el democrático y el clasista con Petro. Sin embargo y a diferencia de otros sindicatos como Fecode y la CUT en donde el apoyo por Petro no es unánime, la USO sacó un comunicado oficial apoyando oficialmente la candidatura de Gustavo Petro.
 
Según le dijo a La Silla César Loza, presidente de la USO, se tomó la decisión de apoyar a Petro y se dejó claridad de que hay una parte apoyando a Fajardo. El 25 por ciento está con Fajardo y el 75 por ciento con Gustavo Petro.
FEU
 
 
 
Tipo de organización: Organización estudiantil
 
Según la secretaría de la Federación de Estudiantes Universitarios, FEU, la federación no se suscribe a ninguna tendencia por lo que no participa en ninguna campaña. Sin embargo, una fuente de la Federación le contó a La Silla que sus miembros apoyan a Petro en la práctica así no haya habido un pronunciamiento oficial al respecto.
OCE
 
 
 
Tipo de organización: Organización estudiantil
 
Sara Abril, vocera de la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE, nos dijo que la organización apoya a Fajardo y está en su campaña. Eso tiene sentido, porque la OCE es cercana al Moir de Jorge Robledo, que es una de las cabezas de la Coalición Colombia.
 
Según Abril, la OCE hace parte de los comités de esa campaña porque, a su juicio, es el único candidato que tiene una propuesta realizable en materia educativa y ha integrado dentro de su programa temas como el aumento presupuestal en educación, el aumento de la inversión en ciencia y el cumplimiento de los acuerdos con Fecode.
JUCO
 
 
 
Tipo de organización: Organización estudiantil
 
Desde antes de las elecciones al Congreso las juventudes comunistas están apoyando a Petro. Omar Orduz, dirigente nacional de la JUCO, le dijo a La Silla Vacía que para segunda vuelta están promoviendo una coalición entre Gustavo Petro, Humberto De la Calle y Sergio Fajardo.
Mesa Nacional de Víctimas
 
 
 
Tipo de organización: Organización de víctimas
 
Tres representantes de la Mesa Nacional de Víctimas le dijeron a La Silla que para presidenciales la Mesa está dividida. ""Está muy disperso. Hay gente con Petro, gente con otros candidatos y hay gente, incluso, con la derecha"", dijo Odorico Guerra, quien fue coordinador nacional de la Mesa, y con quien hablamos para la historia de los apoyos de las organizaciones y sindicatos que hicimos antes de las elecciones a Congreso.
 
Alberto Vidal, miembro de la Mesa, le dijo a La Silla que esta división sigue existiendo y que según sus cálculos un 60 por ciento de la organización está con Petro y el resto se divide entre otros candidatos.
 
 
 
 

Gustavo Francisco Petro Urrego

Gustavo Francisco Petro Urrego

Ex alcalde de Bogotá y candidato presidencial

Sergio Fajardo

Sergio Fajardo

Candidato presidencial del Polo y Alianza Verde

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Las emociones que mueven el voto por Duque

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Los electores de Iván Duque, el candidato uribista a la presidencia, no son solo quienes se definen por su apoyo al expresidente Álvaro Uribe, sino también gente atraída por la juventud e imagen de renovación del aspirante, y por representar la oposición (por lo menos de derecha) al impopular presidente, Juan Manuel Santos.

Eso fue lo que encontró La Silla tras hablar con 35 fuentes en las regiones que cubrimos (Pacífico, Bogotá, Huila, Medellín, Pereira, Caldas, Santanderes  y el Caribe) para conocer las emociones que los mueven para votar por él.

"El de Uribe"

 

Diez de las fuentes consultadas para esta historia nos dijeron que votarán por él principalmente porque es el elegido por el expresidente Uribe y eso les genera confianza en el candidato.

“Yo siempre he votado por Uribe, y ahora por Iván Duque”, nos dijo Julio Navarrete, un operario agrícola de Caldas. “Yo sigo en la línea del doctor Uribe porque mejor no lo pudo hacer, no hizo un fracaso como entregar el país a la guerrilla. Por algo, Iván es el candidato del doctor Uribe”, nos dijo Ligia Hernández, una pensionada de Bogotá.

Esa fuerza de ser el de Uribe la deja clara Edinson Imbacuan, un conductor de transporte público en Cali. “Con tal de que siga las directrices de Uribe yo hubiera votado por cualquiera, porque sería el de Uribe”, nos dijo.

En general, lo que más evocan estas fuentes es la mano dura en seguridad.

“La delincuencia está disparada y para mi Duque es la esperanza de que vuelva la mano dura porque la delincuencia nos tiene del cuello no solo en el campo, también en la ciudad”, nos dijo desde Caquetá, el ganadero Gustavo Rojas.

Esos uribistas tienen la experiencia de haber votado por un Santos uribista que terminó lejos de Uribe y saben que durante la campaña interna para la nominación uribista el año pasado Duque fue señalado de no ser uribista de corazón, pero lo defienden.

“Voto por él porque ha estado al lado del Presidente Uribe en el Senado”, nos dijo Martha Lucía Mesa, ama de casa y militante uribista de Medellín, cuna del Expresidente.

Por último, lo identifican con postulados conservadores con los que se han alineado él y el uribismo, como la protección a la familia y la religión.

“Me gusta su enfoque de valores, especialmente su cercanía a Dios, que le he oído invocarlo en varios discursos”, nos dijo la empresaria huilense María Bahamón, quien vive en República Dominicana. En ese mismo sentido nos habló la música y profesora Luisa Guerrero, de 24 años, de Bogotá, quien no tenía decidido su voto y se inclinó por Duque luego de la adhesión de la exsenadora cristiana Viviane Morales.

El antiSantos

Esa cercanía con Uribe, además de su discurso contra la corrupción, les da la tranquilidad de que será la antítesis de Juan Manuel Santos, quien es “más de lo mismo” o un camino hacia el castrochavismo.

“Petro es retroceder, es volverse Venezuela; Vargas Lleras, comió callado en los años de gobierno de Santos y le entregó el país a las Farc; Fajardo no es ni chicha ni limonada y De la Calle es un pelele del Gobierno”, nos dijo Libardo Núñez, un administrador de empresas caleño. “Sabemos que con Duque no nos va a pasar eso de volvernos como Venezuela”, nos dijo Fredy Rodríguez, un líder comunal de Cúcuta.

Estas 10 fuentes también critican los Acuerdos con las Farc y argumentan que Santos “incumplió al pueblo que votó No” en el plebiscito, al refrendarlos en el Congreso tras la renegociación con el uribismo.  

“Va a desvirtuar el proceso de paz que indultó a crueles cabecillas”, nos dijo el comunicador Mario Silva, de Bucaramanga; su propuesta es la que “genera mayor seriedad en el tema de paz, la paz verdadera”, nos dijo Fernando Martínez, un administrador bumangués de 44 años.

De hecho, víctimas de las Farc también quieren votar por Duque para que cumpla su promesa de arreglar los acuerdos.

“Duque quiere que no haya impunidad. Hay gente que se pregunta cómo una familia de estrato social bajo puede votar por Duque. Bueno, es principalmente por eso”, nos dijo un estudiante de ingeniería de 20 años de la Universidad de Cartagena, cuyo abuelo fue asesinado por la guerrilla.

A la baja imagen del proceso de negociación, se suma la impopularidad del gobierno Santos, gracias a escándalos judiciales que lo rodean a él como el de Odebrecht o mencionan al del del cartel de la Toga, que no tiene que ver directamente con él, pero que ven como parte de la misma corrupción de la mermelada. Y son otras de las municiones uribistas para tener como única opción a Duque, a quien ven como un candidato sin tacha.

“Para mi Duque es la posibilidad de que se acaben los Ñoños y la corrupción de este país. Él sí puede empezar a hacer algo porque es el único de los candidatos que no tiene rabo de paja”, dijo Claudia Azuero de Vicaría, una diseñadora de interiores de Bogotá.

Que Duque no esté “untado de politiquería”, como nos dijeron nueve fuentes, es una razón para votar por él por encima del resto de aspirantes con más trayectoria.

“Es el menos contaminado con el tema de la corrupción y politiquería”, nos dijo un abogado de Córdoba, que estaba indeciso entre Germán Vargas y Duque y se fue por éste último.

Aunque en los debates sus rivales han criticado a Duque por su edad (41 años, el más joven de los aspirantes) y por tener menos la experiencia (Fajardo y Petro fueron alcaldes, Vargas Lleras fue ministro y vicepresidente, y De la Calle ministro y constituyente, entre otras) casi todas las fuentes con las que hablamos para esta historia resaltaron como un atractivo de Duque que sea una persona joven.

El del Uribismo 2.0

Esa juventud hace que los que no son uribistas purasangre minimicen sus vínculos con Álvaro Uribe y sus aliados que sí tienen sombras en sus carreras políticas, arrancando por el propio Expresidente.

“A pesar de que tenga a Uribe detrás es un pisco nuevo y va a tener su independencia de acción”, nos dijo el empresario bogotano Francisco Restrepo.

Inclusive, que Duque esté con Uribe, para algunos votantes, sirve para mejorarle la imagen al Expresidente.

“Defiende los postulados de Uribe, sin lo macabro ni la sombra del uribismo: sin cascarle a los medios, sin los falsos positivos, sin las chuzadas, una cosa fresca sin todo lo malo que a Uribe le achacan y que tiene”, nos dijo un periodista que votará por Duque y que nos pidió no dar su nombre porque cubre la fuente política.

Su falta de experiencia la vieron cinco fuentes como un plus para que impulse al país.

“Yo sé que Iván Duque no tiene experiencia, pero me parece que tiene una claridad meridiana de cómo debe ser un país moderno. Cero experiencia, pero me parece que va tomar distancia de esos políticos que lo van a llevar al poder”, nos dijo Nicanor Isaza, un ejecutivo paisa de 64 años, quien no se considera uribista.

Tanto empresarios como jóvenes nos resaltaron las propuestas de la impronta duquista, como las que hablan de reactivación económica, la economía naranja, el fomento a las empresas creativas, que enmarcan el uribismo 2.0 que Duque representa.

“Se ha comprometido a auxiliarnos”, nos dijo el empresario textil Jorge Villanueva, de Pereira y en una idea similar nos habló Néstor Villa, un empresario de 30 años de Barranquilla.

De hecho, entre los jóvenes que entrevistamos, la idea de que sea el de Uribe es la que menos les llama la atención del candidato, sino que se enfocan en que les proyecta “seguridad, confianza, ilusión” y la “identificación con sus propuestas e intereses”, según nos dijo Jerónimo Montoya, estudiante de Eafit y militante uribista paisa.

Esa misma idea nos la ampliaron estudiantes en Cali, Medellín y Bogotá, quienes nos dijeron que les interesó Duque por su apoyo a la generación de nuevos emprendimientos, porque es amable y cercano, y que no entra en confrontaciones en los debates.

“Va a impulsar mucho los ‘start ups’ que en esta época son muy importantes para que la gente se anime a hacer una empresa. Otros candidatos no ven lo fundamentales que son”, nos dijo Isabella Lorduy, estudiante de los Andes. “Representa la nueva política, el esfuerzo y la disciplina. Ante los retos del país necesitamos a un Presidente con mucha energía y él con su juventud lo va a lograr”, nos dijo Juan José Serrano, estudiante de la Icesi de Cali.

Además, que Duque en tarima cante, baile, declame poemas (a lo Uribe) y que sea cercano es otro aspecto que resaltan frente a otros aspirantes menos carismáticos o más confrontacionales.

“Es tranquilo, busca soluciones. Puede hablar desde fútbol hasta de relaciones internacionales. Creo que tiene el país en la cabeza”, nos dijo Pablo Loaiza, estudiante de la Nacional de Medellín y cantante.

Al final, son este compendio de emociones las que impulsan a Duque. Falta por ver si, como promueve su Partido en redes, ese impulso le sirve para ganar en primera vuelta.

Lea también las emociones que mueven las votaciones de Humberto de la Calle y las de Gustavo Petro.

Silla Nacional
Iván Duque Márquez

Iván Duque Márquez

Candidato presidencial del Centro Democrático

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¿Es viable la propuesta energética de Petro?

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La propuesta bandera de Gustavo Petro de llevar a Colombia de la economía extractivista del carbón y el petróleo al uso masivo de energías renovables se engrana con la tendencia internacional que pide ir hacia allá, pero aún no es claro cómo va a cumplir lo que promete en su plan de de gobierno.

Esto porque sus propuestas son tan abarcadoras, como cambiar a Electricaribe por el uso masivo de páneles solares y transformar a Ecopetrol una empresa dedicada a energías limpias, que difícilmente las sacará adelante en cuatro años ni aclara qué pretende lograr mientras gobierne.

Así comienza La Silla Vacía una serie de historias sobre la viabilidad y los retos de las principales propuestas de los candidatos a la Presidencia.

 

Una apuesta necesaria

La transición mundial al uso de energías renovables está plasmada, por ejemplo, en el Acuerdo de París (2015) y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2016), y en Colombia la Misión de Crecimiento Verde, encargada por el Gobierno Nacional, hizo este año un llamado en ese sentido: un crecimiento sostenible y bajo en carbono.

En esta campaña electoral, además, 13 ONG lanzaron la iniciativa “Colombia Vota Sostenible” para darles recomendaciones a los candidatos; y para este caso plantean la dificultad de mantener “una economía dependiente de los combustibles fósiles y de su precio internacional, destinada a desaparecer por la falta de mercado”, teniendo en cuenta que una veintena de países ya anunció que dejará de usar carbón en la generación de energía eléctrica, y representan cerca de 35 por ciento de nuestro mercado.

Petro parte de ese diagnóstico, sumado a que las más recientes proyecciones indican que hay reservas petroleras para siete años y de gas para 12, y a partir de ahí justifica su propuesta de transición energética.

Lo que no queda resuelto en su programa es el cómo.

En lo más específico, “no aborda temas como la seguridad energética, la diversificación de la matriz de energía, mecanismos para incentivar la inserción de energías renovables, la electrificación de la economía, garantía del abastecimiento del fluido eléctrico, ampliación de cobertura, conexiones internacionales, entre otros”, le dijo a La Silla Alejandra Machuca, ingeniera electricista que ha trabajado en el sector.

En lo más general, tampoco explica de dónde sacará la plata, qué priorizará y qué realmente pretende lograr en cuatro años, sobre todo porque afrontará retos políticos, como la resistencia de las grandes empresas del sector, y del Congreso, donde no tiene mayorías, si pretende que le aprueben leyes que le permitan hacer lo que se propone.

El reto de la plata (vuelven y juegan los aguacates)

El petróleo y el carbón representan alrededor del 50 por ciento de las exportaciones de Colombia (20 mil millones de dólares). Eso es casi el 7 por ciento del PIB nacional, un poco menos de lo que se recauda por impuestos.

Es por eso que Isabel Cavelier, codirectora de Transforma, una de las organizaciones que hace parte de Colombia Vota Sostenible, plantea que el primer reto de la transición que propone Petro es diversificar la economía para reemplazar esos ingresos, pero que “su plan de gobierno no tiene un plan financiero para lograr esa diversificación”.

El programa propone el fortalecimiento de la agricultura y la reindustrialización en sectores estratégicos con la idea de diversificar las exportaciones. Ricardo Bonilla, asesor de Petro en temas económicos, nos dijo que, sobre todo, buscan “construir otra oferta con la agroindustria”, uno de los ejes de la propuesta económica.

Ahí entran a jugar los aguacates, detonantes de una controversia cuando Petro los propuso como alternativa al petróleo. En su campaña consideran que el episodio fue caricaturizado porque, agrega Bonilla, lo que hizo el candidato fue ponerlos como ejemplo de la repotenciación que pretenden darle al campo “con los aguacates y 300 productos más”.

La dimensión de esa apuesta, en todo caso, también es grande, y por lo tanto cumplible a largo plazo si se tiene en cuenta que las exportaciones mineras fueron el 47 por ciento del total el año pasado (17.800 millones de dólares), las del sector agropecuario fueron el 7 por ciento (2.600 millones de dólares). Es decir: siete veces menores, de acuerdo con el Dane.

El plan de gobierno de Petro señala ese camino, pero no plantea metas que den una idea de lo que pretende lograr.

Lo mismo pasa con la transformación que propone para Ecopetrol y el programa de páneles solares que tanto ha mencionado en los debates.

Ecopetrol y los páneles solares

El plan de gobierno de Petro promete que “Ecopetrol, sin perjuicio de la gestión de la extracción petrolera en la transición, se convertirá en una empresa dedicada a la investigación, la promoción y la implementación de energías renovables”.

En sus intervenciones ha dicho: “usted puede hacer grandes campos de páneles solares en manos de Ecopetrol, por ejemplo, y hacer transitar esa empresa hacia la generación de energía eléctrica en grandes cantidades”.

Petro, sin embargo, tampoco precisa cómo sería esa transformación a pesar de que significa que la compañía se meta en un mercado que no conoce.

Ecopetrol ya reveló que considera dar el vuelco hacia la generación de energía, pero a largo plazo, y para eso estudia si crea una unidad de negocio que le permita explorar su incursión en ese mercado.

Ir hacia allá la obliga a definir cómo reemplazar los ingresos que hoy obtiene por una actividad en la que es experta. El año pasado fue la empresa que más ingresos obtuvo en Colombia, con 50 billones de pesos (más o menos lo que cuestan las vías 4G); y sus utilidades fueron de 6,2 billones.

Ese flujo se debe a que tiene un cliente muy rentable en el sector transporte: es el que más consume energía y en un 93 por ciento se abastece de combustibles fósiles. “Así que si la idea es que la empresa se dedique a energías no convencionales, de entrada tendrá un problema de demanda”, explica Camilo Tautiva, jefe la Oficina de Asuntos Regulatorios del Ministerio de Minas.

En el mismo sentido va el concepto que le dieron a La Silla en una empresa del sector eléctrico donde nos dieron declaraciones bajo reserva porque no quieren que los relacionen con la campaña política. Allá consideran que la propuesta de que Ecopetrol se dedique a energías renovables es “irrealizable” en caso de que se pretenda mantener su actual nivel de utilidades. Para eso, calculan, tendría que instalar entre 3 y 5 veces la capacidad instalada de generación de energía que hay actualmente para solar o eólica, “con la condición incumplible de que atendiera la totalidad de la demanda de energía del país”.

Bajo la lógica de Petro, la opción que tiene Ecopetrol es la de comenzar a generar un mercado, y eso podría incentivarlo él como Presidente si promueve con fuerza la transición hacia el transporte eléctrico, dice Tautiva. “Si el transporte pasa de demandar combustibles líquidos a energía eléctrica, y si ésta se puede producir con renovables no convencionales, se cierra el círculo”.

Es la lógica que planteó la Misión Verde, pero en todo caso también es un proceso largo. Para tener una idea: la Misión planteó que de aquí a 2030 es necesaria la llegada al país de 1,3 millones de vehículos eléctricos, con el fin de generar un aumento significativo de la demanda de energía eléctrica que pueda ser suplido con fuentes no convencionales, como la solar y la eólica (que hoy no son ni el 1 por ciento de la oferta). Ese número de vehículos, no obstante, es apenas la décima parte del número de carros que hay actualmente en Colombia.

Es decir: si Ecopetrol incursiona en ese mercado, de aquí a 12 años aún no logrará suplir lo que obtiene por extraer crudo.

La otra arista de lo que planea el exalcalde con páneles solares es masificar esos aparatos para que comunidades como las del Caribe no se vean obligadas a depender de Electricaribe.

La región se presta por sus condiciones de clima y la ley sobre energías renovables ya permite la instalación de páneles solares en las casas, explica Tautiva, pero no es barato. Los cálculos, según las fuentes que consultó La Silla, varían entre 5 y 25 millones de pesos. Masificarlos, de nuevo, es un reto presupuestal grande sobre el que el programa de Petro no se detiene, aunque él ha dicho que el Estado los subsidiaría.

En todo caso, Petro tendría un reto adicional con cada casa. De acuerdo con la empresa del sector eléctrico que contactamos, “análisis preliminares indican que más del 70 por ciento de los techos de las edificaciones del país no cumplen con las normas de resistencia para instalar los páneles”, algo que tiende a ser más notorio en estratos bajos.

Por todos estos retos y posibles inconvenientes es que no queda claro qué se propone hacer Petro en su eventual gobierno.

¿Qué puede hacer en cuatro años?

Petro ya dijo que sus propuestas son “a 10 años o más”.

Aunque es un tiempo más razonable (entre dos y tres gobiernos) y va en la línea de los plazos que manejan tanto la Misión Verde como las recomendaciones de Colombia Vota Sostenible, es clave lo que Petro alcance a hacer, de manera planeada, en cuatro años.

Isabel Cavelier, de Transforma, dice que en ese tiempo puede profundizar los incentivos y normas existentes para la penetración de energías renovables, por ejemplo eliminando aranceles a la importación de tecnología relacionada (como páneles solares y turbinas eólicas). Puede además liberar cupos para la importación de vehículos eléctricos, y trabajar con los bancos de desarrollo para poner a disposición del sector privado más líneas de crédito que apoyen ese objetivo.

Tautiva, del Minminas, agrega que en ese tiempo también puede empezar por comenzar a electrificar la economía, con el fin de ir desincentivando la demanda de combustibles fósiles. La electrificación, finalmente, es lo que puede jalonar todo el proceso, precisa la profesora Ángela Cadena, de la Facultad de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de los Andes.

Ellos y las demás fuentes consultadas coinciden en que Petro puede soportar lo que haga en la legislación existente, particularmente en la ley de energías renovables, y seguirla reglamentando, antes que intentar aprobar nuevas leyes, que es algo que propone su programa pero enfrentaría la dificultad de tener un Congreso en contra.

La resistencia también es probable que provenga de los grandes jugadores del sector (hidroeléctricas y térmicas). Y eso es lógico porque, como nos dijo un asesor de la Unidad de Planeación Mineroenergética, “aquí hay grandes empresas que no quieren más jugadores en su campo, pero Petro dice lo que dice porque ninguna lo apoya y probablemente estén con Vargas y Duque”.

Bonilla, el asesor de Petro, le dijo a La Silla que la idea en todo caso es generar sinergias con las empresas del sector eléctrico “para que sean las mismas centrales de energía las que se metan en la transición”.

El objetivo esencial de lo que proponen, concluyó, es arrancar la transición. En lo de Ecopetrol, por ejemplo, crear la unidad de negocio que explore cómo meterse con las las energías renovables. Por otro lado, comenzar a hacer cambios en las zonas no interconectadas, que son apartadas y dependen más de combustibles fósiles como la gasolina, para ir metiendo energías limpias.

De cómo Petro acote su propuesta, en caso de ganar la Presidencia, dependerá que encauce al país en una transición energética realista planeada o que al final de su mandato vuelva a cargar con el peso de haberse propuesto unas metas por encima de lo que podía lograr.

Silla Cachaca
Gustavo Francisco Petro Urrego

Gustavo Francisco Petro Urrego

Ex alcalde de Bogotá y candidato presidencial

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Silla Cachaca
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Uribe le quita aliados a Vargas en la puja por Córdoba

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Sede de sus tierras y hogar de varios de sus mejores amigos, Córdoba ha sido uno de los departamentos pechichones y un tradicional fortín del expresidente Álvaro Uribe. En estas presidenciales, aunque el grueso de la clase política de ahí cantó su apoyo a Germán Vargas, desde esas huestes se han pasado líderes hacia el uribismo.

 

También han empezado a llegar aliados para el candidato uribista Iván Duque desde el Partido Liberal que, se supone por disciplina de partido, debería estar unificado respaldando a su aspirante Humberto de la Calle.

Casi en ningún caso se trata de los principales dirigentes, pero sí de líderes locales representativos que mueven votos, y que evidencian con sus posiciones que algunos grupos podrían estar jugando a poner huevos en varias canastas. Es decir, apostando doble respaldando a más de un candidato.

Está, por ejemplo, el caso del movimiento de la Ñoñomanía, cuyo fundador y líder es el exsenador de La U, Bernardo ‘el Ñoño’ Elías, condenado y preso en La Picota por el escándalo de Odebrecht.

Como lo contamos en La Silla Caribe, la Ñoñomanía se subió al bus de Vargas Lleras a mediados del mes pasado, en una reunión oficial de esa campaña en Montería a la que asistieron Julio Elías (hermano del Ñoño), Joche Tous (congresista del Ñoño que se quemó en su intento por llegar al Senado con 47 mil votos) y José Hugo Restán (diputado del Ñoño).

Esos representantes del Ñoño -que antes de ser santista era uribista y que días antes de ir preso comentó que jamás dejaría entrar a Vargas políticamente a Córdoba- justificaron la decisión argumentando que lo hacían por disciplina de partido, pues recién La U había adherido formalmente a la campaña vargasllerista.

Días después, la Ñoñomanía tuvo otra reunión en una finca en Sahagún, el pueblo del Ñoño, con los dirigentes municipales del movimiento en todo el departamento.

Allí, Julio Elías les anunció la directriz de votar por Vargas.

Sin embargo, según confirmamos con una fuente que lo sabe de primera mano, tras hacerlo, varios líderes se levantaron a decirle que lo sentían mucho, pero que ellos ya estaban en la campaña de Duque.

Entre esos líderes están exconcejales sahagunenses aliados de la Ñoñomanía como Luis ‘Lucho’ Ramos y Dordy Verbel, y miembros del grupo del exalcalde y hacendado Ghassan Náder, quien aunque tiene vuelo político propio suele votar con el Ñoño.

Después de eso, efectivamente, a todos ellos se les ha visto de manera activa en la campaña presidencial del uribismo, por ejemplo, asistiendo a los comités organizadores oficiales.

Y aunque esos nombres no digan mucho a nivel nacional, en el Córdoba político saben que son líderes con peso electoral local porque mueven sus votos.

Un dirigente de la Ñoñomanía que nos habló fuera de micrófonos nos aseguró: “Es que como no habíamos decidido a quién apoyar hasta que el partido tomó la decisión, pues había personas que ya se habían ido”, pero son pocos, según la fuente.

Otro grupo cordobés importante del Partido de La U que se partió entre Vargas y el uribismo es el de la representante reelecta, con 59 mil votos, Sara Piedrahita Lyons (quien llegó al Congreso impulsada por su primo, el entonces gobernador y hoy confeso ladrón de las arcas de Córdoba: Alejandro Lyons Muskus).

A pesar de la posición oficial de su colectividad, hace unas tres semanas Piedrahita les comunicó a sus líderes de Montería que su decisión era apoyar a Duque, como nos lo contó uno de ellos que directamente se lo oyó decir.

Otro líder de la Congresista, de un pueblo, añadió por aparte que algunos de ellos no obstante seguirán con Vargas.

Es una situación parecida a la que sucede en el famoso musismo del detenido y otrora poderoso exsenador de La U Musa Besaile, quien a pesar de sus líos judiciales logró heredarle la curul a su hermano Jhonny Besaile con 77 mil votos largos.  

Los llamados “musas” están una parte con Vargas y otra, evidenciada en el saliente representante de La U Raymundo Méndez, quien se eligió hace cuatro años en fórmula con Musa, está con Duque.

En la casa política que controla la Alcaldía monteriana desde hace 10 años, la de los Pineda García, también hay miembros que están con el uribismo, a pesar de que el grupo formalmente cantó su respaldo a Vargas Lleras.

Los Pineda García están tan metidos en el proyecto vargasllerista que el gerente oficial de la campaña en este departamento es Adolfo Pineda García, hermano del alcalde Marcos Daniel Pineda García e hijo de la senadora Nora García Burgos (reelecta en marzo con 97 mil votos). Ambos conservadores.

Llama la atención, sin embargo, que una de las manos derechas de Nora, su exjefe de debate, exdiputada y exsecretaria de Educación de su grupo, reconocida alfil y gran amiga, Leonor Teresa Martínez, esté abiertamente hoy en la campaña de Iván Duque.

Adolfo Pineda le dijo a La Silla Caribe que eso se debía a la gran amistad que existe entre Martínez y Marta Lucía Ramírez (fórmula vicepresidencial de Duque).

Pero dado que a Leonor Teresa la reconocen en Córdoba como una de las caras del llamado burguismo (por el Burgos de Nora), en algunos corrillos comentan que se trata de un guiño de los Pineda García a Uribe.

Después de todo, esa casa política ha sido uribista y respaldó al candidato presidencial de Uribe, Óscar Iván Zuluaga, hace cuatro años. Tanto que fue clave para que Montería haya sido la única capital del Caribe en la que ese aspirante le ganó, tanto en primera como en segunda vuelta, a Juan Manuel Santos.

Consultada, y en el mismo sentido de su hijo Adolfo, la senadora Nora García nos respondió que lo de su aliada Martínez era a título personal y que ella y su movimiento están “totalmente con Germán Vargas Lleras”.

Por último, en el Partido Liberal, cuyo candidato oficial es Humberto de la Calle, está el ejemplo de la casa López Casado, que dirigen el exsenador y parapolítico Juan Manuel ‘Juancho’ López Cabrales y su esposa, la saliente senadora Arleth Casado (se ahogó con poco más de 57 mil votos).

Los López no respaldaron a De la Calle en la consulta liberal (se fueron con el exministro Juan Fernando Cristo) y tampoco lo apoyan ahora.

Más allá de eso, mandaron a uno de sus líderes clave (el excandidato a la Cámara en fórmula con Arleth, Óscar Doria, quien se quemó con casi 39 mil votos) a la campaña de Iván Duque.

Eso a pesar de que los López fueron de los pocos grupos cordobeses que no se alinearon con Uribe cuando éste era Presidente.

Varios de los apoyos aquí descritos quedaron ratificados hace ya casi dos semanas, cuando Iván Duque cerró su campaña en Montería bailando vallenato en tarima con Silvestre Dangond.

Antes de ese evento, el candidato lideró junto a Uribe una reunión privada en una finca en Cereté, en donde estuvieron unos 300 líderes que lo respaldan en el departamento incluyendo los de partidos distintos al Centro Democrático.

Lo particular, según cuatro fuentes conocedoras distintas, es que ni Uribe ni Duque al parecer los llamaron para sonsacarles el apoyo, sino que ellos les llegaron.

El 27 de mayo se sabrá si Montería y Córdoba siguen consintiendo a Uribe o, por primera vez, le dan un triunfo a Vargas que intenta colonizar este departamento, en una carrera en la que también está un candidato que se ve muy fuerte en tierra cordobesa: Gustavo Petro y su Colombia Humana.

Silla Caribe
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Las propuestas sobre Venezuela, cara a cara

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La frontera con Venezuela ha sido uno de los temas de la campaña no solo porque la crisis migratoria sigue en aumento, sino porque las relaciones con ese país, que ha sido un socio comercial histórico de Colombia, están en uno de sus puntos más tensos desde que Nicolás Maduro llegó al poder. También es un tema que diferencia a los candidatos.

Como este fin de semana los venezolanos irán a elecciones presidenciales con Maduro como único candidato y todo está dado para que él se mantenga otro periodo en el poder, la posición que asuma el próximo presidente de Colombia será clave para el país.

La Silla revisó los planes de gobierno de los cinco candidatos, sus discursos y las declaraciones que han dado en medios, y la completó con sus equipos programáticos para saber lo que cada uno hará en la frontera colombovenezolana en caso de llegar a la Presidencia.

Esto es lo que plantean.

Instrucciones: haga clic sobre las personas para abrir o cerrar la información en detalle. Si tiene problemas para visualizar la tabla en su celular, gírelo. 

 
 
ENCARGADOS DE LA Seguridad fronteriza
Humberto De La Calle
Civiles más uniformados
Planea mantener el pie de fuerza que está desplegado en las zonas de frontera y fortalecer su accionar a través del despliegue de 4 mil 'comisarios civiles' (aún no tienen claridad de cómo será creada esa figura) que operarán específicamente como redes de colaboradores del Ejército y la Policía. Con eso busca crear sinergia entre las Fuerzas Armadas y las poblaciones, algo que actualmente no existe, y que el candidato denomina la Seguridad del posconflicto. Si ganan, enfocarán la seguridad en los 288 pasos de la frontera colombo-venezolana que hay identificados -entre legales e ilegales-, y reforzarán el uso de tecnología, principalmente georreferencial, con el fin de aumentar el control de la Fuerza Pública en la frontera.
Iván Duque
Uniformados
Aunque la propuesta de Iván Duque tiene un componente preponderantemente militar, en su plan de Gobierno no especifica si va a aumentar el pie de fuerza en las zonas de frontera. Su propuesta está en la modernización de las fuerzas de Tarea para el control territorial en las zonas en las que el Estado no tiene control para combatir el ELN, el narcotráfico, las bacrim, y las disidencias de las Farc. En su programa de gobierno no se explicá cómo las modernizará. Duque también plantea el aumento de control de fronteras y zonas críticas con monitoreo electrónico y satelital.
Sergio Fajardo
Uniformados
En el plan de gobierno colgado en su página web oficial dice que mejorará los "esfuerzos en seguridad y defensa de las fronteras" usando herramientas tecnológicas y fortaleciendo las capacidades en inteligencia, pero no especifica cuáles herramientas ni cómo fortalecería las capacidades de inteligencia del Ejército. También plantea que será prioridad la lucha contra fenómenos ilegales y amenazas externas en la frontera.
Gustavo Petro
No tiene propuesta específica
Germán Vargas Lleras
Uniformados
Su propuesta consiste en aumentar la presencia de la Fuerza Pública en la frontera a través de la creación de una guardia fronteriza (en la campaña no nos respondieron en cuántos hombres), también aumentaría los puestos de control en las zonas de paso entre los dos países, renovaría armamento y diseñaría un sistema de información geográfica satelital.
 
 
 
 
TENDRÍA APOYOS INTERNACIONALES EN EL CENTRO DE LA RESPUESTA A LA Crisis migratoria
Humberto De La Calle
No
Su propuesta se enfoca en mejorar el censo de migrantes tecnificando la tramitología y creando oficinas regionales de Migración Colombia en las zonas fronterizas más afectadas (eso ya existe) y en la atención a los migrantes a través de la Cancillería, que en su gobierno tendría capacidad de articular todas las políticas del Estado, para hacer más efectiva la atención. Priorizaría la atención en salud para los migrantes.
Iván Duque
Propone disminuir el número de migrantes que se quedan en Colombia coordinando con otros países la atención humanitaria, es decir, que los migrantes desde Venezuela puedan tener estatus de protección temporal en otras naciones. Para atender los que se queden en Colombia, piensa crear un fondo de atención humanitario en la zona de frontera y un sistema de homologación exprés de títulos para que puedan estudiar y trabajar legalmente. También plantea la creación de una normalización migratoria que otorgue permisos de trabajo a los venezolanos de tal manera que no desplacen la mano de obra colombiana, por cobrar más barato por su labor.
Sergio Fajardo
Gestionaría apoyo internacional para recibir y reubicar venezolanos, abriría más centros de atención humanitaria y aumentaría el número de médicos disponibles y la cobertura del sistema educativo para los niños inmigrantes. Además plantea financiar la construcción de albergues de paso. También haría que los venezolanos trabajen legalmente para que contribuyan al régimen de salud.
 
Su plan de gobierno no explica cómo ejecutaría esas propuestas.
Gustavo Petro
Propone llevar a Venezuela a respetar la Convención Américana sobre Derechos Humanos (firmada en los 60 entre 25 países de centroamérica y surámerica), pero ese país renunció a ella desde 2012 y tampoco ha explicado cómo lo haría. Además promoverá un debate sobre la migración venezolana en la Conferencia Internacional, el foro mundial más amplio en el que gobiernos y movimientos sociales asumen compromisos conjuntos para acciones humanitarias.
Germán Vargas Lleras
No
Además de proponer el fortalecimiento de la identificación y caracterización de los migrantes (eso ya existe), crearía un plan de trabajo de contingencia de la migración masiva con la ONU, organizaciones internacionales y países de América Latina. En cuánto a la atención humanitaria crearía centros de salud para vacunación en los puestos de control fronterizos y diseñaría una política pública especifica para que los colombo-venezolanos que lleguen al país tengan acceso a todos los derechos, algo que en todo caso ya tienen asegurado los extranjeros con arraigo en Colombia. Además, crearía mecanismos para regular laboralmente a los venezolanos (que paguen impuestos y seguridad social).
 
 
 
 
QUÉ HARÍA CON Maduro
Humberto De La Calle
Denunciarlo
De la Calle se ha referido al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro como ""dictador"" y ha dicho que su gobierno representa un riesgo regional. De llegar a la Presidencia buscaría que la OEA intervenga en la crisis de ese país, acudiría al Grupo de Lima, formado por doce países de Latinoamérica, para que hagan una oposición más activa a ese gobierno, sería el promotor de la construcción de una alianza multilateral que vele por los derechos de los venezolanos, se retiraría de la Unión de Naciones Suaramericanas, Unasur, porque no ha sentado una posición en contra de Maduro y buscaría llevarlo a la Corte Penal Internacional. No tiene intenciones de hacer una intervención militar.
Iván Duque
Denunciarlo
Plantea denunciar ante el Consejo de Seguridad de la ONU las estructuras narcotraficantes en la frontera colombovenezolana que, según él, están patrocinadas por el gobierno venezolano, así como la protección de cabecillas del ELN en ese país y promoverá junto a otros presidentes latinoaméricanos que se denuncie a Maduro en la Corte Penal Internacional. Además, no reconocerá las elecciones venezolanas y retirará a Colombia de Unasur. Según ha dicho, no promoverá acciones bélicas contra Venezuela.
Sergio Fajardo
Presionarlo
Fajardo considera que el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela es una dictadura del siglo XXI, se opone a él y plantea trabajo conjunto con "la comunidad internacional" para exigir respeto por la democracia, liberación de presos políticos, garantías para procesos electorales y seguridad para la oposición, la prensa y la sociedad civil. No ha hablado de una intervención militar.
Gustavo Petro
No ha asumido una posición
Dice que considera a Nicolás Maduro un dictador que impide la protesta social y que el modelo económico de Venezuela basado en el petróleo es un fracaso. Pero no ha sentado posición sobre cuál sería su relación con el Gobierno de Nicolás Maduro. En agosto de 2017, dijo en un video qu publicó en su página de Facebook que está en contra de la intervención de extranjeros en la dinámica de Venezuela. "La democracia no sale de una invasión, la democracia no sale del querer de los extranjeros, la democracia sale del querer y la voluntad de los propios pueblos". No ha dicho si respetará o no las elecciones de Venezuela.
Germán Vargas Lleras
Denunciarlo
En su programa de gobierno, Germán Vargas Lleras dice que la situación de Venezuela "compromete la seguridad y la estabilidad colombiana en materia de fronteras, salubridad, estabilidad económica y seguridad social". Pidió que no se reconocieran las elecciones del 20 de mayo en ese país, en las que Maduro espera reelegirse en medio de una lluvia de denuncias por fraude, y ha cuestionado la presencia de guerrilleros del ELN en Venezuela de quienes ha dicho "gozan de protección" en ese país.
 
En su programa de gobierno, el candidato dice que utilizará "los organismos multilaterales como la OEA, Unasur y la Celac para discutir las posibles amenazas regionales" y denunciarlas.
 
 
 
 
HACIA DÓNDE MIRARÍA LA Economía fronteriza
Humberto De La Calle
A Colombia
Su principal propuesta gira en torno atacar el contrabando, a través de un trabajo conjunto entre las fuerzas armadas colombianas y venezolanas. Como esas fuerzas hacen parte de la cadena de corrupción, De la Calle dice que fortalecerá las instituciones que ejercen control sobre la mercancía en la frontera y que lo hará a través del uso de herramientas tecnológicas que reduzcan el margen de acción de los ilegales. Según nos explicaron en la campaña, todo lo emprenderá en el primer año de su eventual mandato.
 
Reactivaría la economía de todo Norte de Santander promoviendo el turismo, para generar una nueva cadena económica, y aunque su línea va a ser de oposición a Nicolás Maduro, al tiempo plantea estrechar los lazos comerciales con ese país. En términos agrarios continuaría promoviendo la siembra de palma de aceite, y en municipios como Zulia y Sardinata, fortalecería la siembra de piña y maracuya. Para conectar ese departamento también se enfocaría en recuperar la navegabilidad del Río Tarra.
Iván Duque
No tiene propuesta específica
Sergio Fajardo
No tiene propuesta específica
Gustavo Petro
A Venezuela
Promovería una plataforma de industrialización en la zona de frontera a partir de la agroalimentación, enfocado en abastecer Venezuela, para "conquistar el mercado" venezolano.
Germán Vargas Lleras
A Venezuela
Plantea fortalecer mecanismos para ejecutar programas transfronterizos, mejorar el comercio binacional y promover la integración regional. Además, impulsará proyectos binacionales de infraestructura básica y social en zonas de frontera para la conectividad.
 
 
 
 
CUÁL ES SU PLAN PARA REACTIVAR EL ÁREA METROPOLITANA DE CÚCUTA
Humberto De La Calle
Reducir el desempleo
La meta del candidato es bajar la tasa de desempleo en Cúcuta -actualmente está en el 18,7 por ciento- a un solo digito. Para eso plantea la generación de un plan de choque que consiste en la ejecución de un megaproyecto estratégico, en alianza con el sector privado, que definiría en su primer año de Gobierno y ejecutaría en los siguientes.
 
También fortalecería el recaudo del departamento y los municipios censando todos los carros venezolanos para que paguen impuestos y no haya tanta evasión como en estos momentos.
Iván Duque
Facilitar los negocios
El candidato ha dicho que en caso de ser presidente declarará el área metropolitana de Cúcuta bajo régimen franco por diez años, es decir, generara un régimen tributario especial que permitirá a los habitantes de esa zona disminuir el monto de impuestos que declaran para reactivar la cadena económica local.
Sergio Fajardo
No tiene propuesta específica
Gustavo Petro
Facilitar los negocios
Trabajará por conectar el comercio de Cúcuta con el mar a través de la vía ferrea.
Germán Vargas Lleras
No tiene propuesta específica
 
 
 

Silla Santandereana
Ana Karietna
aavilac
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Las emociones que mueven el voto por Fajardo

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Que está parado al centro, que es profesor, que no pelea, que le ha apostado a la educación en su carrera política, que fue gobernador y alcalde, que ondea una bandera anticorrupción y que está bien acompañado son las razones que tienen los electores de Sergio Fajardo para votar por él la próxima semana.

Eso encontramos tras preguntarles a 38 personas de 12 departamentos (Antioquia, Valle, Nariño, Santander, Norte de Santander, Caldas, Risaralda, Quindío, Atlántico, Bogotá, Huila y Putumayo) cuáles son las emociones que despierta en ellos el candidato paisa y qué los mueve a darle su voto.

El ‘profe’ tranquilo

Ser un “tibio”, “ni uribista ni antiuribista” y “ni de derecha ni de izquierda”, le ha funcionado a Fajardo para que muchos colombianos definan su voto por él.

Eso encontramos después de que 20 ciudadanos que consultamos rescataran esa característica que tanto se le ha criticado en esta contienda. Incluso, la asocian con su carrera de profesor universitario.

“Le dicen tibio, pero es que él es paciente, sabe cómo es que se gobierna sin ser político tradicional, porque antes era profesor. Es el único que tiene doctorado. No necesitamos políticos profesionales, sino gente que sepa administrar y haga dupla con la ciudadanía porque no genera resistencia”, le dijo a La Silla Wilson Sanabria, administrador público de Pasto.

En esa misma línea piensa Jorge Villamizar, comediante santandereano: “Llegó la hora de que las decisiones las tomen los académicos. La gente que sabe anteponer las razones sobre las pasiones”.

Esa debilidad que le sacan sus rivales a relucir en los debates les sirve a sus seguidores para desmarcarlo de Gustavo Petro, por ejemplo.

“Si bien su forma de ser no es la mejor, pues no confronta, sus posiciones nunca son descabelladas, su tibieza es como una posición racional en donde no hay que ser el mesías que promete cambiar todo en 15 días”, nos explicó Sergio Hoyos, abogado de Bogotá.

Lo mismo piensa Juan Sebastián Cardona, estudiante de Filosofía de Manizales: “Trata de enseñar la mejor cara de la política, y lo que es tibio me parece objetivo. Ya nos han planteado mucho populismo y mucha utopía”.

A algunas de nuestras fuentes les parece que su carácter cae perfecto en el momento de transición al posconflicto que vive el país, y que su postura simboliza una ruptura con un ambiente polarizado entre la extrema izquierda y la derecha, como le dijo a La Silla Luis Mora, habitante de Mocoa: “Es una persona que acoge los dos extremos, los acerca”.

Además, que no se ponga correa, que vaya de camisa remangada y que haga campaña repartiendo volantes él mismo, en la calle, es una imagen que, como hace 18 años en Medellín, le gusta a los votantes y les da confianza. Eso nos dijo Alfonso Cano, un diseñador gráfico de Bogotá: “es un tipo descomplicado, anda de jeans, habla con la gente en la calle, se asemeja al ideal de sociedad que yo tengo”.

En Antioquia también motiva a votar por él esa imagen de pedagogo descomplicado, conciliador, que dialoga con la ciudadanía.

Felipe Muñoz, psicólogo y líder de Los del Sur, la barra del Atlético Nacional, nos contó que “cuando era candidato a la Alcaldía de Medellín recuerdo que hablamos (los barristas del Atlético Nacional) con él mientras nos comíamos un pollo de Kokoriko. Ahí vimos lo descomplicado, agudo y honesto para escuchar nuestras propuestas”.

Añadió que cuando llegó a la Alcaldía, con su apuesta por la educación y el cambio de cultura “logró que los barristas se empezaran a alejar de la hostilidad, de la vagancia, de las drogas, del alcohol que a principios de los 2000 existían en Medellín. Cuando fue gobernador siguió con su misma política, a pesar de que somos del equipo que es su máximo rival (porque es hincha del Deportivo Independiente Medellín)”.

El gobernante transformador

Así como Muñoz, buena parte de las personas con las que hablamos -y no solo las antioqueñas- conocieron a Fajardo cuando era alcalde de Medellín, entre el 2004 y el 2007, y reconocen en él que utilizó una pedagogía distinta para gobernar basada en la educación, y eso define su voto por él.

Eso le dijo a La Silla, por ejemplo, Manuel Felipe Rincón, estudiante de arquitectura de Manizales que admira a Fajardo por su apuesta en la infraestructura en la educación y porque gobernó justo después de ser profesor. “La educación, dar ejemplo, que es lo que hace Fajardo y el profesor Mockus, cambia la sociedad”.

Lo mismo le gusta a Tatiana Olmedo, estudiante de Derecho en Cali: “Me identifico con él por su visión de la educación, porque intenta hacer que la educación sea un pilar de la sociedad, es su prioridad”.

Sandra Echeverry, ingeniera industrial quindiana, estudió su carrera en la Universidad de Antioquia y le tocó vivir en Medellín 12 años, entre los cuales pasó Fajardo por la Alcaldía, se siente orgullosa de lo que hizo Fajardo y por eso va a votar por él: “Solía visitar los parques biblioteca La Quintana (en la Avenida 80) y San Javier (Comuna 13) que construyó Fajardo. Luego construyó Ruta N, el Parque del Emprendimiento y sacábamos pecho... Puedo decir que Medellín se transformó, se volvió literalmente la más educada, la cultura de las personas cambió”.

Precisamente porque vio la inversión que hizo en ese sector, Aura Ligia Ríos, empresaria independiente de Urabá, va a votar por Fajardo: “fue el gestor del proyecto para que la Universidad de Antioquia llegara a Urabá con todo un mar de oportunidades para jóvenes estrato uno y dos, exaltando el talento”.

Por fuera identifican a Fajardo como un gobernante que no solo le apostó a las bibliotecas, escuelas y colegios, sino a la transformación social. Entre ellas recuerdan, por ejemplo, cómo le apostó a la recuperación del entorno después del conflicto armado con los paramilitares o de la Comuna 13, una de las que más ha padecido la violencia en Medellín.

En eso coincidieron Luis Arturo García, un administrador de empresas del Valle y Liliana Giraldo, académica manizaleña que vive en Bogotá. “Fajardo ha demostrado que le importa el equilibrio social del país porque cuando trabajó por Antioquia ayudó a comunidades vulnerables de la periferia de Medellín y a víctimas del conflicto armado del Urabá”, afirmó Giraldo.

Además, ven a Fajardo como un hombre que después de ser Alcalde y Gobernador conserva las manos limpias. Eso convence a personas como Mauricio Buitrago, contador público santandereano, quien asegura que “él ya demostró que sí puede gobernar, con su experiencia en la Alcaldía y la Gobernación. Fajardo sí es una opción que lo ha hecho muy bien y que no está untado de corrupción”.

También a Nidia Muriel, pensionada de maestra en una guardería del Icbf del Pacífico, que va a votar por Fajardo porque cree en su transparencia. “No es de los políticos que se interesen en la plata sino que se interesan en beneficiar al pueblo. No roba, y si roba no va a robar lo mismo que los otros políticos”.

El ícono anticorrupción

La gente en las calles tiene la imagen de que Fajardo es un político que gobernó con transparencia, sin la mermelada que hizo popular el gobierno Santos, y eso les representa una ruptura con la clase política que ven urgente y necesaria, pues como le dijo a La Silla Camilo Córdoba, trabajador del sector petrolero en Huila, sienten que “la corrupción es el principal problema que tenemos los colombianos”.

“Aquí el sistema está podrido y lo demuestran desde los escándalos nacionales de Odebrecht, la justicia, etcétera, hasta los locales como las últimas elecciones en Cartagena. Fajardo representa ahí un rompimiento total porque no pertenece a ninguna estructura de poder tradicional, ni tampoco es el típico líder caudillista”, le dijo a La Silla Jorge Cantillo, politólogo barranquillero.

Sus razones para verlo como la alternativa contra la corrupción son su recorrido como administrador en Medellín y Antioquia y su discurso de rechazo a las maquinarias y ponerle el ojo encima a los recursos públicos.

“Fajardo tiene la capacidad de llevar sus ejecutorias públicas sin mermelada, con convocatorias transparentes. Demostrando que lo público es de todos y no de un selecto grupo”, le dijo a La Silla Victoria Plitt, empresaria cafetera caldense.

Pero, más que todo, nuestros entrevistados sienten confianza por la gente con que se alió, las otras dos patas de la Coalición Colombia.

Un periodista costeño considera que “el hecho de que esté rodeado de Claudia López y Jorge Robledo “es garantía adicional de pulcritud”. Lo mismo piensa Hernán Duque, médico dermatólogo de Pereira: “representa un combate seguro a la corrupción por la presencia de su fórmula vicepresidencial”.

Esa visión también la tienen los estudiantes que entrevistamos para esta historia y que son un nicho al que la campaña de Fajardo quiere conquistar en la campaña. “Ha demostrado ser una buena persona, y está muy bien acompañado con los mejores senadores que ha tenido el Congreso”, nos dijo Ana María Saraza, estudiante de pedagogía infantil de la Universidad del Quindío.

“No estoy enterado y no me consta de actos de corrupción de Fajardo y voto por él por la gente con la que se alió”, le dijo a La Silla Simón Peña, estudiante de Derecho de la Universidad Icesi, en el Valle. En esa institución educativa hicieron a finales de abril un simulacro de elecciones presidenciales entre los estudiantes y ganó Fajardo.

Añadió que “la idea de esperanza de tener un gobierno que cumpla con sus deberes en lugar de ocuparse de situaciones de corrupción, clientelismo, de querer sacar provecho personalmente del gobierno, sino generar un cambio en el gobierno para el desarrollo de todo como país”.

Esa palabra, “esperanza”, fue la más repetida por las personas con las que hablamos cuando les preguntamos por las emociones que les generaba Fajardo.

El ánimo de cambio, de que paren las peleas entre extremos y se imponga un pacto por la educación es el que puede llevar a Fajardo, en esta recta final de la campaña, a segunda vuelta.

Lea también las emociones que mueven el voto por Iván Duque, Humberto de la Calle y Gustavo Petro.

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Las emociones que mueven el voto por Vargas

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Más que en emociones, los electores de Germán Vargas basan su voto en argumentos prácticos.

Esa es la conclusión a la que llegamos después de hablar con 32 personas que lo apoyarán en la primera vuelta en las regiones que cubrimos (Caribe, Pacífico, Bogotá, Huila, Medellín y los santanderes).

Encuentran en él a un candidato que ha demostrado que hace lo que dice, que tiene experiencia por su carrera en la política y en lo público, que conoce al país y por eso tiene la capacidad de gerenciarlo, y que, según sus cálculos, puede evitar la llegada del uribismo o del petrismo al poder.

Tiene experiencia y es un ejecutor

Para 16 de las fuentes con las que hablamos la experiencia de Vargas es una de las razones principales para votar por él.

“Voto por el doctor Vargas porque creo que es el que más experiencia tiene administrando y haciendo política en el país,” nos dijo Mauricio Scarpetta, arquitecto y empresario bogotano de 63 años.

Por su trayectoria en la política y en el sector público, tanto en el ejecutivo como en el legislativo, sus electores consideran que Vargas tiene las capacidades necesarias para gerenciar el país y para mostrar resultados.

Si hay una emoción recurrente en el voto por Vargas es que su experiencia y gerencia genera confianza, sobre todo, frente a otros candidatos como Iván Duque, a quien algunos critican por su inexperiencia y Gustavo Petro, que quedó con mala fama en ejecución después de ser alcalde de Bogotá.

Para Hortensia Ayala, ama de casa de 53 años que vive en Bucaramanga, Vargas “es una persona que conoce el país y sabe cómo está. Tiene experiencia y no es alguien nuevo que puede llegar a hacer locuras. Es el que está más preparado.”

A su experiencia en lo público, la mayoría de sus votantes le suman que en los cargos que ha desempeñado ha cumplido y se ha mostrado como un ejecutor.

“Creo que ha hecho todo el camino para llegar a la Presidencia y me gusta de él que lo que dice se ve, es un gran ejecutor,” le dijo a La Silla Vacía Laura Anzola, politóloga y periodista.

Otro periodista, que habló con nosotros con la condición de que no lo citáramos para no comprometerse políticamente, comparte esta percepción, “en un país donde la gente le toma el pelo a hacer las cosas y juega a aplazarlas, el tipo ha ejecutado. Cumplió como vicepresidente, cumplió como ministro y cumplió como senador.”

Jhon Jairo Calderón, empleado del área comercial de una empresa avícola del Valle, opina, “estuvo en un ministerio bien importante en el que demostró de lo que era capaz desde un ministerio, de ahí parto para decir que si hizo eso desde un ministerio, ¿qué va a hacer desde un puesto más alto como dirigente del país?”

Para resaltar sus logros en ejecución la mayoría de las fuentes se refirieron a los avances en infraestructura que adelantó como ministro de Vivienda con el programa de las 100.000 viviendas gratis y como vicepresidente con la construcción de las vías 4G.

“Voy a votar por él por su apuesta por la infraestructura, por las casas que ha entregado y por las 4G,” le explicó a La Silla un paisa estudiante de Administración de Negocios y deportista de natación.

“El doctor Vargas Lleras es el candidato que tiene más capacidades para tomar las riendas de este país, lo que necesita el país es un 'vargasllerazo',” nos dijo Eduardo Vesga, exportador de flores bogotano, y más adelante agregó “Ha demostrado que conoce el país y se ha caracterizado por la construcción de obras y la realización de proyectos.”

Al referirse a su poder de ejecución, varios de sus votantes relacionaron su carácter (por el que ha sido muy criticado) con su capacidad de gerenciar y de exigirle a los demás que le cumplan. Junto a su trayectoria, el carácter que tiene les da confianza para pensar que no solo tiene la cancha sino también la personalidad para resolver los problemas y las crisis que tenga que enfrentar como presidente.

"Su carácter, para mí, es una fortaleza y no una debilidad. La gente se equivoca al buscar al candidato más carismático, más allá de su forma de ser y así no baile, cante, abrace y se mimetice, como lo hace Duque, es la persona mejor calificada para el trabajo y el reto," le dijo a La Silla una administradora de empresas que se dedica a representar expertos para difundir sus idesa en eventos y conferencias.  

Carlos Collazos, habitante de Mocoa, lo puso en estos términos, “Vargas es un man con experiencia y muestra carácter cuando lo tiene que mostrar.”

Y el odontólogo barranquillero, Carlos Lapeira, lo describió así “tiene experiencia, carácter, manejo de la clase política y no se deja mandar de nadie, tanto así que discrepó con Santos en varios temas. No es un títere.”

“Me gusta que sea frentero, ‘es así, ¿y qué?’. Eso me genera confianza porque se muestra transparente con su forma de ser. Es medio ramplón pero me da la confianza de que no me miente para caerme bien,” nos dijo un periodista bogotano.

Gran parte de las fuentes con las que hablamos también coincidieron en que por su carácter a Vargas “no le va a temblar la mano” para manejar los temas de seguridad.

Para muchos de ellos, además, su personalidad pragmática y su capacidad de ejecución se reflejan en que las propuestas que ha planteado como candidato son las más completas, puntuales y realizables.

“Todas las propuestas que tiene están hechas con investigaciones que él y su equipo han hecho, no están pensadas para cautivar a los votantes causando emociones,” le dijo a La Silla Lina Morales, empresaria en posicionamiento de marca para médicos. En la misma línea lo planteó el abogado independiente, Andrés Márquez, “Propone temas objetivos, razonados y viables en su cumplimiento, mientras que los otros candidatos proponen temas que muchas veces son propuestas imposibles de cumplir basadas en el populismo.”

 

Voto útil de antiuribistas y antipetristas

Que las maquinarias de partido lo puedan llevar a la segunda vuelta, y que en las encuestas Duque y Petro aparezcan como punteros, ha determinado que algunos votantes que por convicción apoyarían a otro candidato, opten por Vargas en primera vuelta como un voto útil.

“En principio a mí el que más me gusta es De la Calle, me encantaría que él fuera el presidente, pero no le veo ningún chance de nada y lo que estoy viendo es que me va a tocar decidir entre los dos candidatos que menos me gustan: Duque y Petro,” nos dijo un abogado tributarista que prefirió que no mencionáramos su nombre en la historia. “No es un voto entusiasta, pero me parece más útil darle mi voto a Vargas porque es el que tiene más oportunidades de ganarle a Duque o a Petro en la segunda vuelta,” agregó.

Otro abogado de 24 años le explicó a La Silla que su decisión de votar por Vargas la tomó basado en el pragmatismo y en la defensa de las libertades individuales que cree que se verían amenazadas con el retorno del uribismo, “Soy un fiel creyente de Humberto De la Calle, pero creo en el voto útil. Es mejor cortarse un brazo que morirse, y entre Duque y Vargas, prefiero a Vargas.”

Si bien es cierto que para los que consideran su voto por Vargas como uno útil la principal motivación es que no ganen Duque o Petro, no todos con los que hablamos renunciaron a apoyar por convicción a un candidato para irse con él. Varios de ellos coinciden en que, dentro de la oferta de candidatos, Vargas es la mejor opción.

“Mi voto por Vargas es estratégico. Pienso votar por él, aunque sea un voto vergonzante para muchos, porque es la persona que estratégicamente puede derrotar a Petro,” le dijo a La Silla Vacía una dermatóloga cucuteña que vive Bogotá y que no quiere escoger entre el uribismo y petrismo en segunda vuelta.

“Yo le digo a mis amigos que me critican, ¿prefieren entonces que la decisión sea Petro o Duque?”

“A mí me encantaría un Fajardo con los calzones y el conocimiento de Vargas Lleras. O un Mockus que supiera hablar, pero Vargas es lo que tenemos,” agregó.  

Algo parecido le explicó a La Silla, Felipe Valencia, diseñador gráfico bogotano, “tengo preferencias éticas con Fajardo, pero creo que este señor está más preparado y es el único que podría derrotar a Duque.” Y en la misma línea lo hizo una administradora de empresas de Bogotá, "en unas elecciones en donde hay tanto en juego, es muy poco inteligente dejar el voto útil para segunda vuelta y diluir los votos en la primera entre Fajardo, De la Calle y Vargas, que son los candidatos que representan cierta continuidad con las políticas actuales."

Para esta administradora el voto útil se debe aplicar desde primera vuelta para poder escoger en la segunda: "El único que tiene la capacidad de convocar y de tener la maquinaria para competirle a Duque o a Petro es él. Mucha gente se plantea el escenario de segunda vuelta y preferiría a Vargas sobre los otros, pero para que ese escenario se dé hay que votar por él en la primera."

Finalmente, además de reconocerle su capacidad de ejecución, muchos de los que van por él por voto útil o por convicción, creen que con Vargas se garantiza la protección del acuerdo de paz y de las libertades individuales.

Y frente al hecho de estar rodeado por personas cuestionadas, la mayoría argumenta que en los cargos que ha tenido no se ha robado un peso a pesar de manejar altos presupuestos. Creen que es una persona intachable que en su pragmatismo y en el afán de cumplir, se ha rodeado mal.

“Yo creo 100 por ciento en la honestidad de Vargas, todos hemos cometido errores por ignorancia e inocencia, pero él no se ha visto involucrado en ningún tema de corrupción, se ha rodeado mal y eso nos ha pasado a todos,” nos dijo la empresaria bogotana, Lina Morales.

“Me resbala que tenga aliados corruptos. Un político rodeado con gente buena no es un político. Que sea la justicia la que los condene. Él no tiene por qué condenarlos. Además, el tipo no tiene rabo de paja", agregó otro que votará por él.

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Germán Vargas Lleras

Germán Vargas Lleras

Ex Vicepresidente de la República y candidato presidencial del movimiento 'Mejor Vargas Lleras'

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La JEP se hace el harakiri

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Con la decisión de suspender la extradición de ‘Jesús Santrich’ la Jurisdicción Especial de Paz desató ayer su primer choque de trenes que, a menos de diez días de las elecciones, puede descarrilar aún más el futuro de la justicia transicional.

La Sala de Revisión anunció ayer que por unanimidad había decidido suspender la extradición del ex guerrillero y ahora designado Representante a la Cámara por la Farc Seuxis Paucias Hernández Solarte (ver decisión).

Explicó que “en criterio de la sección el trámite de la extradición ya se inició porque se solicitó una captura con motivo de extradición”.

También pidió pruebas para determinar la responsabilidad del ex jefe de la Farc, ahora detenido en la Conferencia Episcopal por supuestamente intentar exportar a Estados Unidos 10 toneladas de coca.

Y, por último, le pidió a la Fiscalía que le enviara en los próximos 5 días una información relativa al trámite de extradición y a la privación de la libertad ligada con ella para decidir si anula la medida de aseguramiento.

Estas tres decisiones provocaron la reacción inmediata y el rechazo no solo del gobierno, de los ponentes en el Congreso de la ley que aprobará el reglamento de la JEP, del Fiscal General sino también del director de la Unidad de Investigación y Acusación de la misma JEP.

En otras palabras, la decisión de la Sala de Revisión no solo chocó de frente contra los otros poderes del Estado sino en su interior.

Los ministros de Justicia y de Gobierno sacaron un comunicado diciendo que la JEP no podía suspender la extradición, porque Estados Unidos aún no la ha solicitado. Y que una vez se pida la extradición, su competencia se limita a verificar si el supuesto delito se cometió antes o después de firmada la paz.

Hernán Penagos, el senador de la U que es ponente del proyecto que reglamenta la JEP, dijo que en el Congreso eliminaron el artículo del proyecto de reglamento en el que la JEP se atribuía la competencia de determinar responsabilidades respecto de la extradición, con lo cual su única facultad es determinar la fecha en la que se cometió la consulta.

“Lo que hoy está planteando la JEP no está ni en el acto legislativo que creó la jurisdicción especial, ni el proyecto de procedimiento que está en curso en el Congreso”, dijo y advirtió que esta decisión no hacía sino enrarecer el ambiente para la discusión de la reglamentación en el Congreso.

Pero la reacción más feroz vino del Fiscal General. En una carta de 16 páginas en la que le pide al Procurador Fernando Carrillo que intervenga anulando esa medida de la JEP, Néstor Humberto Martínez dice que con esa decisión “ha quedado amenazada la institucionalidad democrática”.

El Fiscal se va lanza en ristre

Su carta es una bofetada a la decisión de la Sala de Revisión. Dice, por ejemplo, que esta sala  dice que sustenta su tesis de que “el trámite de la extradición se inicia con la captura que tenga dicho fin” invocando la sentencia C-1106 de 2000 de la Corte Constitucional. Pero que, en realidad, no es la Corte la que dice eso sino el demandante. “Ahora el libelo del actor no puede convertirse en doctrina constitucional, a sabiendas de no haber prosperado su petitum”, escribe.

También controvierte que la JEP defina no solo su procedimiento interno (como se lo permite el Acuerdo de Paz) sino las reglas que afecten a otros órganos del Estado. “Ello significa claramente una fractura al principio democrático de la división de poderes, existente desde Montesquieu”.

 

“La posibilidad de que la Sección de Revisión se ocupe de las órdenes de captura de esta Fiscalía constituye un desafío frente al respeto de las jurisdicciones y tal posibilidad resulta contraria a la legislación vigente que sólo otorga tal facultad a la Fiscalía General de la Nación, a menos que pretendan regularse las competencias de esta entidad y de sus fiscales mediante protocolos expedidos por la JEP”, dice Martínez en su carta al Procurador, quien seguramente le dará hoy la razón.

Y para culminar la jornada, el Director de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP saca el siguiente trino, con hashtag y todo incluido:

 

Con lo cual la decisión de la Sala de Revisión quedó deslegitimada no solo desde afuera sino desde su propia entraña.

El efecto político

Desde que vio la luz la JEP, casi sin excepción, las noticias sobre ella han minado de entrada su credibilidad.

Primero fue la polémica por las declaraciones del fiscal de la JEP, Giovanni Álvarez, que escandalizaron a sus colegas de la JEP cuando dijo que él podría investigar de oficio los delitos atroces.

No se había terminado de solucionar ese impasse con un ‘pacto de caballeros’ en el interior de la JEP cuando menos de dos meses después renunció el secretario ejecutivo de la entidad Néstor Raúl Correa con un rifirrafe público con la presidente de la JEP Patricia Linares.

Aunque detrás de esa pelea había una discusión de fondo sobre cómo debía ser la estructura de la JEP, que era fundamental para el éxito de esta justicia, como lo anotó en su momento el experto en el tema Rodrigo Uprimny,  la pelea se personalizó y desató una seguidilla de declaraciones y comunicados que creó la impresión de que la entidad ya arrancaba con un gran desorden administrativo, con voracidad burocrática y con unas personas que anteponían sus rencillas personales a mantener por encima la dignidad de la institución.

Ahora viene este choque de trenes, que la Sala de Revisión provoca sin que su decisión surta ningún efecto práctico inmediato (salvo quizás que ‘Santrich’ le den ganas de comer) dado que, como dijo el Gobierno, es inocuo suspender una extradición que ni siquiera ha sido solicitada y Estados Unidos todavía tiene varios días de plazo para solicitar la extradición. Como explicó el presidente de la Sala de Revisión de la JEP, esta decisión no ‘suspende’ que este país lo pida o no.

Aún así, el efecto político de la decisión sí es inmediato. Sobre todo cuando la JEP la saca a pocos días de las elecciones en las que el candidato más opcionado a pasar a la segunda vuelta y llegar a la Presidencia tiene como bandera hacerle unos ‘ajustes’ a la JEP que en la práctica acabarían con ella. 

“Espero que esta decisión no sea para darle una protección adicional a un criminal”, dijo Iván Duque, recogiendo lo que, a juzgar por las reacciones en twitter, están pensando muchos colombianos al enterarse que 'Santrich' no solo fue beneficiado con Conferencia Episcopal por cárcel sino que ahora su extradición ha sido suspendida.

Con el refuerzo del sentimiento popular en contra de la justicia transicional, y el rechazo de las otras ramas a la primera medida de trascendencia de este organismo, la JEP se hace el harakiri.

Silla Nacional
Jesús Santrich

Jesús Santrich

Candidato a la Cámara del Atlántico por la Farc

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Las propuestas de drogas, cara a cara

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Con el anuncio del Gobierno de que no va a cumplir la meta de 50 mil hectáreas sustituidas, el que llegue a la Presidencia va tener que tomar la decisión de si seguir apostándole a esta estrategia impulsada por el Acuerdo de La Habana en la que los campesinos arrancan voluntariamente la hoja de coca y la reemplazan por otros productos y donde eso no se logre hacer erradicación forzada, o retomar el viejo camino de la aspersión aérea.

En juego están las más de 62 mil familias que, según cifras del último informe de la Fundación Ideas para la Paz, FIP, ya firmaron acuerdos individuales y le creyeron a este gobierno.

Por eso, y como parte de una serie para comparar las propuestas de los candidatos en asuntos sensibles, revisamos qué dice cada uno de los cinco candidatos sobre drogas porque es uno de los temas en los que también hay diferencias sensibles.

Miramos con ayuda de la FIP, que nos envió análisis que vienen haciendo de las propuestas, los planes de gobierno de los candidatos, sus discursos y las declaraciones que han dado en medios. Esa información la completamos con sus equipos programáticos (nos contestaron Fajardo, De La Calle y Petro. Duque y Vargas no nos habían respondido las preguntas al cierre de esta historia).

Esto es lo que plantean.

Instrucciones: haga clic sobre los temas para abrir o cerrar la información en detalle. Si tiene problemas para visualizar la tabla en su celular, gírelo.

 
 
Petro
De La Calle
Fajardo
Vargas
Duque
 
Una visión más campesina que La Habana
La visión del Acuerdo de La Habana
Menos coca desde la educación
El discurso del endurecimiento
La visión de seguir la guerra contra las drogas
¿Qué hacer con los cultivos de coca?
Sustitución voluntaria y donde no, erradicación forzada
Sustitución voluntaria y donde no, erradicación forzada
Sustitución voluntaria y donde no, erradicación forzada
Sustitución voluntaria y donde no erradicación forzada incluyendo fumigación
Sustitución y erradicación obligatoria incluyendo fumigación
El debate en este punto es si seguir el camino del Gobierno Santos luego de la firma del Acuerdo con las Farc o no. El punto 4 del Acuerdo, que se aterrizó en el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, Pnis, le apuesta a que los cocaleros que quieran, firmen acuerdos de sustitución para arrancar la hoja de coca (a cambio de unos pagos, asistencia técnica y proyectos productivos) y donde no llevar brigadas a erradicar a la fuerza manualmente, o endurecer las medidas. El Acuerdo deja la fumigación como último recurso aunque la Corte prohibió hacerlo con glifosato.
 
De La Calle, Fajardo y Petro mantendrían el enfoque actual, cada uno con sus salvedades.
 
De La Calle, fiel al Acuerdo de La Habana, propone mantener el enfoque actual de que la sustitución sea voluntaria y donde no se logren acuerdos, erradicar manualmente. Pero quiere reformular el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, Pnis. Para eso, propone el 'Plan cero coca', que incluye un plan de respuesta rápida para resolver las necesidades más inmediatas de las familias que ya firmaron acuerdos agilizando la construcción de bienes públicos y formalizando la tierra en esos municipios para que no tengan incentivos para resembrar. También propone articular mejor la estrategia de seguridad para que los líderes que defienden la sustitución se sientan menos amenazados y no haya el choque de trenes que hay hoy, donde el ministerio de Defensa ha mandado brigadas de policías antinarcóticos a erradicar donde la Oficina de Drogas a cargo de Eduardo Díaz ya había adelantado la firma de acuerdos, como ha pasado en Nariño y Caquetá.
 
Fajardo propone mantener el Pnis metiéndole el acelerador a los pagos y agilizando la entrega de bienes públicos como carreteras o distritos de riego a los municipios donde se han firmado acuerdos de sustitución para que los campesinos no resiembren. Está con la erradicación forzada en caso de que no se logren acuerdos con los cultivadores, pero no con la aspersión aérea y propone el impulso del programa 'Nueva Generación Rural' en el que busca que los jóvenes del campo en general y los que hagan parte de familias cultivadoras de coca puedan hacer el tránsito a la siembra de otros productos con acceso a créditos y vinculándolos a cooperativas para vender sus productos.
 
Petro inicialmente propuso comprar la cosecha de coca mientras se hacía sustitución (una idea que antes ya antes había propuesto el expresidente César Gaviria e incluso el expresidente Álvaro Uribe), pero en su campaña nos dijeron que descartaron esa idea. Su propuesta se parece a la de De la Calle y Fajardo en cuanto a mantener la sustitución voluntaria y dejar la erradicación forzada como plan b, pero para él ""hay que recuperar el sentido original del Pnis. Será participativo, incorporando a las comunidades en las decisiones y soluciones"", algo que ya está en el Acuerdo pero que él quisiera profundizar más. Aunque en el papel el Pnis es participativo, Petro quiere profundizar en la concertación con las comunidades.
 
Vargas propone continuar con la sustitución voluntaria y donde no se logre, entrar a erradicar, como pasa hoy, pero la diferencia es que retoma la carta de la aspersión aérea. En su propuesta de Defensa Nacional dice que ""la aspersión aérea y manual, así como otros mecanismos disponibles, serán empleados para hacer más eficiente la erradicación tanto en tierra como en aire"". Adicionalmente ha prometido que ""Mi gobierno se compromete a entregar en 2022 el territorio colombiano con alrededor de 50.000 hectáreas de coca menos y con programas de sustitución efectivos en más de 150.000 hectáreas"".
 
Duque dice que tanto la sustitución como la erradicación deben ser obligatorias y que eso incluye la aspersión aérea. ""Hemos dicho que las fumigaciones aéreas tienen que ser un mecanismo disponible y lo que hay que mirar son nuevos componentes químicos que satisfagan todos los estándares de salud"", dijo Duque en una entrevista.
 
Como lo hemos contado en La Silla , con la fumigación aérea los cultivos de coca caen en el corto plazo, pero el factor de resiembra es mucho más alto que con la erradicación voluntaria. Según datos oficiales, Colombia ha fumigado 1'8 millones de hectáreas de coca para haber logrado reducirlas en su mejor año a 42 mil hectáreas y volver ahora a las 188 mil, según la última medición publicada. Quizás lo más crítico de retomar esta carta de la fumigación es que se perdería de tajo la confianza con las familias cocaleras que ya le están apostando en todo el país a creerle al Estado y arrancar la coca.
Dosis personal
Permitirla entendiendo el consumo como un problema de salud pública
Permitirla entendiendo el consumo como un problema de salud pública
Permitirla entendiendo el consumo como un problema de salud pública
Penalizar lo que esté por encima de ella
Prohibirla
La dosis personal se divide en dos. La dosis mínima, que es un límite por debajo del cual las personas pueden portar una sustancia psicoactiva sin convertirse en delincuentes (son 20 gramos para el caso de la marihuana y 1 gramo para la cocaína). Esa dosis está prohibida desde 2009 y aunque la Corte Constitucional aclaró que la prohibición no implica penalización, todavía no se ha reglamentado ese acto legislativo; y está la dosis de aprovisionamiento, que es superior a la dosis personal (sin especificar cantidades), su propósito es para gente que necesita la droga porque está enferma.
 
El lío es que mientras la dosis personal tiene un límite, la dosis de aprovisionamiento está sujeta al análisis de cada caso, las pruebas aportadas y la condición de quien la porta. Por eso el debate que ha surgido alrededor de este tema es que al no tener un límite, una persona que no está enferma y se dedica a vender droga podría ampararse en el argumento de que lo que tiene es dosis de aprovisionamiento.
 
Frente a este tema están los candidatos que le han dado énfasis a ver el consumo como algo más asociado a la seguridad y para eso proponen el endurecimiento de las medidas.
 
Por ejemplo Duque propone reglamentar la prohibición de la dosis mínima con medidas como multas a quienes la porten. “Hay que volver a penalizar, pero no criminalizar. El que esté portando no se tiene que ir a la cárcel. Hay que confiscarle la droga e imponerle una multa para que el porte esté prohibido. Hoy muchos jíbaros se escudan diciendo ‘yo lo que tengo aquí es dosis mínima’, y pasan por el lado de las autoridades”, dice. Los demás creen que no hay que penalizarla.
 
Y también está Vargas, que propone judicializar al que porte, fabrique o consuma más de la dósis mínima.
 
En la otra orilla están los que ven el consumo como un problema de salúd pública.
 
Ahí está De La Calle, que ha dicho varias veces que no está de acuerdo con la eliminación de la dosis mínima ni con su penalización y que lo que hay que hacer es tener un tratamiento diferenciado para los consumidores y productores de sustancias sicoactivas.
 
Está Petro, que también lo ve como un problema de salúd pública. "Al consumidor de drogas, recreativo o dependiente, generalmente juvenil y socialmente excluido, no se le trata con cárcel sino con médicos y diálogo estatal", ha dicho en sus discursos. Para eso propone revivir la experiencia de los centros de atención médica a drogodependientes (Camad) que creó a finales de 2012 cuando fue alcalde de Bogotá en sitios como el Bronx y que lo que hacía era que los habitantes de calle y adictos tuvieran condiciones dignas de consumo, como por ejemplo, darles primeros aúxilios o hacerles exámenes médicos.
 
Y por último Fajardo, que en su propuesta de seguridad urbana dice que "entendemos el consumo de sustancias psicoactivas y alcohol como un asunto de salud pública, trataremos a las personas adictas con la prestación de los servicios de salud necesarios para su rehabilitación. (...)Nuestro reto será conseguir una prevalencia del consumo de drogas ilícitas menor al 2 por ciento al final de nuestro gobierno". También en su propuesta de "Jóvenes" menciona que reviviría el programa "Entornos Protectores" que creó cuando fue gobernador de Antioquia y que buscaba mejorar la capacidad de los municipios para prevenir la violencia y promover la convivencia. Para eso hacían jornadas de de acompañamiento psicosocial directo a adolescentes y jóvenes entre los 13 y 19 años, que estaban en riesgo de caer en las drogas.
Narcotráfico
Reforzar la justicia
Reforzar la justicia
Pegarle a los duros con el peso de la ley
Reforzar el Gobierno
Reforzar las fuerzas militares
Aunque cada candidato tiene una estrategia distinta para enfrentar el narcotráfico, en lo que se pueden comparar es en el énfasis. Mientras hay unas que le apuntan a reforzar la lucha contra las drogas desde el Ejecutivo, creando una agencia que coordine toda la política, otros le ponen el énfasis en que la judicialización sea más efectiva.
 
En el primer énfasis está De La Calle, que propone, además de toda la estrategia de sustitución de cultivos que contamos arriba para pequeños cultivadores, crear un nuevo estatuto antinarcóticos que reemplace el de 1986 y crear una entidad que lidere y coordine toda la política antidrogas del país y no como pasa ahora donde la Oficina de Drogas que depende de Presidencia se encarga de la sustitución y el ministerio de Defensa y la vicepresidencia de la seguridad. Con eso, el énfasis de su estrategia de lucha contra el narcotráfico está en reforzar el Ejecutivo.
 
Para desmantelar las bandas criminales propone aumentar la incautación y destrucción de los laboratorios de coca y los controles en los mares y ríos, que es por donde más sale la coca del país. Para eso propone un nuevo 'Esquema de Seguridad en el Posconflicto' para "fortalecer con las autoridades locales las labores de inteligencia y el relacionamiento con las comunidades para que el Estado tenga control en todo el territorio", nos explicaron en su campaña. Y por último propone "una mejor articulación entre la Fiscalía, el Ministerio de Justicia, la Policía y las autoridades locales para perseguir y castigar de forma efectiva quienes estén involucrados en los eslabones fuertes de la cadena del narcotráfico".
 
Vargas también le apunta a reforzar el Ejecutivo con una nueva estrategia de defensa que incluye presentar un proyecto de ley de 'Seguridad y Defensa Nacional' que "ejecute una política de seguridad y defensa nacional efectiva en beneficio de nuestras Fuerza Armadas y de la población"; más coordinación creando una agencia que sería como una 'DEA' colombiana, que centralice toda la lucha contra las drogas y dependa de Presidencia. Esta agencia responderá por una estrategia unificada que comprenda acciones contra todos los eslabones de la cadena del narcotráfico desde el cultivo hasta el tráfico y lavado de activos", dice su propuesta en Defensa. Además, propone más presencia militar en todo el territorio, especialmente en las zonas afectadas por el conflicto y en las fronteras.
 
Duque ha dicho que hay que "presentar una reforma constitucional para que quede claro que el narcotráfico no es un delito conexo al delito político y por ende amnistiable” y también ha insistido en varias declaraciones que las Farc deben entregar sus rutas del narcotráfico y que hay que redoblar la cooperación y las acciones contra el lavado de activos para acelerar la extinción de dominio"sobre activos obtenidos ilícitamente, incluyendo todo aquello que las Farc intenten ocultar". Además, ha dicho que modernizaría las fuerzas de tarea para tener un mayor control territorial.
 
En la otra orilla está Petro, que propone concentrar los esfuerzos en el desmantelamiento de las fábricas de clorhidrato de cocaína, judicializaciones efectivas a los narcotraficantes, más control de insumos y control a la corrupción de los agentes públicos involucrados en la lucha contra el narcotráfico. No habla de reformar las agencias que ya existen.
 
Fajardo también pone el énfasis en reforzar la justicia porque su propuesta contra el narcotráfico tiene como pilar concentrar los juicios con una ley que presentaría su Gobierno y que busca reformar las competencias de juzgamiento para que "sea un mismo juez o tribunal, quien tenga la competencia frente a los distintos delitos cometidos por una misma estructura criminal". El segundo pilar es "concentrar las capacidades de investigación, judicialización y sanción en los cabecillas de los grupos de crimen organizado".
Alternatividad penal
No se ha pronunciado
No
Como hemos contado en La Silla, el ministerio de Justicia presentó un proyecto de ley derivado del Acuerdo de Paz que le baja las penas de cárcel a los pequeños cultivadores de coca, amapola o cannabis, y a los que guarden la hoja o financien las plantaciones, siempre y cuando lo hagan para autosubsistencia. Aunque el Gobierno inicialmente había presentado el proyecto para que los que tuvieran por debajo de 3.8 hectáreas les aplicara el beneficio, hoy el límite es 1.78 hectáreas. Eso desató la furia entre los cocaleros agrupados en la Coordinadora de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana, Coccam, porque dicen que nadie les consultó esa nueva cifra y que si se deja, quedarían por fuera más de la mitad de las familias que ya firmaron acuerdos con el Gobierno y ahora temen que con toda la información que les han entregado los persigan. Por eso le han exigido al Gobierno retirar el proyecto.
 
De La Calle dice que apoyaría el proyecto, pero que volvería a las 3.8 hectáreas, y no especifíca las razones para hacerlo.
 
Petro también lo apoyaría, aunque dice que el proyecto ""necesariamente tiene que ser conciliado y validado con la participación de las organizaciones de los pequeños cultivadores (Coccam, etc), particularmente en la definición de los tamaños prediales a ser cobijados en la alternatividad penal"" nos dijeron en su campaña. El argumento central para pedir que se concilie con la Coccam es el mismo de los cultivadores: que con el umbral de 1,7 hectáreas se quedarían por fuera la mayoría de las familias. Entonces eso en la práctica significaría retirar el proyecto y conciliar una nueva cifra.
 
Fajardo lo apoyaría tal cual está.
 
Vargas no se ha pronunciado sobre este proyecto de ley en concreto ni en su campaña nos contestaron cuál es su postura.
 
Y Duque ha dicho que no lo apoyaría porque como argumentó en esta columna,"Dentro del proyecto pretenden que quienes siembren de coca hasta 5 canchas de fútbol como la del Estadio Atanasio Girardot, eviten la sanción penal del Estado, bajo la premisa de considerarlo cultivos de subsistencia. Claramente lo que hay detrás de todo esto constituye un favorecimiento al famoso “pitufeo” que consiste en la sumatoria estratégica de pequeños cultivadores para insertarlos en la cadena de abastecimiento a los laboratorios y centros de procesamiento."
 
 
 
 

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Detector a la engañosa cadena sobre Viviane Morales y el uribismo

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Le pasamos el detector a una cadena que habla sobre la tormentosa relación del uribismo con Viviane Morales, sobre todo en su época como Fiscal.

La cadena es en general engañosa pues mezcla verdades, como los procesos que abrió Morales a algunos funcionarios de Uribe con mentiras como que los presos no mueven votos o que todos los procesos que ella abrió terminaron en condena.

Recuerden que si quieren saber si lo que les mandan sus amigos sobre política es cierto, nos pueden enviar la cadena al 318-3124521 y nosotros se la devolvemos en un par de días, de ser posible, chequeada para que usted se lo reenvíe a sus amigos.

 

“Viviane Morales adhirió a la campaña de Iván Duque.”

Cierto
 

Explicación:

Es cierto que la excandidata presidencial Viviane Morales adhirió a la campaña de Iván Duque, después de una fallida campaña con el partido Somos.

 

“Ella (Viviane Morales), quien se encargó de demostrar el desfalco del uribismo con Agro Ingreso Seguro y que terminó con la condena de Andrés Felipe Arias.”

Engañoso
 

Explicación:

Esta frase es engañosa porque al mezclar verdades con una mentira, resulta dando una idea errada y más grave de lo ocurrido.

Es cierto que Morales fue la encargada de demostrar la responsabilidad del exministro Andrés Felipe Arias en el escándalo de Agro Ingreso Seguro (AIS), que terminó con Arias condenado a 17 años de prisión por peculado por apropiación a favor de terceros y celebración de contratos sin el cumplimiento de los requisitos legales.

También es claro que la responsabilidad política del escándalo, en el que privados hicieron varias maniobras irregulares para quedarse con subsidios del Estado - incluyendo 51 beneficiarios de 34 mil millones en subsidios y más de 10 mil millones en créditos blandos que aportaron a la campaña de Uribe en el 2002 y del referendo reeleccionista (550 millones para la primera y 128 millones para la segunda) - es del gobierno de Álvaro Uribe.

Pero la frase habla de un desfalco, que según el Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española es “tomar para sí un caudal que se tenía bajo obligación de custodia.”, y Arias no fue condenado por enriquecerse. Además, incluso si lo hubiera sido, una cosa es su responsabilidad y otra decir que el uribismo en general fuera el responsable de ello.

 

“Además, (Morales) estuvo al frente de los procesos de las chuzadas del DAS y de la falsa desmovilización del Bloque Cacica La Gaitana; todos estos procesos terminaron en condena contra los funcionarios de uribe.”

Engañoso
 

Explicación:

Si bien es cierto que Morales estuvo al frente de los procesos mencionados, no es cierto que todos hayan terminado en condena.

Aunque en un principio el mandato de Morales fue cuestionado por revocar la solicitud de audiencia de imputación de cargos que había hecho el exfiscal Guillermo Mendoza contra la exdirectora del DAS María del Pilar Hurtado y el exsecretario general Bernardo Moreno (ambos muy cercanos a Álvaro Uribe), sí fue quien estuvo al frente del proceso de las chuzadas del DAS.

Le imputó a Hurtado los delitos de concierto para delinquir agravado, violación ilícita de comunicaciones, abuso de función pública, peculado por apropiación y falsedad ideológica en documento público y a Bernardo Moreno por concierto para delinquir agravado, violación ilícita de las comunicaciones y abuso de función pública, ambos, como dice la cadena fueron condenados a 14 y a 8 años respectivamente.

Por otro lado, también estuvo a cargo del caso del excomisionado de Paz del gobierno Uribe, Luis Carlos Restrepo por supuesta falsa desmovilización del Bloque Cacica La Gaitana. Morales le imputó cargos de fraude procesal, peculado por apropiación a favor de terceros, prevaricato por acción, fabricación y tráfico de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Militares.

Sin embargo, el proceso sigue en curso y hasta el momento no se ha dictado sentencia.

 

“El uribismo la acusaba (a Morales) de perseguidora de su Gobierno.”

Cierto
 

Explicación:

Efectivamente, Álvaro Uribe sí acusó - y aún acusa- a Morales de perseguir políticamente al uribismo.

 

“Vaya sorpresa, el "preso político" Andrés Felipe Arias”

Inchequeable
 

Explicación:

Esta afirmación es inchequeable puesto que es una opinión del autor de la cadena.

 

“Hoy (Andrés Felipe Arias) pide que no se haga la alianza y el partido lo ignoró”

Exagerado
 

Explicación:

Es cierto que Andrés Felipe Arias escribió una carta al Centro Democrático, en donde les solicitaba recordar las decisiones de Morales en contra de algunos seguidores del uribismo y pedía de manera tácita que no se aliaran con ella.

Sin embargo, no es cierto que el partido lo haya ignorado del todo, pues Álvaro Uribe respondió no solo a la misiva de Arias sino a todas las críticas que recibió la campaña de Duque por la adhesión de Morales, afirmando que aunque tienen diferencias encontraron varios puntos en común que fortalecerían la campaña. No obstante, afirmó que seguiría luchando por el asilo de Arias.

 

"Los presos no mueven votos"

Falso
 

Explicación:

No es cierto que los presos no mueven votos. Como lo contó La Silla hay políticos condenados que hacen campaña desde la cárcel, procurando que sus herederos logren un escaño en el Congreso o en las administraciones municipales. Esto, independiente de si Arias mueve o no votos.

 

“Qué dinámica es la política; su "verduga" hoy está aliada con su partido.”

Inchequeable
 

Explicación:

No podemos chequear esta afirmación porque es una opinión del autor de la cadena.

 

“Si le sumamos a esto que, el papá de Duque fue quien denunció a Uribe por favorecer narcotraficantes con licencias de funcionamiento desde la Aerocivil y hoy es Duque el candidato de Uribe.”

Falso
 

Explicación:

Aunque el padre de Duque, Iván Duque Escobar, sí fue gobernador de Antioquia cuando Uribe era director de la Aerocivil, no encontramos documentos que demuestren que lo denunció por otorgar licencias a algunos.

Hay que tener en cuenta de que, como afirmó Iván Cepeda en un debate en el Congreso al respecto -aunque mostró algunas pruebas- hay hojas faltantes en los registros de licencias en los años en los que Uribe fue director.

La única que encontramos es “El señor de las sombras”, la biografía no autorizada de Uribe que escribió Joseph Contreras, que dice que Duque Escobar denunció a Uribe cuando fue director de la Aerocivil por otorgarle licencias a Jaime Cardona, narcotraficante del Cartel de Medellín, para volar entre Medellín y Turbo. Pero el libro no presenta pruebas de lo que afirma.

Por otro lado, no encontramos declaraciones de Uribe o de Duque sobre las supuestas denuncias de Duque Escobar a Uribe (aunque de Uribe defendiéndose ante las acusaciones de Cepeda).

 

“Y, para rematar, Pastrana que durante bastante tiempo trató a Uribe de paramilitar y él mismo lo denunció, hoy también está bajo el mismo manto”

Cierto, pero
 

Explicación:

Es cierto que Pastrana es hoy uno de los principales aliados de Álvaro Uribe y soportes de la campaña de Duque y que hace unos años señaló a Uribe de haber hecho pactos con el Cartel de Medellín mientras negociaba la paz con los paramilitares. Pero nunca hizo una denuncia formal.

 

“¿Usted cree que un equipo político de esta calaña y cargado de hipocresía es el indicado para gobernar el país? Se lo van a repartir en cuotas, nadie se arrima a un sector tan oscuro si no es por una muy buena tajada. En su conciencia queda si cree que esa es la opción de "cambio" que usted quiere para nuestro país.”

Inchequeable
 

Explicación:

Estas afirmaciones son inchequeables debido a que son opiniones del autor de la cadena.

Silla Nacional
Viviane Aleyda Morales Hoyos

Viviane Aleyda Morales Hoyos

ExSenadora del Partido Liberal - Excandidata Presidencial

Álvaro Uribe Vélez

Álvaro Uribe Vélez

Ex presidente de la República y Senador

Iván Duque Márquez

Iván Duque Márquez

Candidato presidencial del Centro Democrático

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Así van los apoyos políticos a los candidatos

Video-columna: la incertidumbre electoral en el Pacífico

Ocho tendencias de la primera campaña millenial

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A ocho días de la primera vuelta presidencial hay todavía algunos aspectos que no están completamente definidos. Es casi segura una segunda vuelta para el 17 de junio pero las más recientes encuestas han dado un ápice de esperanza a Sergio Fajardo y a Germán Vargas de poder desbancar a Petro. Hay regiones como Bogotá y la Costa Caribe cuyo comportamiento electoral aún está en competencia y que podrían alterar el resultado final. Es decir, como dice el cliché: ocho días en política pueden ser toda una eternidad.

Sin embargo, la campaña presidencial de 2018, a una semana de la cita en las urnas, ha sido- y podría seguir siendo- una montaña rusa de narrativas y apuestas con dos punteros- Iván Duque y Gustavo Petro- que muy pocos predijeron. Hasta este momento las actuales elecciones colombianas no han seguido el libreto tradicional y han mostrado la semilla de transformaciones ideológicas e incluso demográficas que podrían cambiarle la cara al ejercicio de la política.

Toda elección- incluso la más continuista de todas, la reelección de Álvaro Uribe en 2006-tiene una dosis mínima de cambio. La del 2018- los primeros comicios en los que los nacidos en el cambio de milenio pueden participar- ha mostrado que, más allá de cambios están juego rupturas que incluyen las estrategias y las agendas. ¿Cuáles son las ocho tendencias que han marcado la diferencia en esta primera elección millenial?

1. La rabia vende          

Era cuestión de mirar la  baja favorabilidad del gobierno y del presidente Juan Manuel Santos para entender que cualquier campaña en el 2018 tenía que construirse sobre la base de ofrecer cambios drásticos. Hay tres narrativas en esa línea: anti-gobierno(Duque), anti-sistema(Petro) y anti-élites políticas(Fajardo). Las dos narrativas sostenidas sobre la rabia puntean en contravía de la máxima tradicional de que los candidatos deben proyectar una cara optimista. 2018 es el año en que vivimos indignados y todo indica que las urnas lo reflejarán.

 

2. Nostalgia versus redención mesiánica

Tras ocho años con la Casa de Nariño concentrada en sacar adelante el proceso de paz con las Farc, la primera elección post-firma del Acuerdo despertaba las expectativas de convocar una discusión alrededor de la cara del posconflicto. No obstante, las emociones más álgidas de la contienda gira en torno al regreso del uribismo al poder y a la apuesta al camino petrista. En otras palabras, la mayoría de votantes hoy quieren corregir el rumbo vía la nostalgia o la “redención” que traería la agenda populista.

 

3. Temporada populista

Las elecciones 2018 trajeron al debate político la discusión sobre si el populismo reaviva la democracia o es una amenaza iliberal y autoritaria. En Estados Unidos, Europa y América Latina los populistas llevan varios años en auge. Ese interesante debate politológico se está viviendo en vivo y en directo en la actual campaña presidencial. Tomando el segundo abordaje que trata el populismo como una lógica de hacer la política, hay rasgos populistas en distintos grados y manifestaciones en las tres narrativas de cambio: Duque, Petro y Fajardo. Sin embargo, la campaña petrista recoge con más fuerza la lógica de ellos contra nosotros, la batalla entre “el pueblo puro” y las “élites corruptas” y la representación única del líder mesiánico del pueblo.    

 

4. El momento de las reformas

Hasta ahora la campaña presidencial en Colombia ha hecho eco de la idea de que, desmovilizadas las Farc, es el turno de acometer profundas transformaciones socioeconómicas en el país. Sería miope ignorar que buena parte del atractivo de la candidatura de Petro radica en ese déficit y que, del lado de Duque, el atractivo está en la confianza en transitar un camino menos drástico y más conocido en dirección a esos cambios. Uno de los retos más difíciles de una eventual administración de Iván Duque está en equilibrar la nostalgia uribista con ese anhelo de reformas que sería peligroso despreciar.

 

5. El uribismo 2.0

Robándome aquí el concepto de una interesante serie de historias de La Silla Vacía, una de las preguntas “existenciales” de la campaña Duque  está en cuánto de Uribe y cuánto del candidato formarán el cóctel de su futuro gobierno. Para el anti-uribismo no hay nada ni habrá de Iván Duque y es prácticamente como si el expresidente senador hubiera hecho campaña con un dummy de cartón. Estoy en desacuerdo con esa lectura y esta temporada electoral ha mostrado que el movimiento uribista, con toda la pesada carga de su pasado,  ha podido reinventar un mensaje de futuro- e incluso en algunas encuestas pelearle a Petro el bloque de votantes entre 18 y 24 años. Si Iván Duque es el próximo presidente de Colombia, se lo deberá gran parte a esa decisión estratégica. Los millenials duquistas constituyen unos atractivos cimientos para un nuevo conservatismo que hoy aún está en construcción y que dependerá de si quieren darle vida a ese uribismo 2.0.

 

6. Petro: el dueño de la izquierda

Sin importar los resultados de la primera y de la segunda vuelta, la izquierda democrática tendrá una nueva cara a partir del 2018. Por 20 años el lado izquierdo del espectro en Colombia ha experimentado el mayor crecimiento de la historia: curules en el Congreso, alcaldías, gobernaciones, la construcción de un discurso atractivo para un bloque del electorado e incluso graves escándalos de corrupción. En esas dos décadas la izquierda llegó desunida, se unió, se volvió a fragmentar y empujó no uno sino varios discursos con énfasis más o menos cercanos al Establecimiento. Lo más probable es que Petro supere el porcentaje de votos obtenidos por Carlos Gaviria en 2006 y será el discurso petrista el que defina la izquierda por los próximos años a partir del voto joven que hoy está capturando.

 

7. La Plaza es la reina

Los cambios de la campaña presidencial 2018 no sólo son ideológicos sino también estéticos. Uno de los más llamativos es la resurrección de la plaza pública como escenario de manifestaciones políticas y representación de apoyo popular. Dentro de las decisiones estratégicas más brillantes de la campaña petrista ha sido la de combinar discursos de plaza con despliegue de redes sociales para romper la intermediación de los medios de comunicación tradicional. Libreto que también viene usando Germán Vargas Lleras para crear una realidad de respaldo masivo paralelo a sus números bajos en las encuestas. El éxito final de esta estrategia se medirá en la capacidad de movilizar esos asistentes de plaza a las urnas el día de elecciones y de ampliar la torta de participación atrayendo esos abstencionistas.

 

8. Las regiones no tienen dueño           

Una de las máximas políticas en Colombia que cada elección se valida es la que dice que somos un país de regiones y que, simultáneamente a la estrategia nacional y de medios masivos, las campañas deben desplegar estrategias a la medida de los territorios. Esa máxima sostuvo por meses la percepción de inevitabilidad de la victoria de Germán Vargas Lleras. La red de estructuras regionales del exvicepresidente le daba el control de regiones claves para el día de elecciones como la Costa Caribe. Lo que muestran las encuestas y la reportería juiciosa de medios como La Silla Vacía es que, por primera vez en años, los votos caribeños están en pugna con los efectos en los resultados nacionales que eso significa. Si el vargasllerismo no gana en el Caribe, una nueva página en el manual de elecciones colombianas se terminará de escribir.           

Para los millenials que se enfrentan por primera vez a la decisión de votar en unas elecciones no habría una mejor elección que la del 2018 para estrenarse. 

Twitter: @pachomiranda

Opinión
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Fraude: ¿una exageración de Petro?

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Simular democracia ha resultado un buen negocio para el poder establecido en Colombia. No así para los colombianos, no para las mayorías.

En nombre de la democracia, se inundó de violencia bipartidista buena parte del territorio en los cincuenta, igualmente en su nombre, las libertades, la expresión de las minorías étnicas y culturales permaneció sepultada en la norma hasta la Constitución de 1991 y en la práctica, en regiones enteras hasta hoy.

La democracia ha sido concepto válido también para enfrentar al poder establecido desde antes y después del Frente Nacional.

En nombre de ella, Carlos Lleras Restrepo mandó a dormir al país mediante toque de queda el 19 de abril de 1970,  al tiempo que de manera vulgar y descarada se robaban las elecciones para dar paso al espurio presidente Misael Pastrana,  que lo continuó por acuerdo frente nacionalista.

Esgrimiendo la defensa de la democracia y el acuerdo de paz traicionado por Belisario Betancur, el M19 entró con sus armas al palacio de justicia en 1985 e igualmente, “defendiendo la democracia, maestro”, el ex coronel Plazas lideró la re-toma con los resultados de horror ya conocidos y juzgados por la ley.

La democracia, viendo la historia, es el refugio usado por distintas generaciones de colombianos para justificar sus actos políticos y al tiempo, una ilusión de cómo las olas del mar van y vienen, arrastrando a su paso lo que encuentran; en nuestro caso, vidas e ilusiones de una generación a otra.

En estas elecciones, es ello lo que está en juego: la democracia.

Esa quimera que tanta sangre nos ha costado, esa ilusión en nombre de la cual tantos murieron, fueron encarcelados, perseguidos, esa búsqueda en nombre de la que tantos horrores hemos padecido.

Eso es lo que está en juego. Nada más y nada menos.

Por esa razón, llamar a cuidar la democracia, la voz de la gente expresada en los votos es la tarea principal ¿Y por qué?. 

Porque la historia pasada y la reciente nos ha enseñado que los escrutadores hacen trampa. El reciente ejemplo del Movimiento Mira y el robo descarado de sus curules, demostró otra vez que no hay pureza electoral.

No hay garantía de transparencia en la Registraduría. Lo ha reiterado la Misión de Observación Electoral en cada elección e incluso voceros de partidos, como Armando Benedetti. Llevamos décadas tratando de reformar la política a fondo y lo han impedido los partidos y poderes de siempre.

Ahora lo ha dicho Gustavo Petro. Qué irresponsable, dicen, cómo si no hubiera suficientes pruebas para la duda. Hizo propuestas desatendidas por la maquinaria de la Registraduría  y también por el ejecutivo.

La Presidencia, frente a las dudas por lograr transparencia de manera precisa en el debate electoral, no se ve atendiendo las demandas de garantizar juego limpio.

Y la candidatura de Petro lo reclama porque en estas elecciones se ha expresado temor en los salones del poder económico, político y social dominante, de que el fervor derrote el miedo. Hay temor de que la ilusión construya otra realidad a la de siempre.  

Un número importante de ciudadanos no tiene confianza en el sistema y menos en un Registrador que miente a la opinión cada vez que la duda aparece.

Un Registrador qué siendo consciente de la desconfianza, niega la posibilidad de procesos de control y verificación independientes sobre el software que maneja las cuentas electorales, tal como se ha propuesto. 

“No creen dudas”, reclaman. “No sean extremistas”, dicen otros. La duda está creada para una porción de ciudadanos. El deber de los funcionarios es entonces brindar y crear esa confianza.

¿Cuál es la respuesta alternativa? Dotar de testigos electorales propios cada mesa, tenerlos organizados coordinadamente, formarlos, Es una tarea compleja de difícil logro, pero será la gente la que puede defender su propia expresión porque al parecer los mecanismos de Estado no lo aseguran.

Hace rato que no se veía surgir una ilusión tan fuerte en tan heterogéneo y numeroso grupo de colombianos, queriendo ser arte y parte de las definiciones nacionales.

Se equivocan de manera grave quienes hacen lecturas como aquella de que los jóvenes no votan, o a los que van a la plaza les dará pereza salir el 27 de Mayo.

Los jóvenes de Colombia crecieron: el fin de la guerra con las Farc, los riesgos derivados del retorno a la guerra por la derrota del Sí en el plebiscito, las ganas de vivir mejor de aquí en adelante, toda esa agitación liberada por las tensiones que hemos vivido las últimas dos décadas, cuajaron en este núcleo que hoy emerge, buscando ser gobierno, pretendiendo ser alternativa al pasado.

Ni Sergio Fajardo, ni Humberto de la Calle lograron condensar esa fuerza. Gustavo Petro se convirtió en ese aglutinador. Gracias a ello es hoy el dueño de la ilusión.

La estrategia de reducir a Petro, de menospreciarlo como administrador, de convertirlo en diablo con los infundios de populista, resentido social, castro-chavista, de venderlo como riesgo por haber pertenecido a una guerrilla que firmó y ha respetado su acuerdo de paz desde hace 28 años. Nada de eso funcionó. Por ello la decisión expresa de frenarlo a como dé lugar, flota en el aire.

Ha propuesto Petro profundizar la democracia, sus reformas son un programa socialdemócrata no estatista, que amenaza privilegios más que poderes. (Exenciones de impuestos, actualización catastral rural, poner los ojos donde hay mayor atraso y mayor debilidad institucional, donde hay más excluidos) como ocurrió en Bogotá, su fortín, contra todos aquellos que catalogan su paso por la alcaldía como el peor de todos los tiempos.

Matar a Petro además de un crimen monstruoso, sería un hecho fatal para Colombia.

Trampear las elecciones sería igual de aberrante, porque sería el asesinato de la democracia, de la voluntad popular.

¿Infundadas e irresponsables estas afirmaciones? Nada de eso. Vienen de la historia, vienen de conocernos en nuestro desarrollo político.

La democracia ha sido argumento manido de nuestra historia durante las seis o siete últimas décadas. Sin embargo, no la hemos cuidado suficiente, no hemos tenido conciencia de su enorme valor, no hemos logrado hacerla viva para las mayorías, no hemos logrado fijarla como impronta hacia el futuro, no hemos conseguido aún que su defensa la hagamos los ciudadanos.  Salvo la excepción de Bogotá, donde la gente defendió a su alcalde y defendió su obra de gobierno de los atropellos del procurador Ordoñez - el que apoya a Iván Duque -.

Eso que llamamos la gente, defendió su alcalde de organismos de control politizados que atropellaron normas para “liquidar contradictores”. La defiende aún hoy de medios de comunicación que por lo general sirven al poder establecido, permitiendo que tipos como Peñalosa cometan todas las trastadas y abusos posibles, sin satanizar cómo hicieron en tiempos de Petro alcalde. Cosas como éstas hacen qué al sur de la ciudad, el servicio de transporte inaugurado por Peñalosa con gran fanfarria, la gente lo llame el Petro-Cable.

Hay que reflexionar en este lado del mundo colombiano si queremos que la democracia subsista. Desde el poder y desde el ciudadano hay que empezar por respetarla, advertidos estamos.

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Salió la última encuesta y dice que estamos condenados

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La revista Semana divulgó hace algunos minutos la encuesta que hace Invamer para esa revista, Bluradio y Caracol TV. Completó el grupo de seis mediciones que revelaron los más importantes medios de comunicación y todas nos vaticinan que estamos condenados, que el próximo 7 de agosto no arrancará una época de esperanza como debería ser sino una de deterioro aún mayor de la democracia, de venganza y de miedo.

Según Invamer, en lo que coinciden todas las demás encuestas, habrá una segunda vuelta porque ninguno de los candidatos logra la mayoría absoluta. El 41 por ciento de los votantes votarían por Duque, el 29 por ciento por Petro, eso sería suficiente para estar avocados a tener que escoger entre dos opciones desesperanzadoras.

El Gobierno de Santos ha sido malo, de acuerdo, pero no creo que razonablemente se pueda pensar que uno de Duque o uno de Petro sean mejores, por el contrario, habrá sobre saltos políticos, incertidumbres económicas, dificultades en el contexto internacional, problemas de gobernabilidad y sin embargo mayoritariamente pareciera que vamos a escoger ese camino.

La encuesta dice que la mayoría de los ciudadanos votaría por Duque o por Petro para derrotar a Petro o a Duque y producen entonces el curioso resultado de dejarlos triunfadores con su cupo en la segunda vuelta.

Cualquiera de los dos que gane, el siete de agosto próximo no estaremos de fiesta. Incluso los seguidores auténticos de uno y otro saben que lo que vienen son dificultades.

Los del uribismo saben que lo que proponen en relación con el acuerdo con las Farc abre riesgos de sostenibilidad del desarme, saben que cerrar las negociaciones con el ELN nos podrá en dificultades al menos en el corto plazo, son conscientes que habrá, como ha habido en contra de la alcaldía de Bogotá, una controversia política que hace casi imposible avanzar en cualquier sentido.

Los seguidores de Petro saben que, si ganan la elección presidencial, todo el establecimiento estará en su contra, que el Congreso, las Cortes, los empresarios, los medios de comunicación, muchos de los alcaldes y gobernadores harán todo para impedir que las propuestas de Petro, buenas, malas o regulares se puedan llevar a cabo.

Los unos, los otros y los que no estamos con ellos tenemos casi la certeza de que a pesar de que en las democracias una elección es la oportunidad para cambiar situaciones malas por buenas el 17 de junio habremos escogido una peor de en la que estamos.

Cuando ya creíamos que íbamos a pasar la página, el discurso de posesión de Petro o el de Duque, cualquiera que sea su contenido, significará para las mayorías algo similar a la famosa sentencia de Churchill en la que solo prometía “sangre, sudor y lágrimas”. Algo como: “no vienen días fáciles”.

No encontré cómo se define la patología en la que un individuo, en este caso un conjunto de individuos, entre varias opciones escoge libremente la que lo deja peor de lo que está, pero lo que sí parece es que por cuenta de la escogencia entramos en una especie de trastorno de ansiedad generalizado, esa sensación de miedo, de angustia, de insatisfacción que padece tanta gente en el mundo contemporáneo.

La encuesta dice que los colombianos estamos lejísimos de superar ese mal endémico que describe Jorge Orlando Melo en su maravilloso texto de la Historia mínima de Colombia: que no somos un país sino muchos con códigos de valores tan diversos que si la elección fuera en Antioquia y el eje cafetero ganaría en primera vuelta Duque y que si lo fuera en el Caribe o en el Pacífico ganaría Petro.

Estamos muy lejos de tener un propósito colectivo y después de la elección presidencial vamos a quedar aún más lejos. Vaya paradoja.

Las campañas electorales dividen, claro, casi que en eso consisten, pero el resultado final debería ser esperanzador. Ganadores y perdedores se dejan meter en una especie de ambiente colectivo de “vamos a mejorar” que en este caso no va a ocurrir.

Hasta el Papa se equivocó porque clamaba para que no nos dejáramos robar la esperanza, pero no dijo nada de entregarla voluntariamente.

Quedan ocho días y todavía queda la opción, desgraciadamente remota, de que los exámenes que nos han mostrado hasta ahora, que predicen una catástrofe estuviesen equivocados o que fuimos capaces de cambiarlos.

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