Quantcast
Channel: La Silla Vacía
Viewing all 10158 articles
Browse latest View live

El Magdalena se vuelve la sede alterna de la izquierda nacional

$
0
0

Carlos Caicedo, el nuevo y cuestionado gobernador de Magdalena, ya fue precandidato presidencial de izquierda. Repite esa mirada de liderazgo nacional en la izquierda con su gabinete, en el que hay personas cercanas a otras figuras nacionales de esa tendencia, más técnicos que también vienen de esos sectores, o tienen vínculos con ellos.

Además, casi la mitad de sus nombramientos (12 de 28) son de personas que han hecho carrera fuera del Magdalena, en lugares dispares como Nariño, Atlántico, Bogotá o Cartagena, y solo Diana Roa (jefe de planeación) y Pamela Páez (directora de Indeportes), no son cercanas a un líder político de izquierda alto perfil ni han estado en altos cargos nacionales.

Estos son los políticos que ganan poder con Caicedo y los funcionarios de su círculo que llegan a la Gobernación, así como las otras figuras cercanas a la izquierda:

Los políticos

Gustavo Petro

Relación política con Caicedo:

Son aliados políticos. En 2018 compitieron en una consulta presidencial interpartidista de izquierda que se hizo el día de las elecciones legislativas. Para calentar la consulta hicieron giras conjuntas y apoyaron una misma lista al Congreso, la Lista por la Decencia en el Congreso. Tras la victoria de Petro, el hoy gobernador lo apoyó en las dos vueltas presidenciales, y el año pasado, el excandidato presidencial fue al Magdalena a apoyar su campaña a la Gobernación.

Funcionarios cercanos en la Gobernación:

  • Javier Pava, jefe de la Oficina para la Gestión del Riesgo: fue director del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger) en la Alcaldía de Bogotá de Petro y ha sido consultor del Banco Mundial en Centroamérica en esos temas. Pava es petrista y lo apoyó en las elecciones presidenciales.

  • Jorge Rojas, asesor de Despacho en temas de integración social: una de las personas más cercanas a Petro, fue su secretario de Integración Social y Privado en la Alcaldía de Bogotá. El año pasado fue precandidato petrista a la Alcaldía de Bogotá, y luego cabeza de lista de las Farc al Concejo de la capital.

Clara López

Relación política con Caicedo:

Han sido cercanos en la izquierda, aunque a inicios de 2018 López se bajó del acuerdo de medirse con él y con Petro en una consulta presidencial interpartidista, pues prefirió ser fórmula vicepresidencial del liberal Humberto de la Calle. El año pasado, fue coordinadora del empalme de Caicedo, y nos contó que este año seguirá asesorando al Gobernador y a otros mandatarios alternativos, aunque no nos dio detalles.

Funcionarios cercanos en la Gobernación:

  • Jorge Bernal, secretario de Salud. Este médico es una de las personas más cercanas a López: fue su secretario de Salud cuando fue alcaldesa encargada de Bogotá en 2011, gerente de su campaña a la Alcaldía de Bogotá en 2015 y secretario general del Ministerio de Trabajo cuando ella fungió en la cartera durante la presidencia de Juan Manuel Santos.

Antonio Sanguino

Relación política con Caicedo:

Son aliados políticos muy cercanos. Aunque Sanguino ha hecho política en Bogotá, donde fue concejal del Polo y luego verde, en 2018 tuvo como fórmula a la Cámara en el Magdalena a Patricia Caicedo, hermana del hoy Gobernador; como contamos, desde la Alcaldía de Santa Marta del caicedista Rafael Martínez les buscaron votos. Aunque Patricia se quemó con 25.098 votos, Sanguino fue el senador verde más votado en el departamento con 4.628 votos. Además, en la carrera por la presidencia de ese año, el senador propuso que Caicedo entrara en la Coalición Colombia (integrada por Compromiso Ciudadano, Polo Democrático y Alianza Verde), algo que no se concretó. Sanguino también lo apoyó en su reciente campaña a la Gobernación.

Funcionarios cercanos en la Gobernación:

  • Diana Meza, asesora de Despacho para modernización y rediseño institucional: consultora en desarrollo e innovación organizacional, entre 2016 y 2017 fue directora de la modernización de la Alcaldía de Santa Marta de Rafael Martínez, alfil de Caicedo. Es esposa de Sanguino.

  • Ludwing Mantilla, asesor de Despacho en temas ambientales: fue subdirector de Evaluación y Control Ambiental de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb), es voluntario del Comité para la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán y el año pasado fue candidato a la Asamblea de Santander del grupo político de Sanguino.

Camilo Romero

Relación política con Caicedo:

Hasta ahora no han sido cercanos, aunque ambos son de izquierda e ideológicamente afines. El exgobernador de Nariño fue a la posesión de Caicedo y de la aliada de éste, la alcaldesa de Santa Marta Virna Johnson.

Funcionarios cercanos en la Gobernación:

  • Ernesto Narváez, secretario de Hacienda. Narváez viene de ocupar el mismo cargo en su natal Nariño, con Romero, y antes fue su subsecretario de presupuesto, cargo en el que venía de las administraciones previas y también de izquierda, de Antonio Navarro y Raúl Delgado. Romero nos contó que no recomendó directamente al secretario, pero que Caicedo sí le consultó cómo había sido el proceso fiscal y económico de Nariño, en el que Narváez fue clave.

Los otros

Luis Grubert, secretario de Educación

Nació en Bolívar y viene del mundo de los sindicatos. Fue presidente de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) entre 2013 y 2017 e hizo parte del Comité Ejecutivo Mundial de la Internacional de la Educación. Fue profesor de la Universidad del Magdalena cuando Caicedo era rector, pero no venía trabajando en el departamento. De hecho, el año pasado fue candidato a la Asamblea del Atlántico por una coalición que incluyó a la Alianza Verde, Polo Democrático, Colombia Humana-UP y Mais.

Carlos Fonseca, asesor de despacho en desarrollo sostenible

Es ingeniero civil con maestría en Sistemas Ambientales y Urbanos y tiene un doctorado en Geografía. Fue viceministro de Medio Ambiente en la presidencia del liberal Ernesto Samper, director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) entre 2002 y 2004, y director de Colciencias de Juan Manuel Santos, entre 2012 y 2013. Es un viejo militante de la Alianza Verde desde cuando Ingrid Betancourt fue candidata presidencial en 1998. En un principio Caicedo lo había designado jefe de la Oficina Medio Ambiente.

Julio Alandete, asesor de despacho en educación superior

Este economista fue director del Sena en su natal Bolívar entre 2003 y 2008, secretario de Educación de la Alcaldía de Cartagena en la Administración de Judith Pinedo y fue viceministro de Educación Básica y Preescolar en la presidencia de Juan Manuel Santos. A diferencia de los demás no es de izqueirda pero sí distante a los políticos tradicionales; en 2015 fue aspirante a la Alcaldía de Cartagena con un grupo significativo de ciudadanos (firmas).

José Humberto Torres, secretario del Interior

Es abogado y defensor de Derechos Humanos. En el Atlántico es conocido por ser abogado de la familia de Alfredo Correa de Andreis, asesinado por los paramilitares y el DAS, y por haberlo sido del corrupto exalcalde de Barranquilla Bernardo ‘el Cura’ Hoyos. Aunque no es militante de la Colombia Humana, en el 2018 estuvo en el sonajero del petrismo para aspirar a la Alcaldía de Barranquilla. De izquierda, es vicepresidente de la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos.

Silla Nacional
Publicar en: 
Silla Caribe
Interactiva: 

‘La crisis entre EE.UU. e Irán alimenta la retórica paranoica de la derecha local’

$
0
0
 

Ayer jueves el Presidente Iraní, Rohani, dijo que “trabaja diariamente” en impedir una guerra con Estados Unidos tras el asesinato de Qasem Soleimaní, comandante de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, una fuerza destinada a proteger la República Islámica surgida tras la Revolución del 79.

Soleimaní cayó en un ataque aéreo que hizo EE.UU. en el aeropuerto de Irak el pasado 3 de enero y las tensiones que ha desencadenado representan una amenaza mundial.

La Silla Académica entrevistó a Carlos Ramírez, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Los Andes, experto en religión y política en el Medio Oriente, quien está haciendo una investigación sobre militancia islámica en Irán.

Ramírez analiza qué está en juego en esta confrontación, y a partir de los antecedentes de la Revolución Iraní ayuda a explicar un conflicto que representa una amenaza para el mundo.

La Silla Académica: Usted es un estudioso de la Revolución Iraní -RI-. ¿En qué consistió a grandes rasgos?

Carlos Ramírez: La Revolución Iraní fue una forma de resistencia popular mixta contra la dinastía Pahlavi que había comenzado a mediados de los años 20 con Reza Pahlavi, un militar que terminó estableciendo una monarquía de la nada -limitó el uso del apellido Pahlavi, que era normal, a su familia- Reza Pahlavi fue sucedido por su hijo Mohammad Reza Pahlavi, el segundo Shah de esa dinastía. Shah significa rey.

Su régimen se podía calificar en palabras de Juan Linz, un sociólogo español, como sultánico, por un lado autoritario y por otro neo patrimonial: ganaba lealtades personales a través de la repartición de recursos estatales. Tenía muy baja legitimidad social pero era aliado incondicional de EE.UU. en la región. Su temible policía secreta, la Savak, había sido entrenada por la CIA y el Mosad israelí. Nixon le transfirió al Shah, además, muchas responsabilidades en la seguridad regional.

Las fuerzas opuestas al régimen que promovieron la Revolución eran el Frente Nacional, un grupo de carácter nacionalista, fuerzas de izquierda (algunas inspiradas, en parte, por la Revolución Cubana) y los grupos islamistas que, desde el 63, le habían hecho una férrea oposición al Shah y, debido a la autoridad moral y política del ayatollah Khomeini, terminan catalizando y condensando las fuerzas revolucionarias.

Los grupos islamistas, liderados por Khomeini, estaban en contra de las medidas del segundo Pahlavi conocidas como la Revolución Blanca, que en realidad eran un proyecto contrarrevolucionario influenciado por la estrategia anticomunista de Kennedy; buscaban, al menos en el papel, transformar la condición de la mujer, la participación de los empleados en las empresas, el manejo de los recursos naturales y promover una reforma agraria. La revolución termina con el exilio del Shah de Irán en febrero de 1979 y la consolidación, tras un par de años de disputas entre las fuerzas que dieron lugar a la revolución, de la República Islámica de Irán.

LSA: A Soleimaní lo mató un misil dirigido por Estados Unidos. ¿Tiene razón Trump cuando tilda a la Guardia Revolucionaria Islámica de terrorista?

C.R.: La historia de EE.UU. e Irán ha pasado por diferentes etapas. Con la llegada de Bush hijo y sus halcones al poder a finales de la década de los 90, en el contexto además del 11 de septiembre, se cierran algunos tímidos pero significativos intentos de acercamiento impulsados en la Administración Clinton, al tiempo que en Irán pierden importancia los grupos pragmáticos y reformistas que estaban abiertos a la diversidad cultural y a la negociación con EE.UU.

En un contexto de fortalecimiento de las posturas conservadoras y antioccidentales, en 2005 llega al poder Mahmud Ahmadineyad, con opiniones polémicas sobre el holocausto, mucho más confrontacional con Israel y con los grupos disidentes internos y dispuesto a continuar con el programa nuclear de Irán.

Ahmadineyad fue sucedido en 2013 por quien es el actual presidente de Irán, Hasan Rohani, quien es de una línea negociadora y declaró que Irán no tiene enemigos permanentes.

Rohani, en alianza con China, EE.UU., Francia, Inglaterra, Rusia y Alemania, firmó un acuerdo nuclear en 2015, a cambio de que se le levantaran varias de las sanciones económicas, y combatió junto con EE.UU al llamado ‘Estado Islámico – también conocido como Daesh o Isis – en Siria.

Trump reclama la victoria sobre el Daesh en Siria e Irak pero eso no se habría logrado sin la presencia de milicias iraníes y la habilidad estratégica de Soleimani; por lo cual Irán pagó un costo alto en atentados terroristas cometidos por Isis contra el Parlamento, la tumba de Khomeini y varios grupos chiitas en Irak, Pakistán, Afganistán y Turquía.

Una cooperación similar se había dado contra los talibanes antes.

LSA: ¿Por qué el Gobierno de EE.UU. asesinó a Soleimani entonces?

C.R.: Cuando Trump llega a la Casa Blanca, su promesa, en términos colombianos, es hacer trizas los acuerdos. Argumentó, básicamente, que Irán está ganando terreno en Medio Oriente y que eso pone en riesgo a Occidente.

Y esto se puede explicar porque con el derrocamiento de Sadam Husein, llegaron al poder Nuri al-Maliki y otros políticos cercanos al chiismo y eso hizo que Irak, cuya población es mayoritariamente chiita, se acercara política y religiosamente a la República Islámica de Irán. Irán. A esto se sumó que, con el conflicto en Siria, Irán, a través de sus milicias y su victoria militar sobre Isis, expandió su zona de influencia, dando lugar, no solo en términos culturales sino geopolíticos, a la “Media Luna Chiita".

Con el levantamiento de las sanciones económicas, además, Irán había reconstruido su economía, ha logrado vender su petróleo más fácilmente y desarrollado el turismo como fuente de ingresos con vuelos regulares de aerolíneas como Lufthansa.

EE.UU. siente, entonces, que Irán se está creciendo y su discurso antiiraní está impulsado además por la derecha nacionalista israelí - Irán desde el principio ha sido solidario con Palestina-. Netanyahu argumenta que el acuerdo nuclear es una farsa, que Irán tiene plantas escondidas donde están enriqueciendo uranio y alianzas con Corea del Norte.

Pero, además de recuperar un equilibrio político en la región, hay un trasfondo ideológico. Michael Flynn, Steve Bannon, John Bolton  -ex asesores de Trump- y Mike Pompeo, el actual Secretario de Estado, mantienen un discurso de crónica sospecha frente al islam, cuando no abiertamente islamofóbico. Trump, en un tweet reciente, habló de atentar contra 52 lugares en Irán en referencia a los 52 rehenes estadounidenses durante la toma de la Embajada de EE.UU. en el marco de la Revolución Iraní de 1979. Hay traumas no superados.

LSA: Más allá de las tensiones entre estos dos países, usted identifica que una de las resistencias que motivaron la RI fue la occidentalización ¿Cómo entendieron esa occidentalización?

C.R.: El conflicto entre la República Islámica de Irán y EE.UU. tiene un trasfondo histórico-cultural con raíces de más largo plazo.

La Revolución Iraní fue una revuelta antiautoritaria pero también moral y cultural contra lo que el Ayatollah Khomeini, apropiando un término del filósofo Ahmad Fardid, llamó “Occidentosis” (Gharbzadegi en farsi) o estar enfermo de Occidente, que en otras palabras es la expansión sin límites del “americanismo” como lo llamo Heidegger para criticar la confianza de la civilización occidental en la técnica y la economía para definir qué es lo real.

Los objetos, las personas mismas, existen, desde esa perspectiva, en la medida en que sean intercambiables y manipulables. El Capital, como una forma de monetarización sin fin de todo lo existente, es así parte del “americanismo”.

En entrevistas que he hecho a militantes de la revolución, ellos identifican la cultura occidental, entre otras cosas, con el hedonismo. El Teherán de los 70, no estaba tan distante de otras ciudades del mundo: había mujeres con minifalda, hippies fumando marihuana y oyendo los Beatles y Led Zeppelin.

También la relacionan con una mentalidad de buscar el éxito personal sin solidaridades colectivas. Con secularismo o exclusión de lo divino de la vida social, y relativismo, en el sentido de un pluralismo carente de una noción fuerte de verdad y de norma.

LSA: Usted toca el tema de género que es una de las grandes críticas que se hace al Islam…

C.R.: El tema de género es complejo en la Revolución Iraní y debe mirarse con cautela en la dinastía Palahví, tanto en los intentos de modernización como en las reacciones frente a ellos.

Reza Palahví es visto como un defensor de la emancipación de las mujeres, en parte porque volvió opcional el uso del hiyab en espacios públicos. Pero, en los años 20 y 30, para muchas mujeres el hiyab hacía parte de su forma de presencia pública y de lo que era considerado bello y ornamental, por lo que se percibió, en los sectores mayoritariamente tradicionales, como una forma de violencia simbólica.

El segundo Pahlavi, que también posaba de promotor de los derechos de las mujeres, dijo en una entrevista con la famosa periodista italiana Oriana Fallacci, que las mujeres no le habían aportado nunca nada a la cultura.

Y parte de las reformas que implementaron también buscaban que la mujer fuera tenida como fuerza de trabajo en respuesta a una política económica capitalista.

En Irán, actualmente, hay un quiebre generacional. Las mujeres más jóvenes, urbanas, de Teherán, por ejemplo, tienden a pensar que el hiyab es un arcaísmo, una forma de opresión, que no debería existir.

Pero esta postura no es masiva y del otro lado hay una generación de mujeres menos jóvenes, no urbanas, que la consideran parte de su ajuar, y más importante aún, de su identidad. Y, en la Revolución Iraní, lo usaron cómo una forma de resistencia al vestuario que se estaba imponiendo desde Occidente.

La cuestión de fondo es si el rol de las personas y en este caso de la mujer debe ser igual en todas las sociedades y ajustarse a la perspectiva liberal moderna.

Desde la perspectiva iraní, parte de la legitimidad y autoridad de las mujeres deriva del control que tienen sobre su familia y, especialmente, sobre la educación de los hijos; a la vez que una parte muy significativa de la población universitaria iraní está compuesta de mujeres y aunque distan de ser la mayoría, algunas ocupan cargos públicos significativos.

LSA: ¿Qué pueden enseñar las teocracias de Medio Oriente y concretamente la iraní en torno a la relación religión - Estado?

C.R.: La estatización del chiismo ha contribuido de manera paradójica, según algunos autores, a la secularización de Irán. A finales de los 80, ayatollah Khomeini impulsó, por ejemplo, una reforma constitucional para que el líder supremo pueda estar por encima de las normas islámicas y suspenderlas en aras de defender el Estado Islámico de Irán. Aquí parece primar el Estado sobre la religión

Es polémico por eso pensar que la República Islámica es, sin más, una expresión de la tradición chiita. De hecho, algunos autores iraníes, como Shabestiari, Kadivar o Soroush, reclaman un secularismo religioso, que suena contradictorio pero no lo es. Reclaman que el Estado iraní debería ser neutral en términos religiosos y que el islam chiita es una tradición cultural, espiritual, que puede tener influencia política y pública, sin estatalizarse.

La religión no gana al mezclarse con el Estado. Al contrario, se deteriora.

Carlos Ramírez

Desde este punto de vista, la religión no gana al mezclarse con el Estado. Al contrario, se deteriora.

Esa paradoja se ve claramente con Soleimani. Su actividad, a nivel internacional, le daba el estatus de un héroe nacional. No obstante, para algunos sectores políticos iraníes, era también el arquitecto de la represión contra las protestas antigubernamentales del 2009 y, por tanto, de una postura autoritaria contra fuerzas políticas liberales.

Esas fuerzas que, desde el punto de vista de los sectores más conservadores, son vistas solo como una forma de infiltración de la política iraní, por parte de actores interesados en la destrucción de la República Islámica – sin excluir esta posibilidad -  también incluyen grupos leales al proyecto revolucionario e interesados en ampliar los niveles de pluralismo y democracia.

Muchos intelectuales, escritores y cineastas iraníes han sufrido los efectos nocivos de esa reducción simplista de toda protesta a una forma de traición a ese proyecto, aunque no siempre ha sido así. Durante los tiempos del presidente Khatami, se dio un importante movimiento de apertura. Jürgen Habermas, por ejemplo, visitó Irán en ese contexto.

LSA: Parte del inconformismo social que se ve, actualmente, podría tener que ver con esa “occidentalización”?

C.R.: Parte de ese inconformismo puede tener que ver con una crisis de la modernidad que puede expresarse de muy distintas formas: José Casanova, sociólogo de las religiones, habla del resurgimiento de lo religioso en Occidente a través de casos como el movimiento de la solidaridad en Polonia o la Revolución Iraní, que son ejemplos de sociedades postseculares en palabras de Habermas.

Globalmente, hay una reacción cultural contra proyectos secularistas que por muchos sectores son experimentados como pérdida de sentido y deterioro de la moralidad.

Esas reacciones antisecularistas con frecuencia han estado asociadas a proyectos políticos de derecha como sucede con los evangélicos que apoyan a Trump o a Bolsonaro en Brasil, o localmente, con Colombia Justa Libres, para no ir más lejos.

Pero esa reacción contraria al secularismo y a la absolutización de la modernización podría tener un talante distinto y alimentar proyectos de izquierda, como lo vimos en Latinoamérica con la Teología de la Liberación, que den cuenta de un cristianismo mucho más social.

La alternativa política de una izquierda religiosa no ha sido suficientemente explorada en Colombia.

Carlos Ramírez

La alternativa política de una izquierda religiosa o de un socialismo religioso no ha sido suficientemente explorada en Colombia.

Los grupos más progresistas siguen viendo la religión como algo conservador, reaccionario y que genera sospecha. Lo veo en personas muy ilustradas, colegas en el mundo académico y también en intelectuales como Rodrigo Uprimny de Dejusticia, por ejemplo.

En Colombia es difícil pensar esto porque ha habido un fuerte movimiento anticomunista y porque en el debate público el discurso religioso ha sido apropiado por grupos protestantes, evangélicos, conservadores, con su llamada teología de la prosperidad que básicamente es una legitimación religiosa del capitalismo.

La política tiene que estar más anclada a la cultura y todavía hay muchas fuerzas vivas en el país que se sienten cercanas a la tradición cristiana.

Carlos Ramírez

Pero es una perspectiva prometedora en la medida que la política, si pretende tener un fuerte arraigo normativo y no basarse en abstracciones, tiene que estar más anclada a la cultura. Todavía hay muchas fuerzas vivas en el país que se sienten cercanas a la tradición cristiana.

LSA: ¿Qué implica para Colombia si escala la confrontación entre Irán y Estados Unidos dado el involucramiento de Duque en el tema Venezuela?

C.R.: No hay un vínculo directo. Sin duda eso alimenta la retórica paranoica de la derecha local. En un programa de RCN el comentarista Omar Bula, que también escribe en portales de derecha y dice ser experto en asuntos internacionales, decía que la muerte de Soleimani era algo que teníamos que celebrar porque era un golpe a las fuerzas terroristas que quieren colonizar Latinoamérica en una mezcla entre el islam y la izquierda chavista, una especie de castrochavismo-gay-islámico contra el cual hay que defendernos.

En los sectores de derecha se dice también que las disidencias de las Farc tienen alianzas con Hezbolá y que hay presencia de este grupo en Venezuela. No sé si lo haya aunque no es raro que las fuerzas no estatales armadas hagan alianzas entre sí.

Pensar en que debamos temer por la influencia del islamismo de Hezbolá es ingenuo

Carlos Ramírez

Pero pensar en que debamos temer por la influencia del islamismo de Hezbolá es ingenuo. Geopolíticamente no somos particularmente interesantes para Irán y además los discursos de protesta tienen que tener algún anclaje cultural.

No me imagino un Sheikh chiita arengando en la Plaza de Bolívar y reuniendo grandes multitudes para propiciar una revolución. Esas son alucinaciones políticas de quienes andan ansiosos de enemigos.

En Colombia se replican de manera acrítica ideas de amenazas contra la seguridad propias de EE.UU., haya o no razones. Tengo contacto con un par de comunidades islámicas en Colombia, algunas chiistas, y hay una bastante paranoica vigilancia del Estado sobre su comportamiento.

El islam en Colombia no es ningún riesgo.

Carlos Ramírez

Hace un par de años Plinio Apuleyo entrevistó a John Marulanda, un experto en seguridad, que también escribe en portales de derecha, que decía que había que tener mucho cuidado con los que se iban a estudiar a Irán porque regresaban a reproducir el terrorismo de la Revolución Iraní. Conozco muchos de esos casos y son personas que están estudiando teología islámica y no están siendo formados como cuadros ideológicos.

El islam en Colombia no es ningún riesgo.

LSA: Usted dice que asociar a “los musulmanes” con terrorismo es incorrecto ¿por qué?

C.R.: Los grupos islamistas son una minoría entre los 1300 - 1500 millones de musulmanes que hay en el mundo. Charles Kuzman, un especialista en el islam y en movimientos sociales, comienza un texto con la pregunta ¿por qué hay tan pocos terroristas islámicos si hay tantos musulmanes?

Pensar que el islam en sí mismo tiene un carácter violento es una lectura problemática muy de la derecha norteamericana.

Carlos Ramírez

Pensar que el islam en sí mismo tiene un carácter violento es una lectura problemática muy de la derecha norteamericana.

Cuando uno estudia cómo se expandió el islam en Medio Oriente, en sus orígenes y tras la muerte del profeta Mahoma, encuentra que hubo un componente militar pero no hubo conversiones forzadas en muchos casos. La conquista de Persia, del Imperio sasánida, implicó una derrota militar pero luego el islam se estableció con una alta legitimidad social.

Si bien en el islam hay una combinación más clara entre la dimensión político-militar y la religiosa, eso no implica una postura militarista. Usar el término yihadistas para referirse a los promotores de posturas extremistas islámicas, es una gran tergiversación.

En un sentido militar el yihad menor implica una defensa de la guerra justa cuando hay agresiones externas, algo que también está presente en tradiciones cristianas de Occidente. Pero no cualquiera puede decidir cuándo hay o no yihad, sino que es parte de la jurisprudencia islámica y está sometido a normas muy estrictas. Eso incluye la lucha contra grupos que se reclaman islámicos pero son más bien la perversión del islam. El ayatollah Sistani, en Irak, autorizó, por ejemplo, la lucha contra Isis.

El yihad mayor, tiene un componente espiritual: es la lucha interna del individuo por combatir su ego. Hablar de "yihadismo "es desconocer esta complejidad.

LSA: Usted pareciera sugerir que la forma como vivieron la “occidentalización” los chiitas previo a la RI se tradujo en cierta intensificación de su religiosidad, ¿puede esto en todo caso explicar lo que aquí relacionamos con cierto fanatismo o radicalidad?

C.R.: Las religiones se van transformando en la medida que cambian el contexto político, económico, cultural. No son inmunes al influjo exterior.

Para poner un ejemplo: Hezbolá aparece en el 82 luego de una incursión de Israel en el Líbano. No estoy haciendo un relato heroico de ese grupo, pero antes había grupos propalestinos y, claro, antisionistas, pero no Hezbolá. Son respuestas a lo que se perciben políticamente como agresiones culturales.

Hezbolá ha cometido acciones violentas contra el Estado de Israel y también en el Líbano, pero es importante tener el panorama completo.

También pienso en Osama Bin Laden y su rechazo a la invasión soviética de Afganistán.

Lo que pasa en las narrativas de lo que sucede es que muchas veces se omiten los orígenes, se ve el contragolpe pero no el golpe.

Los discursos antiterroristas hacen a veces una lectura muy selectiva de la historia para vender la idea de que hay un enemigo que gratuitamente está haciendo daño.

LSA: ¿La pretensión de universalidad del islam como una religión verdadera no representa un peligro para Occidente?

C.R.: El Islam recupera los rasgos más característicos del monoteísmo judío: Jesús no es el hijo de Dios sino un profeta más que se llama Isa, porque el Dios, Allah, es único e indivisible.

Y, a diferencia del judaísmo, que cree que son los judíos los portadores de la salvación, el islam tiene un carácter radicalmente universalista y no cree que haya algún tipo de pueblo elegido que tiene una misión especial, sino que es cualquiera: la religión no tiene fronteras. Y, justamente, su expansión se explica porque apela a gente de distintas etnias, culturas, edades y clases sociales.

El profeta Mahoma además era un comerciante y las tribus que había en la Meca dependían del intercambio y, por ende, de la movilidad.

Actualmente hay islam en el sudeste asiático, una porción importante de África y uno creciente en EE.UU.

Eso no significa que el carácter universalista esté asociado a coerción. La expansión del islam no está ligada necesariamente al establecimiento de un califato, de una autoridad política central que reúna a todos los musulmanes. Eso lo pueden creer los líderes del llamado estado islámico, pero eso es otra cosa. cosa.

Pero, aún si se hablara de un única autoridad política, bajo la forma de un imperio islámico, los grandes califatos islámicos – el Omeya, el Abasida, el de Córdoba, el Otomano – siempre tuvieron un carácter plural, podía haber judíos, cristianos y otras creencias en su interior coexistiendo con autoridades políticas islámicas, más allá de que los ciudadanos no musulmanes no tuvieron los mismos derechos - tenían que pagar impuestos especiales, por ejemplo-, pero dentro del islam hay formas propias de pensar la noción de tolerancia. 

En los califatos históricos, además, el califa no solía ser legislador. La administración del derecho tenía sus propias autoridades.

Ahora bien, no todas las formas de violencia política son censurables. No hubiera habido independencia de Colombia sin violencia, ni reivindicación del Estado de derecho y de los derechos clásicos liberales sin Revolución Francesa. Francesa. Hay violencias legítimas e ilegítimas.

No estoy haciendo, sin embargo, una apología de la violencia como fuerza creadora, en todo caso, porque generalmente da lugar a ciclos de retaliaciones que son autodestructivos y en el caso colombiano eso es evidente. Mis más reverenciados héroes políticos son pacifistas como Gandhi y Martin Luther King Jr.”

La Revolución Iraní en ese sentido fue bastante pacífica. En la fase inmediatamente precedente a la salida del Shah, y dado que las fuerzas de izquierda, más inclinadas a hacer uso de la violencia, habían sido fuertemente diezmadas, apenas hubo bombas Molotov y ventanas rotas de bancos. El proceso revolucionario iraní contra la dinastía Pahlavi es un ejemplo claro de una politización pacífica y antiautoritaria del islam.

Para citar:

Ramírez, C. (2019). El imam como ícono: la imaginación y la comunidad en Henri Corbin. En Treml, M. y Parra, L. Teología política e imagen (pp. 254-281). Colombia: Universidad de los Andes/Universidad Nacional.

Ramos, J. y Ramírez, C (Eds.) (2018). Ontología social: una disciplina defrontera. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia & Pontificia Universidad Javeriana, 2018.

Carlos Ramírez. Foto: Marcela Becerra
Silla Académica
Ontología social. Una disciplina de fronteraTeología política e imagen

En la movilidad hay inequidad

Entre la última marcha y la del próximo martes

$
0
0

Habrán pasado dos meses desde que sonaron por primera vez las cacerolas para protestar por las políticas gubernamentales y la marcha que se anuncia para el próximo martes, la pregunta es si entre entonces y ahora han cambiado cosas para que la molestia con el gobierno sea menor o mayor que la de entonces.

El gobierno sigue preguntándose por las razones de su impopularidad y parece hacerlo genuinamente lo cual es más grave que si lo hiciera solo por tratar de apaciguar y confundir. Abrió una “conversación nacional” que no genera expectativas más allá del propio gobierno y, como si el gobierno estuviera empezando, dice que está oyendo para identificar qué hacer.

No tener postura se convirtió en una táctica oficial para no enfrentar los problemas. Así lo hace con las reformas laboral y pensional y, en estos días, lo ha hecho con la regulación de esquemas de transporte mediados por plataformas digitales. En todos los casos: conforma mesas de trabajo, conversa, dice que es muy importante, que pronto se sabrá que es en el escenario del congreso donde se debe discutir, pero no asume postura.

No es fácil precisar, en una especie de pliego de peticiones, las razones de la protesta del 21 de noviembre, sin embargo, es claro que lo que se expresó ese día fue un sentimiento más o menos generalizado de retroceso, de que la actitud errática del gobierno pone en riesgo logros alcanzados. Claro, el primero el de la terminación del conflicto con las Farc, pero también otros importantes en materias ambientales, por ejemplo y varios en políticas sociales como los derechos alcanzados que se ponen en riesgo con las propuestas en materia de reforma laboral y pensional.

A esa sensación de desconcierto, casi de desgobierno, se sumó el reclamo por la precaria situación de los jóvenes, especialmente por las dificultades de acceso y permanencia en la escasa educación superior de calidad y por el desempleo que en esa franja poblacional bordea casi el 20%.

De las pocas cosas que el gobierno ha entendido es que el motor de las movilizaciones han sido los estudiantes, quizás por eso ha intentado responder a algunos de sus reclamos como la anunciada modificación de políticas de crédito del ICETEX y la preferencia para enganchar jóvenes en las nóminas oficiales, pero los estudiantes no reclaman solo, digamos, por lo suyo, sino por lo de todos que es, insisto, la percepción de estar retrocediendo.

Y en ese punto, la situación parece cada vez ser peor. Desde las últimas marchas hasta hoy: el asesinato de líderes sociales y de ex combatientes de las Farc ha vuelto a crecer; el gobierno ha anunciado que va adelante con la intención de usar la metodología del fracking para la explotación de hidrocarburos; el gobierno insiste en usar glifosato -que pone en riesgo la salud humana- para combatir los cultivos ilícitos; se aprobó la reforma tributaria que concreta la política económica del gobierno de dar beneficios a los empresarios con la promesa, hasta ahora incumplida, de que eso genera más empleo.

Es cierto que el gobierno ha hecho algunas concesiones para tratar de amainar la protesta, todas menores y no en el tema que genera esa percepción de desconcierto que es la actitud del presidente en relación con el acuerdo que permitió la desmovilización de 10.000 combatientes de las Farc. Quizás en la reunión que tuvo con algunos jóvenes esta semana pudo identificar esa sensación. Todos los grupos en los que dividió el trabajo pusieron como prioridad asumir un compromiso de cumplir el Acuerdo, tanto que la gran conclusión de la reunión fue que los jóvenes harían una especie de cuerpo voluntario de defensores del Acuerdo.

El presidente Iván Duque sigue sin mencionar el Acuerdo, nunca ha hecho un reconocimiento de lo positivo que puede haber sido. En cada escenario en el que podría hacerlo mantiene sus quejas, las mismas que lo llevaron a liderar la posición de los del NO, lo cual opaca los avances en la implementación e inevitablemente lo pone contra las cuerdas cada vez que asesinan un líder social o un ex combatiente.

Mientras tanto, la otra teoría, la de la “aplicación estricta de la ley”, ahora en sus manos, no muestra ser eficaz ni con el ELN, ni con las los disidentes de las Farc. Las víctimas de esos grupos no tienen ninguna expectativa de que los perpetradores vayan a parar a la cárcel, ni de que se sepa la verdad, ni de que vayan a ser reparados con los bienes de los victimarios, que son los reclamos que Duque le hace al Acuerdo.

Como si todo eso fuera poco, Duque parece avanzar en un acuerdo, por debajo de la mesa, con partidos políticos, que, de llegar a concretarse, inevitablemente será interpretado como que se abrió definitivamente el frasco de la “mermelada”. El Presidente parece que entregará lo único que todo el mundo le reconocía: que había establecido una relación no clientelista entre el legislativo y el ejecutivo.

En el gobierno confiaron que el receso de fin de año apagaba la protesta, incluso aprovecharon para hacer los anuncios del fracking y el glifosato. Eso demuestra que es cierto cuando dicen que no entienden por qué marchan. Seguramente se ilusionarán porque las marchas del próximo martes sean menores que las del noviembre, habrá que esperar las de marzo.

Opinión
Interactiva: 

El nombramiento que tensiona más la relación entre Quintero y el GEA

$
0
0

Daniel Quintero ganó la Alcaldía de Medellín sin la bendición del poderoso Grupo Empresarial Antioqueño, GEA, e incluso con tensión, porque hizo campaña criticando a empresas del Grupo, como Argos.

Aunque tras las votaciones hubo señales de acercamiento, el nombramiento de su gerente de EPM, la principal empresa pública de la regiones y una de las más grandes de Colombia, con la que el GEA tiene negocios, revivió la desconfianza.

Una desconfianza que hace mucha mella en Medellín, donde los empresarios suelen estar cerca a las decisiones de la administración pública, y más con un alcalde que ganó en parte por su imagen de independencia de la clase política (a pesar de los apoyos que recibió de políticos tradicional) y de la clase empresarial.

El nombramiento de la discordia

El trino del Alcalde de Medellín cuando anunció que el nuevo gerente de EPM sería el abogado conservador Álvaro Guillermo Rendón sorprendió incluso a personas cercanas a él.

 

El cargo más conocido de Rendón, y el que más replicaron en los medios, fue ser Auditor General de la Nación entre 2000 y 2002. En Medellín también tuvo visibilidad por haber sido gerente de la Cooperativa de Municipalidades de Antioquia entre 1994 y 1998. Antes de su nombramiento se desempeñaba como gerente de una firma de abogados con tres empleados, sede en Bogotá, que en 2018 tuvo utilidades por 58 millones de pesos.

Además de ser reconocido por sus cargos públicos, Rendón es conocido en algunos círculos políticos por haber sido secretario general del Partido Conservador entre 2004 y 2009, y haber formado parte de la comisión asesora del directorio de ese partido para reformar los estatutos en 2017.

De hecho, cuando en 2014  se postuló para ser candidato de la Corte Constitucional para la Contraloría General, en La Silla contamos que era un político conservador, originalmente de la línea de Fabio Valencia Cossio, que incluso fue candidato a la Gobernación de Antioquia en 2003, avalado por Convergencia Ciudadana.

Ninguno de esos datos apareció en los perfiles publicados, pero ese cariz político es una de las molestias que suscita su elección en el GEA, un conglomerado de empresas de la región que comparten socios y que incluye firmes poderosas en distintos sectores como Sura y Bancolombia en el financiero, Nutresa en alimentos o Celsia en energía.

También les molestó la forma en la que Quintero lo eligió, y que no hayan tenido en cuenta nombres que varios empresarios del GEA habían sugerido.

Un directivo gremial y dos empresarios del sector energético en Medellín nos dijeron que les parecía raro su perfil, porque usualmente el gerente de EPM ha sido ingeniero, financiero o administrador de empresas grandes, y Rendón no tienen ninguno de esos perfiles.

En cuanto a la forma, un alto ejecutivo de una empresa del GEA nos dijo “estábamos esperando que hiciera un proceso con un head hunter como prometió en campaña”. Una versión similar nos dieron otras dos personas cercanas al GEA.

Incluso personas que conocieron de primera mano el empalme quedaron sorprendidas con la forma.

“No tengo la menor idea de cuál fue el proceso y el procedimiento, después de 15 días trabajando lo de EPM nos enteramos por medios de comunicación de quién iba a ser el gerente. Cuando salió la información yo incluso pregunté si era cierto y me lo negaron”, nos dijo una persona cercana al empalme, que nos pidió que no dar su nombre para no polemizar y porque tiene buen concepto de Rendón.

Además, dos fuentes cercanas al GEA nos confirmaron que tanto el Grupo como otros empresarios le pasaron a Quintero varios nombres para llenar la vacante de EPM.

Entre ellos a Luis Fernando Rico, gerente de Isagén entre 2001 y 2017 y quien estuvo al frente de la construcción de Hidrosogamoso, por lo que tiene experiencia en los chicharrones asociados a grandes hidroeléctricas como la de Ituango (que maneja EPM).

Contactamos a Rico para confirmar esta información y no quiso referirse al tema, solo nos dijo “eso no tiene importancia”.

Para dos políticos cercanos a Quintero, la molestia del GEA es porque ellos no pusieron el gerente.

“Los empresarios de Antioquia siempre han querido meterle mano a EPM, lo que les molestó fue que esta vez el gerente no lo pusieron ellos”, nos dijo un político que estuvo acompañando a Quintero.

También aclaró que Rendón es amigo de Quintero desde hace varios años, tiene su confianza, y es un empresario exitoso y un abogado serio, y por eso no había ningún misterio su nombramiento.

Tratamos de contactar con Rendón a su celular para conocer su versión, y a Quintero a través de dos asesores de prensa y un secretario de la alcaldía, y no obtuvimos respuesta.

Pero en una entrevista en Hora 20 en la que le cuestionaron este nombramiento, Quintero dijo de Rendón “tiene una capacidad técnica, ha estado en los cargos más altos de la nación” y durante su posesión dijo que es "capaz de encontrar acuerdos donde muchos solo ven dificultades".

El episodio de EPM, según nos contó una fuente del GEA fue un “mal primer ladrillo para construir una relación” que se estaba recomponiendo tras un mal comienzo.

Un mal comienzo

En campaña Quintero, como contamos, decidió no recibir dinero a grandes empresas para no tener compromisos con los cacaos antioqueños (no sabemos si le ofrecieron o no donaciones), y sobre todo fue muy crítico con EPM por el manejo que le dio a la crisis de Hidroituango, algo que le dio mucha visibilidad en el arranque de la campaña.

“Construyó una campaña basada en atacar a Hidroituango, eso es populista oportunista e irresponsable”, nos dijo un ejecutivo de una de las empresas del grupo. Otras siete fuentes cercanas y del Grupo nos dijeron que declaraciones de Quintero como esta y los ataques a EPM les causaban desconfianza.

Sgún los reportes de Cuentas Claras,dos empresas del GEA (Bancolombia y Grupo Argos) hicieron donaciones que sumaron 80 millones de pesos a dos contendores de Quintero: el uribista Alfredo Ramos, su principal contendor y quien hoy es concejal tras haber quedado de segundo en las votaciones, y el exuribista Juan Carlos Vélez.

“Ramos era muy mal candidato, pero entre él y Quintero el GEA sin duda prefería a Ramos”, nos dijo una persona cercana al grupo.

Esa desconfianza se repite del otro lado.

“Los empresarios, en particular los del GEA, quisieron acusar a Quintero de petrista, le decían guerrillero, por eso él perdió en Laureles y en el Poblado (barrios de estrato alto en Medellín)”, nos dijo Iván Agudelo, senador liberal que fue el primer político de peso en Antioquia que se sumó a la campoaña de Quintero.

Ese evidente mal inicio de la relación entre el grupo empresarial más poderoso de Medellín y Antioquia, y el nuevo alcalde, tuvo luego un momento de distensión.

El acercamiento

Tras la elección, cabezas del GEA y Quintero se reunieron. 

No pudimos confirmar quién buscó el encuentro ni su agenda concreta, pero dos fuentes del GEA nos confirmaron que el encuentro se dio y que los empresarios quedaron un poco más tranquilos al escuchar al alcalde.

“Lo vieron con actitud muy abierta y también les generó tranquilidad que quiera meterle la ficha a la educación, de darle oportunidades a los jóvenes, donde puede haber alianzas con el sector privado”, nos dijo una fuente que trabaja en el GEA.

Quintero también incluyó a varios empresarios a su equipo de empalme, como Gonzalo Restrepo, que fue gerente del Grupo Éxito y estuvo en la junta de Proantioquia; Lina Vélez, presidenta de la Cámara de Comercio de Medellín; Fernando Ojalvo, vicepresidente administrativo del Grupo Sura (del GEA); o Azucena Restrepo, presidenta de Proantioquia (centro de pensamiento que tiene en su junta directiva a los cacaos del GEA).

“No lo conozco muy bien (a Quintero) pero en la parte que estuve del empalme vi que hizo la labor bien hecha. Fue muy serio, estuvo todo el tiempo ahí de 7 de la mañana a 7 de la noche”, nos dijo Restrepo, que acompañó las mesas sobre EPM.

Vélez, que acompañó el empalme en la parte de desarrollo económico, nos dio una versión similar. “Conocí a las personas que lo acompañaron en ese tema y a la persona que nombraron en esa secretaría me pareció muy competente y profesional, aunque no la conozco”, nos dijo.

Se refiere a Paola Vargas González, administradora de empresas de la Universidad de Antioquia y secretaria de Desarrollo Económico de Quintero.

También calmó los ánimos que haya metido en su equipo a Alberto Uribe Correa, exrector de la Universidad de Antioquia que sonó como secretario de Educación y quedó como asesor, y que haya nombrado como secretario de seguridad al general en retiro y excomandante de la Policía Metropolitana, José Gerardo Acevedo, porque una de las preocupaciones que tenían era la inexperiencia de Quintero en la ciudad y ellos podrían ayudarle a compensarla.

Esto nos lo dijeron extraoficialmente cuatro fuentes cercanas al GEA, y coincide con la opinión que dio el expresidente de Bancolombia (del GEA) y miembro independiente de la junta de EPM, Carlos Raúl Yepes en El Colombiano, cuando le preguntaron por los retos que tendría Quintero. 

”Esperamos tener una relación fluida desde Proantioquia, como instancia institucional”

David Bojanini

“Creo que tiene un par de desventajas grandes que habrá que esperar cómo las pueda solucionar por el bien de la ciudad: las relaciones con el Concejo donde no tiene las mayorías y el haber estado ausente de Medellín por algún tiempo”, dijo

Mientras David Bojanini,  presidente del Grupo Sura y una de las cabezas visibles del grupo, dijo en la misma publicación que uno de los temas claves que debería tener Quintero presente era rodearse de un equipo técnico e idóneo que conociera la ciudad.

“En ese sentido, esperamos tener una relación fluida desde Proantioquia, como instancia institucional para aportar conocimientos y capacidades a la administración pública y a favor del desarrollo de la ciudad y de la región”, le dijo al diario.

Eso es lo que se ve más difícil por el nombramiento de Rendón en EPM y por otras declaraciones que han sorprendido a los empresarios, que las tildan de populistas, como la propuesta de hacer una constituyente, para solucionar el paro nacional, o el trino en el que dijo que no se debían talar unos árboles para construir el túnel verde de Envigado, un municipio del que no es alcalde.

Cinco de los empresarios y dirigentes gremiales con los que hablamos nos dijeron que con menos de tres semanas como alcalde, es muy pronto para saber cómo va a ser la relación de Quintero con los empresarios, pero si es cierto el dicho que dice que en el desayuno se sabe cómo será el almuerzo, se esperan unos cuatro años de amores y desventuras entre Quintero y los empresarios del GEA.

Silla Nacional
Daniel Quintero Calle

Daniel Quintero Calle

Alcalde electo de Medellín

Interactiva: 

¿Viajar en tren si es lo mejor?

La Distrital es el laboratorio del proyecto de López

$
0
0
 

La nueva alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ha dicho que su gobierno no solo comparte los motivos del paro nacional que este martes tendrá su primera jornada de movilizaciones del año, sino que hace parte de él. 

Eso se pondrá a prueba no solo con cómo maneje las protestas, tras el debatido estreno de sus nuevos protocolos el jueves en la Universidad Nacional, sino en cómo enfrente las demandas de los estudiantes de la Universidad Distrital, que está en paro, discutiendo una reforma y azotada por un escándalo de corrupción, y en la que puede ella puede incidir directamente porque es presidenta del Consejo Superior y la Alcaldía pone casi todos los 300 mil millones de presupuesto anual de la institución.

En estos cuatro puntos se verá si ella se sintoniza o no con lo que piden los estudiantes de esa Universidad, que le puede servir como laboratorio para concretar su proyecto de escuchar y actuar ante las peticiones que abundan en la calle desde el año pasado, y que ella ha prometido atender con la propuesta de "hacer un nuevo contrato social":

1

Escuchar a los estudiantes justo cuando proponen una reforma grande

Estudiantes de la Distrital bloquearon el martes pasado la Carrera Séptima con calle 40, frente a la sede administrativa, para exigir la presencia de López, que en campaña se comprometió con ellos a respaldar su propuesta de crear una Asamblea Universitaria.

A partir de esa protesta Claudia convocó una sesión del Consejo Superior para el jueves pasado.

Crear la Asamblea es una reforma grande, que se convirtió en un punto de honor para los estudiantes que dicen que si no se aprueba, no levantan el paro. La decisión la puede tomar el Consejo Superior.

La propuesta es que haya una Asamblea mucho más amplia que el Consejo de nueve personas, pues tendría unas 115 personas (40 estudiantes, 40 profesores y 15 trabajadores trabajadores elegidos en elecciones internas, más 5 egresados y representantes de los directivos)

Aunque sería solo consultiva, y el Consejo mantendría la capacidad de decidir, ayudaría a legitimarlo o deslegitimarlo, pues tendría el derecho de discutir previamente decisiones gruesas como modificar los estatutos o la redacción del plan de desarrollo de la Universidad.

Hasta diciembre pasado, la creación de la Asamblea tenía sólo tres votos garantizados en el Consejo, según dos integrantes de él: los de los representantes de los estudiantes, de los profesores y de los exrectores.

En contraste, los dos votos del Gobierno Nacional (delegados del Presidente y de la Ministra de Educación), han planteado dudas jurídicas, y, según le dijo a La Silla una fuente que lo supo de primera mano, una política: que aprobarlo crearía un efecto dominó de asambleas en todas las universidades públicas, lo que dificultaría la toma de decisiones (hoy sólo hay una similar en la Universidad de Nariño).

En la sesión del Consejo que presidió el jueves la Alcaldesa, sin embargo, siete integrantes se comprometieron a votar a favor de crear la Asamblea en las próximas dos semanas (el estudiante, Julián Báez, no podía votar porque hace poco se le terminó el periodo, y el único que no estuvo de acuerdo fue el de profesores, que pidió aprobarla ese mismo día, algo que la mayoría consideró improcedente).

“En esas seis horas hicimos más de lo que hicimos en seis años”, le dijo a La Silla un integrante del Consejo que pidió reserva. “Creo que la mayoría cambió su posición en buena medida por la decisión de Claudia de transmitir la sesión en vivo. Allá la gente está acostumbrada a decir una cosa adentro y otra afuera, y ahí ya les tocó hablar a sabiendas de que todo el mundo los estaba viendo”.

“Lo que haremos en estas dos semanas no es arrancar de cero, sino revisar el proyecto que ya presentaron los estudiantes para presentar ese u otro con modificaciones al Consejo Superior. Queremos mirar en detalle que se ajuste a la Ley 30 (de Educación Superior)”, le dijo a La Silla Vacía la Secretaria de Educación, Edna Bonilla.

Los estudiantes, nos dijo Báez, consideran que están blindados jurídicamente, pues hicieron la propuesta después de discutirla con las directivas de la Universidad, cuyo rector, Ricardo García, dijo abiertamente que la apoya.

Como de la aprobación de la Asamblea depende que los estudiantes levante el paro, si se logra no solo ganarán ellos sino que López dará una muestra de que los escucha, algo que están reclamando del gobierno nacional estudiantes en todo el país.

2

Atacar la corrupción en medio de un paro que arrancó, precisamente, por corrupción

En octubre de 2019 estalló el escándalo porque Wilman Muñoz, entonces Director del Idexud, el Instituto que se encarga de hacer contratos con entidades externas para traerle plata a la Universidad, se habría robado de $10.400 millones.

Ese fue el detonante del paro que hasta hoy se mantiene, y que le echó combustible en Bogotá a las movilizaciones estudiantiles que hicieron parte del Paro Nacional que arrancó semanas después.

El escándalo estalló en plena carrera por la Alcaldía y López lo usó para hacer campaña, prometiendo combatir la corrupción allá.

A Muñoz la Procuraduría ya lo destituyó e inhabilitó por 20 años, pero eso fue insuficiente para calmar las aguas por la histórica corrupción en la Universidad.

Ahora López tiene un margen de maniobra para mostrar más resultados: en la sesión del Consejo Superior que presidió el jueves ordenó contratar una auditoría para revisar la contratación de toda la Universidad y no solo del Idexud, como acordó hacerlo el Consejo en febrero pasado (y contrató apenas el 27 de diciembre).

Eso es importante porque iría más allá del escándalo de Muñoz cuando los contratos de prestación de servicios son un hoyo negro, según le dijeron por aparte a La Silla el representante de los estudiantes, la Secretaria de Educación y un integrante del Consejo que pidió reserva.

Sus resultados servirán para dar luces sobre cómo es manejada la Distrital y dónde hay que poner más alertas para evitar que se roben la plata.

Sin embargo, dos factores que son fuente de descontento y que es difícil que la Alcaldesa logre solucionar de fondo, lo que muestra los límites de ese margen.

Por una parte, están los que hacen política dentro de la universidad (con plata de por medio, como hemos contado), en los que están metidos profesores, estudiantes y trabajadores.

Una fuente que conoce de primera mano las movidas del Consejo le contó a La Silla, por ejemplo, que personas cercanas al exconcejal Samuel Arrieta (que por mucho tiempo manejó los hilos de la Distrital) intentaron incidir entre algunos integrantes del Consejo durante la sesión para “tirarle duro a Claudia”, pero finalmente no pasó.

Por otra, el rector Ricardo García está deslegitimado ante los estudiantes, que son los que lideran el paro, porque el confeso corrupto Muñoz dijo en la Procuraduría que García estaba al tanto de las movidas ilegales de dinero.

Aunque que éste lo ha negado y la misma Procuraduría lo desestimó, los estudiantes han incluido la acusacién en sus protestas, como quedó claro la semana pasada. “Él no puede aparecerse en una reunión con ellos porque lo comienzan a tratar de corrupto”, nos dijo una fuente del Consejo.

La salida no parece cerca, pues García le dijo a La Silla: “Mientras no recupere mi reputación, no me voy”. Hasta ahora López no ha marcado distancia frente a él, aunque tampoco ha salido a defenderlo.

 
3

Facilitar el acceso a educación superior

La Distrital, nos dijo la Secretaria de Educación, Edna Bonilla, es el escenario natural en el que Claudia pretende comenzar a cumplir su principal propuesta en educación: crear una Agencia de ciencia, innovación y educación superior que garantice al menos 20.000 cupos de educación superior gratuita en cuatro años.

Es el escenario natural en tanto habrá un paquete de esos cupos que se abran en la Distrital, lo que le ayudaría a robustecerla aumentando demanda de sus programas.

Eso es clave en una ciudad en la que, de 45 mil estudiantes que se gradúan de colegios públicos cada año, sólo 26 mil acceden a educación superior; además porque la educación pública gratuita es una reivindicación general de movimiento estudiantil y muchos de los jóvenes que han salido a marchar.

La apuesta no está ganada, porque, como nos dijo la Secretaria, parte de esos cupos serán también para acceder a la universidad privada, y dependiendo de qué tanto termine fortaleciendo López a las públicas, y en particular a la Distrital, frente a las privadas, puede tensionar o distensiones su relación con los estudiantes.

 
4

Aplicar los nuevos protocolos para atender la protesta social

Junto con los estudiantes de la Nacional y la Pedagógica, los de la Distrital tienen la mayor capacidad de convocatoria para cualquier movilización en las calles de Bogotá, con la particularidad de que los motivos de su descontento también son locales, y por ello Claudia López puede incidir para atenderlos.

Y ya han demostrado que están dispuestos a salir a las calles así sea por fuera de la agenda del paro, como el año pasado, cuando antes de que comenzaran los cacerolazos salieron dos semanas a marchar tras conocerse el robo de los $10.400 millones (esa protesta es recordada porque el Esmad terminó lanzando gases a la entrada del Hospital San Ignacio).

Y como lo hicieron la semana pasada cuando bloquearon la Séptima para pedir que López les definiciera si estaba jugada o no con aprobar la Asamblea. Fue una protesta que se disolvió sin la intervención del Esmad, pero eso no quiere decir que la Alcaldesa los tenga ganados, sobre todo después de que algunos de sus estudiantes participaron en las protestas frente a la Universidad Nacional del jueves.

Ese día se pusieron a prueba los nuevos protocolos para atender la protesta social que creó esta Alcaldía y que parten de privilegiar el diálogo y la sanción social contra los violentos antes que al Esmad, que seguirá usando como última opción. 

Aunque privilegiar el diálogo marca una diferencia frente a Peñalosa, que siempre estuvo caído frente a los estudiantes, está por verse si con esos nuevos protocolos López logra menguar las tensiones entre estudiantes y Alcaldía, teniendo en cuenta que tan sólo contemplar la intervención del Esmad ya lo rechaza de plano buena parte del movimiento estudiantil y la izquierda.

“Se notó la intención de cambiar frente a la Alcaldía pasada, pero los policías siguen siendo los mismos, y los gestores de convivencia son paños de agua tibia porque no tienen capacidad de decisión”, le dijo a La Silla una estudiante de la Distrital que estuvo en las protestas del jueves.

El mismo Gustavo Petro, que en su campaña presidencial movilizó a un grueso de los estudiantes universitarios, ya dijo que “es más de lo mismo”, por lo que López tiene el reto de no quedar ante los estudiantes como una Peñalosa II en ese aspecto..

 

 
Claudia López, en la sesión del Consejo Superior de la Universidad Distrital, que presidió el jueves pasado. Foto: Alcaldía de Bogotá.
Silla Nacional
Claudia López

Claudia López

Alcaldesa de Bogotá

Interactiva: 

De Peñalosa a Duque (y Holmes Trujillo)

$
0
0

Como revelamos en nuestro En Vivo, todo está listo para que el presidente Iván Duque nombre a Jairo García Guerrero, un politólogo que ha hecho toda su carrera en temas de seguridad, como viceministro de defensa para la estretagia y planeación.

Con eso

  • llega un funcionario de la alcaldía de Enrique Peñalosa al Gobierno Nacional, pues García viene de ser su Secretario de Seguridad durante año y medio, y antes había sido subsecretario durante otro tanto.

  • sale de su cargo uno de los últimos funcionarios que se mantuvieron desde el Gobierno Santos, la viceministra Mariana Martínez.

  • aterriza en el equipo de Carlos Holmes Trujillo es alguien con experiencia concreta en el manejo de movilizaciones sociales, como asl convocadas para mañana: García estuvo al frente de la estrategia de seguridad para el manejo de las marchas del paro. Además, es un experto en seguridad urbana, pues antes de los tres años en el Distrito, fue durante más de 8 años el director de seguridad ciudadana de la Cámara de Comercio de Bogotá, aunque no tiene experiencia en seguridad rural, clave para la lucha contra grupos armados.

Su llegada al Ministerio se suma a la del almirante en retiro David René Moreno, quien se posesionó el jueves pasado como viceministro psra el Gsed, el grupo empresarial del sector que reúne a 18 empresas como Indumil o los astilleros de Cotecmar.

Moreno, fue segundo comandante de la Armada y jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares en los gobiernos de Álvaro Uribe. Luego fue presidente del influyente Cuerpo de Generales y Almirantes en retiro, CGA; entre 2013 y 2015, tiempo en el que fue muy crítico de las negociaciones con las Farc.

Con eso, de los tres viceministerios de Defensa solo uno sigue en manos de la misma persona que estaba con Guillermo Botero: el de políticas y relaciones internacionales, que maneja la abogada Diana Abaúnza, experta en derechos humanos y pareja del alto consejero presidencial para la Seguridad, Rafael Guarín.

Silla Nacional
Interactiva: 

Detector: Colombia no es el país más corrupto del mundo según Transparencia Internacional

$
0
0

Desde hace tres días se está moviendo en redes una nota de El Heraldo que asegura que un estudio ubica a Colombia es el país más corrupto del mundo. 

A raíz de que uno de nuestros usuarios nos pidió que verificaramos su veracidad, y como ha sido compartido cerca de tres mil veces, le pasamos el Detector de Mentiras y encontramos que la nota es falsa.  

Así se ve la publicación de El Heraldo: 

No es cierto que Colombia sea el país más corrupto del mundo según el índice de Transparencia Internacional.

La nota de El Heraldo confunde dos fuentes diferentes sobre corrupción, y por eso llega a un conclusión errada. 

El 16 de enero se revelaron los resultados de una encuesta de percepción sobre corrupción de la revista US News & World Report, famosa por sus rankings como el de mejores universidades de Estados Unidos.

Colombia quedó de último en esa encuesta en el punto que se refiere a corrupción, que hizo la revista por medio de una encuesta a más de 20.000 personas de 36 países para armar su ránking de "mejores países". Es decir, el eje de la encuesta no es la corrupción acá está su explicación de su metodología.

De hecho el ránking solo tiene 73 países (en la ONU hay 193 Estados) porque en pos de buscar "los mejores" solo incluye los que estén en el top 100 de países con mayor PIB, mayor inversión extranjera y mayores ingresos de turistas, y en el top 150 del Índice de Desarrollo Humano de la ONU.

Eso significa que no tuvo en cuenta más de 120 países, entre los que puede haber algunos percibidos como más corruptos por los encuestados; no están algunos tan grandes como Iraq, Angola y Tanzania

Por eso, el ranking no significa que Colombia sea el país más corrupto del mundo, como titula El Heraldo, sino el más percibido como corrupto entre los 73 "mejores" países. 

Tampoco es cierto que esos resultados tengan como fuente a Transparencia Internacional, la ONG internacional más reconocida en el área de lucha contra la corrupción, que tiene su propio índice, construido específicamente para entender la percepción de la corrupción y no para entender los mejores países.

Como la misma ONG ha trinado, solo este jueves se conocerá su ranking de Percepción de Corrupción.  

Ese índice clasifica la percepción del sector público basado en la percepción de corrupción en aspectos como la gestión de recursos públicos, la contratación estatal y la sanción judicial efectiva en casos de corrupción. La escala va de 0 a 100, donde 0 es muy corrupto y 100 muy transparente.

Durante cuatro años seguidos, Colombia mantuvo la calificación de 37 puntos, pero en 2019 bajó a 36. Está en el puesto 99 entre 180, lejos de ser el peor (aunque con un puntaje bajo, que muestra muchas falencias).

Para Andrés Hernández, director ejecutivo de Transparencia por Colombia, las metodologías son totalmente diferentes y no tienen ningún tipo de relación.

“Tendremos una serie de elementos metodológicos que van a dar una perspectiva muy distinta a este artículo que se ha conocido respectivamente, cuya metodología respetamos, pero lamentamos decir que ese tipo aseveraciones no coinciden con ningunos otros instrumentos que se han desarrollado por muchos años”, dijo en entrevista con Blu Radio. “No hay ninguna relación entre ese indicador que tiene US News y el índice de corrupción de Transparencia Internacional”

Por lo anterior, calificamos la nota de El Heraldo como falsa porque no es cierto que Colombia sea el país más corrupto del mundo, según Transparencia Internacional. 

Silla Nacional
Interactiva: 

Robledo se lanza cuando la calle le da la razón, pero no solo a él

$
0
0

Ayer el senador Jorge Enrique Robledo lanzó su nombre para competir por la candidatura del Polo Democrático a la Presidencia en 2022. Se postuló con un proyecto de convergencia nacional y aprovechando que la inconformidad con el status quo, que ha sido su bandera durante los últimos 30 años, está más viva que nunca en la calle. Su reto será alinearse con el nuevo lenguaje del descontento, que se parece en espíritu al suyo, pero no necesariamente en el contenido.

En entrevista con La Silla, Robledo explicó que su propuesta es promover un gran pacto nacional alrededor de la cero tolerancia a la corrupción, de crear más empleo de calidad particularmente para los jóvenes; de impulsar el sector productivo; y promover acciones en defensa del medio ambiente y del Acuerdo de Paz.

Son banderas que el senador del Polo lleva defendiendo desde que entró a la política en 1974, y de las cuales nunca se ha apartado.También reflejan el grueso de las peticiones de los que se han movilizado desde el 21 de noviembre del año pasado.

“El país luego de intentar un modelo neoliberal ahora le da la razón a Robledo con las protestas” dijo Aurelio Suárez, panelista de Blu Radio y mejor amigo del precandidato, explicando que el senador viene toda su vida política criticando el modelo económico del país. 

Por ejemplo, Robledo siempre ha criticado el modelo pensional colombiano con los fondos privados, y el rechazo de los del paro a la reforma pensional que impulsa el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y que busca fortalecer esos fondos hasta el punto de “marchitar colpensiones”.

Algo parecido ocurre con el desempleo, pues el crecimiento de éste es combustible del paro y Robledo siempre ha criticado que la economía no se dirija a incentivar la industria nacional, que a su juicio fomenta el desempleo.

Aunque Robledo mantiene sus banderas de siempre, su propuesta evoluciona en la línea que arrancó con la Coalición Colombia que formó con Sergio Fajardo y Claudia López para las elecciones de 2018 de ser una bisagra de unión para el país, más que una voz que habla exclusivamente desde la oposición, el lugar que durante años ocupó Robledo.

“Ningún país ha logrado hacer las cosas sin un pacto nacional que permita que les vaya bien a todos”, dijo Robledo a La Silla Vacía.  

Aunque él fue explícito con La Silla en que no quiere encasillarse en un rótulo de izquierda o de derecha, su propuesta de convergencia nacional lo acerca más al centro que a la izquierda que disputará con Gustavo Petro, si el jefe de la Colombia Humana también compite por la Presidencia. En el centro, competirá de entrada con Fajardo, que también aspirará a suceder a Duque.

La ventana de oportunidad 

Las movilizaciones ciudadanas de los últimos meses han mostrado una fractura entre el establecimiento político tradicional y sectores significativos de la población, lo que le abre una ventana de oportunidad a los políticos que han abogado por un cambio en la forma de gobernar y de élite que ha detentado el poder.  

Una oportunidad que Robledo aprovecha lanzando su candidatura justo un día antes de la primera movilización del año.

“Yo soy un convencido de que la lucha social es parte de la democracia y mi propuesta es muy coincidente con lo que están pensando los del paro”, dijo Robledo a La Silla. “Pero no me considero dueño del paro ni esta presidencia está montada sobre el paro. Respeto mucho a los del Comité”.

Robledo es cercano a una de las dos organizaciones grandes de estudiantes, Acrees, que forma parte del Comité del Paro. La otra -Unees- tiene organizaciones más afines a Gustavo Petro, como lo mostró esta historia

Tres de los 16 miembros más representativos del Comité del Paro -el presidente de la CUT, Diogenes Orjuela; Óscar Gutiérrez, director ejecutivo de Dignidad Agropecuaria Colombiana y amigo personal de Robledo; y Jennifer Pedraza, de Acrees- pertenecen al Moir, movimiento liderado por Robledo.

Esa cercanía de Acrees con el Moir explica, por ejemplo, las pancartas que exhibieron en el 21N algunos estudiantes pidiendo que Colombia se saliera de la Ocde, el club de los países ricos a las que entró el país durante el Gobierno Santos. 

Sin embargo, la movilización de las calles desborda las organizaciones representadas en el Comité del Paro y la cercanía con organizaciones sindicales o estudiantiles poco ayudará a la candidatura de Robledo si no logra conectarse con el lenguaje y los intereses de los que marchan. 

“Los estudiantes que se movilizan están menos interesados en temas económicos en general que en temas particulares de la educación superior”, explicó a La Silla la analista Sandra Borda, quien está próxima a publicar un libro sobre las movilizaciones recientes. “Les interesa la resolución de temas del Icetex y revisión de políticas como Ser Pilo Paga. El resto es una cosa más de cultura política y menos de cultura económica”.

Como lo ha documentado La Silla, mucho de los que marchan son escépticos de los partidos políticos e incluso de organizaciones como los sindicatos; se movilizan más alrededor de causas más contemporáneas como el medio ambiente y el feminismo que alrededor de temas más tradicionales de izquierda relacionadas con el modelo económico como la sustitución de importaciones que defiende Robledo o una mayor participación del Estado en la economía.  

Esto se vio claramente en las pasadas elecciones presidenciales, en las que Robledo no solo tuvo que bajar su candidatura en favor de Fajardo, sino que tampoco logró aglutinar a las bases de su propio partido detrás de la Coalición Colombia. Los militantes de izquierda se fueron todos con Petro.

Por eso su mayor reto será poder capitalizar políticamente su bandera del descontento justo cuando éste desborda la calle, y a la vez no ser visto como parte del viejo establecimiento político que quieren cambiar los que marchan.

Foto:Twitter
Silla Nacional
Interactiva: 

Duque apunta a los jóvenes para bajarle la caña al 21E

$
0
0

Mientras el Comité del Paro convocó a algunas marchas, plantones y cacerolazos para hoy para volver a mover el Paro, en la última semana el presidente Iván Duque ha anunciado un decreto para garantizar plazas de empleos públicos para los recién graduados y una reforma al Icetex, e inició la ‘Conversación Nacional’ con los jóvenes.

 

Las tres cosas tienen como centro a los jóvenes, uno de los principales motores de las marchas de fines del año pasado. Pegan directamente en reclamos sobre empleo y educación para ellos, y hacen parte de la estrategia del Gobierno para quitarle fuerza a las movilizaciones, que preocupan en Palacio.

Acelerar para mandar mensaje

Tras un mes de marchas y movilizaciones, en diciembre el Gobierno se dio cuenta que “el tema de la juventud está muy en el fondo de lo que está pasando en Colombia”, según nos dijo Diego Molano, coordinador de la ‘Conversación’, para explicarnos el por qué de los anuncios.

“En lugares como Cali y Medellín fue súper evidente que había problemas con los jóvenes. La mayoría de las propuestas virtuales (11 mil) eran de angustias de los jóvenes, como el empleo o el Icetex”, nos dijo. “Entonces dijimos: aquí podemos concentrar los esfuerzos porque ahí están los que tienen más insatisfacciones y problemas. Inclusive las preocupaciones de otros ciudadanos tienen que ver con juventud”.

Por eso, como contamos en diciembre, decidió abrir como nueva línea temática de la ‘Conversación Nacional’ a la juventud (se sumó a otras como ambiente o economía). 

También decidió acelerar la expedición del decreto que ordena que las entidades públicas dediquen el 10 por ciento de las nuevas plazas laborales para recién graduados sin experiencia -lo lanzó el 10 de enero-, y anunciar, días antes, que en marzo radicará una ley para reformar el Icetex, una de las entidades más criticadas por los jóvenes por los intereses que cobra a los créditos para estudiar.

De las tres movidas, el eje es la ‘Conversación’, que arrancó pese a que los jóvenes que están en el Paro declinaron la invitación. 

“A varios compañeros nos invitaron, analizamos que esa conversación busca es legitimar la política del Gobierno y usar a los jóvenes y que Duque diga que conversa. No queríamos ser instrumento para eso”, nos dijo Julián Báez, representante de los estudiantes de la Universidad Distrital y de la Unees (Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior) en el Comité del Paro hasta 2019.

Él y los otros estudiantes sentados en el Comité, que pertenecen a las organizaciones Unees y Acrees, ya se habían negado a reunirse con Duque en noviembre.

En contraste, a la primera reunión de la mesa de juventud en la Conversación, el pasado 10 de enero, llegaron miembros de Fenares, organización que agrupa a los representantes estudiantiles de universidades regionales, que tienen distancias con Unees y Acrees (Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles, también en el paro) pero también han marchado.

Eso es otra muestra de la estrategia del Gobierno de dividir a los grupos que se le oponen, como hizo con el paro estudiantil de 2018, cuando firmó un acuerdo con rectores de universidades para tratar de quitarle fuerza a las marchas, o en la Minga de 2019.

Y en este caso puede ganar espacios en sectores que no hacen parte del Comité del Paro.

Una ‘conversación’ diferente, pero con toques de yo con yo

Hablamos con 14 de los asistentes a la primera ‘Conversación’ de la semana pasada y estarán en las siguientes tres sesiones; tres de ellos nos contaron que llegaron invitados de los ministerios de Interior y Educación, y otros dos consiguieron cupos por amigos que tenían del Gobierno. Otros nueve explicaron que los llamó Colombia Joven o la Vicepresidencia.

Asistieron más de 150 personas y la convocatoria fue múltiple.

”El tema de la juventud está en el fondo de lo que pasa”

Diego Molano

Colombia Joven abrió cupos para las direcciones de juventudes de los partidos (fueron los de centro y derecha: Liberal, Cambio Radical, Mira, Conservador, Centro Democrático y Colombia Justa Libres y un concejal verde), además de representantes de regiones, Lgtbi, universidades, colegios, grupos de voluntarios de Bogotá y plataformas y organizaciones para que fueran.

Algunos habían asistido una semana antes a la presentación del decreto de empleo. “Ese día estaban muy libreteados”, nos dijo una asistente, quien contó que la ‘Conversación’ días después no la notó acartonada.

Si bien 12 de los 14 jóvenes que asistieron nos dijeron que participaron de cacerolazos y salieron a marchar el 21N (solo dos, que son uribistas, nos dijeron que no lo hicieron) ninguno continuó en la calle por razones que van desde el cansancio hasta el rechazo a las 104 peticiones que hizo el Comité en diciembre.

Eso muestra que en la ‘Conversación’ participan jóvenes que no son cercanos al Gobierno, no encontramos ninguno que refleje a los marchantes más duros.

”No asistimos para no legitimar”

Julián Báez, Unees

“Uno en las calles ve gente que ni estudia ni trabaja, universitarios y eso. Pero en la mesa uno vio ciertas élites que siempre están ahí”, nos dijo Daniel, otro asistente.

De hecho, Unees y Acrees ven en esta mesa una estrategia para desviar la atención (y otros cinco consultados que no hacen parte de estos grupos).

“No dudo que esto es una respuesta del Gobierno al factor de los jóvenes. Dicen que estamos ahí pero no estamos”, nos dijo José Pedraza, de Acrees.

El Gobierno fue cuidadoso también en cambiar la metodología con esta mesa. A diferencia de las demás de la Conversación Nacional, para la de juventud Planeación Nacional contrató moderadores y facilitadores para tener charlas de tú a tú en 14 mesas con ministros (fueron 10), directores de entidades, o consejeros de Duque.

”No sentimos que nos dejaran en visto”

Lina Amaya, Fenare

“Antes (2019) esas mesas eran un consejo comunitario”, nos dijo Maria Paula Macías de la organización Lidera el Cambio, que había asistido a la de medio ambiente y subraya la diferencia.

Eso gustó: “había representantes duros del Gobierno, no mandaron delegados de segundo nivel. Eso legitima la mesa y no nos sentimos como que nos dejaron en visto”, nos dijo Lina Amaya, de Fenares.

En la charla salieron tres temas recurrentes: empleo, educación y participación. La idea para las sesiones siguientes es estudiar propuestas para ellas, y así en marzo el Gobierno podrá definir cuáles convierte en proyectos de ley y cuáles incluye en el Conpes de juventud que prometió la consejera presidencial para las regiones, Karen Abudinen.

Según Cristian Romero, de la mesa de partidos y militante liberal, las exigencias del Paro no estaban ahí. Por ejemplo, él pidió que revivieran las elecciones de consejos de juventud, algo que Colombia Joven prometió mover, “pero eso no tiene nada que ver con las movilizaciones”, nos dijo.

Eso deja al Gobierno con el reto de mostrar resultados que desincentiven a los jóvenes de marchar, pero el tiempo juega en contra.

El 21E es solo la primera prueba

Tener metas medibles para mostrar en marzo, cuando Duque ha dicho que terminará la Conversación, podría ayudarle a bajar la sensación de que está desconectado con las exigencias de la gente, algo que ha alimentado las marchas.

El mismo Molano acepta la dificultad de mostrar resultados en mes y medio. Por ejemplo, la más inmediata, como el decreto del empleo juvenil, es una meta “a mediano plazo”, nos dijo. 

Por eso, en los últimos días Duque ha pedido a sus ministros, en privado, que aceleren sus manuales internos para ajustarse a esa nueva norma, contratar personal y comenzar a mostrar resultados.

Encima, para algunos jóvenes queda la duda de si esos contratos quedarán convertidos en corbatas, fichas de políticos. 

“Hay que cambiar manuales, hay que abrir plazas y evitar que entre gente del mismo Gobierno”, nos dijo Daniel, otro asistente. 

Incluso en la militancia uribista ven el decreto solo como un inicio: “el 10 por ciento es bajito, hay que ampliarlo a los privados”, nos dijo Laura Medina, excandidata al Concejo.

Mientras esos resultados pintan distantes, si es que llegan, temas de coyuntura pueden avivar la llama de las marchas entre los jóvenes, desde el escándalo de chuzadas del Ejército, hasta la salida de Uber del país (hay conductores planeando sumarse a las protestas de hoy), más hechos virales como que Presidencia haya hecho énfasis en que Duque dio dulces a niños en Bojayá.

Por eso, hoy será una prueba del liderazgo del Comité del paro, que se verá si mantiene la capacidad de convocatoria que en diciembre estaba disminuyendo.

Aunque vienen más pruebas pues la próxima semana, entre el jueves 30 y el viernes 31, habrá otra manifestación de unos 1.400 delegados nacionales de las organizaciones que conforman el Comité, que llegarán a Bogotá.

Silla Nacional
Iván Duque Márquez

Iván Duque Márquez

Presidente de la República de Colombia

Interactiva: 

Un impuesto al vicio… de la desigualdad

El paro reinicia hoy pero le apuesta a marzo

$
0
0

Hoy son las primeras movilizaciones del año, que para el Comité del Paro son apenas un primer calentamiento para su meta: que en marzo haya jornadas como las de noviembre y diciembre. ºMarzo, cuando estén más organizados, pero también cuando vuelve a sesionar el Congreso y cuando el Gobierno ha marcado el fin de la Conversación Nacional, su gran respuesta al paro.

Así se lo confirmaron a La Silla tres de las cabezas del Comité, que coinciden, por aparte, en que la protesta de hoy es un calentamiento y un mensaje a la sociedad de que el paro no para.

William Agudelo, cabeza de la Asociación Distrital de Educadores y miembro del Comité del Paro, aclara que todo lo que pase antes de marzo es "para ir preparando" ese momento.

Con él coinciden Luis Fernando Arias, consejero mayor de Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic; y Francisco Maltés, directivo de la Central Unitaria de Trabajadores, la mayor confederación sindical del país, que puntualiza que lo que organizaron hoy no es una jornada de paro sino un cacerolazo. 

Por eso, además de la convocatoria de hoy para mantener viva la movilización, tienen agendada una reunión nacional el 30 y 31 de este mes para definir la agenda de febrero, que puede traer más jornadas de protestas, y el paso a paso para el paro en marzo.

¿Qué tiene marzo?

Las primeras sesiones del Congreso de cada año arrancan el 16 de marzo y terminan el 20 de junio. Son solo tres meses en el que suelen terminar de sacar adelante proyectos que arrancaron en julio del año pasado, o presentar otros que tengan tanta fuerza o urgencia para que pueden salir adelante en corto tiempo.

La apuesta del presidente Iván Duque es que este año en ese período salga adelante una agenda que le podría dar gobernabilidad, y que es ambiciosa en dos sentidos:

  • Que aterrice el acuerdo legislativo que está terminando de negociar con la bancada de Cambio Radical, con lo que Duque (y Cambio) tendrían logros legislativos.

  • Aunque la agenda no está definida todavía, Cambio Radical presentó un arsenal de proyectos como reformas a la salud y a la justicia, o leyes de consulta previa y de cielos abiertos para facilitar la aprobación de rutas aéreas. Si Duque logra negociarla, Duque conseguiría los 16 votos del partido de Vargas en Senado, con lo que obtendría una mayoría absoluta allí, y otros 32 en la Cámara (donde le faltan 29). Así, aseguraría sacar adelante sus proyectos en el Congreso.

  • Que sirva de respuesta al descontento que alimenta las movilizaciones, pues la propuesta de Duque es que la conversación nacional sirva para “edificar un camino significativo de reformas”, como dijo en la alocución en la que la presentó. Si consigue concretarla, ganaría legitimidad en la calle incluso manteniendo su negativa a negociar directamente con el comité del paro (con el que se reunió pero no abrió una mesa para negociar).

La dificultad es lograr que las dos agendas coincidan, ya que representan dos miradas distintas del país y sus necesidades. 

Y si bien la de Duque no necesariamente es idéntica a la de Cambio, sus posiciones ideológicas son cercanas y, sobre todo, cerrar ese acuerdo le resulta indispensable a Duque para ganar gobernabilidad en el Congreso.

La distancia entre la agenda de Cambio Radical y la de la movilización en la calle se nota en el tema de la consulta previa. Mientras los afros e indígenas, dos sectores que están en el paro, buscan una consulta amplia y que les de mucho poder, Cambio y Vargas llevan años liderando proyectos para regularla y acotar su injerencia para poder sacar proyectos de infraestructura de manera más ágil.

Algo similar puede pasar con la reforma a la salud de Cambio Radical, que mantiene las criticadas EPS (Duque no tiene una propia, pero su visión de un Estado pequeño encaja con mantenerlas).

Por eso, en los dos meses que vienen probablemente haya un pulso sobre la fuerza y vigencia del sacudón que dieron las marchas del año pasado, con el Gobierno buscando mostrar que no fue tanto, que el comité no es el vocero de los cacerolos y que su conversación nacional con sectores que van mucho más allá de ellos soluciona lo necesario, y quienes impulsan el paro señalando lo contrario.

Esa carrera entre la conversación nacional y el paro para ver cuál llega con más fuerza al 16 de marzo quedó patente en una pancarta en plena Plaza de Bolívar, a donde llegarán los manifestantes hoy

Interactiva: 

Los barristas le ponen pasión al paro

$
0
0

Las movilizaciones sociales que reiniciaron ayer tienen como motor un descontento múltiple y difuso, y se han movido gracias a diferentes grupos organizados, que van más allá de los sindicatos u organizaciones sociales que tradicionalmente impulsan la movilización. Uno de los más visibles, y también más sorprendentes, son los barristas de fútbol.

Es sorprendente porque ser miembro de una barra de fútbol usualmente se relaciona con violencia e ilegalidad y no con activismo político ni posturas ideológicas, una asociación que quizás pueden cambiar imágenes como las que se han visto estas semanas.

Por ejemplo, en Bogotá el 21N salieron unos 400 barristas de Santa Fe

Y también hubo de Millonarios,; en Medellín lo hicieron hinchas del Nacional y el DIM 

Y en Santa Marta los del Unión

 

En Cali, incluso, las barras del América y el Cali, usualmente rivales, se sumaron para apoyar la marcha

Eso, por no contar la de barristas de Millonarios evitando saqueos en un supermercado al sur de Bogotá durante la escalada de violencia del 22 de noviembre, que junto con las manifestaciones anteriores pueden ayudar a que ser barrista gane legitimidad, y que lo mismo ocurra con el poder que ya han mostrado esos grupos.
 

¿Por qué salen?

El principal motivo para que los barristas se hayan sumado al paro es uno muy sencillo: la edad.

”Siempre hemos apoyado los paros, aunque no en masa como lo hemos hecho desde el 21N. Eso se debe sobre todo a que tenemos estudiantes en la barra.”

Jhon Solano, líder de Comandos Azules

“Nosotros siempre hemos apoyado los paros, aunque no en masa como lo hemos hecho desde el 21N. Eso se debe sobre todo a que tenemos estudiantes en la barra.” dice Jhon Solano, uno de los líderes de Comandos Azules, la principal barra de Millonarios.

Según explica Diego González, ‘Piojo’, uno de los siete coordinadores de la Guardia Albi Roja Sura, de Santa Fe, la decisión sí incluye la juventud, pero no solamente: dice que se sumaron al 21N “por tres razones: la desfinanciación de la educación superior, porque tenemos muchos estudiantes; y por las posibles reformas pensional y laboral, porque eso afecta a familias como las nuestras.”

Salieron por esos y muchos otros motivos, como nos dijeron varios al preguntarles durante las marchas, pero no salieron solo como jóvenes, sino como barristas. Eso porque ser miembro de una barra da un pegante social fuerte, una sensación de pertenecer a una comunidad, y cuando ella decide salir, algunos que podrían tener menos inclinación a hacerlos se suman.

Como dice un integrante de la barra Frente Radical del Cali (que pidió no citarlo con su nombre para hablar con libertad), “En las barras hay de todo desde droga hasta movimientos culturales, hay delincuencia, gente estudiada, de movimientos sociales, estudiantes, desempleados... hay un encuentro social de gente de estrato 0 hasta el 6. Esa diversidad es lo que le da la potencia, la fuerza y que hace que no se acabe, porque es mucha gente con un mismo ideal y pasión”.

Como tiene esa diversidad y la motivación de la pasión, una barra puede fomentar la inquietud política entre sus miembros.

Así lo explica Maicol Giraldo, miembro de Rexixtenxia Norte, barra del Independendiente Medellín, “las barras europeas han sido un ejemplo en la medida en que nos han hecho “cuestionar y repensar el rol del futbol en la sociedad (...) el fútbol es un lugar transformador de cultura”.

Esa idea de que el fútbol puede transformar la sociedad se concreta en el llamado barrismo social, que ha ido creciendo y las ha llevado a hacer trabajo social en sus ciudades, en los barrios; por ejemplo, en Rexixtenxia van hacen charlas en colegios y barrios marginales para hablar contra la violencia y Fortaleza Leoparda Sur, en Bucaramanga, tienen una fundaciòn desde 2016 para canalizar donaciones para eventos como donar regalos o cuadernos a niños pobres.

Como dice Giraldo, la idea es “utilizar el fútbol como un medio y una excusa para que las personas reaccionen y nos unamos como grupo social organizado”. De hecho, las mismas barras se han organizado y la mayoría de ellas son parte de Barras colombianas por la convivencia, un colectivo que busca justamente incentivar esa forma de barrismo, que puede incentivar la sensibilidad social e incluso política.

Eso se nota en cómo terminó la Guardia Albi Roja en el paro, según ‘Piojo’: 

“Cuando ya comenzaba a hablarse del paro del 21 de noviembre líderes de parches, por ejemplo de Bosa y Engativá,comenzaron a cuestionar que la barra no se involucrara. Así que dimos el debate y terminamos decidiendo salir, además porque sabíamos que otras barras en otras ciudades iban a salir”.

”Cuando ya comenzaba a hablarse del paro del 21N líderes de parches (...) comenzaron a cuestionar que la barra no se involucrara”

Diego González, líder de Guardia Albi Roja

También se debe a que en otros lados las barras también han ganado liderazgo, como dice David Pombo, líder de la Garra Samaria Norte: “Las barras colombianas tomamos como referencia lo que hacen las barras chilenas, que participan activamente en los eventos sociales del país y fueron claves en las protestas de finales del año pasado”.

Aunque Gustavo Petro les pidió que se sumaran al paro, el liderazgo no viene de él.

“En la barra sí se nota una mayoría antiuribista, pero eso no quiere decir que seamos petristas. Yo, por ejemplo, trabajé en la Alcaldía de Petro como parte del programa Goles en paz, pero ese man me parece un ególatra al que nos tocó decirle en la Alcaldía que así estuviera acompañando nuestros procesos no íbamos a ser un brazo político de él.”, cuenta ‘Piojo’.

Con todo eso, los barristas son un poder nuevo y que puede estar en ascenso, sobre todo en la medida en que el barrismo social sume más miembros y revierta su mala imagen

Un poder nuevo y creciente

Algunos barristas ya se sienten poderosos. No en el estadio amilanado a un rival, sino en la calle

“Somos un nuevo poder social que estaba despierto: masas del deporte que estaban siendo mal utilizadas”. dice Giraldo, de Rexixtenxia. Otros barristas suman números.

“El 21N sacamos 1.500 personas oficiales de la barra en Medellín y 10.000 en todo el país, con camisetas, banderas y trapos (pancartas). Un grupo que solo superan los sindicatos y los estudiantes”, dice Felipe Muñoz, de Los del Sur. 

”“El 21N sacamos 1.500 personas oficiales de la barra en Medellín y 10.000 en todo el país (...) Un grupo que solo superan los sindicatos y los estudiantes.”

Felipe Muñoz, líder de Los del Sur

Los de Fortaleza Leoparda Sur calculan que llegaron 2 mil personas al punto al que convocaron ellos solos, sin apoyo de otras organizaciones, el 21N; los Comandos Azules calculan haber sumado unas 800 personas en Bogotá; y Luis García, de Barón Rojo Sur del América, cuenta unas 100.

Ese poder ya ha tenido impacto político.

Por ejemplo, Fortaleza Leopardo Sur hizo pedagogía del Acuerdo de La Habana en 2016 y siempre participa en las marchas por el páramo de Santurbán y en 2019 incluso participó como movimiento en elecciones al concejo en cuatro municipios del área metropolitana y apoyaron al hoy alcalde Juan Carlos Cárdenas.

En Bogotá, la Guardia Albi Roja calcula que le puso unos 3 mil votos a Claudia López, tras haberse acercado a tres de las cuatro campañas a la alcaldía de Bogotá y haber logrado mayor conexión con ella (Hollman Morris no los recibió, Carlos Fernando Galán sí y no buscaron a Miguel Uribe porque tuvieron mala relación con Peñalosa).

Y no siempre se mueven hacia los alternativos: en Santa Marta, la Garra Samaria Norte apoyó a Luis Miguel ‘Mello’ Cotes a la Gobernación y no al ganador, el cuestionado Carlos Caicedo, después de que la exsecretaria de Seguridad de Santa Marta, Priscila Zuñiga, se cambió de bando (desde la Alcaldía de Santa Marta Zuñiga los acompañó en varios proyectos sociales e hizo una relación tan cercana que la nombraron “gestora institucional”).

Con esas relaciones más el poder de su activismo y sus números, ya han empezado a presionar cambios.

“A Luis Ernesto Gómez (secretario de Gobierno de Bogotá) lo conocemos desde que era viceministro. Le pedimos cita, dijo que nos recibía y los líderes de las seis barras que hay en Bogotá nos reunimos antes para definir qué propuesta le íbamos a presentar: un programa que quede en el Plan de Desarrollo y por lo tanto que le metan plata, con la idea de llevar a los barrios la paz que ya se vive en los estadios. Ya nos dijeron que sí lo meterán.“, cuenta ‘Piojo’.

Falta ver si eso ocurre y si también logran reivindicaciones como aterrizar el Plan Decenal del Fútbol que hizo el Gobierno Santos, y que pide Jhon Solano, de Comandos Azules, o evitar que los partidos salgan por el nuevo canal premuim WIn+ (que cobrará 30 mil pesos mensuales), como pide Edson Rivaldo, líder del Frente Rojiblanco Sur, del Junior de Barranquilla.

Incluso si no lo logran, todo indica que su poder llegó para quedarse.

Interactiva: 

La economía y el miedo mantienen el respaldo del empresariado a Duque

$
0
0

“A la economía le está yendo bien, pero al presidente le va mal”, así resume una consultora de empresarios la visión que encontramos en 24 fuentes del sector privado.

Aunque discrepan en si lo malo es por culpa de él o porque sus críticos están ganando el pulso en la opinión, todos lo siguen apoyando porque temen que su debilidad política opaque su gestión y le abra la puerta a la izquierda o a la extrema derecha.

Es decir, muchos de ellos sienten desencanto con Iván Duque, pero mantienen su respaldo, algo fundamental para un Gobierno que tiene pocos apoyos.

Duque está alineado con el sector privado…

La mayoría de las 24 fuentes consultadas (11 empresarios, 9 dirigentes gremiales y 4 expertos y consultores) creen que pese a la debilidad política, el saldo general es muy positivo.

“Duque lo está haciendo bien, está haciendo un poco de cosas que le estamos pidiendo que haga, la no mermelada es un gran logro que pocos le reconocen” nos dijo León Teicher, que está en las juntas directivas de la minera Continental Gold y de Argos. 

 

La mayoría de ellos, sin embargo, ven ese resultado concentrado en lo económico.

“Los sienten (al presidente y sus funcionarios) cercanos al sector privado, interesados en su crecimiento como pilar clave de la prosperidad general y agradecen lo que han logrado en materia de reducción de costos y trámites para las empresas”, nos dijo el presidente de la Cámara de Comercio de Cali, Esteban Piedrahita, que es cercano al uribismo.

“Desde la Presidencia hacia abajo ha sido una administración de puertas abiertas con disposición para el diálogo, para abordar los temas que inquietan a las empresas y escuchar las necesidades de los inversionistas”, nos dijo María Claudia Lacouture, exministra de Comercio de Juan Manuel Santos y hoy presidenta de la Cámara de Comercio Colombo-Americana.

Mientras que el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Jorge Enrique Bedoya (también trabajó con Santos como viceministro de defensa), dice que al sector agropecuario le ha ido bien, que la despolitización del ICA, por ejemplo, es un logro a destacar.

Un gerente de una empresa de gran minería, nos dijo que no solo tenía la misma percepción sino que cuando va a los congresos empresariales ve que al Presidente lo aplauden y lo felicitan porque está haciendo cosas importantes. "Cosas que estaban trabadas con Santos", y menciona el catastro minero que la Agencia Nacional de Minería lanzó hace una semana, las rondas permanentes de asignación de áreas petroleras o la subasta de energías renovables.

Esa mirada favorable encaja con un Gobierno muy alineado con los empresarios: Duque le tiene mucha fe al sector privado como jalonador del crecimiento y el desarrollo económico y se ha dado la pela en el Congreso con reformas que han pedido las empresas como la tributaria y la de las regalías, la ley TIC y en su agenda les ha dado más espacio que a otros sectores. Además, desde la campaña los empresarios de los gremios más grandes lo apoyaron de frente. 

Y con el hecho de que el PIB está creciendo por encima de los demás países de América Latina, la producción industrial y las ventas están aumentando, y en general la economía va bien.

El resultado en lo político es menos claro.

Los que ven a Duque como un buen presidente, creen que esas dificultades se deben a que le ha tocado liderar un país muy polarizado, con una oposición muy fuerte, un descontento social por problemas estructurales que no se pueden solucionar de un día para otro y un Congreso que no le camina porque le quitó la mermelada.

“Siento al presidente como una persona bien intencionada, pero heredó un país con un nivel de polarización muy alto”, nos dijo Aníbal Rodríguez, megaconstructor del Huila y  representante legal de Constructora Rodríguez Briñez. 

“Creen que Duque lo hace bien pero que los medios y los del paro lo están atacando”, nos dijo otro empresario miembro de varias juntas, que habló extraoficialmente para poder referirse a los comentarios de sus compañeros en ellas.

Tampoco son ciegos. Ven que su popularidad va en picada, que los escándalos de corrupción en el Ejército le hacen daño y que ha cometido errores.

“La propuesta de ponerle IVA a los productos básicos lo desgastó mucho, le ha costado trabajo encontrar el rumbo, pero ya lo veo más claro en qué es lo que hay que hacer, el paro lo hizo mover más a dialogar con otros sectores”, nos dijo Juan Ramón Guzmán, uno de los cacaos del Valle del Cauca y presidente de Belleza Express (los fabricantes de Arrurrú).

Algunos también mencionan que quedó mal parado por las objeciones a la JEP y el fallido cerco diplomático a Venezuela.

Eso explica el desencanto que capturó la encuesta del diario La República a finales del año pasado, en la que los empresarios rajaron a 22 de 26 funcionarios, incluyendo al Presidente.

 

… pero le falta liderazgo…

“Es un gobierno débil”, nos dijo un dirigente de un gremio poderoso, off the récord porque no quiere echarse encima al Gobierno. “Hay gente que me ha dicho en privado ‘esto le quedó grande", complementó.

“Te lo voy a decir crudamente, le hacen falta pantalones y encima no se sabe para dónde va”, nos dijo otro, miembro de una junta directiva y que votó por Germán Vargas en primera vuelta y por Duque en segunda.

Para estos empresarios, la falta de liderazgo se ve en varios asuntos.

Como lo contamos en esta historia, sienten que Duque tardó en reunirse con los promotores del paro, y eso le dio más fuerza a la oposición. Para algunos no lo hizo por falta de liderazgo.

Esta opinión, aunque es la más común, no la comparten todos.  “Creo que aprovechó el paro para acercarse a sectores con los que no dialogaba antes. Mire que en Colombia no hubo la explosión social que se dio en otros países”, nos dijo un cacao del sector construcción haciendo referencia a Chile y Ecuador.

Además del paro, mencionan el poco peso del Gobierno en el Congreso, que los ha perjudicado. 

Los aranceles a la ropa que metieron el senador Álvaro Uribe y el representante Alejandro Carlos Chacón en el Plan de Desarrollo, la sobretasa al sector financiero que metió David Barguil en la tributaria o la propuesta de Mauricio Toro de obligar a las grandes superficies de pagar a sus proveedores a 30 días, que avanza en el Congreso, son ejemplos de iniciativas que sienten que el Gobierno no pudo atajar a pesar de considerarlas inconvenientes.

“Están como en el Chapulín Colorado, ‘¿y ahora quién podrá defendernos?’. La experiencia de la tributaria es clara, el Gobierno no se paraba en la raya y por eso terminó hasta dándole el visto bueno a la sobretasa al sector financiero”, nos dijo un directivo gremial.

Eso hace que también duden de lo que viene.

“El país necesita reformas pero no va a pasar nada, no es claro qué va a pasar con la pensional, con la laboral, porque no hay liderazgo”, nos dijo la cabeza de una de las empresas más grandes del país, que también nos pidió no mencionarla.

Por eso, aunque aplauden que no haya mermelada, les molesta que no haya plan B; para el director de otro gremio es positivo que el Presidente esté considerando meter a su gobierno a gente de otros partidos, porque le puede dar gobernabilidad, en especial en el Congreso.

“Eso de pensar que toda alianza política es corrupción le ha salido muy caro al Gobierno”, nos dice. Incluso quienes ven que el Presidente lo está haciendo bien coinciden en eso.

Otro problema que encuentran es la dificultad para que pase de las ideas a la realidad: “La percepción es que el discurso sigue siendo válido pero la ejecución deja mucho que desear”, nos dijo el presidente del gremio de los exportadores, Analdex, Javier Díaz.

Aunque aclara que las cifras muestran que en general el Gobierno está haciendo las cosas bien, nos dice que hay temas en los que van lentos aunque han mostrado toda la intención. Uno de ellos es la simplificación de trámites: “uno ve al Ministro de Comercio (José Manuel Restrepo) con un buen discurso pero se enfrenta con la realidad de la Dian (cuyo sistema colapsó hace una semana ante la cantidad de gente haciendo trámites)”, dijo Díaz.

Aún con las críticas, todos los empresarios con los que hablamos nos dicen que esperan que al presidente le vaya bien, y la mayoría dice que están dispuestos a apoyarlo porque es mucho lo que está en juego.

… y eso pone al país en riesgo de caer en los extremos

“A veces pienso que Duque es un mal presidente, luego me acuerdo de la alternativa y se me pasa”, resume, como si fuera un meme, un líder gremial.

Él mismo admite entre risas que es una exageración, pero el fantasma de que un “Bolsonaro” o un “Chávez” capitalice la impopularidad de Duque y se suba en el 2022 a la presidencia es latente.

Eso explica que al menos diez de las fuentes coincidan en la necesidad de rodear al presidente. “Hay que protegerlo, porque si le va mal va a llegar (Gustavo) Petro, eso está ahí, está presente, nadie te lo va a decir, pero se discute”, nos dijo un dirigente gremial.

Guzmán, de Belleza Express, no personaliza el miedo: “Hay mucha gente queriendo pescar en río revuelto, la extrema izquierda y la extrema derecha están haciendo apuestas en ese sentido, les sirve que a Duque le vaya mal”.

Ese “proteger al presidente” se nota cuando los empresarios no salen a quejarse, como solían hacerlo, porque el Gobierno lleva dos años fijando el aumento del salario mínimo por encima de la inflación y la productividad, ni no le dieron tan duro por apoyar la propuesta de Álvaro Uribe de dar una prima extra a los trabajadores que ganan un salario mínimo.

Ese “proteger al presidente” llevó a que en diciembre del año pasado, empresarios de Cali, que lo apoyaron en campaña (Isaac Yanovich, Roberto Arango, Alvaro José Correa, Jorge Abondano y Alejandro Zaccour), promovieran un homenaje en agradecimiento por su gestión. 

“Tenga, señor Presidente, en este foro de vallecaucanos, que cree ciegamente en el camino democrático, en el camino institucional, un soporte sincero y definitivo a su gestión”, dijo en el homenaje el exministro de Minas, Luis Ernesto Mejía, en nombre de los empresarios del Valle.

Y esa intención “proteger al presidente” mantendrá a los empresarios respaldando a Duque, así muchos no estén de acuerdo con su forma de liderar.

Silla Nacional
Interactiva: 

El mes clave para que la Fiscalía salga de la interinidad

$
0
0

El domingo el jurista Rodrigo Uprimny escribió una dura columna pidiendo que el consejero presidencial de Derechos Humanos, Francisco Barbosa, no sea el siguiente Fiscal General. Queda un mes para saber si lo es porque la Corte Suprema, encargada de elegir Fiscal, está inmersa en un bloqueo para tomar esa decisión que o se destraba en las próximas cuatro semanas, o se demorará varios meses más en resolverse, y hoy será la primera prueba del año para saberlo.

Sus magistrados se reunirán en la primera sala plena del año, con alta tensión: el magistrado Ariel Salazar, que termina su período el 27 de febrero, envió una dura carta a su presidente que se filtró en medios, en la que hace fuertes críticas a la forma en la que la Corte ha elegido magistrados en el pasado.

Eso cuando la Corte tiene pendiente llenar siete vacantes y elegir Fiscal, y si sale Salazar sin que escoja por lo menos un magistrado nuevo, no podrá hacer ninguna de las dos cosas porque requiere 16 votos y quedarían solo 15 magistrados.

No es la primera vez que la Corte Suprema llega a una situación límite en sus elecciones: en 2010 llenó de un golpe cinco vacantes y eligió a Viviane Morales como Fiscal, pero para eso le torció el pescuezo a su reglamento y por eso se terminó cayendo la elección de Morales; en 2013 tuvo de nuevo cinco vacantes y en 2016 llenó de un golpe siete cupos, y así despejó la elección de otro Fiscal (eligió a Néstor Humberto Martínez pocos meses después).

Si no se repite lo de 2013 y 2016, el resultado será muy duro para la institucionalidad.

O la terna de Duque queda en el aire y la Fiscalía sigue en la interinidad en la que lleva 8 meses hasta que aparezca una solución para la imposibilidad de llegar a 16 votos, o la Corte vuelve a interpretar su reglamento de forma creativa, como en 2010, y quien elija Fiscal llegará con la sombra de que su elección se podría caer.

Lo complicado es que esta vez el bloqueo suma un problema estructural para elegir a unas peleas más recientes.

Los magistrados de instrucción y el factor Cabello

Los magistrados de la Corte eligen a sus reemplazos de listas que elabora el Consejo Superior de la Judicatura, que hace una convocatoria pública amplia y luego arma unas listas cortas, de 10 candidatos, que envía a la Corte. Allí su Sala Plena, donde están sus 23 magistrados, vota y elige, con una mayoría mínima de 16 votos (dos tercios de sus miembros).

Eso se ha hecho difícil no solo porque hay apenas 16 magistrados, y por eso uno solo puede bloquear todas las elecciones, sino por dos factores recientes.

Uno es que por primera vez en años hay un ministro de Justicia que venga de la Corte: Margarita Cabello, quien estuvo en la Sala Civil. 

Según dos fuentes conocedoras de la Corte, ese puente con el Gobierno ha enredado más la pita, pues varios magistrados sienten que implica marcar distancia para preservar la autonomía y que el presidente Iván Duque incumplió su promesa de esperar que se llenaran las vacantes para presentar su terna a Fiscal asumiendo que tendría mayoría gracias a Cabello.

Como además la terna fue de personas de su entraña, que vienen del Gobierno, eso molestó a un grupo - y como se pueden bloquear las elecciones con un solo voto, afectó la posibilidad de salir del enredo.

El segundo factor fue la elección, en septiembre de 2018, de los nuevos magistrados encargados de investigar penalmente a los aforados, como el expresidente Álvaro Uribe, de la Sala Especial de Instrucción.

Esa elección terminó rompiendo puentes internos que evitaron que las siete vacantes actuales, que surgieron después, se hayan podido cerrar, por un encontrón entre las salas Civil y Penal que se mantiene por lo menos entre algunos de sus magistrados.

El choque se dio porque, para elegir a los magistrados de instrucción, la Sala Penal revisó primero sus hojas de vida para presentar a la Sala Plena, con la idea de que los demás se plegarían a sus decisiones porque son ellos los que conocen a los penalistas (ya sea litigantes, jueces, profesores o defensores) y de que esa Sala de Instrucción es subordinada a la Penal.

Sin embargo, la Sala Civil tuvo objeciones a los candidatos de la Penal, y eso bloqueó la decisión durante cinco meses.

Ese choque se repitió cuando la Civil falló tutelas contra la decisión de la Penal de seguir conociendo los expedientes de los aforados justamente mientras se elegían los magistrados de la Sala de Instrucción, lo que amenazó con derrumbar procesos penales complejos y muy delicados.

Al final, los dos impasses se superaron, pero la molestia quedó, y a medida que han salido magistrados y se reduce el margen en la Sala Plena para llegar a los 16, la distancia ha ido ganando relevancia y se ha sumado a los problemas de siempre, que ya se notaron en 2010, 2013 y 2016.

Las lógicas cruzadas

La Corte no tiene una sola lógica para definir sus magistrados, y en muchos casos las miradas diversas chocan entre sí e impiden que haya una mayoría para escoger, algo que tiene todavía más fuerza cuando se necesita unanimidad y ponerse de acuerdo en ocho elecciones simultáneas. Eso bloquea todo el proceso.

La lógica más usual es que los magistrados de cada una de las tres salas (Penal, Civil y Laboral) escojan a sus futuros compañeros, pues tienen el conocimiento de quiénes son los buenos jueces y abogados de cada área, y pueden definir con quién van a trabajar en la Sala.

Eso significaría que 

  • los seis magistrados actuales de la Sala Civil podrían definir el reemplazo de la hoy ministra de justicia, Margarita Cabello, quien salió el año pasado; 

  • los cuatro de la Laboral podrían llenar sus tres vacantes (Mauricio Burgos y Luis Gabriel Miranda salieron en 2018, y Rigoberto Echeverri, quien salió a fines de 2019); 

  • los seis de la penal podrían elegir las propias (de Luis Guillermo Salazar, quien salió el año pasado, y de Fernando Castro y José Luis Barceló, que están vacías desde 2018). 

Eso fue lo que no funcionó en la elección de los magistrados de instrucción, y afectó a toda las elecciones siguientes.

Otra lógica es que muchos magistrados busquen heredar su silla a abogados cercanos a ellos, desde sus antiguos magistrados auxiliares hasta compañeros de universidad o incluso de negocios.

Por ejemplo, en la lista para reemplazar a Barceló está Fabio Ospitia, un penalista conocido que fue su magistrado auxiliar (y además suena fuerte); y en la del reemplazo de Miranda está Luis Benedicto Herrera, magistrado auxiliar en la Sala Laboral.

Como en ocasiones esos herederos, o los magistrados que buscan heredar, no tienen buenas relaciones o suscitan el rechazo de otros magistrados, incluso de la misma sala, esta lógica puede chocar con la primera.

También pueden chocar otras, como las afinidades regionales como las que contó Semana de una rosca paisa y otra costeña hoy en la Corte; la de ayudar a colegas de la misma universidad, algo que puede crear bloques en pro y en contra (11 de los 16 magistrados actuales son de la Libre, por lo que elegir otros de ella puede molestar entre los de otros claustros); o la de apoyar a quienes vienen de la Rama o buscar más diversidad de trayectorias.

Además, ahora se suman otras consideraciones, y hoy los magistrados buscan tener colegas afrocolombianos (suenan fuertes el chocoano Gerson Chaverra, magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, para reemplazar a Luis Guillermo Salazar en la Sala Penal; y Omar Angel Mejía, magistrado del Tribunal Superior de Barranquilla, para reemplazar a Burgos en la Laboral).

Encima, la elección de Fiscal General obedece a otra lógica, en la que la Sala Penal naturalmente tiene más incidencia pero no la mayoría de votos.

De hecho, detrás de la tensión actual está la situación particular de esa sala, que tiene más magistrados y es más poderosa que las otras porque decide la libertad de las personas, mientras los grandes pleitos de negocios no los definen los magistrados de la Civil sino árbitros independientes.

Todo eso lleva a que sea difícil armar mayorías, y más cuando la decisión no se hace vacante por vacante sino sumándolas todas, lo que en 2010, 2013 y 2016 llevó a que en una sesión se destrabara todo eligiendo candidatos que a veces eran inesperados pero lograban acuerdos.

Mañana se verá si eso se logra así sea para elegir al actual vicepresidente, el caribe Aroldo Quiroz de la Civil, como presidente. Si no ocurre, o si no hay acuerdo para elegir a otro magistrado, la probabilidad de que la Fiscalía siga en la interinidad será más alta.

Foto de portada: Corte Suprema
Silla Nacional
Interactiva: 

El Polo se traga su primer sapo con Claudia López

$
0
0
 

La adjudicación hoy del contrato para construir la troncal de Transmilenio por la 68 es el primer incumplimiento de una promesa de campaña de Claudia López al Polo Democrático. El partido de izquierda, sin embargo, mantendrá su acuerdo con la Alcaldesa y está dispuesto a tragarse ese sapo. Por ahora.

Se trata de un contrato de 2 billones de pesos que estructuró Enrique Peñalosa para solucionar la movilidad de buena parte los habitantes del occidente de Bogotá, por donde hoy solo transitan buses viejos y del SITP; y al tiempo, para aportarle pasajeros al metro elevado. La troncal mide 17 kilómetros y está diseñada para conectar la Autopista sur con la Carrera Séptima en el norte.

Sin embargo, López se había opuesto en campaña a ese proyecto proponiendo invertir esa plata en la extensión del metro a Engativá y Suba. Y se comprometió con el Polo a no construirla.

Ese partido desde siempre se opuso porque, le dijo a La Silla Vacía el concejal Manuel Sarmiento, vecinos y comerciantes de ese corredor los buscaron para decirles que los iban a expropiar sin soluciones que consideraban justas, y porque desde la década pasada había estudios de la firma Sener que plantearon que por allí se podían construir corredores férreos (de hecho, Petro diseñó en su Alcaldía un tranvía para esa avenida).

Al Polo tampoco le gusta esa troncal porque la ve como parte de la estrategia de Peñalosa para perpetuar el Transmilenio en la ciudad, un modelo que siempre han cuestionado.

El exalcalde abrió la licitación antes de irse, algo que cuestionó López, que le había pedido no hacerlo y que afirmó que eso se había hecho de manera atropellada. Sin embargo, cuando se esperaba que parara el proceso ya como Alcaldesa, hace dos semanas cambió de opinión después de una reunión con el Gobierno Nacional, que es el que pone la plata.

Su explicación es, por un lado, que la Nación (a través de la Financiera de Desarrollo Nacional) le corroboró que la 68 es prioritaria para el metro, incluso más que la Boyacá, porque tiene más demanda (algo que los concejales del Polo han puesto en duda, sobre todo Sarmiento y Carlos Carrillo aquí y aquí).

Y por el otro, que en todo caso no la va a adjudicar el director del IDU que ella va a nombrar (Diego Sánchez, que no se ha posesionado), sino el que quedó encargado que venía de la Alcaldía Peñalosa porque, según ella, son ellos los que tienen que asumir esa responsabilidad.

Nada de eso convenció a los concejales, que ahora cuestionan que López vaya a adjudicar el contrato “cuando en la campaña acordamos que lo que Peñalosa no dejara contratado sería susceptible de revisión”, le dijo a La Silla el concejal Celio Nieves, que fue el candidato del Polo a la Alcaldía antes de hacer el acuerdo con López.

Además porque sienten que ha dado explicaciones que “para ella son entendibles, pero para nosotros no”, agregó Nieves.

Pero el acuerdo se mantiene. “Es saludable para la democracia que un partido de gobierno critique algunas decisiones del gobierno. No queremos una relación lambona, lagarta ni hipócrita, que es lo que se ha acostumbrado. Y también vemos que el gobierno acepta de buena manera que existan diferencias”, le dijo a La Silla el concejal Sarmiento.

Además, López también ha tomado otras decisiones que han sido bandera de ellos y que pueden cobrar políticamente, como renunciar al proyecto de intervención urbanística en la Reserva Van der Hammen que había presentado Peñalosa, o empezar a darle un tratamiento de derechos humanos a la protesta social, y no de orden público, así los nuevos protocolos que ella anunció necesiten ajustes.

Lo que hace la controversia por la 68 es marcar un precedente en esa relación, que todo indica tendrá el sector movilidad como un punto álgido si se tienen en cuenta otras decisiones que ya tomó la Alcaldesa y otras que está por tomar, y que ponen en juego la agenda de cambio con la que ella ganó las elecciones y la posibilidad de que el Polo pueda cobrar esa agenda políticamente.

La movilidad como fiel de la balanza

El Polo fue importante para Claudia López el año pasado porque le ayudó a reforzar su cara antipeñalosista en una campaña en la que desmarcarse del entonces impopular alcalde Enrique Peñalosa fue clave para ganar.

Y ahora es importante en el Concejo porque ella arranca sin mayorías, y los cuatro votos del Polo son parte de la base con la que arranca, junto con los 12 verdes (son 16 de los 23 votos que ella necesita para pasar proyectos).

El acuerdo de campaña se concretó en el gobierno con el nombramiento de la exconcejal de ese partido, Xinia Navarro, como Secretaria de Integración, una entidad vinculada directamente con la política social del Distrito para atender a población vulnerable (niños, ancianos, familias pobres y habitantes de calle), algo muy relacionado con la garantía de derechos en la que la izquierda suele hacer más énfasis.

El concejal Celio Nieves, de hecho, le dijo a La Silla Vacía que tienen un especial interés en que en el Plan de Desarrollo López fortalezca la política social, con programas grandes y presupuesto para sacarlos adelante.

Al tiempo, en su gabinete López dejó buena parte de la política de movilidad a cargo de funcionarios que vienen de trabajar con Peñalosa:

  • El gerente de la Empresa Metro, Andrés Escobar: nombrado por Peñalosa para estructurar el metro elevado y dejar atrás el proyecto subterráneo.

  • El gerente de Transmilenio, Felipe Ramírez: Fue subgerente técnico de la empresa nombrado por Alexandra Rojas, primera gerente de Transmilenio de Peñalosa.

  • El Director del IDU, Diego Sánchez Fonseca: Viene de ser Gerente Técnico de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) y estuvo involucrado en la estructuración del metro elevado. Para ese cargo Claudia López iba a nombrar a Orlando Molano, que viene de ser Director del Instituto de Recreación y Deporte de Peñalosa, es peñalosista purasangre y es amigo de López, pero esa decisión la frenó después del ruido que generó.

De parte de partidos que apoyaron a Peñalosa como Cambio Radical y el Centro Democrático, y del peñalosismo en general, según ha constatado La Silla con fuentes de esos sectores, esos nombramientos muestran una apuesta de López por tener técnicos muy calificados al frente de un sector clave para Bogotá.

Eso fue lo que ella rescató de cada uno al anunciarlos.

Sin embargo, a la luz de la izquierda, y del Polo en particular, ellos representan una continuación del modelo de Peñalosa porque traen esa visión después de trabajar directamente en los proyectos que él promovió.

En eso coinciden los concejales Nieves, Sarmiento y Carlos Carrillo, con los que habló La Silla por aparte (intentamos contactar al otro, Álvaro Argote, pero no contestó nuestras llamadas ni mensajes).

Sobre todo les molestó la ratificación de Escobar en la Empresa Metro, pues él lideró un proyecto al que ellos se opusieron cuatro años, y que de hecho tienen demandado, junto con López, ante el Consejo de Estado por considerar que cuando le aprobaron el presupuesto carecía de estudios suficientes.

Que el sector movilidad esté en esas manos es para ellos sensible porque la infraestructura para la movilidad era donde Peñalosa concretaba de la manera más clara una visión de ciudad que no comparten (más Transmilenio y el metro elevado), y fue ahí donde más tuvieron oportunidad de hacerle oposición.

Por eso les genera prevención que López pueda terminar desarrollando una agenda continuista en ese sector, de la que la troncal de la 68 es una muestra y por eso el lunes lideraron una marcha contra ese proyecto.

Y aunque el acuerdo se mantiene, la relación entre López y el Polo aún tiene varias pruebas por delante, que los concejales ven, sobre todo, en asuntos relacionados con movilidad.

Por ejemplo, si López decide aumentar o no la tarifa de Transmilenio este año. Esa es una decisión que deberá tomar en las próximas semanas y que es sensible para el Polo porque Peñalosa dijo que ese aumento debía darse y ellos siempre han considerado que el Distrito debe estar dispuesto a financiar más la tarifa para evitar esos incrementos y no afectarle el bolsillo a la gente.

También están pendientes de lo que haga en la Séptima, donde, como en la 68, la Alcaldesa se comprometió a no hacer la troncal de Transmilenio que Peñalosa dejó a punto de contratar (la licitación está detenida por orden judicial, pero ella no ha desistido). “Ella dijo en campaña que no haría una troncal, pero al tiempo dijo que metería buses y no tenemos muy claro finalmente qué hará”, nos dijo el concejal Carlos Carrillo, el más votado de la bancada, el más crítico de López y que no votó por ella.

Por el lado del metro, nos dijo Celio Nieves, pedirán que les entreguen lo más rápido posible el resultado del estudio que hizo la comisión que nombró López para evaluar si ese proyecto tenía irregularidades.

En todo eso el Polo se juega la posibilidad de poder decir al final del gobierno que, en asuntos fundamentales para ese partido, marcó distancia frente al modelo de Peñalosa, pues de lo contrario cargaría con el lastre de seguir perdiendo las bases de izquierda en la ciudad.

Y con eso corren el riesgo de que se empodere el petrismo, que en campaña se la jugó por decir que López sería una continuación del exalcalde en el modelo de movilidad.

Con lo que ha ocurrido hasta ahora tienen una lectura similar que no dudan en hacer notar. La concejala de ese movimiento Susana Muhamad, por ejemplo, le dijo a La Silla que lo que han visto es que López “casi que se resigna al modelo peñalosista y no piensa darse la pela donde hay que enfrentar a poderes grandes”.

De los pasos que dé en los próximos meses, cuando presentará su Plan de Desarrollo, depende que esa visión se refuerce o pierda sentido.

Silla Nacional
Claudia López

Claudia López

Alcaldesa de Bogotá

Interactiva: 

Tres horas marchando al lado de capuchos bogotanos

$
0
0

La Silla Vacía estuvo el 21E en el centro de Bogotá, a donde se esperaba que llegara una de las principales movilizaciones de la primera jornada del paro nacional en el año. Sin embargo, en medio del enfrentamiento entre capuchos y Esmad se terminó fragamentando. Le hicimos seguimiento a cómo actuaron los capuchos. Acá está el minuto a minuto.

4:00 de la tarde - “Muchachos, acá no es. Vamos”, dice un capucho a los otros para que desarmen la trinchera que hicieron para bloquear el paso de la 26 a la carrera séptima, al lado del edificio Colpatria. Son unos 30 jóvenes. 

La Policía que esperan no llega.

Anarcos, que son grupos de personas antisistema (algunos estudiantes), encapuchados con distintivos que dicen ‘UD’ (Universidad Distrital) y otros grupos más de jóvenes, la mayoría con capucha, cogen la Séptima hacia el sur, para la Plaza de Bolívar. 

Caminan al lado, pero van por parches. No todos se conocen.

4:28 de la tarde - Paran cuando llegan a la Jiménez y se encuentran con 12 agentes de la Fuerza Especial de la Policía que rodean con escudos el edificio del Banco de la República.

Verlos basta para que varios arranquen a romper ladrillos y piedras grandes sobre el piso para guardar los pedazos. “¡Cerdos, cerdos!”, gritan.

Una mujer sin capucha grita: “A parar para avanzar”, que es la arenga que representa este paro, pero nadie responde: “viva el paro nacional”.

No hay carteles. 

Del tumulto de encapuchados vuela la primera piedra a la línea de policías que rodea el Banco de la República.

Otras más caen descoordinadas y descachadas a esa esquina de la Jiménez. Una punkera de pelo rosado tira una bola de pintura azul sobre uno de los escudos. Un habitante de calle lanza otra piedra.

“¡Noooo, chicos, no!”, grita un grupo de marchantes que también iba para la Plaza, algunos con cacerola en mano. Ahí comienza la aplicación del nuevo protocolo que presentó la alcaldesa Claudia López y cuyo primer punto es la sanción social a los violentos. 

“¡Sin violencia!”, siguen otros que con sus manos cubren a los policías.

La pedrea para unos segundos. Algunos capuchos quedan desorientados. Se miran entre sí. Uno de ellos se pone del lado de los que piden parar la violencia. 

4:42 de la tarde -Cuando la Policía llega por la Octava (una cuadra más abajo de la Séptima) y con el Esmad detrás, todo se recalienta. Y es que aunque el Esmad no ataca en ese momento, según el protocolo sólo debe aparecer como último recurso.

“Ahora sí empezó la fiesta”, celebran unos marchantes sin capucha. Uno de ellos se enrolla la bufanda en la cara.

Llegan los gestores de convivencia, que es el segundo punto del protocolo si la sanción social a los violentos no es efeciva, para proteger a unos vendedores ambulantes. Se paran entre el tumulto que apedrea y el Esmad. Los gestores gritan para protegerlos, pero a los capuchos no les importa. La pedrea sigue.

Cuando el Esmad retrocede, los gestores les piden a los capuchos que sigan su camino a la Plaza, pero se quedan. No parecen dispuestos a irse hasta que el Esmad no se vaya.

El Esmad no se va. Los capuchos arman barricada. “¡Cerdooos, cerdoos!”, arengan unos.

Cuando el humo crece, la calentura que había mermado con el Esmad unos pasos atrás, vuelve a subir a punta de piedra.

5:04 de la tarde - El Esmad entra con toda en medio del humo.

Sigue con gases, bombas aturdidoras y bolillo en mano en sentido sur de la Séptima, persiguiendo a los capuchos que corren hacia la Plaza.

La Fuerza Especial de la Policía que estaba en el Banco de la República arma una línea que divide la marcha y se pone frente a los capuchos que corrieron en sentido norte de la Séptima.

Allí ya no hay Esmad, así que el protocolo vuelve al punto anterior: uso de la fuerza policial disponible (que no es Esmad). En frente de ésta hay manifestantes con cacerola, muchas personas que se recogieron hacia el andén del Parque Santander (al lado del Banco de la República) y jóvenes con y sin capucha gritándoles “cerdos” a los Policías.

Unos arengan por un rato: “¿Por qué, por qué, por qué nos asesinan? Si somos la esperanza de América Latina”. “Soooooy, soy estudiante soooooy, yo quiero estudiaaaaar para cambiar la sociedad”.

Otros están dispuestos a medir cuánto duran los policías aguantando piedra.

Cuando parece que no hay más piedras, se la rebuscan.

E incluso sacan de la reserva.

Para ellos eso es clave para poderse mantener en la línea y no retroceder, pues cuando la Policía ve que la piedra se acaba, avanza. El nivel de preparación se nota en que algunos llevan martillo para romper adoquines y otros, su láser para encandelillar a los policías y evitar que vean y apunten.

Entre piedra, avanzada, piedra, avanzada, pasa el tiempo:

5:40 de la tarde - 35 minutos después de que el Esmad dispersó la marcha hacia el sur de la Séptima y la Fuerza Especial de la Policía recibió con escudo la pedreada desde la parte norte, la Policía avanza para darle entrada al Esmad en esa zona. Es decir: volvió a ser aplicado el último punto del protocolo.

Y ahí comienza el enfrentamiento de siempre, que ya sabe a rutina.

Suenan más bombas aturdidoras y corren los que antes apedreaban. Ahí se nota que en medio del agite aplican unas tácticas básicas para enfrentar y, al tiempo, protegerse de la Policía.  

“¡No corran, muchachos, no corran. Resistamos!”, dicen unos. “¡No den la espalda, nunca den la espalda!”, piden otros. 

Pero cuando sueltan los primeros gases lacrimógenos, nadie para y los que no tienen capucha se ponen tapabocas.

El vinagre, que usan para neutralizar el efecto de los gases lacrimógenos, siempre está presente y quien lo tiene está dispuesto a darle un poco a quien se lo pida, incluso a periodistas.

Hasta la calle 19 con Séptima llegan picando los gaseados. Pasan esa avenida y los carros los separan del Esmad. Siguen lanzando piedra.

Después de la 19, los que quedan se dispersan.

6:34 de la tarde - En la entrada de la Plaza de Bolívar sigue el tropel con Esmad y tanqueta. Allí están los manifestantes que habían quedado del lado sur después de que la marcha quedó dividida en la tarde.

Una vez los dispersan, los capuchos se reúnen a tomar decisiones. Por ejemplo, unos siete que acaban de ser gaseados y que parecen más niños que jóvenes, van por la Octava y paran en la Jiménez para decidir si seguir o no hasta la Plaza. 

“Oiga, ñero, no; no vayamos a la Plaza, allá están los 'no violencia' y no aguanta llevarles el Esmad”, dice uno que se quitó la máscara. “Pero si ya están allá, allá es donde nos necesitan”.

Mientras tanto otros dos de unos 17 años, en medio de risas, se retan sobre quién es capaz de subirse a la tanqueta del Esmad. Se van hacia la Plaza y el tropel sigue a un costado del Palacio de Justicia. Eran las 7:17 de la noche. 

En La Silla queremos entender a fondo el mundo de los capuchos. Si conoce algun@ o usted es un@ y quiere hablarnos, escríbanos a chernadez@lasillavacia.com o damaya@hotmail.com 

Silla Nacional
Carlos Hernández Osorio
Marcela Becerra
FabianEraso
Interactiva: 

La gobernabilidad de Duque

La salida de Pacho revela que la puja uribista para 2022 arrancó en serio

$
0
0

Hasta el 31 de marzo Francisco Santos estará en la embajada en Washington luego de su renuncia de hace una semana que oficialmente, no ha sido aceptada. Tras bambalinas quedó en evidencia una puja uribista entre el saliente diplomático y el excanciller y hoy ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.

 

Hacia afuera ese cisma no cambia en nada las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, el principal aliado de Duque en su política exterior que gira en torno a Venezuela y la lucha contra el narcotráfico. 

Pero dentro del Centro Democrático puede abrir el ramillete a 2022, donde ven a Pacho (quien ya aspiró a ser candidato presidencial en 2014) como la “voz necesaria” que él prometió que será, y a Trujillo como un aspirante (en 2014 fue precandidato y fórmula vicepresidencial de Óscar Iván Zuluaga, y en 2018 quedó de segundo en la encuesta uribista para definir candidato) que arranca con el plus de poder nombrar amigos en el gobierno y de haber ocupado dos de los puestos más visibles y poderosos del Ejecutivo.

Roces con Trujillo

Una persona cercana al saliente Embajador, cuatro políticos uribistas y dos exdiplomáticos con conexiones en Washington (de las 14 fuentes consultadas, incluyendo funcionarios de Palacio y congresistas) nos indicaron, por aparte, que fueron constantes los roces entre el hoy ministro de Defensa y entonces Canciller, Carlos Holmes Trujillo y el embajador Santos.

La razón de la molestia, según el círculo de Santos, es que Trujillo al parecer lo veía como un potencial rival para 2022. Esa misma versión sobre el núcleo de los roces nos la dieron un político uribista, un exdiplomático y dos congresistas del partido que conocieron de los hechos.

Trujillo ha dicho que quiere ser candidato. Lo consultamos directamente para conocer su versión de los hechos y, a través de su oficina de prensa, respondió que no se referirá al tema que entiende como una situación institucional. 

Santos y Trujillo no han sido particularmente cercanos, aunque antes de iniciar el Gobierno trabajaron en las precampañas de 2018 y le hicieron campaña a Duque.

Como contó El Tiempo y corroboró La Silla Vacía con la fuente cercana a Santos, la molestia se evidenciaba en que no lo dejaban armar gabinete en su Embajada.

Eso tiene sus matices.

Pacho logró que el entonces Canciller nombrara a varios funcionarios que pidió, como la consejera Susana Porras; su jefe de staff Liliana Bedoya; el ministro consejero Mario Hernández; la consejera Silvia Dangond y la tercera secretaria Adriana Carvajalino.

Pero no pudo definir al Ministro Plenipotenciario, que es la mano derecha de cualquier embajador y el que le sigue en jerarquía.

“Tenía muchos nombres para ese cargo”, nos dijo un funcionario de la actual Embajada, mientras que el cercano a Santos nos dijo que su primera opción era ascender de Ministro Consejero a ese cargo a Daniel Ávila, quien venía de la embajada de Camilo Reyes (último embajador de Juan Manuel Santos allá).

Ávila estuvo en la Embajada como mano derecha de Santos hasta julio y en agosto llegó la internacionalista Mariana Pacheco, nombramiento ordenado desde Bogotá.

Pacheco, graduada de Johns Hopkins y con 20 años de experiencia en temas de política internacional, ya había sido Ministra Plenipotenciaria durante la embajada de Carolina Barco en el gobierno Uribe (2007), es cercana al presidente Duque y fue lobbysta en Washington. Más recientemente fue directora de regulación de Postobón y es una lobbysta conocida en el Congreso de Colombia.

Sobre cómo llegó Pacheco obtuvimos dos versiones.

La primera, de una fuente del primer círculo de Duque que lo supo de primera mano, es que Pacheco “pidió el puesto porque quería ir a Washington”. Un exdiplomático que la conoce nos dijo que “siempre ha tenido en mente la Embajada”.

La segunda, que nos contaron del primer círculo de Santos, es que por la cercanía de Pacheco con Duque y con aliados como su amigo y asesor, Luigui Echeverri, habría sido enviada como “contrapeso” y para tener una conexión más fluida con Bogotá.

Solo tres meses después Pacho tenía sentenciada su salida.

La insosteniblidad de Pacho

Las grabaciones que reveló Publimetro entre el embajador y la recién nombrada canciller Claudia Blum en donde el primero criticó a Trujillo y al Departamento de Estado gringo, a cargo de Mike Pompeo, dejó sin campo de maniobra a Pacho en Estados Unidos, porque quedó como crítico de sus interlocutores y desalineado con el Gobierno que representa.

Desde ahí su puesto era insostenible, mientras Trujillo llevaba una semana como Ministro de Defensa, con lo que ganaba visibilidad dirigiendo la estrategia de mano dura contra el narcotráfico, que lo unía con los gringos.

Siete de las catorce fuentes consultadas coinciden, por aparte, que la salida de Pacho estaba sentenciada desde entonces. “Los americanos no perdonan y menos en este gobierno (el de Trump)”, dijo una fuente diplomática.

Una alta fuente en el Gobierno confirmó a La Silla Vacía que supo de primera mano que el Departamento de Estado vetó a Santos “en Bogotá y en Washington”, pese a que días después de la filtración el Embajador dijo que sus críticas eran conocidas y asistió como representante de Colombia a la gala de fin de año de esa entidad.

En el uribismo más duro el mensaje que quedó fue que a Pacho le cobraron lo que dijo mientras que a Blum no, pues Duque la posesionó siete días después. Así, por lo menos, lo sentenció el día de la renuncia el exministro y uribista purasangre, Fernando Londoño.

Además, si bien Santos escribió en su carta de renuncia que Duque le propuso seguir en el Gobierno, no aceptó. Y según confirmó La Silla Vacía los cargos eran ser el representante de Colombia en el Banco Mundial, o embajador en Canadá, puestos de mucho menor rango y visibilidad.

Sobre por qué su salida tardó casi dos meses, la persona del primer círculo de Duque y dos exdiplomáticos con conexiones en Washington nos dijeron por aparte que no es fácil encontrar a un embajador en la sede diplomática más importante de Colombia en el mundo, aunque todavía no exista ese reemplazo.

Por ahora han sonado nombres que van desde Simón Gaviria (amigo de Duque), Sergio Díazgranados (otro amigo, a quien no le han ofrecido) y hasta el diplomático Guillermo Fernández de Soto, cercano a Andrés Pastrana y quien hoy es el embajador ante la ONU.

Más allá de quien quede, es poco probable que el pulso entre Trujillo y Pacho influya en lo diplomático. Lo que sí puede cambiar es el panorama interno del uribismo.

En el exterior nada cambia, en el uribismo sí

Esta semana quedó claro que la agenda colombiana con Estados Unidos sigue siendo la misma con o sin embajador: la lucha contra el narcotráfico (Colombia inclusive pidió que las disidencias entren en la lista gringa de terroristas) y Venezuela con ayuda de los gringos, y de la mano de Pompeo. 

Pero dentro la salida de Pacho sí alborotó al uribismo.

Cinco políticos uribistas nos indicaron que ven su regreso como una posibilidad para que el Centro Democrático recupere una voz fuerte y visible, que sienten que han perdido.

Eso porque Pacho habla sin pelos en la lengua, es cercano a Álvaro Uribe (incluso supimos que se comunicó con su familia apenas supo de la renuncia para saber cómo estaban) y no necesita permiso para hablar contra o a favor del Gobierno.

“Falta en el debate alguien como Pacho para que hable de las tesis del partido”, nos dijo el senador Ciro Ramírez; “Necesitamos reforzar liderazgos y Pacho conoce la filosofía del Partido”, dice el senador Jhon Harold Suárez. En el mismo sentido nos habló el senador Ernesto Macías. 

Además, Pacho es visto como alguien que puede avivar más el ya tempranero escenario electoral para 2022, que incluye a las senadoras Paola Holguín y Paloma Valencia, a Rafael Nieto y al ministro Trujillo, e incluso recoger al uribismo que se siente ‘relegado’ por el actual gobierno.

Si bien Pacho dijo que quiere “opinar con libertad” es posible que no lo haga desde el uribismo, ya que lo primero que dijo a sus cercanos es que va a estar enfocado en su familia antes de pensar en la política. 

Solo después del 31 de marzo se verá cuál es el nuevo rumbo de Santos y si dentro del partido arranca a hablar sin pelos en la lengua.

Silla Nacional
Francisco Santos Calderón

Francisco Santos Calderón

Exembajador en Estados Unidos - Ex Vicepresidente

Interactiva: 
Viewing all 10158 articles
Browse latest View live


<script src="https://jsc.adskeeper.com/r/s/rssing.com.1596347.js" async> </script>