En continuación con nuestra serie ‘Coronavirus: del dicho al hecho’, revisamos la gestión de la Alcaldía de Bogotá en tres de los asuntos que, según los expertos, son más relevantes en la atención de la pandemia del covid: el alistamiento de las Unidades de Cuidado Intensivo, la realización masiva de pruebas y los alivios para la gente que se tuvo que encerrar.
Ya sin cuarentena en la práctica (esta semana el presidente Iván Duque la extendió hasta el 15 de julio, pero con tantos sectores abiertos en realidad está casi todo el mundo en la calle), la conclusión es que la alcaldesa Claudia López cumplió los anuncios que hizo en el tema de ayudas, pero no alcanzó a hacerlo en UCI ni en pruebas.
Las razones son complejas y pasan por la dificultad de conseguir ventiladores para las UCI y reactivos para las pruebas en el mercado internacional, por compromisos que adquirió con la capital el Gobierno Nacional y porque al inicio de la cuarentena la mandataria se fijó metas con fechas difíciles de cumplir.
Este es el dicho, el hecho y el trecho de lo que ha pasado:
1.UCI

El dicho
Al principio de la pandemia, Claudia López dijo que Bogotá, con 7,5 millones de habitantes, necesitaría cuatro mil UCI –vitales para los contagiados que se agravan– para enfrentar la crisis en mayo. Para ese momento, la capital contaba con mil unidades para todos los pacientes. Entonces, dispusieron 300 solo para los que padecieran covid–19 y las demás para personas con otro tipo de enfermedades.
Días después, el Gobierno distrital bajó la meta a la mitad de UCI (o sea, dos mil) para el 25 de junio, que fue ayer.
La explicación del secretario de Salud, Alejandro Gómez, para ese cambio fue que en un principio las proyecciones de muertes y contagios eran alarmantes. Pero con el pasar de los días, éstas mostraban que si se permanecía en confinamiento y se tomaban otras medidas, como el distanciamiento social y el uso de tapabocas, no serían necesarias tantas camas y optaron por esa opción.
El hecho
Pese a que redujeron la meta, para el 19 de junio Bogotá solo había llegado a 771 camas de dos mil después de 90 días de confinamiento. La razón que dio la mandataria fue que el presidente Iván Duque no cumplió el compromiso que había adquirido de darle el 70 por ciento de los ventiladores necesarios para extender las UCI. Eso eran aproximadamente mil ventiladores y hasta la fecha no se los habían dado.
El 20 de junio, el Ministerio de Salud le entregó 130 ventiladores a Bogotá. Con esto se espera que se llegue este fin de semana a 901 camas instaladas . Se trató de un salvavidas que evitó que por unos días se llegara al 70 por ciento de ocupación y los bogotanos tuvieran que volver a cuarentena extrema esta semana, como lo ha advertido la Alcaldesa. En ese momento la ciudad ya había alcanzado casi el 69 por ciento de ocupación. Sin embargo, hoy la ciudad amanece con 24.636 casos confirmados, 541 fallecidos y una ocupación de UCI de 69,6 por ciento.
El trecho
Es cierto que el Ministerio de Salud se había comprometido a entregar a Bogotá mil ventiladores, pero la idea planteada era hacerlo entre junio y agosto. Es decir, no necesariamente en junio, cuando se cumplía la fecha del anuncio de López.
De todas formas, el Gobierno Nacional sí le bajó a la promesa a la capital: pasó de decir que entregaría mil ventiladores a 425, como consta en un compromiso que quedó por escrito el fin de semana pasado.
“Quiero resaltar que el ministro ha tenido toda la voluntad para hacer la entrega de los ventiladores. El problema es que importarlos es difícil. Esperamos que más adelante nos puedan entregar la cifra inicial de ventiladores”, dijo el secretario de Salud, Alejandro Gómez. Por ahora, no se sabe para cuándo podrían estar las 804 camas faltantes ni quién las pondría de aquí a agosto, que es cuando estaríamos en el pico.
Es cierto que Estados Unidos cerró la exportación de ventiladores y además compró la provisión que ofrecía Corea. Otros países que los hacían como Alemania y Holanda también cerraron la venta de estas máquinas. De hecho, la revista Journal of the American Medical Association publicó un artículo en el que muestra que no solo Colombia, sino otros países de América Latina han tenido problemas para acceder a este producto y otros elementos médicos porque 70 países suspendieron la exportación de estos para afrontar la pandemia. Además, no es tan sencillo conseguir al personal médico preparado para operar las UCI.
Esa complejidad, sin embargo, no apacigua las críticas que la situación ha generado. El centro de estudios económicos de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras Anif publicó a principios de junio un informe en el que decía que Bogotá no había aprovechado el tiempo de cuarentena y que, en comparación con otras ciudades capitales, estaba rezagada, pues tenía 15 camas UCI por cada 100 mil habitantes, mientras que Cali, Bucaramanga y Barranquilla superaban esa cifra.
En lo político, el senador y opositor de la Alcaldía, Gustavo Petro, por ejemplo, ha dicho que la encargada de conseguir esos ventiladores era la Administración distrital, un asunto que es parcialmente cierto (Bogotá iba a ampliar capacidad, pero la importación está en cabeza del Gobierno Nacional).
Y en el Concejo, desde diferentes sectores, aseguran que la Alcaldía se apresuró al hacer la promesa de obtener primero cuatro mil y luego dos mil UCI.
En la corporación, concejales de distintas orillas como Carlos Fernando Galán (del movimiento Bogotá para la Gente), la verde Lucía Bastidas, Carlos Carrillo del Polo y el uribista Andrés Forero le critican a la Alcaldesa el haber responsabilizado al Gobierno por el incumpliento de su anuncio.
2.Pruebas

El dicho
Durante una entrevista con Yamid Amat, pero también en algunas de sus ruedas de prensa, la Alcaldesa dijo el 31 de marzo que para cuando terminara la cuarentena era necesario haber hecho 225 mil pruebas. En el momento en que lo dijo, Bogotá apenas había hecho 25 mil en total y practicaba cerca de 300 pruebas al día.
El hecho
A corte del 23 de junio, la ciudad ha hecho 190.911 pruebas, de las cuales 111.112 (58 por ciento) las ha hecho la red privada y 79.799 (41 por ciento), la red pública. Aunque se está muy cerca de la meta, es otro de los anuncios que no se ha cumplido, teniendo en cuenta que la misma Alcaldesa ha reconocido que la cuarentena ya no existe.
El trecho
Bogotá pasó de hacer 300 pruebas al día a 6.500, que está haciendo hoy, y que es la capacidad instalada que tiene la ciudad. Tres mil testeos los hacen el laboratorio distrital y seis universidades. Las restantes las realiza la red privada. La ciudad, además, hace casi el 50 por ciento de las pruebas del total de las que se hacen en el país.
Es decir, pese a que la ciudad no está exactamente en lo que prometió la mandataria, los datos sí son destacables.
El tema es complejo porque conseguir las pruebas, además, no fue sencillo. Primero fue necesario importarlas en un mercado en que muchos países estaban y siguen en lo mismo (al igual que ocurre con los ventiladores). Después hubo unas demoras para conseguir los reactivos que generaban los resultados. También, había que tener personal capacitado en procesar pruebas moleculares. Todo eso tomó un tiempo.
Hoy se están haciendo testeos por sectores, como con los trabajadores de abastos, del servicio de transporte, de la Policía y de centros comerciales. Y ha sido posible crear las zonas de cuidado según los brotes, en zonas como Kennedy, Suba, Fontibón, Engativá y Chapinero, donde se hacen pruebas masivas. Uno de los retos ahora es seguir haciendo más exámenes, pues la ciudad sigue estando nueve días por detrás del virus y en el mundo ideal debería ir más adelante de la pandemia. Es decir, llegar a hacer testeos antes de que se presenten los brotes para tener mayor control sobre la propagación del virus.
3.Ayudas

El dicho
El 31 de marzo, la Alcaldesa de Bogotá prometió que durante la cuarentena nadie se iba a quedar sin techo ni comida. La meta que se puso fue muy ambiciosa. Dijo que la primera semana de abril llegarían a 350 mil familias pobres con bonos, mercados o transferencias bancarias, y para finales de ese mes otras 150 mil familias vulnerables habrían recibido ayudas.
El hecho
Una vez más, el problema de la mandataria fue un desfase en el tiempo. Para el 16 de abril, el Distrito había llegado a 262 mil de las 350 mil familias a las que prometió alivios para entonces.
Aunque se trataba de una cifra importante, considerando el poco tiempo que pasó, otras miles de personas no habían recibido nada después de casi 20 días de confinamiento. Eso generó varias protestas en la capital. Una de las más notorias fue la de Ciudad Bolívar, donde muchas personas pusieron trapos rojos en señal de hambre y también salieron a las calles para manifestar su inconformidad.
En mayo, la Alcaldía había entregado 336.884 transferencias y 187.954 mercados. Es importante aclarar que algunos recibieron mercado y transferencia, entonces no se lograba la meta porque en ocasiones se entregaban dos ayudas a un mismo hogar.
Con todo, luego de estos tres meses de cuarentena, la Administración logró llegar a 540.270 familias a través de transferencias bancarias, superando la meta inicial. De hecho, ya han dado un segundo ciclo de ayudas y prometen dar un tercero.
Además, se logró incluir en el Plan de Desarrollo un ingreso mínimo para las familias más vulnerables. Según explicó a La Silla Vacía el secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, el ingreso será alrededor de 400 mil pesos. El valor puede variar dependiendo de la necesidad del hogar.
El trecho
La secretaria de Integración, Xinia Navarro, dijo a La Silla Vacía que hubo varios inconvenientes para llegar con los mercados en los tiempos que se esperaba. Uno fue que no había una base de datos consolidada de las familias necesitadas y había personas por fuera de los listados del Sisbén que también requerían alivios, y eso solo se lograba yendo a los territorios a buscar a la gente.
Después de identificar los 413 barrios a los que irían, el problema no era conseguir los mercados o el dinero, sino la logística, tal como lo contamos en La Silla Vacía. En una semana lograban llegar a dos localidades. Y era necesario llenar unas bases de datos para que en una próxima oportunidad fuera más sencillo el procedimiento.
Claudia López también dijo que otro factor que influyó en las demoras fue que había que bancarizar a las personas, cosa que no era fácil. En el país había habido un escándalo porque algunos bancos habían cobrado entre 15 mil y 20 mil pesos a las personas que sacaban su dinero sin tener una cuenta. Las entidades explicaron en su momento que no querían cobrarlos y que los iban a devolver, sino que el sistema ya funcionaba automáticamente de ese modo y tenían que adaptarlo. Mientras solucionaban el lío tecnológico, los días corrían y la gente seguía esperando.
La Alcaldesa también dijo que se retrasaron porque la Contraloría, la Procuraduría y la Fiscalía habían pedido frenar Ingreso Solidario, el programa de entrega de ayudas del Gobierno Nacional, del que hace parte Bogotá solidaria, por posibles hechos de corrupción que se venían presentando.
Sin embargo, día siguiente los entes de control la desmintieron y aseguraron a través de un comunicado de prensa que “los órganos de control no han dado orden a la alcaldesa de Bogotá de suspender los giros correspondientes al subsidio denominado Ingreso Solidario”.
Otra de las críticas que hubo a las entregas de ayudas fue el hecho de que llegaran mensajes personalizados a los ciudadanos en los que decía “Hola. Soy Claudia López. Usted es beneficiario de una transferencia bancaria...”.
El concejal del Polo, Carlos Carrillo, dijo a La Silla que la mandataria “fue muy hábil cuando en los primeros días de la crisis decidió apropiarse de todas las ayudas, incluidas las del Gobierno Nacional (en referencia a que Bogotá Solidaria incluye beneficios de la Nación). Es un acto de maniobras política impresentable. Eso es exactamente lo mismo que si hubiera repartido personalmente un mercado”, declaró.
La Alcaldesa explicó en el momento de las críticas que, en un principio, no se había pensado incluir su nombre en el mensaje, pero se habían dado cuenta de que la gente no creía que fuera verdad lo de la transferencia y, de hecho, aún hoy hay muchas familias que no la han reclamado porque desconocen que la tienen.
En ese proceso, el presidente del Concejo de Bogotá, Carlos Fernando Galán, manifestó a través de sus redes sociales que le preocupaba que el 20 de abril la alcaldesa dijo que se habían entregado 1.808.990 ayudas alimentarias, pero que no aclaró que eso incluía mercados, apoyo alimentario, refrigerios del Programa de Alimentación Escolar (PAE), entre otras. Que era importante destacar que antes de cuarentena se entregaban diariamente más de 700 mil refrigerios PAE. Xinia Navarro, la secretaria de Integración, respondió que quizá hubo una confusión, pero que en la página de Bogotá Solidaria siempre estuvieron desagregadas las ayudas.
Por ahora, se han llevado 50 milmercados a las zonas de cuidado especial y se seguirán entregando más en los próximos días. Se hará un tercer giro bancario y se espera que en lo que resta del año el programa de ingreso mínimo llegue a 800 mil familias.
