La próxima semana las carboneras Drummond y Prodeco recibirán una visita inusual: la ministra holandesa de comercio exterior Lilianne Ploumen y altos directivos de cinco empresas energéticas que les compran carbón vendrán a visitar sus minas en el Cesar. Su intención es revisar el respeto a normas laborales y ambientales, y a conversar con quienes acusan a las mineras de haber financiado a los paramilitares que asolaron la zona en los años noventa.
Con Ploumen vendrán directivos de las empresas energéticas holandesas Nuon y Essent, las alemanas E.ON y Delta, y la belga Electrabel, que figuran entre las grandes compradoras de Drummond y Prodeco, la segunda y tercera productora nacional después de Cerrejón. En Cesar se reunirán con víctimas de los paras, sindicalistas de las dos empresas y habitantes de los tres poblados que las empresas carboníferas tendrán que reasentar por orden del Ministerio de Ambiente.
La visita ocurre diez meses después de que la ONG holandesa de derechos humanos Pax publicara un informe recogiendo las denuncias de víctimas de la violencia en el Cesar y señalando a las dos mineras por posible financiamiento del Frente Juan Andrés Álvarez de los paras que operaba en esa zona carbonífera, daños ambientales y compra de tierras despojadas.
Las dos mineras niegan los señalamientos de Pax, aunque -como ha contado La Silla- el debate que se puede abrir no es menor teniendo en cuenta que los Países Bajos son el mayor comprador de carbón colombiano en el mundo y su puerto de acceso al resto de Europa. En total, el 20 por ciento termina en Holanda y otro 19 por ciento en los demás países de la Unión Europea.
Hace dos meses el Ministerio de Relaciones Exteriores holandés invitó a la minera estadounidense Drummond a presentar su política de responsabilidad empresarial en una reunión en La Haya. En esa ocasión el Ministerio también convocó al Gobierno colombiano y a la alianza de compradores de carbón BetterCoal, pero no a las organizaciones que en el pasado han cuestionado a Drummond.
Por eso, esta visita a los sindicatos y a las víctimas abre una puerta a un debate más amplio sobre las acciones de las dos carboneras, además frente a varios de sus principales compradores.