El 5 de enero, el alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa dijo que reabrir el Hospital San Juan de Dios no era una de sus prioridades. Pero faltando 5 pa las 12 para que se acabara el año -y su mandato-, el saliente alcalde Gustavo Petro finalmente logró que el Distrito lo comprara, por lo que ahora ignorarlo tendrá un costo para la ciudad y para el nuevo alcalde.


En noviembre, a un mes de que se le acabara el mandato, Petro le propuso a la Gobernación de Cundinamarca, dueña del Hospital San de Juan de Dios, un camino para que ésta finalmente se lo pudiera vender a pesar de que estaba embargado.
La Gobernación, en cabeza de Guillermo Rivera, aceptó venderlo al Distrito por 157 mil millones de pesos. La entidad que lo compró fue la Empresa de Renovación Urbana que, en la era Petro, tenía el proyecto de restaurar el hospital y es la entidad que tiene experiencia en gestión inmobiliaria y que hace las expropiaciones del Idu.
El proyecto de la ERU para el San Juan, que como contó El Tiempo en diciembre recibió el visto bueno del Ministerio de Cultura, incluye restaurar los 24 edificios del Hospital -hacer cambios de redes y adecuar y reforzar las estructuras- y está valorado en unos 729 mil millones de pesos, según un estudio del Instituto de Patrimonio del Distrito y la Universidad Nacional (casi tres veces el presupuesto de inversión de la Universidad Distrital en 2015).
Con el acuerdo listo con la Gobernación, en la última semana de diciembre, la Alcaldía le giró los 157.350 millones de pesos.
A pesar de que la ciudad ya desembolsó la plata para comprarlo, el Distrito todavía no tiene las escrituras. Lo que tiene es una promesa de compraventa porque la propiedad del San Juan de Dios sigue en un limbo jurídico.
El lío es que la Fundación San Juan de Dios, que era su dueño originario y está en liquidación, tiene encima varios embargos (de la Dian, de un laboratorio y otro del Idu) que están en trámite de resolverse.
“No se ha podido registrar la propiedad. Petro se apresuró a pagar porque sabía que si no lo hacía el asunto iba a terminar en manos de la nueva administración. Ahora, como hecho cumplido es muy difícil echarse para atrás”, le dijo a La Silla el secretario de Salud de Enrique Peñalosa, Luis Gonzalo Morales.
Aunque no es extraño que alguien pague por un bien sin tener todavía las escrituras, con esa decisión Petro logró dejar amarrado a Peñalosa con el Hospital. Así, el ex alcalde logró concretar una de sus grandes banderas y que se convirtió casi en una obsesión porque para el ex alcalde, el San Juan de Dios es un símbolo popular de la nación que él quería reabrir para que fuera lo mejor de la medicina en el país.
Por eso, entre el 28 y el 31 de diciembre (el último día de su administración) el ex alcalde y Canal Capital trinaron fotos y anunciaron la “apertura formal” del Hospital San Juan de Dios.
#Avance Hoy se da apertura formal, después de 17 años, al emblemático Hospital San Juan de Dios en Bogotá pic.twitter.com/iFSEGEHcxe
— Canal Capital (@CanalCapital) diciembre 31, 2015
Un anuncio que ya se había hecho antes al menos tres veces en su Alcaldía pero que no se pudo concretar por la cantidad de pleitos legales que aún posan sobre el Hospital.


.jpg)

Petro ha dicho que el hospital, lejos de ser un cascarón, tiene “intervenidos” 5.600 metros cuadrados de 22 mil que tiene en total.
Según una fuente de la anterior alcaldía, se refieren a que hoy en el Hospital funciona un jardín infantil de integración social y en dos edificios operan laboratorios para delitos sexuales de Medicina Legal. Y se están haciendo obras que tienen que ver directamente con la entrada en operación del Hospital en la torre central para adecuar las salas de servicios de urgencias, cuidados intensivos e intermedios. Esas obras fueron contratadas en convenio con el Hospital de Kennedy, cubren un área de 8 mil metros cuadrados y tienen un plazo de ejecución de tres meses .
Aunque todavía no se ha vencido el plazo para terminar esas obras, para la actual Administración lo que hay hoy es sobre todo consultorios en el área de urgencias que están en el primer piso. “En los otros tres pisos no se ha hecho nada”, le dijo a La Silla Morales. “No tiene ascensores, ni redes eléctricas ni hidráulicas, ni de gases, ni agua ni energía. Tienen una planta eléctrica”, agregó.
La Silla supo por alguien que está trabajando en la obra que el contrato que se está ejecutando sí incluye algunas de estas redes como las de gases medicinales y sanitarias además de condiciones técnicas de ventilación.
“Las obras están muy adelantadas”, le dijo a La Silla Martha Lucía Zamora, ex secretaria general de la Alcaldía de Petro.
De todas formas el Secretario Morales ha insistido en que “no hay condiciones para prestar servicios” en el Hospital San Juan de Dios y publicó unas fotos para probarlo y que según él mismo fueron tomadas en el subsótano y en los pisos tres y cuatro donde se ve el Hospital en obra negra.
Y critica la forma en la que se están ejecutando esos contratos. “Se hicieron remodelando algo que no es del Distrito, algo ilegal. Yo no puedo invertir en algo que no es mio y eso aún no se ha resuelto. Sigue enredado el registro [de la propiedad]”, dice.
En sus últimos días en el Palacio Liévano, Petro intentó además dejar adjudicada la licitación para dotar el Hospital, con un costo de entre 14 y 15 mil millones de pesos. Pero esta finalmente nunca se hizo.
Lo que sí dejó Petro firmados fueron tres contratos por valor de 9 mil millones de pesos para continuar las obras de remodelación del edificio. Contratos que, según le dijo a La Silla una fuente de la anterior Alcaldía, fueron estructurados desde septiembre siguiendo un plan formulado en 2015. Pero que se firmaron el 30 de diciembre, según Morales.
Por ahora, la nueva Administración está intentando suspender esos contratos, algo que de entrada no parece fácil.
Pero lo más preocupante para Morales es que una vez se resuelva el asunto de la propiedad del Hospital y antes de pensar en ponerlo a funcionar como hospital, se necesita saber si la estructura cumple los requisitos para hacerlo. Es decir, si los edificios aguantan todo lo que implica un hospital moderno.
Por ahora, la Secretaría de Salud le pidió a la Sociedad de Ingenieros que le haga un concepto para determinar si la estructura necesita, como cree él, un reforzamiento o no. De ser así, esa estructura costaría 250 mil millones de pesos, lo mismo que cuesta hacer un hospital nuevo y dotado, según Morales.
Y, además, significaría que se tiene que desbaratar si no todas, al menos buena parte de las obras que hizo Petro porque el reforzamiento de la estructura se hace tumbando parte de los muros finales para trabajar sobre la estructura básica como pisos, columnas y tuberías del Hospital.
“El reforzamiento es más costoso que tumbarlo y volverlo a hacer”, dice Morales.
El problema es que los edificios del San Juan de Dios son patrimonio arquitectónico y, por lo tanto, no es tan fácil de tumbar para hacer algo encima.
Por ahora, según Morales, el Distrito solo tiene en caja 180 mil millones de pesos para adecuar hospitales que ya existen en la ciudad y eso les alcanza para terminar las obras en el Hospital de Kennedy, que es una de las prioridades del plan de Peñalosa para la salud.
El plan también incluye construir seis hospitales nuevos y hacer 40 centros de atención prioritaria en salud, obras que cuestan unos dos billones de pesos pero que serán construidas a través de alianzas público privadas. Es decir, serán concesionados.
El San Juan de Dios no estába contemplado en este plan. Pero como Petro alcanzó a comprarlo, el centenario hospital se volvió una herencia incómoda para Peñalosa.