Esta mañana el paso entre Colombia y Venezuela se reabrió, justo cuando el presidente Juan Manuel Santos Santos llegó a Cúcuta para hacerle frente al cierre del paso que completaba una semana.
El anuncio de la apertura lo hizo ayer a eso de la media noche Vladimir Padrino, ministro de Defensa de Venezuela, quien tuiteó que el Presidente Santos y su homólogo Nicolás Maduro conversaron y acordaron reactivar el paso peatonal paulatinamente.
Esta no fue la primera vez que Maduro cerró el paso entre los dos países, pero esa repetición y el hecho de que esta vez lo haya argumentando en que era necesario para renovar los billetes de bolívares y dejar fuera de circulación billetes los viejos de más alta denominación porque los colombianos pertenecen a mafias que lo iban a impedir, no solo dio al traste con la recomposición de las relaciones de los dos países tras el anterior bloqueo del paso, sino que hace más difícil que se logre una recuperación igual en la frontera.
Estos son los coletazos del cierre.
La frágil confianza a tambalear
La manera en la que Maduro decretó el nuevo cierre de la frontera le pegó de frente a la confianza entre los dos países que se venía reconstruiyendo desde agosto, cuando se reabrió el paso peatonal.
Si bien esa confianza ha sido frágil desde hcce años, el que Maduro no solo acusara a Colombia de estar detrás de supuestas “mafias” que quieren darle “un golpe de Estado económico”, sino que también lo responsabilizara de la crisis que está viviendo su país por el desabastecimiento y la hiperinflación (que este año va a cerrar en un 475 por ciento según el Fondo Monetario Internaiconal), dejó la idea de que para Venezuela la reconstrucción de las relaciones no es muy importante.
Esas declaraciones no solo pusieron a Santos a sortear nuevamente la papa caliente en que se ha convertido las relaciones diplomáticas con Venezuela y a responderle a la presión de los congresistas y políticos locales que reclaman una posición contundente frente a las acusaciones, sino que marcaron nuevamente distancia con ese país y acabaron con los acercamientos que habían servido para limar asperezas entre los dos con motivo del proceso de paz con las Farc.
Una fuente de la Cancillería le dijo a La Silla que tras las palabras de Maduro la confianza quedó en el piso y que anoche Santos cuando estaba reunido con la canciller María Ángela Holguín estaba revisando la manera en la que le haría frente a esa nueva crisis diplomática.
“Aquí se esperaban avances de parte y parte pero con la manera en la que actúa Maduro es poco lo que se puede avanzar coordinadamente y eso es lo que se va a revisar. Los anuncios los hará (Santos) en Cúcuta”, le dijo a La Silla esa fuente.
El comercio de la frontera se terminó de estancar
A diferencia de los cierres anteriores, en esta ocasión Maduro argumentó razones económicas. Y eso generó tanta incertidumbre que el comercio en la frontera entre Colombia y Venezuela quedó en veremos aun con la reapertura.
Por un lado, los comerciantes de la frontera anunciaron que no recibirán bolívares y eso abre la puerta a especulaciones sobre qué pasará cuando los venezolanos, tras la reapertura del paso, lleguen a abastecerse.
La principal razón está en que los comerciantes temen que otra decisión de Maduro los dejé con unos billetes que dejen de tener valor en Velezuela y nadie les cambie, por lo que han optado por no recibir esa moneda. Y como en Venezuela no hay dólares, no hay alternativa.
La directora de Fenalco en Cúcuta, Gladys Navarro, le dijo a La Silla que ese será uno de los huesos duros de roer. E incluso que, como no tienen nada claro sobre lo que va a pasar, “termina siendo más saludable el cierre de la frontera en estos momentos”.
La salida para mantener vivas esas relaciones comerciales son las casas de cambio, pero éstas redujeron al mínimo la compra de bolívares y están trabajando con la recomendación de mantener ese bajo nivel para evitar pérdidas.
El golpe inicial no ha sido tan duro porque, según reportes de Ascocambios y de Fenalco, los cambistas y los comerciantes de la frontera no se quedaron con billetes de 100 bolívares, que son los que Maduro está recogiendo y están a punto de perder validez
El problema es que como los venezolanos llegan en su mayoría a comprar productos básicos de la canasta familiar, a pesar de la reactivación del paso puede revivir el problema humanitario en el lado venezolano de la frontera.
La reapertura formal quedó en el aire
Hace 16 meses se cerró completamente el paso fronterizo entre Colombia y Venezuela, y aunque los últimos cuatro meses hubo avances en una agenda negociada para abrirla gradualmente, hoy hay incertidumbre sobre si se va a retomar ese camino.
Ayer a última hora, al tuitear el anuncio de la reapertura gradual, el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, dijo que había conversado con su par en Colombia, Luis Carlos Villegas, y anunció que nuevamente acordaron la lucha coordinada contra las mafias que, como ha contado La Silla, son las bandas criminales que controlan el contrabando en la frontera con la complicidad de parte de la Guardia venezolana y de la Policía colombiana. Pero no dijo nada de los otros puntos de la agenda.
Y es que en los últimos meses delegaciones de los dos gobiernos se reunieron para coordinar asuntos de seguridad, contrabando y control migratorio y aduanero, y en todos, según le contó a La Silla una fuente que lo sabe de primera mano, hubo acuerdos o algún tipo de avance.
“Las gobernaciones de los lados fronterizos lo hicieron muy bien, había coordinación y comunicación. Este nuevo cierre pone a revaluar los términos de esos acercamientos”, le contó a La Silla esa fuente.
Ahora, con este antecendente no es claro qué va a pasar con con medidas como la tarjeta migratoria -paso previo a una cédula fronteriza-, porque el mensaje de Maduro es que los avances no son suficientes pero para Colombia no hay manera de ceder más. Sobre todo porque los principales problemas económicos de Venezuela no se deben ni a Santos ni a la frontera.
Nuevo revés a comerciantes y empresarios
Como lo contó La Silla, el comercio de abarrotes y productos de aseo se disparó con la reapertura parcial del paso fronterizo. Según cifras de Migración Colombia 4,8 millones de venezolanos entraron a Colombia para comprarlos entre la reapertura de agosto y la primera de semana de noviembre.
En la semana del nuevo cierre, según la directora seccional de Fenalco, Gladys Navarro, el comercio de esos bienes había disminuido sus ventas entre un 10 y un 12 por ciento. Aunque la cifra parece menor, afecta las proyecciones financieras del sector, que proyectó sus gastos -contratando gente o comprando más productos- con la idea de que iban a llegar venezolanos.
El otro golpe lo reciben los cambistas, que tienen comprimido el mercado y no están comprando bolívares por miedo a que el cierre se extienda o se repita y terminen perdiendo plata. “¿Quién se quiere quedar con una moneda que se devalúa todos los días?”, le dijo a La Silla Juan Fernando González, presidente de Asocambios.
Además, los transportadores de carga también están reportando pérdidas de $375 millones diarios.
El turismo fue otro gran afectado. Desde que se abrió la frontera se activó el paso de turistas colombianos que quieren llegar a las islas de Venezuela por el bajo costo de vacacionar en ellas, pero en esta semana más 350 colombianos de Medellín, Cali, Bogotá y Bucaramanga se quedron sin pasar. Con eso perdieron la plata de los tiquetes y están esperando la devolución de su dinero por los planes que adquirieron, una situación que puede afectar a futuros turistas que tienen un motivo para elegir otros destinos.
Las exportaciones de carbón, cuero, calzado, ropa o plástico, que tenían a Venezuela como un destino importante hasta el 2015, no se beneficiaron con la apertura parcial de la frontera, y por eso este cierre no las golpeo.
Salió a relucir otra vez la ignorada de Santos
Aunque Maduro dio unas primeras declaraciones contra Colombia hace una semana, cuando anunció que emitiría billetes con nuevas denominaciones, Santos solo rechazó los señalamientos al final del Consejo de Ministros de ayer, cuando anunció que viajaría hoy a Cúcuta para tomar acciones por el nuevo cierre. Y dado que con eso logró la reapertura en menos de 12 horas, quedó la sensación de que si hubiera actuado antes el cierre habría durado menos.
Tras esas declaraciones el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió un comunicado en el que aseguró que desde la semana pasada le envió una nota de rechazo al embajador de Venezuela en Colombia por lel cierre; y el Ministro del Interior, el cucuteño Juan Fernando Cristo, calificó de ofensivas y mentirosas las salidas de Maduro.
Una fuente de la Cancillería le contó a La Silla que lo que estaban esperando era que la frontera se reabriera a las 72 horas y que las delcaraciones de Maduro no tarscendieran, pero que cuando anunció que el cierre iba hasta el 2 de enero, Santos tuvo que hacerle frente.
Aunque La Silla no logró comprobar esa versión con otra fuente, tres políticos y un dirigente gremial de Norte nos dijeron por aparte que con la reacción tardía Santos vuelve a restar puntos en la frontera, donde su Gobierno ha salido mal librado por cuenta de la falta de inversión y promesas incumplidas.
Como lo contó La Silla, en la crisis que se acabó en agosto el Gobierno de Santos solo actuó para apagar el incendio. Con el nuevo cierre congresistas, dirigentes gremiales, políticos y ciudadanos le están pidiendo que invierta en vías y cree alivios tributarios temporales para que la vida comercial de esa zona no dependa de tener abierta la frontera.
De hecho esta semana empezaron a recoger firmas para que allí el IVA no suba del 16 al 19 por ciento, por lo menos hasta que se construyan las carreteras 4G que conectarían al departamento; para que se cree un fondo de desarrollo regional; y para que prioricen programas de vivienda en ese departamento.
