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El top del primer año de La Caribe (y una promesa)

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Hoy hace un año pusimos a sonar gaitas, tambores y acordeones en la Silla Vacía, que decidió tener una hija por fuera de Bogotá convencida de que este país es, sobre todo, sus regiones y de que para poder contarlas hay que recorrerlas y entenderlas bien.

Con los mismos criterios de independencia, relación horizontal con las audiencias y transparencia de La Silla Vacía, que vio la luz hace siete años, nos lanzamos a las en ese momento desconocidas aguas de montar equipo y oficina en el Caribe para intentar relatar el poder costeño cumpliendo con nuestra principal máxima: contamos todo lo que sabemos y sabemos todo lo que contamos.

Doce meses después, aquí estamos y, parafraseando al Joe Arroyo, en el Caribe nos quedamos. Gracias a los usuarios y amigos que nos han acogido no hemos desfallecido y tenemos toda la expectativa de seguir adelante.

A manera de celebración, traemos este top:

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Lo más duro

Llegar a una región para armar equipo, montar oficina y empezar a evidenciar poderes que se creen intocables se dice más fácil de lo que se hace. En estos 12 meses la hemos tenido cuesta arriba en esos tres casos. Y especialmente en el último, porque una cosa es escribir desde Bogotá de temas que casi nunca les convienen a los poderosos y otra es hacerlo desde ciudades, y a veces pueblos, mucho más pequeñas, en donde se corre el riesgo de toparse a esos personajes en cualquier esquina y hay en general más vulnerabilidad.

A eso le sumamos las particularidades de la reportería. Por ejemplo, muchas veces nos tocan largos viajes por tierra, en transportes que no siempre son cómodos (sobre todo hacia las zonas rurales). Al Caribe llegamos desde marzo de 2015 para alistar la salida al aire que fue dos meses después. Sin embargo, aunque somos conscientes de que estar en terreno genera ciertas fragilidades, no cambiamos por nada el privilegio de ver de cerca la complejidad de todas las historias.

 
2
La sorpresa

En noviembre pasado, escribimos una historia titulada ‘La fe de Carlos Vives en la política’, en la que relatamos cómo el famoso cantante samario se había convertido en un inesperado aliado para el entonces alcalde saliente de Santa Marta, Carlos Caicedo. Vives había puesto varios mensajes y fotos en facebook elogiando a Caicedo y a su proyecto político. La primera sorpresa nos la llevamos cuando, a los pocos días, el artista escribió en nuestra red de líderes una entrada titulada‘Ahí les dejo la silla vacía’, en la que niega que apoye al caicedismo y que esté en la lógica de las candidaturas y los cálculos electorales.

Pero mayor sorpresa aún fue que, en marzo de este año, nuestro querido Vives haya declarado a medios locales que se ‘pinta’ como Alcalde. Por eso seguimos creyendo que efectivamente tiene fe en la política, aunque le agradecemos mucho su participación en nuestra red. En ese espacio, ¡ahí tendrás siempre tu silla, Carlos!

 
3
La más leída

Con 53.963 vistas hasta minutos antes de esta publicación, la historia más leída en nuestro primer año de vida es una investigación titulada: ‘Los Daes, el poder desconocido del Caribe’. Se trata, de hecho, de la primera reportería que hicimos al llegar a la región. Duramos más o menos dos meses hablando con 18 fuentes sobre los hermanos Christian y José Manuel ‘Yuyo’ Daes Abuchaibe, cabezas de un emporio económico con las mejores relaciones políticas, que se codean con los Name, los Gerlein y los Char en el mapa del poder en el Atlántico. Pero que, a diferencia de esos apellidos sinónimo de poder costeño, en el resto del país son prácticamente desconocidos.

Le sigue en número de vistas, con poco más de 22 mil, un confidencial sobre la alianza política entre parte del grupo de Enilce López alias ‘La Gata’ con la entonces candidata a la Gobernación de Bolívar, Yolanda Wong.

 
4
El mayor orgullo

El temprano cubrimiento que empezamos a hacer durante las regionales sobre la colonización vargasllerista en el Caribe. Esas elecciones fueron nuestro principal reto periodístico recién salidos al aire, y muy pronto entendimos que iban a estar marcadas por las movidas y alianzas que lideró el partido del Vicepresidente, vía el hoy alcalde barranquillero Álex Char, para asegurarle la primera cuota hacia la Presidencia a Germán Vargas Lleras.

Con la historia ‘Char, la pieza clave del proyecto Vargas en el Caribe’ comenzamos a contar las jugadas que se dieron en ese sentido en los ocho departamentos, bajo la batuta de Char.

En general, en las regionales fuimos muy felices publicando nuestros tradicionales tarjetones y perfiles, junto a varias historias que dieron cuenta detallada de cómo funciona la compra del voto y de qué manera se relacionan los poderes locales cuestionados con el poder central bogotano.

Desde que nacimos nos comprometimos a no reafirmar estereotipos equivocados o contar la misma caricatura que muchos hacen de los políticos costeños, sino a narrar historias complejas sobre las dinámicas del poder. Y eso incluye el factor Bogotá.

Por supuesto, ese factor se sintió de manera especial en las jugadas de los aliados del Vicepresidente.

También nos enorgullece mucho haber comenzado a cubrir la movida del poder en San Andrés y Providencia, el archipiélago casi siempre ignorado por la gran prensa. En estos doce meses, contamos quiénes son los súper poderosos de SAI, cuál fue el poder que en elecciones asustó en Providencia y las heridas que el Plan San Andrés del Gobierno Santos no les cura a los isleños, entre otros temas.

 
5
El dilema

En este primer año de vida nos metimos a contar el poder por dentro de dos de los eventos culturales más importantes de la región y el país: el Carnaval de Barranquilla y el Festival Vallenato de Valledupar. Dado el gran peso y la confluencia de poderosos que tienen estas celebraciones, no podíamos dejarlas por fuera de nuestro radar. Aunque, no fueron reporterías fáciles y nos plantearon un dilema, debido a que casi todos los medios que los cubren se ciñen únicamente a la movida cultural y hay cierta condescendencia en ese sentido. Como nosotros llegamos a evidenciar asuntos menos simpáticos, en ocasiones nos sentimos como el aburrido que le apaga la música a la fiesta. Con seguridad, cuando lleguen las próximas corralejas lo volveremos a debatir.

 
6
El mayor susto

Nuestra llegada al Caribe estuvo pasada por una serie de situaciones inéditas, entre ellas una ocurrida días antes de nuestro lanzamiento: tres motos con tipos armados me atracaron en Valledupar, pero sólo se quedaron con mis libretas de apuntes y agenda. El celular fue devuelto al día siguiente por una persona que dijo haberlo comprado en la calle, aunque lo entregó reseteado. Y la billetera con todos los papeles y tarjetas fue entregada horas más tarde por alguien que supuestamente la encontró en la calle. Por todo ello, el suceso fue considerado por la FLIP como un robo de información. Un año después, seguimos sin tener certeza de si se trató de delincuencia común, pero por fortuna no nos ha vuelto a suceder ningún incidente por el estilo.

 
7
La más apaleada

Unas 400 menciones a nuestro twitter entre reclamos e insultos en menos de dos horas le dan, y con creces, el premio a la historia más apaleada de este primer año a ‘El secreto cartagenero de la marcha uribista’. Se trata de un perfil sobre el teólogo Miguel Arrázola, el pastor más influyente entre los cristianos protestantes de Cartagena y hombre clave en el éxito de la marcha uribista de abril pasado allí en La Heroica. El propio Arrázola fue quien comenzó la lluvia de críticas a la que se fueron sumando cientos de sus seguidores que, incluso, escribieron a la cuenta personal de Tatiana, la autora.

 
8
El mayor elogio o regalo

En realidad, al pensar en el mayor elogio en estos doce meses no se nos vino a la cabeza ninguna manifestación pública, sino más bien un comentario general en el que han coincidido amigos y fuentes distintas de todos los departamentos, que nos dicen con discreción que se alegran de que estemos contando las movidas del poder que otros medios no cuentan.

En un sentido parecido, hoy es una bonita oportunidad para agradecer otro elogio: el que nos hacen varios colegas locales cuando generosamente nos dan pistas o pasan datos que no siempre les son fáciles de sacar en sus respectivos medios. Esa situación, que no es la más ideal, nos ha permitido estrechar lazos con ellos y, lo más importante, que no se dejen de decir unas verdades.

 
9
Las más dolorosas

En un especial llamado ‘Desenterrar al periodista’, hecho con el apoyo de Oxfam y la Unión Europea para rescatar la memoria de ocho periodistas anónimos asesinados en región a causa del oficio, este año hemos sacado cuatro perfiles que nos han tocado mucho por evidenciar lo difícil que es hacer periodismo en región.

Son los de Oswaldo Regino (en Montería), Carlos Lajud (en Barranquilla), Rafael Prins (en Magangué) y Guzmán Quintero (en Valledupar), todos periodistas y todos asesinados, según los indicios, por incomodar al poder.

Para los familiares y amigos de ellos que fueron tan amplios en el tiempo y la paciencia que nos regalaron en esa reportería, no tenemos sino palabras de agradecimiento y el sincero deseo de haber escrito las historias con todas sus justas particularidades.

 
10
El apoyo clave

Aunque el equipo base de La Silla Caribe somos Laura Ardila, como editora; y Tatiana Velásquez, son muchas las manos que desde La Silla Vacía en Bogotá nos han ayudado a poner ladrillos estos doce meses. Además de las fundamentales de Juanita, están las de Juan Esteban Lewin, que nos da ideas y ayuda a definir enfoques. Andrés Bermúdez, que ya no está en La Silla, pero escribió varias historias de La Caribe este año, como la del robo a la Ciénaga Grande de Santa Marta. Y Eduardo Briceño, coordinador de La Silla Llena, quien nos ayuda en todo lo de la red de líderes costeños desde que Claudia Ayola (columnista cartagenera y amiga de La Caribe) tuvo que dejar la coordinación que tenía.

En los temas administrativos no podríamos hacer nada sin Myriam Cortés, nuestra “Myri”, directora administrativa de La Silla Vacía, quien nos da guía y nos regaña para que tengamos todos esos asuntos al día. Ella, además, es la ‘mamá’ que está pendiente de nosotras siempre que hacemos viajes a zonas complicadas.

Igual, para todos los asuntos gráficos y creativos hemos contado con el coordinador gráfico de La Silla, Daniel Morelo, cuyo talento y paciencia han sido clave para montar bases de datos como las de los megacontratistas que estamos sacando por departamento. Ni qué decir del ingeniero de sistemas Luis Carlos Gómez, que montó toda la parte funcional del sitio. Él dejó La Silla en abril de 2015 para montar su propia empresa, llamada Jerrejerre, pero aún tenemos la suerte de que nos colabore externamente.

 
11
La promesa

Después de este recuento, un compromiso mirando hacia adelante: en este segundo año que arranca hoy para La Silla Caribe nos hemos propuesto fortalecer nuestra red de líderes, en la que generosamente han participado estos doce meses sin falta miembros como Jacobo Solano, Claudia Ayola y Kathy Porto.

También planeamos contar más historias sobre el aterrizaje de los acuerdos de La Habana y de la movida del poder en los dramas ambientales. Detallar la expansión del vargascharismo en contratos y burocracia. Y develar más poderes no obvios, algunos, en municipios a los que no hemos ido en esta región, que tiene uno de cada tres congresistas y será clave para definir el nombre del nuevo Presidente.

La ñapa: el deseo. Aquí, y con la excusa del cumpleaños, me permito hacer público un sueño: que en un futuro La Silla Caribe se convierta en el primer medio nacional desde una región, con un equipo muy parecido al de La Silla Vacía en número y calidad que nos permita hacer más historias todos los días. Una suerte de escuela para periodistas jóvenes, que sirva de inspiración a proyectos parecidos en otras regiones y sea el principal referente del periodismo político costeño. Soñar no cuesta nada, ¿verdad?

Pd: ¡En tres meses cumple también su primer año nuestra hermana La Silla Santandereana!

 
Imagen de nuestra reciente reportería de tres días en la alta Guajira.
La Silla Caribe

El primer traspiés de las carreteras 4G

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Esta mañana la ANI hizo la audiencia para recibir las ofertas de los interesados en construir la doble calzada entre Pamplona y Cúcuta. Y por primera vez desde que empezó el programa de licitaciones de cuarta generación (conocido como 4G), nadie hizo una oferta, lo que abre un interrogante sobre la principal apuesta de inversión e infraestructura del Gobierno.

 

Esa carretera, que es fundamental para mejorar la conexión entre Cúcuta y la frontera con Venezuela y el resto del país, era el complemento de la doble calzada entre Bucaramanga y Pamplona que se ganaron los Solarte a través de la empresa CSS hace 10 días.

Según dos fuentes del sector, el proyecto no era financieramente viable, y por eso ninguna de las constructoras que han estado detrás de esos proyectos se presentó. Según una de ellas, las vigencias futuras que se comprometía a poner el Estado se quedaron cortas por unos 300 mil millones de pesos.

Por el lado de la ANI, la idea es revisar el proyecto para sacarlo adelante.Pero todo indica que definitivamente ya se acabó la plata para hacer carreteras de 4G, tanto porque el sector financiero colombiano ya tiene poco margen para seguir prestando, como porque la capacidad del Estado para poner vigencias futuras (es decir, plata que saldrá del presupuesto futuro) como la de prestar (comprando bonos de los constructores o a través de la Financiera para el Desarrollo Nacional) está al límite.

Ahora la pregunta es si el problema es puntual, solo de esta carretera, o si con esa falta de dinero los 20 proyectos que ya se licitaron van a ejecutarse sin líos, algo fundamental para la economía del país y para el futuro político de todo el Gobierno y especialmente del vicepresidente Germán Vargas, que está encargado de ellas.

La Silla
Germán Vargas Lleras

Germán Vargas Lleras

Vicepresidente de la República

El retorno del glifosato

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Esta tarde se aprobó la aspersión manual de los cultivos de coca. Aunque todos los ministerios votaron a favor, parece que el único que no lo hizo a regañadientes fue el de Defensa. Luis Carlos Villegas fue el que impulsó la idea con el respaldo del presidente Santos y de la Policía y al resto de carteras les tocó alinearse a pesar de sus reservas.

La carta de Ordóñez, el as de Villegas

La reunión del Consejo de Estupefacientes hoy la anunció el ministro de Justicia Yesid Reyes desde el 19 de abril tras recibir una carta en la que el procurador Alejandro Ordóñez señalaba la necesidad de revisar la política de drogas.

“El país está nadando en coca” fue el titular que con su carta le dio el Procurador a los medios. Citó en ella cifras de un aumento del 100 por ciento de los cultivos en dos años y un retroceso a niveles de producción de la planta que no se veían desde el 2007. Las cifras las sacó de un informe de la Casa Blanca en el que se reportó un aumento de los cultivos del 42% entre el 2014 y el 2015 para un total de 159 mil hectáreas en el país.  

La razón principal, según Ordóñez, son los compromisos que el Gobierno ha hecho con las Farc para avanzar en las negociaciones, entre ellos la de la suspensión de la aspersión aérea con glifosato.

 

El ministro de Defensa no negó las cifras pero si refutó que el aumento de los cultivos se debiera a concesiones en la Habana. Dijo que la explicación del aumento de los cultivos era que los grupos criminales se habían adaptado a las estrategias del gobierno en la lucha contra la producción.

Entre la carta del Procurador y las palabras de Reyes, el ministro de Defensa Luis Carlos Villegas aprovechó para anunciar públicamente que se estaba evaluando la fumigación con glifosato, esta vez de manera manual, y que la posibilidad se discutiría en el Consejo de Estupefacientes.

En realidad, en la reunión de hoy hubo poca discusión. Según dos fuentes de ministerios que asistieron, Villegas obtuvo el concepto favorable del ministerio de Salud con sus recomendaciones para la seguridad de los fumigadores y el visto bueno de Ambiente. Llegó también con información de un estudio que su cartera le encargó a la Policía sobre la viabilidad de la aspersión manual.

Desde finales del año pasado, el Ministro ha hablado de la efectividad de la erradicación manual y, con esos argumentos, impulsó la utilización del glifosato. En enero, en un comunicado del Comando General de las Fuerzas Armadas, declaró que con la fumigación manual, si continuaban los buenos resultados, se podrían erradicar 18 mil hectáreas en el 2016.

La única que votó en contra fue la Viceprocuradora, con el argumento de que no había información precisa sobre los costos y la eficacia del método de erradicación. Los ministerios de Defensa, Salud, Justicia, Educación y Relaciones Exteriores votaron a favor junto con la Fiscalía y la Policía, las mismas entidades que aprobaron la suspensión de la aspersión aérea hace un año.

Sin embargo, le pusieron a Villegas unas condiciones. Primero, se deberá modificar y aprobar el Plan de Manejo Ambiental que reglamenta las fumigaciones. Segundo, se deben evaluar los protocolos de salud, eficacia y ambiente con un programa piloto. Por último, la Policía y el ministerio de Defensa deberán entregar evaluaciones semestrales sobre estos protocolos.
Aunque se acordó esperar el informe de Defensa sobre el piloto que se adelanta en Chocó y Nariño antes de comenzar con la fumigaciones, Villegas logró que se aprobara el retorno del glifosato.

Una estrategia difícil de vender

Expertos en la lucha antidrogas son críticos de esta nueva medida porque consideran que es más política que técnica, porque creen que es ineficaz y porque pronostican que el remedio terminará siendo tan malo como la enfermedad.

Parecen demasiados obstáculos para estrategia que no ha demostrado ser efectiva

“Es una bandera política incoherente, es más bien para la tribuna”, dice Camilo González, presidente de Indepaz y ex ministro de Salud. “El presidente está cediendo a presiones de la oposición y la opinión pública. El Gobierno ha optado por la línea más fácil para mostrar acción”.

Julián Wilches y Daniel Rico, expertos en políticas de drogas, también critican la estrategia en su último artículo de su blog en La Silla.

Entre otras cosas, advierten que la erradicación terrestr es una de las actividades más peligrosas en el mundo, ha producido en el país cerca de 300 muertes y más de mil heridas y amputaciones por cuenta de ataques de los grupos armados que manejan los cultivos y las minas con las que han sembrado los territorios cocaleros.

El eventual desarme de las Farc no resolvería del todo el peligro porque aún habría presencia de los elenos y las Bacrim en las zonas cocaleras y que viven de este negocio.

A eso se suman las dificultades de llevar contingentes de fumigadores a zonas apartadas con equipos en la espalda que requieren de grandes cantidades de agua para esparcir la mezcla que se prepara con el glifosato, todo mientras son escoltados permanentemente por helicópteros y agentes de las fuerzas armadas.

Parecen ser demasiados obstáculos para una forma de erradicación que, fuera de ineficiente, no ha demostrado ser efectiva. En el 2009 se hizo un piloto de erradicación terrestre con glifosato y el informe de evaluación de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODOC) concluyó que la fumigación solo mataba entre el 20 y el 30 por ciento de las matas rociadas.

La segunda crítica es que la aspersión manual es una forma de erradicación forzada que no encaja en la ruta que se planteó en la Habana porque se acordó que esta tiene que comenzar por la concertación con las comunidades, dice Julián Wilches.

Hay dos posibilidades. La primera es fumigar sin consultar con los cultivadores lo cual violaría el principio de trabajo conjunto entre el gobierno y los campesinos. Empeoraría, además, la resistencia de las comunidades a la erradicación que, según el experto Juan Carlos Garzón en la Red de Paz, es una de las causas del aumento de los cultivos

La segunda es activar la fumigación en los casos en que los cultivadores se nieguen a participar en los programas de sustitución de cultivos o incumplan el compromiso de no resiembra.

En ese caso la aspersión ya no sería una solución al problema del aumento de los cultivos sino un recurso para erradicar los que vayan quedando tras la implementación de los acuerdos.  

Por último la decisión es un ejemplo de la distancia de la que La Silla ha hablado entre lo que Santos dice afuera sobre el problema de las drogas y lo que hace en el país.

El mes pasado estuvo en Ungass, la última asamblea de las Naciones Unidas para discutir la política internacional de drogas, hablando de la necesidad de una estrategia internacional menos represiva, más enfocada en los derechos humanos y la salud pública.

Y hoy toma la decisión de volver al método de erradicación forzada. Lo hace, además, después de que el Consejo Nacional de Estupefacientes suspendiera las aspersiones aéreas por recomendación del ministerio de Salud y Protección Social ante los posibles efectos cancerígenos del glifosato.

 

La Silla

Fajardo arrancó a buscar votos en los santanderes

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El exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo le madrugó a la campaña por las presidenciales de 2018, y desde noviembre del año pasado encendió motores para preparar la que será su plataforma política para competir por ese cargo. Con su movimiento Compromiso Ciudadano solo en las últimas dos semanas ha pasado por Popayán, Manizales, el bajo Cauca y Pereira, donde ha aprovechado, además de dar charlas sobre educación, para acordar apoyos con los simpatizantes de su propuesta. Ahora le llegó el turno a los Santanderes.
 

Aquí, donde no tiene líderes políticos visibles y los partidos que son cercanos a él no tienen representatividad, Fajardo ya empezó a moverse y La Silla conoció que entre hoy y mañana se reunirá con varios políticos de los dos departamentos. 

 

Por un lado, en Norte de Santander tiene un encuentro privado con dirigentes cucuteños de la Alianza Social Independiente, ASI, partido que avaló la aspiración presidencial de Antanas Mockus en 2010 cuando Fajardo era su fórmula, y que aunque ha enfrentado cuestionamientos por ser una ‘fábrica de avales’ en época electoral, sigue siendo considerado de esa línea política.

En las pasadas elecciones, la ASI tuvo lista al Concejo de Cúcuta pero no consiguió curul y su candidato a la Alcaldía se quemó con 8 mil votos (los mismos que obtuvo la lista al Concejo), por lo que no es una fuerza representativa en Norte de Santander; además, su estructura está dividida y muchos dicen que es “un partido muerto” en la capital del departamento. 

Sin embargo, tratar de alinear esa fuerza desde tan temprano se podría convertir en la apuesta de Fajardo para cambiarle la cara a ese partido y empezar a sumar apoyos que se traducirían en votos en dos años.

La Silla conoció que en esa reunión también estará Judith Maldonado, la excandidata de la UP a la Gobernación de Norte que obtuvo 70 mil votos, una votación representativa para ser de un partido de izquierda que resucitó en los últimos años, y que también podrían ser parte de la cosecha de Fajardo en esa región.

El viernes Fajardo estará en Bucaramanga en un desayuno con el alcalde Rodolfo Hernández y luego se reunirá con su gabinete, según uno de sus miembros, para exponer lo que fue su gobierno en Antioquia. En la agenda, según los funcionarios, no se hablará de política, pero será difícil evitar el tema dada la evidente precampaña de Fajardo. 

El otro político con el que se reunirá Fajardo en Santander es Leonidas Gómez, excandidato a la Gobernación de Santander, quien si bien no ganó, arrasó en el Área Metropolitana, derrotó a los candidatos de los Aguilar y quedó de segundo con 231 mil votos y esa es otra de las fuerzas que el exgobernador de Antioquia tendría en la mira para su movimiento. Esa relación, además, iría en doble vía porque Gómez tiene planeado volver al ruedo electoral.

Con Hernández y Leonidas, Fajardo tiene en común a la senadora verde Claudia López, quien apoyó esas campañas y quien con el exgobernador de Antioquia y el senador -también verde- Antonio Navarro Wolf, tienen planeada una gira por el país buscando aliados para una propuesta de ‘construir paz’ de cara a la posible firma del acuerdo con las Farc y el inicio de diálogos con el ELN. 

En Santander, como lo contó La Silla, los verdes están divididos, y la facción que es más cercana a la línea de Fajardo no tiene curules; en el lado de la ASI, sus dirigentes terminaron alineados con el parapolítico Hugo Aguilar en 2015, por lo que tratar de aglutinar esas fuerzas no será sencillo.

En 2010 la ‘ola verde’ (a la que se montó Fajardo) se quedó con el 20 por ciento de los votos de los santanderes en la primera vuelta. Habrá que ver si la madrugada del exgobernador de Antioquia en la región la revive. 
 

 

La Silla Santandereana
Sergio Fajardo

Sergio Fajardo

Gobernador de Antioquia

Los números que rajan a Santos en la Gallup

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Juan Manuel Santos sigue en la mala. En la encuesta trimestral de Gallup publicada anoche se mantienen las tendencias negativas respecto al Presidente y todo su gabinete, respecto al desempeño de su gobierno y respecto al proceso de paz. 

Esta encuesta que se realizó por teléfono entre el 22 de abril y el primero de mayo a 1200 personas en Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga trae quizás solo una buena noticia para el Presidente (y el país): en esas ciudades, un eventual plebiscito a favor del acuerdo de paz pasaría raspando pero se aprobaría.  Estas son las cifras que lo rajan:

74

El porcentaje de pesimistas sobre el rumbo del país sigue en las nubes

Desde diciembre, cuando se anunció el acuerdo sobre víctimas y justicia transicional en la Habana, el pesimismo sobre el rumbo del país ha aumentado 25 puntos. Seguramente influyó que pasara el plazo del 23 de marzo fijado por el Presidente para la firma del Acuerdo Final con las Farc y no pasara nada. También que la negociación con el Eln se haya quedado en el anuncio, que la economía no pinte bien mientras la inflación y el costo de los alimentos aumenta y que desde el Gobierno se mantenga el mismo mensaje como si todo estuviera bien

 

 
90

El porcentaje de encuestados que ya sienten las vacas flacas

La última encuesta reflejaba que los colombianos ya anticipaban la destorcida de la economía. Sin embargo, la 'crisis' no había tocado su puerta. Esta encuesta, en cambio, refleja que ya la sintieron en el bolsillo. De cada 10 encuestados, 9 creen que el costo de vida está empeorando; 8 que la economía está peor que antes; 7 que el desempleo aumenta. Y lo que es más grave, aumentó en más de 11 puntos la gente que está descontenta con su 'estándar' de vida.

 

 
21

La popularidad del Presidente: su punto más bajo

El presidente Santos que arrancó su primer mandato con una popularidad del 82 por ciento ha perdido desde entonces más de 60 puntos de respaldo a su labor alcanzando su peor nivel histórico, más bajo incluso que cuando se aprobó y desaprobó el 'Frankestein' de reforma a la justicia en su primer gobierno. Este dato es preocupante considerando que todavía falta tomar decisiones costosas políticamente como la asignación de curules directas para los guerrilleros en el Congreso; la asignación de zonas de concentración donde lo más probable es que haya más población civil de la que Santos definió como 'una línea roja'; y todo el tema de las zonas de reserva campesina.

 

 
1

La diferencia entre el respaldo de Santos y el peor momento de Pastrana

Si solo se compararan las cifras, una conclusión de esta encuesta es que Santos se 'pastranizó'. El respaldo a su gestión hoy está solo un punto por encima del peor momento del muy poco popular gobierno de Andrés Pastrana (sin tener en cuenta el margen de error de la encuesta) y el nivel de pesimismo es semejante al que se vivió durante el gobierno conservador.

 

 
56

La popularidad de Uribe: mantiene su teflón y casi triplica a Santos

Los que conocen al Presidente de cerca dicen que su obsesión con Álvaro Uribe es notoria y creciente. Hasta el punto que no son pocos los que le han criticado a Santos que pareciera que el principal interlocutor de su comunicación pública fuera el ex presidente y que sus acciones estuvieran mas motivadas por vencer la oposición uribista que por inspirar a los demás. Si esa percepción es correcta esta encuesta es otro baldado de agua fría pues mientras el Presidente y su gabinete siguen cayendo en picada, Uribe mantiene su teflón con el mismo respaldo del que ha gozado desde principios del 2015. 

 

 
17

Los puntos que ha perdido Vargas desde su operación

Con la inclusión en la terna para Fiscal de Néstor Humberto Martínez -que provocó la salida del gobierno de la hasta entonces mano derecha de Santos, María Lorena Gutiérrez, y grandes fisuras en la Unidad Nacional- quedó claro que el Presidente por ahora le tiene fe a su vicepresidente Germán Vargas como su más viable sucesor para el 2018 o que, como mínimo, no tiene ninguna intención de atajarlo. Sin embargo, esa apuesta hoy parece menos segura que el año pasado. La favorabilidad de Vargas pasó del 60 por ciento en diciembre cuando salió del escenario público para operarse un tumor benigno en el cerebro a 47 por ciento, su nivel de popularidad más bajo desde que arrancó el primer gobierno de Santos. 

 

 
70

El porcentaje de encuestados que no cree en la lucha contra la pobreza de Santos

Cuando Santos asumió su segundo mandato, cambió el concepto de las 'locomotoras' con las que había intentado articular el mensaje de su primer gobierno por los 'tres pilares': educación, paz y equidad. En el de equidad, quizás por los recientes escándalos de desnutrición de niños indígenas en la Guajira y los escándalos de los refrigerios escolares, es donde más se registra un salto negativo en la percepción de desempeño del gobierno. En contravía de los datos de la realidad, la percepción de que la lucha contra la pobreza empeora subió 22 puntos y el rechazo a la gestión del gobierno en la atención a los niños y a los viejos registró los peores niveles históricos en 8 años. 

En el otro pilar, la educación, y pese a que la ministra Gina Parody tiene anuncios mediáticos todos los días, el porcentaje de gente que considera que la calidad y la cobertura de la educación ha mejorado cayó de 62 a 44 y los que creen que empeora aumentó del 31 al 44 por ciento. 

 

 
2

El número de veces que duplican los que no están dispuestos a sacrificar justicia a cambio de la paz a los que sí

Una forma simplista de entender el proceso de paz es que a cambio de que los guerrilleros dejen las armas y cuenten la verdad, la sociedad se traga el 'sapo' de que no vayan a la cárcel y puedan hacer política. De ahí el acuerdo de justicia transicional que crea la posibilidad de que los guerrilleros rasos sean amnistiados y que los responsables de los crimenes más graves puedan pagar penas alternativas a la prisión si confiesan lo que hicieron y reparan a sus víctimas. El uribismo se ha opuesto a esta fórmula porque considera que habrá demasiada impunidad. La encuesta de Gallup refleja que en ese campo han ido ganando terreno pues los colombianos definitivamente en estos meses han 'endurecido' su corazón: los que dicen no estar dispuestos a ese sacrificio pasaron del 54 al 64 por ciento y por primera vez son más los que también dicen no estar dispuestos a pagar más impuestos para reparar a las víctimas. Esta es una muy mala noticia para la estabilidad del acuerdo de paz porque muestra que los colombianos urbanos están menos dispuestos a solidarizarse con sus compatriotas rurales.

 

 
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Número de instituciones o ministros que ganan respaldo

En vísperas de la firma de un Acuerdo de Paz y del desafío que encarna el tránsito de las Farc de un movimiento armado a uno político, las instituciones atraviesan por su peor momento histórico de legitimidad de este siglo.  Desde las Fuerzas Militares y la Policía hasta los medios de comunicación -sin contar con todos los ministros que cuentan con algún tipo de reconocimiento- pasando por la Rama Judicial y el Congreso continuaron su tendencia a la baja en credibilidad. Esto es un campanazo para los líderes de este país pues si esta es la credibilidad de las instituciones en las cinco ciudades donde mejor funcionan, en el resto del país la rajazón sería peor. 

 

 
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El porcentaje de incrédulos frente a La Habana

Mientras en el Gobierno están pensando que se firmará un acuerdo de paz con las Farc comenzando el próximo semestre y se preparan desde ya para convocar la campaña a favor del plebiscito, que creen que se podría hacer alrededor de agosto o septiembre, los colombianos de las grandes ciudades le tienen cada vez menos fe al proceso en la Habana. Siete de cada diez encuestados no cree que se firme este año y el 66 por ciento considera que la negociación va mal. Disminuye la gente que cree que la mejor opción para solucionar el problema de la guerrilla es insistir en la negociación (aunque sigue siendo un poco más de la mitad de los encuestados, el porcentaje bajó en 15 puntos desde diciembre). Y hoy hay casi el doble de gente que cree que la guerrilla tendría alguna posibilidad de tomarse el poder por las armas que los que había en diciembre, cuando El Conejo no había ocurrido (pasó de 27 a 41 por ciento).

La única noticia alentadora de toda la encuesta para el Gobierno es que el 32 por ciento de los encuestados dicen que definitivamente sí participarían en unas votaciones para refrendar los acuerdos de paz, y de esos, el 66 por ciento lo harían a favor, un 13 por ciento más que en febrero. Aun con el margen de error del 7 por ciento, la tendencia en esa pregunta es favorable. Si esa tendencia reflejara la del resto del país, el plebiscito pasaría el umbral que se requiere para aprobar los acuerdos con las Farc.  "Esa era la única respuesta que realmente nos interesaba", dijo a La Silla un funcionario del Gobierno. 

 

 
La Silla
Juan Manuel Santos Calderón

Juan Manuel Santos Calderón

Presidente de la República

Los números que rajan a Santos en la Gallup

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Resumen: 
Mientras en el país se discute sobre si la plata de Ecopetrol está en paraísos fiscales, si la ministra Parody plagió el proyecto de ley sobre alimentación escolar y si la Unidad Nacional todavía existe, en La Silla nos concentramos en las siguientes historias:
Items boletin: 
Los números que rajan a Santos en la Gallup
El retorno del glifosato
El primer traspiés de las carreteras 4G
El top del primer año de La Caribe (y una promesa)
Fajardo arrancó a buscar votos en los santanderes

La codicia de Cambio Radical amenaza sus planes en Bogotá

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Hoy, Cambio Radical, el partido del vicepresidente Germán Vargas Lleras, tiene todas las posibilidades de poner al próximo Contralor de Bogotá. Sin embargo, movidas internas de la bancada vargasllerista para meterse también en la elección de Personero pueden dar al traste con esas aspiraciones y dejarlos sin el pan y sin el queso.

A pesar de que el Concejo le metió criterios meritocráticos a ambas elecciones tras una decisión del Consejo de Estado, la elección de Contralor parece cocinada alrededor del ex gobernador de Boyacá, Juan Carlos Granados, hombre de confianza de Vargas y el candidato que el Partido del Vicepresidente eligió desde que arrancó el proceso.

Pero como ésta hoy está suspendida por una tutela, el Concejo decidió arrancar primero con la elección de la Personería, que está mucho más enredada.

Una pelea a la que también se está metiendo con fuerza Cambio Radical a pesar de que la orden de Vargas Lleras fue que se quedaran quietos para no embolatar la elección de Granados en la Contraloría.

Las movidas de Cambio

Desde el comienzo del año cuando Cambio Radical empezó a mover el nombre de Granados por la Contraloría, resolvieron que para lograr dejar a su ficha en ese cargo, apoyarían como Partido al candidato a la Personería que eligieran las bancadas Liberal, Verde, La U y los conservadores, que hacen parte de la coalición de Gobierno de Peñalosa.

 

"Nosotros postulamos a Juan Carlos Granados para la Contraloría. No tendría presentación que el Partido aspire a quedarse con los dos organismos de control. Por eso, definimos que por consenso, la bancada mayoritaria postule al Personero y esperamos que Granados tenga el respaldo del resto de la coalición", le dijo a La Silla el senador Germán Varón Cotrino en enero.

La idea era opacar los rumores de que Cambio se quería quedar con los dos entes de control, lo que le daría mucho más poder al partido de Vargas que no sólo avaló la candidatura del Alcalde Enrique Peñalosa sino que tiene la bancada más grande del Concejo y la presidencia del Cabildo en cabeza de Roberto Hinestrosa.

Sin embargo, La Silla confirmó no sólo que los concejales de Cambio sí se están moviendo en la elección de Personero antes de que haya un candidato definido por la mayoría sino que la bancada está rota entre los dos candidatos que más suenan para quedarse con la Personería: Carmen Teresa Castañeda Villamizar que sacó 72 puntos en el examen y quedó en el segundo lugar, y Luis Carlos Ballén Rojas, que sacó un puntaje de 69.50 y quedó de tercero. Así se lo confirmaron a La Silla seis fuentes de distintos partidos, incluido un concejal de Cambio.

Si alguno de ellos gana con el apoyo de Cambio, el partido ganaría por punta y punta.

“Cambio, aliado con La U, quieren poner al Contralor y al Personero. Y corren el riesgo de que no cojan nada”, le dijo a La Silla un concejal de la bancada mayoritaria. “Cambio tiene que moderar su ambición de querer tenerlo todo porque porque si no, pierden a Granados”. Esa misma percepción la tienen varias fuentes con las que habló La Silla.

“Cambio Radical no se está metiendo en el tema de Personería, o por lo menos no como Partido. Otra cosa es que algunos miembros tomen decisiones”, dijo un concejal de esa colectividad a La Silla.

Hoy, según las fuentes, los bloques de Cambio están así: a Carmen Teresa Castañeda la están respaldando los concejales vargaslleristas Juan Felipe Grillo, Jorge Lozada, José David Castellanos y Jeffer Vega; y con Ballén están César García, Julio César Acosta y Rolando González.

Los otros dos, Roberto Hinestrosa y Pedro Julián López, todavía no se han resuelto.

Por ahora, el primer grupo parece ser el que más apoyos está cosechando. Con Carmen Teresa están además de ellos, la mayoría de los seis liberales, al menos tres concejales de la bancada de Centro Democrático y su nombre genera simpatías entre varios verdes, dos conservadores y algunos de los cuatro concejales de La U.

En cambio, el apoyo de Ballén lo lidera, según las fuentes, el grupo de “los cinco fantásticos”, como los llaman en el Concejo: David Ballén de La U, González y Acosta de Cambio y Daniel Palacios y Ángela Garzón del Centro Democrático. Todos ellos fueron compromisarios para elegir la mesa directiva en el Concejo y desde entonces se volvieron amigos, toman decisiones juntos y se apoyan mutuamente. En sus cuentas, según una fuente de ellos que habló con La Silla, su candidato tendrá unos 17 votos de 45 aunque reconoció que por ahora “es pura especulación”. Dos de ellos con los que habló La Silla, sin embargo, niegan que estén apoyando a algún candidato. 

Aún así, las movidas de Cambio se han vuelto tan evidentes que, según dos fuentes que hablaron con La Silla, el concejal Rolando González se reunió con la candidata Castañeda y le reclamó fuertemente por haber recibido el respaldo del liberal Durán Silva, algo que se entendió como una presión a la candidata.

El concejal lo niega y dice que no se está metiendo en la elección y que tampoco le reclamó nada a la candidata por el apoyo de Jorge Durán. “Jamás he presionado a nadie. El único día que almorcé con la doctora Carmen Teresa lo hice en presencia de dos personas y nunca existió ninguna clase de presión”, dijo.

El riesgo

Estas movidas están poniendo en peligro las aspiraciones de Cambio de lograr los compromisos para poner a Granados en la Contraloría y que se han mantenido a pesar de las innumerables vueltas que ha dado esta elección.

Por eso, aunque el nombre de Granados hoy sigue fuerte, los partidos de la coalición tienen amenazado al partido de Vargas Lleras de romper los acuerdos y dejarlos sin nada.

Una decisión que no es tan descabellada porque Granados pasó raspando las pruebas de meritocracia (quedó en el puesto 37 de los 43 que aprobaron el examen de la Nacional), no tiene experiencia específica en el control fiscal y además, tiene una investigación abierta en la Procuraduría como contó El Tiempo. Eso, de entrada, le juega en contra.

La Silla supo que si la situación se calienta aún más, Cambio Radical tiene preparado un mensaje al resto de los concejales para ratificar que su interés está centrado en la elección a Contralor y que no se van a meter en la de Personero hasta que la bancada mayoritaria decida.

Por ahora, la elección de la Personería sigue muy reñida.

La enredada elección de Personero con el fantasma del 'carrusel' a cuestas

El lunes y martes, el Concejo citó a los 23 candidatos que aprobaron el examen a Personero.

La calificación que les de el Concejo en la entrevista terminará de definir quién es el personero entre los tres candidatos que ya son los favoritos porque sacaron los puntajes más altos en las pruebas de la Universidad Nacional (y que pesa 90 puntos en la decisión final).

Cambio Radical no se está metiendo en el tema de Personería, o por lo menos no como Partido. Otra cosa es que algunos miembros tomen decisiones

Concejal de Cambio Radical

Por eso una vez se conocieron los nombres comenzó la rapiña en el Concejo: para los concejales apadrinar un candidato es clave porque después, si ganan, pueden cobrar su apoyo.  Y, como le dijo a La Silla un concejal que conoce estas movidas, el que primero se sume a una campaña tiene más ventaja para cobrar que los que se sumen el día de la votación.

Lo que está en juego no es poco: Tanto la Contraloría como la Personería tienen un presupuesto, para este año, de más de 116 mil millones de pesos. Además, la primera tiene una planta de personal de 1116 empleados y la segunda de más de 1200 empleados, entre funcionarios y contratistas.

De los tres, los candidatos más opcionados son Carmen Teresa Castañeda y Luis Carlos Ballén.

Castañeda es bumanguesa, abogada de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y tiene cinco especializaciones (en derecho penal, administrativo, constitucional, disciplinario y procesal penal).

Inició su carrera como juez penal de Bucaramanga, luego pasó a ser fiscal delegada y en el 2004 entró a la Procuraduría, primero como asesora del procurador de Santander, luego asesora del despacho del procurador Edgardo Maya y finalmente, tras ganarse un concurso de méritos, llegó al cargo de procuradora judicial en Bogotá.

Sus apoyos se han concentrado por ahora en la bancada liberal. Y resalta el del ‘cacao’ Jorge Durán Silva, involucrado en la investigación por el carrusel de contratos que se robó Bogotá y que, según tres fuentes consultadas por La Silla, está haciendo el papel de ‘gerente’ de la campaña de Castañeda.

Ella le negó a La Silla que Durán Silva fuera el gerente de su campaña pero sí reconoció que él sí está defendiendo su nombre con fuerza.

“Yo no pertenezco a ningún partido político. Yo no he hecho sino trabajar. Lo que tengo es meritocracia, todos los cargos que he tenido me los he ganado por concurso, con exámenes y muy buenas notas. Eso es algo que les nace a ellos, decir que yo soy su candidata, pero no son los únicos”, le dijo Castañeda a La Silla.

Además, es esposa del actual director nacional de Fiscalías, Luis González. Eso, más el apoyo de Durán, le han acarreado muchos cuestionamientos y sobre todo, rumores.

En los corrillos del Concejo que se oponen a su nombre dicen que si la nombran, su esposo podría intervenir en los procesos penales de los investigados por el ‘carrusel’ para intentar archivarlos. Otros la acusan de tener un conflicto de interés también por esa vía.

Castañeda lo niega y argumenta que el cargo de su esposo es meramente administrativo y no incide en los procesos.

González es uno de los funcionarios estrella de la Fiscalía y en efecto no tiene incidencia directa sobre los procesos. Pero como Director nacional de seccionales sí tiene mucho poder sobre decisiones que indirectamente pueden influir en el curso de una investigación.

Por ejemplo, puede quitar o poner a un director seccional, incluida la de Bogotá, o puede definir cómo manejan su carga de trabajo los fiscales asignándoles más casos o liberandolos para que se concentren en unos.

Por el otro lado está Ballén Rojas, abogado con una especialización en instituciones jurídico procesales de la Universidad Nacional y una maestría en derecho de Los Andes, y un perfil mucho más político que Castañeda.

Inició como miembro de una junta de acción comunal, después aspiró a edil pero se quemó. Luego, tras un paso por el sector privado, entró a trabajar en la Unidad de Apoyo Normativo (UAN) del exconcejal de Bogotá Juan José Rodríguez, investigado por el ‘carrusel de la contratación’ y que, aunque quedó en libertad el año pasado por vencimiento de términos, sigue vinculado a la investigación.

Rodríguez ha sido llamado por la Fiscalía “el amo y señor del Idu” y el “brazo político del ‘carrusel’, según el condenado Inocencio Melendez.

Allí Ballén estuvo hasta el  2008. Luego pasó a la Contraloría Distrital durante el período que comenzó Miguel Ángel Moralesrussi, también destituído e investigado por el carrusel. Ballén fue asesor de la dirección de Salud y contralor local de Antonio Nariño.

En 2012, pasó a la Personería donde estuvo trabajando un año como personero delegado para la acción social, y regresó a la Contraloría, durante el período del ex contralor, Diego Ardila, como director del sector de desarrollo económico. Estuvo un año y salió, porque tuvo diferencias de criterios con Ardila.

Este año, se lanzó para ser alcalde local de Santa Fe pero no quedó ternado.

Aunque su puntaje le da para estar en la contienda, está a más de dos puntos de diferencia de los otros dos.  Por eso, apeló los resultados de su examen, argumentando que la Universidad no le contó su experiencia como docente ni unos títulos académicos para que le suban tres puntos con los que quedaría en segundo lugar.

De todas formas, su nombre está opacado por el fantasma del ‘carrusel’. Él se defiende. Dice que lo están “satanizando” pero que él no tiene nada que ver con las actuaciones que cometió su ex jefe, José Juan Rodríguez, con quien insiste que tuvo una relación laboral.

Aún así, los cargos de la UAN son nombrados a discreción de los concejales, y suelen ser personas a las que le tienen confianza. Además, La Silla tuvo acceso a una foto en la que aparecen ambos montando en moto, lo que muestra que la relación trascendía las fronteras de la oficina.

Además, es muy cercano al actual concejal de La U, David Ballén (mismo apellido pero no son familiares), a quién Ballén Rojas le hizo campaña al Concejo y que es visto como la ficha de José Juan en el cabildo, como contó La Silla.

Para cinco concejales de distintas bancadas y otras dos fuentes que trabajan con concejales, Ballén es el padrino de Ballén Rojas. Algo que tanto el candidato como el concejal de La U niegan.  

“Yo me he mantenido al margen”, le dijo el concejal Ballén a La Silla. “Yo no desconozco que trabajé con él pero es un profesional juicioso. No tiene ninguna investigación y no puede ser que no pueda aspirar a un cargo por lo que supuestamente hizo alguien con el que trabajó".

El último candidato es José Ariel Sepúlveda, cuya campaña no termina de despegar a pesar de que es el candidato que sacó el puntaje más alto no sólo en Bogotá (72.75) sino en Chía, Zipaquirá y Cali donde también ha aspirado a este cargo.

De hecho, en febrero de este año fue nombrado como Personero de Chía, cargo al que tendría que renunciar si es elegido en Bogotá.

Sepúlveda es abogado de la Universidad Nacional con especializaciones en derecho penal, procesal, administrativo, comercial y de negocios. Ha trabajado en la defensoría regional de Meta y Bolívar, como juez administrativo de descongestión y hasta el año pasado trabajó en la Procuraduría como abogado y asesor del despacho del procurador. Allí además hizo parte del sindicato de la entidad como directivo de Bogotá, cargo que ya no ocupa.

Aunque hoy no suene con fuerza, Sepúlveda podría terminar siendo el comodín si las fuerzas que están apoyando a los otros dos candidatos no logran ponerse de acuerdo alrededor de un nombre.

Faltará ver entonces cómo avanza esta elección que cada día recibe más amenazas por cuenta de las tutelas que están presentado los candidatos que no pasaron a entrevista tanto para Contralor y Personero.

La Silla

Mustafá: el santista con pinta de conservador

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Con la designación de Iván Mustafá en la gerencia del Fondo de Adaptación, el Presidente Juan Manuel Santos parecería hacer una jugada a tres bandas: deja la entrega de centenares de obras en todo el país en manos de una persona de su círculo cercano, pone a un santandereano en un cargo alto cuando ese departamento no tiene ministros y mantiene ese cargo en cabeza de alguien a quien puede mostrar como conservador. Pero los alcances de esos dos últimos efectos no son tan claros y se diluyen fácilmente.

 

Mustafá, un abogado y economista javeriano, viene de ser alto consejero para las Regiones en la Presidencia, cargo en el que estuvo desde diciembre de 2014 y en el que estaba encargado del manejo político de las relaciones entre Santos y los gobernadores y alcaldes, un encargo de mucha confianza de Santos y de particular importancia el año pasado, durante las elecciones regionales.

Esa cercanía con el Presidente no solo quedó clara al haberlo nombrado en ese cargo, sino que la reconoció Santos al posesionarlo.

“Yo a Iván Mustafá lo conozco hace mucho tiempo. Fue uno de los grandes soldados en mi campaña de hace cuatro años, y lo fue también en esta campaña.” dijo entonces el Presidente “De manera que usted tendrá todo mi respaldo y estará trabajando muy de cerca conmigo, porque es clave lo que a usted le va a tocar hacer en estos próximos meses, en este próximo año”. 

Y es que Mustafá pasó del ámbito local en Santander al nacional de la mano de Santosdespués de trabajar como asesor político y enlace de su campaña presidencial en Santander. Antes había trabajado en el sector de la construcción y había sido director de Proexport en Bucaramanga.

Santos primero lo designó como director nacional de Planes Departamentales de Agua, un cargo que dependía de la entonces ministra de Ambiente Beatriz Uribe pero que tenía mucho potencial político, porque manejaba recursos por 11 billones de pesos para invertir en todo el país en permanente relación con alcaldes y gobernadores.

Cuando, en 2011, el gobierno Santos partió el Ministerio en dos, Mustafá pasó a ser viceministro de Agua en el nuevo ministerio de Vivienda. Y allí se quedó hasta el 2014, trabajando con Uribe, luego con el hoy vicepresidente Germán Vargas Lleras y finalmente con Luis Felipe Henao, a cargo del programa Agua para la prosperidad, que inició la construcción de 648 proyectos de acueducto y alcantarillados en todo el país.

Solo renunció al cargo en febrero de 2014, para irse a trabajar por la reelección como miembro del comité de giras. Después de la victoria de Santos sonó para varios cargos, como la dirección de Cormagdalena hasta que finalmente el Presidente decidió tenerlo más cerca: en el Palacio.

Su salida ya estaba definida porque Santos había anunciado que lo iba a reemplazar Carlos Correa, exalcalde conservador de Montería y quien estuvo un par de meses en el viejo cargo de viceministro de Mustafá.

“Yo a Iván Mustafá lo conozco hace mucho tiempo. Fue uno de los grandes soldados en mi campaña de hace cuatro años, y lo fue también en esta campaña.” 

Juan Manuel Santos, diciembre de 2014

Ahora va a reemplazar a Germán Arce en el Fondo de Adaptación, una entidad que tiene potencial político porque ejecuta directamente grandes recursos (son más de 7 billones los que ejecutará entre 2012 y 2017 para mitigar los daños de la oleada de lluvias de 2010-2011, 500 mil de ellos este año,y luego seguirá ejecutando proyectos para mitigar los efectos del cambio climático) y presencia en todo el país (hoy tiene proyectos en 1.052 de los 1.108 municipios del país). 

Además, llega cuando los gerentes anteriores se encargaron de la estructuración y contratación de la gran mayoría de esos proyectos, y están en plena marcha, por lo tendrá la posibilidad de cortar muchas cintas. Incluso podrá terminar entregando el nuevo pueblo de Gramalote, que es uno de los 4 proyectos grandes de la entidad y su ícono, y que ya está en plena construcción y a algunos meses de recibir sus primeros habitantes.

Por eso el primer efecto (y el más fuerte) es que Santos se queda con una ficha propia en el Fondo.

Azul pero muy poco

El Fondo de Adaptación depende del ministerio y como Mustafá comparte el origen conservador con el ministro Mauricio Cárdenas, Santos podría presentarlo como otra evidencia de la participación azul en su gobierno.

Mustafá tiene sangre azul: es hijo de los ex congresistas conservadores Feisal Mustafá (asesinado por la guerrilla en 1993) y Consuelo Durán de Mustafá, que fueron las cabezas del conservatismo santandereano durante las décadas de los 80 a 90. Por eso, y porque su trabajo en la primera elección de Santos incluía ser el enlace con ese partido, para muchos era un viceministro conservador.

De hecho la representante conservadora de Santander Lina Barrera, única congresista azul santandrereana, le dijo a La Silla que la llegada de Mustafá al Fondo de Adaptación se dio “con el respaldo de la bancada de Senado y Cámara de nuestro partido y obviamente por su profesionalismo”.

Sin embargo, cuatro congresistas azules de diferentes regiones le dijeron a La Silla que no lo consideran cuota de la bancada e incluso dicen que no lo conocen. 

Es una sorpresa para mí y seguro para todos en la bancada

“No nos hemos reunidos. Y con él no he hablado”, dice uno. “Es una sorpresa para mí y seguro para todos en la bancada” dice otro de los congresistas. “Nunca he cruzado palabra con él y entiendo que no es conservador, así sus papás lo hayan sido” dice uno más.

Más allá de la representante Barrera no parece haber mayor apoyo azul al nuevo gerente del Fondo. Más bien, como dicen seis fuentes conservadoras o que conocen a Mustafá como funcionario del Gobierno, si es de alguien es de Santos.

Ni siquiera es claro que sea de Cárdenas, potencial candidato presidencial conservador.

Aunque Barrera es cercana al ministro, hasta el punto de que fue quien le presentó a la bancada a Arce como candidato al ministerio de minas, como contó La Silla en ese momento, Cárdenas asegura que Mustafá no es de su cuerda y todas las fuentes coinciden en que es de Santos, por lo que el segundo efecto del nombramiento parece no tener mucha fuerza.

La agridulce mermelada para Santander

El tercero, el de darle un guiño a un departamento que reclama más participación, también está en duda.

El nombramiento de Mustafá se da luego de que la clase política y los cacaos de Santander hubieran cuestionado la decisión de Santos de haber armado un gabinete “para las regiones” sin haber incluido al departamento.

Eso se nota en que en su edición del martes Vanguardia Liberal publicó un fuerte editorial criticando el hecho de que a excepción de Luz Helena Sarmiento (quien estuvo en el Ministerio de Ambiente por menos de un año) Santos no ha tenido en cuenta a Santander en la repartición, pese a que el departamento le aportó 429 mil de los 7 millones de votos que le permitieron reelegirse.

El reciente remezón ministerial generó igual reacción entre los congresistas de la región, quienes una vez se conocieron todos los nombres le dijeron a La Silla que no entendían la ignorada de Santos a Santander.

Con el aterrizaje de Mustafá en el Fondo de Adaptación esa posición en la bancada cambió, y aunque unos fueron más efusivos que otros porque la representación política quedó más del lado de Santos que de la bancada en Santander, todos los congresistas consultados aseguraron que aprobaban la designación.

Además de Barrera, el senador de Cambio Radical Bernabé Celis, celebró y calificó a Mustafá como un “buen amigo” de su partido, y el gobernador liberal Didier Tavera trinó 

Pero para los cacaos la movida solo es un contentillo para el departamento, debido a que aún no hay representación en los ministerios.

“Sí celebramos el nombramiento, es positivo; pero debo decir que los santandereanos seguimos esperando presencia en el gabinete del Gobierno Nacional. El Presidente sigue en mora”, le dijo a La Silla Juan Camilo Beltrán, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Bucaramanga.

La misma posición la tuvo el director de Vanguardia Liberal, Sebastián Hiller, quien cuestionó el hecho de que en el gabinete de Santos existieran dos ministros de Manizales y dos Barranquilla, y que en sus dos periodos la representación de Santander hubiera sido casi nula. “Santos sigue en mora”, le aseguró a La Silla.

Por eso, al final las tres bandas de Santos se convierten en una: dejó la cortada de cintas en manos de un funcionario que es santista ante todo y que no está alineado con ninguno de los presidenciables que hay en el Gobierno, con lo que no Santos se ahorra nuevas peleas entre éstos.

La Silla
JINETHPRIETO
Juan Manuel Santos Calderón

Juan Manuel Santos Calderón

Presidente de la República

Mauricio Cárdenas Santamaría

Mauricio Cárdenas Santamaría

Ministro de Hacienda


Los liberales, reforzados en Supersubsidio

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Una ficha clave en la Superintendencia de Subsidio Familiar, una entidad que suele pasar desapercibida pero que maneja mucho poder en las regiones, va a quedar en manos de una cuota política del liberalismo antioqueño que no tiene trayectoria en el sector.

Se trata de Gildardo Lopera, un abogado de la Universidad de Medellín especializado en derecho procesal y constitucional que nunca ha trabajado en cajas de compensación.

Lopera ha sido concejal y alcalde de La Ceja y diputado de Antioquia entre 2003 y 2007. En 2011 intentó regresar a esa alcaldía pero quedó de tercero. Además, tiene dos breves pasos por la Superintendencia de Salud como asesor de la ex congresista liberal Inés Gómez de Vargas en 2001, y por el hospital Marco Fidel Suárez de Bello como asesor de control interno en 2008.

Curiosamente, la hoja de vida que aparece en la página de Presidencia dice que fue diputado pero no menciona su período como alcalde ni explica a qué se dedico desde 2011.

Lopera está postulado para ser Superintendente delegado para la responsabilidad y medidas especiales, uno de los tres delegados de la Superintendencia y quien se encarga de hacerle auditoría a las cajas de compensación.

En ese cargo está encargado el superintendente delegado para estudios especiales desde enero, cuando salió de allí Jeannette Benítez de Arévalo, en medio de una fuerte pelea con la superintendente Griselda Janeth Restrepo, una ex congresista liberal del Valle del Cauca.

Benítez acusó a Restrepo de politizar la entidad y ,en concreto, dijo que encontró irregularidades en Comfasucre, que dice que la maneja un grupo liberal del departamento, y decidió formular pliego de cargos a su directora. También, que ante eso, Restrepo trató de bloquear su decisión y luego nombró para vigilar a la caja al ex esposo de su prima.

Restrepo negó todo lo anterior y el caso quedó atrás en los medios. Pero ahora va a meter a un político de carrera, de su partido liberal, justamente a ese cargo. Y como las cajas de compensación manejan muchos recursos de salud y educación, le llegan a mucha gente y tienen mucha capacidad de contratación, va a estar controlando a un fortín burocrático apetecido en muchas regiones.

La Silla

¿Sirve bombardear a las Bacrim?

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Hoy el Ministerio de Defensa le dio facultades a la Fuerza Pública para bombardear a las tres bandas criminales más grandes que operan en el país y que suman unos 3 mil hombres: el "Clan Úsuga", "los Puntilleros" y "los Pelusos".  Previamente, la Fiscalía había sacado una directiva explicando que era viable jurídicamente "la aplicación de toda la fuerza del Estado, sin excepción, a los grupos armados organizados o los grupos que tengan mayor capacidad hostil contra la instituciones y la población, a quienes tengan campamentos, a quienes tengan armas largas, a quienes tengan uniformes y presencia en el territorio”. Y faltaba la decisión política, que fue lo que hoy asumió el Ministro.

La Silla y la Universidad Javeriana pusieron en discusión qué tan efectiva es la política para combatir a las Bacrim, incluyendo los bombardeos. E invitaron al debate Si o No, el poder de los argumentos a Aníbal Fernández de Soto, viceministro de defensa, y a León Valencia, analista y fundador de la Fundación Paz y Reconciliación.

Durante el debate, el Viceministro explicó los cuatro componentes de la política contra las Bacrim, que incluye la megaoperación Agamenón en los municipios que se han identificado con mayor presencia de bandas criminales, y aseguró que una prueba de que estaba siendo efectiva eran no solo las capturas de cientos de miembros sino 'neutralizaciones' de jefes clave como Megateo en el Catatumbo y la captura del 'doctor Otoya'. 

Dijo que se trataba de una estrategia integral que incluía una política de sometimiento a la justicia de bandas como el Clan Úsuga, una estrategia contra el lavado de activos y un mayor control territorial.

Por su parte, el investigador León Valencia dijo que no existía una política eficaz porque el Gobierno no tenía un diagnóstico acertado sobre el conflicto con las bandas, cuyos ejes eran los mercados ilegales y la protección violenta de estos mercados. Advirtió que era un error que la política se concentrara en los 'bandidos' dejando de lado la lucha contra los aliados políticos, los empresarios y los uniformados que les son cómplices.

Frente al bombardeo, el viceministro Fernández argumentó que cuando los grupos tienen campamentos, un mando vertical, armamento largo y cumplen con los requisitos del Derecho Internacional Humanitario tiene sentido bombardearlos pues enfrentarlos solo con herramientas policiales es insuficiente. Por el contrario, Valencia considera que eso solo serviría para atacar una parte del problema y no la más significativa. ¿Acaso van a bombardear el Congreso?, se preguntó, a raíz de la captura que hicieron hace poco del joven que trabajaba en la UTL de un representante a la Cámara y que llevaba más de 600 millones en efectivo que se cree venían de las Bacrim.

Vea aquí el debate completo para leer todos los argumentos. 

Momento: 
Después
Personaje Sí: 
Nombre del personaje: 
Aníbal Fernández de Soto
Descripción del personaje: 
Viceministro de Defensa
Imagen del personaje: 
Personaje No: 
Nombre del personaje: 
León Valencia
Descripción del personaje: 
Fundador Paz y Reconciliación
Imagen del personaje: 
Transmisión: 
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Sí o no

¿Quién le va a cumplir a las FARC?

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La verdad no sé quién les cumplirá los acuerdos, pero ya no será Juan Manuel Santos. Hay varias razones para ello:

Primero, el tiempo. Las FARC dilataron tanto la negociación que el Presidente está con el sol a las espaldas. Tiene el tiempo justo para firmar algún acuerdo e intentar una forma de refrendación por parte de la ciudadanía. Su capacidad para impulsar reformas legales está en duda y para las constitucionales, ya el tiempo no.

Segundo, la capacidad administrativa. Este gobierno es muy lento en la ejecución. Seguimos esperando la prometida reconstrucción de Gramalote, las obras de 4G apenas se están terminando de contratar, la ley de víctimas avanza muy poco. Cuando las FARC acuerden un distrito de riego en el Catatumbo, o un hospital en el norte del Tolima, podrán ver de primera mano los niveles de eficiencia y rapidez de esta administración. Una vez el proyecto sea aprobado por el DNP ¡¡¡los estudios técnicos y licencias ambientales se pueden demorar entre 1 y 3 años!!!

Tercero, el espacio político. Estamos a 22 meses de la elección del nuevo congreso, a 16 de la inscripción de las listas y a 10 de que los aspirantes serios a una curul dediquen  el grueso de su tiempo, energía y esfuerzos para hacerse elegir. Si hablamos de candidatos presidenciales ya hay un listado inicial de 34 colombianos que ven un escenario donde sus nombres puedan tener alguna opción. El Presidente está en sus niveles más bajos de popularidad y su coalición es cada vez más difícil de mantener.  En ese escenario, el respaldo político del proceso de paz es cada vez más precario.

Me parecen legítimas las dudas de las FARC sobre el cumplimiento de los acuerdos y por ello deben ser conscientes que no serán ni este Presidente ni el actual congreso quienes les cumplan.

Opinión

Cuadernos de Ciencias Políticas N°5. Pensar lo político desde lo múltiple

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Con este número de “Cuadernos de Ciencias Políticas” el pregrado en Ciencias Políticasde la Universidad EAFIT llega a su quinta edición. Se puede decir que con el mismo se consolida una línea editorial que retoma uno de los grandes debates en la creación de una Ciencia Política autónoma. Es decir, la tensión que ha existido entre una larga historia de pensamiento político que abarca más de 25 siglos de ideas, y un proyecto que con 80 años de existencia buscó crear una disciplina moderna, inicialmente fundada sobre premisas conductistas que pretendían darle rigurosidad científica y reproducirla en los términos de la academia moderna.

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Viernes, Abril 19, 2013 - 11:15

Boletín número 26

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Este boletín trata los siguientes temas: legislación para la paz, el panorama del legislativo después de la reforma a la justicia, reforma al reglamento del Congreso y  la igualdad salarial entre hombres y mujeres. Además introduce los capítulos regionales del programa de Congreso Visible.

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Lunes, Octubre 1, 2012 - 14:45
La Silla

Santos vuelve a consentir a La U

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Hoy, en un almuerzo con la bancada de La U, el presidente Juan Manuel Santos les dijo que sí va a nombrar a sus candidatos a diferentes cargos. Y esta misma tarde Presidencia publicó dos de las hojas de vida de esos candidatos, un paso previo para nombrarlos.

La primera es la de Carlos Eduardo Géchem como director de la nueva Agencia para el Desarrollo Rural, una de las nuevas entidades del agro que creó Santos y que, en principio iban a estar en manos de técnicos del sector, algo que este nombramiento más el de Miguel Samperen la de Tierras deja claro que no se va a cumplir.

 

Géchem será el encargado de aterrizar las políticas de desarrollo rural que maneja el Ministerio de Agricultura, como entregar los créditos agrarios o contratar la construcción de distritos de riego. Ese es un cargo fundamental para el desarrollo del campo y para aterrizar un eventual Acuerdo Final con las Farc en la pata de transformación del agro, que incluye compromisos como tener un plan nacional de riego y drenaje que dependería de esta Agencia.

Géchem es un abogado externadista con doctorado en derecho constitucional en París y quien ha trabajado como profesor de su alma mater y asesor jurídico de entidades que no tienen nada que ver con las tierras, como el Invías, la alcaldía de Bogotá y el Área Metropolitana de Barranquilla.

Pero es hijo del senador huilense Jorge Eduardo Géchem, y tras sonar varias veces a diferentes cargos como cuota de La U, siendo el más reciente la posibilidad de ser Defensor del Pueblo o presidente del Banco Agrario. Además, ha estado en varias de las listas que le ha presentado oficialmente ese partido a Santos para que eliga de allí y fue brevemente viceministro de interior en 2013 como cuota de La U.

La segunda hoja de vida ya publicada es la de otro miembro permanente de esas listas, el ex secretario del partido y ex viceministro de turismo Óscar Rueda, quien será el embajador en Beijing.

Rueda también sonó para la Defensoría. Este empresario santandereano fue delegado de Santos en la junta de la Cámara de Comercio de Bucaramanga entre agosto de 2015 y la semana pasada, cargo en el que lideró una lucha a muerte contra el grupo empresarial que tradicionalmente ha controlado la entidad, como contó La Silla Santandereana.

Además de esos dos nombramientos ya en camino, una fuente que estuvo en el almuerzo le dijo a La Silla que Santos también les contó que va a apoyar al candidato de La U, César Negret, a la Defensoría del Pueblo. Y que nombraría como director del Icbf, en reemplazo de Cristina Plazas, a su Secretario de Transparencia de Presidencia, el ex director del centro de pensamiento de La U Camilo Enciso. Esto último no lo pudimos verificar con otra fuente.

Así, Santos ya empieza a darle a los políticos de La U los cargos que le habían pedido después de su molestia con el remezón de gabinete de hace 10 días y la inclusión de Néstor Humberto Martínez en la terna para Fiscal.

La Silla
Juan Manuel Santos Calderón

Juan Manuel Santos Calderón

Presidente de la República

La audacia del Magistrado Palacio

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Un ciudadano, Eduardo Montealegre, usando papel oficial de la Fiscalía General de la Nación, demandó ante la Corte Constitucional que se declarara constitucional la palabra acuerdo contenida en el acuerdo que firmaron delegados del Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC para dar inicio a las conversaciones que se están adelantando en La Habana. Hasta ahí todo normal. A la Corte suelen llegar demandas de todo tipo. Es una acción pública que puede ejercer cualquier ciudadano. Es una conquista democrática de una larga historia en Colombia. Hay profesores que les ponen de tarea a sus estudiantes demandar ante la Corte. Hay ciudadanos que le piden a la Corte pronunciamientos absurdos. Eso ocurre permanentemente en la Corte y por eso no hay que sorprenderse que pueda haber ocurrido una vez más.

La legislación y la jurisprudencia han sido laxas en la exigencia de requisitos para este tipo de demandas para hacer efectivo el derecho ciudadano. Si se hacen exigencias técnicas sofisticadas se haría nugatorio el derecho. Sin embargo, se ha impuesto un deber mínimo con el fin no solo de garantizar la seriedad en su ejercicio sino de hacer posible que la Corte haga su tarea.

Por ejemplo, se exige que se “señalen las normas acusadas como inconstitucionales”. Ese requisito exige entonces mínimamente que sea una “norma” la que se demande y que se le pida la Corte que se declare inconstitucional. El ciudadano Montealegre no demandó una “norma” de las que expresamente mencionó la Constitución que podría revisar la Corte Constitucional (actos legislativos leyes, decretos leyes etc) y ni siquiera lo hizo sobre alguna de aquellas con las que la jurisprudencia de la Corte ha ampliado su competencia. Demandó el texto de un “acuerdo” que a simple vista no tiene la categoría de “norma”-

En una actitud audaz, según la calificó el Presidente Santos, el ciudadano Montealegre no acusó como inconstitucional la “norma” demandada, sino que le pide a la Corte que la declare constitucional y que diga que la palabra “acuerdo” contenida en ese acuerdo es un acuerdo especial de derecho internacional humanitario que forma parte del bloque de constitucionalidad y que por tanto tiene, según dice, la misma jerarquía de la Constitución.

Para evitar que la Corte tuviese que gastar tiempo en el estudio de demandas absurdas, las normas que regulan el procedimiento ante la Corte Constitucional obligan al magistrado sustanciador a rechazar las demandas respecto de las cuales la Corte sea “manifiestamente incompetente”.

Suele ocurrir que los jueces de todos los niveles incumplen con el deber de diligencia que les obliga a revisar con cuidado si las demandas cumplen con los requisitos legales y si las pruebas que se solicitan son pertinentes. Esa suele ser una tarea que se delega en funcionarios sustanciadores y los jueces y magistrados se limitan a firmar. Es un acto de “trámite” y resulta que no, si los jueces cumplieran con ese deber en forma diligente buena parte de los procesos que terminan con sentencias inhibitorias o de otra índole que no resuelven el fondo de la cuestión porque resulta imposible y si las pruebas que se decretaran fueran solo las pertinentes se evitarían múltiples trámites que congestionan el poder judicial.

El Magistrado Palacio incumplió el deber de diligencia, admitió una demanda respecto de la cual la Corte es “manifiestamente incompetente” y solicitó unos conceptos impertinentes. Dentro de algunos meses la Corte se declarará inhibida. ¿Por qué el Magistrado Palacio resolvió incurrir en una audacia? ¿Habló previamente con el ciudadano Montealegre sobre el asunto?, o ¿Se limitó a dar trámite a una demanda sin estudiar seriamente si cumplía los requisitos para su admisión?

Hasta ahí lo “jurídico”, llamémoslo así, pero lo verdaderamente grave es que, con esa decisión, en la práctica las discusiones de La Habana se trasladaron anticipadamente a la Corte Constitucional. Varios ciudadanos, de los opositores al proceso de paz, están preparando sendas demandas contra múltiples apartes de los “acuerdos” que hasta ahora se han suscrito y que consideran inconstitucionales.

Si el Magistrado Palacio aceptó dar el trámite a una demanda sobre una palabra del acuerdo inicial, que el demandante no pide que se declare inconstitucional, sino que se declare constitucional, va a ser difícil rechazar las demandas que lleguen sobre aspectos, digamos, controversiales del acuerdo sobre justicia transicional para poner un ejemplo. La audacia del Magistrado Palacio puede haber abierto el camino que la oposición había venido buscando para hacer imposible el proceso de La Habana.

El debate hay que ponerlo donde es. La discusión no es sobre si el acuerdo final al que eventualmente lleguen las FARC y el Gobierno es o no un acuerdo especial, esa es otra controversia, válida, pero otra. Ni siquiera sobre la posibilidad de que en La Habana no esté reunida una mesa de negociación sino una Constituyente. La controversia es sobre si la Corte puede revisar los papeles que han firmado las partes hasta ahora, porque ahí el riesgo de judicializar la negociación es enorme.

Ahora una controversia secundaria pero importante es sobre la condición del demandante. Montealegre se limitó a invocar su condición de ciudadano, sin embargo usó papel oficial de la Fiscalía y algunos medios le han dado a sus declaraciones y a su demanda una relevancia especial por “decirlo quien lo dice”, por ello he insistido que quien lo dice no es una autoridad, ni en sentido institucional, ni en el sentido romano del saber socialmente reconocido (su especialidad no es el derecho constitucional sino el derecho penal), es un abogado, que era profesor, que ha cometido múltiples errores jurídicos y cuyas posiciones son controvertibles como las de todos los demás. Para subrayar que no era aceptable en este caso el criterio de autoridad recordé coloquial y jocosamente que era un desempleado y aspirante, según ha dicho, a convertirse en estudiante de derecho, eso me acarreó un regaño que acepto con humildad, de la periodista Cecilia Orozco, a la que aprecio y admiro, pero pues Montealegre es hoy eso un desempleado.

Opinión
Eduardo Montealegre

Eduardo Montealegre

Fiscal General de la Nación


“Farc evolucionaron en el punto agrario”: Juan Camilo Restrepo

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REFLEXIONES

¿Los Acuerdos con las Farc en materia agraria representan un peligro para los dueños de la tierra? 

El Acuerdo busca profundizar el esquema de desarrollo rural y de acceso a la tierra, pero no está montado sobre la base de expropiaciones arbitrarias o de atropellos contra nadie. Esto lo menciono, porque los enemigos del proceso de paz dicen que se negociaron cosas secretas en La Habana que van a atentar contra la propiedad privada y el Estado de Derecho. Esa es la posición de algunos sectores retardatarios que ni siquiera se han tomado el trabajo de leer lo que se negoció y se firmo allá. Van a ser transformadores, sin que ellos entrañen ningún peligro para la propiedad privada, para el Estado de Derecho o para quienes tienen las tierras bien habidas.  Las mismas Farc tuvieron a lo largo de la negociación del punto agrario una evolución.

¿En qué sentido?

Por ejemplo, en el discurso inaugural de Oslo Iván Márquez se muestra tremendamente enemigo de todo lo que es la formalización de la propiedad agraria, dice que ese es un subterfugio para quitarle la tierra a los campesinos. Ya después cambiaron su punto de vista y consideran que la formalización, es decir, darle escrituras a quienes no tienen para que sean plenamente propietarios, es un avance para la modernización de la estructura agraria, lo dicen las mismas Farc. Han mostrado cierta flexibilidad para un acuerdo que no es en beneficio de ellas, sino de los campesinos.

¿La aplicación de los Acuerdos implicaría una reforma agraria?

En cierta manera, si se ejecutan a cabalidad, sí son una reforma agraria. Pero no una reforma agraria del estilo de las que se hicieron en América Latina, ni de las que se hicieron acá en los años del Incora: en esa época se compraban unas tierras en un mercado muy imperfecto y se repartían ”peladas”.

En el acuerdo agrario al que se llegó, va a haber distribución de tierras, pero no compradas sino poniendo en valor social ciertas tierras, como las que hoy están en la unidad de estupefacientes que eran propiedad del narcotráfico, baldíos que le han arrebatado a la Nación y compra de algunas. No es solo repartir tierras, sino también dotarlas de bienes públicos para que sean sostenibles, porque hoy en día la tierra es un insumo más, como el riego, la comercialización, la ciencia y la tecnología, las vías de comunicación, la salud y la educación. Así puede haber una transformación real de la vida rural.

¿Cómo se comparan éstos con la concepción de la reforma agraria de los años 70s?

El Acuerdo difiere de las reformas agrarias tradicionales. El Acuerdo la llama una transformación agraria, porque el término de reforma agraria ahuyenta muchas buenas conciencias.

“El Acuerdo difiere de las reformas agrarias tradicionales. El Acuerdo la llama una transformación agraria, porque el término de reforma agraria ahuyenta muchas buenas conciencias.”

¿Si hay suficientes baldíos para repartir a campesinos de manera que se reversen los problemas de distribución de la tierra?

Claro, siempre y cuando se actúe con rigor en la recuperación de esos baldíos que le han arrebatado al Estado. Veo con cierta preocupación dos temas de lo que ha venido sucediendo en los últimos tres años. Primero, los aprestamientos presupuestales para cumplir con los acuerdos adquiridos no han comenzado aún, la crisis fiscal ha impedido que los presupuestos nacionales y el Ministerio de Hacienda se apersonen de preparar presupuestalmente al país para cumplir los Acuerdos.

¿Qué quiere decir con eso?

En el presupuesto actual y en el del año entrante no hay un centavo para los Acuerdos. Se ha conseguido un dinero de cooperación internacional, eso es importante, pero aún, por razones de dignidad nacional no podemos hacer la paz financiada por los gringos. Ahí hay un vacío que hay que llenar próximamente. Segundo, hay que fortalecer las instituciones, hoy muy débiles, que van a jalonar este postconflicto, que en el caso agrario son dos entidades: una Agencia Nacional de Tierras que va a remplazar al Incoder que se está liquidando y que está recibiendo los santos óleos a ver si se le perdonan sus pecados de la mala vida, y una Agencia Nacional del Desarrollo Rural.

Son dos entidades importantísimas que van a centralizar todo lo relacionado a tierras y desarrollo rural, y apenas están naciendo. La experiencia administrativa colombiana muestra que desde el momento en que nacen las entidades y el momento en que están listas para operar, puede pasar un año o año y medio. Si vamos a firmar la paz en unas semanas, ahí va a haber un vacío institucional que me preocupa.

Usted sostiene que la Ley de Restitución de Tierras es una de las leyes más progresistas y modernas que se han dado en el país en muchos años.  ¿Algunos se preguntan por qué la impulsó un ministro conservador como usted?

¿Y quién dijo que el conservatismo bien entendido no puede apoyar leyes de avanzada? Las leyes importantes de la seguridad social en Colombia en los años cuarenta las impulsó el Partido Conservador. El problema es que hay un sector dentro del conservatismo, entonces y ahora, que es muy refractario a estas políticas agrarias nuevas y modernas, pero ese no es el pensamiento conservador bien entendido.

¿Cómo el Procurador?

Me sorprendió mucho ver al Procurador compartiendo tarima con Lafaurie en el epicentro del paramilitarismo en Colombia que es Chiboló, que era el centro de operaciones de “Jorge 40” y sus secuaces. Desde esa tarima ambos dijeron en dueto cosas inexactas.

¿Qué exactamente?

Uno dijo que la ley no estaba protegiendo a los tenedores de buena fe exentos de culpa. La ley toma especial cuidado al decir que cuando alguien es un reclamante de buena fe exento de culpa y lo puede demostrar en el proceso, la tierra se le restituye al verdadero propietario original, pero ese tenedor de buena fe exento de culpa será indemnizado, y así ha venido sucediendo. Cosa distinta a que haya tenedores de buena fe pero no exentos de culpa.

¿Qué quiere decir exento de culpa?

Ser exento de culpa quiere decir que si bien no participé en el despojo, tampoco me prevalí de informaciones o de condiciones de las víctimas de inferioridad propias del despojo para comprar a menor precio. Puedo ser tenedor de buena fe, pero no estar exento de culpa.

La ley dice que existe esa tensión, usted tiene derecho de indemnización si prueba ambas cosas. Lo que fueron a decir Lafaurie y el Procurador, es que se le debía dar indemnización a cualquiera, así no probara su buena fe exenta de culpa. Además, arengaron que el 40% de las solicitudes eran falsas, lo cual demuestra una mala información. En el caso de Lafaurie no me sorprende, ese es su estilo, nadie lo ha podido pescar en una sola verdad. Pero en el caso del Procurador sí es sorprendente.

¿Cuáles son las cifras y los avances reales en materia de restitución de tierras?

Hasta el momento se han presentado unas 88.000 solicitudes de restitución. Ya se han devuelto a los reclamantes, por fallos de los jueces cerca de 200.000 hectáreas, eso es un área equivalente al departamento de Quindío. Las otras demandas están haciendo su curso ante los jueces agrarios. Este no es un proceso administrativo en el que un funcionario a ojo decida a quién devolver y a quién no. De esas 88.000 solicitudes, cerca de la mitad ya están a despacho de los jueces agrarios o en camino hacia ellos. La otra mitad no se ha presentado porque la misma ley dice que no se pueden concluir restituciones en áreas donde todavía hay problemas de orden público o de densidad de minas anti personales. Ese 50% que había estado en el congelador por estas determinaciones va a fluir ante los jueces. El 95% de los fallos que han sacado los jueces han sido a favor de los reclamantes.

“Ya se han devuelto a los reclamantes, por fallos de los jueces cerca de 200.000 hectáreas, eso es un área equivalente al departamento de Quindío.”

Además, dicen que el 40% han sido presentadas por reclamantes falsos, pero la propia ley fue muy cuidadosa en decir que es una ley para las víctimas de verdad. A quien se le pruebe que está engañando al Estado, pasando por víctima de despojo, puede pagar condenas de entre 8 y 12 años. La Unidad de Restitución de Tierras, entre los 88.000 reclamantes, ha establecido que 160 de ellos son falsos y los ha puesto en conocimiento de la Fiscalía, y 60 han sido capturados. No sé de dónde diablos sacan algunos que el 40% de las solicitudes son prefabricadas por reclamantes falsos. Esos son el tipo de exageraciones que tienen el propósito de deslegitimar el esfuerzo inmenso que se viene haciendo con la Unidad de Restitución de Tierras.

Forjando Futuros dice que no se han devuelto sino el 3,5 por ciento de las tierras.

Otra cifra que ha llamado la atención es que dicen que no se ha devuelto sino el 3.5%, pero ya se han solucionado el 22% de los casos. Algunos dicen que son muy pocas las familias frente a las 360.000 que se mencionó que eran las despojadas en Colombia. Antes de la Ley 1448, hubo algunos estudios donde dicen que el total de las familias que han sido despojadas de sus tierras o que las han tenido que abandonar, era 360.000. Ese dato sirvió como número de referencia para calcular la capacidad instalada, pero la Ley de Víctimas no tiene metas como tal. Toda reclamación que se ha presentado, se está tramitando y se va a estudiar.

Se dice mucho que el futuro económico de Colombia está en el campo, y que eso va a ser una realidad cuando se firme la paz. ¿Usted cree que es posible que en 10 o 15 años la agricultura sea el principal rubro de la economía?

Probablemente no lo sea, porque Colombia tiene un patrón de desarrollo similar al que tienen otros países de igual grado de desarrollo, donde el sector servicios es mayor. Lo que si es cierto es que la agricultura, la ganadería y la agroindustria, van a ser muy importantes en el desarrollo de Colombia, sobre todo si se afianza la paz y si se espantan las aves de mal agüero que dicen que la agricultura campesina o de pequeña propiedad no tiene futuro en Colombia. Este país tiene tierras muy abundantes, tenemos la oportunidad de ampliar la ventana agrícola sin atentar con los bosques tropicales, en donde pueden convivir pequeña, mediana y gran propiedad.

Algunos sostienen que las élites regionales acumulan tierras de manera rentista y no son buenos empresarios. ¿Esto es así?

Hay diferencias por regiones, por productos, y además por mentalidades. Es injusto decir que todos los que trabajan en el campo son rentistas estériles. Trabajar el campo es muy difícil, muy pesado, la rentabilidad de las actividades agropecuarias es muy inferior a otras, los márgenes son muy pequeños y algunas se ven sometidas a cadenas oligopólicas de compradores que les imponen los precios. Hay empresarios muy valiosos, dignos de aplauso, grandes, medianos y pequeños.

La gran diferencia es de mentalidad. Hay unos agricultores que entienden que el futuro no puede seguir montado sobre estructuras agrarias medievales, que apoyan estas leyes de modernización, que no atentan contra la propiedad privada. Hay otros que quisieran que sigamos así otros 50 años, sin entender que si queremos erradicar el conflicto no es solo firmar unos papeles, sino encontrar una solución equilibrada a las tremendas desigualdades que se siguen observando en el campo, no solo en tierras, sino también en calidad de vida y en suministros de bienes públicos.

Algunos de los partidos políticos en Colombia tienen una mayor agenda rural que otros?

Los partidos no se diferencian mucho en materia de su visión agraria. Dentro del Partido Liberal, Conservador o los nuevos que han surgido en las últimas décadas en Colombia, hay gente que entiende y que tiene una percepción más moderna que otros. A diferencia de lo que sucedió en los años treinta, el parteaguas del pensamiento político no es hoy en día una visión u otra sobre el tema agrario.

Usted es un conocedor del tema cafetero, superada la crisis de hace unos años ¿cree que el café recuperará peso dentro de la economía?

El café es y sigue siendo el principal cultivo agrícola en Colombia y la primera actividad de mano de obra. Uno de cada cuatro colombianos que trabaja en lo rural, trabaja en el café. Hay café en más de la mitad de los municipios de Colombia. Así que el país seguirá cocido al alma cafetera. Desde el punto de vista social, el café fue, es y seguirá siendo muy importante, porque es el gran empleador del agro. Lo que ha venido perdiendo es como generador de divisas. En los cuarenta, el café representaba más del 50% de las divisas que generaba el país, hoy representa el 8%. Eso está bien, porque muestra una diversificación de la oferta exportable colombiana.

Usted comparte la tesis de que si se hubiera dejado a Carlos Lleras Restrepo hacer la reforma agraria, ¿la historia reciente de Colombia habría sido sustancialmente más pacífica y productiva? 

Si hoy en día, 50 años después decimos que el conflicto colombiano hunde sus raíces en el conflicto agrario, obviamente, si le hubiéramos podido dar unas soluciones más oportunas, habría sido menos prolongado y menos sangriento el conflicto. Sin embargo, una transformación agraria no debe confundirse con un proceso por el cual se atropella la propiedad privada, el debido proceso o los tenedores de buena fe de tierras en Colombia. Por lo tanto, la posición que algunos proponen como transformación agraria es un falso dilema.

“Una transformación agraria no debe confundirse con un proceso por el cual se atropella la propiedad privada, el debido proceso o los tenedores de buena fe de tierras en Colombia. La posición que algunos proponen como transformación agraria es un falso dilema.”

¿Quiénes considera usted que han sido los líderes más influyentes en materia agropecuaria en las últimas décadas?

Aquí cada cultivo tiene un líder histórico. Los hay en el café, en el banano, en el maíz. Esta gente que aglutinó pensamiento y liderazgo en cada uno de sus cultivos. Al lado de ellos, también hay dirigentes agrarios y campesinos de organizaciones un poco anónimas que han jugado un papel importante.

Juan Camilo Restrepo - #TrendingLíder360º - Red Líder

 

Información del líder

9 de octubre de 1946 en Medellín

Profesor universitario

Ciudades donde ha vivido

Medellín, Bogotá D.C., París y Londres

Líderes admirados

Simón Bolívar y Barack Obama

Estudios

Derecho y Economía en la Universidad Javeriana,

doctorado en la Universidad de París en Asuntos de Derecho Administrativo

Película favorita

Carta a una sombra de Héctor Abad Gómez

Entidades o empresas con la que ha trabajado

Banco de la República, Federación de Cafeteros, Ministerio de Minas y Energía, Ministerio de Hacienda, Ministerio de Agricultura y Embajada de Francia

Música favorita

Música de cuerdas colombiana y barroca

Libro leído recientemente

El coraje de actuar de Ben Bernanke

Políticamente correcto

Causas que apoya

La paz rural y la paz agraria

Filiación política

Conservador de avanzada

Nombre pareja

María Teresa Herrán

Churchill o Gandhi

Churchill

Hijos

3

Hijo número

1 de 5

Columnista favorito

Cecilia Orozco

Redes sociales

Twitter

 

Perfil de Liderazgo

Ex senador conservador, ex ministro de Agricultura, académico y uno de los grandes expertos en el agro que impulsó la ley de restitución de tierras y que ha promovido la paz rural en torno al postconflicto.

Visión

¿Cuál es la visión que ha guiado su trabajo en el agro?

Creo que los baches gigantescos entre lo rural y lo urbano están en las raíces del conflicto colombiano. Y que tocaba reducir la diferencias entre la calidad de vida de quienes viven en la ruralidad y quienes viven en la ciudad a través de mejorar los mecanismos de intervención pública en el sector rural, propiciando una mejor distribución de la tierra, que no es solo que haya menos concentración sino que exista una estructura menos atomizada y latifundista de la tierra.

¿Qué lo llevó a impulsar la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras?

Yo estaba en mi casa y Santos me llamó desde París para que lo acompañara en el Ministerio de Agricultura. Quería que una de las primeras cosas que hiciéramos fuera buscar los mecanismos legales y administrativos para facilitarle a quienes han sido despojados de sus tierras la recuperación de las mismas. Así que esto se le debe a él.

¿Cómo evalúa su contribución a la creación de la Ley ?

Es un logro que me deja muy satisfecho, tiene muchos malquerientes, porque no es una ley inocua. Si así fuera, pasaría de agache, pero como no lo es pisa intereses creados. Se va a establecer algo inédito en Colombia, porque políticas de restitución de tierras no había habido aquí. Una restitución de tierras por la vía ordinaria duraba 15 o 20 años, ahora dura uno y medio. Es una ley de mucha avanzada, de mucho perfil social, que se ha venido desarrollando aun cuando el conflicto armado no ha terminado.

¿Cuáles han sido los principales obstáculos que tuvo que superar para desarrollar la iniciativa?

En ese momento, cuando se creó y se echó a andar el aparataje legal y administrativo no hubo grandes dificultades, éstas han aparecido después. Ha habido incluso hechos de sangre contra los lideres de la restitución. Han sacado los resentimientos y las garras las personas de cierto perfil político que quieren que en materias agrarias se mantenga el status quo y no se haga nada al respecto.

¿Cuáles han sido los principales aliados?

En su diseño y en su formulación tuve unos colaboradores muy cercanos en el Ministerio de Agricultura. Son muchos pero quiero mencionar a , él ha estudiado mucho del tema y fue de mucha utilidad. En el campo político la Ley pasó con grandes mayorías en el Congreso, los opositores de hoy son los que fueron aliados en ese entonces.

¿Cómo ha sido el liderazgo colectivo en su experiencia? 

A nivel regional encontramos mucho apoyo de líderes en organizaciones campesinas, en organizaciones de víctimas, sindicales, que entendieron la importancia histórica de esta iniciativa. También hubo una parte de la prensa que ha apoyado esta iniciativa contra viento y marea.

 

Juan Camilo Restrepo - #TrendingLíder360º - Red Líder

* Visita exministro Juan Camilo Restrepo a Ramiriquí en el 2012. 

Entorno del líder

Las influencias que han determinado su estilo de liderazgo:

Hay una persona a quien yo admiro y respeto mucho, me tocó trabajar con él, el doctor Belisario Betancur. Es una persona a veces mal comprendida en Colombia, pero tiene una gran visión y fue el primero que se comprometió con los temas de la paz en este país.

Su mejor consejo para un buen liderazgo

El mejor mensaje es la autenticidad, actúen como piensen y piensen como actúen, eso conlleva al liderazgo.

 

Visión sobre liderazgo

¿Usted cómo describiría la cultura de liderazgo del país?

Colombia está presa del síndrome de la sociología de la autenticidad y la simulación. A veces se dice lo que no se piensa, o se piensa lo que no se dice. Cuando una sociedad llega a este extremo, al liderazgo y a la política le empieza a faltar un elemento de autenticidad. Esto entorpece la velocidad de muchos procesos sociales.

Desde su experiencia, ¿cómo entiende un líder?

Un líder es alguien que le da mucha importancia en su vida a la autenticidad, al ejemplo y a la coherencia y a la persistencia en lo que dice. Incluso si lo deja solo en muchos momentos, si la causa es justa, al final termina recaudando muchos más creyentes.

¿A qué personas de la vida pública le reconoce liderazgo? 

Un líder importante que terminó derrotado, pero que tuvo el valor de la coherencia fue el Rafael Uribe Uribe. También el Libertador Simón Bolívar, que también terminó solo.

¿Qué cinco líderes actuales le parecen emblemáticos de esta época?

El tiempo es el mejor antologista, dejémosle al tiempo que haga su labor.

¿Cree que dado el contexto apropiado, cualquiera puede ser líder?

Sí. El líder no hay que entenderlo como de multitudes. Hay líder en el hogar, en las familias, en la empresa, en la universidad. Entendiendo así el liderazgo, cualquiera puede ser líder.

Juan Camilo Restrepo - #TrendingLíder360º - Red Líder

*Exministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo 

Vea el 

 

‘Si no se reinventan, los medios serán como peces sin agua’: Germán Rey

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En la última encuesta Gallup salió un dato que no fue rescatado por los medios pero que debería ser motivo de debate: los que tienen una idea favorable de los medios disminuyeron hasta el punto que ahora son el mismo porcentaje que los que tienen una imagen desfavorable. La Silla invitó a Germán Rey, autor del informe de Memoria Histórica sobre los crímenes contra periodistas y uno de los investigadores más reconocidos sobre periodismo para que hablara sobre el estado de este oficio, sobre la libertad de prensa y sobre el futuro de los medios. Esta es su reflexión.

La Silla Vacía: Esta semana se celebró el día de la libertad de prensa y quién mejor que usted, que hizo el informe de Memoria Histórica sobre el periodismo, para contestarme esta pregunta. ¿Considera que hay libertad de prensa en Colombia?

G.R.:Hay una libertad de prensa formal, pero dudo que haya una libertad de prensa real. Y ese abismo entre lo formal y lo real es uno de los problemas más graves de la democracia.

Se trata, en efecto de una libertad de prensa que cojea y sobre todo que tiene unos nubarrones muy preocupantes frente a sí. ¿Acaso se puede hablar de una libertad de prensa real en un país donde más de un centenar de periodistas ejercen su oficio con medidas de protección del Estado, lo que significa que producen información escoltados, con chalecos anti-balas o en vehículos blindados? Un periodismo escoltado protege a los periodistas, pero muestra taxativamente que existe un grave problema en la sociedad.

Aún cuando los asesinatos de periodistas han disminuidoP

G.R.:Aunque los asesinatos de periodistas han disminuido desde el 2004, sigue siendo muy preocupante la autocensura, el bloqueo del oficio, los exilios o las amenazas.

Colombia ha sido uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo y entre 1977 y 2015 se produjeron 152 asesinatos por razón del oficio. En el continente solo lo supera México que en apenas una década ha tenido cerca de 128 asesinatos, lo que es una cifra escalofriante.

¿Sigue siendo la violencia la mayor enemiga de la libertad de prensa?

G.R.:La libertad de prensa está amenazada también por los problemas de calidad del periodismo, la situación laboral de los periodistas, la incidencia de la pauta oficial, la impunidad y la aparición de otros asuntos que ya empiezan a incidir en la vida cotidiana de los medios y los periodistas. Todo ello me lleva a pensar que lo formal pierde frente a lo real.

Por lo menos en los lugares donde los periodistas no estamos amenazados, ¿realmente ejercemos esa libertad a cabalidad?

G.R.:Los periodistas hacen a diario esfuerzos para que se respete la libertad de prensa. El problema es que esta no le pertenece solamente a los medios y los periodistas, sino que debería ser una libertad que le pertenece a toda la sociedad.

Y parte del problema está en que esta interiorización de la libertad de expresión no ha sido completamente lograda por la sociedad, entre otros motivos, por la transformación del periodismo en un poder, por la pérdida de confianza social en los medios, por las alianzas indebidas entre medios, periodistas y otros poderes, como por ejemplo, el político, por los problemas de calidad de la información, etc

Los medios de comunicación viven la situación más grave en los últimos 50 años, por varios motivos...

¿Qué tan aterrizada en la realidad es la idea del periodista heroico contra el poder que tiene alguna gente de los periodistas colombianos?

G.R.:Sospecho de los heroísmos y de la excepcionalidad de los héroes. Nada más peligroso que un héroe que se precia de sí mismo. Termina despreciando a los demás.

Creo que sí ha existido un periodismo valiente en el país, que ha enfrentado a los poderes y sobre todo a los poderes mafiosos. Ese periodismo que ha investigado la corrupción, que ha denunciado la existencia de grupos violentos, que le ha hecho seguimiento al crimen organizado o al desastre de la guerra. Que se ha inmiscuido en las entrañas de las instituciones como por ejemplo en el Congreso, pero también en las fuerzas militares, que no ha creído en los supuestos objetivos liberadores de las guerrillas o en los intentos de “refundación” del Estado de los paramilitares.

No creo que hayan procedido como héroes, porque ese es su trabajo, su responsabilidad.

Usted ha dicho que los medios en Colombia son como “peces boquiando”. ¿A qué se refiere?

G.R.:Uso un término popular para hablar de una realidad que es mundial.: la fractura de su modelo de negocio, la irrupción de las nuevas tecnologías, la pérdida de confianza de la sociedad, la transformación de las audiencias, la desobediencia de las agendas predeterminadas desde las salas de redacción, la competencia con los medios emergentes, el crecimiento de las regulaciones.

Recuerdo una frase de Gabriel García Márquez que le escuché en una Junta Directiva de la Fundación de Nuevo Periodismo en Ciudad de México: “Lo que pasa es que el mundo se le fugó al periodismo. Ahora lo que debemos hacer es reinventarnos el mundo”. Ese ideal de representar el mundo a través del periodismo ha terminado.

Es un diagnóstico deprimente

G.R.:Cuando los peces salen de su medio natural –el agua- “boquean”. Y eso se experimenta en el descenso de los tirajes de los medios escritos, el cierre de periódicos y revistas, la migración hacia el mundo digital, la disminución de la pauta publicitaria y la huida de las audiencias. Pero creo que la cuestión es aún más grave: lo que está en entredicho es el sentido, el significado social del papel de los medios en las sociedades contemporáneas. Si no se reinventan los medios serán como peces que ya no tienen agua.

En qué dirección tendríamos que reinventarnos para volver a nadar?

G.R.:Ya existen atisbos del camino: el periodismo debería moverse hacia experiencias más ágiles y mas flexibles, con mayor interacción con sus audiencias, mas experimentales.

Los nichos serán mucho mas diversos, y los mecanismos de recuperación de la información mas atrevidos. Los periodistas no serán peces sino anfibios, seres híbridos. Alguna vez le escuche a Juanita León decir que los periodistas serían mas parecidos a los artistas. Me parece una metáfora muy acertada. Porque en el arte se hacen preguntas, se navega en incertidumbres, se revela lo invisible.

Creo que los medios han tenido un papel en la polarización de la sociedad colombiana

¿Cómo eran antes los periodistas y cómo serán en el futuro?

G.R.:Antes los periodistas eran como Sherlock Holmes ahora serán como Pollock. No se si llevarán libreta y lupa, pero si portarán las nuevas prótesis digitales. Pero lo mas importante no es cuánta tecnología usaran sino cuan humanos serán. Cuanta solidaridad tendrán con sus próximos y sus desconocidos, cuanta dedicación y pasión le pondrán a su oficio de molestar seriamente a los poderes y de contar historias sobre el mundo que vivimos y los mundos posibles para asombrarnos como siempre han hecho los grandes periodistas.

¿Por qué dice que el periodista colombiano ha pasado de verse a sí mismo como “un demiurgo perseguido” a un agente más del mercado?

G.R.:Porque el mercado ha engullido muchas cosas, entre ellas a los medios. No se trata de una demonización del mercado y de lo comercial, pero si de una revisión muy crítica de qué da y qué quita el mercado. Da posibilidades de oferta pero no necesariamente da diversidad y pluralismo; da convergencias inclusive globales, pero a veces hace perder identidad y sentido de lo propio. Genera una competencia necesaria pero con frecuencia privilegia lo que muestran los raitings, produce ingresos pero no siempre los reinvierte en lo importante. Y sobre todo la presión del mercado sobre los medios, hace perder su gran objetivo público.

¿Cuál sería ese objetivo?

G.R.:No es otro que informar documentadamente a la sociedad, facilitar la aparición de diversas voces, generar controversia con argumentos y sobre todo hacer el seguimiento juicioso de todos los poderes.

En la última encuesta Gallup por primera vez la imagen desfavorable de los medios de comunicación es tan alta como la favorable. ¿A qué cree que se debe esta pérdida de imagen en la opinión pública?

G.R.:Se habían tardado estos resultados. Y ahora que aparecen y que son muy preocupantes creo que se deben a un periodismo concesivo, de vedettes, de haberse creído que son el poder y que pueden criticar a los otros mientras se muestran reacios a las críticas merecidas de los demás, especialmente las de los ciudadanos de a pie.

Creo que los medios han tenido un papel en la polarización de la sociedad colombiana, tienen un grado de superficialidad que los deteriora, se han transformado en jueces sin el necesario rigor y están naufragando – muchos de ellos y en particular los noticieros de televisión de los grandes canales- en una suerte de orgia del delito que no refleja de ningún modo lo que es nuestra sociedad.

Es hoy el periodismo peor que cuando usted era defensor de El Tiempo, por ejemplo?

G.R.:Yo fui defensor del lector de El Tiempo hace 16 años. Y si la canción dice que 20 años son nada, 16 son muchos años para la vida del periodismo y los medios.

Hoy existen más oportunidades de informarse, sobre todo a través de los nuevos medios, hay menos poder de los medios tradicionales que además tenderá a decaer con el paso del tiempo, hay nuevas preocupaciones sobre temas que hace unos años apenas empezaban a insinuarse (la salud, la educación, el medio ambiente, el entretenimiento), existen modalidades de periodismo que han cobrado importancia como el periodismo narrativo, la minería de datos, la visualización, la convergencia mediática.

Pero la crisis económica de los medios está generando problemas en su calidad y los retos tecnológicos están trayendo repercusiones sobre el oficio.

Las grandes historias de los últimos años no han sido generadas por redes como la de los Panama Papers o Wikileaks. ¿Indica una tendencia?

G.R.:Vamos a tener que acostumbrarnos a que las grandes historias no vengan solo empaquetadas en los medios. No siempre ha sido así porque narraciones muy importantes han fluido por la música, las fiestas populares, las imágenes o la moda. David Bowie le debe mucho a los medios pero sobre todo a su música. Y una parte de las historias aparecerán gracias a los hackers, a los youtubers, a los diseñadores digitales, pero también a los narradores orales y a los juglares contemporáneos.

Lo importante serán las conexiones de estas otras fuentes de historias con los medios.

Pero estoy convencido que los medios y los periodistas tienen un gran papel como contadores de historias siempre que sepan ver, que le sigan la pista a lo invisible, que se atrevan con los temas que se miran de reojo o desdeñosamente.

La gente se rasgó las vestiduras por el fenómeno del youtuber en la Feria del Libro. Supongo que usted tiene una lectura diferente.

G.R.:Me llama la atención esta ruptura de vestiduras. Que como en el cuento del traje del Emperador nos dejan desnudos. Me impresiona ver una sociedad o por lo menos un grupo muy respetable de ella que sigue pensando en los “bárbaros”, que tienen una visión tan distorsionada de los jóvenes, que profundizan las diferencias entre la “alta cultura” y las culturas que están surgiendo, construyéndose.

O sea que no le impresiona que el youtuber hubiera logrado más convocatoria que los autores de libros

G.R.:Desde hace años he venido siguiendo los cambios en la lectura que ha vivido Colombia y los colombianos. Los que crean que los jóvenes van a volver “per se” a los libros están en mi opinión, muy equivocados.

Entre el 2000 y el 2005 la lectura de libros en Colombia se desplomó un 30%, la lectura de periódicos y revistas tan solo subió un punto, y la única lectura que creció fue la lectura en internet que se duplicó en todo el país y se triplicó en Bogotá.

En vez de estar escandalizados por la convocatoria multitudinaria de los youtubers, deberíamos estar muy contentos o por lo menos analizando seriamente lo que nos dice este fenómeno.

¿Qué es lo que nos dice?

G.R.:Creo que los jóvenes nos están diciendo qué les entusiasma, qué los motiva en un mundo que se ha vuelto precario, que dificulta su ingreso al trabajo y que los segrega con un enorme clasismo.

Una de las transformaciones del periodismo es la irrupción y la prevalencia de lo visual y el video sobre el texto. ¿qué implicaciones puede tener eso sobre la democracia?

G.R.:Lo visual es un mundo que ha explosionado. Richard Sennet nos explicó hace años en su libro “Carne y piedra”, que en el ágora de la democracia griega la gente se empinaba para husmear lo que decían los magistrados, que por la plaza paseaban y chismoseaban los sofistas, que junto a los filósofos estaban los tragafuegos y los equilibristas.

La democracia es también mundo de las imágenes, pero no de imágenes vacías sino de imágenes que proponen sentidos. Ella misma es una plaza, un ágora. La imagen no es banal aunque puede ser usada con banalidad.

Desde las cuevas rupestres hasta la pintura contemporánea, pasando por el cine, la televisión o las holografías, las imágenes son parte de nuestro mundo, nos desafían, nos hacen pensar, nos sacan de quicio, nos conmueven. Y todo ello es muy parecido a la experiencia de la democracia.

Lo mismo sobre la irrupción del dato. En la medida en que el periodismo de calidad esta cada vez más ligado al periodismo de base de datos, qué implicaciones tiene eso para la interpretación de los hechos?

G.R.:Los datos son importantes pero no son la panacea. Hay una larga tradición en la historia de la ciencia sobre las cercanías y las disputas con los datos.

Hay que trabajar con ellos pero no hacerse esclavos de ellos. La minería y visualización de datos son dos grandes herramientas del periodismo actual. Que son provechosas en la medida en que se cualifique el análisis, los contextos, la interpretación.

Frente a los datos nunca hay que perder el escepticismo y la ironía. Pero hay que tenerles un medido respeto.

Henry Jenkins habla sobre cómo Internet ha venido transformando no solo la política sino la misma noción de qué se entiende por política. ¿Comparte esa noción?

G.R.:Internet cambia la política pero no toda la política. Internet no genera necesariamente ni democracia, ni más democracia. La política podrá tener dimensiones virtuales, pero no creo que se transforme en simple virtualidad. Sigo creyendo que hay una “real politik” que se juega en las relaciones sociales, en las figuras de la autoridad, en las creaciones institucionales y en la participación de la sociedad.

En esa medida, y teniendo en cuenta que el sentido de comunidad también es más fragmentado ahora, cuál será o debería ser el rol de los medios de comunicación?

G.R.:Los medios de comunicación contribuirán a las comunidades del presente y del futuro si proporcionan información de calidad, si dejan escuchar diferentes voces, si ayudan a contar buenas historias para mejores vidas.

 
La Silla

Sanar las heridas de la guerra

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Esta semana, Ingrid Betancourt conmovió al país con sus palabras sobre la reconciliación. En ese foro, donde se reunieron varios ex secuestrados de las Farc, surgió otra vez la idea de verdad y la construcción de memoria del conflicto.

Para hablar sobre la idea de sanar heridas y de cómo romper ciclos de violencia invitamos a dos miembros de la Red de paz de La Silla Llena.

Ellos son el General Luis Herlindo Mendieta, que fue secuestrado por la Farc en la toma de Mitú y que fue uno de los asistentes al Foro, y Carlos Alberto Mejía, investigador en temas de conflicto y construcción de paz de Conpaz, un programa de la Universidad de los Andes.

Rectificación: ‘La versión de Renán Vega sobre los 53 casos de abuso sexual’

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Dando cumplimiento a la orden del Juzgado 49 Penal del Circuito, en decisión de 28 de abril de 2016, La Silla Vacía presenta la siguiente rectificación:

  • El informe presentado por el historiador Renán Vega Cantor a la Comisión Histórica sobre el Conflicto Armado y sus Víctimas –‘La dimensión internacional del conflicto social y armado en Colombia. Injerencia de los Estados Unidos, contrainsurgencia y terrorismo de Estado’– dice lo siguiente:

“En uno de los casos más sonados [de abuso sexual], en Melgar y en la vecina Girardot, 53 menores de edad fueron abusadas sexualmente por mercenarios, quienes además filmaron y vendieron las cintas como material pornográfico. También en Melgar, un contratista y un sargento de Estados Unidos violaron a una niña de 12 años en el 2007 (...)”.

  • La Silla Vacía manifiesta que el informe cita como fuente de esa afirmación el estudio de Anna Kucia ‘The Complex Relationship Between Private Military and Security Companies and the Security of Civilians: Insights from Colombia’. Dicho documento se encuentra referenciado en la bibliografía del informe de Vega Cantor, la cual anexamos a esta rectificación.

  • Igualmente, incluimos la carta que Vega Cantor envió a La Silla Vacía. Ésta ya había sido publicada en su integridad el 14 de mayo de 2015 en el artículo ‘La versión de Renán Vega sobre los 53 casos de abuso sexual’.

  • A partir de hoy los artículos ‘La pifia histórica de Renán Vega’, publicado el 8 de mayo de 2015, y ‘La versión de Renán Vega sobre los 53 casos de abuso sexual’, publicado el 14 de mayo de 2015, se encuentran despublicados de nuestro portal.

  • Ofrecemos excusas a Renán Vega Cantor.

  • El pasado 3 de mayo La Silla Vacía presentó recurso de apelación contra la sentencia del Juzgado 49 Penal del Circuito.

Vea aquí la sentencia del Juzgado 49 Penal del Circuito, la carta de Renán Vega y el informe y la bibliografía que anexamos a esta rectificación:

Injerencia de Los Estados Unidos Contrainsurgencia y Terrorismo de Estado 1447172348 1460380901 by lasillavacia

La Silla

Algeciras: el espejo de un país

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En Algeciras, un pueblo a una hora larga de Neiva, la guerra dejó de ser paisaje. Los camiones salen repletos de banano, café, tomate y maracuyá; los niños juegan tranquilos en las calles con los ojos encandilados por el sol; la gente ya no se esconde por las noches a esperar los disparos y cilindros; y el alcalde Javier Rivera se pone la mano en el corazón cuando le hablan de la paz que puede firmarse en La Habana. Pero el miedo a que la columna móvil Teófilo Forero de las Farc vuelva a bajar por las montañas a hacer presencia siempre está ahí. Siempre.

“Para mí la guerrilla está en hibernación”, dice Luis Enrique Reinoso, uno de los periodistas del pueblo, que transmite su noticiero en el canal 4 del pueblo todos los domingos. “Ellos están guardados esperando a ver que pasa, pero débiles jamás”, cuenta mientras se fuma su Mustang.

Algeciras es el espejo de lo que pasa en el país. Mientras las instituciones de este pueblo de casi 25 mil habitantes, casas de colores, y jeeps cafeteros, confían en que la paz va llegar y todos los días el alcalde Rivera se levanta con esa idea, muchos en el pueblo no la ven tan cerca, así la quieran y la vivan por ahora.

 

La espera de la paz

La última trinchera que le queda al pueblo es un arrume de bolsas verdes repletas de arena que hace rato no se usan. Antes, la entrada de Algeciras estaba llena de esos escondites para el Ejército.

 

Pero hace un mes exacto, justo cuando el pueblo celebraba sus 92 años y como muestra de confianza de la firma en Cuba, el alcalde Rivera mandó a quitarlas: “porque no queremos que la gente piense en Algeciras y lo primero que se le venga a la cabeza es guerra. Aquí ya no somos eso.”

La llegada a este pueblo huilense es un zig zag de curvas rodeadas por grandes montañas. “Por eso es que esa zona era tan estratégica para la guerrilla. Es un escondite perfecto”, dice el conductor del carro mientras llegamos. A la entrada se ve esa última trinchera diagonal al batallón del Ejército. Recostados en los sacos de arena, descansan dos soldados y a un par de pasos de ellos, un perro a punto de dormir.

Más adelante, ya en el casco urbano, está la plaza central, donde llegan camiones y camiones cargados con las cosechas y se encuentran los campesinos a descargar los productos. La gente se ve tranquila, es jueves y cada quien está en lo suyo. Pasan las motos, se ve a los niños caminando de la mano con sus mamás para el colegio, los de la alcaldía trabajan en un informe sobre desminado y Reinoso, el periodista, cuenta que la guerra de verdad se vivió arriba, a cuarenta minutos de Algeciras en moto, en la vereda El Paraíso.

Llegamos a la vereda, hasta la última casa, antes de la carretera que conduce a San Vicente del Caguán. Ahí estaba Doña Marina. Una viuda de 76 años que siempre ha vivido en la vereda atendiendo su tienda, la última antes de la trocha que conduce a la puerta de entrada del Caquetá. A pesar de las amenazas y presiones de la guerrilla, ella no ha dejado de atender un solo día su tienda. Cuenta que una vez llegaron cinco guerrilleros y le tocó prepararles un desayuno trancado antes de siguieran su camino a Caquetá. “No les cobré un centavo y les dije que tranquilos. Que buen viaje”, dice.

 

“Mi esposo siempre me decía que ellos (la guerrilla) nunca se van a desarmar, así firmen la paz. Eso no se entrega así de fácil”, dice sentada al lado de la vitrina de su tienda.

En El Paraíso había milicianos, vestidos de jeans y saco, y aunque intentamos hablar con uno, nos dijo que iba a pensarlo y al final no quiso. La prevención a hablar de lo que se viene se nota. Varias personas con las que hablamos se negaron a ser citadas. “Eso que ellos hicieron en Conejo, Guajira,  aquí también lo hacen. Están haciendo propaganda a favor de una asamblea nacional constituyente. Vienen milicianos e repartirnos volantes”, dice uno de ellos.

En todo caso, en Algeciras están empeñados en dejar la guerra atrás. Por eso el alcalde nos dijo que la idea es quitar en máximo quince días la última trinchera “Queremos que antes de la firma aquí vean que solo vamos a estar preparados para la paz. No para la guerra”, dice.

Desde hace más de un año, calculan los algecireños, no se oyen disparos, ni se vive la guerra a la que han estado acostumbrados. Y los cálculos cuadran porque desde julio del año pasado, cuando la guerrilla anunció un cese unilateral del fuego, Algeciras dejó de vivir en el infierno de los combates y esos gestos han cambiado la forma de vivir.

“La gente ya no vive con miedo, ni con esa zozobra de salir de noche. Uno se siente más libre”, dice Reinoso, el periodista.

“La guerrilla ya no se manifiesta como antes. Sabemos que están por ahí, metidos en la selva, pero nada más”, dice el alcalde.

Cuando el gobierno y las Farc decidieron sentarse a hablar, hace ya tres años, en Algeciras se sintió un cambio. “La actitud de todos es otra. Sentimos que ahora podemos vivir más tranquilos, que mientras ellos hablen y arreglen las cosas, nosotros estamos mejor”, nos dijo Saida, una joven de 23 años.

Por eso cuando el 23 de marzo no hubo firma, sintieron mucho miedo. “Acá nos aburrió mucho la noticia porque queremos que esa tranquilidad que venimos sintiendo no se nos vaya y que la paz llegue rápido”, dice Saida.

La Mesa en Cuba, de a poquitos, le ha dado dosis de tranquilidad a este pueblo. Poco a poco, con el repliegue de la guerrilla a la selva que queda entre Algeciras y San Vicente del Caguán, las carreteras se volvieron a transitar más tranquilas.

Eso ha reactivado el comercio y más en este pueblo que se autodefine como la “despensa agrícola del Huila”. Y no le queda para nada grande el nombre.

“Aquí crecen frutos hasta en las piedras”, cuenta otro lugareño. Crece desde yuca, tomate y café, que ahora está en periodo de cosecha y salen camionadas a Neiva y de ahí a otras ciudades, hasta amapola, una flor que hace años pintaba las montañas de rojo, y que con las fumigaciones y ahora con la ausencia de guerrilla para que cuide los cultivos base para la producción de heroína como antes, ya no se ve.

Por eso para el alcalde Rivera no hay de otra que la paz. “Yo soy un convencido. Llevo  46 años, todos vividos aquí y quiero, de verdad, que la calma que hoy sentimos se quede para siempre”, dice. “Ya pusimos los muertos, vivimos el atraso y el peso de ser productores de guerra. Ahora queremos ser productores de paz”.

Una paz que aunque no se ha firmado con puño y letra en La Habana, en Algeciras ya la firmaron sus habitantes.

La guerra que dejan atrás

Desde esas trincheras que ya no están, se cruzaron por años las balas los soldados del Ejército y los de la columna móvil Teófilo Forero, al mando de Hernán Darío Velásquez, alias ‘El Paisa’.

El mismo que voló El Nogal, que secuestró el edificio Miraflores en Neiva, que mandó a talar los árboles, como cuentan en el pueblo, para que las alas del avión de Aires aterrizara sin problema cerca del municipio de Hobo para llevarse al entonces senador Jorge Eduardo Géchem.

El mismo que antes de entrar a las filas de la guerrilla, hizo parte de la red de sicarios de Pablo Escobar. “Era un matón más. No un tipo notable de la mafia. Si él quería hablar con el patrón yo le llevaba las razones”, le dijo a La Silla Jhon Jairo Velásquez, alias ‘Popeye’.

Y el mismo que sin verlo, todos reconocen en Algeciras. Unos dicen que es alto y fortachón, otros que es calvo, otros que es más bajito. Pero todos saben que es el protagonista de una guerra que cargan en la memoria.

A Algeciras llegó ‘El paisa’ a comienzos de los noventas, apenas salió de la cárcel. Aunque en el pueblo la mayoría dice que jamás lo han visto, un funcionario de la alcaldía cuenta que vivió en la que ahora es la casa de la cultura, cuando era el escolta de un mafioso que llegó a la zona. “El tipo lo cuidaba, pero no se metía con la gente”, dice.

Se enteraron que iba para La Habana por los noticieros. “Yo vi por televisión que se iba para allá y la verdad me alegró mucho”, dice el alcalde. “Si está allá es porque se va a desmovilizar y su gente también.”

Durante dos días, antes de que se fuera para Cuba, dicen en el pueblo que vieron aviones sobrevolando la zona.

Pero hay quienes creen que su llegada a La Habana no significa nada hasta que no haya firma. “Él es el seguro de vida que tiene la guerrilla. Si no se firman los acuerdos, él es de la inteligencia militar, el de las armas duras”, nos dijo una persona que pidió no ser citada.

Porque si algo ha vivido de cerca Algeciras, es la capacidad letal que tiene la Teófilo Forero.

Para todos hay un antes y un después de la historia de los “patrulleritos”. Cinco niños que la Policía tenía como los cuidanderos del pueblo y el 12 de noviembre de 1990, antes de que El Paisa llegara a esas filas, la guerrilla les lanzó un cilindro y los mató al pie de la carretera que conduce al pueblo.  

Esa masacre y la toma del 2000, son los dos episodios más crudos para ellos. En esa toma,  cuenta Reinoso, el periodista de los Mustangs, que: “vimos bajar de la montaña como un río a unos cuatro mil guerrilleros. La gente salió corriendo, otra se escondió en sus casas y comenzaron a sonar esos cilindros, uno tras otro. Fue muy duro.”

“Al otro día amanecieron por ahí unos dedos tirados en la calle y una pierna”, nos contó Raúl, un algecireño que en ese entonces no pasaba de quince años y tiene nítido en su cabeza el recuerdo de estar con su abuelo, encerrados en la casa y ver cómo el estruendo tumbaba los santos de porcelana de la repisa. “Eso era como ver venir al diablo”, remata.

Tan vecina se volvió la guerra, que entre los pobladores había reglas para resistir. Que nadie, así los guerrilleros mandaran a decir o no, saliera por las noches; que nadie le pasara información al Ejército porque al otro día alguien amanecía muerto por ahí.

Y la más impactante de todas: que cuando explotaran los cilindros, un sonido que ya era tan común como el del motor de un camión, todas las familias se escondieran en los baños de sus casas. “Como los baños tienen plancha encima porque arriba está el tanque, ahí uno está más protegido que en cualquier otro sitio de la casa. Y aquí eso se volvió casi que regla de supervivencia”, le contaba a La Silla el alcalde.

Ahora que no han vuelto oír disparos, ni caen cilindros como lluvia, el pueblo vive más tranquilo. Aunque la regla silenciosa de la guerrilla, la de las vacunas, sigue vigente. “Acá nos siguen cobrando el 1 por ciento de todas las cosechas. Existe una cosa que se llama ‘el banco de la montaña’ y es que ellos nos mandan a decir con los de la junta de acción comunal en qué montaña van a cobrar el impuesto y allá nos toca ir”, dice otro campesino.

De hecho, la Teófilo llegó a entregarle un ‘manual de convivencia’, durante los años de la zona de distensión, entre 1999 y 2002, a las juntas de acción comunal del pueblo, según una fuente. Las normas eran claras: no se podía contaminar el agua del río Neiva, ni talar árboles; el que se agarraba a puños con otro tenía que pagarle un millón de pesos y el que matara a otro lo mataban.

Aunque Algeciras no quedó dentro de esa zona, creada por el gobierno de Andrés Pastrana para negociar con la guerrilla, era como si lo estuviera, por ser una de las puertas de entrada. “Aquí pasaban todos los días senadores, periodistas, ministros en su camino a la zona de despeje”, dice Reinoso.

Por eso, como en todo pueblo dominado por la guerrilla, eran los jueces. Aparte de resolver las riñas o los problemas de plata, también resolvían litigios por herencias. “Se moría alguien y ellos decidían quién se quedaba con las vacas, quien con la finca, quien con las gallinas. Todo era así”,nos contaba el periodista.

Los que resisten

Entre el fantasma de ‘El Paisa’ y el desmonte de las trincheras los algecireños esperan la firma de la paz por motivos muy diversos.

Unos esperan que si se llega a un acuerdo, los veinte presos en casa por cárcel que ahora se calcula que viven en el pueblo por ‘rebelión’, logren algún beneficio. “Yo espero todos los días esa firma porque se le puede resolver la situación a mi papá”, nos contó una persona.

Aunque no se sabe exactamente cuántos presos hay exactamente, en Algeciras son comunes las historias de personas acusadas por rebelión. Con tantos años de convivencia entre los habitantes y la guerrilla, las relaciones llegaron a ser estrechas y en muchos casos la gente ayudaba a las Farc por miedo a que los mataran. “Uno ha sobrevivido aquí porque mi dios es muy grande”, dice doña Marina.

Por eso ella espera, a sus 76 años: “que mis rezos se cumplan y no vivamos más con miedo”, dice con sus candongas doradas y su vestido verde limón, sentada a la entrada de su tienda.

Otros, como el grupo de ‘Legionarios’, una organización de 150 habitantes del municipio que con permiso de ‘El Paisa’, como nos confirmó uno de sus integrantes, iban por las veredas a sembrar árboles y hacer talleres de teatro a los niños, pero que no han seguido porque la misma guerrilla hace un tiempo los desautorizó: “podamos volver a hacerlo, como una forma de ayudar a que la paz no tenga que empezar desde Cuba, sino desde nosotros”, nos dijo uno de ellos.

Y otros como don Jaime Castro, un campesino de 77 años con los cachetes arrugados y la piel tostada por el sol: “para llegar a mis ochenta y cumplir un sueño: ver con mis propios ojos  de frente a la paz.”

La Silla
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